DE LA IGLESIA ORIENTAL
LA IGLESIA ORIENTAL, O GRIEGA, NO EN ROMA, EN OCCIDENTE
En general, la gente sabe poco de la
Iglesia Oriental; apenas saben que existe. Sin embargo, es la
iglesia más antigua, y ahora suma ciento cincuenta millones.
En general, la gente supone que Roma es la "Iglesia Madre", lo
cual no es verdad. Como todos sabemos por el libro de Hechos,
la iglesia cristiana comenzó en Oriente, en Asia, no en Roma.
Comenzó en Jerusalén, en Oriente; de allí
se difundió por Judea, Samaria, Asia Menor, Grecia, Egipto,
Damasco, y la lejana Babilonia, a orillas del Éufrates. Roma y
Occidente vinieron después.
Nótese brevemente: Jesús y todos los
apóstoles vivieron en Oriente, donde se hablaba el idioma
griego. Cada uno de los libros del Nuevo Testamento, excepto
Mateo, fue escrito en griego. Apocalipsis, escrito en una
fecha tan tardía como el año 96 AD, está en griego.
Mayormente, la predicación de los apóstoles era en griego. El
evangelio comenzó en Jerusalén, en Oriente (Hechos 2:1-11).
Nótese quiénes escucharon el primer sermón en Pentecostés:
"Partos, medos, elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea,
Capadocia, en el Ponto, y en Asia, en Frigia y Panfilia, en
Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y
romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos,
cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las
maravillas de Dios".
Aquí había personas de las lejanas Partia,
Media, y Mesopotamia, bien al este sobre el Éufrates, como dos
mil millas al este de Roma; luego vienen Egipto y Libia; luego
Arabia; luego Asia Menor; luego Macedonia; luego Creta --
todos estos lugares en Oriente. Sólo una ciudad en Occidente
fue nombrada como representada en Pentecostés - Roma. Estos
primeros conversos llevaron el evangelio a todos estos países
orientales. Los apóstoles siguieron pronto y levantaron
iglesias allí. Véase a dónde fue Pablo - Damasco, Arabia,
Antioquia, Éfeso, Troas, Corinto, Filipos, Galacia - todas
éstas ciudades griegas. Apocalipsis fue dirigido a las siete
iglesias que están en Asia, ninguna en Roma (Apoc. 1:4). La
primera carta de Pedro parece haberse originado en Babilonia
(1 Pedro 5:13).
Pablo fue el primer ministro en visitar
Roma. Esto no ocurrió sino hasta el 65 AD. (Véase Hechos 28).
Aun entonces, Pablo sólo encontró unos pocos hermanos en Roma,
y éstos eran judíos (Hechos 28), pero ningún obispo ni Papa.
Durante trescientos o cuatrocientos años
después de Cristo, el obispo de Roma no tuvo ninguna autoridad
ni siquiera sobre una gran porción de las iglesias en su país
de origen en Occidente. Sobre las grandes iglesias griegas
orientales, no tenía ninguna en absoluto. Por otra parte,
durante más o menos trescientos años, la iglesia de Roma fue
una misión griega, sostenida y gobernada por la iglesia
griega, como pronto veremos.
Mucho antes de que Pablo visitara Roma,
grandes iglesias de miles de miembros se habían establecido
durante medio siglo en Oriente, aun en lejanas naciones fuera
del imperio romano.
Nótese otro hecho. Todos los primeros
testigos del día del Señor no eran romanos, sino griegos que
vivían en Oriente. (Véase el Capítulo VI). Éstos fueron
Bernabé, Justino Mártir, Dionisio, Clemente, Anatolio,
Orígenes, Eusebio, etc. Ni uno solo de estos primeros testigos
a favor del día del Señor era nativo de Roma. Esto habla tomos
enteros en cuanto al nacimiento de la observancia del domingo,
la cual nació en Oriente, no en Roma, en Occidente.
Lo que el mundo cristiano le debe a la
Iglesia Oriental o griega está expresado en la "Enciclopedia
Schaff-Herzog", Artículo "Iglesia Griega": "Esta iglesia es la
más antigua de la cristiandad, y durante varios siglos, fue la
principal portadora [misionera] de nuestra religión. Todavía
ocupa el sagrado territorio del cristianismo primitivo, y
reclama la mayoría de las sedes apostólicas, como Jerusalén,
Antioquia, y las iglesias fundadas por Pablo y Juan en Asia
Menor y Grecia. Todos los apóstoles, con la excepción de Pedro
y Pablo, trabajaron y murieron en Oriente. Esta región produjo
la primera literatura cristiana, Apologies of the Christian
Faith [Apologías de la fe cristiana]; Refutation of Heretics
[Refutación de los herejes]; Commentaries of the Bible
[Comentarios de la Biblia]; sermones, homilías, y tratados
ascéticos. La gran mayoría de los primeros padres, Eusebio,
Atanasio, Basilio, Gregorio Nacianceno, Gregorio de Nisia,
Crisóstomo, Cirilo de Jerusalén, Cirilo de Alejandría, los
primeros emperadores cristianos desde Constantino el Grande,
junto con una hueste de mártires y confesores, pertenecen a la
comunión griega. Esta comunión elaboró los dogmas ecuménicos
de la Trinidad y la cristología, y dominó los primeros siete
concilios ecuménicos, todos los cuales tuvieron lugar en
Constantinopla o sus alrededores inmediatos (Nicea,
Calcedonia, Éfeso). Su período de prosperidad durante los
cinco primeros siglos reclamará por siempre el respecto
agradecido de todo el mundo cristiano".
Nótese que la Iglesia Oriental, o griega,
dominó los siete primeros concilios que se celebraron en
Oriente, ninguno de los cuales se celebró en Occidente, en
territorio del Papa. Las fechas de estos siete concilios
fueron 325, 381, 431, 451, 557, 680, y 787 AD. Todos ellos
fueron dominados por la Iglesia Griega Oriental, ni uno sólo
de ellos por Roma. Esto nos lleva a este lado de la fecha más
reciente que los Adventistas fijan para el cambio del sábado.
De aquí que, si la Iglesia de Roma, o el
Papa, o el papado, hubiesen cambiado el sábado, sólo podrían
haberlo hecho en Occidente, pues no tenían ninguna autoridad
ni influencia sobre los centenares de iglesias griegas de
Oriente, muchas de ellas fuera del dominio romano.
Lo siguiente ha sido tomado del Real
Reverendo Obispo Rafael, cabeza dela Iglesia Griega en Estados
Unidos. Pocos protestantes se dan cuenta de la importancia y
el número de miembros de aquella gran iglesia primitiva. Lea:
"El nombre oficial de nuestra iglesia es
'Santa Iglesia Ortodoxa-Católica Apostólica'. Fue fundada en
tiempos de los apóstoles y por los doce apóstoles, siendo
Jesucristo mismo la principal piedra angular, comenzando el
día de Pentecostés (Hechos 2). Nuestra iglesia jamás ha estado
sujeta a la Iglesia de Roma, ni a los papas latinos, ni al
papado. La misma Iglesia de Roma fue una misión griega durante
casi trescientos años, y el idioma griego era el lenguaje en
que se celebraba la liturgia, o misa, en la ciudad de Roma.
"Los primeros siete Concilios Generales,
comenzando por el de Nicea, 325 AD, y siguientes, hasta el año
787, que fueron los únicos Concilios Generales reconocidos por
igual tanto por la cristiandad de Oriente como por la de
Occidente, fueron todos ellos celebrados dentro del dominio de
los cuatro antiguos patriarcados orientales. Fueron dominados
por la Santa Iglesia Ortodoxa-Católica Apostólica. Hasta los
papas de Roma, como en el caso del papa León en la cuestión de
la exaltación del patriarcado de Constantinopla a una igualdad
con Roma en poderes temporales y espirituales (ver actas del
Cuarto Concilio General en Calcedonia) se vieron obligados a
asentir, como todos los demás, a los decretos de los Concilios
Generales, que más tarde estuvieron todos ellos por encima de
los papas y los patriarcas.
Roma nunca dominó
ninguno de los primeros siete Concilios Generales; por el
contrario, fueron ellos los que le ordenaban a Roma y, en
algunos casos, por ejemplo, el del papa Honorio,
excomulgaron y condenaron papas como herejes.
"El nombre 'católico' fue común a todas
las iglesias ortodoxas, orientales u occidentales, griegas o
romanas, durante ochocientos años después de Cristo. En
Occidente, sólo Roma adoptó exclusivamente el nombre
'Católica', pero anteponiéndole el apelativo 'Romana',
predeterminado de parte de los cismáticos dentro de su propio
patriarcado, en el siglo dieciséis; pero la Santa Iglesia
Apostólica Ortodoxa-Católica de Oriente, desde el prinicipio,
nunca ha sido conocida por ningún otro nombre que el de
'Católica', ni ha puesto aparte en ningún documento oficial.
Es su propiedad inalienable como la Madre Iglesia de la
cristiandad (véase Credo de Nicea, Artículo 9), lo cual, sin
una sola omisión, ha sido desde el principio la proclamación
leída en nuestras iglesias. Roma y todas las iglesias
cristianas occidentales jamás le han negado el título de
'Madre Iglesia', ni el de 'Católica'. Su apostolicidad y su
catolicidad han sido y son reconocidas en todas las naciones y
en todos los tiempos.
"Nuestra iglesia, que incluye a todas las
primeras iglesias fundadas por los apóstoles, como las de
Jerusalén, Antioquia, Éfeso,Corinto, Alejandría, y hasta la de
Roma, durante los primeros trescientos años, ha guardado el
'primer día de la semana' como día de reposo y en santa
recordación de la resurrección de nuestro bienaventurado Señor
de entre los muertos. Desde la aurora del cristianismo, ella
da testimonio de que este día ha sido el día sagrado en el
cual los fieles se reúnen para la partición de la cena del
Señor, recitar oraciones en público, y escuchar sermones.
"Nuestras sagradas tradiciones, los padres
sub-apostólicos, ante-nicenos y sub-nicenos, así como todos
nuestros historiadores, también dan testimonio de este hecho.
Bajo el encabezamiento del Cuarto Mandamiento en nuestro
Catecismo, que es aceptado por la totalidad de la Santa
Iglesia Ortodoxa Católica Apostólica, se da esta instrucción.
Y tanto la Iglesia Romana como todas las otras iglesias que
consideran la autoridad de la antigüedad, llamándose
protestantes, concuerdan en este mismo hecho, es decir, que el
día del Señor (el primer día de la semana) ha sido observado
desde la aurora de la resurrección hasta este momento.
"Actualmente, la Santa Iglesia
Ortodoxa-Católica Apostólica consiste, no sólo de los cuatro
antiguos patriarcados de Constantinopla, Alejandría,
Antioquia, y Jerusalén, sino también de las grandes iglesias
de Rusia, Grecia, Serbia, Bulgaria, Rumania, Montenegro,
Albania, Chipre, Monte Sinaí, y las cuatro iglesias
independientes de Austria, etc., y aquí en Estados Unidos,
bajo el Santo Sínodo de Rusia, una próspera misión que
consiste de diferentes iglesias nacionales, que se extiende
desde los límites septentrionales de Canadá hasta la ciudad de
México. Todas estas iglesias son iguales en autoridad y están
unidas en doctrina, disciplina y culto. Ella es la misma
iglesia sin interrupción, en su sucesión de obispos,
tradiciones, y enseñanzas, desde los días de los doce
apóstoles, cuando se reunieron en el aposento alto en
Jerusalén antes de que se oyera siquiera hablar de un Papa en
Roma o se pensara en él; y desde el momento en que Santiago,
del que se dice que fue el primer obispo de Jerusalén,
presidió el concilio de los apóstoles y los hermanos, cuando
consideraron la admisión de los gentiles en la fe cristiana.
"La Santa Iglesia Ortodoxa-Católica
Apostólica nunca ha cambiado perceptiblemente en doctrina,
disciplina ni culto desde los días apostólicos, y en la
actualidad tiene más de 150,000,000 de miembros".
RAPHAEL HAWAWEENY,
Obispo de Brooklyn, y Jefe de la Santa Misión Siria
Ortodoxa-Católica Apostólica en Estados Unidos
Marzo 30 de 1914.
Su catecismo es muy claro sobre este
punto. El Catecismo Mayor de la Iglesia Griega dice:
"¿Se guarda el sábado en la Iglesia
Oriental?
"No se guarda en la Iglesia Oriental.
"¿Cómo obedece la Iglesia
Cristiana el cuarto mandamiento?
"Guarda el séptimo día después de seis,
sólo que no es el último día de los siete días, que es el
sábado, sino el primer día de cada semana, que es el día de la
resurrección o día del Señor.
"¿Desde cuándo guardamos el día de la
resurrección?
"Desde el mismo momento de la resurrección
de Cristo".
Los catecismos de la Iglesia son la mejor
autoridad en cuanto a qué cree la Iglesia. Allí están las
iglesias levantadas por los apóstoles mismos y han continuado
así desde entonces. Siempre han guardado el domingo. He aquí
un claro y enfático testimonio de la más alta autoridad en
aquella gran Iglesia Oriental. Todos sus historiadores,
obispos, concilios, catecismos, y toda sus tradiciones
concuerdan en dar testimonio de la observancia del día del
Señor desde el mismo principio de la Iglesia. Esto no es mera
teoría, sino un verdadero hecho histórico del cual dan
testimonio actualmente ciento cincuenta millones de miembros.
Y todo fuera de la historia confirma esto.
Todos los primeros escritores que
defienden la fe tanto contra los paganos como contra los
herejes eran miembros de esta primitiva Iglesia Oriental.
Ninguno era romano. Las doctrinas fundamentales del
cristianismo que ahora son sostenidas en común por las
iglesias griegas, romanas, y protestantes fueron primero
formuladas y establecidas por la Iglesia Oriental, no por la
Iglesia Romana. Sus grandes eruditos y maestros, sus
literatura cristiana, sus predicadores, su influencia mundial,
excedieron con mucho los de Roma y Occidente durante más de
seiscientos años. El Rev. A. H. Lewis, bautista del Séptimo
Día, admite que la Iglesia Griega era la Iglesia Madre.
Dice: "En los cambios de los cuatro
primeros siglos después de Cristo, la Iglesia Oriental, que
era en realidad la Iglesia Madre y el hogar del cristianismo
primitivo, se mantuvo indiferente a la influencia que inició
la fuerte corriente del imperio hacia Occidente por medio de
Roma. Pero la verdad es que un gran factor de la historia de
la iglesia es la corriente oriental, y especialmente así con
respecto a las primeras ideas y prácticas, las del período
apostólico". (Sabbath and Sunday, pp. 220, 221).
Esto es verdad, y es una importante
concesión de parte de un sabadista, que confirma lo anterior
del obispo Raphael. Justino Mártir dice, en un lenguaje
explícito, que, por lo menos ya en 140 AD, la Iglesia Madre
observaba el sábado. (Véase el capítulo anterior). ¿Cómo
entonces podría Roma, doscientos años más tarde, haber
introducido el domingo en esta antigua iglesia? ¿Cómo podría
el domingo originarse con los romanos paganos en tiempos de
Constantino, en 321 AD?
Fueron los apóstoles y consagrados
misioneros de esta iglesia los que llevaron el evangelio a
Roma y a Occidente y los cristianizaron. No fueron Roma ni
Occidente los que enseñaron a Oriente. Fue exactamente al
revés. Esto fue especialmente en relación con la observancia
del día del Señor. Fue llevado de Oriente a Occidente, de los
griegos a los romanos. Al revés de lo que dicen los
Adventistas, no fueron los romanos paganos los que
introdujeron la observancia del día del Señor en la gran
Iglesia Oriental, sino que fue la Iglesia Oriental la que
llevó esa observancia a Occidente y enseñó a los paganos
convertidos a observarlo.
Lo siguiente ha sido tomado de "The
Historians of the History of the World" [Los historiadores de
la historia del mundo], artículo "Papado", Tomo VIII, p. 520:
"Pero la historia del cristianismo latino no comenzó sino
durante una parte considerable (sólo puede ser indefinible) de
los primeros tres siglos. La Iglesia de Roma y la mayoría de
las iglesias de Occidente, si no todas, eran colonias
religiosas griegas, si podemos llamarlas así. Su idioma era el
griego, su organización era griega, sus Escrituras eran
griegas, y muchos vestigios y muchas tradiciones muestran que
sus ritos, su liturgia, eran griegos. Por medio del griego, la
conexión entre la iglesia de Roma y la de Occidente se
mantenía constantemente al paso con Oriente.
La "Británica", artículo "Papado", dice
que la Iglesia de Roma no fue fundada sino hasta el 41-54 AD.
Luego dice del siglo cuarto: "La Iglesia de Roma, habiendo
dejado de estar familiarizada con el idioma griego, se
vio prácticamente excluida del mundo del cristianismo griego".
"Debe notarse que, en términos generales, durante el siglo
cuarto, la Iglesia de Roma y Occidente desempeñaron un papel
comparativamente insignificante en Occidente".
Estos hechos históricos demuestran que,
durante siglos, Roma fue instruida y dominada por la Iglesia
Griega de Oriente, no Oriente por Roma. Lo siguiente ha sido
tomado del notable erudito, el difunto Decano Stanley,
profesor de Historia Eclesiástica, Oxford, en su "History of
the Eastern Church" [Historia de la Iglesia Oriental]. Es de
la máxima autoridad. Dice: "Cualquiera que sea el nombre por
el cual la llamemos, 'Oriental', 'Griega' u 'Ortodoxa' - nos
lleva de vuelta, más que ninguna otra institución existente, a
los más tempranos escenarios y tiempos de la religión
cristiana". (Conferencia 7, p. 56).
"Jerusalén, Antioquia, Alejandría, son
centros de interés local que nadie puede ver ni estudiar sin
emocionarse, y las iglesias que han surgido en esas regiones
conservan las antiguas costumbres de Oriente y de la época
primitiva del cristianismo, mucho tiempo después de que
murieron en todos los otros lugares" (página 57). Nuevamente
dice Stanley: "Sabemos, y es suficiente saberlo, que el
evangelio, el evangelio original, que vino de Oriente, ahora
gobierna en Occidente" (página 95). La iglesia de la lejana
Asía oriental, Caldea, la patria de Abraham, fue la primera de
todas las misiones cristianas - la misión de Tadeo a Agabo"
(página 58). Un delegado de esa iglesia fue al Concilio de
Nicea en el 325 AD.
"La primera Iglesia de Roma no fue sino
una colonia de cristianos griegos o judíos helenizados. Los
primeros padres de la Iglesia de Occidente, Clemente, Ireneo,
Hermas, Hipólito, escribieron en griego. Los primeros papas no
eran italianos, sino griegos" (página 65).
Considérense cuidadosamente estos hechos.
Fue la Iglesia Griega de Oriente la que envió misioneros a
Roma, fundó esa iglesia, proporcionó sus maestros y la sostuvo
como misión durante siglos. Por más de doscientos años, la
observancia del día del Señor fue establecida plena y
universalmente entre todos los millares de antiguas iglesias
orientales antes de que la Iglesia de Roma en Occidente dejara
de ser instruida y sostenida como misión griega. Léase el
capítulo anterior. Esto demuestra que la observancia del
domingo pasó de Oriente a Occidente, no de Roma a Oriente.
Bernabé, Justino Mártir y otros demuestran que todas las
iglesias griegas observaron el día de la resurrección en la
primera parte del siglo segundo, cuando todavía estaban
enviando maestros y pastores a Roma. ¿No querrían éstos llevar
allí las costumbres de su iglesia y enseñárselas a laIglesia
de Roma? Ciertamente, y ésa es la razón de que Occidente y
Oriente siempre estuvieron de acuerdo en observar el mismo
día, el día del Señor. ¿Impuso esa "misión" a todas las
antiguas y poderosas iglesias orientales, que habían sido
establecidas hacía mucho tiempo, un día de culto romano,
occidental, y eso sin una sola palabra de protesta de estas
iglesias apostólicas? Los hombres sinceros no aceptarán una
afirmación tan irrazonable.
Cito nuevamente al Decano Stanley: "Ella
[la Iglesia Oriental] es la madre, y Roma es la hija" (página
66). Todos los primeros fundadores de la teología eran
orientales. Hasta el tiempo de Agustín (355-430), ningún
teólogo había surgido en Occidente; hasta el tiempo de
Gregorio el Grande (596-604), ninguno había ocupado el sillón
papal. La doctrina de Atanasio [la Trinidad] fue recibida en
Roma, no se originó en ella" (páginas 71, 72). Esto indica
cuán dependiente de Oriente fue Roma por siglos y cuán atrás
de Oriente estaba Roma en conocimiento e influencia.
Nuevamente: "No puede haber ninguna duda
de que la civilización de la Iglesia Oriental era mucho más
elevada que la de Occidente" (página 76). "Toda la fuerza y el
saber del cristianismo primitivo estaba en Oriente. Un
concilio general en Occidente habría sido absurdo. Con
excepción de unos pocos escritores del Norte de África, no
había ningún defensor de la fe de origen latino" (página 100).
Durante más de cuatrocientos años, la Iglesia de Oriente fue
la madre, la misionera, la maestra, la guía, la dominante,
mientras que Occidente fue la niña, la misión, la enseñada, la
guiada, la que recibía, no la que daba. Con el resto del
evangelio, Oriente llevó el día del Señor a Roma y lo enseñó a
la menos educada Roma.
He aquí un hecho notable: Mientras que los
cristianos judíos, y quizás algunos gentiles que vivían entre
ellos, continuaron por un tiempo guardando el sábado judío,
todos los cristianos, judíos o gentiles, sin una sola
excepción, guardaron el día del Señor. En toda la historia primitiva de la iglesia, no se halló jamás ni una sola iglesia
cristiana que no tuviera sus asambleas en domingo. Que los
Adventistas nombren una sola, si pueden. Nunca han podido, y
nunca podrán. Otro hecho notable es éste: Aunque hubo algunas
disputas con algunos acerca del sábado, no hay ni el más
ligero indicio de ninguna disputa entre las muy dispersas y
diferentes sectas de cristianos acerca del día del Señor. Sólo
una razón puede darse para esto; a saber, que la costumbre de
guardar el día de resurrección debe haber comenzado el mismo
primer día con los apóstoles y fue aceptado universalmente por
todos desde el principio.
Comenzando desde Jerusalén después de
Pentecostés, los apóstoles y maestros iban por todas partes
llevando la práctica de la Madre Iglesia a todas las naciones.
"El día del Señor", Apoc. 1:10, fue,
pues, aceptado por todos, Roma con el resto. He aquí otro gran
hecho. Ignacio, Justino Mártir, Tertuliano, y otros
escribieron extensamente contra todas las herejías, pero ni
uno de ellos mencionó jamás la observancia del domingo como
herejía, aunque a menudo se se mencionaba incidentalmente como
una existente y bien conocida práctica cristiana.
La obra "Advent History of the Sabbath,
edición de 1912, hace esta confesión: "Aunque Ireneo escribe
cinco libros contras las herejías, es más bien extraño que él
mismo no aluda en ninguna parte al domingo" (página 334). Si
el día del Señor hubiese sido una herejía introducida
posteriormente por los romanos paganos, él ciertamente la
habría nombrado. Su silencio es prueba de que el domingo no
era una institución herética, pagana, pues él escribió contra
todo eso. Sopese bien este hecho.
RESUMEN
1. La Iglesia Griega Oriental
fue primero, la Iglesia de Roma segunda y posterior.
2. La Iglesia Oriental fue la
madre, la Iglesia de Roma la hija.
3. El cristianismo fue de
Oriente a Occidente, no de Occidente a Oriente.
4. La Iglesia Griega fue la
iglesia misionera durante trescientos años, mientras que Roma
fue sólo la Misión.
5. Durante siglos, la Iglesia
Griega envió maestros a enseñarle a Roma, mientras que Roma
nunca envió maestros a enseñar a la Iglesia Griega.
6. Durante trescientos años,
todos los grandes eruditos, predicadores, líderes, y
defensores de la fe cristiana fueron griegos orientales, no
romanos occidentales.
7. Durante seiscientos años,
el saber y la erudición de la Iglesia Cristiana estuvo en
Oriente, no en Occidente.
8. Durante trescientos años,
la Iglesia Griega proporcionó la liturgia para la Iglesia de
Roma.
9. Los primeros obispos de
Roma eran griegos, no romanos.
10. Durante más de quinientos años,
la Iglesia Griega Oriental superó con mucho en número a la
Iglesia de Roma, u Occidental.
11. Durante los primeros ochocientos
años, todos los concilios generales tuvieron lugar en Oriente,
en territorio griego, y fueron dominados por los griegos,
ninguno por Roma. Roma tuvo que aceptar estos decretos, aunque
estos concilios nunca reconocieron la supremacía del papado,
sino que condenaron a uno de los Papas.
12. De principio a fin, la Iglesia
de Oriente siempre se ha opuesto al papado de Roma y lo ha
denunciado.
13. Ningún papado ni dominio papal
ha tenido nunca ningún lugar en la Iglesia de Oriente.
14. La Iglesia Griega Oriental nunca
ha aceptado ni un solo dogma, ni una sola doctrina, ni una
sola práctica de la Iglesia de Roma. Ni una sola. Nótese este
hecho.
15. En el Concilio de Nicea, 325 AD,
la Iglesia Oriental formuló el credo del cristianismo, que
Roma aceptó de sus manos.
16. Roma nunca asegura haber
enseñado a la Iglesia de Oriente la observancia del domingo,
aunque siempre afirma todo lo que puede.
17. Todos los millares de iglesias
orientales, compuestas de millones de cristianos, dispersas
por todas las naciones tan lejanas como India en Oriente,
habían sido colonizadas por siglos y se habían establecido en
sus costumbres religiosas antes de la fecha en que los
Adventistas dicen que Roma introdujo en la Iglesia de Roma la
observancia del sábado de los romanos paganos.
18. En toda la historia de la iglesia, no
hay ni la más remota referencia a ninguna disputa entre la
Iglesia de Roma y la Iglesia Griega sobre la observancia del
domingo.
19. Las historias, los catecismos,
la enseñanza de sus obispos, y sus tradiciones, todos
concuerdan en enseñar en los términos más positivos que la
Iglesia Griega Oriental siempre ha guardado el día del Señor
desde los días de los apóstoles.
20. La Iglesia de Oriente dice
firmemente que ella ha guardado el día del Señor desde el
mismo principio.
21. Sus catecismos, sus
historiadores, y sus tradiciones, todas confirman esto.
22. No hay ningún registro de ningún
período en toda su historia en que ella no observara el día
del Señor. Adventista, encuéntralo, si puedes.
23. No hay ningún registro que
demuestre. o intime, que ella jamás recibió el domingo de Roma
u Occidente.
24. No hay ningún registro de ningún
período de este lado de los apóstoles en que ella comenzara a
guardar el día del Señor.
25. Justino Mártir, un cristiano griego,
padre de la iglesia en la Iglesia de Oriente, doscientos años
antes de la fecha de la ley dominical de Constatino, ofrece
un.relato completo y detallado de la observancia del domingo
por su hermano Cristiano dela Iglesia Oriental.
26. Eusebio, el primer historiador
de la Iglesia, y obispo griego oriental en Palestina antes de
que la ley de Constantino fuese emitida, dice: "Hemos
transferido al día del Señor todos los deberes del sábado"
(página 153 de esta obra).
27. La Iglesia Griega, que nos dio al día
del Señor, también nos dio nuestras Escrituras del Nuevo
Testamento mucho antes de que Roma tuviera alguna Escritura en
su propia lengua.
28. Fue la Iglesia Griega la que, por
medio de sus primeros eruditos y sus concilios, dio a toda la
cristiandad, Roma incluida, nuestro canon de libros inspirados
del Nuevo Testamento.
29. La Iglesia de Oriente siempre se
ha adherido celosamente a sus propias costumbres contra todos
los esfuerzos de Roma para cambiarlas.
30. La Iglesia Católica Romana
siempre enseña que la "Santa Iglesia Católica" cambió el
sábado en los días de los apóstoles. (Véase el Capítulo IV).
Pero no había ningún Papa romano ni ningún papado en
existencia en ese tiempo. Hasta los Adventistas admiten esto.
Así, pues, Roma da testimonio de que el día fue cambiado en
Oriente, no en Roma. Tome buena nota de esto.
31. Con todos estos notorios hechos ante
nosotros, es absurdo decir que Roma cambió el sábado, dio
origen a la observancia del día del Señor, y lo entregó a la
antigua Iglesia de Oriente, y luego a toda la cristiandad.
Esta teoría es una completa perversión de todos los más claros
hechos de la historia y las tradiciones de la Iglesia
Cristiana.
En el asunto de la observancia del día del
Señor, no estamos tratando de una mera teoría, como en la
cuestión de la elección, la predestinación, la caída de la
gracia, el estado de los muertos, etc., sino con una condición
verdadera, con hechos históricos.
Se dice que, en la actualidad, hay
doscientos cincuenta millones de católicos romanos, ciento
cincuenta millones de católicos griegos, ciento cincuenta
millones de protestantes, todos ellos concordando en
reverenciar el día del Señor, todos ellos concordando en que
este día se originó con los apóstoles. Como prueba de esto,
todos apelan a su práctica actual, a la totalidad de la
historia de su iglesia en el pasado, a todas las tradiciones
de sus iglesias, y a sus catecismos. Si todo esto ha de ser
ignorado como carente de peso, entonces toda la experiencia y
la historia de todo el mundo no tiene ningún valor.
CINCO MONUMENTALES TESTIGOS DE TODA LA CRISTIANDAD
En la actulidad, tenemos con nosotros, en
el mundo entero, cinco monumentales testigos de la vida de
Cristo, todos mencionados en el Nuevo Testamento.
1. La Iglesia. "Edificaré mi Iglesia" (Mateo 16:18).
2. Las Escrituras del Nuevo Testamento. "Escribe en un libro lo que ves" (Apoc. 1:11).
3. El bautismo. "Id, y bautizadlos" (Mateo 28:19).
4. La cena del Señor. "Comed la cena del Señor" (1 Cor. 11:19).
5. El día del Señor. "Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor" (Apoc. 1:10).
En la actualidad, toda la cristiandad
tiene todos estos cinco testimonios en una forma u otra; todos
han sido transmitidos juntos y de la mano, uno es tan antiguo
como el otro, cada uno siempre ha sido considerado tan sagrado
como el otro, y todos han sido igualmente bendecidos por Dios.
El día del Señor es más antiguo que
algunos de los libros del Nuevo Testamento. Sus primeros
comienzos son mejores y el testimonio de ellos es mejor que el
de la mayoría de los libros del Nuevo Testamento,
especialmente el de Hebreos y Apocalipsis.
LA CONTROVERSIA DE LA
PASCUA
Esta cuestión proporciona fuerte evidencia
de que el día del Señor se originó con el comienzo de la
Iglesia misma, y era universalmente observado por todos los
cristianos desde el mismo principio. De esta controversia,
dice el decano Stanley: "Fue la controversia más antigua en la
Iglesia". (History of the Eastern Church [Historia de la
Iglesia Oriental], p. 173. Comenzó inmediatamente después de
la muerte de los apóstoles. La "Enciclopedia
Schaff-Herzog", Artículo "Pascua", dice: "En la iglesia
primitiva, no había ninguna uniformidad en el día que se
observaba". Algunas iglesias la celebraban en décimocuarto día
del mes judío de Nisán, el día de la Pascua, sin importar en
qué día de la semana caía. Las iglesias de Siria, Mesopotamia,
Cilicia, y Asia Menor acataban esta fecha. Otras la celebraban
el día de Resurrección, sin importar en qué día del mes caía.
Las iglesias orientales de Egipto, Grecia, Palestina, Ponto, y
la Iglesia de Roma seguían esta costumbre. Esto muestra que
los apóstoles pensaban que era una cuestión de menor
importancia, y no dejaron ninguna instrucción específica
acerca de ello.
La mencionada Enciclopedia dice: "En el
siglo segundo, esta diferencia fue ocasión de una prolongada
controversia que agitó al cristianismo". En el año 154
AD, Policarpo visitó Roma y trató de llegar a un acuerdo, pero
fracasó. En 197, Víctor, obispo de Roma, amenazó con
excomulgar a los que acataran el 15 de Nisán, pero nadie le
obedeció. Ni siquiera las iglesias de Occidente prestaron
atención a esta orden, mientras que las iglesias de Oriente lo
condenaron y lo desafiaron. Esto muestra cuán poca influencia
tenía el obispo de Roma en esa fecha. Esta controversia
continuó dividiendo y agitando a la Iglesia hasta que fue
zanjada por el Concilio de Nicea en AD 325. Dice el concilio:
"Se ha decidido por común consentimiento", indicando que no
era una asunto de vital importancia, comoquiera que fuese.
Recuérdese que esta cuestión fue zanjada
por la Iglesia Oriental, no por Roma, pues este concilio fue
dominado enteramente por Oriente.
Ahora observe: Esta simple cuestión en
cuanto a si la Pascua debía celebrarse cierto día del mes, o
cierto día de la semana, dividió a toda la cristiandad en un
acalorado debate por casi trescientos años, ¡pero pertenecía
sólo a un día en el año entero! Tampoco pertenecía a más de
unas pocas horas de servicio aun en ese solo día. Ahora
compárese esto con la cuestión del día del Señor. Esto ocurría
cada semana durante el año entero, cincuenta y dos días, y
abarcaba el día entero, veinticuatro horas cada semana, pero,
durante todos estos trescientos años de la Iglesia primitiva
no hubo ni una sola palabra de división acerca de la
observancia del día del Señor. Nunca fue traída a colación
para ser debatida ninguna diferencia entre cualesquiera
diferencia entre partes de la Iglesia, Oriente u Occidente,
norte ni sur, Grecia o Roma. Durante toda la controversia
sobre la Pascua, el día del Señor se mencionó a menudo, pero
sólo incidentalmente, como una institución bien conocida por
todos e igualmente reconocida por todos, Oriente u Occidente.
Esta uniformidad no podría haberse obtenido, a menos que todos
los apóstoles hubiesen estado de acuerdo en ello y la hubiesen
establecido al mismo principio de la Iglesia, de modo que no
hubiera ningún problema en relación con ello más tarde. Los
oponentes al día del Señor nunca han podido responder a esto
satisfactoriamente.
Además, aunque todavía había algunos que
guardaron el sábado judío durante algún tiempo, todos ellos
invariablemente guardaron el día del Señor. No se puede hallar
ninguna excepción a esto por parte de ortodoxos o
herejes. Todos observan el día del Señor. Hasta los sabadistas
se ven obligados a admitir esto.
El pastor Andrews dice: "Los padres que
veneran el sábado generalmente lo asocian con el
festival llamado por ellos el día del Señor". (Testimony of
the Fathers, p. 11).
Sí, algunos efectivamente guardaron el
sábado por un tiempo, pero hasta ellos, en todos los casos,
también guardaron el día del Señor.
"He leído este capítulo y lo he encontrado
correcto. - OBISPO RAPHAEL".
El obispo Raphael se educó en tres
seminarios: Damasco, Constantinopla, y Kiev, Rusia. Dos veces
ha recibido al grado de "Doctor en Divinidad". Es el jefe de
la Iglesia Ortodoxa Griega en Estados Unidos. Por ello, está
bien capacitado para plantear correctamente la posición de la
Iglesia Oriental sobre este asunto.