La visión de la Sra. White sobre la formulación
del plan de redención proporciona evidencia inequívoca de
que ella no pasó las pruebas de un profeta.
La Sra. White relata su visión de 1854:
"La tristeza llenó el cielo, al saberse que el
hombre se había perdido, y que el mundo que Dios creó se
llenaría de seres mortales condenados a la miseria, la
enfermedad y la muerte, y que no había ninguna escapatoria
para el transgresor. La familia entera de Adán debía
morir. Vi al bondadoso Jesús, y contemplé en su semblante
una expresión de simpatía y tristeza. Pronto lo vi
aproximarse a la luz en extremo brillante que rodeaba al
Padre. Dijo mi ángel acompañante: "Está en íntima
conversación con el Padre". La ansiedad de los ángeles
parecía intensa, mientras Jesús estaba en comunión con su
Padre. Tres veces fue rodeado por la gloriosa luz que
circundaba al Padre, y la tercera vez que se acercó a
nosotros viniendo del Padre pudimos ver su persona; y su
semblante estaba calmado, libre de toda perplejidad y
preocupación, y resplandecía de bondad, como las palabras
no lo pueden expresar. Luego
hizo saber a la hueste angélica que una vía de escape
había sido creada para el hombre; que él había estado
rogando a su Padre, y había obtenido su consentimiento
para dar su vida en rescate, llevar los pecados
del hombre, y recibir sobre sí mismo la sentencia de muerte,
para abrir un camino para que el hombre pudiera hallar
perdón por transgredir el mandamiento de Dios ...". (1)
¡Qué visión tan asombrosa! Después del pecado de Adán, Jesús
se aproxima al Padre con una idea. Tres veces "ruega" al
Padre que se le permita ser el Redentor de la humanidad.
Finalmente, el Padre cede y acepta el plan de Cristo. ¿Es
así como fue formulado el plan de redención? ¿Se creó el
plan después de la caída del hombre? ¿Tuvo Jesús que rogar a Dios para que
aceptara su plan?
La visión de la Sra. White parece poner en duda la capacidad
de planificar y la presciencia de Dios. Pinta un cuadro de
un dios que es tomado por sorpresa por el pecado del hombre,
y luego, de repente, tiene que inventar un plan para
restaurar la felicidad del cielo. Esto se opone directamente
a la plaabra de Dios. La Biblia dice que el plan de
redención fue diseñado aun antes de que fuese creado el
mundo:
"Él [Cristo]
fue destinado antes de la creación del mundo, pero manifestado en los
postreros tiempos por amor a vosotros". (1 Pedro
1:20).
En un sermón en Grimsby, Inglaterra, el 19 de septiembre d
e1886, la Sra. White dijo:
"Después de la
caída de Adán y Eva, la raza humana se hundió en
la miseria sin esperanza, y fue entonces cuando este gran plan de
redención se diseñó. Fue
entonces [cuando] el Hijo de Dios consintió en abandonar
el trono de su Padre, hacer a un lado su corona real,
vestirse de la humanidad, tomar sobre sí mismo la
naturaleza del hombre, y convertirse en hombre entre los
hombres". (2)
Esta cita hace énfasis en que Jesús no "consintió" en el
plan sino hasta después
de la caída. El verbo "consintió" significa
"aceptación o aprobación de lo que es planeado o hecho por
otro". (3) La Sra. White infiere que Jesús no consintió (no
aceptó ni aprobó) el plan sino hasta después de la caída del
hombre. Esto contradice la enseñanza bíblica de que Cristo
fue "destinado antes de la
creación del mundo". (4)
El sacrificio de Cristo no fue una improvisación. No fue un
remedio concebido después de la caída. Dios lo sabía todo
acerca de ella aun antes de que el mundo fuese creado:
"Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús
nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las
maravillas, los prodigios y las señales que Dios hizo
entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos
sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y
anticipado conocimiento de Dios ...". (Hechos
2:22-23).
En vez de un dios tanteando a ciegas en busca de una
solución después de que el hombre cayó, la Biblia presenta
un cuadro muy diferente. En el cuadro de la BIblia, Dios
está sólidamente en control del universo. Ha pensado en cada
una de las contingencias. Antes de que ocurra una situación
de urgencia, ya tiene planes para hacerle frente.
"Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré
tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son
verdad y firmeza". (Isaías 25:1).
1890:
La "visión" revisada
En 1882, la declaración de 1854 de la Sra. White apareció
reimpresa en el libro Early
Writings [Primeros Escritos]. Sin embargo, ocho
años más tarde, en 1890, una versión muy revisada de su
declaración apareció en el libro Patriarchs and Prophets [Patriarcas y
Profetas]. En el relato revisado,
no se hace ninguna mención de una visión, y el relato ha
sido reconstruido para hacer ver que ya había un plan en su
lugar:
"La caída del hombre llenó el cielo de tristeza.
El mundo que Dios había creado estaba arruinado por la
maldición del pecado y habitado por seres condenados a la
miseria y la muerte. Parecía no haber ninguna escapatoria
para los que habían transgredido la ley. Los ángeles
cesaron en sus cantos de alabanza. Por todas las cortes
celestiales, hubo luto por la ruina que el pecado había
causado. El Hijo de Dios, el glorioso Comandante del
cielo, fue movido a lástima por la raza caída. Su corazón
se conmovió con compasión infinita al elevarse delante de
él los ayes del mundo caído. Pero el divino amor había concebido un plan por
el cual el hombre podía ser redimido. ... Ante el
Padre, rogó a favor del pecador, mientras las huestes
celestiales esperaban el resultado con una intensidad de
interés que las palabras no pueden expresar. Larga y
continuada fue aquella misteriosa comunión -- 'el consejo
de paz' (Zacarías 6:13) por los caídos hijos de los
hombres. El plan de
salvación había sido diseñado antes de la creación de la
tierra; porque Cristo es 'el Cordero inolado
desde la fundación del mundo' (Apocalipsis 13:8); pero fue
una lucha, aun para el Rey del universo, entregar a su
Hijo para que muriera por la raza culpable". (5)
Ahora, en lugar de que Dios diseñara un plan después de la caída,
como Ellen vio en su primera visión, encontramos que Dios ya
había "concebido un plan". Sin embargo, al escribir esta
sección, la Sra. White se encontró con un dilema. Su primera
"visión" incluía una reunión entre Dios y Jesús, en que
Jesús intercedía con Dios para que aceptara su plan para
salvar la raza. ¿Cómo podía reconciliarse esa reunión con su
nueva interpretación de que el plan de redención existía
antes de la caída? ¿Qué podía hacerse acerca de esa reunión?
Ya no tenía sentido tener una reunión, pero Ellen se
aferraba a ella porque estaba en la visión anterior y algo
había que hacer con ella. Así que se le ocurrió una extraña
explicación. Escribió que el Padre y Jesús estaban
"luchando" sobre si seguir adelante o no con el plan que
ellos ya habían formulado y sobre el cual estaban de
acuerdo. Pensemos en esto. ¿Por
qué tendrían Jesús y el Padre que reunirse y "luchar"
acerca de algo que ellos habían sabido por miles de
millones de años que ocurriría y cuya solución ya había
sido planeada y acordada por ellos? Hasta la Sra.
White reconoce que Jesús y el Padre estuvieron en perfecta
unidad sobre este tema por toda la eternidad:
"Los términos de esta unicidad entre Dios y el
hombre en el gran pacto de redención fueron acordados con
Cristo por toda la eternidad. ... El plan de redención no
fue concebido después de la caída del hombre para curar la
terrible maldad". (6)
Si el Padre y el Hijo estuvieron en "unidad" sobre este tema
"desde toda la eternidad", ¿entonces por qué era necesario
que se reunieran y "lucharan" entre sí acerca de ello?
¿Suena confuso? ¡Tiene razón! ¡Es confuso!
¿Más
confusión?
En 1898, 44 años después de que ella relató su visión en que
Jesús rogaba al Padre después
de la caída del hombre, en Desire of Ages [El Deseado de Todas las
Gentes], un libro compuesto por Marian Davis), la Sra. White
escribió un relato mucho más de acuerdo con la Escritura:
"El plan para nuestra redención no fue improvisado, un
plan formulado después
de la caída de Adán. Fue una revelación del 'misterio que
había mantenido oculto desde tiempos eternos'. (Rom.
16:25). Fue un
despliegue de los principios que desde tiempos eternos
han sido el fundamento del trono de Dios. Desde el
principio, Dios y Cristo sabían de la apostasía de
Satanás, y de la caída del hombre por el poder engañoso
del apóstata. Dios no ordenó que el pecado existiese,
pero previó su existencia e hizo provisión para
enfrentar la terrible situación de urgencia" (7).
Sin embargo, en 1911 ella escribe en Great Controversy que
el plan fue concebido después de la caída:
"El reino de la gracia fue instituido
inmediatamente después
de la caída del hombre, cuando se diseñó un plan
para la redención de la raza caída" (8).