Profecías embarazosas y fallidas

D. Anderson

Traducido


Al principio de su carrera, la Sra. White hizo varias predicciones sobre el inminente regreso de Cristo. La más notable fue una predicción específica que hizo en una conferencia de creyentes en 1856. Esta declaración fue publicada más tarde en el libro Testimonies y y recibió amplia atención dentro de la Iglesia Adventista. La Sra. White aseguraba que a ella se le había mostrado en visión que algunos de los presentes en la conferencia de 1856 serían trasladados:

"Se me mostró el grupo presente en la conferencia. Dijo el ángel: 'Algunos serán pasto de los gusanos, algunos estarán sujetos a las siete últimas plagas, algunos estarán vivos y permanecerán en la tierra para ser trasladados a la venida de Jesús'". (Testimonies, Vol. 1, p. 131).

Análisis

¿Una profecía fallida?

A la Sra. White se le dio una visión mostrándole la suerte de los asistentes a la conferencia. Ella dice específicamente que  algunos de ellos sufrirían las siete últimas plagas y que algunos estarían vivos cuando Jesús regresara. Los White tenían tal confianza en esta "visión" que la publicaron en el libro de la Sra. White Testimonios para la Iglesia, que circuló ampliamente. Sin embargo, para principios del siglo veinte, todos los que asistieron a la conferencia habían fallecido, dejando a la iglesia con el dilema de tratar de calcular cómo explicar un fracaso profético tan prominente.

La Biblia no deja ninguna duda de que, cuando un profeta hace una predicción que no se cumple, ese profeta no está hablando en nombre del Señor:

Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción habló el tal profeta; no tengas temor de él. (Deut. 18:22).

¿Mienten los ángeles de Dios?

Para creer en la declaración de Ellen White, uno tiene que llegar a la conclusión de que los ángeles son mentirosos. ¿Por qué? Nótese lo que Jesús dijo acerca de su regreso:

Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. (Mat. 24:36).

Jesús dijo que sólo el Padre conoce el día. ¡La ángeles no conocen el día del regreso de Cristo! La fecha del regreso es un secreto que sólo Dios conoce. El propósito mismo de que Cristo hiciera esta afirmación era advertirnos de que no debíamos creer a ningún ser humano ni ser angélico que venga a decirnos que sabe el día del regreso de Cristo.

Si los ángeles no conocen el día del regreso de Cristo, entonces, ¿cómo podían decirle a Ellen White que algunos de los presentes en la conferencia de 1856 serían trasladados? ¿Se opuso Dios a la palabra de Cristo y reveló el secreto a los ángeles?

Piense en esto:
¿Por qué Dios --  sabiendo todo el tiempo el momento exacto de su regreso -- permitiría que su ángel le dijera a su profeta algo que Él sabía que NO iba a ocurrir?

Una cosa es segura: Si un ángel de veras le dijo a Ellen White que Cristo iba a regresar, ¡no era el ángel de Dios!

¿Fue incondicional la profecía de Jonás?

El fracaso de la  Sra. White presentaba un dilema para la iglesia. ¿Cómo podría explicarse el fracaso?

Pronto se formuló una teoría. El fracaso no era culpa de Ellen White. La culpa era del pueblo Adventista. Fracasó en su misión, así que Dios tuvo que posponer el regreso de Cristo.

Supongamos por un momento que eso es verdad. Dios se proponía regresar poco después de 1856. Se lo dijo a su ángel. El ángel se lo dijo al profeta. Ella se lo dijo a la iglesia. Pero entonces el pueblo Adventista se volvió perezoso, no dio suficientes diezmos y ofrendas para propagar la palabra, y fracasó en su misión. Pregunta: ¿No sabía ya Dios en 1856 que el pueblo Adventista fracasaría? ¿No sabía ya Él que los Adventistas no darían suficientes diezmos y ofrendas ¡Por supuesto que lo sabía! Eso significa que Dios sabía de cierto que no vendría durante la vida de los que asistieron a la conferencia de 1856, pero siguió adelante y le dijo al pueblo Adventista una mentira para motivarles a trabajar más duro! ¡Esa teoría es absurda!

Para sostener esta ridícula teoría, los Adventistas apuntan a la historia de Jonás, que fue enviado a Nínive con el mensaje:

"De aquí a cuarenta días, Nínive será destruida". (Jonás 3:4).

Los Adventistas señalan a este versículo como evidencia de que Dios cambia de opinión y de que las predicciones proféticas pueden ser anuladas. ¿Es verdad esto? ¿Era el mensaje profético de Jonás una declaración absoluta de destrucción?

Primero que todo, sólo conocemos ocho palabras del mensaje de Jonás. Parece improbable que Jonás pasara días o semanas predicando sólo ocho palabras a los ninivitas. No sabemos si se les pusieron condiciones a los ninivitas. Sin embargo, puesto que no tenemos ninguna evidencia de ello, supongamos que estas ocho palabras fueron las únicas que Jonás pronunció. Ahora, examinemos las palabras más de cerca. Nótese que Jonás dijo que Nínive sería "destruida". La palabra hebrea usada es haphak. De las 93 veces en que aparece en el Antiguo Testamento, se ha traducido como  "volver" o "cambiar" 66 veces. (1)  En un caso, Isaías 60:5, la misma palabra se ha traducido como "convertido". Esta interpretación tiene connotaciones enteramente diferentes. Transmite la idea de un cambio de rumbo en vez de aniquilación. Contrástese esta palabra con la palabra hebrea usada por Abraham para describir la destrucción de Sodoma, caphah, que literalmente significa "barrer o arrebatar, atrapar, destruir, consumir". (2)

Así, pues, las palabras hebreas sugieren que quizás el propósito de Dios era cambiar a Nínive, no destruirla. Esto es validado adicionalmente por el hecho de que a Nínive se le dio un período de prueba de 40 días. A Sodoma no se le dio ningún período así. Si Dios hubiese querido destruir a Nínive, podría haberlo hecho fácilmente sin previo aviso, como lo fue Sodoma. Sin embargo, su propósito era conducir a la ciudad al arrepentimiento, y es por eso por lo que Jonás fue enviado a predicar allí. ¿Qué otro propósito podría haber habido para este período de 40 días? ¿Fue para que los ninivitas pudieran ser atormentados con el temor durante 40 días de perder sus familias y hogares? ¿Fue para que pudieran organizar una última fiesta? ¿Fue para que pudieran empacar y mudarse a un lugar mejor? ¡No, no, no! Dios dio tiempo a los ninivitas para que se arrepintieran y cambiaran su modo de vida. Obviamente, los ninivitas mismos entendieron que podría haber algunas condiciones en esta profecía, porque se arrepintieron en cilicio y cenizas. ¡Si hubiesen entendido esto como una profecía incondicional, sin duda habrían huido de la ciudad tan rápidamente como les fuese posible! Por consiguiente, aunque no conozcamos todo el mensaje de Jonás, parece que los ninivitas tenían grandes esperanzas de que el mensaje era condicional.

Jonás era muy consciente de que las profecías de Dios contra varias naciones estaban basadas en condiciones. Anteriormente, el profeta Jeremías habían explicado la manera en que Dios trata con las naciones:

En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arancar, y derribar, y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yome arrepentiré del mal que había pensado hacerles. (Jer. 18:7, 8).

Este versículo prueba, más allá de toda duda, que, cuando Dios envió su profecía contra Nínive, era condicional. Si los ninivitas se arrepentían de sus pecados, entonces Dios se arrepentiría y no infligiría el castigo planeado. Sucedió que, en lugar de ser "destruidos", los ninivitas se "arrepintieron" y se "volvieron" de sus pecados. No hay absolutamente ninguna razón para sugerir que esta profecía tuviese jamás el propósito de ser incondicional o debiera entenderse como tal.

Como evidencia final, Jonás reconoce que la razón entera de que huyera y rehusara ir a Nínive era que "sabía" que la profecía era ciertamente condicional.

Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes de tus planes de destruir a este pueblo. (Jonás 4:2).

¿Era condicional la profecía de Ellen White?

Hay dos tipos de profecía en la Biblia, condicional e incondicional.

Una profecía condicional es aquélla en que la predicción se basa en una condición, por ejemplo:

Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos: entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. (2 Crón. 7:14).

Una profecía incondicional es aquélla que no está basada en ninguna condición. Por ejemplo, la promesa del regreso de Jesús es una predicción incondicional. No hay duda de que sucederá:

Vendré otra vez, y os recibiré a mí mismo, para que donde yo estoy vosotros también estéis. (Juan 14:3).

Un examen de la declaración de la Sra. White en 1856 indica que no hay ninguna condición, ni explícita ni implícita, en la profecía. A diferencia de la profecía de Jonás, cuya naturaleza condicional ya había sido representada por la afirmación de Jeremías sobre cómo trata Dios con las naciones, no tenemos ningún precedente de condicionalidad en ninguna comunicación previa de parte de Dios. La Sra. White simplemente dice que algunos de lo que estaban en la conferencia estarían vivos cuando Cristo regresara. No hay ninguna condición, como ...

"Si ustedes trabajan duro, y dan muchas ofrendas, entonces Cristo regresará ...".

La profecía jamás se entendió como condicional mientras la Sra, White vivió. Fue sólo después de que murió la última persona que asistió a la conferencia que los apólogos de la iglesia comenzaron a decir que la profecía era condicional.

Los Adventistas señalan a Jonás como ejemplo de una profecía cuyas condiciones no se conocían pero, como ya se ha mostrado arriba, Dios mismo dijo que las profecías contra las naciones eran condicionales. Jonás "sabía" que era condicional, y el pueblo de Nínive reaccionó como si fuera condicional. Era tan obvio, que hasta la misma Sra. White lo dijo así:

"Pero Nínive, aunque se había vuelto malvada, no se había entregado totalmente al pecado. Aquél que 've a todos los hijos de los hombres' (Salmos 33:13) y 've todo lo precioso' (Job 28:10) percibió en aquella ciudad a muchos que trataban de alcanzar algo mejor y más elevado y quienes, si se les daba la oportunidad de aprender del Dios vivo, abandonarían sus malos caminos y le adorarían. Así que, en su sabiduría, Dios se reveló a ellos de manera inconfundible para guiarles, si fuese posible, al arrepentimiento". (Prophets and Kings, pp. 255, 256).

Por consiguiente, aunque es abundantemente evidente que la profecía de Jonás era condicional, lo mismo no puede decirse de la profecía de la Sra. White. No hay ninguna evidencia de que nadie haya creído que fuese condicional sino hasta después de que falló. No hay ningún precedente en la historia profética para una afirmación de un acontecimiento que fuese condicional.

¿De qué sirve una profecía si, después de que falla, el profeta puede decir: "era condicional con tal y tal condición ..." cuando esas condiciones nunca fueron establecidas ni entendidas antes de que la profecía fallara? ¡Si esta clase de manipulación se permitiera, cualquier auto-proclamado profeta podría hacer una profecía y luego, cuando ésta fallara, podría inventar algunas condiciones que nunca antes fueron comunicadas como parte de la profecía, y luego afirmar que el fracaso se debió a esas condiciones que anteriormente eran desconocidas! ¡Qué farsa!

Una cadena ininterrumpida de fracasos al predecir el regreso de Cristo

La predicción de 1856 fue la última de una serie asombrosa de predicciones
de Ellen White sobre el regreso de Cristo.  Lucinda Burdick, una amiga de la Sra. White en la década de 1840, explica cómo es que la Sra. White a menudo predijo el regreso de Cristo:

"Conocí a James White y Ellen Harmon (ahora la Sra. White) a principios de 1845. ... Ella pretendía que Dios le había mostrado cosas que no se cumplieron. En una ocasión, ella vio que el Señor vendría por segunda vez en 1845. La profecía se discutió en todas las iglesias, y en un 'boletín de la puerta cerrada', publicado en Portland, Me. Durante el verano, después de que pasó el mes de junio, oí a un amigo preguntarle cómo explicaba la visión. Ella contestó que 'le hablaron en el lenguaje de Canaán, y ella no entendía el lenguaje; que sería el siguiente septiembre cuando el Señor vendría, y el segundo crecimiento de la hierba en lugar del primero en junio'. Pasó septiembre, y muchos más han pasado desde entonces, y todavía no hemos visto al Señor. Pronto fue evidente para todas las personas sinceras que muchas cosas se le deben haber 'dicho en el lenguaje de Canaán', o algún otro que ella no entendía, pues hubo repetidos fracasos. Yo podría mencionar muchos que yo misma conocí.

"Una vez, cuando iban hacia la parte este de Maine, ella vio que tendrían grandes problemas con los impíos, que serían encarcelados, etc. Contaron esto en las iglesias por las que pasaban. Cuando regresaron, dijeron que habían tenido un tiempo glorioso. Los amigos les preguntaron si habían tenido algún problema con los impíos o con la cárcel. Contestaron: 'Ninguno en absoluto'. Pronto la gente de todas las iglesias comenzó a abrir los ojos, y se opusieron decididamente a las visiones. Y justo en el momento en que lo hacían, ella los vio 'con manchas en sus ropas', como ella decía. Yo conocí personalmente  a varios ministros, a quienes ella vio llegar al reino con ¡Oh, qué brillantes coronas, LLENAS de estrellas'. Tan pronto se opusieron a las visiones, ella los vio 'condenados, malditos, perdidos para siempre, sin esperanza'".
(An Examination of Mrs. Ellen White´s Visions, Miles Grant, Boston: Published by the Advent Christian Publication Society, 1877).

A pesar de sus fracasos en 1844 y 1845, la Sra. White continuó prediciendo el inminente regreso de Cristo. Ellen White tuvo una visión el 18 de Nov. de 1848 en Dorchester, y Joseph Bates publicó una transcipción de ella en su libro The Seal of the Living God, en 1849. En esa visión, Ellen White dijo:

"La tribulación ha comenzado; la razón de que los cuatro vientos no hayan sido soltados es que no todos los santos han sido sellados todavía ...".

Bates unió su voz a la de Ellen White y anunció que "la tribulación ha comenzado". En el verano de 1849, una peste local atacó la región. La Sra. White, viendo esto como cumplimiento de la profecía que indicaba el fin del mundo, predijo que esta peste pronto se propagaría:

"Lo que hemos visto y oído de la peste no es sino el principio de lo que veremos y oiremos. Pronto los muertos y moribundos estarán por todas partes alrededor de nosotros". (Present Truth, Sept. 1849).

No mucho tiempo después de que esta profecía fue escrita, la peste terminó y los Estados Unidos entraron en un período de relativa paz y prosperidad que duró muchos años. La cita anterior fue eliminad del artículo cuando volvió a publicarse en Early Writings en 1882, pero pocos Adventistas saben de su existencia.

Para abril de 1850, la Sra. White aseguraba que el zarandeo final había comenzado:

"El poderoso zarandeo ha comenzado". (Present Truth, abril de 1850). 

Mientras tanto, su esposo James afirmaba que la partida del pueblo de Dios de Babilonia (Apoc. 18:4) ya se había completado:

"Babilonia, la iglesia nominal, ha caído. El pueblo de Dios ha salido de ella. Ahora es la 'sinagoga de Satanás' (Apoc. 3:9). 'Habitación de demonios, guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible' (Apoc. 18:2)". (Present Truth, Abril de 1850). 

El 27 de junio de 1850, la Sra. White escribió que al pueblo sólo le quedaban unos pocos meses para prepararse:

"Dijo mi ángel acompañante: 'El tiempo casi ha terminado. Preparaos, preparaos, preparaos'. ... ahora el tiempo casi ha concluido ... y lo que a nosotros nos ha tomado años aprender, ellos tendrán que aprenderlo en unos pocos meses". (Early Writings, pp. 64-67).

Esta es una declaración muy significativa. La Sra. White estaba diciendo que las verdades que a ella y sus asociados les había tomado cinco años aprender, los nuevos conversos tendrían que aprenderlo en unos pocos meses. Para septiembre de 1850, la Sra. White estaba advirtiendo que Jesús casi había terminado su obra en el Lugar Santísimo:

"Vi que el tiempo para que Jesús estuviese en el Lugar Santo casi había terminado, y que el tiempo no puede durar sino un poco más. ... El tiempo del sellamiento es muy corto y pronto terminará". (Experiencia and Views, pp. 46-47).

Cuando Cristo no regresó como se esperaba a principios de la década de 1850, la Sra. White dejó gradualmente de hacer predicciones específicas sobre el regreso. En la conferencia de 1856, fue la última vez que hizo una predicción específica sobre cuándo regresaría Cristo y, como todas sus anteriores declaraciones sobre el tema, el tiempo ha demostrado que sus profecías eran erróneas.

Preguntas de los lectores: ¿No hicieron l
os apóstoles falsas predicciones sobre el inminente regreso de Cristo?

Algunos ASDs han asegurado que los apóstoles también hicieron declaraciones confusas sobre el regreso de Cristo, enseñando que era inminente y ocurriría durante sus vidas. Por consiguiente, según ellos, Ellen White no es peor que los apóstoles en cuanto a predecir el regreso de Cristo. ¿Es verdad eso?

Para comenzar, yo soy un cristiano que cree que la Biblia es auténtica y verdadera y que los apóstoles eran hombres santos, llenos del Espíritu Santo y de toda la sabiduría y el conocimiento que viene de estar lleno del Espíritu de Dios. Yo no creo que los apóstoles fueron engañados en lo más mínimo acerca del regreso de Cristo, ni creo que hay la más mínima falsedad en sus escritos inspirados, ni creo que el Espíritu Santo permitiría que se escribieran falsedades en las Escrituras del Nuevo Testamento para engañar a los cristianos por las edades. Por consiguiente, siempre que se presenta un dilema, busco una respuesta bíblica basada en mi interpretación de la exactitud y la santidad de la Escritura.

En este caso, ghran parte del poblema se debe a confusión por algo que se resuelve fácilmente. Primero, tenemos que entender la naturaleza doble de la profecía de Cristo en Mateo 24 (y Lucas 17). Los discípulos fueron a Jesús una noche y le preguntaron:

Dinos: (1) ¿cuándo serán estas cosas? y (2) ¿qué señal habrá de tu venida, y (3) y del fin del mundo? (Mat. 24:3).

Nótese que los discípulos preguntaron tres cosas:
  1. Cuándo ocurrirían "estas cosas". "Estas cosas" se refiere a las anteriores declaraciones de Cristo sobre la destrucción del templo.
  2. Cuál es la "señal de tu venida".
  3. Cuál es la señal "del fin del mundo".
Jesús pasa los minutos siguientes contestando la pregunta uno, hablando acerca de la destrucción de Jerusalén, un acontecimiento que predecía el "fin del mundo". La mayoría de los comentaristas concuerdan en que Jesús entrelazó los dos acontecimientos en una sola discusión. La trampa en que caen muchos cristianos es que creen que la "señal de tu venida" se refiere exclusivemente al segundo regreso de Cristo en gloria. Pasan por alto el hecho de que hubo una "venida" en juicio sobre Israel que sí ocurrió, tal como Jesús profetizó, en el año 70 d. C. Cuando uno examina todos los versículos bíblicos que anuncian una venida inminente, muchos pueden interpretarse en seguida como el regreso de Jesús en juicio en el año 70 d. C. Para probar esta teoría, echemos un vistazo a los versículos bíblicos relacionados con un regreso inminente.

Muchos cristianos no captan el significado del término "últimos días" porque no pensamos como los judíos del siglo primero. Pensamos como cristianos del siglo veintiuno. Cuando se escribieron los evangelios, se entendía bien que los "últimos días" se refería a los "últimos días" de la nación judía y el pacto especial de Dios con los judíos. La expresión "últimos días" no tenía nada que ver con el "fin del tiempo". Los escritores del Nuevo Testamento entendían que ellos estaban viviendo en los últimos días. Por ejemplo, Pedro dijo que el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés era el cumplimiento de la profecía de Joel:

Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu .... (Hechos 2:16, 17, Joel 2:28-32).

La frase "últimos días" no es una referencia a los últimos días de la historia humana. En vez de eso, se refiere a los últimos días de la relación del pacto antiguo entre Dios y la nación de Israel. (3) Este era el fin de la "generación" de los cuarenta años (Mat. 24:34) entre la ascensión de Cristo (30 d. C.) y la caída de Jerusalén a manos de los romanos (70 d. C.).

La siguiente es una lista de algunos versículos del Nuevo Testamento que indican que los "últimos días" pertenecían al siglo primero:

Jesús a sus doce apóstoles:

... no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre. (Mat. 10:23).

Este versículo es una referencia obvia al Hijo del Hombre viniendo en juicio al fin de la generación de 40 años.

Jesús a sus discípulos:

... hay algunos de losque están aquí que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto el Hijo del Hombre viniendo en su reino. (Mat. 16:27, 28)

Muchos comentaristas bíblicos creen que ésta es una referencia a la transfiguración que tuvo lugar poco después de que Jesús pronunció estas palabras. Otros creen que se refiere al regreso de Jesús para juzgar y castigar a Israel en el año 70 d. C., poniendo fin al reino de Israel y además estableciendo Jesús su propio reino, cumpliendo las palabras de Cristo a los judíos: "El reino de Dios os será quitado". (Mat. 21:43).

Jesús a sus discípulos:

...no pasará esta generación sin que todo esto acontezca. (Mat. 24:34; véase Luc. 21:32).

En este pasaje, "todo esto" se refiere a las profecías sobre la destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C. Sí, estas profecías predecían su venida literal al final del tiempo, pero también tuvieron un cumplimiento muy real en 70 d. C.

Pablo a todos los amados de Dios en Roma:

... ya es hora de levantarnos del sueño, porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. (Rom. 12:11, 12).

Esto no es siquiera una referencia a la segunda venid, sino meramente una declaración de que el día de la salvación ha llegado y que la noche de la oscuridad, un mundo sin el conocimiento de Cristo, está pasando.

A los Hebreos:

Dios ... en estos últimos tiempos ha hablado por el Hijo ... (Heb. 1:1, 2).

Estos "últimos días" son los "últimos días" de Hebreos. En Heb. 8:13, el autor dice que el pacto antiguo "envejece y está pronto a desaparecer". Cuando el libro de Hebreos se escribió, la generación de 40 años estaba casi completa, y la destrucción de Israel señalaría el final definitivo de los hebreos y su pacto con Dios.

Santiago a las "doce tribus" que estaban dispersas en el mundo:

... la venida del Señor se acerca. ... el Juez está delante de la puerta. (Sant. 5:7-9).

Escribiendo a los judíos, Santiago les advierte de una venida inminente del "Juez". Esto sucedería poco después, cuando Jesús regresó a juzgar a Jerusalén en 70 d. C.

Pedro a los que residían como extranjeros:

... que según su grande misericordia nos hizo ... que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. (1 Ped. 1:3, 5).

El fin de todas las cosas está cerca ... (1 Ped. 4:7).

Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios ...(1 Ped. 4:17).

Nuevamente, éstas son referencias al "último tiempo" de Israel, y el "fin de todas las cosas" es una referencia al "juicio" que ha de comenzar por la "casa de Dios", la nación de Israel. Su juicio inminente en 70 d. C. es para predecir el juicio final en el retorno literal de Cristo.

Juan a los que creyeron en el nombre del Hijo de Dios:

Hijitos, ya es el último tiempo ... por esto conocemos que es el último tiempo. (1 Juan 2:18).

Muy probablemente escrito poco antes de 70 d. C., esto describe el "último tiempo" de Israel, no del mundo.

Juan en Apocalipsis:

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto ... (Apoc. 1:1).

... porque el tiempo está cerca. (Apoc. 1:3).

He aquí yo vengo pronto ... (Apoc. 3:11).

¡He aquí, vengo pronto! (Apoc. 22:7).

... No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. (Apoc. 22:10).

He aquí yo vengo pronto ... (Apoc. 22:12).

Ciertamente vengo en breve. (Apoc. 22:20).

Muchos eruditos bíblicos concuerdan en que el libro de Apocalipsis contiene descripciones descarnadas y precisas de los sucesos que ocurrieron durante el primer siglo antes del "regreso" simbólico de Jesús en 70 d. C. para castigar a la nación de Israel y poner fin al pacto con aquel pueblo. En realidad, las descripciones son tan precisas que algunos ateos y agnósticos han sugerido que el libro de Apocalipsis fue escrito después del 70 d. C.

Ahora bien, de la misma manera que en Mateo 24, esto no significa que el libro de Apocalipsis no tiene relevancia para el futuro. Esto no debe confundirse con el fin de la historia humana.

Daniel predice que el "fin" vendría en 70 d. C.

Aunque los Adventistas enseñan que el pacto de Dios con Israel terminó con el apedreamiento de Esteban (-- 34 d. C.?), la realidad es que el pacto de Dios terminó con la destrucción de Jeerusalén, la capital de la nación, y la destrucción del templo, el principal símbolo religioso de la conexión de la nación con Dios. Los "tiempos de los gentiles" (Lucas 21:24) comenzaron después de la dispersión de los judíos. Esto ocurrió en 70 d. C., cuando los judíos fueron dispersados por todo el mundo y muchos fueron tomados como rehenes por los romanos. (4) En este punto en el tiempo, Jesús dice: "Jerusalén será hollada por los gentiles". (Luc. 21:24). Esto es exactamente lo que la Biblia enseña en Daniel 9:24:

Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y ungir al Santo de los santos.

Nótese que la "santa ciudad" ha de ser protegida hasta el fin de las setenta semanas. Continuando en el versículo 26:

Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.

No puede haber ninguna duda de que el versículo 26 se refiere al general romano Tito, que más tarde (después del 70 d. C.) se levantaría para ser el emperador de Roma. Los ejércitos de Tito destruyeron Jerusalén y el santuario en 70 d. C. Este acontecimiento cierra la profecía de las 70 semanas y pone fin a la relación de pacto entre Dios e Israel. Por consiguiente, el "fin" a que se refiere Daniel no ha de ser el "fin del tiempo" sino el fin del pacto de Dios con Israel.

Evidencia de que los apóstoles NO enseñaron el fin inminente del mundo

Los apóstoles estaban bien informados del progreso del mensaje del evangelio. Hablaba con ángeles, y hasta con Jesús (según los relatos de Juan que se encuentran en Apocalipsis). Cada uno de los apóstoles conocía y creía en las palabras de Jesús:

"Y será predicado este evangelio del reino a TODO EL MUNDO por testimonio A TODAS LAS NACIONES, y ENTONCES vendrá el fin". (Mat. 24:14).

Ni Jesús, ni los apóstoles, ni los profetas dijeron nada nunca acerca de que la segunda venida literal de Jesús sería "inminente" o que ocurriría durante la vida de ciertas personas. Jesús dijo claramente que el evangelio iría a TODO el mundo y a TODAS las naciones antes de su regreso. El apóstol Juan dijo que el evangelio debía ir "a todos los que moran en la tierra, y a toda nación, y tribu, y lengua, y pueblo". (Apoc. 14:6). Jesús y los apóstoles no eran idiotas ni tontos. Sabían como un hecho que el evangelio no había alcanzado al mundo entero durante sus vidas. Sin duda, sabían que se necesitarían décadas, si no siglos, de esfuerzo para alcanzar a toda lengua y a toda persona que habitaba el planeta entero. (5)

¿Dijo Pablo que él estaría vivo cuando Jesús regresara?

Pablo dijo que "nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados ... para encontrar al Señor en el aire". (1 Tes. 4:17). ¿Está Pablo afirmando que él creía que él personalmente iba a ver a Jesús regresando, o sólo estaba usando una expresión vernacular?

Sólo unas pocas frases más adelante,
Pablo deja claro que él no sabía cuándo regresaría Cristo:

Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche. (1 Tes. 5:1, 2).

Aunque Pablo no sabía cuándo vendría Cristo, si estaba familiarizado con la declaración de Cristo enMateo 24, entonces  sí sabía cuándo NO vendría. No vendría sino hasta que se cumplieran las palabras de Cristo acerca de que el evangelio iría a "todas las naciones".

La carta de Pablo en 2 Tesalonicenses refuta la idea de que Pablo creía que la segunda venida de Cristo era inminente.

"No os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu,ni por palabra, ni por carta  como si fuese nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca". (2 Tes. 2:2).

Pablo continúa indicando que hay acontecimientos que deben ocurrir antes de que Cristo pueda regresar:

"Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición:". (2:3).

Ahora bien, si, como afirman los Adventistas, el hombre de pecado es el papado, ¡entonces este acontecimiento estaba por lo menos 500 años en el futuro! Aunque es posible que Dios no haya revelado a Pablo el momento exacto del surgimiento del papado, Pablo ciertamente NO enseñó ni creía que era inminente en sus días.

Resumiendo: He aquí razones de que los apóstoles no creyeran en el regreso literal de Cristo era inminente:
  1. Como se acaba de indicar arriba, Pablo dijo que primero habría una "apostasía" y se revelaría el "hombre de pecado", sucesos que estaban muchos años en el futuro.
  2. El Nuevo Testamento enseña que que habrá muchas "señales" que tendrán lugar antes del regreso de Cristo.
  3. Los acontecimientos del libro de Apocalipsis, como Apoc. 14, todavía debían cumplirse.
  4. El evangelio debía ir a "todas las naciones", a "toda nación, tribu, lengua y pueblo". Aun hoy, más de dos mil millones de personas todavía no han sido alcanzadas con el cristianismo.
Conclusión

Algunos Adventistas pretenden representar a los apóstoles como individuos ignorantes, que tenían poca idea de lo que significaba la comisión evangélica y malinterpretaron tanto el alcance de su trabajo como la declaración de Cristo de que "todas" las naciones debían escuchar el evangelio antes de su regreso. Estos Adventistas aseguran que el Nuevo Testamento está lleno de declaraciones no inspiradas sobre el regreso inminente de Cristo. Aunque comprendo sus razones para llegar a esta conclusión, que son para poder apuntalar las afirmaciones de su profeta, tengo que discrepar con el debido respeto.

Mientras la segunda venida literal es la gran esperanza de la humanidad, un acontecimiento que todos los cristianos esperan con gozo y anticipación, sus afirmaciones en relación con la segunda venida son exactas  y no conducen a confusión en lo más mínimo. Como se ha observado arriba, los apóstoles ciertamente hicieron declaraciones sobre los "últimos días" de la nación de Israel, pero entendieron claramente que los sucesos del regreso literal de Cristo todavía estaban lejos en el futuro. El apóstol Juan, en Apocalipsis 14, dijo que el evangelio sería predicado a toda nación. Mateo escribió que Jesús no regresaría sino hasta "todas" las naciones escucharan el evangelio.

Quizás la evidencia más fuerte de que los discípulos no eran ignorantes del alcance de su misión es esta declaración de Jesús:

Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a comocer. (Juan 15:15).

Los apóstoles eran "amigos" de Jesús. Estaban enterados del plan del juego. Sabían lo que estaba sucediendo. Conocían la tarea que tenían por delante, y el alcance de su obra. Los relatos en el Nuevo Testamento sobre la inminente venida de Jesús en juicio contra Israel, así como su menos inminente segunda venida literal, son  exactos y penetrantes.

NOTAS

1. La palabra hebrea en el tiempo niphal. Según Strong´s:
1) volverse, volver, regre
sar
2) cambiar uno mismo
3) ser perverso
4) ser vuelto, volteado, cambiado, vuelto contra
5) ser revertido
6)ser dado vuelto, ser derribado
7) ser girado

2. Strong´s.

3. Gran parte de este razonamiento ha sido tomado de David Chilton, Days of Vengeance.

4. Josefo, Flavio, The Complete Works of Josephus (1987), p. 749. (Wars of the Jews 6.9.3. (Libro 6, capítulo 9, verso 3). 

5. Pablo dice que el evangelio fue "predicado a toda criatura que está debajo del cielo" (KJV). O, según los manuscritos más antiguos, el evangelio fue predicado "a toda la creación" (NASB).

Aunque el evangelio había penetrado profundamente en el imperio romano para mediados del siglo primero, no hay duda de que, para entonces, no había penetrado ni siquiera en la mitad del mundo. Así que, ¿Pablo se engañaba, o estaba meramente usando una expresión común cuando se refirió a "toda la creación"?

No era raro que los escritores de esa época se refirieran al Imperio Romano como el mundo. Examinemos algunos ejemplos:

1) Lucas dice que César emitió un decreto para empadronar a "todo el mundo" (Lucas 2:1). Obviamente, este empadronamiento sólo afectaba al Imperio Romano.

2) La profecía de Agabo de una hambruna que tendría lugar "en toda la tierra habitada" (Hechos 11:28) se refería al Imperio Romano "en tiempo de Claudio".

3) Pablo y Silas fueron acusados de causar problemas en "el mundo entero" (Hechos 17:6), y, sin embargo, sabemos que ellos nunca viajaron más allá de las regiones mediterráneas.
4) Pablo fue acusado delante de Félix de promover sediciones "por todo el mundo". Nuevamente, esta es una referencia a al Imperio Romano.

Así, pues, el peso de la evidencia es que Pablo estaba usando una expresión coloquial para referirse al Imperio Romano, no al planeta entero. Esto contrasta con la orden de Cristo de que el evangelio sería predicado a "todas las naciones" (no sólo a Roma), y esto es comentado además por el apóstol Juan, que escribió, bajo la inspiración del Espíritu de Profecía, que el "evangelio eterno" será predicado a los que moran en la "tierra", a "toda nación, y tribu, y lengua, y pueblo". (Apoc. 14:6).

Arriba 

1  2  3  4  5  7  8  9  10  11  12  13
14  15  16  17  18  19  20  21  22  23  24  25  26


Sección de Libros3

Index1