¿QUIÉN ESCRIBIÓ LA BIBLIA?
Richard Elliot Friedman

CAPÍTULO 9 
UN ERROR GENIAL


Hasta ahora, he hablado casi exclusivamente en términos de los hechos mismos. Me refiero a la evidencia del texto y la arqueología, no de la historia de cómo hemos averiguado lo que sabemos. Decidí utilizar este enfoque porque quería que fuese una presentación de evidencias y conclusiones, no una historia de erudición. Pero ahora debo hablar acerca de un erorr que se cometió en la búsqueda de quién escribió la Biblia, porque este error dominó la investigación durante cien años. La gran mayoría de los eruditos bíblicos, yo mismo incluido, lo aceptaron. La mayoría lo acepta todavía, por lo menos en parte.

Esta es la parte más controversial de la historia porque, desde este punto en adelante, la controversia no es sólo con fundamentalistas religiosos sino totambién con investigadores críticos. Además, es necesario contar la historia de este error porque jugó un papel en llegar a lo que yo creo es la solución. Aunque parezca raro, a veces es necesario pasar por un error para llegar a un descubrimiento. O para ponerlo más en términos del respeto que siento por los grandes eruditos bíblicos del pasado: Aunque creamos que vemos más lejos que nuestros predecesores, debemos recordar que es sólo porque estamos sentados en los hombros de ellos.

Todo el tiempo, la pregunta central y más controvertida en esta búsqueda ha sido cuándo se escribió P, la fuente sacerdotal. Se ha aceptado generalmente que J y E procedían del período primitivo - los días de los dos reinos, Judá e Israel. Y se ha aceptado aun más universalmente que D procedía principalmente del período intermedio, la época de Josías. Pero hallar al escritor (¿o a los escritores?) de las leyes y las historias de P ha demostrado ser la tarea más difícil.

P es la fuente mayor, aproximadamente del tamaño de las otras tres fuentes juntas. Incluye la historia de la creación en el primer capítulo de la Biblia. Incluye la versión cósmica del relato del diluvio, la versión en que se abren las ventanas de los cielos y las fuentes del abismo para inundar el mundo. Tiene las historias de Abraham, Jacob, el éxodo, y el viaje por el desierto, la mayor parte de las cuales son dobletes de historias en J y E. (Las diferencias son extraordinarias, pero veremos más de eso más adelante). Y contiene un tremendo cuerpo de leyes, que abarca como treinta capítulos de Éxodo y Números y todo el libro de Levítico. Así que esta no es una cuestión de poca monta. Expresado simplemente, la búsqueda del escritor de la mayoría de los cinco libros de Moisés comienza con un error.

EL ERROR

Comenzó en una conferencia en Estrasburgo en 1833. El profesor Eduard Reuss les dijo a sus estudiantes que los profetas bíblicos no se refieren a la ley sacerdotal (P). Los profetas no citan a P, y ni siquiera dan la impresión de que están familiarizados con ella. Concluyó que la ley vino después de los profetas. P se escribió cuando los profetas ya no profetizaban; en otras palabras, en los días del segundo templo.

La ley vino después de los profetas. Ése fue el primer paso del error.

De hecho, Reuss temió expresar por escrito sus puntos de vista críticos en ese tiempo. Esperó cuarenta y seis años antes de publicar una larga obra sobre el tema, en 1879, pero, para entonces, uno de sus propios estudiantes ya había desarrollado y publicado la idea por su propia cuenta.

El estudiante, Karl Graf, estaba convencido de los argumentos de su maestro, y en sus propias investigaciones las desarrolló aun más. Para ese tiempo, los eruditos ya habían concluido que D procedía de la época de Josías, y Graf aceptó eso como punto de partida. Luego, escudriñó secciones de J, E, y P para ver cuáles vinieron antes de D y cuáles vinieron después. Llegó a la conclusión de que J y E fueron escritas antes que D, lo cual, como sabemos, vino a ser el punto de vista general hasta la actualidad. Pero, siguiendo a su maestro Reuss, Graf dijo que el gran cuerpo de leyes de P fue escrito después de D, tarde en el mundo bíblico, en los días del segundo templo. Graf estaba sugiriendo un panorama completamente nuevo de la historia del Israel bíblico, en el cual el detallado sistema legal y ritual y la centralidad de los sacerdotes y el templo en la vida del pueblo eran desarrollos del fin del período bíblico, no de su comienzo.

Había un problema particularmente grave con esta idea de que la persona que escrbió (o las personas que escribieron) P procedían de la comunidad post-exílica. Es verdad que era una época en que los sacerdotes estaban encargados y era un tiempo de centralización de la religión alrededor del templo. Pero la pregunta era: Si P fue escrita por alguien del tiempo de la centralidad del templo, ¿por qué no se menciona el templo ni una sola vez en P? Yahvé nunca ordena a Moisés que le diga al pueblo que construya un templo cuando lleguen al territorio. No hay ninguna ley que cuyo cumplimiento requiera la presencia de un templo. Sacerdotes, sí. Un arca, un altar, querubines, Urim y Tumim, y otros instrumentos sagrados, sí. Peor ni una sola referencia a un templo. La solución de Graf para el problema del templo faltante era crítica para su análisis. Arguyó que el templo se mencionó en P, muchas veces, pero de manera disfrazada. No se llamaba templo, sino tabernáculo.

El tabernáculo es la carpa que Moisés erige en el desierto para alojar el arca. En la fuente E se lo menciona sólo tres veces. En J y D, no se lo menciona en absoluto. Por otra parte, P lo menciona más de doscientas veces. P da información detallada sobre sus materiales, su construcción y las leyes relacionadas con él. Figura regularmente en las historias de P. En P, todas las asambleas del pueblo tienen lugar en el tabernáculo. Simplemente, el tabernáculo es esencial para P.

De acuerdo con Graf (y otros después), el tabernáculo nunca existió. Graf concluyó que el tabernáculo era una ficción, concebida por alguien que vivió en los días del segundo templo. El escritor de este segundo templo quería establecer un código de leyes que figurara en los intereses de los sacerdotes del templo de aquella época. Para dar a tales leyes un aspecto de antigüedad, y por ende autoridad, este escritor quería afirmar que ésta era la Torá que Dios había dado a Moisés en el monte Sinaí. Para abreviar, era otro caso de "fraude piadoso".

Pero esto presentaba un problema.¿Cómo podía este escritor componer una historia en que Dios da a Moisés leyes acerca de un templo cuando ningún templo fue construido en realidad sino más de doscientos años después de que Moisés había muerto? Para hacer que cualquier persona creyera que las leyes sacerdotales habían salido de la pluma de Moisés, el escritor del segundo templo tenía que inventar algún dispositivo que conectara la era de Moisés con la era de los templos. El tabernáculo era ese dispositivo.

Así, pues, según este escritor, Moisés construyó el tabernáculo y dio las leyes concernientes a él. Luego, después de la época de Moisés, el tabernáculo siguió sirviendo como el altar central del pueblo hasta que el templo se construyó como su sucesor. Luego, el arca fue transferida del tabernáculo al templo, y las leyes que requerían la presencia del tabernáculo ahora requerían la presencia de un templo en su lugar. El tabernáculo sacerdotal era, pues, una ficción legal creada por el autor postexílico (o autores) de P para sustentar el templo reconstruido y el sacerdocio reestablecido en la Jerusalén de su tiempo.

Uno de los argumentos presentados en favor de esta idea era que el tabernáculo, tal como está descrito en el libro de Éxodo (capítulo 26), era demasiado grande para que los israelitas lo hubiesen transportado realmente a través del desierto durante sus cuarenta años de peregrinación allí con Moisés. Un segundo argumento procedía de comparar las medidas del tabernáculo con las del templo. Los eruditos establecieron que, según Éxodo 26, el tabernáculo tenía treinta codos de largo y diez codos de ancho. De acuerdo con 1 Reyes 6, el templo tenía sesenta codos de largo y veinte codos de ancho. Así, pues, las dos estructuras tenían las mismas proporciones, teniendo el tabernáculo la mitad de la longitud y la mitad de la anchura del templo. Así, pues, los investigadores consideraban al tabernáculo como una miniatura ficticia del templo.

El tabernáculo era ficticio, un símbolo del segundo templo. Ese fue el segundo paso del error.

Y luego llegó Wellhausen. Lo que Freud fue para la psicología o Weber fue para la sociología, Julius Wellhausen sobresale por ser la figura dominante para la moderna erudición bíblica. Mucho de lo que Wellhausen dijo procedía de los que lo precedieron. Tomó y usó conclusiones de Graf, de De Wette y otros. Su propia contribución no constituye tanto un comienzo como una culminación. Armó todas las piezas, junto con sus propias investigaciones y sus propios argumentos, hasta formar una síntesis clara y organizada. Sus libros fueron extremadamente influyentes. En Europa e Inglaterra, gente que no había aceptado la investigación crítica acerca de quién escribió la Biblia comenzaba a ser persuadida. La reputación de Wellhausen era tremenda. En realidad, renunció a su puesto académico en Greiswald en parte a causa del impacto que estaba teniendo en sus estudiantes. En su carta de renuncia, dijo:

Me hice teólogo porque me interesaba el tratamiento científico de la Biblia; sólo he llegado a entender gradualmente que, de la misma manera, un profesor de teología tiene la tarea práctica de preparar estudiantes para el servicio en la Iglesia Evangélica, y que yo no estaba cumpliendo esta tarea práctica sino más bien, a pesar de todas las reservas de mi parte, estaba incapacitando a mis oyentes para su oficio.1

¿Qué estaba diciendo que era tan poderoso? Identificó las fuentes, J, E, y P, y preparó un nítido esquema de la historia del mundo bíblico en el cual cada uno encontró su lugar. Y ese esquema culminó en las leyes y las historias de P.

Una vez que Wellhausen aceptó el esquema de Reuss de que la ley vino después de los profetas, y aceptó la afirmación de Graf de que el tabernáculo no era nada más que un símbolo del templo, el escenario quedó preparado. Wellhausen llevó el caso un paso más adelante. Para él, el tabernáculo era la clave de todo el enigma. La historia de la centralización de la religión alrededor del tabernáculo (quiere decir alrededor del templo) era la clave de la historia de los escritores:

En las historias y las leyes de J y E, no había ninguna idea de centralización. ¿Por qué? Porque fueron escritas en los primeros días de Israel, cuando cualquier persona podía ofrecer sacrificios donde quisiera.

En D, la centralización se exigía estrictamente: "Sólo deben sacrificar en el lugar que Yahvé ha escogido para poner allí su nombre". ¿Por qué? Porque fue desde el tiempo del rey Josías, una época en que la centralizaciónse introdujo por primera vez y requería una firme insistencia.

En P, decía Wellhausen, la centralización no se exigía. Se suponía. Una y otra vez en las leyes y las historias de P, simplemente se sobreentendía que sólo había un lugar en la tierra en que se podía sacrificar, y que ese lugar era el tabernáculo (queriendo decir el templo). ¿Por qué? Porque procedía de la época del segundo templo, una época en que era un hecho aceptado que se suponía que la gente sacrificaba sólo en el templo.

Las leyes y las historias de P daban por sentada la centralización. Ése fue el tercer paso del error.

Por supuesto, había otros argumentos a favor de esto. En la lista de P de las diferentes clases de sacrificios, había uno llamado "ofrenda por el pecado" y otro llamado "ofrenda por la culpa". No se mencionan tales sacrificios en J, E, ni D. Wellhausen razonó que era sólo lógico que el sacrificio por el pecado y el sacrificio por la culpa hubiesen sido instituidos después de la experiencia en el exilio. Fue entonces cuando el pueblo se sintió culpable, creyendo que la destrucción y el exilio eran el castigo por sus propios pecados. Así que esta era otra evidencia de que alguien escribió P en la época del segundo templo.

Además, en la lista de días festivos de P hay uno que ha venido a conocerse como el año nuevo de otoño, seguido por un día de expiación diez días más tarde. Estos días festivos tampoco son mencionados en J, E, ni D; y estos dos días festivos extras también involucran expiación por el pecado. Wellhausen argüía que esto también reflejaba los días en que Judá se sintió culpable después de la destrucción y el exilio.

Había una pieza de evidencia más para buscar al escritor de P en los días del segundo templo. Esa evidencia era el libro del profeta Ezequiel. Como el profeta Jeremías, Ezequiel era sacerdote. A diferencia de Jeremías, Ezequiel era un sacerdote aarónida. Como Jeremías, Ezequiel marchó al exilio. A diferencia de Jeremías, Ezequiel estuvo exiliado en Babilonia. Allí produjo su libro. Ese libro, el libro de Ezequiel, está escrito en un estilo y un lenguaje notablemente similares a los de P. Se parece casi tanto a P como Jeremías se parece a D; hay pasajes enteros en Ezequiel que son similares a P, casi palabra por palabra.

Para Wellhausen, un pasaje de Ezequiel era particularmente importante. Ezequiel declara que, en el futuro, sólo ciertos levitas podrían ser sacerdotes. Todos los demás quedarían descalificados para el sacerdocio a causa de sus pasadas transgresiones. Los únicos levitas que podrían actuar como sacerdotes serían los descendientes de Sadoc.2 Sadoc era el sacerdote aarónida de David. Y así, según Ezequiel, sólo los sacerdotes aarónidas son legítimos. Todos los demás están excluidos.

Y éste, dice Wellhausen, es justamente el punto de vista de P. Está bastante claro en P que sólo los aarónidas son sacerdotes. Varias historias P (que contaré más abajo) y muchas leyes P dejan este punto claro como el agua. Simplemente, P no reconoce a los descendientes de Moisés ni a nadie más como sacerdotes legítimos. Wellhausen concluyó que P se escribió en los días del segundo templo, cuando los sacerdotes aarónidas llegaron al poder. Tomaron como inspiración la profecía de Ezequiel, y de una vez por todas, terminó la competencia entre las familias sacerdotales. Los aarónidas habían ganado, y uno de ellos escribió una "Torá de Moisés" que reflejaba su victoria.

La descripción de Wellhausen era muy atractiva. Ubicaba una fuente sacerdotal en un período sacerdotal. Identificaba los sacrificios por la culpa y los dias festivos de expiación en un período de culpa y expiación. Ubicaba las ideas de Ezequiel en el período que siguió inmediatamente después de Ezequiel. Explicaba la concentración en el tabernáculo en P en términos del período de concentración en el templo. Era lógico, coherente, persuasivo - y erróneo.

¿QUÉ ES ERRÓNEO EN ESTA DESCRIPCIÓN?

Simplemente, Reuss estaba errado. Los profetas sí citan a P. Jeremías alude a esto con bastante claridad. La famosa apertura del relato de P en el primer capítulo de la Biblia es:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía ... Y dijo Dios: Sea la luz.3

En una de las profecías de Jeremías, se refiere a un tiempo venidero de destrucción. Habla poéticamente de un tiempo en que la naturaleza quedaría patas arriba, en completo desorden. Comienza con estas palabras.

Miré la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz.4

Los dos son demasiado similares para que sean coincidencia. Y parece apenas probable que la historia de P sobre la creación del universo esté basada en un renglón tomado de una profecía de Jeremías sobre destrucción. Más bien, es Jeremías quien está desmantelando dramáticamente la descripción que se halla en P.

En realidad, Jeremías parece disfrutar de estas reversiones del lenguaje de P. Varias veces, P usa la expresión "Fructificad y multiplicaos",5 y P hace énfasis en el arca, que el tabernáculo aloja.6 Pero Jeremías profetiza:

Y acontecerá que cuando os multipliquéis y crezcáis en la tierra, en esos días, dice Jehová, no se dirá más: Arca del pacto de Jehová; ni vendrá al pensamiento, ni se acordarán de ella, ni la echarán de menos, ni se hará otra.7

Recordemos que Jeremías es de los sacerdotes de Silo, que nos trajeron E, la fuente que nunca menciona el arca, y D, la fuente que la menciona rara vez (sólo en los capítulos 10 y 31). Entonces, no es sorprendente hallar a Jeremías evitando el arca en un lance del lenguaje del propio P.

En Levítico, P comienza con siete capítulos completos de reglas para los sacrificios. Detalla clases de sacrificios, dice cuáles animales se deben sacrificar, y cuando y cómo sacrificarlos. Concluye:

Esta es la ley del holocausto, de la ofrenda, del sacrificio por el pecado, del sacrificio por la culpa, de las consagraciones y del sacrificio de paz, la cual mandó Jehová a Moisés en el monte Sinaí, el día que mandó a los hijos de Israel que ofreciesen sus ofrendas a Jehová, en el desierto de Sinaí.8

Pero Jeremías dice:

Porque no hablé yo con vuestros padres ni nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto.9

¿Por qué es Jeremías hostil hacia P? Permítaseme ir a ese punto más tarde. Por ahora, lo importante es que conoce a P.

Jeremías no es el único profeta que conoce a P. Ezequiel lo conoce, lo cita, y basa profecías en él. Tomemos por ejemplo a Ezequiel 5 y 6. En estos capítulos, Ezequiel acusa a su pueblo por no guardar el pacto con Dios. Entre los eruditos bíblicos, esta especie de profecía se conoce como "demanda del pacto". El profeta actúa como fiscal en una corte divina, acusando al pueblo de haber quebrantado el contrato con Dios. En el caso de Ezequiel 5 y 6, el contrato en cuestión es un capítulo en P (Levítico 26). Allím el registro de P del pacto entre Dios e Israel da una lista de bendiciones y maldiciones. Dice que las bendiciones vendrían:

Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra.10

Y que las maldiciones vendrían:

Si desdeñáreis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos.11

Esas son las palabras del pacto. Las palabras de la acusación en la demand de pacto de Ezequiel son:

No habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes.12

La maldición del pacto en P dice:

Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas.13

La demanda de pacto en Ezequiel incluye el juicio:

Los padres comerán a los hijos en medio de ti.14

Las maldiciones del pacto en P dicen:

Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os despojen ... Traeré sobre vosotros espada vengadora ... enviaré pestilencia entre vosotros.15

La demanda del pacto en Ezequiel incluye el juicio:

Enviaré, pues, sobre vosotros hambre, y bestias feroces que te destruyan; y pestilencia y sangre pasarán en medio de ti, y enviaré sobre ti espada.16

Y así sucesivamente. Las acusaciones de Ezequiel contra el pueblo parecen estar basadas casi palabra por palabra en las palabras del texto deP - que es exactamente lo que uno esperaría que hiciera una demanda de pacto. Pero los investigadores que seguían a Reuss, Graff y Welhausen concluyeron que P fue escrito después de Ezequiel. ¿Cómo podrían ellos explicar el hecho de que esto significaba que un contrato tenía que basarse en la demanda de ese contrato? La mayoría dijo que esta porción particular de P (Levítico 26) debe haber sido escrita antes que el resto de P.

Pero Ezequiel cita otras porciones de P también, notablemente la versión P de la historia del éxodo de Egipto. En la historia P, Dios le dice a Moisés:

Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, Isaac y Jacob; y yo os la daré por heredad.17

En Ezequiel, Dios le dice a Ezequiel:

Yo los traje a la tierra por la cual alcé mi mano jurando que habia de dársela.18

Hay otros numerosos paralelos de redacción entre la historia del éxodo en P y la revisión de la historia por Ezequiel..19 Parece que la fuente de Ezequiel para el suceso del éxodo es P. Pero, nuevamente, los investigadores desde Reuss, Graf, y Wellhausen concluyeron que P fue escrito después de Ezequiel. ¿Cómo pueden ellos explicar e hecho de que esto significaba que contar la historia en P tenía que estar basado en volver a contar la historia en Ezequiel? Yo no creo que puedan explicarlo. Me parece que lo que nosotros esperaríamos naturalmente es que un profeta citara la Torá, no lo opuesto. (Y Ezequiel sí cita la Torá explícitamente).20 Nosotros esperaríamos naturalmente que volver a contar una historia estuviese basado en contarla, no al revés. Los investigadores bíblicos del siglo diecinueve atribuían enorme influencia al profeta Ezequiel. Pero en Ezequiel se ignora toda clase de cuestiones cruciales y hasta se contradicen en P. Notablemente, Ezequiel presenta un plan para la reconstrucción del templo en detalles minuciosos, pero el tabernáculo-templo de P no corresponde en absoluto al modelo de Ezequiel.21

Yo creo que los nuevos métodos de análisis linguístico ahora ponen punto final a cualesquiera argumentos sobre este punto. En 1982, el profesor Avi Hurvitz de la Universidad Hebrea de Jerusalén demostró que P fue escrito en una etapa anterior del hebreo bíblico que Ezequiel.22

Por supuesto, se podría argüir que quizás Jeremías no escribió el libro de Jeremías y Ezequiel no escribió el libro de Ezequiel. Pero esa no es la defensa que los proponentes de Wellhausen habían hecho. Más bien, hay una tremenda investigación de los libros de los profetas para establecer exactamente cuáles porciones fueron escritas en cuál punto de la historia. Los textos que he citado aquí de Jeremías y Ezequiel me parece que resisten el ser cortados y reasignados; y en todo caso, la evidencia lingüística no sólo ubica a P antes de los profetas en relativa cronología, sino que lo ubica antes del tiempo en que Wellhausen lo imaginó. Además del libro de Hurvitz, en años recientes otros cinco eruditos, dos en Canadá y tres en Estados Unidos, han descubierto evidencia lingüística de que la mayor parte de P está escrita en el hebreo bíblico de los días anteriores al exilio en Babilonia.23 La afirmación de Reuss, de que la ley P vino después de los profetas simplemente era errónea. La evidencia de los profetas indicaba más bien que el autor de las leyes y las historias P debía buscarse antes del tiempo de Jeremías y Ezequiel - es decir, antes del exilio en Babilonia.

La afirmación de Wellhausen, de que P presupone una religión centralizada, también era errónea. P constantemente ordena que los sacrificios y otras ceremonias religiosas debían efectuarse en el tabernáculo - o la carpa de reunión, como también se le conoce. Así como D ordena regularmente que el pueblo vaya al "lugar en que Yahvé hace morar su nombre", P les ordena regularmente que vayan al tabernáculo. El punto es el mismo. Sólo están usando diferentes eufemismos para la misma idea: sólo puede haber un solo centro religioso aprobado.

P ordena esto repetidamente en los primeros capítulos de Levítico y Números. P lo dice especialmente claro en Levítico 17:

Cualquier varón de la casa de Israel que degollare buey o cordero o cabra, en el campamento o fuera de él, y no lo trajere a la puerta del tabernáculo de reunión para ofrecer ofrenda a Jehová delante del tabernáculo, será culpado de sangre el tal varón; sangre derramó; será cortado el tal varón de entre su pueblo.24

Si usted no va al lugar central, será cortado. Es como si usted haya cometido un asesinato (derramado sangre). Eso difícilmente presupone centralización. La exige.

¿Cómo explicó esto Wellhausen? Dijo que esta sección de Levítico no era en realidad parte de P. Tenía mucho del estilo y el lenguaje en común con P, pero era una obra más antigua y originalmente separada, llamada Código de Santidad, que fue añadida al código de leyes P más tarde. Pero esa respuesta no resuelve realmente el problema. Wellhausen todavía decía que este "Código de Santidad" fue escrito por alguien después de Ezequiel, así que todavía es parte del mundo del exilio y el período del segundo templo. Y, en todo caso, todavía están todos los otros mandatos acerca del tabernáculo, hasta P. P de ninguna manera da por sentada la religión centralizada. Y eso significa que P no tiene el cómodo ajuste en los días del segundo templo - los días de la exitosa centralización de la religión - que Wellhausen imaginó.

Las otras interpretaciones de la evidencia por Wellhausen no son argumentos obligatorios tampoco. Relacionaba los sacrificios del pecado y la culpa con los días después del exilio, cuando el pueblo de Judá se sintió culpable de su destino. Esa es una peligrosa clase de razonamiento. Es extremadamente precario fechar una pieza de literatura basándose en una adivinanza en cuanto a cuándo la comunidad del autor se sintió de cierta manera. Es especialmente precario cuando el sentimiento en cuestión es de culpa. La gente, ya sean individuos o comunidades, pueden sentirse culpables casi en cualquer momento de la historia. Es fácil imaginar a los sacerdotes judíos añadiendo sacrificios de culpa a las ceremonias en Jeerusalén, digamos, en 722 A.C., después de que el reino septentrional de Israel fe destruido por los asirios. En ese tiempo, habría habido refugiados israelitas en Jerusalén que podrían haberse senido tan culpables como los judíos se sintieron después de 587.

Lo mismo es válido para la adición de días festivos de expiación en P. En realidad, el período después de la caída de Jerusalén es, por el contrario, el tiempo más difícil para imaginar la creación de un tal día festivo porque hay un asunto de promulgación. Si el día de expiación se promulgaba a causa de los sentimientos de culpa del pueblo después de la caída, ¿cómo habría podido el escritor de las leyes P convencer a nadie de que era una ley antigua? ¿Quién habría creído que habían sido escritas por Moisés, pero que de alguna manera había permanecido desconocida para todos hasta después de 587 AC, sólo cuando sucedió que ellos se sentían culpables? Es más fácil describir una promulgación exitosa de nuevas leyes en los días del primer templo, cuando las reformas religiosas como las de los reyes Ezequías y Josías estaban presentando nuevas leyes y documentos recién descubiertos.

Los profetas sí citan P, y las leyes e historias sacerdotales no dan por sentada la religión centralizada. Esto debilita seriamente el escenario descrito por Reuss, Graf, y Wellhausen. No podemos buscar confiadamente al autor de P - de la mayoría de los cinco libros de Moisés - en los días del segundo templo.

Pero esto tampoco nos dice dónde deberíamos buscar a esta persona. Sin embargo, la tercera parte de la estructura del error genial tiene la clave de dónde buscar a este escritor. Wellhausen tenía razón acerca de una cosa: la clave de todo el enigma era el tabernáculo.


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