LA PARUSÍA
o
La Segunda Venida de Nuestro Señor Jesucristo
James Stuart Russell
(1816-1895)

Tomado de The Preterist Archive


LA PARUSÍA EN LAS EPÍSTOLAS APOSTÓLICAS:

2-17. EN LA PRIMERA EPÍSTOLA A TIMOTEO

LA APOSTASÍA DE LOS ÚLTIMOS DÍAS


1 Tim. 4:1-3. "Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad".
Una de las señales que nuestro Señor predijo que estaría entre las precursoras de la gran catástrofe que habría de abrumar al sistema y al pueblo judíos era la general y ominosa apostasía de la fe, que se manifestaría entre los profesos discípulos de Cristo. La referencia de nuestro Señor a esta apostasía, aunque clara y directa, no es tan minuciosa y detallada como la descripción que de ella encontramos en las epístolas de Pablo; de aquí que infiramos, como también sugiere el lenguaje del primer versículo de este capítulo, que a los apóstoles se les habían hecho las subsiguientes revelaciones de su naturaleza y sus características. En 2 Tesa. 2:3, Pablo la designa como "la apostasía" que rápidamente presenta los lineamientos del "hombre de pecado". Ya hemos señalado la diferencia entre "la apostasía" y "el hombre de pecado", y que confundirlos ha sido un error común, pero egregio. En la secuela, descubriremos que la descripción que Pablo hace de la apostasía es tan minuciosa como la que hace del "hombre de pecado", para permitirnos a la una tan rápidamente como al otro.

El primer punto que será bueno establecer es el período de la apostasía; es decir, el tiempo en que se habría de declarar. Se dice que ocurriría "en los postreros tiempos" [enusteroizkairoiz], una expresión que, tomada en sí misma, podría parecer algo indefinida, pero que, cuando se la compara con otras frases similares, se encontrará sin duda que denota un período específico y definido, bien entendido por Timoteo y todas las iglesias apostólicas. Será conveniente poner juntos todos los pasajes que se refieren a esta época trascendental y crítica, que eran la meta y el término hacia los cuales, según lo muestra el Nuevo Testamento, se apresuraban rápidamente todas las cosas.

TABLA ESCATOLÓGICA, O SINOPSIS, DE LOS
PASAJES RELATIVOS A LOS POSTREROS TIEMPOS

El fin del siglo

Mat. 3:39. "La siega es el fin del siglo".
Mat. 13:40. "Así será en el fin de este siglo".
Mat. 13:49. "Así será al fin del siglo".
Mat. 24:3. "¿Qué señal habrá de tu venida [parousia] y del fin del siglo?"
Mat. 28:20. "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del siglo".
Heb. 9:26. "Pero ahora, en la consumación de los siglos" [tvnaiwnwn].

El fin

Mat. 10:22. "El que persevere hasta el fin, éste será salvo".
Mat. 24:6. "Pero aún no es el fin" (Mar. 13:9; Luc. 21:9).
Mat. 24:13. "Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo" (Mar. 13:13).
Mat. 24:14. "Y entonces vendrá el fin".
1 Cor. 1:8. "El cual también os confirmará hasta el fin".
1 Cor. 10:11. "A quienes han alcanzado los fines de los siglos".
1 Cor. 15:24. "Luego el fin".
Heb. 3:6. "Firme hasta el fin".
Heb. 3:14. "Firme hasta el fin".
Heb. 6:11. "La misma solicitud hasta el fin".
1 Ped. 4:7. "El fin de todas las cosas se acerca".
Apoc. 2:26. "El que guardare mis obras hasta el fin".
  
Los postreros tiempos, los postreros días, etc.

1 Tim. 4:1. "En los postreros tiempos algunos apostatarán" [enusteroizkairoz].
2 Tim. 3:1. "En los postreros días vendrán tiempos peligrosos" [enescataizhmeraiz].
Heb. 1:2. "En estospostreros días [Dios] nos ha hablado" [epescatoutvnhmerwntoutwn].
Sant. 5:3. "Habéis acumulado tesoros para los días postreros" [enescataizhmeraiz].
1 Ped. 1:5. "La salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero"
                 [enkairyescaty].

1 Ped. 1:20. "Manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros"
                    [epescatoutvncronwn].

2 Ped. 3:3. "En los postreros días vendrán burladores" [epescatoutvnhmerwn].
1 Juan 2:18. "Ya es el último tiempo" [escathwra].
Judas 18. "En el postrer tiempo habrá burladores" [enescatycrony].

FRASES EQUIVALENTES QUE SE
REFIEREN AL MISMO PERÍODO

El día

Mat. 25:13. "No sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir".
Luc. 17:30. "El día en que el Hijo del Hombre se manifieste".
Rom. 2:16. "El día en que Dios juzgará por Jesucristo".
1 Cor. 3:13. "El día la declarará".

Aquel día

Heb. 10:25. "Cuanto veis que aquel día se acerca".
Mat. 7:22. "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor".
Mat. 24:36. "Pero del día y la hora nadie sabe".
Luc. 10:12. "En aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma".
Luc. 21:34. "Y venga de repente sobre vosotros aquel día".
1 Tes. 5:4. "Para que aquel día os sorprenda como ladrón".
2 Tes. 2:3. "[Aquel día] no vendrá sin que antes venga la apostasía".
2 Tim. 1:12. "Poderoso para guardar mi depósito para aquel día".
2 Tim. 1:18. "Halle misericordia cerca del Señor en aquel día".
2 Tim. 4:8. "La cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día".

El día del Señor

Hech. 2:20. "Antes que venga el día del Señor".
1 Cor. 1:8. "Para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo".
1 Cor. 5:5. "A fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús".
2 Cor. 1:14. "Para el día del Señor Jesús".
Fil. 2:16. "Para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme".
1 Tes. 5:2. "El día del Señor vendrá así como ladrón en la noche".

El día de Dios

2 Ped. 3:12. "Apresurándoos para la venida del día de Dios".

El gran día

Judas 6. "Para el juicio del gran día".
Apoc. 6:17. "El gran día de su ira ha llegado".
Apoc. 16:14. "A la batalla de aquel gran día".

El día de la ira

Rom. 2:5. "Atesoras para tí mismo ira para el día de la ira".
Apoc. 6:17. "El gran día de su ira ha llegado".

El día del juicio

Mat. 10:15. "En el día del juicio será más tolerable el castigo ..."
Mat. 11:22. "En el día del juicio será más tolerable el castigo ..."
Mat. 11:24. "En el día del juicio será más tolerable el castigo ..."
Mat. 12:36. "De ella darán cuenta en el día del juicio".
2 Ped. 2:9. "Para ser castigados en el día del juicio".
2 Ped. 3:7. "Guardados para el fuego en el día del juicio".
1 Juan 4:17. "Para que tengamos confianza en el día del juicio".

El día de la redención

Efe. 4:30. "Sellados para el día de la redención".

El día postrero

Juan 6:39. "Sino que lo resucite en el día postrero".
Juan 6:40. "Yo le resucitaré en el día postrero".
Juan 6:44. "Yo le resucitaré en el día postrero".
Juan 6:54. "Yo le resucitaré en el día postrero".
Juan 11:24. "Resucitará en la resurrección, en el día postrero".

Una comparación de estos pasajes mostrará que:
1. Todos se refieren al mismo período y sólo a él - cierto tiempo
    definido y específico.
2. Todos presuponen o afirman que el período en cuestión no está
    muy distante.
3. El límite más allá del cual no es permisible ir para establecer el
    período llamado "los últimos tiempos" está indicado en las Escrituras
    del Nuevo Testamento, o sea, la duración de la vida de la generación
    que rechazó a Cristo.
4. Esto nos trae al período de la destrucción de Jerusalén, como el que
    marca "el fin del siglo", "el día del Señor", "el fin". Es decir, la
    venida del Señor, o la parusía.
DESCRIPCIÓN DE LA APOSTASÍA

Habiendo puesto juntos en un solo cuadro los pasajes que hablan del período de la apostasía, es apropiado seguir un método similar con respecto a los pasajes que describen las características y la naturaleza de la apostasía misma. Esta fatal defección arroja su sombra oscura sobre todo el campo de la historia del Nuevo Testamento, desde el discurso profético de nuestro Señor en el Monte de los Olivos, y aún antes, hasta el Apocalipsis de Juan. Es instructivo observar cómo, al aproximarse el tiempo de su desarrollo y su manifestación, la sombra se vuelve más y más oscura, hasta que alcanza las más profundas tinieblas en la revelación del anticristo.

SINOPSIS DE LOS PASAJES RELATIVOS A
LA APOSTASÍA EN LOS POSTREROS TIEMPOS

1. La apostasía, predicha por nuestro Señor
Falsos profetas Mateo 7:15 "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces".
Ídem Mateo 7:22 "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre?", etc.
Falsos Cristos Mateo 24:5 "Vendrán muchos en mi nombre, y a muchos engañarán".
Falsos profetas Mateo 24:11 "Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos".
Falsos Cristos y falsos profetas Mateo 24:24 "Se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios".
Apostasía general Mateo 24:10 "Muchos tropezarán, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán".

Mateo 24:12 "Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará".

 
2. La apostasía, predicha por Pablo
Falsos maestros Hechos 20:29,30 "Yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras de sí a los discípulos".
La apostasía 2 Tesa. 2:3 "No vendrá sin que antes venga la apostasía".
Falsos apóstoles 2 Cor. 11:13,14 "Éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz".
Falsos maestros Gál. 1:7 "Hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo".
Falsos hermanos Gál. 2:4 "Falsos hermanos introducidos a escondidas".
Engañadores y cismáticos Rom. 16:17,18 "Fijaos en los que causan divisiones y tropiezos contra la doctrina que habéis aprendido, y apartaos de ellos. Tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos". 
Falsos maestros Col. 2:8 "Mirad que nadie os engañe con filosofías y huecas sutilezas". 
Ídem Col. 2:18 "Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles". 
Maestros judaizantes Fil. 3:2 "Guardaos de los perros; guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo". 
Enemigos de la cruz Fil. 3:18 "Por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces ... que son enemigos de la cruz de Cristo". 
Sensualistas Fil. 3:19 "El fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre".
Falsos maestros 1 Tim. 1:3,4 "Manda a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables". 
Judaizantes 1 Tim. 1:6,7 "Algunos se apartaron y se desviaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley", etc. 
Apóstatas 1 Tim. 1:19 "Algunos desecharon y no mantuvieron la fe y y buena conciencia, y naufragaron". 
Mentirosos e hipócritas 1 Tim. 4:1,2 "Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que tienen cauterizada la conciencia". 
Falsos maestros 1 Tim. 4:3 "Prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó..."
Ídem 1 Tim. 6:20,21 "Evita las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe". 
Ídem 2 Tim 2:16-18 "Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos". 
Inmoralidad de la apostasía 2 Tim. 3:1-6, 8 "También debes saber esto; que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella ... Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados", etc. "Hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe". 
Falsos maestros 2 Tim. 3:13 "Los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados".
Ídem. 2 Tim. 4:3,4 "Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas". 
Maestros judaizantes Tito 1:10 "Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión".
Ídem Tito 1:14 "No atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad". 
Inmorales Tito 1:16 "Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra". 

 
3. La apostasía, predicha por Pedro
Falsos maestros 2 Ped. 2:1 "Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina". 
Inmoralidad de la apostasía 2 Ped. 2:10,13,14 "Aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores ... Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores", etc. 
Burladores 2 Ped. 3:3 "Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias". 

 
4. La apostasía, predicha por Judas
Falsos maestros Judas Véase 2 Ped. Ped. 2.

 
5. La apostasía, predicha por Juan
El anticristo, los apóstatas 1 Juan 2:18,19 "Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros". 
El anticristo 1 Juan 2:22 "¿Quién es el mentiroso, sino el que niga que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo".
Falsos maestros 1 Jun 2:26 "Os he escrito esto sobre los que os engañan".
Falsos profetas 1 Juan 4:1 "Muchos falsos profetas han salido por el mundo".
El anticristo 1 Juan 4:3 "Todo espíritu que confiesa que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo". 
Los engañadores y el anticristo 2 Juan, ver. 7 "Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo". 

CONCLUSIONES RELATIVAS A LA APOSTASÍA

Por una consideración y una comparación de estos pasajes, se echa de ver que:

1. Todos se refieren a la misma gran defección de la fe, designada por
    Pablo como "la apostasía".
2. Esta apostasía sería general y extendida.
3. Estaría marcada por una extremada depravación moral,
    particularmente por pecados de la carne.
4. Estaría acompañada por pretensiones de poder milagroso.
5. Sería mayormente, si no principalmente, judía en su natualeza.
6. Rechazaría la encarnación y la divinidad del Señor Jesucristo; es
    decir, sería el anticristo predicho.
7. Alcanzaría su pleno desarrollo en los "postreros tiempos", y sería la
    precursora de la parusía.
Habiendo así echado un vistazo general a la doctrina del Nuevo Testamento concerniente a la apostasía, sólo queda tomar nota de algunas objeciones que se puedan hacer a las conclusiones que anteceden.

1. Puede preguntarse: ¿Qué evidencia tenemos de que tales errores y herejías prevalecían en los tiempos apostólicos? La respuesta es: El Nuevo Testamento mismo proporciona la prueba. Los males que descritos por Pablo como futuros están representados por Pedro y por Juan como presentes en la actualidad. Las características de la apostasía como las presenta uno son precisamente las descritas por los otros. El ascetismo y la inmoralidad son conspicuos en los bosquejos proféticos que Pablo hace de la apostasía, y encontramos las mismas características en las descripciones históricas que hacen Pedro y Juan.

2. Puede objetarse que el período llamado "los postreros tiempos", o "los últimos días", no se describe estrictamente y puede, por lo que sabemos, ser todavía futuro.

Pero, en primer lugar, los mandatos que Pablo da a Timoteo implican claramente que no era un mal distante, sino presente, o en todo caso inminente, del cual él hablaba. Es manifiesto que los síntomas de la apostasía ya habían comenzado a mostrarse, y que todo el tenor de la exhortación del apóstol implica que los males especificados serían observados por Timoteo (1 Tim. 6:20,21).

Nada puede ser más seguro que los apóstoles consideraban que ellos vivían en "los postreros tiempos". En la secuela, tendremos ocasión de ver esto claramente demostrado. Mientras tanto, puede observarse que todos los pasajes dispuestos bajo el encabezado "Los Postreros Tiempos" en nuestra tabla escatológica se refieren a la misma gran crisis. Era "el fin de las edades" [sunteleiatouaivnoz], de lo cual nuestro Señor hablaba tan a menudo. La apostasía era la predicha precursora del fin.

TIMOTEO Y LA PARUSÍA

1 Tim. 6:14,15. "[Te encargo] que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará", etc.
Esto implica que Timoteo podría esperar vivir hasta que aquel suceso tuviese lugar. El apóstol no dice: "Guarda este mandamiento entre tanto que vivas", ni "Guárdalo hasta tu muerte", sino "hasta la aparición de Jesucristo". Estas expresiones no son en modo alguno equivalentes. La "aparición" [epifaneia] es idéntica a la parusía, un suceso que Pablo y Timoteo creían por igual que estaba cerca.

La nota de Alford sobre este versículo es eminentemente insatisfactoria. Después de citar la observación de Bengel de que "los fieles en la era apostólica estaban acostumbrados a esperar el día de Cristo como aproximándose; mientras que nosotros estamos acostumbrados a esperar el día de la muerte de la misma manera", continúa diciendo:

"Podemos decir con justicia que, cualquier impresión traicionada por las palabras de que la venida del Señor ocurriría durante la vida de Timoteo, queda depurada y corregida por la expresión kairoizidioiz [su propio tiempo] del versículo siguiente".
¡En otras palabras, la errónea opinión de una oración es corregida por la cautelosa vaguedad de la siguiente! ¿Es posible aceptar tal declaración? ¿Hay algo en kairoizidioiz que justifique tal comentario? ¿O es tal estimación del lenguaje del apóstol compatible con una creencia en su inspiración? No fue ninguna "impresión" lo que el apóstol "traicionó", sino una convicción y una certeza fundadas en las expresas promesas de Cristo y las revelacions de su Espíritu.

No menos digna de excepción es la reflexión con que concluye:

"Por pasajes como éste vemos que la era apostólica sostenía lo que debería ser la actitud de todas las épocas, una constante expectación por el regreso del Señor".
Pero, si esta expectación no era más que una falsa impresión, ¿no es la actitud de ellos más bien una advertencia que un ejemplo? Ahora vemos (suponiendo que la parusía nunca tuvo lugar) que ellos acariciaban una vana esperanza y vivían en la creencia de un engaño. Y si estaban equivocados en ésta, la más confiada y acariciada de sus convicciones, ¿cómo podemos confiar en sus otras opiniones? Considerar a todos los apóstoles y cristianos primitivos como envueltos en un egregio engaño sobre un tema que ocupaba un lugar prominente en su fe y en su esperanza es asestar un golpe fatal a la inspiración y la autoridad del Nuevo Testamento. Cuando Pablo declaró, una y otra vez: "El Señor está cerca", no expresaba su opinión privada, sino que hablaba con autoridad como órgano del Espíritu Santo. Las observaciones de Alford pueden ser refutadas mejor con las palabras de su propio contrarreplicador al Profesor Jowett:
"¿Escribía o no escribía el apóstol bajo el poder de un espíritu mayor que el suyo propio? ¿Nos habla Dios o no nos habla en la Biblia en algún sentido o no? Si es verdad, de todos los pasajes es en éstos, que tratan con tanta confianza del futuro, en los que debemos reconocer la voz de Dios; si no tenemos a Dios en estos pasajes, entonces, ¿dónde debemos escuchar todo esto?"
Encontramos el mismo tono de disculpa en las observaciones del Dr. Ellicott sobre este pasaje:
"Puede admitirse, quizás, que los escritores sagrados han usado un lenguaje en referencia al regreso del Señor que parece mostrar que los anhelos de esperanza casi se habían convertido en convicciones de fe".
Sería extraño que las afirmaciones más claras, más fuertes, y más a menudo repetidas de la fe y la esperanza de Pablo produjeran en la mente de un lector una impresión tan débil de sus convicciones como ésta. Pero no hay titubeos en la declaración del apóstol; no es incertidumbre lo que él pronuncia; es con tono firme y confiado que exclama gozoso: "El Señor está cerca". No expresa sus propias conjeturas, ni su propia esperanza, ni sus propios anhelos, sino que transmite el mensaje que se le confió, y, como fiel testigo de Cristo, proclama por todas partes la pronta venida del Señor.

LA APOSTASÍA MANIFESTÁNDOSE YA

1 Tim. 6:20,21. "Oh, Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsa llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe".
Es importante notar que, a partir de varios indicios en esta epístola, se ve que la defección de la fe que habría de caracterizar a los postreros días ya se había instalado. Pablo advierte a Timoteo contra los "falsos maestros" con sus "fábulas y genealogías interminables". Le advierte contra "los que naufragaron en cuanto a la fe", "los que deliran acerca de cuestiones y contiendas de palabras -- hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad". Evidentemente, estos "lobos con piel de oveja" ya estaban devorando el rebaño. Por lo tanto, ubicar la apostasía en una era post-apostólica es pasar por alto la obvia enseñanza de la epístola. Era un mal presente, no distante, lo que el apóstol desaprobaba: la peste había comenzado en el campamento.

LA PARUSÍA EN LA SEGUNDA EPÍSTOLA A TIMOTEO
"AQUEL DÍA" - ES DECIR, LA PARUSÍA, ESPERADA

2 Tim. 1:12. "Es poderoso para guardar mi depósito para aquel día".
2 Tim. 1:18. "Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día".
2 Tim. 4:8. "La corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día".
En todos estos pasajes, la alusión es al "día del Señor", el día por excelencia; el día de su aparición; la parusía.

Todo el tenor de estos pasajes indica que Pablo consideraba "aquel día" como muy cercano en ese momento. En espera de él, prorrumpe en júbilo triunfante, como si estuviese a punto de recibir la corona de victoria: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida". ¡Cuán evidentemente son esperados, como muy cercanos, todos estos sucesos: su propia partida, su corona, "aquel día", y la aparición del Señor! ¿Diremos que su espera era demasiado optimista? ¿Que el día todavía no ha llegado? ¿Que su corona todavía está guardada? ¿Que Onesíforo todavía no ha alcanzado misericordia? Esta suposición es increíble.

LA APOSTASÍA DE LOS "POSTREROS DÍAS", INMINENTE

2 Tim. 3:1-8. "También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. Éstas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe".
Evidentemente, "los postreros días" de este pasaje son idénticos a "los postreros tiempos" de 1 Tim. 4:1. Esto es tan obvio que no necesita ninguna prueba. El intento de distinguir entre los "postreros" tiempos de un pasaje y el otro, que Bengel parece sancionar, es, pues, inútil. Es apenas necesario añadir que "los postreros días" eran los días del propio apóstol, el tiempo que era presente entonces. Él está hablando, no de un futuro distante, sino de un tiempo que ya comenzaba; porque es claro que él traza el cuadro de los caracteres descritos de la vida. Las indicaciones de la apostasía venidera ya eran evidentes. "De éstos son los que", etc. (vers. 6). Se supone que Timoteo se encontraría con aquellos tiempos, y con aquellos hombres malvados de los cuales le exhorta a alejarse. La siguiente nota de Conybeare y Howson se acerca mucho a la verdad, aunque no llega a la verdad total:
"Esta frase (escataizhmeraiz), usada sin el artículo, habiendo llegado a convertirse en  una expresión familiar, denota por lo general la terminación de la dispensación mosaica. (Véase Hechos 2:17; 1 Ped. 1:5,20; Heb. 1:2). Por esta razón, la expresión generalmente denota (en la era apostólica) el tiempo presente; pero aquí apunta a un futuro inmediatamente cercano que está, sin embargo, fundido con el presente (véase ver. 6,8), y era, de hecho, el fin de la era apostólica. (Compárese con 1 Juan 2:18: "Este es el último tiempo". La larga duración de este último período del desarrollo mundial no les fue revelada a los apóstoles; ellos esperaban que el regreso de su Señor le pondría fin en su propia generación; y así se cumplieron las palabras de Jesús, de que nadie sabría el tiempo de su venida".
Esta explicación final es la que no puede admitir nadie que crea que los apóstoles hablaron  y escribieron por el poder del Espíritu Santo; y, a pesar de la opinión casi unánime de sus críticos de que seguramente estaban errados, nosotros estamos con los apóstoles antes que con sus críticos.

El comentario de Alford sobre este pasaje se contradice dolorosamente, y muestra a qué cambios quedan reducidos los eruditos para salvar el crédito de los apóstoles cuando no pueden creer sus sencillas declaraciones. Dicen:

"Mayormente, el apóstol escribió y habló de ella (la venida del Señor) como que tendría lugar pronto, no sin muchas y suficientes señales, sin embargo, proporcionadas por el Espíritu, de un intervalo, no corto, que transcurriría primero".
Pero, ¿cómo ocurriría prontoun suceso, y sin embargo, ocurriría primero un período largo? O, ¿debemos suponer que el Espíritu Santo enseñó una cosa mientras los apóstoles escribían y hablaban otra? Si ellos dijeron lo que dijeron con respecto a la cercanía de la parusía cuando en realidad no tenían ningún conocimiento ni ninguna revelación sobre el tema, claramente excedieron su comisión, y cometieron lo que la Palabra de Dios declara como uno de los pecados más presuntuosos -- añadieron a las palabras de la profecía que tenían la comisión de transmitir. Rechazamos la explicación en su totalidad. No sólo no es una explicación no natural, sino completamente inconsistente con cualquier teoría de inspiración de la palabra de Dios.

El pasaje que tenemos delante es sumamente importante para delinear el carácter de "la apostasía". La temida aparición ya había comenzado a revelarse, y es evidente que el apóstol la describe por haberla observado en realidad. Figelo y Hermógenes, que abandonaron al apóstol; Himeneo y Fileto, con su palabrería profana y vana; los serviles engañadores, que convertían en prosélitas a las mujeres débiles de mente; los hombres de mentes corruptas, réprobos en cuanto a la fe, que resistían a la verdad; éstos eran la vanguardia del ejército de langostas de "erroristas" y apóstatas que venían a cubrir y a devastar el hermoso rostro del cristianismo primitivo. Su aparición indicaba que "los postreros tiempos" habían llegado, y que la parusía estaba cerca. Podemos suponer, a primera vista, que el horrible catálogo de réprobos contenido en los primeros versículos del capítulo 3 describe la corrupción general de la sociedad fuera de la iglesia cristiana, pero es demasiado evidente que el apóstol está aludiendo a hombres que una vez profesaron la fe de Cristo. Tenían una "forma de piedad", pero "su fe había naufragado", eran verdaderos "apóstatas".

Que esta "apostasía" de la verdad ya se había instalado, es evidente por las reiteradas exhortaciones y advertencias que el apóstol dirige a Timoteo. ¿Por qué hablaría con tan apasionada vehemencia si el mal no haría su aparición antes de veinte o cuarenta siglos? Es absurdo decir que Pablo escribía para beneficio de futuras edades. Él era verdaderamente un hombre que vivía en su propio tiempo, y escribía a un hombre de su propio tiempo con relación a cuestiones de interés actual y personal para ambos, como cualquiera de nosotros que ahora vertiéramos nuestros pensamientos en una carta para un amigo ausente. Hay una total irrealidad en cualquier otro punto de vista sobre las epístolas apostólicas. Es imposible leerlas sin sentir los latidos del corazón en cada línea; todo es vívido, intenso, vivo. No es un peligro distante, visto a través de la bruma de los siglos, sino un peligro que es instantáneo y urgente: el enemigo está a las puertas, y el veterano guerrero, a punto de hundirse en el campo de batalla, alienta al joven soldado a ser fiel y a resistir hasta el fin.

LA ESPERA DEL FIN QUE SE APROXIMA

2 Tim. 4:1,2. "Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina".
Encontramos asociados juntos en este pasaje, como sucesos contemporáneos, a la parusía, el juicio, y el reino de Cristo. Todos ellos están conectados y relacionados en su naturaleza y en el tiempo de su ocurrencia. Encontramos la misma disposición de sucesos en Mat. 25:31. "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones", etc.

Se afirma claramente la cercanía de esta consumación. No es, como dice nuestra Versión Autorizada [en inglés], "que juzgará", sino "que está a punto de juzgar" [toumellontozkrinein]. Una afirmación como ésta podría ser suficiente para zanjar la cuestión tanto en cuanto al hecho como en cuanto a la creencia del apóstol en el hecho, de que el tiempo de la parusía estaba cerca. Pero, en lugar de una sola afirmación, tenemos el tenor uniforme y constante de la doctrina sobre el tema en el Nuevo Testamento entero. Los que dicen que los apóstoles estaban errados sobre este punto deben tener una "facultad verificadora" para distinguir entre los  pronunciamientos inspirados de ellos y los que no lo eran. Si Pablo fue inspirado para escribir krinein, ¿no estaba igualmente inspirado para escribir mellontoz?

La inminencia de la parusía explica el fervor con el cual el apóstol insta a Timoteo a hacer todos los esfuerzos para desempeñar los deberes de su posición. "Predica la palabra; insta a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina". Estos mandatos se emplean a veces para establecer la normal intensidad y urgencia con que la función pastoral debería desempeñarse (y nosotros no condenamos la aplicación); pero es claro que Pablo no está hablando de tiempos y esfuerzos ordinarios. Es la agonía de una crisis tremenda; el tiempo es corto; es ahora o nunca; victoria o muerte. Éstas no son frases comunes sobre el diligente desempeño del deber, sino la alarma del centinela que ve el enemigo a las puertas, y hace sonar la trompeta para avisar a la ciudad.

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Contenido | Prefacio | Introducción | 1-1 | 1-2 | 1- 3 | 1- 4 | 1- 5 | 1-6 |1-7 | Apéndice1 |

2-8 | 2-9 | 2-10 | 2-11 | 2-12 | 2-13 | 2-14 | 2-15 | 2-16 | 2-17 | 2-18|2-19|2-20|2-21|2-22|2-23|
Apéndice 2|3-24|
3-25|3-26|3-27|3-28|3-29|3-30|3-31|Conclusión|Apéndice 3|

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