"Ella [la Iglesia Oriental] es la madre y Roma la
hija (página 66)". Todos los primeros fundadores de la
teología eran orientalistas. Hasta el tiempo de Agustín (355-430), ningún teólogo había surgido en Occidente; hasta
el tiempo de Gregorio el Grande (596-604), nadie
había ocupado la silla papal. La doctrina de Atanasio
[la Trinidad] fue recibida por Roma, no se originó con ella" (págs. 71, 72). Esto indica cuán
dependiente fue Roma de Oriente por siglos y cuán atrás de
Oriente estaba Roma en erudición
e influencia". -- D. M. Canright (The Lord´s Day from Neither
Catholics nor Pagans;
An Answer to
Seventh-day Adventism on This Subject) [El día del
Señor ni de los católicos ni de los paganos: Una respuesta para
el Adventismo del Séptimo Día sobre este tema], citando a Dean
Stanley [1815-1881], profesor de Historia Eclesiástica, Oxford,
en su History of the Eastern Church [Historia de la Iglesia Oriental].
RESUMEN -- Los errores
garrafales proféticos de Ellen White en relación con el fiasco
de Battle Creek y los que siguieron hasta su muerte en 1915
hicieron imposible que los líderes de la Iglesia ignoraran por
más tiempo sus fraudulentas afirmaciones. En la Conferencia
Bíblica de 1919 de la Iglesia, tuvo lugar una reunión
confidencial para debatir el problema. Aunque las fraudulentas
afirmaciones fueron ampliamente reconocidas por estos
participantes, el comité no pudo decidir qué se debía hacer;
así que, por defecto, el ocultamiento continuó.El
descubrimiento, en 1974, de las transcripciones taquigráficas
de esta serie de reuniones secretas probablemente llamó la
atención del Dr. Bacchiocchi. Nada más parecería explicar por
qué pretendió contradecir a Ellen White en dos enseñanzas
claves, que ella había atribuído a la inspiración divina
directa, como Bacchiocchi lo hizo en su libro From
Sabbath to Sunday en 1977. De no haber sido por el fantástico enfoque
que el Dr. Bacchiocchi hizo de la defensa sabadista en este
libro, el Dr. D. A. Carson y su equipo de eruditos evangélicos
podrían no haber tenido el ímpetus para acelerar su
investigación sobre la cuestión del sabado y el domingo - una
investigación que finalmente condujo al descubrimiento de que
los textos hebreos de Génesis 2, Éxodo 16, y Éxodo 20
demuestran que la ordenanza del sábado no existía antes de que
se diera el maná en la época del Éxodo. La prueba de que el
sábado no era una ordenanza de la creación; el desafío de
Bacchiocchi a las afirmaciones proféticas de Ellen White; su
involuntaria validación de muchas cosas que D. M. Canright
había dicho, y su judaización del cristianismo se combinaron
para iniciar el nuevo movimiento antisabadista. Este
movimiento, encabezado principalmente por ex-Adventistas,
derribó por tierra el sabadismo de la Iglesia Mundial de Dios
en 1995 - un acontecimiento muy importante, pues la
observancia del sábado por ambas denominaciones comenzó exactamente
en el mismo lugar y al mismo tiempo que el Gran Chasco de
1844.
EL FIASCO DE LOS EDIFICIOS
DE CHICAGO: EL CIRCO DE SUCESOS
QUE CONDUJERON AL DESASTRE
DE LA CONFERENCIA BÍBLICA DE 1919
Nuestro estudio nos lleva ahora a un relato más detallado de
muchas de las cosas que tocamos en el resumen del capítulo 1.
Por lo que concierne a nuestra discusión de la visión de los
edificios de Chicago, permaneceremos en este tema en particular
sólo lo suficiente en esta ocasión para ver cómo encaja en el
cuadro general de la historia Adventista. En un capítulo
posterior, presentaremos un estudio exhaustivo, que aportará
extensa documentación de múltiples fuentes.
El escenario estaba preparado para la confidencial Conferencia
Bíblica de 1919 por la confusión que Ellen White precipitó en
Battle Creek, las anteriores oficinas principales de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día cuando, en un "testimonio" en 1899,
ella acusó al Dr. John H. Kellogg, director del Sanatorio de
Battle Creek, de construir edificios en el área de Chicago para
que sirvieran a los muy pobres con fondos que supuestamente
habían sido desviados del Sanatorio de Battle Creek. La
acusación llegó en forma de un "testimonio", que los adventistas
interpretaron, entonces como ahora, como un mensaje procedente
de Dios por medio de su vocera, la profetisa Ellen G. White. La
acusación era fantástica, inapropiada, y frustrante, no sólo
para el personal de médicos adventistas asociados con el Dr.
Kellogg en el Sanatorio, sino también para otros adventistas
involucrados en la "obra" de Battle Creek, y para Ellen White
misma, que dijo que no entendió la visión cuando le fue dada.
Ellen White era escurridiza al estilo de Clinton, y se las había
arreglado para zafarse de más de una situación embarazosa. Sin
embargo, con todo y lo lista que era, no estaba a la altura del
nivel de cuociente de inteligencia de genios de este grupo de
médicos de clase mundial. Como hicimos notar en el Capítulo 1,
ellos no tuvieron ningún problema para calcular que todo este
asunto era una impostura. Ella encontró su Waterloo en Battle
Creek en la forma de este grupo de médicos muy avispados y
profesionales cuyos ingresos no dependían de la Iglesia.
Este desusado incidente no podía ser caracterizado como la paja
que quebró el espinazo del camello. Se parecía más al elefante
que se recostó al costado de una cabaña desvencijada e hizo que
todo se derrumbara. Su error garrafal hizo de ella el hazmerreír
de Battle Creek. Durante más de una década antes de la crisis,
los médicos de Battle Creek habían estado identificando muchas
áreas en que Ellen White no había estado a la altura de las
pruebas de un profeta bíblico, y habían estado bombardeándola
con solicitudes para que ella misma explicara - solicitudes que
quedaron sin respuesta. Fue la carta de 1899 de White a Kellogg
sobre la visión acerca de los edificios de Chicago lo que hizo
que los médicos de Battle Creek apresuraran su campaña para
recibir respuestas de ella. Al principio, Ellen dijo que había
recibido una visión de Dios diciéndole que debía responder a las
preguntas de los médicos, e invitó a todos los que tenían esas
preguntas a presentárselas por escrito. Después de que las
preguntas comenzaron a llegar, se le "mostró" que no se suponía que ella
debía responder a preguntas relacionadas con sus afirmaciones
proféticas. Para 1907, el Dr. Charles E. Stewart, frustrado
porque ella rehusaba responder las preguntas de ellos, las puso
juntas en un folleto y ¡lo publicó para que lo viera toda la
comunidad de Battle Creek!
Éstas eran algunas de sus inquietudes. (1) La influencia de
otros al escribir sus libros, cuando ella afirmaba que Dios le
ayudaba a elegir las palabras mismas que ella escribía, (2) la
visión de los edificios de Chicago, (3) el plagio relacionado
con su copia a gran escala del libro de los autores británicos
Conybeare y Howson sobre la vida de Pablo - Sketches From the Life of Paul [Bosquejos de la
vida de Pablo], (4) su copia de los escritos del Dr. Cole
sobre la salud mientras presentaba la información como
habiéndosela enviado Dios en visión, (5) el haber continuado
consumiendo carne de res y carnes inmundas, como ostras, por
décadas después de haber comenzado a predicar sobre la
importancia de una dieta vegetariana, y (6) sus disparatadas
afirmaciones sobre medicina. Por sí mismo, el hecho de que ella
se había abierto a esta clase de preguntas es una condenación de
sus afirmaciones proféticas. Mintió acerca de dónde había
obtenido la información para su libro sobre la vida de Pablo.
Estaba claro para los médicos de Battle Creek que el problema
principal no era el plagio mismo - que ya era bastante malo -
sino el hecho de mentir.
La ocasión de su visión sobre los edificios de Chicago no podría
haber sido peor. No sólo estaban los adventistas de Battle Creek
hallando varias razones para poner en duda sus afirmaciones
proféticas, sino que la "visión" llegó en un momento de alboroto
político que ya estaba amenazando con destruir el adventismo. La
Conferencia General ya había estado trabajando para quebrantar
el poder del Dr. Kellogg, que ya había logrado arrebatarle a la
Iglesia el control del nuevo Sanatorio de Battle Creek y
minimizar el control de la Iglesia sobre El American Medical
Missionary en Chicago. Percibiendo que su credibilidad como
profetisa se hundía rápidamente -- aun antes de la visión de los
edificios de Chicago -- ella había comenzado a agitarse para que
el Battle Creek College fuese trasladado a un área rural y que
la Conferencia General fuese mudada a algún otro lugar. Decía
que Dios le había mostrado que una "espada de juicio" pendía
sobre la "obra" de Battle Creek, y una serie de trágicos
incendios ya había destruido varias instituciones Adventistas
claves, incluyendo el antiguo edificio del Sanatorio de Battle
Creek. Para 1922, cuando el fuego destruyó la Iglesia del
Tabernáculo de Battle Creek, no quedaba en pie ningún
edificio adventista de importancia que estuviese asociado a la
obra adventista cuando Ellen White y la Conferencia General
estuvieron allí. No se necesitaba ninguna revelación especial de
Dios para entender que ella y el adventismo estaban condenados a
desaparecer si su principal centro permanecía en Battle Creek.
Todos los incendios eran de origen sospechoso, y el
incendiarismo parecía la explicación más plausible en la mayoría
de los casos. La escritura ya estaba en la pared.
Ellen White insistía en que estos incendios representaban un
juicio de Dios sobre el adventismo en Battle Creek por haberse
apartado de los consejos de ella,hasta que Pacific Press, una
casa publicadora adventista de California, ardió hasta los
cimientos algunos años más tarde. En este incendio, ella perdió
miles de dólares en prensas para sus libros y precioso trabajo
de arte que había comprado a artistas de New York para ilustrar
sus libros. Es interesante que no llamó juicio de Dios al
incendio de Pacific Press.
¿QUÉ OCURRIÓ CON LOS MÉDICOS DE
BATTLE CREEK?
Hasta donde sabemos, todos los médicos adventistas y asociados
comerciales del Dr. Kellogg, quizás con la excepción del Dr.
Paulsen, que lideró el Sanatoriio Hinsdale para el Dr. Kellogg
en Chicago, abandonaron el adventismo porque finalmente captaron
el hecho de que Ellen White era un fraude. El Dr. Paulsen parece
haber decidido que las afirmaciones proféticas de Ellen White no
eran genuinas, pero permaneció en el redil adventista
guardándose para sí mismo sus puntos de vista sobre Ellen White.
En una carta clave dirigida a Ellen White, el Dr. Paulsen
expresó sus dudas sobre los dones proféticos de ella, y le dijo
que él ya no creía su afirmación de que era verbalmente
inspirada por Dios. Puesto que ella afirmaba ser verbalmente
inspirada, y puesto que ella nunca le respondió sobre este
punto, tenemos que entender que, de hecho, él la acusó de mentir
sobre sus dones. Wilfred Custer Kellogg, un pariente de J. H.
Kellogg y exitoso hombre de negocios de Battle Creek, se unió al
Dr. William S. Sadler en un viaje hacia la canalización de
espíritus, fundando una nueva religión según el modelo del
adventismo, supuestamente basada en miles de páginas de
información escritas por espíritus "canalizados" que estaban en
camino de un universo a otro. El Dr. Charles E. Stewart, autor
del "Libro Azul", aparece en una lista de Monica Vowless, una
ex-adventista de Nueva Zelanda, como un prominente médico ex-ASD
que había abandonado el adventismo o había sido expulsado por la
Iglesia (Véase "My Defense", por Monica Vowless, que falleció en
1935. El libro está disponible en http://www.ex-sda.com.)
La información disponible de la organización Urantia indica que
el Dr. Sadler nunca abandonó su creencia de que las visiones de
Ellen White eran de origen sobrenatural. El Dr. Sadler sostenía
que ella era un espíritu médium. Anteriormente en el ministerio
de Ellen White, Moses Hull, otro líder adventista, que estaba
familiarizado con el componente sobrenatural de las visiones,
también había ingresado a las filas de los espiritistas. Aquí
hay una fuerte indicación de que estos hombres entendían que los
espíritus guías pueden parecer buenos, pueden ser muy malos, y
que algunos de ellos parecen divertirse haciéndoles trucos a sus
médiums humanos. Aparentemente, el Dr. Sadler, entendiendo que
los espíritus médiums no tenían que cumplir con un rating 100%
de exactitud, simplemente hizo un "ajuste" a su modo de pensar
acerca de los dones proféticos de Ellen White.
LO QUE OCURRIÓ CON EL DR. J.
H. KELLOGG
Ellen White afirmaba que Dios le había mostrado que el Dr.
Kellogg era panteísta. Basaba esta afirmación en algunas cosas
que él había dicho en su libro sobre la vida saludable, The Living Temple [El
Templo Viviente], en el sentido de que el poder de Dios reside
en las cosas vivas. Nuestra investigación muestra que la
información de él acerca de que el poder de Dios reside en las
cosas vivas no es particularmente diferente de lo que Ellen
White decía en sus propios libros sobre la naturaleza y el
sanamiento. Por la definición misma del término, Kellogg no fue
nunca panteista, y la acusación de Ellen White era ridícula. Un
panteísta no cree en un Dios personal, sino en que la naturaleza
es dios y dios es la naturaleza. Kellogg enseñaba que fue un
Dios personal -- en realidad Jesucristo -- quien llenó las cosas
vivientes con la energía de la vida. Más adelante, tendremos más
que decir acerca de las citas de Ellen White de autores de la
Nueva Era, incluyendo el concepto de Madre Tierra, y un lenguaje
que es característico de la francmasonería. Para total
descrédito de las afirmaciones proféticas de Ellen White, el Dr.
Kellogg continuó siendo cristiano y observador del sábado hasta
el día de su muerte.
Alonzo L. Baker, dirigente eclesiástico ASD, estuvo
estrechamente asociado con John Harvey Kellogg desde septiembre
de 1939 hasta junio de 1942, sirviendo en la doble posición de
secretario de campo para Race Betterment Foundation [Fundación
para el mejoramiento de la raza], su organización para la
eugenesia y la genética, y editor asociado de su publicación
mensual Good Health
[Buena salud]. La carrera denominacional ASD de Baker incluyó la
posición compartida de editor de la publicación ASD Health [Salud], una
publicación mensual de Pacific Press, con Percy T. Magan, el una
vez presidente de College of Medical Evangelists (ahora la
Facultad de Medicina de la Universidad de Loma Linda), que era
graduado del American Medical Missionary College del Dr.
Kellogg. En un artículo publicado en la edición de otoño
de 1972 de Spectrum,
un diario independiente ultraliberal que examina problemas
relacionados con el adventismo y que es apenas tolerado por la
Iglesia, Baker dijo:
Kellogg guardó el sábado
hasta el último día de su vida. Sus dos instituciones, una
en Michigan y la otra en Florida, siempre observan el
séptimo día sábado. Cuando yo era empleado suyo, casi
todos los domingos me preguntaba: "Baker, ¿fuiste a la
iglesia ayer? ¿De qué habló el predicador? ¿Saliste
bendecido por el culto?"
Un domingo por la mañana en
Battle Creek, después de su acostumbrada pregunta sobre si
yo había asistido a la iglesia el sábado, le pregunté: "¿Y
exactamente qué hizo usted todo el día de ayer, doctor, si
le puedo preguntar?"
Y él contestó: "En la mañana,
leí en mi Biblia el relato de Juan sobre la vida de
Cristo. Juan, como tú sabes, Baker, estaba más cerca de
Cristo que cualquier otro de los doce". En la tarde, hice
que Freddie [su masajista y chofer] me llevara al
cementerio, porque yo quería orar al lado de la tumba de
la Sra. White allí. Después de leer del libro de Juan en
la mañana, bajé el libro El Deseado de
Todas las Gentes y leí
un capítulo allí que amplía lo que yo había leído en Juan.
¿Sabes, ¿no, Baker?, que el libro de la Sra. White sobre
la vida de Jesús es el más grandioso que jamás se
escribió?"
Más adelante, en nuestro capítulo dedicado exclusivamente a la
visión de los edificios de Chicago, citamos la declaración de
Alonzo L. Baker diciendo que el Dr. Kellogg le mostró el
testimonio mismo (la carta) que Ellen White le había enviado
diciéndole que Dios le había mostrado que él, Kellogg, estaba
erigiendo edificios en Chicago con los fondos que había
malversado del Sanatorio de Battle Creek.
Así, pues, entre la visión de los edificios en Chicago a la
vuelta del siglo y la Conferencia Bíblica de 1919, los líderes
adventistas se vieron obligados a contemplar los efectos de la
secuela de la crisis de Battle Creek que los errores garrafales
de ella habían creado. Vieron cómo casi todos los médicos ASD
del Sanatorio de Battle Creek abandonaban el adventismo como
resultado de una constante corriente de indicadores de que las
afirmaciones proféticas de Ellen White eran fraudulentas --
siendo la visión de los edificios de Chicago el elefante que
aplastó la cabaña. Vieron cómo un número considerable de
importantes adventistas de la escena de Battle Creek se volvían
al espiritismo porque habían llegado a la conclusión de que las
visiones de Ellen White eran sobrenaturales, pero no procedentes
del único y verdadero Dios, y fueron confrontados por la
creciente evidencia de que ella había estado plagiando los
escritos de otros autores en sus libros, mientras hacía creer a
sus lectores que la información venía directamente de Dios. Para
1911, justo cuatro años antes de su muerte en 1915, la Iglesia
tuvo que gastar $3,000 para revisar su libro The Great Controversy [El
Gran Conflicto] porque individuos que habían leído mucho estaban
hallando más y más ejemplos de fuentes de donde ella había
copiado material de otros autores sin darles el debido crédito.
Como mencionaremos más tarde, Alonzo Baker dice que Ellen White
obtenía mucha de su información médica del Dr. Kellogg y la
transmitía a sus lectores como información "inspirada".
La explicación adventista de la visión de los edificios de
Chicago es que Dios no le dijo a Ellen White lo que quería decir
cuando le mostró un edificio completamente terminado y que la
interpretación de la "visión" era la suya propia. Los defensores
arguyen que la visión sirvió su propósito al impedir realmente
la construcción del edificio. Una simple cronología de los
acontecimientos revela fácilmente los elementos cómicos de esta
racionalización. ¿Impidió la construcción de cuál edificio? ¿Un
edificio para servir a los pobres indignos de Chicago, como ella
había dicho en su testimonio, o el nuevo edificio del American
Medical College por el cual ella y su hijo habían votado? He
aquí los elementos del fiasco:
- Ellen White no debió
haber necesitado ninguna visión para que le dijera lo que el
Dr. Kellogg estaba haciendo en Chicago porque él
intercambiaba correspondencia con ella regularmente sobre su
obra allí.
- No era necesaria ninguna
intervención sobrenatural para motivarla a examinar más de
cerca las actividades de él en Chicago porque el viejo
artículo de un periódico estadounidense que ella leyó
mientras estaba en Australia, aunque inexacto en ciertos
puntos, pintaba un muy buen cuadro de lo que el Dr. Kellogg
estaba haciendo en Chicago. Ella no necesitaba un sueño.
- Kellogg nunca planeó
construir un edificio en Chicago para servir a los pobres.
Él se enteró del trabajo de una comisión de planificación
que construiría el edificio cuando él regresara de un
prolongado viaje de varios meses por Europa.
- Era de conocimiento
general en Battle Creek que había una fuerte necesidad de
construir un nuevo edificio para el American Medical
College, y este proyecto estaba siendo discutido ampliamente
en la Iglesia en el tiempo en que Ellen White tuvo su visión
de los edificios de Chicago. En la sesión de la Conferencia
General de 1901, Ellen White y su hijo, Willie C. White
habían apoyado vigorosamente el proyecto de construir este
edificio en particular. Los adventistas involucrados en el
proyecto, cuando oyeron hablar acerca del testimonio de
Ellen White contra la construcción de un edificio en
Chicago, no prestaron ninguna atención a su mensaje porque
creyeron que ella estaba hablando de algún otro proyecto.
- Ellen no sabía de qué
edificio estaba hablando, pero si era el del American
Medical College, debió haber reprendido a cada uno de los
miembros del comité de planificación que trabajaban en él
mientras él estaba en Europe.
- Los que estaban
involucrados en la planificación del nuevo edificio del
American Medical College no creyeron que su testimonio
contra el Dr. Kellogg tuviera nada que ver con la
planificación de este edificio propuesto, puesto que creían
que ella no estaba contenta con el plan del Dr. Kellogg de
construir alguna otra clase de edificio para un propósito
diferente.
Cuando alguien asegura que
algo sobrenatural ha ocurrido, lo primero que hay que buscar es
evidencia de que no hay ninguna explicación natural posible para
el fenómeno. Las muchas cartas que se cruzaron entre White y
Kellogg en los años antes de 1899, por sí solas, explicarían su
temor de que él podría estar construyendo un edificio en
Chicago, y la lectura del viejo artículo de periódico
estadounidense.explicaba todo sin ninguna necesidad de
intervención divina. Ella no necesitaba ningún sueño divino que
le dijera que Kellogg podría estar trayéndose algo entre manos
en Chicago, algo que a ella no le gustaba. Además, la idea de
que Dios se preocupaba más por la construcción de un costoso
sanatorio en Australia que por los hombres y las mujeres que
morían de hambre y enfermedades en Chicago no cuadraba con lo
que sabemos acerca del carácter de Dios, como está ejemplificado
en la vida de Jesús.
El problema en que el Dr. Bacchiocchi se metió medio siglo más
tarde está incuestionablemente relacionado con su conocimiento
del libro El Sábado en Crisis,
de D. M. Canright, publicado en 1888-1889. Al mismo tiempo, hay
abundante evidencia de que su conocimiento de la crisis de
Battle Creek y la visión de los edificios de Chicago puede haber
sido también un factor importante. Y puesto que las minutas de
la Conferencia Bíblica de 1919 fueron descubiertas en 1974, y él
no publicó su libro iconoclasta sobre el sábado sino en 1977,
hay una fuerte evidencia circunstancial de que esta nueva
información tentó a Bacchiocchi a hacer algo que ningún otro
teólogo adventista había hecho jamás, esto es, desafiar a Ellen
White sobre puntos para los cuales ella reclamaba inspiración
divina directa, sin que Bacchiocchi fuera despedido de su puesto
en la Iglesia.
LA TRISTE HISTORIA DE FRANK
M. WILCOX Y LAS MINUTAS
DE LA CONFERENCIA BÍBLICA DE 1919
¡Quedé asombrado cuando me di cuenta de la importancia de lo que
acababa de encontrar en mi biblioteca de libros ASD!
¿Podría F. M: Wilcox verdaderamente ser el autor de esta
descarada defensa del don profético de Ellen White? ¿No se
equivocaba Frank en su aserto de que la afirmación de ella de
que era una profetisa inspirada era fraudulenta, como quedaba
registrado en la transcripción taquigráfica de las Minutas
de la Conferencia Bíblica de 1919, que se
había "filtrado"? ¡Pronto, mi asombro se convirtió en ira! ¿Cómo
podría ser posible una cosa así? ¿Qué podría justificar tan
enorme perfidia de parte del hombre cuya apariencia de piedad le
ganó el honor de servir como editor de The Review and Herald, la publicación oficial
de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, desde 1911 hasta 1944?
El libro que tenía en mis manos era The Testimony of Jesus, publicado en 1934 --
justo 15 años después de haber dicho Wilcox que no creía
que los libros de ella fueran más inspirados que los de
cualquier otro autor. De no haber sido por el descubrimiento en
1974, el robo, y posterior publicación no autorizada (en la
revista Spectrum,
1979) de esta "bomba", la transcripción taquigráfica de la
reunión confidencial de 1919 -- convocada para decidir lo que
debía hacerse acerca de las fraudulentas afirmaciones proféticas
de Ellen White --, podríamos considerar retrospectivamente a
Frank Wilcox como un líder adventista de la mayor integridad. A.
G. Daniells, presidente de la Conferencia General, que presidía
la reunión, entendió el peligro que para el adventismo
representaba esta transcripción, así que ordenó que fuese
sellada por un mínimo de 50 años. La puso en una bolsa de papel
simple y sumergió esta bolsa en lo más profundo de la enorme
bóveda de las oficinas principales de la Conferencia General en
Washington, D. C., donde el Dr. F. Donald Yost la encontró en
1974.
Este asombroso documento muestra a los participantes en la
reunión atormentados por el problema de Ellen White. ¿Debían
repudiarla y enfrentarse a los estragos que esto causaría, o
debían continuar tratando de ocultar los garrafales errores
proféticos de ella? Si decidían continuar con el actual
ocultamiento, ¿cómo impedirían que los estudiantes de seminario
de ka Iglesia se enterasen de la verdad acerca de ella? Discuten
los errores garrafales de ella, sus errores bíblicos e
históricos, y sus rampantes plagios en términos cautelosos. Cada
participante parece consciente de que decir demasiado podría
terminar con la carrera de él o la de ella. Sin embargo, a pesar
de este miedo, los duros hechos quedan al descubierto y son
tratados con franqueza, pero con dolorosa cautela. Que siquiera
uno de los participantes estuviera dispuesto a arriesgar su
carrera al hablar de este tema explosivo es, por sí mismo,
evidencia de que era imposible ignorar el problema de Ellen
White.
Ciertamente, la transcripción revela que Wilcox fue uno de los
participantes que denunciaron las afirmaciones proféticas de
Ellen White. Wilcox declara su opinión de que los escritos de
ella no son más inspirados que los de cualquier otra persona.
Me gustaría preguntar,
hermano Daniells, si se podría aceptar, como una especie
de regla, que la hermana White podría equivocarse en los
detalles, pero que en el plan de acción general y las
instrucciones ella fuera una autoridad ... A mí me parece
que yo tendría que aceptar lo que ella dice acerca de
algunos de esos planes de acción o tendría que hacer a un
lado toda la cuestión. O el Señor ha hablado por medio de
ella o no lo ha hecho; y si es cuestión de decidir en mi
propio juicio si el Señor lo ha hecho o no, entonces yo
considero los libros de ella de la misma manera en que consideraría cualquier
otro libro publicado. Creo que una cosa es que un hombre
estultifique su conciencia, y otra que estultifique su
juicio. Una cosa es que yo haga a un lado mi conciencia, y
otra que yo cambie mi juicio acerca de alguna opinión que
yo tenga.
¿Podría Wilcox haber cambiado de opinión durante los 15 años que
siguieron?
Ahora regresamos a considerar cómo los problemas con Ellen
White, tal como fueron revelados por el descubrimiento, en 1974,
de la transcripción de las Minutas
de la Conferencia Bíblica de 1919, podrían haber
influido en el Dr. Bacchiocchi para que desafiara las
afirmaciones proféticas con la publicación del libro From Sabbath to Sunday, en 1977.
LO QUE LOS LÍDERES ADVENTISTAS
SABÍAN PARA 1919
ACERCA DE LA PROFECÍA MÁS
IMPORTANTE
DEL ADVENTISMO: LOS 2,300 DÍAS Y 1844
Desde los primeros tiempos del cristianismo, algunos eruditos
bíblicos han entendido que el cuerno pequeño de Daniel 7 se
refería al emperador romano Nerón. que persiguió a los
cristianos exactamente durante 1,260 días. Los eruditos bíblicos
también han aplicado esta profecía a las actividades
perseguidoras del papado, pero sin ninguna necesidad de conectar
esta conducta perseguidora con el llamado "cambio" del sábado,
como hicieron los adventistas. De manera parecida, los eruditos
bíblicos han sabido
durante mucho tiempo
que las 2,300 tardes y mañanas del cuerno pequeño de Daniel 8
son el número exacto de días en que Antíoco Epífanes contaminó
el templo judío antes de 161 A. C. Estas profecías han sido tan
notables en su cumplimiento real histórico de "día por año", que
especialistas de alta crítica de la Biblia han afirmado que
estas profecías han debido ser escritas después de que los
acontecimientos ocurrieron. Pocos años después del
descubrimiento de los rollos del Mar Muerto en 1947, la temprana
autoría de Daniel quedó firmemente establecida, refutando a los
escépticos. Es probable que la fe en la Biblia de por lo menos
un buen número de honestos incrédulos haya quedado establecida
por este espectacular cumplimiento de la profecía.
El concepto entero del adventismo descansa en el "fundamento" de
la profecía de los 2,300 días de Daniel 8:14. Si se puede
demostrar que este "fundamento" no existe, entonces no hay
ningún Juicio Investigador
que comenzó en el cielo en 1844 y el sábado no es un "sello".
Estos dos puntos claves de la doctrina ASD serían falsos aunque
el sabadismo fuera correcto en términos generales. ¡Tampoco
habría llamado Dios a los adventistas después de 1844 a llevar
al mundo las doctrinas del sábado y el Juicio Investigador para rescatarlo de la
amenaza de recibir la marca de la bestia en la frente! Sin la
validez del período profético ASD de 1844, el concepto ASD de
1844 no sería más que un enorme chiste teológico aplicado al
mundo cristiano nada menos que por Ellen White en persona, cuyos
trucos teológicos rescataron, sin la menor vergüenza, el
desastre millerista de 1844 de las fauces de la derrota.
De una manera u otra, la doctrina del Juicio Investigador afecta
casi todos los aspectos de las enseñanzas de la Iglesia. A causa
de ella, la doctrina del sueño del alma es absolutamente
necesaria. La doctrina del sueño del alma está estrechamente
ligada a la doctrina de que, después del juicio, los malos
pronto dejarán de existir (la doctrina de la aniquilación) - un
desafortunado concepto que desvirtúa el principio de que el
gobierno de Dios está realmente basado en la libertad de
elección. Pero estos problemas representan un tema para otro
libro, y otros autores ya han escrito persuasivamente contra
ellos.
La transcripción de las Minutas
de la Conferencia Bíblica de 1919 indica que
Wilcox y otros delegados aplicaron erróneamente los 1,260 días
del cuerno pequeño de Daniel 7 a Antíoco, y estaban luchando
para hallar terreno firme sobre el cual basar la fecha de 1844
en los 2,300 sacrificios de tarde y mañana del cuerno pequeño de
Daniel 8 y 11. No es de sorprenderse que hubiese considerable
confusión entre los eruditos ASD con respecto a los 2,300 días
del cuerno pequeño de Daniel 8, pues estaban tratando,
incorrectamente, de aplicar el principio de día por año, donde
no había ninguna justificación bíblica para hacerlo, para llegar
a la fecha de 1844, que se necesitaba desesperadamente.
Comentaremos esta profecía en detalle más adelante. Por ahora,
el punto clave es que los delegados a la Conferencia Bíblica de
1919 creían que el cuerno pequeño de Daniel 7 estaba relacionado
con un acontecimiento histórico mucho más anterior, pues había
ocurrido más de 2,000 años antes de 1844; que ellos conocieran
esto era peligroso para el fundamento del adventismo, y querían
impedir que esta información dañina llegara a la Iglesia.
"Observemos" a los delegados en este revelador pasaje de las
Minutas:
PROF. LACEY: En la carrera
de Antíoco Epífanes, hay una especie de rueda pequeña
dento de una rueda. Hay incidentes en su vida que se
parecen mucho a lo que se predice del cuerno pequeño -
extremadamente parecidos; y no sé por qué no podríamos
considerar esto de la misma manera en que Ezequiel lo
expresa -- una rueda dentro de una rueda. Sólo como
ilustración: Las cosas que se dicen acerca del cuerno
pequeño de Daniel 7 pueden aplicarse un poco a Antíoco
Epífanes. Él es el undécimo en línea, tres fueron
arrancados de su lugar [se mencionaron los nombres], habló
grandes cosas contra el Altísimo; se le entregaron cosas
en su mano por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un
tiempo en un sentido literal, que fueron tres años y
medio. Y de una manera muy limitada, Antíoco Epífanes
podría haber sido el cuerno pequeño. Así, que, suponiendo
que usted y yo hubiésemos estado viviendo en ese tiempo,
habríamos pensado que la profecía se había cumplido para
nosotros, y habríamos sido sostenidos en aquella hora de
persecución. Pienso que esto podría aplicarse un poco a
Antíoco Epífanes. Pero, en el versículo 30, pasamos a
Roma, el gran anticristo, del cual Antíoco era el
representante personal aquí. (Se menciona a Josefo, Libro
12, Capítulo 5, Párrafo 3, pero una pregunta interrumpió).
PASTOR DANIELLS: ¿Usted no
querría decir a una clase de estudiantes lo que acaba de
decir, verdad?
De la transcripción de julio 8, 1919 tal como fue registrado en
los archivos de la Conferencia General de los Adventistas del
Séptimo Día.
La Conferencia Bíblica de
1919 y el Concepto de que el Papa cambió el sábado
From Sabbath to Sunday,
el libro del Dr. Bacchiocchi, desafió de plano el punto de vista
de Ellen White de que el papa había cambiado el sábado.
Bacchiocchi demostró que el "cambio" del sábado era
esencialmente universal.no más tarde que el 140 A. D. ¿Qué
influencias podrían haber envalentonado a un miembro de la
facultad del Seminario Adventista del Séptimo Día para desafiar
directamente una enseñanza clave de la profetisa de la Iglesia,
algo que ella había atribuido a la inspiración divina?
Especulamos que,
quizás, como privilegiado teólogo Adventista del
Séptimo Día, el Dr. Bacchiocchi podría haber tenido acceso, hace tiempo, a
las Minutas de la Conferencia
Bíblica de 1919 o haber oído hablar de su contenido. Si
éste fuera el caso, habría visto que los delegados eran bien
conscientes de las extremas dificultades presentadas por la
enseñanza de Ellen G. White de que el papado cambió el sábado.
La siguiente porción de la transcripción de las Minutas de la Conferencia Bíblica correspondiente al
3 de julio de 1919 es una de las claves más importantes para
entender cuánto sabían los adventistas acerca de este espinoso
problema y desde cuándo lo sabían. Adventistas del Séptimo Día
de más edad reconocerán inmediatamente que la Iglesia no hizo
ningún intento por corregir estas errantes enseñanzas en los
libros de texto bíblicos a ningún nivel educativo. También es
importante entender los problemas con la "teoría del reposo" del
apologista ASD del sábado Bob Pickle, que trata de rescatar el
error garrafal de Ellen White con una teoría altamente creativa.
Pickle racionaliza que, en realidad, el sábado no fue "cambiado"
sino hasta que el concepto de reposo fue asociado al domingo,
aunque se necesitaron varios siglos más de observancia del
domingo y quebrantamiento del sábado para llegar a ese punto. De
acuerdo con Pickle, no importa que los cristianos "guardaran" el
domingo y violaran el sábado desde el siglo primero en adelante.
En vez de eso, el sábado no fue realmente "cambiado" sino hasta
que una serie de edictos logró requerir un cese civil de trabajo
en domingo. Tampoco parece importar que este "reposo" legislado
fuera opcional bajo muchas.circunstancias y fuera puramente
civil en concepto -- no ligado al concepto de santidad del día,
como en el caso del sábado judío. Usted verá que los delegados a
la Conferencia Bíblica de 1919 no intentaron excusar la errónea
afirmación sobre esta base. Más adelante analizaremos la "Teoría
del Reposo" de Bob Pickle.
Nótese cómo los participantes concluyeron fnalmente que la única
manera en que la afirmación de ella puede ser reconciliada con
los hechos de la historia era considerar su declaración como un
vago tipo de simbolismo llamado prolepsis (la
representación o suposición de un hecho o desenvolvimiento futuro como si
estuviera ocurriendo o hubiese tenido lugar -- Diccionario en línea
Merriam-Webster). Este desesperado intento de apuntalar
a su profetisa lleva el arte de la racionalización al nivel
último. El concepto de prolepsis
ni siquiera es aplicable en esta situación, pues este término se
refiere a algo que precede a un evento futuro que es simbólico
de ese suceso futuro. Aquí es necesaria la lógica a la inversa,
cuando los participantes teorizan que el "cuerno pequeño"
representaba simbólicamente una entidad que existió en el
pasado. En el extracto, usted verá a los delegados luchar para
apuntalar la "verdad" de la declaración de su "profetisa" con
racionalizaciones que son acomodaticias hasta el punto del
absurdo.
DE LAS MINUTAS DE LA
CONFERENCIA BÍBLICA DE 1919 -.JULIO 3, 1919
Comienza en la página 48 y termina en la página 57 del borrador.
Los archivos marcaron la página 148 como la página inicial.
[Nótese que el sistema de numeración de las páginas en los
archivos es diferente del sistema de numeración de las páginas
en el manuscrito].
C. P. BOLLMAN: Se me preguntó acerca de
estas cosas que nosotros atribuimos al papado antes de
aquella fecha [533 A..D., como se discutió en el párrafo
anterior]. Quisiera contestar eso de esta manera. En el
papel, he usado la expresión de que, en ese tiempo, el
papado, saliendo de su minoría de edad, procedió a hacer
ciertas cosas. Antes de esa fecha, el papado era un
muchacho, y en ese tiempo, se convirtió en hombre. Y es
verdad que muchas cosas que un muchacho hace lo siguen
durante toda su vida, pero después hace cierto número de
cosas, y llega un momento en que realmente entra en la
vida. Los ejercicios de graduación se llaman ejercicios
de iniciación también, porque éste es el momento en que
el estudiante sale a participar en las actividades de la
vida.
W. W. PRESCOTT: Creo que esto no toca el
punto, porque la profecía dice que es el cuerno el que
cambia la ley. Ahora bien, si uno no levanta el cuerno
en 533, no puede decir que el cuerno cambió el sábado
antes de esa fecha. Era otro reino.
H. A. WASHBURN: ¿Hubo un
poder monárquico en la iglesia hasta que Justiniano
declaró que el papa era la cabeza? Este undécimo cuerno es
un reino tan ciertamente como el décimo. Es un reino, un
poder monárquico, y comenzó en
533.
W. W. PRESCOTT: Si ése es el
poder que cambió la ley, no podemos decir que la ley fue
cambiada a mitad del siglo cuarto.
H. A. WASHBURN: El hermano
Lacey nos contó de una mujer que decía que ella había
azotado al emperador William. Era la misma persona, pero
no tenía título. La apostasía cambió la ley de Dios, y fue
responsable de todas las acciones contra el sábado. Llegó
un un tiempo en que fue organizada bajo la autoridad de un
solo hombre.
W. W. PRESCOTT: Esto es lo que
me gustaría decir. Atengámosnos al texto. La potencia del
cuerno era un reino. Ese reino no surgió sino hasta el
533. La profecía dice
que sería el cuerno el que cambiaría el sábado, la ley,
y yo no creo que podemos hacerlo retroceder antes de que
aparezca el cuerno y decir que el cuerno lo hizo, porque
el cuerno no estaba allí. Me gustaría que eso se
cumpliera específicamente. ¿Qué haremos con esa
proposición de que el poder del cuerno surgió en 533 y
cambió la ley? ¿Cómo podemos decir que el poder del
cuerno lo hizo a la mitad del siglo cuarto?
L. L. CAVINESS: Nos encontramos
con ese mismo dilema en el Espíritu de Profecía, cuando
dice que el papa cambió el sábado. Por favor, díganme el nombre del papa que
hizo el cambio.
A. G. DANIELLS: Ese uso de la
palabra papa estaba dirigido al papado. No era un término
específico. Era el poder que lo hizo, pero antes de llegar
a esa etapa especial marcada por Justiniano.
E. R. PALMER: A mí me parece
que, si fuésemos a conectar todos los cumplimientos de las
profecías con el período de 1,260 días de continuidad de
que se habla en la profecía, estaríamos envueltos en un
serio problema en ambos extremos, al principio de 533 y
desde 1793 y 1798. Me parece que, en vista de que este
malvado principio comenzó allá por los días de Pablo, este
principio abarcaba todas estas cosas que fueron poderes
ejercidos más tarde como por un cuerno, pero que todas
ellas comenzaron en aquel tiempo. Creo que nos
descarriamos muchas veces en nuestra explicación tratando
de fijar el cambio arbitrariamente en una fecha en
relación con el papado en cierto momento, pero que, en
realidad, ese poder comenzó su obra de cambiar el sábado
en el siglo primero. Creo que esto es correcto. Creo que
llegó un momento también en que ese período se cerró, pero
que gran parte de la obra más poderosa de esa potencia ha
sido ejercida y se está ejerciendo después de la
terminación del período. Me parece que fijar eso demasiado
definidamente dentro del período de 1,260 años nos pone en
serios aprietos en ambos extremos, y creo que tenemos que
hacer muchos ajustes en las frases y las palabras en
nuestra literatura en relación con el sábado y el papado
para hacer la cosa consistente con lo que en realidad
ocurrió antes de los 1,260 años y después.
A. G. DANIELLS: Ahora bien, el
poder del cuerno representa el papado desde su condición
de embrión hasta su destrucción, ¿o no? Ahora bien, ¿es
necesario ubicar el surgimiento del establecimiento de ese
cuerno en 533 en el tiempo que decimos que se convirtió en
un poder monárquico? A mí me parece que esa es la
cuestión. ¿Es ésa nuestra posición? ¿Es ésa una posición
correcta? ¿Es ésa una posición necesaria? ¿No había un
poder del cuerno mucho tiempo antes?
E. R. PALMER: Esa es una
cuestión muy grave. Si la cosa no se estaba desarrollando,
si no estuvo creciendo durante mucho más que 1260 años,
entonces hubo ciertos desarrollos que eliminaron los 1260
años de una manera definida.
A. G. DANIELLS: Como un poder
vivo, actuante, la bestia, por medio de varias medidas en
diversas épocas, hizo varias cosas. Ahora bien, una de las
cosas que el cuerno pequeño hizo fue atacar a Jesús por
medio de su ley y el sábado. Ciertamente lo hizo antes de
que llegara ese decreto de Justiniano. ¿No hay peligro en
reconocerlo como un poder representado por un cuerno antes
de que se anunciara el decreto? Si eso no es necesario,
¿entonces qué hay de malo en reconocer el cumplimiento de
la profecía cuando fue dividida en diez partes?
W. W.. PRESCOTT: Aquí hay otra
dificultad, y es que fijamos el Concilio de Laodicea en la
fecha más tardía, antes de la ruptura del imperio, así que
tenemos esa acción. Si atribuimos mucha importancia al
Concilio de Laodicea, fue
antes de que comenzara la división del imperio.
M. C. WILCOX: ¿Consideraremos
el inicio de ese poder representado por un cuerno, la suposición del poder mismo, o el
reconocimiento de esa toma de posesión por parte del
estado?
W. W. PRESCOTT: Lo tomamos
desde el comienzo mismo, cuando Constantino llegó a Roma,
cuando Atila apareció frente a Roma. ¿Era el papa el poder
principal en ese tiempo? ¿No hizo retroceder a Atila? ¡Sí!
Entonces, ¿no podemos retroceder aun hasta ese tiempo?
¿Cuál fue un gran paso en la toma de posesión de ese
poder? ¿Cuando Constantino llegó a Roma y apareció el
papa? Eso fue an la primera parte del siglo cuarto. Ahora
bien, como el hermano Palmer indicó, los 1,260 años marcan
una fase especial de ese poder romano, y allí como que
entra en esa profecía bajo ese tema, pero no veo cómo
podemos dejarlo fuera de eso porque hay cosas que aparecen
en ese entonces que son muy
vitales.
H. C. LACEY: Yo también me
enfrenté a eso cara a cara durante un tiempo, y trato de
adherirme a nuestro punto de vista tradicional. Nuestro
libro dice 538. Hemos cambiado eso a 533, y continúa 126
años. Creo que hay mucha verdad en eso. Parece que el
sábado fue cambiado antes de eso. La iglesia se volvió a
la observancia del domingo antes de 533 o 538.
A. G. DANIELLS: Usted dijo
nuestra posición de que el papado surgió en 538. ¿Quiso
usted decir que fue en ese
momento cuando recibió el poder supremo?
H. C. LACEY: ¿Podríamos decir
que el papado hizo algo antes de ese tiempo especial
cuando quizás el papado surgió de la manera a la que
nosotros nos referimos? He usado este pequeño incidente al
que se hizo referencia, acerca de la mujer que azotaba al
emperador. Una anciana andaba ufanándose de que había
azotado al emperador, porque ella lo puso sobre sus
propias rodillas y le dio una azotaina. (C. P. BOLLMAN: Ha
debido continuar haciéndolo [Risas]). No fue al emperador
al que azotó. Era la misma persona que se convertiría en
emperador de ella antes de mucho. Encuentro que la Biblia
trata de esta misma manera el nacimiento de Jesucristo. No
llegó a ser el Cristo sino hasta el año 27 A. D., pero se
dice que nació en el año 5 A. D. Esa es una fecha
exactamente análoga. El papado puede surgir en 538, pero
la iglesia apóstata se desarrolló antes, y poco después
cambió el sábado.
¿No podemos tener una figura de
prolepsis? Algunos consideran el símbolo en lugar de la
cosa a la que se hace referencia, como cuando la hermana
White dice que el papa cambió el sábado. Ella consideraba
el papa como representante de ese sistema. No se proponía
identificar a un papa en particular, sino sólo en términos
generales. Decimos que esta es la la casa del rey, del
concilio. "El rey" simplemente representa al gobierno, y
el papa representa el papado. La iglesia apóstata cambió
el sábado. Poco a poco, el cambio se desarrolló, y luego
el papa puso la mano en la institución del domingo y la
elevó de categoría.
Y así, como está en la
actualidad, el gran patrocinador de la observancia del
sábado es el papado.
W. W. PRESCOTT: ¿No es verdad,
un hecho de la historia, que el papado ejerció mayor poder
político en los siglos
cuarto y quinto que bajo Justiniano?
LACEY: Ciertamente.
C. M. SORENSON: Todos
reconocemos que una correcta explicación incluye todos los
hechos del caso. Por supuesto, esa es la única explicación
que reconoce todos los hechos del caso, y es la
explicación ideal que procuramos.
Hemos estado hablando de hacer
que la Biblia diga ciertas cosas, y por supuesto, eso es
erróneo. Pero hay otra mala práctica, y es hacer que la
historia diga ciertas cosas. Ese es uno de los malvados
legados que nos dejó el liderazgo de A. T. Jones. Sus
libros están llenos de esa práctica, y los hemos destinado
al montón de basura. Contienen algunos hechos, pero éstos
están prejuiciados por ideas preconcebidas.
Ahora bien, aquí hay otro
punto: No hay ninguna conexión entre arrancar tres cuernos
y entregar los santos en sus manos durante tiempo, y
tiempos, y la mitad de un tiempo. Sería mejor que mantuviéramos esas dos líneas absolutamente separadas.
Por lo que concierne a la
posición del papado, no ocurrió ningún
cambio tremendo en 533. Hay esa cuestión de la supremacía. ¿Comprendemos el uso de eso? Hubo un tiempo en que el papado era el poder
supremo en Europa - desde el 1100 hasta el 1300. El papado
no fue supremo en ningún sentido ordinario del término
durante 1,260 años, pero sí ejerció dominio sobre el
pueblo de Dios.
M. C. WILCOX: Yo he estado tratando de hallar un término
adecuado. ¿Qué sugiere usted?
C. M. SORENSON: La palabra "dominio".
M C. WILCOX: Esa es la palabra que yo he estado usando --
dominio papal.
C. M. SORENSON: Durante esos
doscientos años, el papado ejerció realmente supremacía
política sobre todo el resto de Europa y la civilización.
El rey John, en la cúspide de ese período, entregó
su reinado al papa.
W. W. PRESCOTT: Hermano
Sorenson, ¿se puede decir que el dominio papal comenzó en
533?
C.M. SORENSON: En ese tiempo,
hubo un decreto legal de Justiniano. Pero el dominio real
sobre el pueblo de Dios disminuyó al principio y al final
por amor a los escogidos. Parece haber disminuido un poco
al principio, pero más especialmente al final de ese
período.
W. W. PRESCOTT: Lo sé, hermano
presidente. Fue una gran sorpresa para mí después de que
hube leído nuestros libros, cuando leí la historia y
descubrí que la supremacía papal sólo tuvo lugar desde
1100 hasta 1300, gradualmente alcanzó ese clímax, y luego
se desvaneció gradualmente. Creo que hemos usado ese
término "supremacía" muy descuidadamente. Hemos oído y hemos leído
que, en 538, el papa alcanzó la supremacía, pero fue en
ese mismo año cuando fue absolutamente
humillado.
C. M. SORENSON: Ése fue uno de
los peores años que tuvo en su vida.
W. W. PRESCOTT: Y sin embargo,
leemos en nuestros libros y oímos en nuestros sermones
que, en 538, el papa alcanzó la supremacía. Si hay alguna manera de corregir estas
afirmaciones, ojalá se hiciera.
W. L. BIRD: La Edad Media
debería debería ser considerada de la misma manera.
C. P. BOLLMAN: Sólo me gustaría
leer la profecía. "Después de esto miraba yo en las
visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia,
espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual
tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y
desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy
diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos".
[Daniel 7:7 -- N. del T.].
Ese es un cuadro de 478.
"Mientras yo contemplaba los
cuernos, he aquí otro cuerno pequeño salía entre ellos, y
delante de él fueron arrancados tres cuernos de los
primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de
hombre, y una boca que hablaba grandes cosas". [Daniel 7:8
-- N. del T.].
¿Cuándo surgió este cuerno
pequeño? ¿Entonces, o doscientos o trescientos años antes?
Dice: "Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí, salía
entre ellos". Y el término "otro" le dice a mi mente que los
diez cuernos estaban allí cuando el cuerno pequeño surgió.
Surgió "entre ellos". Deben haber estado allí, de lo
contrario, el cuerno pequeño no podría haber surgido entre
ellos, y deben haber estado allí, de lo contrario no
podría haber habido "otro". Me parece que tendremos que
resolverlo según los lineamientos indicados por el
profesor Lacey. Creo que atribuimos a este poder algunas
cosas que, en realidad, se
hicieron antes.
A. G. DANIELLS: Esto es muy
interesante y de mucho provecho, y lo que se ha dicho aquí
muestra que se requiere un estudio cuidadoso, y comparar puntos de vista y enseñanzas.
Consideremos cómo la revelación de estos espinosos problemas
influyó, o puede haber influido, para que el Dr. Samuele
Bacchiocchi comenzara a caminar por el sendero iconoclasta que
le condujo, sin proponérselo, a convertirse en un poderoso
"testigo hostil" contra la doctrina del sábado y las
afirmaciones proféticas de Ellen White.
BACCHIOCCHI INTENTA REFUTAR
A D. M. CANRIGHT
El principio del fin de la credibilidad de la creencia sabadista
modelo comenzó en el año 1977 con la publicación del
controvertido libro del Dr. Samuele Bacchiocchi From
Sabbath to Sunday [Del
sábado al domingo]. Este libro, investigado por este teólogo
Adventista del Séptimo Día y erudito sabático, intentó refutar
los argumentos antisabadistas del archiapóstata líder ASD D. M.
Canright. Canright, el más importante líder de alto nivel que
jamás renunciara al adventismo, abandonó la Iglesia en 1887 y
comenzó a confrontar a sus anteriores asociados tanto con las
imposibilidades bíblicas e históricas del sábado como las
fraudulentas afirmaciones de Ellen White. Su opinión de ella era
especialmente digna de consideración porque había trabajado
hombro con hombro con Ellen y su esposo, James, por años antes
de su asombrosa apostasía.
Su investigación de la cuestión del sábado y el domingo fue la
más extensa desde la obra de Peter Heylyn, que había investigado
el tema para el rey James en Inglaterra. En general, nuestro
estudio de la interacción entre líderes adventistas y D. M.
Canright indica que los primeros pasaron poco tiempo intentando
responder a los hallazgos de la investigación de él, pero mucho
tiempo tratando de desacreditar su carácter. Desafortunadamente,
de alguna manera, en círculos adventistas se inició el rumor de
que Canright se había retractado de su apostasía en su lecho de
muerte. Uno de esos relatos decía que estaba sollozando porque
había perdido su vida eterna. De manera interesante, Canright
había anticipado que la Iglesia probablemente iniciaría rumores
como éstos después de su muerte, así que en cada libro que
publicaba incluía una sección titulada "Mi posición actual" para
hacer más difícil que tales rumores alcanzaran credibilidad. Yo
atribuyo esta idea a un artículo escrito por un ex-adventista,
"Wiredog", en https://outofadventism.wordpress.com/2011/04/08/canright-be-wrong-give-it-a-rest/
También, el 8 de marzo de 1916, Canright firmó una declaración
jurada dando fe del hecho de que no se había retractado del
adventismo. (Murió el 18 de mayo de 1919). Se puede ver una
fotocopia de esta declaración jurada en este link de Internet, y se
puede ver el texto de ella yendo a nuestro calendario histórico
para 1916. http://outofadventism.files.wordpress.com/2011/04/affadavit2.jpg
Además, véase nuestro calendario histórico para 1916 para ver el
texto de la declaración jurada.
Cortesía de la colección de Robert K. Sanders de documentos
relacionados con los Adventistas, podemos presentar evidencia de
que él no se retractó entre 1916 y su muerte en 1919. En 1939,
Howard C. Fulton, pastor de la Iglesia Bautista de la Avenida
Belden, respondió a una pregunta de un cierto hermano Keithly
con respecto a si Canright alguna vez se había retractado.
Fulton responde, como se verá en una fotocopia de esta carta
(Véase el calendario histórico para 1939) que él tiene una
declaración de la sobrina de Canright, puesta por escrito por la
hija de Canright, la Sra. Geniveve C. Day [algunas fuentes dan su apellido como "Dey"],
que no hay nada de cierto en estos rumores. La sobrina era
Adventista del Séptimo Día, y lo había cuidado mientras estuvo
en el hospital donde murió. La probable conexión aquí era que
Canright había pastoreado una iglesia Bautista en e área de
Grand Rapids algún tiempo después de abandonar la Iglesia
Adventista.
En 1888, los líderes Adventistas publicaron el primer libro de
la Iglesia contra Canright, Replies to Elder Canright
[Respuestas al pastor Canright], anticipándose a que él pronto
publicaría un libro completo anti-Adventista. Canright publicó
ese libro, Seventh-day Adventism Renounced
[Mi renuncia al Adventismo del Séptimo Día], un año más tarde,
en 1889. Gracias a que
la Iglesia se adelantó, Canright pudo referir sus refutaciones
de las impugnaciones de ellos a los números de página de Replies
to Elder Canright. Debido a que a los líderes
Adventistas les gustaba poner todo por escrito, tenemos un
registro exacto de cuánto sabían los líderes de la
Iglesia y desde cuándo lo sabían, en relación
con los graves problemas con la doctrina del sábado.
Después, la Iglesia publicó una versión completa de su libro
contra Canright, Replies to Elder Canright´s
Attacks on Seventh-day Adventists [Respuestas
a los ataques del pastor Canright contra los Adventistas del
Séptimo Día] (Review and Herald), en 1895. Por consiguiente, tenemos abundancia de
evidencia del intercambio de argumentos a favor y en contra del
sábado entre Canright y los líderes de la Iglesia de su tiempo,
incluyendo su reprensión a esos líderes por saber que, durante
cuarenta años, no habían podido explicar las implicaciones,
fatales para el sábado, de Colosenses 2:14-17. Canright sabía
mucho de la lucha de la Iglesia por defender su doctrina del
sábado, pues había predicado a favor del sábado por décadas como
líder ASD de alto perfil.
Aparentemente, el propósito de Bacchiocchi al escribir From
Sabbath to Sunday era probar que, aunque
Canright tenía razón con respecto a un detalle -- que el sábado
mencionado en este pasaje es una referencia al sábado semanal --
estaba errado acerca de su propia conclusión de que este hecho
significaba que el sábado es una ordenanza judía caduca cuyo
cumplimiento no se requiere de los cristianos. Para imponer esta
interpretación pro-sabadista a Colosenses 2:14-17, el Dr.
Bacchiocchi no tenía más opción que judaizar el cristianismo
hasta el punto de que ni los adventistas perceptivos ni los
evangelistas podrían aceptarlo. Vale la pena observar que
Bacchiocchi no tuvo ningún problema en ese momento en
reconocer que la lingüística de este pasaje prohibe cualquier
otra possible interpretación que no sea la de que el sábado de
este pasaje es el sábado semanal del Decálogo. También tuvo la
visión de reconocer que, a menos que hubiese una respuesta para
este problema, este pasaje niega claramente cualquier apoyo
bíblico para enseñar que los cristianos deben guardar el sábado
judío.
Debido a que Bacchiocchi nunca hizo concesiones acerca de su
teoría de que las "sombras" que Pablo hizo a un lado eran las
leyes humanas de los judaizantes, no las ordenanzas mismas, sus
cambiantes puntos de vista acerca de la referencia al sábado en
Colosenses 2:14-17 no disminuyó el nivel extremo de la
judaización del cristianismo, que era característico de su
enfoque. Sus puntos de vista revisados tampoco negaban su
desafío tácito a las afirmaciones proféticos de Ellen White de
ninguna manera significativa.
El Dr. Bacchiocchi también buscaba demostrar que, aunque D. M.
Canright estaba en lo cierto al enseñar que la observancia
universal del domingo llegó demasiado temprano para que fuese
atribuida a la influencia de la Iglesia Católica Romana, el
"abandono", por parte de la iglesia primitiva, de la observancia
del sábado todavía era
resultado de la apostasía. Esta segunda concesión a lo correcto
de los hechos de Canright -- pero no a sus conclusiones sobre
esos hechos -- contradice de plano la afirmación de Ellen White
de que Dios le había mostrado en visión que la Iglesia Católica
era responsable de haber cambiado el día de reposo del sábado al
domingo.
En nuestra introducción, explicamos que Oriente fue el centro de
poder en el mundo cristiano durante los primeros 500 años o más
de la fe. Discutimos cómo la doctrina y la práctica cristianas
se desarrollaron en Oriente. Presentamos el hecho de que la
Iglesia Ortodoxa de Oriente fundó muchas de las iglesias de
Occidente y tuvo un alto grado de control sobre esas iglesias,
incluyendo la iglesia de Roma. Mencionamos que, en ocasiones, la
iglesia de Oriente había depuesto obispos de Roma que se habían
alejado demasiado de las ideas ortodoxas. Señalamos que los
estudios doctorales del Dr. Bacchiocchi fueron hechos en Roma a
principios de la década de 1970, e indicamos que, posiblemente,
sus profesores del Vaticano no hicieron énfasis en la supremacía
de la Iglesia Oriental lo suficiente como para ayudarle a captar
cuán improbable era que Roma hubiese podido desarrollar el
concepto de la observancia del domingo, mucho menos imponerlo a
los otros obispados del entonces mundo cristiano.
Si bien el primer papa de la Iglesia Católica Romana, Gregorio
el Grande, se
instaló en 596 A. D. y reinó en 596-604 A. D., los grandes concilios de la
Iglesia todavía tenían lugar en Oriente, incluyendo uno en 787
A. D. (Segundo Concilio de Nicea), y el último en 869 A. D.
(Cuarto Concilio de Constantinopla). Por tanto, con toda probabilidad, el papa de la Iglesia de Occidente
(Roma) no habría tenido el poder para desarrollar y dictar
doctrinas cristianas sino hasta después del 869 A. D., y
ciertamente no antes de 787 A.D.
Bastante antes de la apostasía de Canright, y mucho antes del
tiempo de Bacchiocchi, J. N. Andrews, el verdadero primer
erudito sabático del Movimiento Adventista, citó fuentes
históricas que decían que la observancia del domingo ya se había
difundido para fines del siglo segundo (o 200 A.D.). En su
edición revisada de 1873 de History of the Sabbath and the
First Day of the Week [Historia del sábado y
del primer día de la semana], cita a un respetado historiador de
época muy temprana, Joachim
Meander (1650-1680), que dijo esto:
Ahora leamos lo que Neander, el más distinguido de
los historiadores de la iglesia, dice de esta autoridad
apostólica en la observancia del
domingo:
"Como todas las otras festividades, la del domingo
fue siempre una ordenanza humana, y estaba lejos de las
intenciones de los apóstoles establecer un mandamiento
divino a este respecto. Lejos de ellos, y de la iglesia
apostólica primitiva, transferir las leyes del sábado al
domingo. Quizás a finales del
siglo segundo, había comenzado a tener lugar una falsa
aplicación de esta clase; porque, por esa época, los
hombres parecen haber considerado pecado trabajar en domingo.
(Énfasis de los autores).
Lo absurdo de la teoría de Ellen White sobre la Iglesia Católica
Romana es evidente por sí solo. No es posible que Andrews haya
dejado de ver que la teoría de White era contraria a todos los
hechos que había a su disposición en ese tiempo. Canright no
había descubierto nada nuevo, y Bacchiocchi no se había
tropezado con nada que Andrews y Canright no supiesen. La
investigación de Bacchiocchi apenas proporcionó aclaraciones
adicionales al proceso del "abandono" del sábado y fijó una
fecha más exacta para cuándo el proceso había madurado más
plenamente, 140 A. D. Ciertamente, el proceso había alcanzado su
pleno desarrollo, puesto que, para el año 200 A.D., trabajar en
domingo era considerado pecado.
Es importante que nuestros lectores comprendan que Andrews,
Canright, Bacchiocchi y nosotros tres, los que escribimos este
libro, admitimos que la observancia del domingo era "universal"
para fines del siglo segundo, y que siempre ha habido pequeños
grupos de creyentes en la observancia del sábado. Cuando los
actuales autores se ponen del lado del Dr. Bacchiocchi acerca de
la fecha del 140,queremos decir que, para esa época, la vasta
mayoría de los cristianos de todo el mundo no observaban el
sábado judío, que el principal reconocimiento del concepto del
sábado era celebrarlo como día festivo en ciertos puntos del
calendario litúrgico, y que tenían culto en domingo. Además,
sabemos que las iglesias ortodoxas griegas nunca guardaron el
sábado porque sus bien llevados archivos prueban esto, y creemos
que toda la evidencia apunta al hecho de que la iglesia de Roma
recibió sus doctrinas y prácticas del Oriente mucho antes de que
hubiese tal cosa como el papado o la Iglesia Católica Romana.
Aunque el Dr. Bacchiocchi, o era ignorante de la abrumadora
supremacía de la Iglesia de Oriente durante estos primeros
siglos, o decidió ignorar este hecho, admitió tácitamente que
Ellen White había mentido sobre sus visiones sobre el sábado, se
vio obligado a desarrollar una serie de teorías alternas para
mantener su agenda personal para demostrar, de alguna manera,
que la Iglesia de Occidente era, sin embargo, responsable del
llamado "cambio de día". La teoría del reemplazo que él
desarrolló para explicar el fenómeno del "abandono" del sábado
en Occidente -- la Teoría Judía de la Persecución -- no fue
aceptada por los eruditos bíblicos porque contrastaba gravemente
con los hechos de la historia secular y eclesiástica. Tampoco
ayudó que Bacchiocchi se viera obligado a admitir que no podía
demostrar ningún enlace entre el culto al sol y la adopción de
la observancia del domingo por parte de los cristianos.
Comentaremos esta concesión clave suya en un capítulo
subsiguiente.
LA RESPUESTA EVANGÉLICA A
BACCHIOCCHI
Tanto adventistas perceptivos como evangélicos cuidadosos pronto
vieron que el intento de Bacchiocchi de dar vuelta al "cañón" de
Colosenses 2:14-17 y apuntarlo a los rostros de sus oponentes
antisabadistas era una estratagema barata. El hecho de que
tuviera acceso a los incomparables recursos del Vaticano mismo
pero no pudiera usar esos recursos para desarrollar un análisis
creíble de por qué los cristianos abandonaron el sábado judío en
favor de la observancia del sábado indicaba que tampoco era
posible que nadie más lo hiciera.
Tres factores se combinaron para galvanizar a la comunidad
evangélica para que intensificase el ya existente programa de
investigación sobre la Cuestión del Sábado y el Domingo y lo
convirtiera en un proyecto tipo Manhattan, decidido a poner fin
al debate de una vez por todas.
- La autoridad de las
credenciales eruditas del Dr. Bacchiocchi como graduado de
la Pontificia Universidad Gregoriana del Vaticano.
- La judaización del
cristianismo, que resultó de su enfoque original de 1977
sobre Colosenses 2:14-17.
- La agresividad de su
esfuerzo para convertir al clero evangélico vendiendo a gran
escala su libro a líderes evangélicos y al clero evangélico.
El erudito evangélico D. A. Carson y un equipo de
respetados eruditos bíblicos ya habían estado trabajando en un
proyecto de investigación sobre la Cuestión del Sábado y el
Domingo cuando el Dr. Bacchiocchi publicó From
Sabbath to Sunday
en 1977. Este evento funcionó poniendo su programa en alta
velocidad, y se hizo una notable serie de descubrimientos entre
1977 y 1982. El descubrimiento más importante fue el de que, en
el hebreo original, Moisés, escribiendo en Génesis 2, Éxodo 16 y
Éxodo 20, usó un extenso número de indicadores literarios para
explicar que la ordenanza del sábado no comenzó en la creación,
que fue introducido por primera vez cuando se dio el maná en la
época del Éxodo, y que era una nueva ordenanza que sólo seguía
el modelo de la semana de la creación. En 1982,
Carson y su
equipo publicaron sus descubrimientos en su libro From
Sabbath to Lord´s Day [Del sábado al día del
Señor]. Cada capítulo tenía la autoría de un experto en su
campo, y cada capítulo estaba dirigido a una debilidad
específica en los métodos de investigación y las conclusiones
del Dr. Bacchiocchi. Después de 1982, la única excusa para las
enseñanzas sabáticas es una falta de conocimiento de la
investigación del equipo Carson.
EL DESCUBRIMIENTO LINGÜÍSTICO HEBREO
La razón de que las enseñanzas antisabadistas de Génesis 2,
Éxodo 16 y Éxodo 20 no fueran ampliamente reconocidas antes de
que fuera publicada la investigación Carson fue la frecuente
utilización, por parte de Moisés, de convencionalismos
singulares de uso del hebreo. Estos mecanismos lingüísticos no
pueden traducirse satisfactoriamente en ningún otro idioma. Por
ejemplo, sólo un hebreo leyendo en hebreo (o un erudito con una
comprensión casi nativa del idioma) entendería lo que Moisés
"dijo" cuando añadió la frase sufija: "Y fue la tarde y la
mañana el día séptimo", como lo había hecho, respectivamente,
después de su descripción de lo que tuvo lugar en los otros días
de la semana de la creación. Como explicaremos más tarde, este
fue un convencionalismo establecido que limita la aplicación de
los sucesos de ese día a ese mismo día. Los que estudian idiomas
extranjeros pronto se encuentran con el hecho de que hay
palabras, frases, y conceptos que simplemente no pueden
traducirse completamente de un idioma a otro. Este es sólo uno
de muchos singulares convencionalismos de uso del idioma hebreo
que Moisés utilizó para alcanzar un nivel de claridad que era
imposible que fuese malentendido.
Hasta que apareció el enfoque iconoclástico del Dr. Bacchiocchi
defendiendo el sábado, los eruditos evangélicos y ortodoxos no
habían tenido ningún motivo particular para examinar en
profundidad lo que Moisés había dicho acerca del sábado en
hebreo original, ni tampoco pasar ningún tiempo considerable
tratando con un problema que parecía haber sido resuelto durante
la crisis sabática de la época del rey James. Los teólogos
sabadistas evitaban este tema deliberadamente. La naturaleza
humana sugiere que, de haber sido un erudito sabadista el que
descubrió lo que Moisés quiso "decir" realmente, se habría
sentido inclinado a sacarlo de su mente y hacer como que lo que
había visto no estaba allí. Con seguridad, no le habría contado
lo que había descubierto a la iglesia sabadista que le pagaba su
salario.
Nuestra comprensión relativamente nueva de la lingüística hebrea
explica por qué los judíos siempre han creído que el sábado fue
dado por primera vez en la época del Éxodo, y por qué creen que
el sábado fue dado a Israel solamente. El pueblo hebreo entiende
su propio idioma. Más tarde, examinaremos los problemas que hay
con la afirmación del Dr. Bacchiocchi de que los judíos llegaron
a enseñar que el sábado fue dado para ellos solamente, por una
conveniencia política que se desarrolló varios cientos de años
antes del nacimiento de Cristo.
Puesto que se ha sabido con certeza desde 1982 que el sábado no
se originó en la creación, es sorprendente para cualquiera,
desde la publicación del libro de Carson From
Sabbath to Lord´s Day, que
alguien haya pretendido escribir un libro defendiendo la
doctrina del sábado afirmando que es una ordenanza de la
creación. En sus libros subsiguientes sobre el sábado, el Dr.
Bacchiocchi y sus sucesores continuaron usando el argumento del
sábado en la creación como base para el modelo de la doctrina
del sábado. En realidad, mientras más se descubren y articulan
otras clases de argumentos antisabadistas, más golpean la mesa
estos teólogos ASD y afirman que, puesto que el sábado es una
ordenanza de la creación, no hay ningún argumento válido posible
contra el sabadismo.
OTROS DESCUBRIMIENTOS DEL
EQUIPO CARSON
El equipo Carson redescubrió el principio de que la observación
de la ordenanza de la circuncisión es un requisito previo para
la observancia del sábado, bien que esa persona sea un judío o
un prosélito de la fe judía. Este hecho ha sido conocido por los
cristianos desde el mismo comienzo. Los fundadores del
cristianismo eran judíos ellos mismos, y los judíos han
entendido el principio de la sujeción de la ordenanza del sábado
desde el tiempo de Moisés hasta la actualidad. Entonces, lo que
el equipo Carson logró fue demostrar (proporcionar evidencia más
allá de toda duda sensitiva) que el concepto de que los
cristianos tienen que guardar al sábado judío desafía lo que la
Biblia enseña claramente cuando se la estudia con el propósito
de comprender sus temas principales, principios y
dispensaciones.
El equipo Carson también descubrió la importancia de la
controversia en la iglesia de Oriente. Como apoyo para el
principio de que la doctrina y la práctica cristianas fueron
establecidas por la iglesia de Oriente, observaron que el obispo
de Roma ni siquiera pudo persuadir a los otros obispados de
adoptar el día del año que él deseaba designar como pascua. La
controversia de la pascua fue dilucidada en el Primer Concilio
de Nicea, celebrado en Oriente en 325 A.D., y no eligió el día
impulsado por el obispo de Roma. El emperador de Roma escribió
cartas a los otros obispos en todo el imperio instándolos a
cooperar adoptando unánimemente el día seleccionado por el
Concilio. Proporcionaremos la referencia de Carson más tarde en
el contexto de una discusión más completa de este tema. Véase
también el artículo en línea de la Enciclopedia Católica "Controversia Sobre la Pascua". Si el
obispo de la Iglesia de Roma no pudo conseguir que las otras
iglesias del mundo cristiano adoptaran para la Pascua el día que
él había elegido, ¿cómo podía cualquiera pensar que él podía
persuadirlos de que adoptaran un día de culto diferente del que
ellos supuestamente habían estado guardando por cientos de años?
LA RESPUESTA ADVENTISTA DEL
SÉPTIMO DÍA A BACCHIOCCHI
La respuesta de los pensadores adventistas
perceptivos
Dentro de cuatro años de la publicación de From
Sabbath to Sunday, el mundo tenía una
respuesta para las enseñanzas radicales del Dr. Bacchiocchi en
el perceptivo y brillante teólogo Adventista del Séptimo Día
[ahora ex-adventista] Robert
D. Brinsmead, que publicó su autorizado ensayo "Sabbatarianism
Re-examined" [El sabadismo reexaminado] en
1981. Esta obra integraba recientes investigaciones eruditas
sobre la cuestión del sábado con antiguos conocimientos
antisabadistas. Sus principales contribuciones al debate sobre
el sábado y el domingo incluían la importancia del cuadro,
recientemente aparecido, de la tremenda diversidad de la iglesia
primitiva, la relación de la circuncisión con la observancia del
sábado en el pensamiento judío, y la diferenciación judía entre
la Torá y la ley de Noé. Brinsmead es un australiano acaudalado
que parecía haber tenido el lujo de tiempo abundante para
investigar la cuestión del sábado durante los cuatro años que
siguieron a la publicación del libro del Dr. Bacchiocchi en
1977. En 1982,
Brinsmead publicó un suplemento a "El sabadismo reexaminado",
titulado "A Digest of the Sabbath
Question" [Un resumen de la cuestión del
sábado], que proporcionaba apoyo erudito adicional para sus
principales puntos con alguna información adicional. La calidad
de su segundo trabajo antisabadista indicaba que había invertido
incontables horas de estudio adicional -- un lujo que podía
darse como resultado de ser acaudalado, independiente, y por lo
tanto, no estar motivado por el temor a perder su empleo en la
iglesia.
Como mencionamos antes, los Adventistas del Séptimo Día
perceptivos pronto se dieron cuenta de que el Dr. Bacchiocchi
insultaba las afirmaciones proféticas de la profetisa de la
Iglesia, Ellen G. White. Este ataque sin precedentes contra el
don profético de ella por parte de un profesor de seminario hizo
que algunos pensadores adventistas perceptivos vieran problemas con el sabadismo
que probablemente jamás habrían notado si el Dr. Bacchiocchi no
hubiese demostrado que el sabadismo conducía inevitablemente a
sus "absurdas" conclusiones. El resultado fue que los estudios
de estos hombres hicieron que abandonaran el sabadismo. He aquí
lo que vieron:
Primero. La doctrina del
Dr. Bacchiocchi de que los cristianos -- para creer que el
sábado no estaba clasificado por Pablo como una "sombra"
anticuada -- también debían creer que los cristianos estaban
obligados a guardar las leyes dietéticas judías, los sábados
anuales, y los sábados mensuales (las
celebraciones/observaciones de la luna nueva), contradiciendo
directamente una doctrina enseñada por Ellen G. White, la cual
afirmaba que Dios le había mostrado que todas las "leyes
ceremoniales" habían sido clavadas en la cruz.
Segundo. El Dr.
Bacchiocchi distinguía claramente entre la Iglesia de Roma,
que existió por cientos de años antes de que existiera la Iglesia Católica Romana,
por un lado, y la Iglesia
Católica Romana misma, que creció de la Iglesia de Roma
para convertirse en el papado, por el otro, siendo el primer
papa coronado alrededor del año 600 A.D. Bacchiocchi enseñaba
que fue la Iglesia de
Roma la que inició la descontinuación de la observancia
del sábado, y que la Iglesia Católica Romana simplemente
fortaleció la observancia del domingo apilando sobre el domingo
honores más y más grandes. Como comentaremos más adelante,
Bacchiocchi enseñaba la Teoría de la Persecución Judía de que la
Iglesia de Roma
se distanció de la observancia del sábado porque el Imperio
Romano perseguía a los judíos en esa época y la Iglesia de Roma
no quería que los romanos siguieran el enlace de la observancia
del sábado hasta los cristianos. Así, pues, Bacchiocchi
contradecía directamente las afirmaciones de Ellen White acerca
de cómo la observancia del sábado fue abandonada a favor del
domingo.
Fueron las investigaciones de Robert D. Brinsmead, combinadas
con las del equipo de D. A. Carson, las que motivaron a los
adventistas perceptivos a abandonar el adventismo después de
estudiarlo y a iniciar el nuevo movimiento antisabadista que en
la actualidad amenaza a las iglesias observadoras del sábado,
especialmente la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
LO QUE LA IGLESIA HIZO ACERCA
DE LA TEOLOGÍA DE BACCHIOCCHI
Los líderes Adventistas del Séptimo Día hicieron como que el
problema de Bacchiocchi no existía. Bacchiocchi se convirtió en
el primer teólogo Adventista en perder su empleo como resultado
de enfrentarse a Ellen White sobre cosas que ella había
atribuido a visiones de Dios. Los Adventistas conservadores
estaban horrorizados. El adventismo no se atrevía a reconocer la
existencia de algunos de los más nuevos argumentos
antisabadistas, mucho menos tratar de refutarlos, porque hasta
la mención de la mera posibilidad
de que tales cosas pudieran ser ciertas, podría sembrar semillas
de duda que podrían hacer que un perceptivo seguidor de Ellen
White comenzara a cuestionar cosas que, como Adventista, "era
mejor no tocar". En vez de eso, la Iglesia continuó pagando al
Dr. Bacchiocchi su salario de seminarista, y él continuó
escribiendo libros para defender su obra de la creciente
tormenta de críticas que el libro From Sabbath to
Sunday llovían contra él tanto de parte de
Adventistas que habían abandonado el Adventismo después de
estudiarlo, como de parte de la comunidad evangélica. En 1998, publicó el libro Sabbath
Under Fire [El sábado bajo fuego enemigo],
calculado para responder a las acusaciones dirigidas contra él
por sus oponentes antisabadistas durante las dos décadas
anteriores. También modificó su posición acerca de qué
exactamente fue clavado en la cruz en Colosenses 2:14-17. (Más
adelante, comentaremos en detalle esta nueva posición). Luego,
pasó a publicar una serie de tres libros que enseñaba a los
cristianos cómo guardar los días sagrados judíos que él creía
todavía tenían una relevancia que se extiende a la dispensación
cristiana -- reforzando así su inevitable enseñanza consecuente
de que los cristianos deben guardar todas las ordenanzas judías
mencionadas, junto con el sábado semanal, en este pasaje.
Treinta años después de que el Dr. Bacchiocchi publicó su
desastrosa defensa de la doctrina del sábado, la Iglesia encargó
al Dr. Skip MacCarty
(que en ese tiempo servía en el equipo pastoral de la Iglesia
Pionera Memorial de la Universidad de Andrews, donde está
situado el Seminario del Séptimo Día) que escribiera otra
completa apología de la doctrina del sábado de la Iglesia. Uno
creería que los líderes adventistas querrían enterrar para
siempre el recuerdo del fiasco sabático de Bacchiocchi, pero
éste no fue el caso. Desafortunadamente, el comité director de
MacCarty parece haberle guiado en la preparación de un libro que
sólo volvería a mezclar las fallidas ideas del Dr. Bacchiocchi y
las presentaría en un paquete más atractivo. Más adelante,
revisaremos en detalle la teología del libro de MacCarty,
publicado en 2007, In Granite or Ingrained?
[¿En granito o inculcado?].
La Iglesia pagó los salarios de otros teólogos Adventistas para
que crearan todavía más teorías para ayudar a que la
cuestión del sábado
tuviera más sentido que el Dr.
Bacchiocchi. Más adelante, examinaremos el libro Out of Easter Theory
[Teoría de la Pascua], tal como fue articulado por Kenneth A.
Strand, y Animal
Sacrifices Theory [Teoría de los sacrificios animales],
desarrollado por el Dr. Ronald du Preez, titulado Judging
the Sabbath: Discovering What Can´t Be Found in Colossians
2:16 [Juzgando el sábado: Descubriendo lo que
no puede hallarse en Colosenses 2:16] , que intenta hallar una
explicación para las implicaciones antisabadistas de Colosenses
2:14-17 de una manera que contradiga al Dr. Bacchiocchi y, si
tuviese éxito, proporcionar un regreso al argumento ASD
tradicional de que el sábado de Colosenses 2:14-17 es en
realidad sólo una referencia a un "sábado ceremonial" lo que, a
su vez, significaría que Pablo no consideraba el sábado semanal
del Decálogo como una "sombra" anticuada. Además, examinaremos "Dual Day Theory" [La Teoría
del día doble] desarrollada por la Conferencia General de los
Adventistas del Séptimo Día como alternativa a la fallida Jewish Persecution Theory
del Dr. Bacchiocchi.
En resumen, antes del Dr. Bacchiocci, nunca había habido ninguna
pronunciada confusión interna en el Adventismo, pero no ha
tenido fin el caos en la teología Adventista desde la
publicación de su primer libro en 1977.
LO QUE LA IGLESIA HIZO CON
EL PROBLEMA ELLEN WHITE-CANRIGHT-BACCHIOCCHI
Era un día de actividad normal para los Adventistas del Séptimo
día. ¡Ignóralo y espera que se vaya! ¡Tápalo! ¿Acelera la
campaña de desinformación! El Dr. Bacchiocchi demostró que era
imposible que fuera correcta la afirmación de Ellen White de que
Dios le había mostrado que la Iglesia Católica Romana había
cambiado el sábado. Si se supone que el cristianismo es
racional, las reglas de la lógica exigen que ella sea
clasificada como una falsa profetisa. Sin embargo, este modus operandi no era nada
nuevo para los líderes Adventistas. Sólo tres años después de
que la Iglesia Adventista del Séptimo Día se organizó
oficialmente en 1863,
los líderes de la Conferencia de Iowa, Snook y Brinkerhoff,
documentaron sus encubrimientos mentirosos y fallidas profecías
en su libro The Visions of E. G. White Not of
God [Las visiones de E. G. White no son
de Dios], publicado en 1863.
Ellos ni siquiera conocían su hábito de plagiar las obras de
otros escritores mientras afirmaba, al mismo tiempo, que la
información llegaba a ella en visiones de Dios. Sin embargo, los
líderes de la iglesia no quedaron impresionados. La misma Ellen
White fue una de las principales fundadoras de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día.
Para cuando D. M. Canright apostató en 1877 y comenzó a escribir
libros que confrontaban a los líderes Adventistas con todavía
más pruebas de que ella era un fraude, la Iglesia se había
vuelto tan fuerte financieramente que no tenía ningún interés en
repudiarla. Sin embargo, para 1919,
se estaba volviendo muy difícil continuar la práctica de ofrecer
excusas por sus continuos fracasos en pasar las pruebas bíblicas
de un profeta. En 1899,
White escribióuna carta al Dr.
John Harvey Kellogg reprendiéndolo por haber construido
un edificio en Chicago con fondos desviados del Sanatorio de
Battle Creek en Michigan. Kellogg estaba avergonzado en extremo,
pero se vio obligado a rechazar como falso el "testimonio" de
ella -- lo cual creó una oleada de censura contra él por parte
de sus colegas Adventistas, puesto que había rechazado un
mensaje de la Mensajera Especial del Señor. Varios años más
tarde, Ellen admitió que, cuando tuvo la visión -- y cuando
escribió su testimonio de reprensión al Dr. Kellogg -- ella
había creído que aquel edificio o aquellos edificios había o
habían sido.construidos en Chicago; pero se defendió basándose
en que Dios simplemente le había mostrado lo que Kellogg planeaba hacer. Ella afirmó
que la visión era efectiva porque impidió la construcción de
aquellos edificios en Chicago -- una explicación improbable --
pues la autorización del estado de Michigan para el Sanatorio de
Battle Creek requería que todos los fondos se utilizaran dentro
del estado.
Nunca se disculpó con el Dr. Kellogg y ella, su hijo Willie
White, y otros oficiales de la Iglesia pasaron tiempo
considerable imaginando maneras de excusar el error. Esta metida
de pata profética fue sólo una de muchas que mantuvieron a la
Iglesia ocupada tratando de explicarlas. Lo que hemos visto en
nuestras investigaciones indica que fue una sarta de errores
garrafales proféticos entre el fiasco de Battle Creek y su
muerte en 1915 lo que finalmente obligó al presidente de la
Conferencia General a convocar una reunión supersecreta de
delegados de alto nivel a la Conferencia Bíblica de 1919 para
decidir si la Iglesia debía, en ese momento, renunciar a su
afirmación de que ella tenía un don profético, o si la Iglesia
debía continuar ocultando el problema. Más atrás, hemos
comentado el ocultamiento de la transcripción estenográfica de
los procedimientos, su descubrimiento explosivo en 1974, y su
devastadora publicación al público en la revista Spectrum en 1979.
También en el año 1974, Donald
R. McAdams, profesor de historia de la Universidad de
Andrews, encontró extensa evidencia de que Ellen White obtuvo
sus conceptos, la mayor parte de su material, y su teología para
su libro, The Great Controversy,
de un libro escrito mucho antes por H. L. Hastings, un anterior escritor Adventista
del Primer Día. El tíulo del libro era The Great
Controversy Between God and Man -- Its Origin, Progress, and
End [La gran controversia entre Dios y el
hombre -- su origen, progreso y fin]. McAdams observa que hasta
los títulos de los capítulos del libro de Ellen White tienen
nombres similares y su orden es casi idéntico. (Citado en "Ellen
White´s Habit" ["El hábito de Ellen White"],
de Douglas Hackleman,
que hace referencia a McAdams en Ellen G. White and
the Protestant Historians [Ellen White y los
historiadores protestantes], 1974. Los problemas con The
Great Controversy no eran nuevos. En 1911, la Iglesia se vio
forzada a gastar $3,000 para revisar este libro debido a la ira
causada por el hecho de que ella había plagiado extensamente. En
1911, $3,000 era mucho dinero. Las revisiones fueron exigidas
por los líderes de la Iglesia porque ella había copiado de
muchas fuentes sin dar crédito a los autores originales mientras
afirmaba que su obra había sido inspirada directamente por Dios.
El problema de 1911 comenzó cuando el Dr. Charles E. Stewart,
médico en el Sanatorio de Battle Creek, tropezó con evidencia de
que ella estaba plagiando, y se tomó el tiempo para hacer
algunas investigaciones para establecer cuán extensamente había
copiado. En un folleto, A Response to an Urgent Testimony
[Una respuesta a un testimonio urgente], que publicó en 1907,
colocó los plagios de ella junto a las fuentes originales a las
que ella no había dado crédito.
En 1976, el Dr. Ronald Numbers,
en aquel entonces profesor de la escuela de medicina de la
Universidad de Loma Linda, publicó su libro Prophetess
of Health [Profetisa de la salud], en el cual
delineaba evidencia concluyente de que Ellen White tomó sus
ideas sobre la reforma pro salud de otros autores que la habían
precedido hasta por 20 años -- en particular un tal Dr. Jackson.
Como de costumbre, el problema de sus copias era de menor
importancia en comparación con sus mentiras acerca de dónde
procedía esa información. Sus acciones causaban embarazo a Dios
porque resultó que gran parte de las enseñanzas de ella sobre la
salud eran completamente erróneas. Por ejemplo, los beneficios
de tomar café y té han sido completamente establecidos por la
ciencia sólo dentro de los últimos 10 años. Ellen White decía
que Dios le había mostrado que era pecado ingerir estas bebidas.
En 1982, el pastor de la ASD, Walter Rea, publicó su devastador
libro The White Lie
[La mentira White]. que se convirtió en un éxito de librería del
New York Times. Al Dr.
Rea se le concedió acceso especial a la biblioteca personal de
Ellen White para un proyecto que estaba llevando a cabo, y
mientras miraba en los libros de ella, descubrió que había
copiado libremente, casi palabra por palabra, de estos otros
autores, mientras afirmaba que Dios le había mostrado estas
cosas en visión. En su libro, el Dr. Rea demuestra el copiado de
ella hasta el punto de la saciedad. Luego, en 1990, un exhastivo
estudio de ocho años dirigido por el teólogo ASD Dr. Fred
Veltman, llegó a la conclusión de que más del 80 por ciento del
material del libro The Desire
of Ages [El deseado de todas las gentes] fue
"tomado prestado" de otros escritores. A pesar de todo esto, la
Iglesia todavía no mostró ningún interés en repudiar a su falsa
profetisa.
A medida que van pasando las décadas desde que el Dr.
Bacchiocchi demostró que Ellen White mintió acerca del origen de
su información para su afirmación de que la Iglesia Católica
Romana cambió el sábado, un teólogo ASD tras otro ha tratado de
desarrollar una teoría satisfactoria para reemplazar la
imposible afirmación de ella. Ni uno de ellos ha tenido éxito.
Si Ellen White hubiese estado a la altura de un verdadero
profeta, no habría sido necesaria ninguna teoría del reemplazo.
La respuesta de la Iglesia a la prueba del Dr. Bacchiocchi de
que Ellen White mintió acerca de sus visiones sobre el sábado
debería enseñarnos, por lo menos, que asistir a la iglesia
sabadista en busca de información sobre el sábado es como ir a
los fabricantes de equipo de teñido artificial para obtener la
verdad sobre los riesgos para la salud asociados con el
teñido artificial. O como acudir a los fabricantes de
cigarrillos en las décadas de 1980 y 1990 para conseguir la
verdad sobre los riesgos de fumar.
Hablando de compañías de cigarrillos, fue el descubrimiento de
varios memos internos como "pistolas humeantes" lo que convenció
a los tribunales de que la alta administración de estas
compañías de cigarrillos sabía que sus productos eran
peligrosos. Esta impresionante revelación del engaño de parte de
la alta administración, como lo revelan estos documentos
incriminatorios, contribuyó a propiciar una demanda de acción de
clase contra el Gran Tabaco. Estas compañías no revelaron
completamente la verdad sobre los peligros de sus productos. (En
noviembre de 1998, en una demanda de acción de clase en masa,
estas compañías de tabaco fueron obligadas a devolver
megamillones de dólares a individuos y agencias del gobierno en
una acción histórica, el Tobacco Master Settlemente Agreement
[Acuerdo maestro de compensación por el tabaco]. (Véase un
artículo en Wikipedia
con este título). De manera similar, los líderes Adventistas no
han revelado los términos del sistema de creencias que ellos
vendieron a sus miembros a cambio de sus diezmos y ofrendas. La
mayoría de los adventistas comunes no darían ni un céntimo de su
dinero duramente ganado si supieran que el sistema de creencias
por el cual están pagando con sus diezmos y ofrendas en realidad
no tiene ninguna base. La diferencia aquí es que la constitución
de los Estados Unidos protege a las organizaciones religiosas
hasta el punto de que no pueden ser demandadas por obtener
dinero de sus seguidores enseñándoles doctrinas que esas
organizaciones saben que son falsas.
La historia del desarrollo de la doctrina del diezmo en la
Iglesia Adventista del Séptimo Día es al mismo tiempo
interesante y reveladora. Al principio, James White rechazó el
concepto del 10% de los ingresos. En 1861, dijo: "Nosotros no insistimos en que el
sistema del diezmo israelita abarca todo el deber de
los creyentes en el mensaje [del tercer ángel]... Ese sistema era necesario en el
plan de Dios del sacerdocio levítico; pero, en el
mensaje final, este sistema presenta un llamado mucho más grande
para algo de esa clase". (R&H, Abril 9, 1864, p. 164). (Nota
del editor: Este "mensaje final" era una referencia a un
artículo sobre dar que apareció en una publicación anterior y
oscura del Movimiento Adventista). En su lugar, la Iglesia
adoptó un método diferente para recoger dinero de su grey,
llamado "Benevolencia Sistemática". Este método para recoger
fondos no funcionó muy bien, y con el tiempo, la Iglesia adoptó
el mismo sistema de diezmo israelita que James White había
rechazado antes. Nada menos que D. M. Canright presionó para que
se lo adoptara después de ver que el programa de Benevolencia
Sistemática no estaba funcionando.
La parte más interesante de la historia de la doctrina del
diezmo es que Ellen White afirmaba que Dios primero le mostró
que Benevolencia Sistemátrica era el plan que Dios quería para
su Iglesia, y más tarde afirmó que, aparentemente, Dios había
cambiado de idea y quiso que ellos adoptaran una variante del
sistema israelita que exigía el 10% del ingreso de cada miembro.
Como demostraremos en un capítulo posterior, esta bastardización
del sistema de diezmo israelita no podría haber sido aplicado en
Israel ni siquiera durante el período teocrático de su historia.
Nuestra investigación ha revelado una colección de "memos
pistolas humeantes" ASD, ambos escritos tanto en público como en
secreto - que prueban que los fundadores de la Iglesia sabían
que había problemas imposibles con la doctrina sabática de la
Iglesia más de 10 años antes de que la denominación se
organizara formalmente en 1863.
Hemos comentado los hallazgos, en 1866, de Snook y Brinkerhoff, siendo
la más amplia y más profundamente perjudicial las presentadas
por D. M. Canright a principios de 1887, las Minutas
de la Conferencia Bíblica de 1919, el libro de
Walter Rea, The White Lie,
publicado en 1982, y el Informe Veltman,
publicado en la revista Ministry
en 1990. Sin embargo, la manera de "ocupaciones como de
costumbre" en que el Adventismo ha usado el engaño y la
propaganda para ocultar la verdad sobre la base real del
Adventismo es todavía más profunda.
Cerca de 1853, J. N. Andrews intentó refutar la idea, expresada
en un trabajo antisabadista escrito por O.R. L. Crosier, de que
el sábado no fue instituido en la creación. Esto prueba que
Andrews, desde el mismo comienzo de sus esfuerzos investigativos
sobre el sábado, estaba familiarizado con la lógica y los hechos
detrás del concepto de que el sábado no fue dado al pueblo de
Dios sino hasta el Éxodo. En el mismo trabajo, "Review
of Objections to the Seventh-day Sabbath"
[Revisión de las objeciones al séptimo día sábado"], Andrews
admite que la observancia del domingo comenzó en tiempos
apostólicos:
1. Nunca hemos dicho que la
observancia del domingo como día festivo comenzó con
Constantino, ni que se originó en la ley que él puso en
vigor a nombre de este día. Por el contrario, creemos que,
como lo expresa Pablo, la apostasía papal comenzó aun en
los días de los apóstoles. 2 Tes. 2. Por eso, no nos
sorprende que, algún tiempo después de los días de los
apóstoles, los hombres comenzasen a tener ciertas
consideraciones hacia el domingo, como también al Viernes
Santo y al Jueves Santo (p. 8, Para. 8, "Review of
Objections to the Seventh-day Sabbath").
Este documento no está fechado, pero parece haber sido escrito
no más tarde que en 1863. Usted puede acceder a este documento
en esta dirección de Internet para la Early Advent Pioneer
Resource Library #1:
http://temcat.com/L-1-adv-pioneer-lib/Advent-Pioneer.htm
Mientras Ellen White y J. N. Andrews adornaban su imposible
teoría de la Iglesia Católica Romana, un contemporáneo de ellos,
el erudito bíblico escocés Robert Cox, había estado investigando
exhaustivamente la Cuestión del Sábado. Sabemos que Andrews
estaba familiarizado con la obra de Cox porque lo cita, pero
sólo en provecho de su propia agenda sabática -- algo hecho
posible porque representaba un catálogo de de todo lo de
importancia que se había escrito acerca de la Cuestión del
Sábado, ya fuese que la fuente fuese a favor del sabadismo o
contra él. En 1865,
sólo dos años después de la organización oficial de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día en 1863
y sólo un año antes del desenmascaramiento de Ellen White como
una falsa profetisa en 1866
por el libro de Snook y Brinkerhoff, The Visions of
E. G. White Not of God, Cox publicó su
abarcante obra en dos tomos, The Literature of the Sabbath
Question [La literatura de la Cuestión del
Sábado].
Como catálogo de ideas, la obra de Cox era tan objetiva como
podía serlo un libro sobre este tema controversial. Sin embargo,
por natural que fuese su presentación, los solos hechos enumerados en su obra probaban con
certeza una cosa, y es que el sabadismo siempre ha recibido
oposición por parte de la Iglesia Cristiana con bases
bíblicas bien articuladas, y muchas veces ha recibido
oposición con fundamentos tanto bíblicos como históricos.
Cox demostró que este principio es verdadero, ya sea que
miremos los escritos de los primeros padres, los
reformadores, o los teólogos y los eruditos desde la Reforma
hasta la actualidad. De acuerdo con Canright,
Andrews cita a Cox en las versiones posteriores de su Historia
del Sábado (la de Andrews), pero parece
indiferente a los muchos conceptos fatales para el sábado
catalogados en sus páginas. En la conclusión de su sección sobre
los escritos de los Primeros Padres en el Tomo Uno, Cox hace estas
generalizaciones:
¿Consideraron
el sábado como abolido por Cristo?
Es reconocido universalmente que, a menudo, hablan de
él como abolido junto con las otras instituciones judías y
que is alguna vez reconocen en absoluto un sábado primitivo,
en ninguna parte aluden a él como una institución
sobreviviente en los tiempos cristianos. En el hecho de este
silencio, Holden no ve ninguna razón adecuada para llegar a
la conclusión de que ellos, sin embargo, no creíoan en la
existencia continuada de un sábado instituido en la
creación; mientras que Domville sostiene que todo el tenor
de la enseñanza de ellos sobre el sábado es incompatible con
la idea de que lo creían así. (Véase de Heylin, Parte I,
Cap. ii, iii, iv; Holden, 42, 330; Domville, ii. 130-148;
Cook, ii, 291-8; James, 142). Era opinión prevaleciente
entre ellos, como lo fue más tarde entre los reformadores,
que el reposo del Creador el séptimo día, y de la misma
manera el sábado de los judíos, eran típicos del reposo
cristiano, en el mundo actual, de las malas obras, y en el
siguiente, de los trabajos y preocupaciones sublunares. Con
frecuencia, ellos contrastan este "sábado espiritual" en la
tierra con el "sábado carnal" o reposo corporal de los
judíos (Neale, 88; Domville, I. 295-9; pero véase a Holden,
323.330, y James, 123-6, que ningún escritor antes de la
promulgación del Edicto de Constantino recomienda que sea
observado por los cristianos en domingo.
¿Consideraron los Padres
al día del Señor como un sábado trasladado
al comienzo de la semana, o como sustituto del sábado?
Todos los que afirman tener algún conocimiento de las
obras delos Padres dicen que estos antiguos escritores, por
lo general, si no invariablemente, hablan del día del Señor
como de una institución independiente, a la cual ni el
cuarto mandamiento ni un sábado primitivo hace referencia ni
una sola vez como el fundamento (Heylin, Parte II, Cap. Ii.;
Taylor, Life of Jesus, Part II, Sect. Xii Disc, x. ss 24, and Duct.
Dubit., B. II. ch.ii. Rule VI. SS, 49-53--Works, Heber´s
ed., iii.29; xii.415-421; Baxter, Pract. Works, xiii. 385;
Cook, ii.291-303; Holden, 334; Bannerman, 130; Neale, 90,
237; Domville, I. 291-9; Bunsen, Hyppolytus and his
Age, iii. 76.
Ciertamente, ambas instituciones fueron observadas por largo
tiempo, cada una en su día apropiado, por los cristianos de
Oriente; pero algunos han disputado si hasta los conversos
del judaísmo observaron el sábado sabático ya en el primer
siglo, a pesar de Hechos 25:8 y 28:17, Romanos 14:5, Gálatas
4:10, Filipenses 3:6, y Colosenses 2, 16, 17. (Bingham, Antiq. Of the
Christ. Church, B. XIII
Ch. IX. Ss 3: Kneader, Hist. of the christ. church, I, 410;
III. 421-2; Holden, 335; James, 157, 164, 169, 170,179-1818,
193-4, 255; Coleman, 533; Cox, 279-281, 527-9). Cómo se
guardaron las dos instituciones respectivamente, lo cuenta
Bingham, B. xvi, Ch. Viii., y
B. xx.ch.ii y iii.
¿Atribuyeron los Padres la
observancia del domingo a
los mandatos o al ejemplo de Jesús o
los apóstoles?
Con respecto a los Padres que escribieron antes del
reinado de Constantino y cuyas solas opiniones son de
importancia, Domville, después de detalladas
investigaciones, responde a esta pregunta negativamente;
tampoco puede descubrir si alguno de ellos ha apelado a las
Escrituras cristianas como prueba de un sábado cristiano
(vol. i. p. 302, y Supp.; véase también Cox, 531, nota).
Igualmente imposible le fue a Mr. Baden Powell averiguar si
"estos escritores, en cualquier caso, pretendieron invocar
cualquier mandato divino, o siquiera alguna práctica
apostólica, en apoyo de su observancia". (Kitto´s Cyclop. of
Bibl. Lit. ii. 270, 1st. ed.). Sin embargo, dos de ellos,
Bernabé y Justino Mártir, aducen otras razones, de las
cuales las presentadas por un escritor difieren de las
presentadas por el otro; como lo muestra Domville, invocar
como una de sus razones lo que es demasiado absurdo o
improbable para ser creído. La razón creíble invocada por
Justino es la de que, en domingo, Jesucristo nuestro
Salvador resucitó de entre los muertos. (Danville, i.
307-9).
Además de la obra de Cox, sabemos por nuestro estudio de la obra
de J. N. Andrews que también estaba familiarizado con el
libro History of the Sabbath
[Historia del Sábado], de Peter Heylin, publicado en 1613. El
acceso a la edición de 1636 de este libro siempre ha estado
ampliamente disponible para los investigadores. No pudimos
hallar ninguna copia de la edición de 1613, así que no sabemos
qué estaba en la edición de 1613 versus lo que había en la
edición de 1636. Este libro monumentalmente importante impidió
que la Iglesia de Inglaterra se convirtiera en una nación de
observadores del sábado, al demostrar las imposibilidades
bíblicas e históricas del concepto de que los cristianos deben
guardar el sábado judío. Más adelante, le hablaremos más de la
investigación de Heylyn y Cox. No hay que extrañarse de que ni a
J. N. Andrews ni a Ellen White les interesara mucho hablar de su
contenido.
A pesar de su conocimiento de las obras de Heylyn y Cox, en 1873, J. N. Andrews
publicó una versión revisada y expandida de su clásico de
1859, History of the Sabbath and the
First Day of the Week [Historia del sábado y
el primer día de la semana], más un nuevo libro, Testimony
of the Fathers of the First Three Centuries Concerning the
Sabbath and the First Day [Testimonio de los
Padres acerca de los primeros tressiglos concerniente al sáabdo
y al primer día]. Con la subsiguiente publicación de estos
libros, tenemos prueba de que Andrews se había sumergido aun más
profundamente en una plétora de información que habría
convencido a cualquier erudito prudente de que no era posible
que el papado hubiese sido responsable de cambiar la observancia
del sábado para el domingo, ya fuera que el sabadismo estuviera
en lo cierto o no. Los escritos de Andrews son inconsistentes en
que, por un lado, admite que el "abandono" del sábado fue
virtualmente inmediato -- evidencia, dijo, de que la "apostasía"
comenzó muy temprano -- pero, entonces, por otra parte, todavía
alienta la idea de que la Iglesia Católica Romana, que no vino a
la existencia sino alrededor del 600 A.D., "cambió el día",
aparentemente poniendo más fe en las manifestaciones
sobrenaturales de las primeras visiones de Ellen White que en
los hechos que le golpeaban en pleno rostro desde las páginas de
los libros de historia que estaba leyendo.
En justicia para Andrews, hay que decir que un gran número de
testigos de varias confesiones testifican de la actividad
sobrenatural que con frecuencia acompañaba las visiones de Ellen
White. Estos testimonios no pueden ser desestimados meramente
como relatos concebidos para justificar una leyenda, y algunos
relatos de testigos proceden de fuera del control de círculos
Adventistas. Después de estudiar varias declaraciones de estos
testigos, somos de la opinión de que no es razonable concluir
que sus visiones no tenían origen sobrenatural. Hasta
inclinación de mesas fue observada por testigos de una de sus
visiones.
LA RESPUESTA DE LA IGLESIA
MUNDIAL DE DIOS
La Iglesia Mundial de Dios y la Iglesia Adventista del Séptimo
Día se desarrollaron a partir del mismo grupo de creyentes
post-milleristas observadores del sábado. Este grupo se dividió
poco después del Gran Chasco de 1844 en relación con la Doctrina de la Puerta Cerrada
adoptada y enseñada por Ellen G. White. La Iglesia de Dios del
Séptimo Día se dividió en dos facciones en 1933, y después de un
tiempo, Herbert W. Armstrong se separó de una de estas
facciones, y sus seguidores se transformaron en lo que se llamó
oficialmente la Iglesia
Mundial de Dios en 1968.
De una manera muy real, pues, estas denominaciones habían
compartido la misma herencia sabática desde el comienzo. (Véase
Wikipedia, "Grace
Communion International"). Nota: Este es el nuevo nombre
adoptado por la Iglesia Mundial de Dios varios años después de
que repudió el sábado y se dice que se convirtió en una
denominación plenamente orientada al evangelio.
En 1995, la Iglesia
Mundial de Dios renunció al sabadismo, abrió sus puertas los
domingos para "negocios", y se convirtió en una denominación más
ortodoxa. No podría ofrecerse una reprimenda mayor a la perfidia
de los líderes Adventistas. El convertirse de una secta
religiosa en una denominación cristiana evangélica, ortodoxa y
orientada a la gracia, nunca había ocurrido antes. 1
La historia de las circunstancias que condujeron a este
acontecimiento sin precedentes representa un severo reproche al
hecho de que los líderes Adventistas habían rehusado la ahora
inequívoca evidencia contra la doctrina del sábado, evidencia
que se había acumulado para 1995. He aquí lo que sucedió.
Dale Ratzlaff, pastor e
instructor bíblico Adventista del Séptimo Día, abandonó el
Adventismo en 1981
porque no pudo hallar fundamento bíblico para la doctrina del
Juicio Investigador de Ellen White. A su debido tiempo, también
abandonó el sábado después de leer la investigación de Robert D.
Brinsmead, Carson, y otros. En 1990,
Ratzlaff publicó su propia refutación de la doctrina del sábado,
Sabbath in Crisis [El sábado en
crisis], cuyo nombre fue cambiado después a Sabbath
in Christ [Sábado en Cristo] y es ampliamente
reconocido como el libro más extenso y autorizado sobre los
problemas del sabadismo. Mientras tanto, los líderes de la
Iglesia Mundial de Dios buscaban respuestas debido a que la
mayoría de las profecías de Armstrong giraban alrededor de 1972
y 1975 y no se habían cumplido. Hasta en su último libro antes
de morir, Armstrong afirmaba que los acontecimientos del fin del
mundo que conducirían al regreso de Cristo se producirían antes
del fin del siglo veinte (The
Mystery of the Ages; p. 298).
De alguna manera, uno de los líderes de la Iglesia se encontró
con los escritos de Brinsmead y Ratzlaff. La Iglesia Mundial de
Dios [WWCG] ordenó grandes cantidades del libro de Ratzlaff.
Estos descubrimientos fueron presentados al pastor general,
Joseph W. Tkach, Sr., por su hijo, Joseph W. Tkach, Jr. y
algunos asociados de confianza. Después de estudiar la
evidencia, Joseph W. Tkach, Sr. inició el cambio doctrinal que
acabó con la doctrina del sábado, y en 1995, esta anterior
denominación sectaria se convirtió en una iglesia orientada a la
gracia, observadora del domingo. Joseph Tkach, Sr. murió en
1995 su hijo, Joseph Tkach, Jr., implementó plenamente los
cambios doctrinales que condujeron a la aceptación, en tiempos
relativamente recientes, en la Asociación Nacional de
Evangélicos (WWCG Video, "Called to be Free" 2004 [Llamados a
ser libres].
No hay ninguna duda de que este asombroso desarrollo aterrorizó
los corazones de los líderes Adventistas del Séptimo día en
todas partes, pero no hubo ningún esfuerzo de su parte para
seguir los pasos de su iglesia hermana. Aparentemente,
observaron el desastre financiero que siguió al resultado de los
profundos cambios doctrinales en la Iglesia Mundial de Dios, y
decidieron que el riesgo financiero de una reforma doctrinal de
grandes proporciones era demasiado grande.
El dinero ha sido un enorme problema para ambas denominaciones.
He aquí varias similitudes notables que demandan una
comparación:
- Ambas iglesias tenían
una figura profética que requería que sus seguidores
diezmaran y dieran generosamente a la organización basándose
en que "la iglesia" es la única y verdadera iglesia.
- Ambas denominaciones
enseñaban una versión del sistema judío de diezmos que es
tan torcido que no podría haber sido aplicado a Israel en
los tiempos de la teocracia. (Capítulo 17 comentará este
tema en detalle).
- Ambas organizaciones desarrollaron una corrupción financiera
y moral que estaba muy fuera de proporción al tamaño de la
membresía.
- Tanto la Iglesia Adventista del Séptimo Día como la Iglesia
Mundial de Dios desarrollaron esta corrupción financiera y
moral sin precedentes casi al mismo tiempo.
- Ambas denominaciones parecen haber desarrollado esta
corrupción a gran escala porque sus líderes se volvieron más y
más conscientes de que estaban siguiendo falsos profetas y de
que éstos estaban enseñando a sus seguidores a creer lo que
ellos mismos no creían.
He aquí un resumen de estos
desarrollos paralelos:
LA IGLESIA ADVENTISTA DEL
SÉPTIMO DÍA -- El escándalo Davenport en la Iglesia del
Séptimo Día alcanzó su clímax en 1980-1981 después de múltiples
revelaciones de los problemas con Ellen White en la década de
1970. El médico ASD Dr. Donald Davenport había conseguido
estafar más de 25 millones de dólares de los fondos de la
Iglesia ASD - mayormente dinero de diezmos - de varias
entidades ASD, así como de inversionistas privados ASD. (Usted
se enterará de más de este escándalo en un capítulo subsiguiente
sobre la corrupción Adventista. Se está mencionando aquí porque,
en este punto, es relevante a la historia de estas
denominaciones hermanas). Una rápida mirada a nuestra línea de
tiempo histórica (véase el Capítulo 10) para la década de 1970
enumera una serie de asombrosos incidentes, incluyendo el
descubrimiento y la subsiguiente publicación de las Minutas de la Conferencia Bíblica
de 1919 en 1974-175, que demostraron que los líderes
ASD sabían que ella era un fraude desde antes de 1919.
IGLESIA MUNDIAL DE DIOS
-- Un enorme escándalo financiero salió a la luz en 1979 después
de una serie de revelaciones de que el fundador de la secta y
profeta, Herbert W. Armstrong, había profetizado cosas que no
ocurrieron, la salida a la superficie de problemas morales de
Herbert W. Armstrong y su hijo, Garner Ted Armstrong, y sus
lujosos estilos de vida. Para una comparación con los detalles
del registro Adventista de corrupción, he aquí una versión
condensada de lo que sucedió con la Iglesia Mundial de Dios:
Garner Ted Armstrong culpó a Stanley Rader
(consejero legal de HWA) por su expulsión, dos veces, de la
iglesia de su padre. Garner Ted y otros ex-miembros
descontentos de la Iglesia Mundial de Diosimpulsaron al
estado de California a investigar los cargos de malversación
contra Rader y otros, que tenían que ver con la AICF
[Ambassador International Cultural Foundation] (Fundación
Cultural Internacional de Embajadores). Para 1979, el
Procurador General de California George Deukmejian había
presentado cargos civiles contra la iglesia, y ésta fue
puesta bajo investigación financiera por un año.
El grupo de disidentes también obtuvo la atención de
Mike Wallace, que investigó la iglesia en un informe para el
programa de televisión 60 Minutos. Usando evidencia documental obtenida, Wallace sacó
a luz lujosos gastos secretos, tratos internos relacionados
con conflictos de intereses, lujosas casas y lujosos estilos
de vida en las posiciones supoeriores, y fuerte
involucramiento de Stanley Rader en manipulaciones
financieras.
Wallace invitó a Rader para que se presentara en 60 Minutos el 15 de abril de 1979. Wallace le mostró a Rader
una grabación secreta en cinta en la cual Herbert Armstrong
había dicho que Rader había intentado apoderarse de la
iglesia después de la muerte de Armstrong, razonando que el
dinero recogido de diezmos podría ser un "imán" bastante
bueno para algunos evangelistas. Rader dio por terminada la
entrevista abruptamente.
Con la aprobación de Herbert Armstrong, Rader gastó
millones para mantener lejos cualquier auditoría financiera
o examen financiero de los ingresos y gastos financieros
litigando el problema, varias veces y sin éxito, todo el
camino hasta la Corte Suprema de los Estados Unidos.
Habiendo perdido en los tribunales, Rader cabildeó la
legislatura de California para obligar al Procurador General
de California a desestimar los cargos contra la iglesia y
contra él mismo. Bajo el cabildeo de Rader, la legislatura
del estado de California aprobó una ley conocida como la Ley
Petris, puesta en vigor por el gobernador Jerry Brown, la
cual cambió la ley aplicable de California de modo que el
Procurador General no tuviera autoridad sobre las iglesias en circunstancias como ésas.
DE UN RÁPIDO
VISTAZO GENERAL A NUESTRO ESTUDIO FORMAL
Ahora nos trasladaremos hasta un estudio expanadido del
ocultamiento por parte de la Iglesia, de los tres pilares del
Adventismo: (1) El sábado, (2) El don profético de Ellen G.
White, y (3) La doctrina del Juicio Investigador.
Ellen White rara vez fue la autora de doctrinas, si es que
alguna vez lo fue. Tenía el hábito de tomar una doctrina
presentada por alguna otra persona y luego informar que Dios le
había mostrado en visión que esa doctrina era la verdad. Fue
Ellen White quien, de esta manera, escogió las doctrinas que
ella quiso para su nueva Iglesia y "les puso" el sello de la
aprobación de Dios. Su mayor triunfo fue la adopción y promoción
de la doctrina del Juicio Investigador. Esta notable hazaña de
gimnasia teológica rescató al movimiento Adventista de las
fauces de la derrota y lo convirtió en la mayor iglesita
hacedora de dinero que jamás haya existido.
El Gran Chasco de 1843-1844 se basó en el concepto pobremente
concebido de William Miller de lo que él creía eran períodos
proféticos, todos los cuales venían a "demostrar" que Jesús
regresaría en ese tiempo. Más adelante, estudiaremos los
retorcidos cálculos que le condujeron a este garrafal error
profético. Ellen White afirmó que Dios le había mostrado que Él
no quería que nada cambiara en los cuadros de Miller, y dijo que
Dios había cubierto con su mano los errores para crear una serie
de circunstancias que pondrían su pueblo a prueba. Su conclusión
de que Jesús regresaría en 1843 ( y luego en 1844) se basaba en
una sola palabra, traducida erróneamente por el grupo que
produjo la Biblia King James, como "purificado". Miller concluyó
que el santuario que habría de ser "purificado" era la tierra,
lo cual significaría que Cristo vendría y destruiría el mundo
con el resplandor de su venida. Cuando Cristo no regresó en
1844, un creyente Adventista de nombre Hiram Edson tuvo
una súbita epifanía mientras caminaba por un maizal. "Vio" que
el santuario purificado en 1844 era el santuario en el cielo.
Luego, los creyentes Adventistas estudiaron los servicio del
santuario terrenal y decidieron que, en 1844, Jesús había pasado
del Lugar Santo al Lugar Santísimo del santuario celestial.
Trazando un paralelo con las operaciones en el santuario
terrenal, los creyentes Adventistas concluyeron que un proceso
de juicio había comenzado en el cielo en 1844. Un predicador del
movimiento Adventista, de nombre O. R. L. Crosier, fue la
persona que, de hecho, puso a circular la doctrina del Juicio
Investigador en su forma completa. A Ellen "se le mostró" en
visión que el concepto de Crosier era correcto. Es muy
interesante notar que, no mucho tiempo después, Crosier renunció
a su propia enseñanza, denunciándola como sólo una idea
disparatada que le había pasado por la cabeza.
De acuerdo con Ellen White, este juicio comenzó en 1844 con los
muertos, y en algún punto conocido sólo por Dios, comenzará el
juicio de los vivos después de que haya sido juzgada la última
persona muerta. Cuando el juicio llegue al nombre de una persona
viva, esa persona no lo sabrá, pero el destino eterno de él o
ella habrá quedado sellado en ese mismo momento. Por razones
logísticas, el concepto del Juicio Investigador requiere que los
muertos estén realmente inconscientes, lo cual requiere la
doctrina Adventista del sueño del alma.
Durante la historia de la Iglesia, más de un líder Adventista ha
cuestionado esta doctrina y, como resultado, ha perdido su
empleo en la Iglesia. La doctrina no tiene sentido a la luz del
evangelio, y a medida que el evangelio de la salvación por
gracia comenzó a tener alguna penetración en el Adventismo, más
y más Adventistas perceptivos comenzaron a ver que no había
manera de reconciliar el evangelio con la doctrina. Nadie ha
podido jamás indicar una buena razón de por qué el santuario
celestial necesitaría ser purificado. Habiendo muerto Jesús en
la cruz como el sacrificio definitivo, ¿por qué continuaría en
el cielo el servicio del templo cuando este servicio cesó para
los cristianos en la tierra?
En el año 2002, el Dr. Raymond
Cottrell, el
más respetado teólogo Adventista de todos los tiempos,
publicó una completa revelación del ocultamiento, por parte de
la Iglesia, de sus problemas con la doctrina del santuario
después de que Cottrell se retiró de su empleo en la Iglesia.
Este ensayo, "The
Sanctuary Doctrine: -- Asset or
Liability"
(2002), es la versión escrita de un discurso que él presentó
ante el Foro Adventista en San Diego, y desmanteló por completo
la doctrina más importante del Adventismo -- la doctrina del
Juicio Investigador -- también conocida como la Doctrina del
Santuario. El Dr. Cottrell demostró hasta la saciedad que no
existe fundamento bíblico para esta doctrina -- un desarrollo
altamento significativo pues, por casi dos décadas, había
presidido el comité secreto de alto nivel que el presidente de
la conferencia general había creado para tratar de hallar
evidencia bíblica a favor
de la doctrina.
Irónicamente, este comité de máximo secreto sobre la Doctrina
del Santuario, comité que fue enteramente sin éxito, se había
dispersado sólo algunos años antes de que la Iglesia
desfraternizara al Dr. Desmond
Ford en el rancho de Glacier View en 1980 por comentar
sus reservas acerca del Juicio Investigador en un foro en el
Pacific Union College. Neal C. Wilson, a la sazón presidente de
la Conferencia General, sabía, por supuesto, que el comité
secreto sobre el santuario no había podido hallar ningún
fundamento bíblico para esta doctrina antes de que él, Wilson,
volara fuera de Colorado para presidir la reunión de Glacier
View. El Dr. Cottrell había presidido el comité. En breve,
tendremos más que decir acerca del comportamiento de Wilson en
relación con esta situación.
El Dr. Raymond F. Cottrell es ampliamente reconocido, tanto
dentro como fuera del Adventismo, como el más importante teólogo
ASD. Que rechazara la doctrina del Santuario, haciéndola pedazos
costura por costura, es mala noticia para los Adventistas.
Significa que el Gran Chasco de 1844 fue un enorme chiste
teológico, no el acontecimiento inaugural que Dios ordenó para
traer a la existencia la Iglesia Adventista del Séptimo Día con
el expreso propósito de amonestar al mundo sobre el principio
del llamado Juicio Investigador en 1844 y las consecuencias de
quebrantar el sábado. Peor todavía, la falta total de apoyo
biblico para esta doctrina hace aparecer como blasfema la
afirmación de Ellen White de que Dios usó el engaño para poner a
prueba la fe de los milleristas. Como mencionamos antes, ella
argumentaba que Dios había cubierto con su mano ciertas partes
de los gráficos de William Miller para que su pueblo no viera
sus propios errores:
"Vi que el gráfico de 1843
estaba dirigido por la mano del Señor, y que no debía ser
alterado; que las cifras eran como él las quería; que su
mano había ocultado un error en algunas de las cifras,
para que nadie pudiera verlo, sino hasta que Él quitara su
mano". (Early Writings [Primeros Escritos], p. 74).
Luego, ella dice que Dios le hizo otro chiste a su pueblo,
"desengañándolo":
"La mano del Señor fue
quitada de las cifras, y el error fue explicado. Vieron
que las mismas cifras proféticas llegaban hasta 1844, y
que la misma evidencia que ellos habían presentado para
mostrar que los períodos proféticos terminaban en 1843,
demostraba que esos períodos terminarían en 1844". (Early Writings
[Primeros Escritos], p. 236).
El brillante cambio de las meteduras de pata de los
cálculos proféticos de William Miller hacia Dios y el cambio de
la purificación del santuario terrenal al santuario celestial
tuvieron mucho éxito, pero el precio que ella pagó por esta
hazaña fue cometer el tácito crimen de "cuello blanco" de
blasfemia -- acusar a Dios de usar engaño en sus tratos con su
propio pueblo.
En sessiones subsiguientes, seguiremos el rastro a la historia
del ocultamiento, por parte de la Iglesia, de los problemas con
el Juicio Investigador, junto con los problemas del sábado y
Ellen White. Muchos millares de horas de investigación en más de
ses años nos han llevado a las siguientes conclusiones, para las
cuales ofreceremos abundante apoyo en las páginas de nuestro
estudio formal. Tenga el lector la bondad de retener su juicio
hasta que haya leído el libro entero. La versión Adventista del
sabadismo es mucho más compleja que la de otras iglesias
guardadoras del sábado. Roma no se hizo en un día. Tampoco puede
ser refutado fácilmente el concepto Adventista de que Roma
cambió el sábado, puesto que este concepto se ha convertido en
parte del ADN del Adventismo. He aquí lo que vemos:
- Mientras más evidente se
volvía para los líderes del Movimiento que la doctrina del
sábado es bíblica e históricamente imposible, más alto se
volvía el volumen de la propaganda de la Iglesia -- en
particular, la fantástica historia de cuento de hadas de
cómo la Iglesia Católica Romana supuestamente "cambió el día
de reposo" del sábado al domingo como resultado de una
conspiración diabólica.
- A medida que la base
real del Adventismo era destruida por una serie de
explosivas revelaciones sobre el ocultamiento, por parte de
la iglesia, de Ellen White y las debilidades de la doctrina
del sábado en las décadas de 1870 y 1980, los líderes
Adventistas se volvieron más corruptos que cualquier otra
pequeña denominación cristiana en la historia del
cristianismo moderno, y han permanecido así desde entonces.
Hay dos escándalos a gran escala relativamente recientes al
nivel de la Conferencia General que los líderes
subsiguientes han rehusado investigar y perseguir. Bastará
un ejemplo. No hay ninguna señal de que Ted Wilson, el
nuevo presidente de la Conferencia General (en el tiempo
transcurrido hasta junio de 2010) planee poner orden en el
embrollo creado por el problema de David Dennis, que salió a
la luz antes de la administración del presidente de la
Conferencia General que lo precedió. (Nótese que David
Dennis es la parte inocente aquí, y que fue él quien hizo
sonar el silbato que llamó la atención hacia un cúmulo de
actividades ilegales en la Conferencia General, incluyendo
la compra de posiciones de liderazgo en la Conferencia
General y el escándalo financiero de ADRA). También es
interesante observar que Ted Wilson es hijo de Neal C.
Wilson, anteriormente presidente de la Conferencia General,
que, sin ningún rubor, mintió a la Iglesia entera acerca de
los procedimientos en el "juicio" del Dr. Desmond Ford sobre
el Juicio Investigador en el Rancho de Glacier View en 1980.
Neal C. Wilson voló de vuelta a las oficinas principales de
la Conferencia General en Washington después del juicio y
anunció que el comité había rechazado unánimemente las ideas
del Dr. Ford cuando, de hecho, el comité había estado de
acuerdo unánimemente con el Dr. Ford en seis de sus ocho
posiciones principales, y habí estado de acuerdo con él
parcialmente en los otros dos puntos. El año siguiente,
Wilson recibió una reprimenda pública por escrito por haber
mentido, reprimenda que fue firmada por alrededor de 40
eruditos ASD que presenciaron lo que realmente había
sucedido en el juicio. Este documento se conoce como la
Afirmación de Atlanta.
- La sola razón más
importante de por qué los sabadistas Adventistas del Séptimo
Día no están dispuestos a abandonar su creencia en el sábado
es su posición no bíblica sobre la naturaleza de los 10
Mandamientos. Las Escrituras explican que la serie de 10
Mandamientos representaba un pacto entre Dios e Israel. La
Biblia no enseña que los mandamientos representan un
completo código moral en y por sí mismos, y Dios mismo
demostró este hecho al dar a Moisés leyes adicionales, no
escritas en piedra, que tienen igual valor moral, como las
leyes contra el pecado de fornicación no adúltero
(relaciones sexuales entre un hombre y una mujer, ninguno de
los cuales está casado), y relaciones homosexuales. Los
pecados de adulterio y fornicación están fuertemente
diferenciados en la ley y la cultura judías. En los 10
Mandamientos, tampoco están incluidos los pecados del
corazón. Por contraste, Pablo enumera buen número de pecados
del corazón en una lista de 23 pecados que dejarían a una
persona fuera del cielo. El Nuevo Pacto, pues, proporciona
un cuadro mucho más completo de lo que sería en realidad una
vida vivida de acuerdo con la influencia del espíritu de
Dios.
- La razón del desarrollo
de esta posición no bíblica de los 10 Mandamientos parece
ser que los líderes sabadistas -- y en el caso del
Adventismo, específicamente los pioneros del Movimiento
Adventista -- no usaron buenos métodos de estudio bíblico.
El sabadismo es una teoría agradable porque le asigna al
creyente un papel más amplio en el trabajo por su salvación.
El adventismo no fue fuertemente confrontado con el
evangelio de la gracia sino hasta 1888, cuando Waggoner y
Jones presentaron el concepto de la salvación por fe
solamente en la sesión de la Conferencia General en
Minneapolis. El mensaje del verdadero evangelio fue
rechazado por la Iglesia en aquella ocasión, y es
ampliamente reconocido que los Adventistas del Séptimo Día
mantuvieron un enfoque legalista del cristianismo casi
durante los siguientes 100 años, mayormente como rechazo a
su mensaje. A nosotros nos parece que, cuando alguien es
confrontado con un pasaje de la Escritura que no desea creer
, lo altera para hacer que el texto se ajuste a sus
creencias. William Hohmann has pasado una significativa
cantidad de tiempo analizando los errores de lógica
que han creado el modelo de creencia sabadista, incluyendo
la inferencia, la suposición, conclusiones traídos de los
cabellos, textos de prueba, la alteración y la redefinición
de de palabras y términos, y la violación de las reglas de
pensamiento crítico. Véase, de Bill Hohmann, la presentación
de métodos de lógica y estudio bíblico en el capítulo 20.
Creemos que la evidencia que
hemos presentado con respecto a la teología sabadista específica
de los Adventistas del Séptimo Día, así como la teología
Adventista en general, demuestra la existencia de fallas muy
graves, no sólo con respecto a la teología y la metodología del
sabadismo, sino que también explica los resultantes abusos de
poder y posición que ha producido la teología defectuosa.
También es interesante notar que la doctrina oficial de la
salvación, de los Adventistas del Séptimo Día, o santificación
progresiva, sospechosamente se parece mucho al punto de vista de
la Iglesia Católica Romana de cómo una persona es salva, o una
combinación de fe y obras.