¡Aquellas "personas de gran estatura" de Júpiter!

Dirk Anderson

Traducido


En 1846, la Sra. White tuvo una "visión" del sistema solar. La Sra. Truesdail, una devota y sincera Adventista, estuvo presente durante la visión. Ella describe cómo la Sra. White vio unas "personas majestuosas, de gran estatura" que vivían en Júpiter o en Saturno:

"La salud de la hermana White era muy débil, y aunque se ofrecieron oraciones por ella, el Espíritu de Dios reposaba sobre nosotros. Pronto notamos que ella era insensible a las cosas terrenales. Esta era su primera visión del mundo planetario. Después de contar en voz alta las lunas de Júpiter, y poco después las de Saturno, hizo una hermosa descripción de los anillos de éste último. Luego dijo: 'Los habitantes son un pueblo majestuoso y de gran estatura, muy diferentes de los habitantes de la tierra. El pecado nunca ha entrado allí'". (1)

¿Es cierto esto? ¿Viven personas majestuosas y de gran estatura en Júpiter y/o Saturno? En 1942, el historiador ASD A. W. Spalding escribió acerca de la "visión":

"En visión, pues, la Sra. White fue llevada para que viera estos planetas y, a medida que hablaba de ellos, describiéndolos, el capitán Bates, con el rostro todo sonriente, decía: 'Ahora está mirando a Júpiter', y 'está describiendo a Saturno', y así sucesivamente. Dijo mucho más de lo que los astrónomos sabían de estos planetas, porque ellos, los astrónomos, no están seguros de que los planetas estén habitados, pero ella vio que sí lo están. En Saturno, ella vio al buen anciano Enoc, que fue trasladado hace cinco mil años, sin ver muerte. Enoc dijo que ese no era su hogar, que sólo estaba de visita, que vivía en el cielo, donde mora Dios, y que estaba allí esperando que la tierra fuese restaurada como estaba en el Edén. Todas las personas de estos mundos eran mucho más hermosas y fuertes que la gente de la tierra, porque el pecado jamás ha entrado allí". (2)

Todo esto puede haber parecido plausible hasta décadas recientes, cuando nuestro conocimiento científico de estos planetas aumentó significativamente. Hoy sabemos que tanto Júpiter como Saturno son extremadamente inhóspitos para la vida como la conocemos:
  1. Estos planetas no tienen una superficie sólida como la tierra. Las superficies consisten enteramente de un mar de hidrógeno líquido, de cientos de millas de profundidad.
  2. La presión atmosférica es millones de veces mayor que la de la tierra. La presión es suficiente para aplastar los metales más fuertes.
  3. La temperatura media en la superficie de Saturno es extremadamente fría: -218º F (-139º C).
  4. Numerosas sondas espaciales han examinado estos planetas usando tecnología avanzada y no han detectado ninguna señal de vida en absoluto. Ninguna planta. Ningún animal. Ninguna persona de gran estatura. Nada, excepto hidrógeno, helio y otros gases.
Júpiter tiene CUATRO lunas

En 1847, James y Ellen White publicaron un tratado en que anunciaban que ella había tenido una visión de los planetas de nuestro sistema solar:

"En nuestra conferencia de Topsham, Maine, en noviembre pasado, Ellen tuvo una visión de las obras de Dios. Ella fue guiada a los planetas Júpiter, Saturno, y creo que uno más. Después de salir de la visión, ella pudo hacer una clara descripción de sus lunas, etc. Es bien sabido que ella no sabía nada de astronomía, y no podía contestar ni una pregunta en relación con los planetas antes de tener esta visión". (3)

Nótese en la cita de arriba que James dice que la Sra. White hizo una "clara descripción" de las lunas. La descripción era tan clara que incluía el número exacto de las lunas de Júpiter. Aparentemente, el historiador Adventista J. N. Loughborough entrevistó a Bates sobre el tema y he aquí cómo describe él la visión:

"Una noche, en la conferencia mencionada arriba, en la casa del Sr. Curtiss y en presencia del pastor Bates, quien todavía no se había decidido con respecto a estas manifestaciones, la Sra. White, estando en visión, comenzó a hablar sobre las estrellas, describiendo vívidamente unos cinturones teñidos de rosa que ella veía a través de la superficie de algún planeta y añadía: 'Veo cuatro lunas'. '¡Oh', dijo Bates, 'ella está viendo a Júpiter'. Luego, habiendo hecho movimientos como si estuviera viajando por el espacio, ella comenzó a describir cinturones y anillos en su siempre cambiante belleza, y dijo: 'Veo siete lunas'. (7) El pastor Bates exclamó: 'Ella está describiendo a Saturno'. Luego ella dijo: 'Veo seis lunas', y en seguida comenzó a describir los 'cielos abiertos', con su gloria, llamándolos una abertura hacia una región más iluminada". (4)

Nótese la nota de pie de página #7 en la cita de arriba. Hed aquí lo que la nota dice:

"7 En Rise and Progress [Surgimiento y Progreso], dice que ella vio ocho lunas acompañando a Saturno. Este cambio se hizo después de que los borradores salieron de mis manos. Desde entonces, se les han descubierto más lunas tanto a Júpiter como a Saturno". (5)

La nota de pie de página muestra cómo las visiones de la Sra. White fueron alteradas por otras personas. Testigos presenciales informaron que la Sra. White había visto "siete" lunas alrededor de Saturno. Sin embargo, una octava luna había sido descubierta para cuando Rise and Progress, el libro de Loughborough, estuvo listo para ser publicado.
Los editores Adventistas del libro alteraron la visión para que dijera "ocho" lunas para que número correspondiera a los hechos científicos. Sin embargo, en este último libro, y para crédito suyo, Loughborough reconoce honestamente que el número real que la Sra. White vio fue de "siete".

¿Una "clara descripción" de las lunas?

La Sra. White escribió en una ocasión:

"La ciencia está siempre descubriendo nuevas maravillas; pero su investigación no produce nada que, bien entendido, choque con la revelación divina". (6)

Si es verdad que la ciencia nunca choca con la revelación divina, entonces la única conclusión a la que uno puede llegar con respecto a la visión del sistema solar de Ellen White ¡es que no es una revelación divina! La Sra. White se acercó lo suficiente a Júpiter y/o Saurno para ver a la "gente majestuosa y de gran estatura" que vivía allí, pero, ¿qué fue lo que no vio?
¿Por qué sólo vio lo que los astrónomos ya habían visto?

Cuando la Sra. White tuvo su "visión" en 1846, era de común conocimiento que Júpiter tenía cuatro lunas. La quinta no fue descubierta sino hasta 1892. En 1846, se pensaba que Saturno tenía siete lunas. La octava luna fue descubierta poco después, en 1848. Después del descubrimiento, un relato de la "visión" fue modificado para que dijera "ocho" en lugar de "siete". ¡La visión de la Sra. White no reveló nada que no pudiese haber sido obtenido de un libro de astronomía o hasta de un artículo de periódico! ¡La única diferencia entre lo que la Sra. White vio y lo que los astrónomos veían por medio de sus telescopios eran aquellas "personas majestuosas, de gran estatura"!

Los hechos científicos
(Tomado de Wikipedia)
1) "Júpiter tiene 63 satélites naturales conocidos. ... las primeras observaciones seguras de los satélites de Júpiter son las de Galileo Galilei en 1610, que avistó las cuatro grandes lunas galileas. ... No se descubrió ningún satélite adicional sino hasta que E. E. Barnard observó a Amalthea en 1892. ... Júpiter tiene un sistema de anillos planetarios apenas perceptible...".

2) "Se sabe que Saturno tiene actualmente 56 lunas. ... Hiperión [la octava luna de Saturno], [fue] descubierta [en] 1848".

3) "Urano tiene 27 lunas conocidas. ... Voyager 2 fotografió el sistema de anillos de Urano durante su pasada en órbita en 1986. Se descubrieron dos anillos adicionales en 2005".

¿Y aquellas personas majestuosas y de gran estatura? 

Aunque los historiadores Adventistas, como A. W. Spalding, solían anunciar al son de trompetas el hecho de que la Sra. White vio personas de gran estatura en Júpiter y/o Saturno en sus visiones, después de mediados del siglo veinte, cuando la ciencia comenzó a mostrar lo improbable de tal cosa, los comentarios de Ellen White acerca de gente majestuosa que vivía en estos planetas dejaron de aparecer en los libros Adventistas.

La pregunta es: Si la Sra. White no vio esto en visión, ¿dónde obtuvo la idea de que había "gente de gran estatura" que vivía en los planetas? Quizás consiguió la idea del escritor francés Voltaire, que en su popular relato de 1752 Micromegas escribió acerca de "ciudadanos" de Saturno que tenían una estatura de "mil fathoms" [como 1,671 metros]. (7)

Increíbles oportunidades perdidas

¡Imagínense si la Sra. White le hubiese dicho a Bates que Júpiter tenía cuatro grandes lunas y 59 más pequeñas! Su don profético habría quedado demostrado más allá de toda duda para todas las futuras generaciones. Desafortunadamente, perdió esta gran oportunidad. ¡Imagínense si la Sra. White hubiese anunciado que Júpiter tenía anillos! Este hecho asombroso no fue descubierto sino hasta que las sondas espaciales Voyager visitaron Júpiter en 1979 (como se muestra en la foto a la derecha). Tal anuncio ciertamente habría validado sus afirmaciones. Desafortunadamente, aunque ella se acercó lo suficiente como para ver a aquellas gentes de gran estatura en el planeta, no logró ver los anillos.

Después de considerar lo que ella sí vio y lo que no vio, hacemos esta pregunta: ¿Fue esta visión de Dios o una alucinación?

¿Cuál era el VERDADERO propósito de la visión?

A principios de 1846, los White estaban en problemas. Eran pobres e indigentes. Muchos consideraban las visiones de Ellen White con escepticismo. Lo que necesitaban más que cualquier cosa era un amigo rico e influyente que creyera lo que ellos creían. Por fortuna para los White, lograron encontrar justamente un hombre como ése -- Joseph Bates. En la primavera de 1846, los White se reunieron con este capitán de mar retirado. Sin embargo, había un gran problema. Aunque Bates era avanzado en edad, su mente era todavía lo bastante aguda como para poner en duda las visiones de la Sra. White. Los White trataron de ganárselo, pero tuvieron poco éxito. Pero, en noviembre, todo eso cambió. Durante una pequeña reunión con Bates y algunos otros creyentes intransigentes, la Sra. White tuvo una visión especial sobre astronomía, que daba la casualidad era el tema favorito de Joseph Bates. ¡Qué afortunada coincidencia!

Al entrar Ellen en visión, el anciano Bates quedó sin duda cautivado observando a esta joven de 19 años de edad hacer movimientos como si estuviese volando por el espacio. Mientras Bates escuchaba, ella describía varios detalles del sistema solar y el así llamado agujero de Orión. Bates había observado el agujero muchos años antes mientras estaba a bordo de un barco en el hemisferio sur. En esa época, Orión era un tema de gran interés debido a  las recientes observaciones con telescopio por William Parsons, el tercer conde de Rosse. Sólo algunos meses antes, Bates había publicado un tratado, "The Opening Heavens" [Los Cielos Abiertos], relatando los descubrimientos de Rosse, pero Ellen aseguró a  Bates que ella no tenía ningún conocimiento previo de astronomía. (8)

La Sra. Truesdail, también presente en la "visión", informa que ésta tuvo el efecto deseado en Bates:

"Por el rostro sonriente del hermano Bates, era evidente que sus pasadas dudas con respecto al origen de las visiones le estaban abandonando rápidamente. Todos sabíamos que el capitán Bates era un gran amante de la astronomía, pues, a menudo, localizaba muchos de los cuerpos celestes para instrucción de nosotros. Cuando la hermana White contestó a sus preguntas, después de la visión, diciendo que nunca había estudiado ni recibido conocimiento en este sentido, Bates se llenó de gozo y felicidad. Alabó a Dios y expresó su creencia en que esta visión concerniente a los planetas fue dada para que él no dudase nunca más". (9)

Sí. Todo el mundo, incluyendo a los White, sabía que Bates era aficionado a la astronomía. Qué afortunada coincidencia que la única visión registrada de la Sra. White del sistema solar tuvo lugar mientras el escéptico Bates estaba presente. Desde ese momento en adelante, Bates fue un creyente. Sin duda, esperaba ese día en gloria cuando pudiera viajar a Júpiter a conocer a aquellas "personas majestuosas y de gran estatura".

Sus preguntas contestadas

¿Podrían estos planetas haber estado en alguna otra parte del universo?

En vista de los recientes descubrimientos que muestran que un vasto número de satélites gira alrededor de Júpiter y Saturno, es dolorosamente obvio que la Sra. White no tuvo ninguna visión de estos planetas. Además, el hecho de que estos planetas son completamente inhóspitos para todo tipo de vida conocido arroja dudas adicionales sobre la "visión". Así, pues, para justificar su creencia en las visiones, algunos Adventistas han fabricado la historia de que la Sra. White estaba viendo en realidad planetas en alguna otra parte del universo. Afirman que, puesto que ella no mencionó los nombres de los planetas en la visión, los planetas podrían estar literalmente en cualquier parte. ¿Es esto razonable? ¿Estaba ella viendo realmente planetas en alguna otra parte del cosmos?

Examinemos la evidencia de cerca. Como se observó anteriormente en este artículo, James dijo que Ellen había tenido una visión de "Júpiter, Saturno, y creo que uno más". Tanto J. N. Loughborough, que habló con Bates, como la Sra. Truesdall, una testigo, aplicaron la visión a nuestro sistema solar. En realidad, todos los que mencionaron esta visión durante la vida de Ellen White la aplicaron a nuestro sistema solar, y ninguno de ellos cambió nunca su posición sobre ese tema durante sus vidas.

¿Cuál era el propósito de la visión? Según los Adventistas, fue dada para convencer a Bates de que la Sra. White era profeta. La visión no tenía ningún otro propósito discernible. Bates comparó su conocimiento de nuestro sistema solar con lo que fue revelado en la "visión" de Ellen White y llegó a la conclusión de que ella era una verdadera profetisa porque él creyó que ella no tenía ningún conocimiento previo de astronomía. Ahora bien, hágase esta pregunta: ¿Por qué daría Dios una visión a la hermana White de algún otro sistema planetario que, por extraña coincidencia, daba la casualidad de que tenía una disposición de los planetas, anillos, y satélites
idéntica a la que se pensaba que tenía nuestro propio sistema solar en 1846, para convencer a Bates de que la Sra. White contemplaba nuestro propio sistema solar? ¿Hemos de creer que Dios participa en truculencias? Además, ni Dios ni los ángeles se molestaron jamás en corregir el concepto erróneo durante la vida de las personas involucradas. En otras palabras, ¡Dios le hizo creer a Bates que la visión era de nuestro sistema solar para convencerle de que le creyera a Ellen White, y luego guardó silencio acerca del asunto y no le dijo nada a nadie acerca de la pequeña charada! ¡Esto es ridículo! Es contrario a los métodos de Dios usar artimañas (ver 2 Cor. 4:2).

Sin embargo, por dolorosa que sea, la verdad es que James y Ellen White, Joseph Bates, la Sra. Truesdail, J. N. Loughborough, y muchos otros Adventistas primitivos reconocieron esta "visión" como de nuestro propio sistema solar, y ninguno de ellos se retractó jamás de esa posición.

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NOTAS

1. Tomado de la carta de la Sra. Truesdail, Ene. 27, 1891. La carta fue publicada en el libro de J. N. Loughborough "The Great Second Advent Movement" [El Gran Movimiento del Segundo Advenimiento], pp. 260-261.

2. A. W. Spalding, Pioneer Stories of the Second Advent Message, capítulo 17, "The Opening Heavens and the Unchanged Law" [Los cielos abiertos y la ley inmutable] (1942.

3. James White, A Word to the Little Flock, p. 22.

4. J. N. Loughborough, Great Second Advent Movement, p. 258. Según Francis Nichol en Ellen G. White and her Critics, Loughborough "sin duda basó este relato en conversaciones con Joseph Bates años antes". (pp. 93, 94).

5. Ibid.

6. Ellen G. White, Education, p. 128.

7. Voltaire, Micromegas, traducción de Blake Linton Wilfong.

8. Ronald L. Numbers, Ph. D., Prophetess of Health, p. 15.

9. Carta de Truesdail, 1891.

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