Al principio de su
carrera, la Sra. White hizo varias predicciones sobre el
inminente regreso de Cristo. La más notable fue una
predicción específica
que hizo en una conferencia de creyentes en 1856. Esta
declaración fue publicada más tarde en el libro Testimonies y y recibió
amplia atención dentro de la Iglesia Adventista. La Sra.
White aseguraba que a ella se le había mostrado en visión que
algunos de los presentes en la conferencia de 1856 serían
trasladados:
"Se me mostró el
grupo presente en la conferencia. Dijo el ángel: 'Algunos
serán pasto de los gusanos, algunos estarán sujetos a las
siete últimas plagas, algunos estarán vivos y permanecerán
en la tierra para ser trasladados a la venida de Jesús'".
(Testimonies,
Vol. 1, p. 131).
Análisis
¿Una
profecía fallida?
A la Sra. White se le dio una visión mostrándole la suerte
de los asistentes a la conferencia. Ella dice
específicamente que algunos de ellos sufrirían las
siete últimas plagas y que algunos estarían vivos cuando
Jesús regresara. Los White tenían tal confianza en esta
"visión" que la publicaron en el libro de la Sra. White Testimonios para la Iglesia,
que circuló ampliamente. Sin embargo, para principios del
siglo veinte, todos los que asistieron a la conferencia
habían fallecido, dejando a la iglesia con el dilema de
tratar de calcular cómo explicar un fracaso profético tan
prominente.
La Biblia no deja ninguna duda de que, cuando un profeta
hace una predicción que no se cumple, ese profeta no está
hablando en nombre del Señor:
Si el profeta hablare en
nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni
aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con
presunción habló el tal profeta; no tengas temor de él.
(Deut. 18:22).
¿Mienten
los ángeles de Dios?
Para creer en la declaración de Ellen White, uno tiene que
llegar a la conclusión de que los ángeles son mentirosos.
¿Por qué? Nótese lo que Jesús dijo acerca de su regreso:
Pero del día y la hora nadie
sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino
sólo mi Padre. (Mat. 24:36).
Jesús dijo que sólo
el Padre conoce el día. ¡La ángeles no conocen el día del
regreso de Cristo! La fecha del regreso es un secreto que
sólo Dios conoce. El propósito mismo de que Cristo hiciera
esta afirmación era advertirnos de que no debíamos creer a
ningún ser humano ni ser angélico que venga a decirnos que
sabe el día del regreso de Cristo.
Si los ángeles no conocen el día del regreso de Cristo,
entonces, ¿cómo podían decirle a Ellen White que algunos de
los presentes en la conferencia de 1856 serían trasladados?
¿Se opuso Dios a la palabra de Cristo y reveló el secreto a
los ángeles?
Piense en esto:
- Dios es omnisapiente. Lo sabe todo.
Conoce el futuro. Dios
conoce el día y la hora exactos en que regresará a la
tierra (Mat. 24:36). Ha sabido el día y la hora
exactos desde que el mundo fue creado.
- Dios "no puede mentir" (Tito 1:2). Por
consiguiente, es absolutamente imposible que Dios pueda
haber dicho a sus ángeles que iba a regresar
durante la vida de las personas que estaban en la
conferencia de 1856. Si le hubiese dicho a sus ángeles
que iba a regresar en el siglo diecinueve, sabiendo todo
el tiempo que el día y la hora todavía estaban muy lejos
en el futuro, entonces Él sería un mentiroso.
¿Por qué Dios
-- sabiendo todo el tiempo el momento exacto de su
regreso -- permitiría que su ángel le dijera a su profeta
algo que Él sabía que NO iba a ocurrir?
Una cosa es segura: Si un
ángel de veras le dijo a Ellen White que Cristo iba a
regresar, ¡no era el ángel de Dios!
¿Fue
incondicional la profecía de Jonás?
El fracaso de la Sra. White presentaba un dilema para
la iglesia. ¿Cómo podría explicarse el fracaso?
Pronto se formuló una teoría. El fracaso no era culpa de
Ellen White. La culpa era del pueblo Adventista. Fracasó en
su misión, así que Dios tuvo que posponer el regreso de
Cristo.
Supongamos por un momento que eso es verdad. Dios se
proponía regresar poco después de 1856. Se lo dijo a su
ángel. El ángel se lo dijo al profeta. Ella se lo dijo a la
iglesia. Pero entonces el pueblo Adventista se volvió
perezoso, no dio suficientes diezmos y ofrendas para
propagar la palabra, y fracasó en su misión. Pregunta: ¿No
sabía ya Dios en 1856 que el pueblo Adventista fracasaría?
¿No sabía ya Él que los Adventistas no darían suficientes
diezmos y ofrendas ¡Por supuesto que lo sabía! Eso significa que Dios sabía de
cierto que no vendría durante la vida de los que
asistieron a la conferencia de 1856, pero siguió adelante
y le dijo al pueblo Adventista una mentira para motivarles
a trabajar más duro! ¡Esa teoría es absurda!
Para sostener esta ridícula teoría, los Adventistas apuntan
a la historia de Jonás, que fue enviado a Nínive con el
mensaje:
"De aquí a
cuarenta días, Nínive será destruida". (Jonás 3:4).
Los Adventistas señalan a este versículo como evidencia de
que Dios cambia de opinión y de que las predicciones
proféticas pueden ser anuladas. ¿Es verdad esto? ¿Era el
mensaje profético de Jonás una declaración absoluta de
destrucción?
Primero que todo, sólo conocemos ocho palabras del mensaje
de Jonás. Parece improbable que Jonás pasara días o semanas
predicando sólo ocho palabras a los ninivitas. No sabemos si
se les pusieron condiciones a los ninivitas. Sin embargo,
puesto que no tenemos ninguna evidencia de ello, supongamos
que estas ocho palabras fueron las únicas que Jonás
pronunció. Ahora, examinemos las palabras más de cerca.
Nótese que Jonás dijo que Nínive sería "destruida". La
palabra hebrea usada es haphak.
De las 93 veces en que aparece en el Antiguo Testamento, se
ha traducido como "volver" o "cambiar" 66 veces.
(1) En un caso, Isaías 60:5, la misma palabra se ha
traducido como "convertido". Esta interpretación tiene
connotaciones enteramente diferentes. Transmite la idea de
un cambio de rumbo en vez de aniquilación. Contrástese esta
palabra con la palabra hebrea usada por Abraham para
describir la destrucción de Sodoma, caphah, que
literalmente significa "barrer o arrebatar, atrapar,
destruir, consumir". (2)
Así, pues, las palabras hebreas sugieren que quizás el
propósito de Dios era cambiar a Nínive, no destruirla. Esto
es validado adicionalmente por el hecho de que a Nínive se
le dio un período de prueba de 40 días. A Sodoma no se le
dio ningún período así. Si Dios hubiese querido destruir a
Nínive, podría haberlo hecho fácilmente sin previo aviso,
como lo fue Sodoma. Sin embargo, su propósito era conducir a
la ciudad al arrepentimiento, y es por eso por lo que Jonás
fue enviado a predicar allí. ¿Qué otro propósito podría
haber habido para este período de 40 días? ¿Fue para que los
ninivitas pudieran ser atormentados con el temor durante 40
días de perder sus familias y hogares? ¿Fue para que
pudieran organizar una última fiesta? ¿Fue para que pudieran
empacar y mudarse a un lugar mejor? ¡No, no, no! Dios dio
tiempo a los ninivitas para que se arrepintieran y cambiaran
su modo de vida. Obviamente, los ninivitas mismos
entendieron que podría haber algunas condiciones en esta
profecía, porque se arrepintieron en cilicio y cenizas. ¡Si
hubiesen entendido esto como una profecía incondicional, sin
duda habrían huido de la ciudad tan rápidamente como les
fuese posible! Por consiguiente, aunque no conozcamos todo
el mensaje de Jonás, parece que los ninivitas tenían grandes
esperanzas de que el mensaje era condicional.
Jonás era muy consciente de que las profecías de Dios contra
varias naciones estaban basadas en condiciones.
Anteriormente, el profeta Jeremías habían explicado la
manera en que Dios trata con las naciones:
En un instante
hablaré contra pueblos y contra reinos, para arancar, y
derribar, y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren
de su maldad contra la cual hablé, yome arrepentiré del
mal que había pensado hacerles. (Jer. 18:7, 8).
Este versículo prueba, más allá de toda duda, que, cuando
Dios envió su profecía contra Nínive, era condicional. Si
los ninivitas se arrepentían de sus pecados, entonces Dios
se arrepentiría y no infligiría el castigo planeado. Sucedió
que, en lugar de ser "destruidos", los ninivitas se
"arrepintieron" y se "volvieron" de sus pecados. No hay
absolutamente ninguna razón para sugerir que esta profecía
tuviese jamás el propósito de ser incondicional o debiera
entenderse como tal.
Como evidencia final, Jonás reconoce que la razón entera de
que huyera y rehusara ir a Nínive era que "sabía" que la
profecía era ciertamente condicional.
Por eso me
apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres
Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande
misericordia, y que te arrepientes de tus planes de
destruir a este pueblo. (Jonás 4:2).
¿Era
condicional la profecía de Ellen White?
Hay dos tipos de profecía en la Biblia, condicional e incondicional.
Una profecía condicional
es aquélla en que la predicción se basa en una condición,
por ejemplo:
Si se humillare mi
pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y
buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos
caminos: entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré
sus pecados, y sanaré su tierra. (2 Crón. 7:14).
Una profecía incondicional
es aquélla que no está basada en ninguna condición. Por
ejemplo, la promesa del regreso de Jesús es una predicción
incondicional. No hay duda de que sucederá:
Vendré otra vez, y
os recibiré a mí mismo, para que donde yo estoy vosotros
también estéis. (Juan 14:3).
Un examen de la declaración de la Sra. White en 1856 indica
que no hay ninguna condición, ni explícita ni implícita, en
la profecía. A diferencia de la profecía de Jonás, cuya
naturaleza condicional ya había sido representada por la
afirmación de Jeremías sobre cómo trata Dios con las
naciones, no tenemos ningún precedente de condicionalidad en
ninguna comunicación previa de parte de Dios. La Sra. White
simplemente dice que algunos de lo que estaban en la
conferencia estarían vivos cuando Cristo regresara. No hay
ninguna condición, como ...
"Si
ustedes trabajan duro, y dan muchas ofrendas, entonces
Cristo regresará ...".
La profecía jamás se entendió como condicional mientras la
Sra, White vivió. Fue sólo
después de que murió la última persona que asistió a la
conferencia que los apólogos de la iglesia comenzaron a
decir que la profecía era condicional.
Los Adventistas señalan a Jonás como ejemplo de una profecía
cuyas condiciones no se conocían pero, como ya se ha
mostrado arriba, Dios mismo dijo que las profecías contra
las naciones eran condicionales. Jonás "sabía" que era
condicional, y el pueblo de Nínive reaccionó como si fuera
condicional. Era tan obvio, que hasta la misma Sra. White lo
dijo así:
"Pero Nínive,
aunque se había vuelto malvada, no se había entregado
totalmente al pecado. Aquél que 've a todos los hijos de
los hombres' (Salmos 33:13) y 've todo lo precioso' (Job
28:10) percibió en aquella ciudad a muchos que trataban de
alcanzar algo mejor y más elevado y quienes, si se les
daba la oportunidad de aprender del Dios vivo,
abandonarían sus malos caminos y le adorarían. Así que, en
su sabiduría, Dios se reveló a ellos de manera
inconfundible para guiarles, si fuese posible, al
arrepentimiento". (Prophets
and Kings, pp. 255, 256).
Por consiguiente, aunque es abundantemente evidente que la
profecía de Jonás era condicional, lo mismo no puede decirse
de la profecía de la Sra. White. No hay ninguna evidencia de
que nadie haya creído que fuese condicional sino hasta después de que falló.
No hay ningún precedente en la historia profética para una
afirmación de un acontecimiento que fuese condicional.
¿De qué sirve una profecía
si, después de que falla, el profeta puede decir: "era
condicional con tal y tal condición ..." cuando esas
condiciones nunca fueron establecidas ni entendidas antes
de que la profecía fallara? ¡Si esta clase de manipulación
se permitiera, cualquier auto-proclamado profeta podría
hacer una profecía y luego, cuando ésta fallara, podría
inventar algunas condiciones que nunca antes fueron
comunicadas como parte de la profecía, y luego afirmar que
el fracaso se debió a esas condiciones que anteriormente
eran desconocidas! ¡Qué farsa!
Una
cadena ininterrumpida de fracasos al predecir el regreso
de Cristo
La predicción de 1856 fue la última de una serie asombrosa
de predicciones de Ellen White sobre el regreso de Cristo. Lucinda Burdick, una
amiga de la Sra. White en la década de 1840, explica cómo es
que la Sra. White a menudo predijo el regreso de Cristo:
"Conocí a James
White y Ellen Harmon (ahora la Sra. White) a principios de
1845. ... Ella pretendía que Dios le había mostrado cosas
que no se cumplieron. En una ocasión, ella vio que el Señor vendría
por segunda vez en 1845. La profecía se discutió
en todas las iglesias, y en un 'boletín de la puerta
cerrada', publicado en Portland, Me. Durante el verano,
después de que pasó el mes de junio, oí a un amigo
preguntarle cómo explicaba la visión. Ella contestó que
'le hablaron en el lenguaje de Canaán, y ella no entendía
el lenguaje; que sería el siguiente septiembre cuando el Señor vendría, y
el segundo crecimiento de la hierba en lugar del primero
en junio'. Pasó septiembre, y muchos más han
pasado desde entonces, y todavía no hemos visto al Señor.
Pronto fue evidente para todas las personas sinceras que muchas cosas se le
deben haber 'dicho en el lenguaje de Canaán', o algún otro
que ella no entendía, pues hubo repetidos fracasos. Yo
podría mencionar muchos que yo misma conocí.
"Una vez, cuando
iban hacia la parte este de Maine, ella vio que tendrían
grandes problemas con los impíos, que serían encarcelados,
etc. Contaron esto en las iglesias por las que pasaban.
Cuando regresaron, dijeron que habían tenido un tiempo
glorioso. Los amigos les preguntaron si habían tenido
algún problema con los impíos o con la cárcel.
Contestaron: 'Ninguno en absoluto'. Pronto la gente de
todas las iglesias comenzó a abrir los ojos, y se
opusieron decididamente a las visiones. Y justo en el
momento en que lo hacían, ella los vio 'con manchas en sus
ropas', como ella decía. Yo conocí personalmente a
varios ministros, a quienes ella vio llegar al reino con
¡Oh, qué brillantes
coronas, LLENAS
de estrellas'. Tan pronto se opusieron a las visiones,
ella los vio 'condenados, malditos, perdidos para siempre,
sin esperanza'".
(An Examination of Mrs. Ellen
White´s Visions, Miles Grant, Boston: Published
by the Advent Christian Publication Society, 1877).
A pesar de sus fracasos en 1844 y 1845, la Sra. White
continuó prediciendo el inminente regreso de Cristo. Ellen
White tuvo una visión el 18 de Nov. de 1848 en Dorchester, y
Joseph Bates publicó una transcipción de ella en su libro The Seal of the Living God,
en 1849. En esa visión, Ellen White dijo:
"La tribulación ha comenzado;
la razón de que los cuatro vientos no hayan sido soltados
es que no todos los santos han sido sellados todavía ...".
Bates unió su voz a la de Ellen White y anunció que "la
tribulación ha comenzado". En el verano de 1849, una peste
local atacó la región. La Sra. White, viendo esto como
cumplimiento de la profecía que indicaba el fin del mundo,
predijo que esta peste pronto se propagaría:
"Lo que hemos visto y oído de
la peste no es sino el principio de lo que veremos y
oiremos. Pronto los muertos y moribundos estarán por
todas partes alrededor de nosotros". (Present Truth, Sept.
1849).
No mucho tiempo después de que esta profecía fue escrita, la
peste terminó y los Estados Unidos entraron en un período de
relativa paz y prosperidad que duró muchos años. La cita
anterior fue eliminad del artículo cuando volvió a
publicarse en Early
Writings en 1882, pero pocos Adventistas saben de
su existencia.
Para abril de 1850, la Sra. White aseguraba que el zarandeo
final había comenzado:
"El poderoso zarandeo ha
comenzado". (Present
Truth, abril de 1850).
Mientras tanto, su esposo James afirmaba que la partida del
pueblo de Dios de Babilonia (Apoc. 18:4) ya se había
completado:
"Babilonia, la
iglesia nominal, ha caído. El pueblo de Dios ha salido de ella. Ahora
es la 'sinagoga de Satanás' (Apoc. 3:9). 'Habitación de
demonios, guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de
toda ave inmunda y aborrecible' (Apoc. 18:2)". (Present Truth, Abril
de 1850).
El 27 de junio de 1850, la Sra. White escribió que al pueblo
sólo le quedaban unos
pocos meses para prepararse:
"Dijo mi ángel acompañante:
'El tiempo casi ha terminado. Preparaos, preparaos,
preparaos'. ... ahora el tiempo casi ha concluido ... y
lo que a nosotros nos ha tomado años aprender, ellos
tendrán que aprenderlo en unos pocos meses". (Early Writings, pp.
64-67).
Esta es una declaración muy significativa. La Sra. White
estaba diciendo que las verdades que a ella y sus asociados
les había tomado cinco años aprender, los nuevos conversos
tendrían que aprenderlo en unos pocos meses. Para septiembre
de 1850, la Sra. White estaba advirtiendo que Jesús casi
había terminado su obra en el Lugar Santísimo:
"Vi que el tiempo para que
Jesús estuviese en el Lugar Santo casi había terminado,
y que el tiempo no puede durar sino un poco más. ... El
tiempo del sellamiento es muy corto y pronto terminará".
(Experiencia and Views,
pp. 46-47).
Cuando Cristo no regresó como se esperaba a principios de la
década de 1850, la Sra. White dejó gradualmente de hacer
predicciones específicas sobre el regreso. En la conferencia
de 1856, fue la última vez que hizo una predicción
específica sobre cuándo regresaría Cristo y, como todas sus
anteriores declaraciones sobre el tema, el tiempo ha
demostrado que sus profecías eran erróneas.
Preguntas de los lectores:
¿No hicieron los apóstoles falsas predicciones
sobre el inminente regreso de Cristo?
Algunos ASDs han asegurado que los apóstoles también
hicieron declaraciones confusas sobre el regreso de Cristo,
enseñando que era inminente y ocurriría durante sus vidas.
Por consiguiente, según ellos, Ellen White no es peor que
los apóstoles en cuanto a predecir el regreso de Cristo. ¿Es
verdad eso?
Para comenzar, yo soy un cristiano que cree que la Biblia es
auténtica y verdadera y que los apóstoles eran hombres
santos, llenos del Espíritu Santo y de toda la sabiduría y
el conocimiento que viene de estar lleno del Espíritu de
Dios. Yo no creo que los apóstoles fueron engañados en lo
más mínimo acerca del regreso de Cristo, ni creo que hay la
más mínima falsedad en sus escritos inspirados, ni creo que
el Espíritu Santo permitiría que se escribieran falsedades
en las Escrituras del Nuevo Testamento para engañar a los
cristianos por las edades. Por consiguiente, siempre que se
presenta un dilema, busco una respuesta bíblica basada en mi
interpretación de la exactitud y la santidad de la
Escritura.
En este caso, ghran parte del poblema se debe a confusión
por algo que se resuelve fácilmente. Primero, tenemos que
entender la naturaleza doble de la profecía de Cristo en
Mateo 24 (y Lucas 17). Los discípulos fueron a Jesús una
noche y le preguntaron:
Dinos: (1) ¿cuándo
serán estas cosas? y (2) ¿qué señal habrá de tu venida, y
(3) y del fin del mundo? (Mat. 24:3).
Nótese que los discípulos preguntaron tres cosas:
- Cuándo ocurrirían "estas cosas". "Estas
cosas" se refiere a las anteriores declaraciones de
Cristo sobre la destrucción del templo.
- Cuál es la "señal de tu venida".
- Cuál es la señal "del fin del mundo".
Jesús pasa los minutos siguientes contestando la
pregunta uno, hablando acerca de la destrucción de
Jerusalén, un acontecimiento que predecía el "fin del
mundo". La mayoría de los comentaristas concuerdan en que
Jesús entrelazó los dos acontecimientos en una sola
discusión. La trampa en que caen muchos cristianos es que
creen que la "señal de tu venida" se refiere exclusivemente
al segundo regreso de Cristo en gloria. Pasan por alto el
hecho de que hubo una "venida" en juicio sobre Israel que sí
ocurrió, tal como Jesús profetizó, en el año 70 d. C. Cuando
uno examina todos los versículos bíblicos que anuncian una
venida inminente, muchos pueden interpretarse en seguida
como el regreso de Jesús en juicio en el año 70 d. C. Para
probar esta teoría, echemos un vistazo a los versículos
bíblicos relacionados con un regreso inminente.
Muchos cristianos no captan el significado del término
"últimos días" porque no pensamos como los judíos del siglo
primero. Pensamos como cristianos del siglo veintiuno.
Cuando se escribieron los evangelios, se entendía bien que
los "últimos días" se refería a los "últimos días" de la
nación judía y el pacto especial de Dios con los judíos. La
expresión "últimos días" no tenía nada que ver con el "fin
del tiempo". Los escritores del Nuevo Testamento entendían
que ellos estaban viviendo en los últimos días. Por ejemplo,
Pedro dijo que el derramamiento del Espíritu Santo en
Pentecostés era el cumplimiento de la profecía de Joel:
Mas esto es lo
dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice
Dios, derramaré de mi Espíritu .... (Hechos 2:16, 17, Joel
2:28-32).
La frase "últimos días" no es una referencia a los últimos
días de la historia humana. En vez de eso, se refiere a los
últimos días de la relación del pacto antiguo entre Dios y
la nación de Israel. (3) Este era el fin de la "generación"
de los cuarenta años (Mat. 24:34) entre la ascensión de
Cristo (30 d. C.) y la caída de Jerusalén a manos de los
romanos (70 d. C.).
La siguiente es una lista de algunos versículos del Nuevo
Testamento que indican que los "últimos días" pertenecían al
siglo primero:
Jesús a sus doce apóstoles:
... no acabaréis
de recorrer todas las ciudades de Israel antes que venga
el Hijo del Hombre. (Mat. 10:23).
Este versículo es una referencia obvia al Hijo del Hombre
viniendo en juicio al fin de la generación de 40 años.
Jesús
a sus discípulos:
... hay algunos de
losque están aquí que no gustarán la muerte, hasta que
hayan visto el Hijo del Hombre viniendo en su reino. (Mat.
16:27, 28)
Muchos comentaristas bíblicos creen que ésta es una
referencia a la transfiguración que tuvo lugar poco después
de que Jesús pronunció estas palabras. Otros creen que se
refiere al regreso de Jesús para juzgar y castigar a Israel
en el año 70 d. C., poniendo fin al reino de Israel y además
estableciendo Jesús su propio reino, cumpliendo las palabras
de Cristo a los judíos: "El reino de Dios os será quitado".
(Mat. 21:43).
Jesús
a sus discípulos:
...no pasará esta
generación sin que todo esto acontezca. (Mat. 24:34; véase
Luc. 21:32).
En este pasaje, "todo esto" se refiere a las profecías sobre
la destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C. Sí, estas
profecías predecían su venida literal al final del tiempo,
pero también tuvieron un cumplimiento muy real en 70 d. C.
Pablo
a todos los amados de Dios en Roma:
... ya es hora de
levantarnos del sueño, porque ahora está más cerca de
nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche
está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las
obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
(Rom. 12:11, 12).
Esto no es siquiera una referencia a la segunda venid, sino
meramente una declaración de que el día de la salvación ha
llegado y que la noche de la oscuridad, un mundo sin el
conocimiento de Cristo, está pasando.
A
los Hebreos:
Dios ... en estos
últimos tiempos ha hablado por el Hijo ... (Heb. 1:1, 2).
Estos "últimos días" son los "últimos días" de Hebreos. En
Heb. 8:13, el autor dice que el pacto antiguo "envejece y
está pronto a desaparecer". Cuando el libro de Hebreos se
escribió, la generación de 40 años estaba casi completa, y
la destrucción de Israel señalaría el final definitivo de
los hebreos y su pacto con Dios.
Santiago
a las "doce tribus" que estaban dispersas en el mundo:
... la venida del
Señor se acerca. ... el Juez está delante de la puerta.
(Sant. 5:7-9).
Escribiendo a los judíos, Santiago les advierte de una
venida inminente del "Juez". Esto sucedería poco después,
cuando Jesús regresó a juzgar a Jerusalén en 70 d. C.
Pedro
a los que residían como extranjeros:
... que según su
grande misericordia nos hizo ... que sois guardados por el
poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación
que está preparada para ser manifestada en el tiempo
postrero. (1 Ped. 1:3, 5).
El fin de todas
las cosas está cerca ... (1 Ped. 4:7).
Porque es tiempo
de que el juicio comience por la casa de Dios ...(1 Ped.
4:17).
Nuevamente, éstas son referencias al "último tiempo" de
Israel, y el "fin de todas las cosas" es una referencia al
"juicio" que ha de comenzar por la "casa de Dios", la nación
de Israel. Su juicio inminente en 70 d. C. es para predecir
el juicio final en el retorno literal de Cristo.
Juan
a los que creyeron en el nombre del Hijo de Dios:
Hijitos, ya es el
último tiempo ... por esto conocemos que es el último
tiempo. (1 Juan 2:18).
Muy probablemente escrito poco antes de 70 d. C., esto
describe el "último tiempo" de Israel, no del mundo.
Juan
en Apocalipsis:
La revelación de
Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos
las cosas que deben suceder pronto ... (Apoc. 1:1).
... porque el
tiempo está cerca. (Apoc. 1:3).
He aquí yo vengo
pronto ... (Apoc. 3:11).
¡He aquí, vengo
pronto! (Apoc. 22:7).
... No selles las
palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo
está cerca. (Apoc. 22:10).
He aquí yo vengo
pronto ... (Apoc. 22:12).
Ciertamente vengo
en breve. (Apoc. 22:20).
Muchos eruditos bíblicos concuerdan en que el libro de
Apocalipsis contiene descripciones descarnadas y precisas de
los sucesos que ocurrieron durante el primer siglo antes del
"regreso" simbólico de Jesús en 70 d. C. para castigar a la
nación de Israel y poner fin al pacto con aquel pueblo. En
realidad, las descripciones son tan precisas que algunos
ateos y agnósticos han sugerido que el libro de Apocalipsis
fue escrito después
del 70 d. C.
Ahora bien, de la misma manera que en Mateo 24, esto no
significa que el libro de Apocalipsis no tiene relevancia
para el futuro. Esto no debe confundirse con el fin de la
historia humana.
Daniel
predice que el "fin" vendría en 70 d. C.
Aunque los Adventistas enseñan que el pacto de Dios con
Israel terminó con el apedreamiento de Esteban (-- 34 d.
C.?), la realidad es que el pacto de Dios terminó con la
destrucción de Jeerusalén, la capital de la nación, y la
destrucción del templo, el principal símbolo religioso de la
conexión de la nación con Dios. Los "tiempos de los
gentiles" (Lucas 21:24) comenzaron después de la dispersión
de los judíos. Esto ocurrió en 70 d. C., cuando los judíos
fueron dispersados por todo el mundo y muchos fueron tomados
como rehenes por los romanos. (4) En este punto en el
tiempo, Jesús dice: "Jerusalén será hollada por los
gentiles". (Luc. 21:24). Esto es exactamente lo que la
Biblia enseña en Daniel 9:24:
Setenta semanas
están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa
ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al
pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia
perdurable, y ungir al Santo de los santos.
Nótese que la "santa ciudad" ha de ser protegida hasta el
fin de las setenta semanas. Continuando en el versículo 26:
Y después de las
sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no
por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir
destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con
inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las
devastaciones.
No puede haber ninguna duda de que el versículo 26 se
refiere al general romano Tito, que más tarde (después del
70 d. C.) se levantaría para ser el emperador de Roma. Los
ejércitos de Tito destruyeron Jerusalén y el santuario en 70
d. C. Este acontecimiento cierra la profecía de las 70
semanas y pone fin a la relación de pacto entre Dios e
Israel. Por consiguiente, el "fin" a que se refiere Daniel
no ha de ser el "fin del tiempo" sino el fin del pacto de
Dios con Israel.
Evidencia
de que los apóstoles NO enseñaron el fin inminente del
mundo
Los apóstoles estaban bien informados del progreso del
mensaje del evangelio. Hablaba con ángeles, y hasta con
Jesús (según los relatos de Juan que se encuentran en
Apocalipsis). Cada uno de los apóstoles conocía y creía en
las palabras de Jesús:
"Y será predicado
este evangelio del reino a TODO EL MUNDO por testimonio A
TODAS LAS NACIONES, y ENTONCES vendrá el fin". (Mat.
24:14).
Ni Jesús, ni los apóstoles, ni los profetas dijeron nada
nunca acerca de que la segunda venida literal de Jesús sería
"inminente" o que ocurriría durante la vida de ciertas
personas. Jesús dijo claramente que el evangelio iría a TODO
el mundo y a TODAS las naciones antes de su regreso. El
apóstol Juan dijo que el evangelio debía ir "a todos los que
moran en la tierra, y a toda nación, y tribu, y lengua, y
pueblo". (Apoc. 14:6). Jesús y los apóstoles no eran idiotas
ni tontos. Sabían como un hecho que el evangelio no había
alcanzado al mundo entero durante sus vidas. Sin duda,
sabían que se necesitarían décadas, si no siglos, de
esfuerzo para alcanzar a toda lengua y a toda persona que
habitaba el planeta entero. (5)
¿Dijo
Pablo que él estaría vivo cuando Jesús regresara?
Pablo dijo que "nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados ... para encontrar al Señor en
el aire". (1 Tes. 4:17). ¿Está Pablo afirmando que él creía
que él personalmente iba a ver a Jesús regresando, o sólo
estaba usando una expresión vernacular?
Sólo unas pocas frases más adelante, Pablo deja claro que él no sabía
cuándo regresaría Cristo:
Pero acerca de los
tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos,
de que os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente
que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche.
(1 Tes. 5:1, 2).
Aunque Pablo no sabía cuándo vendría Cristo, si estaba
familiarizado con la declaración de Cristo enMateo 24,
entonces sí sabía
cuándo NO vendría. No vendría sino hasta que se
cumplieran las palabras de Cristo acerca de que el evangelio
iría a "todas las naciones".
La carta de Pablo en 2 Tesalonicenses refuta la idea de que
Pablo creía que la segunda venida de Cristo era inminente.
"No os dejéis
mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os
conturbéis, ni por espíritu,ni por palabra, ni por
carta como si fuese nuestra, en el sentido de que el
día del Señor está cerca". (2 Tes. 2:2).
Pablo continúa indicando que hay acontecimientos que deben
ocurrir antes de que Cristo pueda regresar:
"Nadie os engañe
en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la
apostasía, y se manifieste el hombre de pecado,
el hijo de perdición:". (2:3).
Ahora bien, si, como afirman los Adventistas, el hombre de
pecado es el papado, ¡entonces este acontecimiento estaba
por lo menos 500 años en el futuro! Aunque es posible que
Dios no haya revelado a Pablo el momento exacto del
surgimiento del papado, Pablo ciertamente NO enseñó ni creía
que era inminente en sus días.
Resumiendo: He aquí razones de que los apóstoles no creyeran
en el regreso literal de Cristo era inminente:
- Como se acaba de indicar arriba, Pablo
dijo que primero habría una "apostasía" y se revelaría
el "hombre de pecado", sucesos que estaban muchos años
en el futuro.
- El Nuevo Testamento enseña que que habrá
muchas "señales" que tendrán lugar antes del regreso de
Cristo.
- Los acontecimientos del libro de
Apocalipsis, como Apoc. 14, todavía debían cumplirse.
- El evangelio debía ir a "todas las
naciones", a "toda nación, tribu, lengua y pueblo". Aun
hoy, más de dos mil millones de personas todavía no han
sido alcanzadas con el cristianismo.
Conclusión
Algunos Adventistas pretenden representar a los apóstoles
como individuos ignorantes, que tenían poca idea de lo que
significaba la comisión evangélica y malinterpretaron tanto
el alcance de su trabajo como la declaración de Cristo de
que "todas" las naciones debían escuchar el evangelio antes de su regreso.
Estos Adventistas aseguran que el Nuevo Testamento está
lleno de declaraciones no inspiradas sobre el regreso
inminente de Cristo. Aunque comprendo sus razones para
llegar a esta conclusión, que son para poder apuntalar las
afirmaciones de su profeta, tengo que discrepar con el
debido respeto.
Mientras la segunda venida literal es la gran esperanza de
la humanidad, un acontecimiento que todos los cristianos
esperan con gozo y anticipación, sus afirmaciones en
relación con la segunda venida son exactas y no
conducen a confusión en lo más mínimo. Como se ha observado
arriba, los apóstoles ciertamente hicieron declaraciones
sobre los "últimos días" de la nación de Israel, pero
entendieron claramente que los sucesos del regreso literal
de Cristo todavía estaban lejos en el futuro. El apóstol
Juan, en Apocalipsis 14, dijo que el evangelio sería
predicado a toda nación. Mateo escribió que Jesús no
regresaría sino hasta "todas" las naciones escucharan el
evangelio.
Quizás la evidencia más fuerte de que los discípulos no eran
ignorantes del alcance de su misión es esta declaración de
Jesús:
Ya no os llamaré
siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor;
pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí
de mi Padre, os las he dado a comocer. (Juan 15:15).
Los apóstoles eran "amigos" de Jesús. Estaban enterados del
plan del juego. Sabían lo que estaba sucediendo. Conocían la
tarea que tenían por delante, y el alcance de su obra. Los
relatos en el Nuevo Testamento sobre la inminente venida de
Jesús en juicio contra Israel, así como su menos inminente
segunda venida literal, son exactos y penetrantes.
NOTAS
1. La palabra hebrea en el tiempo niphal. Según Strong´s:
1) volverse, volver, regresar
2) cambiar uno mismo
3) ser perverso
4) ser vuelto, volteado, cambiado, vuelto contra
5) ser revertido
6)ser dado vuelto, ser derribado
7) ser girado
2. Strong´s.
3. Gran parte de este razonamiento ha sido tomado de David
Chilton, Days of
Vengeance.
4. Josefo, Flavio, The
Complete Works of Josephus (1987), p. 749. (Wars of the Jews 6.9.3.
(Libro 6, capítulo 9, verso 3).
5. Pablo dice que el evangelio fue "predicado a toda
criatura que está debajo del cielo" (KJV). O, según los
manuscritos más antiguos, el evangelio fue predicado "a toda
la creación" (NASB).
Aunque el evangelio había penetrado profundamente en el
imperio romano para mediados del siglo primero, no hay duda
de que, para entonces, no había penetrado ni siquiera en la
mitad del mundo. Así que, ¿Pablo se engañaba, o estaba
meramente usando una expresión común cuando se refirió a
"toda la creación"?
No era raro que los escritores de esa época se refirieran al
Imperio Romano como el mundo. Examinemos algunos ejemplos:
1) Lucas dice que César emitió un decreto para empadronar a
"todo el mundo" (Lucas 2:1). Obviamente, este
empadronamiento sólo afectaba al Imperio Romano.
2) La profecía de Agabo de una hambruna que tendría lugar
"en toda la tierra habitada" (Hechos 11:28) se refería al
Imperio Romano "en tiempo de Claudio".
3) Pablo y Silas fueron acusados de causar problemas en "el
mundo entero" (Hechos 17:6), y, sin embargo, sabemos que
ellos nunca viajaron más allá de las regiones mediterráneas.
4) Pablo fue acusado delante de Félix de promover sediciones
"por todo el mundo". Nuevamente, esta es una referencia a al
Imperio Romano.
Así, pues, el peso de la evidencia es que Pablo estaba
usando una expresión coloquial para referirse al Imperio
Romano, no al planeta entero. Esto contrasta con la orden de
Cristo de que el evangelio sería predicado a "todas las
naciones" (no sólo a Roma), y esto es comentado además por
el apóstol Juan, que escribió, bajo la inspiración del
Espíritu de Profecía, que el "evangelio eterno" será
predicado a los que moran en la "tierra", a "toda nación, y
tribu, y lengua, y pueblo". (Apoc. 14:6).
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