MENTIR EN NOMBRE DE DIOS
Kerry Wynne


APÉNDICE IV


D.M. CANRIGHT ACERCA DE LA SUPREMACÍA

DE LA IGLESIA ORIENTAL

El Capítulo 7 desde el día del Señor -- Ni de los católicos ni de los paganos:
Una respuesta al Adventismo del Séptimo Día sobre este tema




Capítulo VII

LA OBSERVANCIA DEL DOMINGO SE ORIGINÓ EN

LA IGLESIA ORIENTAL, O GRIEGA, NO EN ROMA, EN OCCIDENTE

Éste es un hecho muy importante que tiene que ver con la cuestión del domingo. Los Adventistas constantemente señalan a "Roma", al "Papa de Roma, a la "Iglesia Romana", al "papado romano", a los "concilios romanos" y a los paganos romanos como los originadores de la observancia del domingo. Publican libros como "Rome´s Challenge" [El Desafío de Roma], "Catechism of Rome" [El Catecismo de Roma], etc. Su causa se sostiene o cae con estas afirmaciones. Es fácil demostrar que todos estos asertos no tienen fundamento. El cambio del día ocurrió en la Iglesia Griega de Oriente, en la época de los apóstoles, y fue llevado desde allí a Roma, no desde Roma a Oriente. Las pruebas de esto son abundantes.

En general, la gente sabe poco de la Iglesia Oriental; apenas saben que existe. Sin embargo, es la iglesia más antigua, y ahora suma ciento cincuenta millones. En general, la gente supone que Roma es la "Iglesia Madre", lo cual no es verdad. Como todos sabemos por el libro de Hechos, la iglesia cristiana comenzó en Oriente, en Asia, no en Roma.

Comenzó en Jerusalén, en Oriente; de allí se difundió por Judea, Samaria, Asia Menor, Grecia, Egipto, Damasco, y la lejana Babilonia, a orillas del Éufrates. Roma y Occidente vinieron después.

Nótese brevemente: Jesús y todos los apóstoles vivieron en Oriente, donde se hablaba el idioma griego. Cada uno de los libros del Nuevo Testamento, excepto Mateo, fue escrito en griego. Apocalipsis, escrito en una fecha tan tardía como el año 96 AD, está en griego. Mayormente, la predicación de los apóstoles era en griego. El evangelio comenzó en Jerusalén, en Oriente (Hechos 2:1-11). Nótese quiénes escucharon el primer sermón en Pentecostés: "Partos, medos, elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto, y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios".

Aquí había personas de las lejanas Partia, Media, y Mesopotamia, bien al este sobre el Éufrates, como dos mil millas al este de Roma; luego vienen Egipto y Libia; luego Arabia; luego Asia Menor; luego Macedonia; luego Creta -- todos estos lugares en Oriente. Sólo una ciudad en Occidente fue nombrada como representada en Pentecostés - Roma. Estos primeros conversos llevaron el evangelio a todos estos países orientales. Los apóstoles siguieron pronto y levantaron iglesias allí. Véase a dónde fue Pablo - Damasco, Arabia, Antioquia, Éfeso, Troas, Corinto, Filipos, Galacia - todas éstas ciudades griegas. Apocalipsis fue dirigido a las siete iglesias que están en Asia, ninguna en Roma (Apoc. 1:4). La primera carta de Pedro parece haberse originado en Babilonia (1 Pedro 5:13).

Pablo fue el primer ministro en visitar Roma. Esto no ocurrió sino hasta el 65 AD. (Véase Hechos 28). Aun entonces, Pablo sólo encontró unos pocos hermanos en Roma, y éstos eran judíos (Hechos 28), pero ningún obispo ni Papa.

Durante trescientos o cuatrocientos años después de Cristo, el obispo de Roma no tuvo ninguna autoridad ni siquiera sobre una gran porción de las iglesias en su país de origen en Occidente. Sobre las grandes iglesias griegas orientales, no tenía ninguna en absoluto. Por otra parte, durante más o menos trescientos años, la iglesia de Roma fue una misión griega, sostenida y gobernada por la iglesia griega, como pronto veremos.

Mucho antes de que Pablo visitara Roma, grandes iglesias de miles de miembros se habían establecido durante medio siglo en Oriente, aun en lejanas naciones fuera del imperio romano.

Nótese otro hecho. Todos los primeros testigos del día del Señor no eran romanos, sino griegos que vivían en Oriente. (Véase el Capítulo VI). Éstos fueron Bernabé, Justino Mártir, Dionisio, Clemente, Anatolio, Orígenes, Eusebio, etc. Ni uno solo de estos primeros testigos a favor del día del Señor era nativo de Roma. Esto habla tomos enteros en cuanto al nacimiento de la observancia del domingo, la cual nació en Oriente, no en Roma, en Occidente.

Lo que el mundo cristiano le debe a la Iglesia Oriental o griega está expresado en la "Enciclopedia Schaff-Herzog", Artículo "Iglesia Griega": "Esta iglesia es la más antigua de la cristiandad, y durante varios siglos, fue la principal portadora [misionera] de nuestra religión. Todavía ocupa el sagrado territorio del cristianismo primitivo, y reclama la mayoría de las sedes apostólicas, como Jerusalén, Antioquia, y las iglesias fundadas por Pablo y Juan en Asia Menor y Grecia. Todos los apóstoles, con la excepción de Pedro y Pablo, trabajaron y murieron en Oriente. Esta región produjo la primera literatura cristiana, Apologies of the Christian Faith [Apologías de la fe cristiana]; Refutation of Heretics [Refutación de los herejes]; Commentaries of the Bible [Comentarios de la Biblia]; sermones, homilías, y tratados ascéticos. La gran mayoría de los primeros padres, Eusebio, Atanasio, Basilio, Gregorio Nacianceno, Gregorio de Nisia, Crisóstomo, Cirilo de Jerusalén, Cirilo de Alejandría, los primeros emperadores cristianos desde Constantino el Grande, junto con una hueste de mártires y confesores, pertenecen a la comunión griega. Esta comunión elaboró los dogmas ecuménicos de la Trinidad y la cristología, y dominó los primeros siete concilios ecuménicos, todos los cuales tuvieron lugar en Constantinopla o sus alrededores inmediatos (Nicea, Calcedonia, Éfeso). Su período de prosperidad durante los cinco primeros siglos reclamará por siempre el respecto agradecido de todo el mundo cristiano".

Nótese que la Iglesia Oriental, o griega, dominó los siete primeros concilios que se celebraron en Oriente, ninguno de los cuales se celebró en Occidente, en territorio del Papa. Las fechas de estos siete concilios fueron 325, 381, 431, 451, 557, 680, y 787 AD. Todos ellos fueron dominados por la Iglesia Griega Oriental, ni uno sólo de ellos por Roma. Esto nos lleva a este lado de la fecha más reciente que los Adventistas fijan para el cambio del sábado.

De aquí que, si la Iglesia de Roma, o el Papa, o el papado, hubiesen cambiado el sábado, sólo podrían haberlo hecho en Occidente, pues no tenían ninguna autoridad ni influencia sobre los centenares de iglesias griegas de Oriente, muchas de ellas fuera del dominio romano.

Lo siguiente ha sido tomado del Real Reverendo Obispo Rafael, cabeza dela Iglesia Griega en Estados Unidos. Pocos protestantes se dan cuenta de la importancia y el número de miembros de aquella gran iglesia primitiva. Lea:

"El nombre oficial de nuestra iglesia es 'Santa Iglesia Ortodoxa-Católica Apostólica'. Fue fundada en tiempos de los apóstoles y por los doce apóstoles, siendo Jesucristo mismo la principal piedra angular, comenzando el día de Pentecostés (Hechos 2). Nuestra iglesia jamás ha estado sujeta a la Iglesia de Roma, ni a los papas latinos, ni al papado. La misma Iglesia de Roma fue una misión griega durante casi trescientos años, y el idioma griego era el lenguaje en que se celebraba la liturgia, o misa, en la ciudad de Roma.

"Los primeros siete Concilios Generales, comenzando por el de Nicea, 325 AD, y siguientes, hasta el año 787, que fueron los únicos Concilios Generales reconocidos por igual tanto por la cristiandad de Oriente como por la de Occidente, fueron todos ellos celebrados dentro del dominio de los cuatro antiguos patriarcados orientales. Fueron dominados por la Santa Iglesia Ortodoxa-Católica Apostólica. Hasta los papas de Roma, como en el caso del papa León en la cuestión de la exaltación del patriarcado de Constantinopla a una igualdad con Roma en poderes temporales y espirituales (ver actas del Cuarto Concilio General en Calcedonia) se vieron obligados a asentir, como todos los demás, a los decretos de los Concilios Generales, que más tarde estuvieron todos ellos por encima de los papas y los patriarcas.

Roma nunca dominó ninguno de los primeros siete Concilios Generales; por el contrario, fueron ellos los que le ordenaban a Roma y, en algunos casos, por ejemplo, el del papa Honorio, excomulgaron y condenaron papas como herejes.

"El nombre 'católico' fue común a todas las iglesias ortodoxas, orientales u occidentales, griegas o romanas, durante ochocientos años después de Cristo. En Occidente, sólo Roma adoptó exclusivamente el nombre 'Católica', pero anteponiéndole el apelativo 'Romana', predeterminado de parte de los cismáticos dentro de su propio patriarcado, en el siglo dieciséis; pero la Santa Iglesia Apostólica Ortodoxa-Católica de Oriente, desde el prinicipio, nunca ha sido conocida por ningún otro nombre que el de 'Católica', ni ha puesto aparte en ningún documento oficial. Es su propiedad inalienable como la Madre Iglesia de la cristiandad (véase Credo de Nicea, Artículo 9), lo cual, sin una sola omisión, ha sido desde el principio la proclamación leída en nuestras iglesias. Roma y todas las iglesias cristianas occidentales jamás le han negado el título de 'Madre Iglesia', ni el de 'Católica'. Su apostolicidad y su catolicidad han sido y son reconocidas en todas las naciones y en todos los tiempos.

"Nuestra iglesia, que incluye a todas las primeras iglesias fundadas por los apóstoles, como las de Jerusalén, Antioquia, Éfeso,Corinto, Alejandría, y hasta la de Roma, durante los primeros trescientos años, ha guardado el 'primer día de la semana' como día de reposo y en santa recordación de la resurrección de nuestro bienaventurado Señor de entre los muertos. Desde la aurora del cristianismo, ella da testimonio de que este día ha sido el día sagrado en el cual los fieles se reúnen para la partición de la cena del Señor, recitar oraciones en público, y escuchar sermones.

"Nuestras sagradas tradiciones, los padres sub-apostólicos, ante-nicenos y sub-nicenos, así como todos nuestros historiadores, también dan testimonio de este hecho. Bajo el encabezamiento del Cuarto Mandamiento en nuestro Catecismo, que es aceptado por la totalidad de la Santa Iglesia Ortodoxa Católica Apostólica, se da esta instrucción. Y tanto la Iglesia Romana como todas las otras iglesias que consideran la autoridad de la antigüedad, llamándose protestantes, concuerdan en este mismo hecho, es decir, que el día del Señor (el primer día de la semana) ha sido observado desde la aurora de la resurrección hasta este momento.

"Actualmente, la Santa Iglesia Ortodoxa-Católica Apostólica consiste, no sólo de los cuatro antiguos patriarcados de Constantinopla, Alejandría, Antioquia, y Jerusalén, sino también de las grandes iglesias de Rusia, Grecia, Serbia, Bulgaria, Rumania, Montenegro, Albania, Chipre, Monte Sinaí, y las cuatro iglesias independientes de Austria, etc., y aquí en Estados Unidos, bajo el Santo Sínodo de Rusia, una próspera misión que consiste de diferentes iglesias nacionales, que se extiende desde los límites septentrionales de Canadá hasta la ciudad de México. Todas estas iglesias son iguales en autoridad y están unidas en doctrina, disciplina y culto. Ella es la misma iglesia sin interrupción, en su sucesión de obispos, tradiciones, y enseñanzas, desde los días de los doce apóstoles, cuando se reunieron en el aposento alto en Jerusalén antes de que se oyera siquiera hablar de un Papa en Roma o se pensara en él; y desde el momento en que Santiago, del que se dice que fue el primer obispo de Jerusalén, presidió el concilio de los apóstoles y los hermanos, cuando consideraron la admisión de los gentiles en la fe cristiana.

"La Santa Iglesia Ortodoxa-Católica Apostólica nunca ha cambiado perceptiblemente en doctrina, disciplina ni culto desde los días apostólicos, y en la actualidad tiene más de 150,000,000 de miembros".

RAPHAEL HAWAWEENY,
Obispo de Brooklyn, y Jefe de la Santa Misión Siria Ortodoxa-Católica Apostólica en Estados Unidos
Marzo 30 de 1914.

Su catecismo es muy claro sobre este punto. El Catecismo Mayor de la Iglesia Griega dice:

"¿Se guarda el sábado en la Iglesia Oriental?

"No se guarda en la Iglesia Oriental.

"¿Cómo obedece la Iglesia Cristiana el cuarto mandamiento?

"Guarda el séptimo día después de seis, sólo que no es el último día de los siete días, que es el sábado, sino el primer día de cada semana, que es el día de la resurrección o día del Señor.

"¿Desde cuándo guardamos el día de la resurrección?

"Desde el mismo momento de la resurrección de Cristo".

Los catecismos de la Iglesia son la mejor autoridad en cuanto a qué cree la Iglesia. Allí están las iglesias levantadas por los apóstoles mismos y han continuado así desde entonces. Siempre han guardado el domingo. He aquí un claro y enfático testimonio de la más alta autoridad en aquella gran Iglesia Oriental. Todos sus historiadores, obispos, concilios, catecismos, y toda sus tradiciones concuerdan en dar testimonio de la observancia del día del Señor desde el mismo principio de la Iglesia. Esto no es mera teoría, sino un verdadero hecho histórico del cual dan testimonio actualmente ciento cincuenta millones de miembros. Y todo fuera de la historia confirma esto.

Todos los primeros escritores que defienden la fe tanto contra los paganos como contra los herejes eran miembros de esta primitiva Iglesia Oriental. Ninguno era romano. Las doctrinas fundamentales del cristianismo que ahora son sostenidas en común por las iglesias griegas, romanas, y protestantes fueron primero formuladas y establecidas por la Iglesia Oriental, no por la Iglesia Romana. Sus grandes eruditos y maestros, sus literatura cristiana, sus predicadores, su influencia mundial, excedieron con mucho los de Roma y Occidente durante más de seiscientos años. El Rev. A. H. Lewis, bautista del Séptimo Día, admite que la Iglesia Griega era la Iglesia Madre.

Dice: "En los cambios de los cuatro primeros siglos después de Cristo, la Iglesia Oriental, que era en realidad la Iglesia Madre y el hogar del cristianismo primitivo, se mantuvo indiferente a la influencia que inició la fuerte corriente del imperio hacia Occidente por medio de Roma. Pero la verdad es que un gran factor de la historia de la iglesia es la corriente oriental, y especialmente así con respecto a las primeras ideas y prácticas, las del período apostólico". (Sabbath and Sunday, pp. 220, 221).

Esto es verdad, y es una importante concesión de parte de un sabadista, que confirma lo anterior del obispo Raphael. Justino Mártir dice, en un lenguaje explícito, que, por lo menos ya en 140 AD, la Iglesia Madre observaba el sábado. (Véase el capítulo anterior). ¿Cómo entonces podría Roma, doscientos años más tarde, haber introducido el domingo en esta antigua iglesia? ¿Cómo podría el domingo originarse con los romanos paganos en tiempos de Constantino, en 321 AD?

Fueron los apóstoles y consagrados misioneros de esta iglesia los que llevaron el evangelio a Roma y a Occidente y los cristianizaron. No fueron Roma ni Occidente los que enseñaron a Oriente. Fue exactamente al revés. Esto fue especialmente en relación con la observancia del día del Señor. Fue llevado de Oriente a Occidente, de los griegos a los romanos. Al revés de lo que dicen los Adventistas, no fueron los romanos paganos los que introdujeron la observancia del día del Señor en la gran Iglesia Oriental, sino que fue la Iglesia Oriental la que llevó esa observancia a Occidente y enseñó a los paganos convertidos a observarlo.

Lo siguiente ha sido tomado de "The Historians of the History of the World" [Los historiadores de la historia del mundo], artículo "Papado", Tomo VIII, p. 520: "Pero la historia del cristianismo latino no comenzó sino durante una parte considerable (sólo puede ser indefinible) de los primeros tres siglos. La Iglesia de Roma y la mayoría de las iglesias de Occidente, si no todas, eran colonias religiosas griegas, si podemos llamarlas así. Su idioma era el griego, su organización era griega, sus Escrituras eran griegas, y muchos vestigios y muchas tradiciones muestran que sus ritos, su liturgia, eran griegos. Por medio del griego, la conexión entre la iglesia de Roma y la de Occidente se mantenía constantemente al paso con Oriente.

La "Británica", artículo "Papado", dice que la Iglesia de Roma no fue fundada sino hasta el 41-54 AD. Luego dice del siglo cuarto: "La Iglesia de Roma, habiendo dejado de estar  familiarizada con el idioma griego, se vio prácticamente excluida del mundo del cristianismo griego". "Debe notarse que, en términos generales, durante el siglo cuarto, la Iglesia de Roma y Occidente desempeñaron un papel comparativamente insignificante en Occidente".

Estos hechos históricos demuestran que, durante siglos, Roma fue instruida y dominada por la Iglesia Griega de Oriente, no Oriente por Roma. Lo siguiente ha sido tomado del notable erudito, el difunto Decano Stanley, profesor de Historia Eclesiástica, Oxford, en su "History of the Eastern Church" [Historia de la Iglesia Oriental]. Es de la máxima autoridad. Dice: "Cualquiera que sea el nombre por el cual la llamemos, 'Oriental', 'Griega' u 'Ortodoxa' - nos lleva de vuelta, más que ninguna otra institución existente, a los más tempranos escenarios y tiempos de la religión cristiana". (Conferencia 7, p. 56).

"Jerusalén, Antioquia, Alejandría, son centros de interés local que nadie puede ver ni estudiar sin emocionarse, y las iglesias que han surgido en esas regiones conservan las antiguas costumbres de Oriente y de la época primitiva del cristianismo, mucho tiempo después de que murieron en todos los otros lugares" (página 57). Nuevamente dice Stanley: "Sabemos, y es suficiente saberlo, que el evangelio, el evangelio original, que vino de Oriente, ahora gobierna en Occidente" (página 95). La iglesia de la lejana Asía oriental, Caldea, la patria de Abraham, fue la primera de todas las misiones cristianas - la misión de Tadeo a Agabo" (página 58). Un delegado de esa iglesia fue al Concilio de Nicea en el 325 AD.

"La primera Iglesia de Roma no fue sino una colonia de cristianos griegos o judíos helenizados. Los primeros padres de la Iglesia de Occidente, Clemente, Ireneo, Hermas, Hipólito, escribieron en griego. Los primeros papas no eran italianos, sino griegos" (página 65).

Considérense cuidadosamente estos hechos. Fue la Iglesia Griega de Oriente la que envió misioneros a Roma, fundó esa iglesia, proporcionó sus maestros y la sostuvo como misión durante siglos. Por más de doscientos años, la observancia del día del Señor fue establecida plena y universalmente entre todos los millares de antiguas iglesias orientales antes de que la Iglesia de Roma en Occidente dejara de ser instruida y sostenida como misión griega. Léase el capítulo anterior. Esto demuestra que la observancia del domingo pasó de Oriente a Occidente, no de Roma a Oriente. Bernabé, Justino Mártir y otros demuestran que todas las iglesias griegas observaron el día de la resurrección en la primera parte del siglo segundo, cuando todavía estaban enviando maestros y pastores a Roma. ¿No querrían éstos llevar allí las costumbres de su iglesia y enseñárselas a laIglesia de Roma? Ciertamente, y ésa es la razón de que Occidente y Oriente siempre estuvieron de acuerdo en observar el mismo día, el día del Señor. ¿Impuso esa "misión" a todas las antiguas y poderosas iglesias orientales, que habían sido establecidas hacía mucho tiempo, un día de culto romano, occidental, y eso sin una sola palabra de protesta de estas iglesias apostólicas? Los hombres sinceros no aceptarán una afirmación tan irrazonable.

Cito nuevamente al Decano Stanley: "Ella [la Iglesia Oriental] es la madre, y Roma es la hija" (página 66). Todos los primeros fundadores de la teología eran orientales. Hasta el tiempo de Agustín (355-430), ningún teólogo había surgido en Occidente; hasta el tiempo de Gregorio el Grande (596-604), ninguno había ocupado el sillón papal. La doctrina de Atanasio [la Trinidad] fue recibida en Roma, no se originó en ella" (páginas 71, 72). Esto indica cuán dependiente de Oriente fue Roma por siglos y cuán atrás de Oriente estaba Roma en conocimiento e influencia.

Nuevamente: "No puede haber ninguna duda de que la civilización de la Iglesia Oriental era mucho más elevada que la de Occidente" (página 76). "Toda la fuerza y el saber del cristianismo primitivo estaba en Oriente. Un concilio general en Occidente habría sido absurdo. Con excepción de unos pocos escritores del Norte de África, no había ningún defensor de la fe de origen latino" (página 100). Durante más de cuatrocientos años, la Iglesia de Oriente fue la madre, la misionera, la maestra, la guía, la dominante, mientras que Occidente fue la niña, la misión, la enseñada, la guiada, la que recibía, no la que daba. Con el resto del evangelio, Oriente llevó el día del Señor a Roma y lo enseñó a la menos educada Roma.

He aquí un hecho notable: Mientras que los cristianos judíos, y quizás algunos gentiles que vivían entre ellos, continuaron por un tiempo guardando el sábado judío, todos los cristianos, judíos o gentiles, sin una sola excepción, guardaron el día del Señor. En toda la historia primitiva de la iglesia, no se halló jamás ni una sola iglesia cristiana que no tuviera sus asambleas en domingo. Que los Adventistas nombren una sola, si pueden. Nunca han podido, y nunca podrán. Otro hecho notable es éste: Aunque hubo algunas disputas con algunos acerca del sábado, no hay ni el más ligero indicio de ninguna disputa entre las muy dispersas y diferentes sectas de cristianos acerca del día del Señor. Sólo una razón puede darse para esto; a saber, que la costumbre de guardar el día de resurrección debe haber comenzado el mismo primer día con los apóstoles y fue aceptado universalmente por todos desde el principio.

Comenzando desde Jerusalén después de Pentecostés, los apóstoles y maestros iban por todas partes llevando la práctica de la Madre Iglesia a todas las naciones.

"El día del Señor",  Apoc. 1:10, fue, pues, aceptado por todos, Roma con el resto. He aquí otro gran hecho. Ignacio, Justino Mártir, Tertuliano, y otros escribieron extensamente contra todas las herejías, pero ni uno de ellos mencionó jamás la observancia del domingo como herejía, aunque a menudo se se mencionaba incidentalmente como una existente y bien conocida práctica cristiana.

La obra "Advent History of the Sabbath, edición de 1912, hace esta confesión: "Aunque Ireneo escribe cinco libros contras las herejías, es más bien extraño que él mismo no aluda en ninguna parte al domingo" (página 334). Si el día del Señor hubiese sido una herejía introducida posteriormente por los romanos paganos, él ciertamente la habría nombrado. Su silencio es prueba de que el domingo no era una institución herética, pagana, pues él escribió contra todo eso. Sopese bien este hecho.

RESUMEN

  1.  La Iglesia Griega Oriental fue primero, la Iglesia de Roma segunda y posterior.

  2.  La Iglesia Oriental fue la madre, la Iglesia de Roma la hija.

  3.  El cristianismo fue de Oriente a Occidente, no de Occidente a Oriente.

  4.  La Iglesia Griega fue la iglesia misionera durante trescientos años, mientras que Roma fue sólo la Misión.

  5.  Durante siglos, la Iglesia Griega envió maestros a enseñarle a Roma, mientras que Roma nunca envió maestros a enseñar a la Iglesia Griega.

  6.  Durante trescientos años, todos los grandes eruditos, predicadores, líderes, y defensores de la fe cristiana fueron griegos orientales, no romanos occidentales.

  7.  Durante seiscientos años, el saber y la erudición de la Iglesia Cristiana estuvo en Oriente, no en Occidente.

  8.  Durante trescientos años, la Iglesia Griega proporcionó la liturgia para la Iglesia de Roma.

  9.  Los primeros obispos de Roma eran griegos, no romanos.

10.  Durante más de quinientos años, la Iglesia Griega Oriental superó con mucho en número a la Iglesia de Roma, u Occidental.

11.  Durante los primeros ochocientos años, todos los concilios generales tuvieron lugar en Oriente, en territorio griego, y fueron dominados por los griegos, ninguno por Roma. Roma tuvo que aceptar estos decretos, aunque estos concilios nunca reconocieron la supremacía del papado, sino que condenaron a uno de los Papas.

12.  De principio a fin, la Iglesia de Oriente siempre se ha opuesto al papado de Roma y lo ha denunciado.

13.  Ningún papado ni dominio papal ha tenido nunca ningún lugar en la Iglesia de Oriente.

14.  La Iglesia Griega Oriental nunca ha aceptado ni un solo dogma, ni una sola doctrina, ni una sola práctica de la Iglesia de Roma. Ni una sola. Nótese este hecho.

15.  En el Concilio de Nicea, 325 AD, la Iglesia Oriental formuló el credo del cristianismo, que Roma aceptó de sus manos.

16.  Roma nunca asegura haber enseñado a la Iglesia de Oriente la observancia del domingo, aunque siempre afirma todo lo que puede.

17. Todos los millares de iglesias orientales, compuestas de millones de cristianos, dispersas por todas las naciones tan lejanas como India en Oriente, habían sido colonizadas por siglos y se habían establecido en sus costumbres religiosas antes de la fecha en que los Adventistas dicen que Roma introdujo en la Iglesia de Roma la observancia del sábado de los romanos paganos.

18. En toda la historia de la iglesia, no hay ni la más remota referencia a ninguna disputa entre la Iglesia de Roma y la Iglesia Griega sobre la observancia del domingo.

19.  Las historias, los catecismos, la enseñanza de sus obispos, y sus tradiciones, todos concuerdan en enseñar en los términos más positivos que la Iglesia Griega Oriental siempre ha guardado el día del Señor desde los días de los apóstoles.

20.  La Iglesia de Oriente dice firmemente que ella ha guardado el día del Señor desde el mismo principio.

21.  Sus catecismos, sus historiadores, y sus tradiciones, todas confirman esto.

22.  No hay ningún registro de ningún período en toda su historia en que ella no observara el día del Señor. Adventista, encuéntralo, si puedes. 

23.  No hay ningún registro que demuestre. o intime, que ella jamás recibió el domingo de Roma u Occidente.

24.  No hay ningún registro de ningún período de este lado de los apóstoles en que ella comenzara a guardar el día del Señor.

25. Justino Mártir, un cristiano griego, padre de la iglesia en la Iglesia de Oriente, doscientos años antes de la fecha de la ley dominical de Constatino, ofrece un.relato completo y detallado de la observancia del domingo por su hermano Cristiano dela Iglesia Oriental.

26.  Eusebio, el primer historiador de la Iglesia, y obispo griego oriental en Palestina antes de que la ley de Constantino fuese emitida, dice: "Hemos transferido al día del Señor todos los deberes del sábado" (página 153 de esta obra).

27. La Iglesia Griega, que nos dio al día del Señor, también nos dio nuestras Escrituras del Nuevo Testamento mucho antes de que Roma tuviera alguna Escritura en su propia lengua.

28. Fue la Iglesia Griega la que, por medio de sus primeros eruditos y sus concilios, dio a toda la cristiandad, Roma incluida, nuestro canon de libros inspirados del Nuevo Testamento.

29.  La Iglesia de Oriente siempre se ha adherido celosamente a sus propias costumbres contra todos los esfuerzos de Roma para cambiarlas.

30.  La Iglesia Católica Romana siempre enseña que la "Santa Iglesia Católica" cambió el sábado en los días de los apóstoles. (Véase el Capítulo IV). Pero no había ningún Papa romano ni ningún papado en existencia en ese tiempo. Hasta los Adventistas admiten esto. Así, pues, Roma da testimonio de que el día fue cambiado en Oriente, no en Roma. Tome buena nota de esto.

31. Con todos estos notorios hechos ante nosotros, es absurdo decir que Roma cambió el sábado, dio origen a la observancia del día del Señor, y lo entregó a la antigua Iglesia de Oriente, y luego a toda la cristiandad. Esta teoría es una completa perversión de todos los más claros hechos de la historia y las tradiciones de la Iglesia Cristiana.

En el asunto de la observancia del día del Señor, no estamos tratando de una mera teoría, como en la cuestión de la elección, la predestinación, la caída de la gracia, el estado de los muertos, etc., sino con una condición verdadera, con hechos históricos.

Se dice que, en la actualidad, hay doscientos cincuenta millones de católicos romanos, ciento cincuenta millones de católicos griegos, ciento cincuenta millones de protestantes, todos ellos concordando en reverenciar el día del Señor, todos ellos concordando en que este día se originó con los apóstoles. Como prueba de esto, todos apelan a su práctica actual, a la totalidad de la historia de su iglesia en el pasado, a todas las tradiciones de sus iglesias, y a sus catecismos. Si todo esto ha de ser ignorado como carente de peso, entonces toda la experiencia y la historia de todo el mundo no tiene ningún valor.

CINCO MONUMENTALES TESTIGOS DE TODA LA CRISTIANDAD

En la actulidad, tenemos con nosotros, en el mundo entero, cinco monumentales testigos de la vida de Cristo, todos mencionados en el Nuevo Testamento.

1.  La Iglesia. "Edificaré mi Iglesia" (Mateo 16:18).

2.  Las Escrituras del Nuevo Testamento. "Escribe en un libro lo que ves" (Apoc. 1:11).

3.  El bautismo. "Id, y bautizadlos" (Mateo 28:19).

4.  La cena del Señor. "Comed la cena del Señor" (1 Cor. 11:19).

5.  El día del Señor. "Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor" (Apoc. 1:10).

En la actualidad, toda la cristiandad tiene todos estos cinco testimonios en una forma u otra; todos han sido transmitidos juntos y de la mano, uno es tan antiguo como el otro, cada uno siempre ha sido considerado tan sagrado como el otro, y todos han sido igualmente bendecidos por Dios.

El día del Señor es más antiguo que algunos de los libros del Nuevo Testamento. Sus primeros comienzos son mejores y el testimonio de ellos es mejor que el de la mayoría de los libros del Nuevo Testamento, especialmente el de Hebreos y Apocalipsis.

LA CONTROVERSIA DE LA PASCUA

Esta cuestión proporciona fuerte evidencia de que el día del Señor se originó con el comienzo de la Iglesia misma, y era universalmente observado por todos los cristianos desde el mismo principio. De esta controversia, dice el decano Stanley: "Fue la controversia más antigua en la Iglesia". (History of the Eastern Church [Historia de la Iglesia Oriental], p. 173. Comenzó inmediatamente después de la  muerte de los apóstoles. La "Enciclopedia Schaff-Herzog", Artículo "Pascua", dice: "En la iglesia primitiva, no había ninguna uniformidad en el día que se observaba". Algunas iglesias la celebraban en décimocuarto día del mes judío de Nisán, el día de la Pascua, sin importar en qué día de la semana caía. Las iglesias de Siria, Mesopotamia, Cilicia, y Asia Menor acataban esta fecha. Otras la celebraban el día de Resurrección, sin importar en qué día del mes caía. Las iglesias orientales de Egipto, Grecia, Palestina, Ponto, y la Iglesia de Roma seguían esta costumbre. Esto muestra que los apóstoles pensaban que era una cuestión de menor importancia, y no dejaron ninguna instrucción específica acerca de ello.

La mencionada Enciclopedia dice: "En el siglo segundo, esta diferencia fue ocasión de una prolongada controversia que agitó al cristianismo". En el año 154 AD, Policarpo visitó Roma y trató de llegar a un acuerdo, pero fracasó. En 197, Víctor, obispo de Roma, amenazó con excomulgar a los que acataran el 15 de Nisán, pero nadie le obedeció. Ni siquiera las iglesias de Occidente prestaron atención a esta orden, mientras que las iglesias de Oriente lo condenaron y lo desafiaron. Esto muestra cuán poca influencia tenía el obispo de Roma en esa fecha. Esta controversia continuó dividiendo y agitando a la Iglesia hasta que fue zanjada por el Concilio de Nicea en AD 325. Dice el concilio: "Se ha decidido por común consentimiento", indicando que no era una asunto de vital importancia, comoquiera que fuese.

Recuérdese que esta cuestión fue zanjada por la Iglesia Oriental, no por Roma, pues este concilio fue dominado enteramente por Oriente.

Ahora observe: Esta simple cuestión en cuanto a si la Pascua debía celebrarse cierto día del mes, o cierto día de la semana, dividió a toda la cristiandad en un acalorado debate por casi trescientos años, ¡pero pertenecía sólo a un día en el año entero! Tampoco pertenecía a más de unas pocas horas de servicio aun en ese solo día. Ahora compárese esto con la cuestión del día del Señor. Esto ocurría cada semana durante el año entero, cincuenta y dos días, y abarcaba el día entero, veinticuatro horas cada semana, pero, durante todos estos trescientos años de la Iglesia primitiva no hubo ni una sola palabra de división acerca de la observancia del día del Señor. Nunca fue traída a colación para ser debatida ninguna diferencia entre cualesquiera diferencia entre partes de la Iglesia, Oriente u Occidente, norte ni sur, Grecia o Roma. Durante toda la controversia sobre la Pascua, el día del Señor se mencionó a menudo, pero sólo incidentalmente, como una institución bien conocida por todos e igualmente reconocida por todos, Oriente u Occidente. Esta uniformidad no podría haberse obtenido, a menos que todos los apóstoles hubiesen estado de acuerdo en ello y la hubiesen establecido al mismo principio de la Iglesia, de modo que no hubiera ningún problema en relación con ello más tarde. Los oponentes al día del Señor nunca han podido responder a esto satisfactoriamente.

Además, aunque todavía había algunos que guardaron el sábado judío durante algún tiempo, todos ellos invariablemente guardaron el día del Señor. No se puede hallar ninguna excepción a esto por parte de ortodoxos  o herejes. Todos observan el día del Señor. Hasta los sabadistas se ven obligados a admitir esto.

El pastor Andrews dice: "Los padres que veneran el sábado  generalmente lo asocian con el festival llamado por ellos el día del Señor". (Testimony of the Fathers, p. 11).

Sí, algunos efectivamente guardaron el sábado por un tiempo, pero hasta ellos, en todos los casos, también guardaron el día del Señor.

"He leído este capítulo y lo he encontrado correcto. - OBISPO RAPHAEL".

El obispo Raphael se educó en tres seminarios: Damasco, Constantinopla, y Kiev, Rusia. Dos veces ha recibido al grado de "Doctor en Divinidad". Es el jefe de la Iglesia Ortodoxa Griega en Estados Unidos. Por ello, está bien capacitado para plantear correctamente la posición de la Iglesia Oriental sobre este asunto.


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