Los cristianos consideran los cuatro evangelios -
Mateo, Marcos, Lucas y Juan - como relatos históricos y exactos
de la vida de Jesús. Pero, lo que voy a mostrarle a usted lo
sorprenderá porque hay una diferencia tan grave entre ellos que
la iglesia o no la conoce o no quiere hablar de ella pues, si lo
hiciera, su teología del evangelio se haría polvo. Lo que voy a
mostrarle es que los tres primeros evangelios - Mateo, Marcos,
Lucas - tienen un Jesús y una teología de la salvación
diferentes de los del evangelio de Juan. Lógicamente, esto
indica que el concepto de la salvación que tenemos actualmente,
que es central para el cristianismo, evolucionó a través de la
humanidad después de que Jesús supuestamente abandonó el planeta
Tierra. Por consiguiente, es un concepto humano, no un concepto
divino, lo cual es una muy mala noticia para las iglesias
fundamentalistas a las que les gusta predicar sobre el pecado,
la salvación, y la redención.
Los tres primeros evangelios - Mateo, Marcos y Lucas - son
conocidos como los evangelios sinópticos y considerados por
expertos bíblicos, tanto cristianos como seculares, como más
antiguos que Juan. (La fecha de los evangelios no se conoce, y
los cálculos varían entre los expertos, pues los cristianos dan
una fecha más antigua que los seculares, lo cual no es
sorprendente. Sin embargo, los expertos seculares tienden a
ubicar la fecha de los evangelios después del año 70 AD. Marcos
es considerado como el más antiguo, seguido por Mateo y Lucas, y
luego por Juan. Ahora bien, actualmente, la doctrina teológica
central del cristianismo enseña una salvación por fe por medio
de la gracia, al creer que Jesús murió en la cruz por nuestros
pecados y resucitó de la tumba. Esta doctrina es central en y
fundamental para el evangelio cristiano. Sin embargo, ¡esta
forma de salvación NO se enseña en Mateo, Marcos y Lucas, que
son los evangelios más antiguos! ¡La base para el evangelio
cristiano de salvación por fe y expiación viene del evangelio de
Juan, que es el más reciente de los evangelios! Fascinante, ¿no?
En el evangelio de Mateo, NO HAY NI UNA SOLA PALABRA sobre la
necesidad de creer en Jesús para ir al cielo. En realidad, ¡no
hay una sola palabra sobre tener que "creer" absolutamente en
nada para ir al cielo! No se menciona la expiación ni la
salvación por fe. En realidad, Jesús dice que todo lo que hay
que hacer para que Dios perdone nuestros pecados es esto:
"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os
perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial" (Mateo
6:14).
Más adelante en ese evangelio, cuando alguien le preguntó a
Jesús directamente lo que tenía que hacer para ser salvo y tener
la vida eterna, Mateo reporta claramente una salvación por
obras:
Mateo 19:16-21: "Entonces vino uno y le dijo:
Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? Él le
dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino uno:
Dios. Mas, si quieres entrar en la vida, guarda los
mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No
adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testionio. Honra a tu
padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El
joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud.
¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto,
anda, vende lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás
tesoro en el cielo; y ven y sígueme".
En este relato, ¡Jesús nunca dice que hay que creer que él murió
en la cruz para que Dios perdone! En el mismo evangelio de
Mateo, Jesús también predica las famosas bienaventuranzas, que
enfatizan que los que tienen buen corazón, buena actitud, y buen
carácter heredarán el reino de Dios, ¡que es otra manera de
decir que irán al cielo!
Mateo 5:3 Bienaventurados los pobres en espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Mateo 5:4 Bienaventurados
los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Mateo 5:5 Bienaventurados
los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Mateo 5:6 Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados.
Mateo 5:7 Bienaventurados
los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Mateo 5:8 Bienaventurados
los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Mateo 5:9 Bienaventurados
los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
¡Eso es! Él no dijo que hay que creer que Jesús moriría por
nuestros pecados para que éstos fuesen perdonados. Los
versículos que dicen eso están en el evangelio de Juan, que
apareció como 50 años después del de Mateo.
Ahora echemos un vistazo al evangelio de Marcos. Tampoco
menciona que hay que creer en Jesús para ser salvo, excepto por
un versículo en el último capítulo del libro: "El que creyere y
fuere bautizado será salvo, pero el que no creyere será
condenado" (Marcos 16:16). Sin embargo, la mayoría de los
expertos cree que ese versículo es una interpolación o una
falsificación, pues muchos de los más antiguos manuscritos del
evangelio de Marcos no lo contienen. Además, no encaja en
Marcos, pues el resto de ese evangelio no enseña la salvación
por fe. Por lo tanto, Marcos probablemente nunca escribió nada
acerca de la necesidad de creer que Jesús murió por nosotros en
una salvación por fe, ni tampoco el concepto de la expiación. De
la misma manera, ¡el evangelio de Lucas es semejante a los de
Mateo y Marcos en que no menciona la creencia en la expiación ni
en la salvación por fe. ¡Por consiguiente, es probable que el
Jesús original, si existió, nunca predicó una doctrina como esa
tampoco!
Después viene el evangelio de Juan, y tenemos versículos que
requieren que uno "crea" en Jesús para ser salvo, como
Juan 3:16: "Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él
crea no se pierda, sino que tenga eterna".
Juan 3:18: "El que en él cree no es condenado; pero
el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en
el nombre del unigénito Hijo de Dios".
Juan 3:36: "El que cree en el Hijo, tiene vida
eterna; pero el que rehusa creer en el Hijo, no verá la vida,
sino que la ira de Dios está sobre él".
Juan 8:24: "Por eso os dije que moriréis en vuestros
pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados
moriréis".
Juan 11:25: "Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y
la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá".
Por supuesto, algunos cristianos responderán diciendo que es
necesario poner juntos todos los evangelios para tener la
historia completa. Sin embargo, el punto clave
aquí es que, si Jesús realmente dijo que había que creer en
él para ser salvos, ¡entonces Mateo, Marcos, y Lucas por lo
menos habrían mencionado algo acerca de eso en alguna parte! Si era central a
las enseñanzas de Jesús que la salvación por fe es necesaria,
entonces, ¿por qué ellos no lo mencionaron en absoluto en los
tres primeros evangelios? La razón lógica es que
ellos nunca oyeron hablar de ello, ni sustentaron esa idea,
porque ella no evolucionó sino más tarde, cuando los
primeros cristianos decidieron añadir esa doctrina, como en
el evangelio de Juan.
Así que podemos concluir lógicamente que, si Mateo, Marcos, y
Lucas estaban con Jesús cuando estuvo en la tierra (suponiendo
que ellos fueron testigos, por lo menos, lo cual ni siquiera se
dice), ¡entonces Jesús probablemente nunca dijo nada sobre fe,
creencias ni expiación!
Puesto que el concepto de la expiación y la salvación por fe no
se enseña sino hasta el evangelio de Juan, es lógico concluir lo
siguiente. Como 50 años después de los primeros tres evangelios,
la Iglesia decidió que un evangelio basado simplemente en buenas
obras y bondad no era suficiente. La Iglesia necesitaba más
poder sobre la gente. Y necesitaba una manera de hacer que la
gente se sintiera totalmente impotente en sus propias obras,
para que pudiera ser completamente dependiente de la Iglesia y
sus sacramentos de salvación. Necesitaba que sus seguidores
creyeran que sólo ella, la Iglesia, era el único camino y la
única religión. Así que la Iglesia añadió al cristianismo la
doctrina de la salvación por medio de la expiación, para
justificar los sacramentos de la Iglesia, que eran requeridos
para la salvación de las almas, lo que, a su vez, le dio a la
Iglesia poder sobre la gente. He ahí la razón de por qué entró
en juego el evangelio de Juan. El evangelio de Juan fue el
resultado del desarrollo de la teología de la Iglesia en
ese tiempo. De ese libro es de donde salieron los versículos
sobre la salvación por fe, el "nuevo nacimiento", la expiación,
y el tener que creer que Jesús murió por nuestros pecados. En
muchas páginas de este libro, usted verá a Jesús diciendo algo
acerca de la necesidad de creer en él. Cuando los cristianos
citan versículos evangélicos acerca de ser salvos, siempre se
refieren a Juan. (No es de maravillarse que muchos cristianos
digan que Juan es su libro favorito). Sólo eche un vistazo a un
folleto o tratado cristiano, y verá que los versículos que ellos
mencionan sobre la fe y la creencia en Jesús son del libro de
Juan, como Juan 3:16 y Juan 14:6. Cuando citan a Jesús, por lo
general se refieren a este libro. Pero este libro no llegó sino
por lo menos 50 años después de los tres primeros evangelios.
Por consiguiente, lógicamente, lo que Jesús haya dicho habría
sido registrado más precisamente en los primeros evangelios, que
en su lugar enfatizan las buenas obras y la caridad.
A partir de esto, es evidente cómo se desarrolló en la Iglesia
la teología de la salvación, mientras los libros y las cartas
del Nuevo Testamento todavía se estaban escribiendo. Otro hecho
que indica esto también es que, según Marcos, Cristo era un
hombre. Pero, de acuerdo con Mateo y Lucas, Jesús era un
semidiós, mientras que Juan insiste en que era Dios mismo. Eso
también demuestra una evolución del concepto de Jesús, de un
hombre, gradualmente hasta una condición de deidad. Esto es
común con fundadores religiosos a través de la historia porque,
no importa lo que ellos mismos afirmen, sus seguidores
eventualmente tratan de deificarlos y convertirlos en un Dios
para rendirle culto.
Por supuesto, los cristianos también citan versículos en apoyo
de su salvación por medio de la expiación basándose en las
epístolas de Pablo. Sin embargo, Pablo nunca conoció a
Jesucristo (por lo menos no físicamente). Pablo tampoco escribió
nunca nada acerca de lo que Jesús hizo. Y, puesto que no estuvo
con el Jesús histórico, obviamente no conoce ni está preparado
para decirnos lo que el Cristo histórico enseñó cuando estuvo en
la tierra. En realidad, hay muchas discrepancias entre la idea
de Pablo sobre la salvación y la de Jesús. Para ver ejemplos y
detalles sobre esto, véase la obra Paul vs. Jesús, por David Danizier.
Conclusión
Allí lo tiene. TRES evangelios de buenas obras suficientes para
satisfacer a Dios versus UN evangelio de fe y expiación. ¡Tres
contra uno! Nuevamente, la doctrina central del evangelio
cristiano evangélico pierde por los números (como la doctrina de
la infalibilidad lo hizo en el Argumento # 1). Caso cerrado.
En realidad, éstas son buenas nuevas para la gente porque
significa que Jesús probablemente nunca predicó que uno tiene
que creer que él murió para que nosotros podamos ser salvos.
Esto signifca que millares de millones de personas ahora y a
través de la historia, que no se convirtieron al evangelio
cristiano, después de todo, no pasarán la eternidad en el
infierno, como advierten los evangélicos. Por lo tanto, para
aquellos preocupados sobre si ellos mismos o sus allegados no
convertidos, esto quita de sus hombros una enorme carga. Ahora
pueden regocijarse, celebrar, y cantar "¡Aleluya!", (Véase
también Evolución del
cielo y el infierno en la Biblia a partir del zoroastrismo -
Buenas nuevas para los temerosos).
Este es un revelador extracto del diálogo ficticio de Ingersoll,
El Catecismo Talmágico, que trata de estos temas.
PREGUNTA. ¿Cómo
es que Mateo no dice nada sobre la "salvación por fe", sino que
dice simplemente que Dios tendrá misericordia del que tenga
misericordia, que perdonará al perdonador, y no dice ni una
palabra sobre la necesidad de creer en nada?
RESPUESTA.
Pero usted recordará que Marcos dice, en el último capítulo de
su evangelio, que "el que no creyere será condenado".
PREGUNTA.
¿Admite usted que Mateo no dice nada sobre el tema?
RESPUESTA.
Sí, supongo que tengo que hacerlo.
PREGUNTA.¿No se admite generalmente que ese
pasaje de Marcos es ua interpolación?
RESPUESTA. Algunos expertos bíblicos dicen que lo
es.
PREGUNTA. ¿Esa porción del último capítulo de
Marcos se halla en la versión siríaca de la Biblia?
RESPUESTA. No.
PREGUNTA. Si fuera necesario creer en Jesucristo
para ser salvo, ¿cómo es que Mateo falló en decirlo?
RESPUESTA. "Actualmente hay más copias impresas
de la Biblia que de cualquier otro libro en el mundo y en más
idiomas que cualquier otro libro".
PREGUNTA. ¿Considera usted necesario ser
"regenerado" -- ser "nacido de nuevo" -- para ser salvo?
RESPUESTA. Ciertamente.
PREGUNTA. ¿Dijo algo Mateo sobre el tema de la
"regeneración"?
RESPUESTA. No.
PREGUNTA. ¿Lo dijo Marcos?
RESPUESTA. No.
PREGUNTA. ¿Lo dijo Lucas?
RESPUESTA. No.
PREGUNTA. ¿Es Juan el único que habla de la
necesidad de "nacer de nuevo"?
RESPUESTA. Sí.
PREGUNTA. ¿Cree usted que Mateo, Marcos y Lucas sabían
algo acerca de la necesidad de la "regeneración"?
RESPUESTA. Por supuesto que lo sabían.
PREGUNTA. ¿Por qué no lo comentaron?
RESPUESTA. No hay ninguna civilización sin la
Biblia. En el momento en que se botan las Sagradas Escrituras,
todos quedan en el mar -- sin ancla y sin brújula.
PREGUNTA. Usted recordará que, según Marcos,
Cristo dijo a sus discípulos: "Id a todo el mundo, y predicad
el evangelio a toda criatura". ¿Se refería al evangelio
presentado por Marcos?
RESPUESTA. Por supuesto.
PREGUNTA. Bueno, en el evangelio presentado por
Marcos, no hay ni una sola palabra acerca de "regeneración" y
ni una sola palabra acerca de creer en nada -- excepto en un
pasaje interpolado. A causa de esto, ¿no parecería que
"regeneración" y "creer en el Señor Jesucristo" no son parte
del evangelio?
RESPUESTA. Nada puede exceder en horror los
últimos momentos del infiel; nada puede ser más terrible que
la muerte del que duda. Cuando la glorias de este mundo se
desvanecen de la visión; cuando la ambición se convierte en un
nombre vacío; cuando la riqueza se convierte en polvo en la
paralizada mano de la muerte, ¿para qué sirve entonces la
filosofía? ¿Quién se preocupa entonces por el orgullo del
intelecto? En ese temido momento, el hombre necesita algo en
lo cual confiar, sea verdad o no.
PREGUNTA. ¿No habría sido más convincente si
Cristo, después de su resurrección, se hubiese mostrado a sus
enemigos así como se nostró a sus amigos? ¿No habría
fortalecido grandemente la evidencia en el caso si hubiese
visitado a Pilatos; se hubiese presentado ante Caifás, el sumo
sacerdote; si hubiese entrado al templo nuevamente, y caminado
por las calles de Jerusalén?
RESPUESTA. Si la evidencia hubiese sido completa
y abrumadora, creer no habría sido digno de alabanza; hasta
los publicanos y pecadores habrían creído si la evidencia
hubiese sido suficiente. La cantidad de evidencia requerida es
la prueba del verdadero espíritu cristiano.
PREGUNTA. ¿No habría sido mejor también que la
ascensión hubiera tenido lugar en presencia de millares de
incrédulos? Parece una lástima haber desperdiciado una
demostración como esa con los que ya estaban persuadidos.
RESPUESTA. Estas preguntas son el fruto natural
de la mente carnal, y sólo pueden explicarse por medio de la
doctrina de una total depravación. Nada le ha causado a la
iglesia más problemas que precisamente preguntas como ésas.
Una curiosidad impía, una disposición a hurgar en los
misterios divinos, un deseo de saber, de investigar, de
explicar -- en resumen, de comprender, son todas evidencia de
una mente réproba.