CONVERSACIONES CON DIOS
LIBRO 2
CAPÍTULO 11
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Prometiste que, en el Libro 2, entrarías en mayores problemas geopolíticos a los cuales se enfrenta
el planeta (a diferencia de los problemas básicamente personales comentados en el Libro 1, ¡pero no creí que entrarías en
este debate!
Es tiempo de que el mundo
deje de engañarse a sí mismo, de que despierte, que se dé
cuenta de que el único problema de la humanidad es la falta de
amor. El amor
engendra tolerancia; la tolerancia engendra la paz. La
intolerancia produce guerra y mira con indiferencia
condiciones intolerables.
El amor no puede ser indiferente. No sabe cómo.
La manera más rápida de
llegar a una posición de amor y preocupación por toda la
humanidad es ver a la humanidad como tu familia. La manera más
rápida de ver a la humanidad como tu familia es que dejes de
separarte. Cada una de las naciones estado que ahora componen
tu mundo debe unirse.
Tenemos las Naciones Unidas.
Que carece de poder y
autoridad. Para que esa organización funcione, tendría que ser
reestructurada completamente. No imposible, pero difícil y
voluminoso.
Bien. ¿Qué propones?
No tengo ninguna
"propuesta". Sólo ofrezco observaciones. En este diálogo, tú
me dices cuáles son tus opciones y yo ofrezco observaciones
sobre maneras de manifestar eso. ¿Qué eliges con relación a
las relaciones actuales entre el pueblo y las naciones de tu planeta?
Usaré tus palabras. Si
por mí fuera, yo elegiría para nosotros "llegar a una posición de amor y preocupación
por toda la humanidad".
Dada esa elección, observo que lo que funcionaría sería la
formación de una nueva comunidad política, en que cada
estado nación tendría igual derecho de voz en los asuntos
mundiales, y una parte proporcionalmente igual de los
recursos del mundo.
Nunca funcionará. "Los que tienen" nunca entregarían su
soberanía, su riqueza, y sus recursos a "los que no tienen". Y argumentativamente, ¿por qué deberían hacerlo?
Porque es en su mejor
interés.
Ellos no ven eso - y yo no estoy seguro de
que lo veo.
Si pudieras añadir miles
de millones cada año a la economía de tu país - dólares que
podrían ser usados para alimentar a los hambrientos, vestir a
los necesitados, dar alojamiento a los pobres, ofrecer
seguridad a los ancianos, proporcionar mejor salud, y producir
un digno estándar de vida para todos - ¿no sería en el mejor
interés de tu país?
Bueno, en los Estados Unidos, algunos argumentarían
que eso ayudaría a los pobres a expensas de los ricos y los
contribuyentes de clase media. Mientras tanto, el país
continúa yéndose al infierno, el crimen asuela el país, la
inflación le roba a la gente los ahorros de toda la vida, el
desempleo se dispara, el gobierno crece y engorda, y en las
escuelas regalan condones.
Suenas como un programa
de entrevistas por radio.
Bueno, éstas son las
preocupaciones de los norteamericanos.
Entonces son miopes. ¿No
ves que si millares de millones cada año - esos son millones
por mes, cientos y cientos de millares por semana,
indescriptibles cantidades todos los días - pudieran ser
reinyectados en tu sistema ... que si pudieras usar estos
dineros para alimentar a los hambrientos, vestir a los
necesitados, dar alojamiento a los pobres, llevar seguridad a
los ancianos y proveer cuidados de salud y dignidad para todos
... las causas del crimen desaparecerían para siempre? ¿No ves
que nuevos empleos se multiplicarían como hongos a medida que
los dólares fueran devueltos a la economía? ¿Que tu propio
gobierno hasta podría reducirse porque tendría menos que hacer?
Supongo que algo de eso podría tener lugar - ¡no
puedo imaginarme al gobierno reduciéndose de tamaño jamás! -
pero ¿exactamente de dónde saldrían esos millones y millares
de millones? ¿De los impuestos establecidos por tu nuevo
gobierno mundial? ¿Quitándoles más a los que han "trabajado
para conseguirlo" para dárselo a los que no pueden
"sostenerse en sus dos pies" e ir a buscarlo?
¿Es así como lo concibes?
No, pero es así como mucha gente lo ve, y yo quería
presentar honestamente su punto de vista.
Bueno, me gustaría hablar
acerca de esto último. Ahora mismo, no quiero desviarme del
camino. Pero quiero regresar a ese tema más tarde.
Magnífico.
Pero preguntaste de dónde
saldrían estos nuevos dólares. Bueno, no tendrían que salir de
ningunos nuevos impuestos establecidos por la nueva comunidad
mundial (aunque los miembros de la nueva comunidad -
ciudadanos individuales - querrían, bajo una gobernanza
iluminada, enviar el 10 por ciento de sus ingresos para
proveer a las necesidades de la sociedad en general). Ni
vendrían los nuevos dólares de los nuevos impuestos
establecidos por ningún gobierno local. De hecho, algunos
gobiernos locales
ciertamente podrían reducir impuestos.
Todo esto - todos estos
beneficios - resultarían de la simple restructuración de tu
visión mundial, el simple reordenamiento de la configuración
política mundial.
¿Cómo?
El dinero que ustedes
ahorran de la no fabricación de sistemas de defensa y armas de ataque.
¡Oh, ya entiendo! ¡Quieres que cerremos el
establecimiento militar!
No sólo tú. Todos en el mundo.
Pero no clausuren los
establecimientos militares. Simplemente redúzcanlos,
drásticamente. El orden interno sería su única necesidad.
Podrían reforzar la policía local - algo que ustedes dicen que
quieren hacer, pero afirman que no pueden hacerlo cada año en
la época de calcular el presupuesto - mientras al mismo tiempo
reducen dramáticamente sus gastos en armas de guerra y
preparativos para la guerra; es decir, armas ofensivas y
defensivas de destrucción masiva.
Primero, creo que tus cifras exageran cuánto podría
ahorrarse haciendo eso. No creo que alguna vez convenzas a
nadie de que deberían abandonar su capacidad para defenderse
a sí mismos.
Examinemos los números.
En la actualidad (es el 25 de marzo de 1994, mientras
escribimos esto), los gobiernos del mundo gastan
aproximadamente dos mil quinientos millares de millones cada
año para propósitos militares. Eso es un millón de dólares por
minuto en todo
el mundo.
Los países que están
gastando más podrían redirigir la mayor parte a las otras
prioridades mencionadas. Así que las naciones más grandes y
más ricas verían en sus mejores intereses hacerlo - si
creyeran que es posible. Pero las naciones más grandes y más
ricas no pueden imaginarse quedar indefensas, pues temen la
agresión y el ataque de las naciones que las envidian y
quieren lo que ellas tienen.
Hay dos maneras de
eliminar esta amenaza.
1. Compartir lo
suficiente de la riqueza y los recursos totales del mundo con
toda la población del mundo, de modo que nadie quiera ni
necesite lo que alguien más tiene, y todos puedan vivir con
dignidad y apartados del temor.
2. Crear un sistema para
resolver las diferencias, lo cual elimina la necesidad - y
hasta la posibilidad - de la guerra.
La población mundial
probablemente nunca haría esto.
Ya lo han hecho.
¿Ya lo han hecho?
Sí. Hay un gran
experimento andando en tu mundo, precisamente en este tipo de
orden político. Ese experimento se llama Estados Unidos de
Norteamérica.
Del cual dijiste que estaba fracasando
miserablemente.
Lo está. Le queda una
gran distancia por recorrer antes de que pueda llamarse un
éxito. (Como lo prometí anteriormente, hablaré de esto - y las
actitudes que ahora lo están impidiendo - más tarde). Aun así,
es el mejor experimento en progreso.
Como decía
Winston Churchill: "La democracia es el peor sistema,
exceptuando a todos los demás". Tu nación fue la primera en
lograr unir una confederación suelta de estados individuales
en un grupo coherente, sometiéndose cada uno de ellos a una autoridad central. En
ese tiempo, ninguno de los estados quería hacer esto, y cada
uno de ellos se
resistió
fuertemente, temiendo perder su grandeza individual y diciendo que tal
unión no serviría sus mejores intereses.
Puede ser instructivo
entender precisamente qué sucedía con estos estados
individuales en ese tiempo.
Aunque estaban
unidos en una confederación suelta, no existía un verdadero
gobierno de los Estados Unidos, y por eso no había ninguna
autoridad para hacer cumplir los Artículos de la Confederación
que los estados habían acordado.
Los estados manejaban sus
propias relaciones exteriores, celebrando varios de ellos
acuerdos privados sobre comercio y otros asuntos con Francia,
España, y otros países. Los estados también comerciaban entre
ellos y, aunque sus Artículos de la Confederación lo prohibía,
algunos añadían aranceles a la mercadería despachada desde
otros estados - ¡tal como lo hacían con la mercancía desde el
otro lado del océano! Los comerciantes no tenían más remedio
que pagar en el puerto si querían comprar o vender sus
mercaderías, no habiendo ninguna autoridad central - aunque
había un acuerdo escrito que prohibía este impuesto.
También, los estados
individuales combatían entre ellos. Cada estado consideraba su
milicia como un ejército permanente. Nueve estados tenían sus
propias armadas, y "no me pises" podría haber sido el lema
oficial de cada uno de los estados de la Confederación.
Más de la mitad de
los estados hasta imprimían sus propias monedas. (¡Aunque la
Confederación había estado de acuerdo en que hacerlo también sería ilegal!).
Para abreviar, tus
estados originales, aunque unidos bajo los Artículos de la
Confederación, actuaban exactamente como lo hacen actualmente
las naciones independientes.
Aunque podían ver
que los acuerdos de su Confederación (como concederle al
Congreso la sola autoridad para acuñar dinero) no estaban
funcionando, se resistían firmemente a crear y someterse a una
autoridad central que pudiera hacer cumplir estos acuerdos y
darles algunos dientes.
Pero, con el tiempo,
algunos líderes progresistas comenzaron a prevalecer.
Convencieron al
pueblo común de que ganarían más creando una Federación como
ésa de lo que jamás perderían.
Los comerciantes
ahorrarían dinero y aumentarían sus ganancias porque los
estados individuales ya no podrían exigir impuestos a las
mercaderías los
unos de los otros.
Los gobiernos ahorrarían
dinero y tendrían más para poner en programas y servicios que
realmente ayudarían a la gente, porque los recursos no
tendrían que ser usados para protegerse los estados individuales los unos de
los otros.
La gente tendría
mayor seguridad y protección, y prosperidad también,
cooperando los unos con los otros, que si combatieran los unos
contra los otros.
Lejos de perder su
grandeza, cada estado podría ser aun más grande.
Y, por supuesto, eso es
exactamente lo que ha sucedido.
Lo mismo podría
hacerse que ocurra con los 160 naciones estados en el mundo
actualmente si se unieran para formar una Federación Unida. Podría
ser el fin de las guerras.
¿Cómo así? Todavía habría desacuerdos.
Eso es verdad, mientras
los seres humanos continúen apegados a las cosas externas. Hay
una manera de eliminar la guerra realmente - y toda
experiencia de inquietud y falta de paz - pero esa es una
solución espiritual. Aquí estamos explorando una solución
geopolítica.
En realidad,el
truco es combinar las dos. La verdad espiritual debe ser
vivida en la vida práctica para cambiar la experiencia diaria.
Hasta que ocurra
este cambio, todavía habría desacuerdos. Tienes razón. Pero no
es necesario que haya guerras. No es necesario que haya
matanzas.
¿Hay guerra entre
California y Oregon por los derechos del agua? ¿Entre Maryland
y Virginia por la pesca? ¿Entre Wisconsin e Illinois, Ohio y
Massachusetts?
No.
¿Y por qué no? ¿No han
surgido entre ellos varias disputas y diferencias?
Con el paso de los años, supongo que sí.
Puedes apostar a que sí.
Pero estos estados individuales han accedido voluntariamente -
era un acuerdo sencillo, voluntario - a acatar ciertas
leyes y ciertos compromisos sobre cuestiones que les eran
comunes, mientras conservaban el derecho a aprobar estatutos
separados sobre asuntos relacionados con cada uno individualmente.
Y cuando surgen disputas
entre estados debido a diferentes interpretaciones de las
leyes federales - o porque alguien simplemente violó esas
leyes - la cuestión es llevada a un tribunal ... al que se le ha concedido
autoridad (por parte de los estados) para resolver la disputa.
Y si el actual cuerpo de
leyes no proporciona un precedente o un medio por el cual el
asunto puede ser llevado por los tribunales a una resolución
satisfactoria, los estados y el pueblo en ellos envían sus
representantes a un gobierno central para tratar de crear un
acuerdo sobre nuevas leyes que puedan producir una
circunstancia satisfactoria - por lo menos un razonable
término medio.
Así es como funciona
vuestra federación. Un sistema de leyes, un sistema de
tribunales autorizado por ustedes para interpretar esas leyes,
y un sistema de justicia - respaldado por el poder de las armas, si es
necesario - para hacer cumplir las decisiones de esos
tribunales.
Aunque nadie podría
argumentar que el sistema no necesita ser mejorado, ¡esta mezcla política ha funcionado durante
más de 200 años!
No hay ninguna
razón para dudar de que la misma receta funcione también entre
las naciones estados.
Si esto es tan sencillo, ¿por qué no ha sido
intentado?
Lo ha sido. La Liga de
Naciones fue un intento inicial. Las Naciones Unidos es el más reciente.
Pero uno fracasó y
el otro ha sido efectivo sólo mínimamente porque - como los 13
estados de la Confederación original de América, las naciones
que son estados miembros (particularmente los más poderosos)
temen perder más de lo que ganan con la reconfiguración.
Eso es porque a "los del
poder" les preocupa más mantenerse en su poder que mejorar la
calidad de vida de todo el pueblo. "Los que tienen" saben que
una tal Federación Mundial inevitablemente produciría más para
"los que no tienen" - pero "los que tienen" creen que esto
ocurriría a sus expensas ... y no están renunciando a nada.
¿No está justificado su temor? ¿Y es
irrazonable querer aferrarse a lo que uno ha luchado tanto
tiempo para conseguirlo?
Primero, no es
necesariamente cierto que, para dar más a los que ahora tienen
hambre y sed y viven sin refugio, otros tengan que renunciar a su
abundancia.
Como he señalado,
todo lo que ustedes tendrían que hacer es tomar los
$1,000,000,000,000 por año que se gastan anualmente en el
mundo entero para propósitos militares y cambiarlos para
propósitos humanitarios, y habrán resuelto el problema sin
gastar ni un centavo adicional ni cambiar nada de la riqueza de donde ahora
reside a donde no está.
(Por supuesto, podría
argumentarse que esos conglomerados internacionales cuyas
ganancias proceden de la guerra y las herramientas para la
guerra serían los "perdedores" - como también lo serían sus
empleados y todos aquellos cuya abundancia se deriva de la
conciencia conflictiva del mundo - pero cuya fuente de la
abundancia está quizás fuera de lugar. Si uno tiene que
depender de que el mundo viva en conflicto para uno
sobrevivir, quizás esta dependencia explique por qué tu mundo resiste cualquier
intento de crear una estructura para una paz duradera).
En cuanto a la segunda
parte de tu pregunta, querer aferrarse a lo que uno ha luchado
tanto para conseguirlo como individuo o como nación, no es
irrazonable, si uno viene de una conciencia del Mundo Exterior.
¿Una qué?
Si tú derivas la mayor
felicidad de tu vida de experiencias que sólo se pueden
obtener en el Mundo Exterior - el mundo físico fuera de ti
mismo - nunca querrías renunciar ni a una onza de todo lo que
has acumulado, como persona y como nación, para ser feliz.
Y mientras los
que "no tienen" ven su infelicidad atada a la carencia de
cosas materiales, ellos también quedarán cogidos en la trampa.
Constantemente, querrán lo que tú tienes y tú rehusarás constantemente
compartirlo.
Por eso te dije antes que
hay una manera de eliminar la guerra realmente - y toda
experiencia de inquietud y falta de paz. Pero esta es una
solución espiritual.
En definitiva,
todo problema geopolítico, así como todo problema personal,
termina siendo un problema espiritual. Toda vida es espiritual
y, por lo tanto, todos los problemas de la vida tienen una
base espiritual y una solución espiritual. Las guerras se crean en tu
planeta porque alguien tiene algo que alguien más quiere. Esto
es lo que hace que alguien haga algo que alguien más no quiere
que éste haga.
Todo conflicto surge de
un deseo fuera de lugar.
La única paz en el
mundo que se sostiene es la paz interior.
Que cada persona
halle la paz interna. Cuando encuentras la paz interna,
también descubres que puedes pasarte sin ella. Esto significa
simplemente que ya no necesitas las cosas del mundo exterior.
"No necesitar" es una gran libertad. Primero, te liberas del
temor; temor de que haya algo que no tendrás; temor de que
haya algo que perderás; y temor de que, sin cierta cosa, no
serás feliz.
Segundo, "no necesitar"
te libera de la ira. La ira es temor anunciado. Cuando no
tienes nada que temer, no tienes nada por lo cual estar
airado.
No estás airado
cuando no obtienes lo que deseas, porque tu deseo era
simplemente una preferencia, no una necesidad. Por
consiguiente, no tienes ningún temor asociado con la
posibilidad de no obtenerlo. Por consiguiente, no hay ira.
No estás airado
cuando ves a otros haciendo lo que no quieres que hagan,
porque no necesitas que hagan o no hagan nada particular. Por
lo tanto, no hay
ira.
No estás airado cuando
alguien es poco amable, porque no tienes ninguna necesitad de
que ellos sean amables. No tienes ira cuando alguien es poco
cariñoso, porque no necesitas que ellos te amen. No tienes ira
cuando alguien es cruel, o perjudicial, o busca hacerte daño,
porque no necesitas que ellos se comporten de ninguna otra
manera, y tienes claro que tú no puedes ser dañado.
Ni siquiera tienes
ira si alguien trata de matarte, porque no temes a la muerte.
Cuando te despojas del temor, todo lo demás puede serte
quitado y no
estarás airado.
Para sus adentros, sabes
intuitivamente que todo lo que has creado puede ser creado
nuevamente o - más importante - que no importa.
Cuando hallas la
paz interior, ni la presencia ni la ausencia de ninguna
persona, ningún lugar, ninguna cosa ni condición,
circunstancia ni situación puede ser el creador de tu estado
mental ni la causa de tu experiencia de ser.
Esto no significa
que tú rechazas todas las cosas del cuerpo. Lejos de ello.
Experimentas existiendo plenamente en tu cuerpo y las delicias
de eso, como nunca antes lo habías hecho.
Pero tu involucramiento
en las cosas del cuerpo será voluntario, no obligatorio.
Experimentarás las sensaciones del cuerpo porque decides
hacerlo, no porque se te requiere para sentirte feliz ni para
justificar la tristeza.
Si fuera aplicado
por cada persona, este cambio sencillo - buscar y hallar la
paz interior - podría poner fin a todas las guerras, eliminar
los conflictos, evitar las injusticias y traer al mundo una
paz duradera.
Ninguna otra
fórmula es necesaria, ni posible. ¡La paz mundial es una cosa
personal!
Lo que se necesita no es
un cambio de circunstancias, sino un cambio de conciencia.
¿Cómo podemos hallar la paz interior cuando tenemos
hambre? ¿Estar en un lugar de serenidad cuando tenemos sed?
¿Permanecer en calma cuando estamos empapados, tenemos frío
y no tenemos abrigo? ¿O evitar la
ira cuando nuestro seres queridos mueren sin causa?
Hablas muy poéticamente pero,
¿es práctica la poesía? ¿Tiene la poesía algo que decirle a
la madre en Etiopía que ve morir a su niño demacrado por
falta de una rebanada de pan? ¿Al hombre en América Central
que siente una bala desgarrar su cuerpo porque trató de
impedir que un ejército invadiera su aldea? ¿Y qué le dice
tu poesía a una mujer en Brooklyn que fue violada ocho veces
por una pandilla? ¿O a la familia de seis en Irlanda que fue
volada en pedazos por una bomba terrorista en una iglesia un
domingo por la mañana?
Eso es difícil de
escuchar, pero te digo esto: Hay perfección en todo. Trata de
ver la perfección. Este es el cambio de conciencia del cual yo
hablo.
No necesitar nada.
Desear todo. Elegir lo que se deja ver. Expresar tus
sensaciones, tus gritos, tus risas. Hacer honor a tu verdad.
Pero, cuando todas tus emociones hayan sido expresadas,
permanecer quieto y saber que yo soy Dios.
En otras palabras,
en medio de la mayor tragedia, ve la gloria del proceso. Aun
mientras mueres con una bala traspasándote el pecho, aun
mientras estás siendo violada por una pandilla.
Ahora bien, esto suena
como algo imposible de hacer. Pero, cuando te trasladas a la
conciencia de Dios, puedes hacerlo. Por supuesto, no tienes
que hacerlo. Depende de cómo deseas experimentar el momento.
En un momento de gran
tragedia, el desafío es siempre tranquilizar la mente y buscar
en la profundidad de tu alma. Haces esto automáticamente
cuando no tienes ningún control sobre ella.
¿Has hablado
alguna vez con una persona que iba en un auto cuando éste
accidentalmente cayó desde un puente? ¿O se ha encontrado
frente a un arma de fuego? ¿O casi se ahogó? A menudo te dirán
que el tiempo pasó más lentamente, que fueron sobrecogidos por
una curiosa calma, que no había ningún temor en absoluto.
"No temáis, pues yo estoy
con vosotros". Eso es lo que la poesía tiene que decir a la
persona que se enfrenta a la tragedia. En tu hora más oscura,
yo seré tu luz. En tu momento más negro, yo seré tu consuelo.
En tu momento más difícil y más penoso, yo seré tu
fortaleza. Por tanto, ¡ten fe! Porque yo seré tu pastor; nada
te faltará, porque yo te haré yacer en verdes pastos. Te
guiaré al lado
de tranquilas aguas.
Restauraré tu alma, y te guiaré
por caminos de justicia, por amor a mi nombre.
Aunque andes por valle de sombras de muerte, no temerás ningún
mal, porque yo estoy contigo. Mi vara y mi cayado te
confortarán.
Estoy preparando mesa en presencia de tus enemigos. Ungiré tu
cabeza con aceite. Tu copa está rebosando.
Ciertamente, la bondad y la misericordia te seguirán todos los
días de tu vida, y morarás para siempre en mi casa y en mi corazón.
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