¿QUIÉN ESCRIBIÓ LA BIBLIA?
Richard Elliot Friedman

CAPÍTULO 14
EL MUNDO QUE LA BIBLIA PRODUJO


EL PRODUCTO FINAL

¿Es la Biblia más que la suma de sus partes?

Por supuesto.

La mezcla de las diferentes historias, leyes, y los diferentes poemas y puntos de vista produjo cosas con las cuales no soñó ninguno de los autores.

El autor de E compuso la historia del casi sacrificio, por parte de Abraham, de su hijo Isaac. Una de las historias más famosas, intrigantes, y problemáticas de la Biblia. Es la historia de que Abraham estaba tan entregado a la voluntad de Dios que hasta estaba preparado para sacrificar a su hijo. La divina intervención le detiene y salva la vida de Isaac en el último instante.

El autor de P, quizás cien años más tarde, compuso la historia de la compra de la cueva de Macpela por Abraham. Abraham compra la cueva como un camposanto porque su esposa Sara había muerto.

El redactor, como doscientos años más tarde, puso la historia de la muerte de Sara y la compra de la cueva justo después de la historia del sacrificio de Isaac. El sacrificio de Isaac está en Génesias 22; la muerte de Sara está en Génesis 23.

Desde entonces, ls intérpretes han sugerido que quizás la causa de la muerte de Sara es que ella vio a su hijo ser tomado para ser sacrificado, y que ella murió de dolor. Eso no fue planeado por la persona que escribió P. Posiblemente, el redactor tampoco tuvo ese propósito. 1 Pero funciona. La mera yuxtaposición de los dos textos añadió otro elemento humano a la historia. Psicológicamente, añadió un nuevo nivel. Abrió nuevas posibilidades de interpretación. Suscitó nuevas preguntas e invitó nuevas respuestas.

Hay cientos, quizás miles, de ejemplos de tales elementos nuevos y nuevas ideas nacidos de la mezcla de las fuentes - nuevos giros en las historias, nuevos niveles psicológicos, y nuevas posibilidades de interpretación. Apenas hemos comenzado todavía a apreciar el impacto de la extraordinaria historia de la Biblia en el camino por el cual vino el libro.

Lo más notable de todo es que esa historia afectó la imagen bíblica de la relación entre Dios y la humanidad.

A MAGEN DE DIOS

En la historia de la creación en Génesis 1, Dios crea a los seres humanos, machos y hembras, a su imagen. El significado de "a imagen de Dios" es incierto. ¿Significa una imagen física - que Dios tiene un rostro y un cuerpo como los nuestros? ¿Una imagen espiritual? ¿O una imagen intelectual? Sin embargo, lo que sea que signifique, podemos decir, por lo menos, que la Biblia describe a los seres humanos como participantes de lo divino de una manera en que no lo hace un animal. Hay algo de Dios en los seres humanos, y este algo es crucial para lo ocurrió en Edén después de la creación.

A los seres humanos se les prohibe comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. La serpiente los conduce a comer de él de todas maneras. ¿Qué dice la serpiente que lleva a los seres humanos a hacer esto? Le dice a la mujer que, si comen del árbol, "seréis como Dios ..." 2. Ahora bien, en términos bíblicos, este argumento no habría funcionado con una bestia, un ave o un pez, porque éstos no participan de lo divino. La creación a imagen de Dios en Génesis 1 es, pues. crucial para entender lo que los seres humanos hacen en Génesis 3.

Pero Génesis 1 y Génesis 3 fueron escritos por dos personas diferentes. La historia de Edén es de J, que nunca sugiere que los seres humanos fueron creados a imagen de Dios. La historia de la creación es de P, que nunca incluye plantas poderosas ni serpientes que hablan. Y el redactor incluyó ambas historias como una sola, así que no podemos decir ni siquiera si era o no era consciente de la exquisita fusión de las dos.

La combinación de J y P aquí produjo algo que era más que la suma de los trozos. La historia era hora más rica, con nuevas posibilidades interpretativas. Presenta los actos humanos en Edén en una luz completamente nueva. Dios los crea a imagen divina, y luego les prohibe comer de la fruta cuya atracción es precisamente la de dotarles de poder divino. Comparte alguna cualidad divina solamente con los seres humanos, y luego les trata como subordinados. Les dice que gobiernen a otras criaturas, y luego se comunica con ellos casi exclusivamente mediante órdenes. El escenario está preparado tan firmemente para que los seres humanos desobedezcan que probablemente ningún lector se sorprenda cuando los seres humanos son persuadidos por la noticia de que "el día que comieres de ese árbol seréis como Dios" y coman del fruto.

Como dijo Mark Twain: "Si el Señor no quería que se rebelaran, ¿por qué los creó a su imagen?".

Esa es sólo una manera de ver el texto. Hay un centenar de otras posibles interpretaciones, algunas más reverentes y algunas cínicas. Y ése es precisamente el punto importante. La mezcla de las fuentes formando un solo texto enriqueció para siempre las posibilidades interpretativas de la Biblia.

CÓSMICO Y PERSONAL

La combinación de las fuentes hizo más que sólo afectar las historias bíblicas individuales. Tuvo un impacto en el concepto bíblico de Dios.

J, E y D describieron a Dios de manera muy personal: moviéndose por la tierra, tomando formas visibles, entrando en discusiones y hasta en debates con los seres humanos. El concepto de P era de una deidad más cósmica y trascendente.

La historia de la creación de P comienza con la creación de la estructura cósmica; luz y oscuridad, día y noche, mares y tierra seca, el "firmamento" y los cuerpos celestes. La historia de la creación de J es literalmente más terrenal. Comienza haciendo posible la vegetación, seguido por la creación de los seres humanos, las plantas, y los animales - sin una sola referencia a la luz y la oscuridad, los cuerpos celestes, y ni siquiera el mar.

En sus propios términos, P es la historia del "cielo y la tierra", J es la historia de "la tierra y el cielo".

La historia del diluvio de P es una crisis cósmica: se abren las ventanas de los cielos y las fuentes del abismo. Se derrama el agua que está por encima del firmamento. Brota el agua que está debajo de la superficie de la tierra. La parte habitable del universo es una burbuja de aire rodeada de agua, y las aguas amenazantes brotan desde arriba y desde abajo. Mientras tanto, la historia del diluvio de J es simplemente cuarenta días y cuarenta noches de lluvia.

En las historias de la creación y del diluvio de P, Dios permanece por encima y más allá, ordenando y controlando a los seres humanos y a la naturaleza. En la historia de J, Yahvé camina personalmente por el jardín de Edén, confecciona las primeras vestimentas de los seres humanos, cierra el arca, y percibe el sacrificio de Noé.

En la historia de E sobre Moisés golpeando la roca en Meriba, Dios está de pie sobre la roca. En la versión de esta historia en P, Dios no lo está.

En la historia de J acerca del monte Sinaí, Yahvé desciende personalmente sobre la montaña en fuego. 3 En la historia de P, no lo hace. 4

En J y E, Moisés realmente ve a Dios. 5 En P, no lo ve.

En J, Abraham ruega a Dios acerca del destino de las ciudades de Sodoma y Gomorra, 6 y Moisés ruega a Dios acerca del destino de la gente en la historia de los espías 7. También en E, Moisés ruega acerca de la suerte del pueblo en la historia del becerro del oro, y más tarde ruega, apasionada y elocuentemente, a un Dios que ha llegado a conocer "de la manera en que uno conoce a su compañero" 8. Hasta puede decirle a Dios mismo: "¿Por qué has hecho mal a tu siervo?" y "Si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte". 9 En D, Moisés ruega a Dios que le permita entrar a la tierra prometida, pero Dios rehusa. 10 P nunca hace que los seres humanos hablen con Dios con semejante intimidad.

En P, Dios es más trascendente, más distante. Da órdenes, y se hace su voluntad. 11 

En D, mientras tanto, Moisés le dice al pueblo:

Este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos? Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos? Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas. 12

Para no exagerar el caso, a veces Dios es descrito como personal en P, y  a veces es presentado como trascendente en J, E, y D. Pero, en general, la diferencia es todavía evidente y profunda. Cuando el redactor combinó todas las fuentes, mezcló dos imágenes diferentes de Dios.

Al hacerlo, formó un nuevo equilibrio entre las cualidades personales y las cualidades trascendentes de la deidad. Era una imagen de Dios tanto universal como intensamente personal. Yahvé era el creador del cosmos, pero también "el Dios de nuestros padres". La fusión era artísticamente dramática y teológicamente profunda, pero también estaba llena de de una nueva tensión. Ahora describía a los seres humanos teniendo un cercano diálogo personal con el todopoderoso amo del universo.

Era un equilibrio que ninguno de los autores individuales había tenido en mente. Pero ese equilibrio, intencional o no, vino a quedar en el corazón del judaísmo y del cristianismo. Como Jacob en Peniel, ambas religiones han vivido y luchado desde entonces con una deidad cósmica pero personal. Esto se aplica tanto al más sofisticado teólogo como al creyente más sencillo. Hay cosas finales en juego, pero se le dice a todo ser humano: "El amo del universo está interesado en ". Una idea extraordinaria. Pero, nuevamente, no fue planeada por ninguno de los autores. Probablemente, no fue planeada por el redactor tampoco. Quedó tan incrustada en los textos que el redactor no habría podido evitar producir la nueva mezcla mientras él fuese en absoluto fiel a sus fuentes.

JUSTICIA Y MISERICORDIA

Hubo otro resultado, aun más paradójico, de la unión de las fuentes. Creó una nueva dinámica entre la justicia de Yahvé y su misericordia.

Recuérdese que P no usa ni una sola vez la palabra "misericordia". Tampoco usa nunca las palabras "gracia" ni "arrepentimiento". Nunca se refiere a la fidelidad de Yahvé. El sacerdote que lo escribió enfatizó más bien el aspecto divino de justicia. Es decir, se recibe lo que se merece. La obediencia es recompensada. La transgresión es castigada. No existe tal cosa como arrojarse a los brazos de la misericordia del divino juez.

J y E son casi lo opuesto. Enfatizan el aspecto divino de la misericordia. La transgresión puede ser perdonada mediante el arrepentimiento. Dios es misericordioso y generosamente fiel a su pacto. En la presentación de J de la última experiencia humana de lo divino, cuando Moisés realmente ve a Dios en Sinaí, Yahvé declara que él es

Jehová, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad ... 13

Las palabras que P nunca menciona ocurren como setenta veces en J, E, y D.

No es sólo una cuestión de vocabulario. J, E y D también desarrollan la idea de la deidad como misericordiosa por medio de las historias que cuentan mucho más de lo que lo hace P. En la historia E del becerro de oro, Yahvé declara al principio que destruirá al pueblo entero e iniciará un nuevo pueblo con los descendientes de Moisés. Pero Moisés apela a la misericordia de Yahvé, y la deidad accede 14. En la historia de los espías de J, sucede lo mismo. Yahvé dice que destruirá a la nación y comenzará de nuevo con Moisés. Moisés apela nuevamente a su compasión, y nuevamente Dios accede. 15

El autor de P rechazó esta descripción de Dios. En su versión de la historia de los espías, Yahvé decide la suerte del pueblo, y no hay más apelaciones de Moisés.

Nuevamente, sería un error trazar la línea demasiado absolutamente entre las fuentes. A veces, J, E y D pueden representar a Dios como actuando estrictamente de acuerdo con la justicia, y P puede representar su misericordia. Pero, en general, la distinción entre ellos es evidente y dramática. El énfasis de P es principalmente en la justicia divina. Las otras fuentes se enfocan en la misericordia divina.

Y el redactor las combinó. Cuando hizo eso, creó una nueva fórmula, en la cual la justicia y la miericordia quedaban en un equilibrio en que nunca antes habían estado. Estuvieron mucho más cerca de ser casi iguales de lo que habían estado en cualquiera de los textos fuentes. Dios era justo y misericordioso, airado y compasivo, estricto y perdonador. Hubo una poderosa tensión en el Dios de la Biblia. Era una fórmula nueva y extremadamente compleja. Pero esa fue la fórmula que se convirtió en una parte crucial del judaísmo y el cristianismo durante dos y medio milenios.

El equilibrio justicia-y-misericordia está más cargado - tanto psicológica como teológicamente - que el equilibrio cósmico-y- personal. Hay una constante tensión en Yahvé entre su justicia y su misericordia. No son fácilmente reconciliables. ¿Cuándo debería predominar la una, y cuándo la otra?

Todo el que alguna vez ha sido padre - o hijo - conoce el problema. El padre dice: "Si haces eso, vas a ser castigado". Pero el hijo lo hace. Y entonces el padre tiene que decidir qué hacer. La justicia dice: castiga. Pero también hay la compasión. Lo que ocurre en la mayoría de las familias es que se produce un equilibrio entre los dos, un equilibrio en que a veces predomina la disciplina y a veces el perdón. Probablemente, pocos padres podrían nombrar todos los factores que les hacen decidir de esta manera en una ocasión y de esta otra en otra ocasión. No en pocas ocasiones, los factores en conflicto incluyen las emociones de ira y amor.

En el texto bíblico combinado, Dios está tan desgarrado como cualquier padre amoroso. Hace un pacto con los seres humanos, y el contrato tiene condiciones. Cuando ellos violan las condiciones, la inmediata y justa reacción de Dios podría ser cualquier cosa, desde dar por terminado el pacto hasta la llegada de cualquiera de las horribles maldiciones acarreadas por las violaciones del pacto en Levítico 26 y Deuteronomio 28. Pero su misericordia siempre retrasa y/o atempera su ejecución de la justicia.

La imagen, repetida a menudo, del "Dios de justicia e ira del Antiguo Testamento" siempre ha sido sólo la mitad de la verdadera situación. Es como si los que dicen esto hubiesen leído sólo P y no el resto del texto. Irónicamente, esta imagen parece estas basada generalmente en el principio legal de "ojo por ojo y diente por diente". 16 Pero ese principio se aplica a la justicia humana. En los relatos bíblicos, la deidad casi siempre actúa más compasivamente que eso.

Así, pues, las dos religiones se desarrollaron alrededor de una Biblia que representaba a Dios como amoroso y fiel pero a veces como padre airado. A cualquier punto al cual este cuadro hace a la Biblia más real para sus lectores, hasta ese punto el redactor tuvo hasta más éxito de lo que él mismo se lo proponía. Hasta cualquier punto que la tensión entre la justicia y la misericordia misma de Dios se convirtieron en un factor importante en la historia de la Biblia, hasta ese punto la Biblia es, nuevamente, más que la suma de sus partes.

De una manera muy real, la Biblia es mayor que los individuos que la escribieron.

SÍNTESIS

Así que, en cierto sentido, hemos trazado un círculo completo y regresado a tratar la  Biblia como un todo. Quizás eso es lo que ha estado faltando hasta ahora en gran parte de la investigación sobre los autores de la Biblia. A menudo, ha sido una cuestión de derribar sin volver a levantar. Y en parte, esto puede ser por qué este tipo de análisis  ha ofendido tanto a los fieles del cristianismo y del judaísmo. Por largo tiempo, pareció que el propósito del proyecto era romper en pedazos la Biblia y terminar con numerosos trozos, ninguno de los cuales era ya la Biblia. Quizás hasta allí podía llegar el proyecto en sus primeras etapas. Sin embargo, ahora estamos en un punto en el cual nuestros descubrimientos concernientes a los orígenes de la Biblia pueden significar una mayor comprensión y un mayor aprecio de la Biblia en su forma final, desarrollada.

Estamos a una considerable distancia de los primeros indicios que tuvieron los eruditos medievales. Lo que comenzó como un interés en algunos pasajes que causaban perplejidad en los cinco libros de Moisés condujo a la sugerencia de que algunas líneas de estos libros no habían sido escritas por el mismo Moisés. Esto fue seguido por la sugerencia de que porciones mayores del texto habían sido escritos por alguien diferente de Moisés. Luego, los investigadores aislaron varias obras separadas y continuas y las identificaron por las características de su lenguaje y contenido. Luego, comenzamos a refinar nuestra identificación de cada una de estas obras y a observar el proceso de la formación de la Biblia.

A medida que la investigación avanzaba de esta manera, se hacían nuevos descubrimientos en arqueología y en nuestra comprensión de la historia social y política del mundo bíblico. Es por medio de la fusión de lo que hemos aprendido de estos proyectos literarios a históricos que hemos arribado al escenario presentado aquí, un escenario de la formación de la Biblia que es inseparable de la historia del mundo de sus escritores. Es en el contexto de un reino dividido de Israel y Judá que descubrimos dos escritores que compusieron dos versiones de la historia de su pueblo, J y E. Cada versión quedó íntimamente asociada con la vida de la comunidad de la cual provino - una de Israel por un defensor de la familia sacerdotal de Silo y posible descendiente de Moisés, y otra de Judá por un defensor de la casa real de David. Es en el contexo de la caída del reino de Israel y la reunión de los pueblos divididos que hallamos a alguien que unió las dos versiones, forjando una sola historia que podría servir a la comunidad vuelta a ser reunida.

De manera similar, creo que hallamos el contexto histórico de la obra sacerdotal en la época del rey Ezequías. Era una época en que se establecieron las divisiones sacerdotales de status, con el sacerdocio aarónida de Jerusalén disfrutando de una posición favorecida. La obra sacerdotal (P) era la alternativa del sacerdocio a la obra de JE, que reflejaba un punto de vista de Dios diferente, a menudo hostil, y particularmente de su antepasado Aarón.

A su vez, sus oponentes por la posición sacerdotal, los miembros del sacerdocio silonita (posiblemente musita), encontraron su momento en la época del rey Josías. Era una época en que el código de leyes que ellos habían preservado fue endosado por la realeza como el libro de la Torá (D). Un defensor de ese sacerdocio, Jeremías o posiblemente Baruc, compuso una historia que fluía desde Moisés y ese código de leyes hasta el momento histórico del propio escritor (Dtr1). La muerte de Josías y la caída del reino movieron al autor a producir una nueva edición de la historia, tomando en cuenta las nuevas, históricas, y catastróficas circunstancias (Dtr2).

La fusión de estas partes en una historia continua, "la primera Biblia", se halla también en un contexto histórico, reflejando la vida de una comunidad que regresaba del exilio, esperando reconstruir su país y su lugar y modo de culto. Era una época cuando todas las partes se habían vuelto demasiado conocidas para ser ignoradas. El escriba responsable de esta redacción (R) - al cual yo identifico como Esdras - era un defensor de los sacerdotes aarónidas, que se elevaron al liderazgo en esta época. Reaccionó a los intereses y a la situación de su pueblo generalmente en ese momento. Preservó las obras de valor de ellos en una forma que pudiera ser aceptada por milenios y pudiera ser el contexto en que pudieran entenderse otros textos sagrados.

La Biblia es, pues, una síntesis de historia y literatura, algunas veces en armonía y otras veces en tensión, pero completamente inseparables. Y, creo yo, la recuperación de gran parte de esta historia y la apreciación de esta síntesis están ahora, después de siglos, finalmente a la vista de nosotros.

DE DÓNDE Y HACIA DÓNDE

¿Qué vamos a hacer con todo este conocimiento?

Hasta ahora, la búsqueda de quién escribió la Biblia ha sido principalmente en el ámbito del estudio de la historia. La mayor parte de los investigadores estaban interesados en la historia de la religión, la historia de Israel, o la historia de la formación de la misma Biblia.

Los que escriben sobre la Biblia como literatura y aquéllos cuyo interés ha sido el estudio religioso de la Biblia - es decir, la Biblia como literatura sagrada -  rara vez han hecho uso de este conocimiento. Esto se debió, en parte, a una percepción de que esta clase de análisis sería una amenaza para la religión. También se debió al hecho de que el análisis era incompleto. Había grandes vacíos en nuestro conocimiento sobre los autores: cuándo vivieron, por qué escribieron, la relación entre lo que escribieron y los sucesos de su mundo.

Pero la situación ha cambiado. La amenaza a la religión nunca se materializó realmente. Wellhausen dijo que él renunció a enseñar esta materia a los estudiantes de teología porque estaba "incapacitándolos para su oficio". Pero, aparentemente, la experiencia de generaciones subsiguientes ha demostrado que estaba errado. Muchos - probablemente la mayoría - del clero protestante, católico y judío han estado aprendiendo, y enseñando, esta materia por más de un siglo y han logrado reconciliarla con sus creencias y tradiciones.

Las semillas de esa reconciliación estuvieron presentes desde los días de los primeros investigadores. Dicho sencillamente, la pregunta todo el tiempo no fue "¿Quién inspiró la Biblia?" ni "¿Quién reveló la Biblia?". La pregunta fue solamente cuáles seres humanos la compusieron en realidad. Ya fuera que lo hicieran por instrucción divina, por dictado, o por inspiración fue siempre una cuestión de fe. Joseph ben Eliezer Bonfils, quizás el primer erudito judío en decir directamente acerca de un versículo de la Torá, "Moisés no escribió esto", subrayó el punto hace seiscientos años. Dijo:

... en la medida en que hemos de creer en las palabras recibidas y en las palabras de la profecía, qué me importa si Moisés la escribió o si otro profeta la escribió, puesto que las palabras de todos ellos son verdad y han llegado a nosotros por medio de la profecía 17.

Hace más de cuatrocientos años, el escritor cristiano Andreas von Maes sugirió que un editor, quizás Esdras, por lo menos insertó palabras y frases explicativas. Pero von Maes también dijo que, para los fieles, no había ninguna necesidad de disputar acerca de cuáles manos humanas registraron el texto:

Pero, a la verdad, no hay gran necesidad de contender concerniente al escritor, con tal de que creamos que Dios es el autor, tanto de los sucesos mismos como de las palabras con las cuales han sido comunicados a nosotros ... 18

El desafío que esta investigación presenta no es sobre la creencia en el carácter revelado o inspirado de la Biblia, sino sobre las tradiciones acerca de cuáles seres humanos realmente la escribieron en el pergamino.

El estado incompleto del análisis tampoco es el problema que una vez fue. Ciertamente, todavía hay espacios vacíos - por ejemplo, los nombres de los autores de J y E. Pero, después de todo, se necesitaron casi mil años para escribir la Biblia hebrea, y cientos de años más antes de que los cristianos le añadieran el Nuevo Testamento. Si se necesitó ese espacio de tiempo para construir el misterio, no es sorprendente que se necesitaran más o menos mil años (desde los investigadores medievales) para desenredarlo. Lo significativo es que los descubrimientos de los últimos pocos años - literarios, lingüísticos, y arqueológicos - nos hayan llevado a una etapa en que este conocimiento pueda ser útil ahora.

Ahora podemos estudiar y apreciar la capacidad artística que entró en la formación de cada parte del libro. Podemos apreciar la variedad de experiencia humana que, con el correr de los siglos, se hizo tan compleja y rica. Podemos aprender cuán sensibles fueron las partes del libro a las reales necesidades y reales situaciones de la vida. Si decimos que el libro es grande, podemos entender mejor lo que lo hizo grande.

La lectura de la Bibñlia nunca volverá a ser la misma. Conscientes de la extraordinaria historia de la Biblia y su resultante complejidad, podemos - y probablemente debemos - leer el libro con una nueva profundidad de apreciación. Podemos leer una página de la Biblia y saber que tres o hasta cuatro personas, todas artistas, todas escribiendo a partir de su propia experiencia, en sus propios momentos históricos, separadas por siglos, contribuyeron a confeccionar esa página. Y, al mismo tiempo, podemos leer la página tal como está, aprender de ella, averiguar cómo la interpretaron otros en el curso de miles de años.

Para aquéllos de nosotros que leemos la Biblia como literatura, este nuevo conocimiento debería traer una nueva relación con los individuos que la escribieron, un nuevo camino hacia la evaluación de sus habilidades artísticas, y una nueva admiración por la belleza final y la complejidad del libro.

Para aquéllos de nosotros que lo leemos en busca de la historia, este proyecto abre continuamente nuevos canales para revelar lo que ocurría en varios momentos históricos, y una nueva sensibilidad a cómo los individuos en la sociedad bíblica respondieron a esos momentos.

Para los que consideran la Biblia como sagrada, puede significar nuevas posibilidades de interpretación; puede significar un nuevo asombro ante la gran cadena de sucesos, personas, y siglos que se juntaron tan intrincadamente para producir un incomparable libro de enseñanzas.

Y para todos nosotros que vivimos en esta civilización que la Biblia jugó una parte tan central en configurar, puede ser un canal para ponernos más en contacto con personas y fuerzas que afectaron nuestro mundo.

Después de todo, la pregunta es, no sólo quién escribió la Biblia, sino quién la lee.


PrefSegEdición  |  Prefacio  | AutoresBibliaIntro  | AutoresBiblia1 | AutoresBiblia2 |
AutoresBiblia3  | AutoresBiblia4 | AutoresBiblia5AutoresBiblia6 | AutoresBiblia7 |
AutoresBiblia8  | AutoresBiblia9 | AutoresBiblia10 | AutoresBiblia11 | AutoresBiblia12 |
AutoresBiblia13 | AutoresBiblia14 | AutoresBibliaApendice1AutoresBibliaApendice2 
AutoresBibliaApendice3 | AutoresBibliaApendice4 | AutoresBibliaApendice5
AutoresBibliaIdentif | AutoresBibliaNotas | AutoresBibliaRecon | AutoresBibliaBibliog

Sección de Libros 1

Index1