CONSECUENCIAS NO INTENCIONALES
Les preguntó si era pecado
hacer el bien en sábado; una buena obra versus hacer el mal. La
respuesta debería ser obvia. Sin embargo, si cualquiera de
nosotros hiciera la misma pregunta, se encontraría siendo
acusado de hacer una pregunta con mala intención.
Cuando el sábado se
instituyó en Israel, en Levítico 23 fue definido como una "santa
convocación" en relación con permanecer en la vivienda de uno
ese día. Durante la duración de ese día, se consideraba que el
israelita estaba en presencia de Dios, y se le ordenaba
abstenerse de hacer "cualquier" obra ese día. Ese día debía ser
de completo reposo del trabajo. El israelita no debía hacer
ninguna obra, y se consideraba que estaba de Dios ese día.
Cuando Adán y Eva pecaron
contra Dios, fueron expulsados del jardín de Edén y de la
presencia de Dios. Dios no permite que seres pecadores estén en
su presencia. El que peca queda cortado de Dios, y está
espiritualmente muerto -- separado de Dios (Colosenses 2:13;
Isaías 59:2).
Cuando Cristo tomó sobre sí
los pecados del mundo y colgaba en la cruz, exclamó: "Eloi,
Eloi, lama sabachtani?, lo cual significa, interpretado, Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Marcos 15:34b).
Dios quiere que se entienda
que el pecado no puede morar en presencia de Dios.
Jesús dijo que no era pecado
hacer bien en sábado. A la gente se le había enseñado que era
completamente correcto sacar a un animal de un hoyo en sábado, o
sacar a un animal fuera para que bebiera agua, aunque estas
cosas se definían como trabajo.
Pasando de allí, entró en la sinagoga, donde había un hombre que tenía una mano paralizada. Como buscaban un motivo para acusar a Jesús, le preguntaron: - "¿Está permitido sanar en sábado?" -- Él les contestó: -- "Si alguno de ustedes tiene una oveja y en sábado se le cae en un hoyo, ¿no la agarra y la saca? ¡Cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto, está permitido hacer el bien en sábado". - Entonces le dijo al hombre: "Extiende la mano". Así que la extendió y le quedó restablecida, tan sana como la otra, pero los fariseos salieron y tramaban cómo matar a Jesús. - Mateo 12:9-14.
Un sábado estaba Jesús enseñando en una de las sinagogas, y estaba allí una mujer que, por causa de un demonio, llevaba dieciocho años enferma. Andaba encorvada, y de ningún podía enderezarse. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: "Mujer, quedas libre de tu enfermedad". Al mismo tiempo, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios. Indignado porque Jesús había sanado en sábado, el jefe de la sinagoga intervino, dirigiéndose a la gente: "Hay seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para ser sanados, y no el sábado". "¡Hipócritas!", les contestó el Señor. "¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro en sábado, y lo saca del establo para llevarlo a tomar agua? Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se debía quitar esta cadena en sábado?" Cuando razonó así, quedaron humillados todos sus adversarios, pero la gente estaba encantada de tantas maravillas que él hacía. - Lucas 13:10-17.
Así que los maestros de la ley y los fariseos, buscando un motivo para acusar a Jesús, no le quitaban la vista de encima para ver si sanaría en sábado. Pero Jesús, que sabía lo que estaban pensando, le dijo al hombre de la mano paralizada: "Levántate y ponte frente a todos". Entonces Jesús dijo a los otros: "Voy a hacerles una pregunta: ¿Qué está permitido hacer en sábado: hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?" Jesús se quedó mirando a todos los que lo rodeaban, y le dijo al hombre: "Extiende la mano". Así lo hizo, y la mano le quedó restablecida. Pero ellos se enfurecieron, y comenzaron a discutir qué podían hacer contra Jesús. - Lucas 6:7-11.
Jesús deja claro que no es
pecado hacer el bien en sábado. Estos dirigentes religiosos se
"llenaron de locura" a causa de la interpretación del sábado y
el trabajo por Jesús. La dureza de sus corazones les cegaba a
esta verdad; esta verdad espiritual.
En otra ocasión, entró en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Algunos que buscaban un motivo para acusar a Jesús no le quitaban la vista de encima para ver si sanaba al enfermo en sábado. Entonces Jesús le dijo al hombre de la mano paralizada: "Ponte de pie frente a todos". Luego les dijo a los otros: ¿"Qué está permitido hacer en sábado: hacer el bien o el mal, salvar una vida o matar?" . Pero ellos permanecieron callados. Jesús se les quedó mirando, enojado y entristecido por la dureza de su corazón, y le dijo al hombre: "Extiende la mano". La extendió, y la mano le quedó restablecida. Tan pronto salieron los fariseos, comenzaron a tramar con los herodianos cómo matar a Jesús. - Marcos 3:1-6.
Los observadores del sábado
insisten en que el sábado, debido a su asociación con los otros
9 mandamientos de los "Diez", es una ley "moral", aunque puede
demostrarse cómo trataba Jesús al sábado en asociación con las
leyes "ceremoniales". Pero lo que debe examinarse cuidadosamente
es que los Diez Mandamientos no son leyes "morales" per se,
sino leyes que tratan de la inmoralidad del hombre. Por ejemplo,
uno se abstiene de cometer adulterio hoy, esto no prueba que es
una persona moral. Si uno se abstiene de asesinar hoy, o mañana,
o no asesina nunca, esto tampoco prueba que es una persona
moral. ¿Ha pensado usted alguna vez en cometer adulterio con
otra mujer (suponiendo que usted es un hombre casado)? ¿Ha
odiado usted alguna vez a otra persona? ¿Ha deseado usted alguna
vez cualquier cosa que pertenece a otra persona? Su corazón le
condena, no importa si ha quebrantado la letra de la ley o no.
Las obras del hombre,
desprovistas de Dios y su esfera de influencia, pueden ser
vistas por Dios como malas.
Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos. Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden el descubierto. En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios. - Juan 3:19-21.
Pero el que hace la verdad, para que sus obras puedan hacerse visibles, y se vea que ellas se han hecho en Dios. - Juan 3:21, Traducción translinear.
Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios; ni tampoco lo es el que no ama a su hermano. Éste es el mensaje que han oído desde el principio: que nos amemos unos a otros. No seamos como Caín, que por ser del maligno, asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo hizo? Porque sus propias obras eran malas, y las de su hermano justas. - 1 Juan 3:10-12.
Entonces vino la palabra del Señor a Jeremías: "Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí? Por eso, así dice el Señor: Voy a entregar esta ciudad en manos de los babilonios y de Nabucodonosor, su rey, y él la capturará. Y los babilonios que ataquen esta ciudad, entrarán en ella y le prenderán fuego, así como a las casas en cuyas azoteas se quemaba incienso a Baal y, para provocarme a ira, se derramaban libaciones a otros dioses. Porque,desde su juventud, el pueblo de Israel y el de Judá no han hecho sino lo malo delante de mí. El pueblo de Israel no ha dejado de provocarme a ira con la obra de sus manos - afirma el Señor. Desde el día en que construyeron esta ciudad hasta hoy, ella ha sido para mí motivo de ira y de furor. Por eso la quitaré de mi presencia, por todo el mal que han cometido los pueblos de Israel y de Judá: ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes y sus profetas, todos los habitantes de Judá y de Jerusalén. Ellos no me miraron de frente, sino que me dieron la espalda. Y aunque una y otra vez les enseñaba, no escuchaban ni aceptaban corrección. Colocaban sus ídolos abominables en la casa que lleva mi nombre, y así la profanaban. También construían altares a Baal en el valle de Hinón, para pasar por el fuego a sus hijos e hijas en sacrificio a Moloc, cosa detestable que yo no les había ordenado, y que ni siquiera se me había ocurrido. De este modo, hacían pecar a Judá. - Jeremías 32:26-35.
El observador del sábado
mira el sábado, e insiste en que es una ley "moral" y en que se
nos ha ordenado reposar ese día; que es inmoral trabajar ese día
pero que, de alguna manera, no es "inmoral" trabajar los otros
días de la semana. Cuando se trata de lo que se llama una ley
"moral", nunca puede haber ninguna excusa para transgredirla.
Nunca es excusable asesinar, cometer adulterio, o dar falso
testimonio. Esto no se puede decir del mandamiento del sábado.
Dios mira el sábado en el
contexto de ser ordenado a Israel, donde los israelitas debían
reposar el sábado porque era santa convocación, siendo ellos
percibidos como estando en presencia de Dios ese día y para que
no llevaran a cabo sus malas obras delante de Él. Podrían hacer
"buenas" obras ese día; obras que eran actos de misericordia o
de bondad para beneficio de animales, por ejemplo, y Jesús
señala que un ser humano es de mucho mayor valor que un animal.
Los israelitas no parecían haber tenido ningún problema en
cuanto a tener compasión para sus animales, y ocuparse de las
necesidades de ellos en sábado pero, debido a la dureza de sus
corazones, no podían ser compasivos en sus corazones hacia sus
prójimos en sábado. De aquí que sus "obras" fueran malas, del
mismo modo que las obras y los sacrificios de Caín eran malas,
por la manera en que odió a su hermano.
Jesús dejó claro para la
gente de su tiempo que, si alguien tenía una diferencia con su
hermano, debía posponer cualesquiera ofrendas en el templo,
reconciliarse con su hermano primero, y luego presentar su
ofrenda. De lo contrario, perdía su tiempo, pues Dios no lo
habría aceptado a él ni habría aceptado su ofrenda.
En la teología del nuevo pacto, Pablo señala
que el amor "cumple" la ley, toda ella, incluyendo el sábado:
No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley. Porque los mandamientos que dicen: "No cometas adulterio", "no mates", "no robes", "no codicies, y todos los demás mandamientos, se resumen en este precepto: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". El amor no perjudica al prójimo. Así que el amor es el cumplimiento de la ley. - Romanos 13:8-10.
Jesús sanó a un hombre que
había estado paralítico por 38 años y, como de costumbre, lo
hizo en sábado, agravando el conflicto entre él mismo y los
líderes religiosos de su tiempo, que eran fuertes en la ley y el
sábado. La narración se halla en Juan capítulo 5. Del versículo
16, leemos:
Precisamente por esto los judíos perseguían a Jesús, pues hacía tales cosas en sábado. Pero Jesús les respondía: "Mi Padre aun hoy está trabajando, y yo también trabajo". Así que los judíos redoblaban sus esfuerzos para matarlo, pues no sólo quebrantaba el sábado sino que incluso llamaba a Dios su propio Padre, con lo que él mismo se hacía igual a Dios. Juan 5:16-18.
Los sabadistas se apresuran
a decir que, en realidad, Jesús no quebrantaba el sábado, sino
que Juan escribía desde la perspectiva de los judíos.
Esta afirmación es típica de
los sabadistas que se apresuran a defender el sábado recurriendo
a cualquier explicación concebible para preservar el sábado y
evitar que Jesús parezca estar pecando pues, a los ojos de los
sabadistas, "el pecado es transgresión de la ley", citando 1
Juan 3:4, el cual es, en realidad, un error de traducción y de
interpretación del griego 1. La KJV propone esta
traducción interpretativa al inglés, como tal, siguiendo la
traducción de la anterior Biblia de Génova. Ninguna moderna
Biblia en idioma inglés tiene esta traducción, pues no es fiel
al significado del griego.
Lo que es importante
entender es que la palabra griega usada aquí en Juan 5:18, que
se tradujo como "quebrantar", es la palabra griega "elyon" o
"eluen", traduciendo la idea de que Jesús había "desatado" el
mandamiento del sábado, habiendo anulado la autoridad del
sábado. El mandamiento del sábado no era pertinente a las obras
hechas desde una perspectiva justa, en que uno hace el bien, y
no malas obras, de naturaleza egoísta, ausente del
involucramiento de Dios en la vida de uno. Con esta
interpretación del griego, difícilmente puede decirse o admitir
que Juan escribió lo que escribió desde la perspectiva de los
judíos, pues éstos creían ciertamente que Jesús estaba
quebrantando la ley, y ¡nunca dirían ni admitirían que Jesús
tenía derecho a "desestimar" o anular el mandamiento del sábado!
¡Pero hasta los sabadistas se apresurarían a señalar que Jesús
es "Señor del sábado"!.
Jesús no transgredió la ley
del sábado como lo haría un hombre; lo anuló. Lo volvió
irrelevante. Lo hizo a un lado. Demostró que, en realidad, no
era pecado hacer el bien en sábado, cuando las obras de uno
concuerdan con la voluntad de Dios y su influencia en la vida de
uno.
Jesús hizo todo lo posible
por llamar "obras" a lo que hacía los sábados, sanar gente.
Nótese nuevamente la cita precedente, en que Jesús dice,
refiriéndose al sábado, que Él trabaja, y que hasta su Padre en
el cielo trabaja.
"¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme?" Respondió la multitud, y dijo: "Demonio tienes; ¿quién procura matarte?" Jesús respondió y les dijo: "Una obra hice, y todos os maravilláis. Por cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres) ; y en el día de reposo circuncidáís al hombre. si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre? No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio" - Juan 7:19-24.
Aquí Jesús se refiere
nuevamente a sus sanamientos en sábado llamádolos "obras".
También nos dice varias otras cosas importantes. Estos líderes
religiosos y este pueblo, que estaban bien versados en la ley y
el sábado, en realidad no guardaban aquella ley. Esto los
convierte en hipócritas. Jesús también señala que la
circuncisión era más importante que la observancia del sábado, y
que la circuncisión tiene prioridad por sobre el sábado. ¿Por
qué, pues, no insisten los sabadistas en practicar la
circuncisión? Es demasiado fácil demostrar que no ella no es
requerida de los cristianos, mientras que es más fácil oscurecer
los hechos y la evidencia cuando se trata del sábado.
Finalmente, Jesús dice que
uno no debería juzgar por las apariencias, sino con justo
juicio. Pero, juzgar a los cristianos y al cristianismo en
relación con el sábado es todo acerca de las apariencias, porque
ni siquiera el sabadista guarda verdaderamente el sábado, no más
que aquellos hipócritas del tiempo de Jesús guardaban la ley que
les había sido dada por Moisés, no Dios, según Jesús. Moisés era
el moderador de aquel pacto, mientras que Jesús era el moderador
del nuevo pacto, y fue su sangre la que fue derramada, no la de
animales sustitutos.
Cuando leemos el siguiente
versículo después de 1 Juan 3:4, dice: "Y sabemos que
él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él".
Así que, puesto que éste es
el caso, ya no somos vistos como cometiendo desórdenes, maldad,
etc.
Las obras de la ley son
obras muertas y nunca pueden traer vida.
¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque, si la ley dada pudiera vivificar, la justicia sería verdaderamente por la ley. - Gálatas 3:21.
El cristianismo no se trata
de "guardar" la letra de la ley del antiguo pacto, en que a uno
se le ordena reposar en sábado. El reposo era sólo parte del
problema. Uno pecaba al trabajar ese día; al hacer las obras que
no eran buenas a la vista de Dios.
El cristianismo se tata de
"cumplir" la ley por medio del amor, y el apóstol declara, como
se citó arriba, que esto incluye todos los mandamientos,
incluyendo el mandamiento del sábado. ¿Por qué? ¿Cómo? Porque
nuestras obras son agradables a Dios, pues Dios está involucrado
en nuestras vidas. Las obras cristianas son buenas obras todos
los días, aun en sábado, como las hizo Jesús. Un cristiano, en
posesión del Espíritu Santo, está en presencia de Dios siempre,
y las obras de un cristiano no son vistas por Dios como malas
obras. Nuestras obras son nuestros frutos. Nuestras obras son un
reflejo de quíénes somos y qué somos: cristianos.
¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? - Hebreos 9:14.
Como a los sabadistas les
gusta decir: "¿No deberíamos seguir a Cristo y su ejemplo?"
Entendamos. El sábado sirvió
un propósito y una función en relación con los hijos de Israel:
Era un día de reposo del
trabajo; algo que no tenían mientras eran cautivos en Egipto.
Era un recuerdo de Dios y la
semana de la creación, cuando Dios reposó de su obra de
creación.
Era un recuerdo de que Dios
les había librado de la esclavitud en Egipto, donde no había
ningún descanso.
Era una sombra de Cristo
(Col. 2:16-17) que anticipaba el reposo espiritual que se halla
en Cristo, también conocido como "reposo de Dios" (sabbatismos)
en Hebreos capítulo 4.
Servía como medio para
separar a Israel de las naciones paganas a su alrededor, como lo
hacían otras leyes que eran únicas al antiguo pacto.
Era una santa convocación en
relación con permanecer en la vivienda de cada uno ese día,
estando en presencia de Dios ese día.
Era la señal entre Dios y
los israelitas en relación con el pacto antiguo entre ellos.
Ahora, en la dispensación
cristiana, cierto número de cosas han cambiado.
No hay ninguna separación
entre judíos y gentiles en el evangelio. Las barreras en la ley
que anteriormente separaban a los dos grupos que antes eran
ajenos el uno al otro fueron quitadas - eliminadas. El antiguo
pacto llegó a su fin, pues Jesús le puso fin con su muerte, que
era el Dios encarnado del pacto antiguo. Pablo explica esto en
Romanos capítulo 7, usando como ejemplo un pacto matrimonial.
Al reposo de Dios
(sabbatismos), al cual sólo se podía entrar por fe, y del cual
el sábado semanal era meramente una sombra, entran los creyentes
cristianos, tanto judíos como gentiles. Hay un "reposo" de los
trabajos que anteriormente eran inútiles y ciertamente
pecaminosos, en vista de que la vida anterior era y es
considerada por Dios como vida de pecado, desprovista de Dios y
su influencia en la vida de uno.
Ahora el cristano está
siempre en presencia de Dios, y las obras de un cristiano no son
malas. El cristiano ha sido "purificado" de obras muertas, como
se citó arriba. Las obras de un cristiano son agradables a Dios
y están de acuerdo con su voluntad. Los frutos de un cristiano
se manifiestan en las obras de un cristiano.
¿Cuál, pues, es la
implicación de un sabadista que insiste en que tenemos que
reposar del trabajo en sábado? Es una declaración del sabadista
de que la sobras del cristiano son pecaminosas, después del
todo, si se hacen en sábado.
¿Hay un conflicto aquí?
Absolutamente. Es un buen ejemplo de tratar de forzar el vino
nuevo en el odre viejo. Es un caso de los sabadistas declarando
que lo bueno es malo y lo mal es bueno.
¡Ay de los que a lo malo
dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y
de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce
por amargo! - Isaías 5:20.
Un cristiano ha abandonado
la oscuridad del mundo, y ha entrado en la luz del evangelio. Él
o ella es una nueva criatura. Aun así, el sabadista trata de
llevar al cristiano a la fuerza al pacto antiguo, de vuelta a la
oscuridad.
El diablo no podría estar
más complacido. Los sabadistas declaran que, ante los ojos de
Dios, las buenas obras de un cristiano son declaradas malas si
se ejecutan en sábado. Las obras de un cristiano, llevadas a
cabo en Dios, son ahogadas. Lo que Dios ha declarado bueno, el
sabadista lo ha declarado pecaminoso y malvado.
Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra. - Tito 1:16.
El sabadista declara que las
buenas obras de un cristiano son pecado cuando se hacen en
sábado. Niegan a Dios cuando se trata de obras cristianas hechas
en sábado. Son ellos los que son desobedientes a la fe mientras
afirman que obedecen la ley.
El cristiano es llevado de
vuelta bajo el antiguo pacto, donde hay condenación por
transgredirlo, y todos han transgredido esa ley. El "fruto" de
esa ley es muerte, no vida, como lo atestigua Pablo:
Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. - Romanos 7:5.
Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. - Romanos 710-11.
1 1 Juan 3:4: "su
uso aquí tan pronto después de las referencias a los anticristos
puede ser signifcativo. El escritor probablemente tenía en mente
una descripción fuertemente peyorativa del pecado. En vista de 1
Juan 3:7, es probable que los anticristos tuvieran una visión
suavizada que Juan deseaba refutar". Extraído de The Bible Knowledge
Commentary sobre 1 Juan 3:4.