Para
imaginar quién era este autor-editor de Deuteronomio y los
siguientes seis libros de la Biblia, es necesario examinar
lo que contenía la obra de esta persona.
Primero que
todo, incluía el código de leyes en el centro del libro de
Deuteronomio.
EL CONTENIDO DEL CÓDIGO DE LEYES
El código de
leyes ocupa más o menos la mitad del libro, capítulos
12-26.
La primera
ley es la ley de centtralización del culto. Le dice al
adorador que, si quiere comer carne, no debe simplemente
sacrificar su oveja o vaca él mismo. En su lugar, debe
llevar al animal al único lugar de culto aprobado, el
"lugar donde Yahvé ponga su nombre", y alli un sacerdote
consagrado matará el animal en el altar. De acuerdo con
Deuteronomio, la única excepción a esta regla es cuando
alguien vive demasiado lejos del lugar oficial para llevar
el animal hasta allí. En ese caso, puede matar el animal
en su casa, con tal de que vierta la sangre en el suelo.1
El código
legal deuteronómico también contiene la "ley del rey". Se
requiere que el rey sea escogido por Yahvé (lo cual,
presumiblemente, significa ser designado por un profeta),
que el rey no sea un extranjero, que no adquiera muchos
caballos, que no tenga muchas mujeres (esposas y
concubinas), ni grandes cantidades de plata y oro, y que
escriba una copia de esta ley en frente de los levitas y
la lea regularmente.2
El código de
leyes de Deuteronomio también contiene prohibiciones
contra la práctica de la religión pagana. Contiene
instrucciones concernientes a profetas, especialmente
falsos profetas. Trata de caridad, justicia, leyes sobre
la familia y la comunidad, días festivos, leyes
dietéticas, leyes concernientes a la guerra, y una
variedad de leyes sobre una amplia gama de asuntos, desde
el tratamiento de los esclavos hasta cuestiones agrícolas
y la práctica de la magia. Además, se refiere regularmente
al bienestar de los levitas;
instruye al pueblo para que provea para los levitas.
¿QUIÉN ESCRIBIÓ EL CÓDIGO
DE LEYES?
Cuando le
tocó el turno a Baruch Halpern presentar un trabajo en el
seminario del Departamento del Cercano Oriente de Harvard,
presentó investigaciones con las cuales intentaba
averiguar de dónde vino este código de leyes.
Primero
preguntó: ¿Vino de alguien en la corte real? ¿Lo hizo
escribir Josías o algún otro rey para que sirviera sus
propios propósitos políticos? Esto parecía improbable.
Después de todo, contiene la ley del rey. Esta ley dice
que el rey "no multiplicará plata y oro en gran manera".
Un rey que está estableciendo un código legal "fraude
piadoso" para su propio provecho político, ¿por qué
incluiría una ley que dice que no puede tener mucho
dinero? La ley también le prohibe tener muchas mujeres o
adquirir muchos caballos, y le exige escribir una copia de
la ley en frente de los sacerdotes levitas. ¿Por qué
querría un rey sobrecargarse con todas estas
restricciones?
El código de
leyes de Deuteronomio no aparenta ser un libro producido
en una corte. En realidad, contiene material que se
relaciona con las condiciones que existían antes de que
hubiese reyes en Israel o Judá.
Un ejemplo
de esto es el grupo de leyes de la guerra que aparecen en
Deuteronomio 20 y 21. Estas leyes tienen que ver con
llamar al pueblo para elir a la guerra. Antes de entrar en
combate, los jueces tenían que hacerle un anuncio al
pueblo: Cualquiera que hubiese construido una casa y no la
hubiese dedicado, o cualquiera que se hubiese comprometido
con una mujer pero no se hubiese casado todavía, debía ir
a su casa o a su esposa. No debía correr el riesgo de
morir en la guerra y permitir que su casa o su esposa
fuesen tomadas por alguien más. Tambien se exceptúa del
reclutamiento a cualquiera que tenga miedo. El hombre que
está asustado debe irse a su casa, para que no debilite el
espíritu de otros también. Las leyes de guerra también
dicen que, después de una victoria militar, se le prohibe
a un israelita violar a una mujer capturada. A las mujeres
del grupo que ha sido derrotado se les debe dar tiempo
para que lloren a los miembros perdidos de su familia, y
después pueden ser tomadas por esposas, o de lo contrario,
deben ser dejadas en libertad.
Ahora bien,
este grupo de leyes de guerra supone reclutamiento militar
universal - es decir, una leva. Se refiere a ciudadanos
ordinarios que están siendo reunidos para formar un
ejército. En realidad, existía ese llamado a las fuerzas
de las tribus israelitas en los primeros años del
país. En tiempos de urgencia, los israelitas eran
reclutados para el servicio militar. Sin embargo, con el
surgimiento de la monarquía, esta especie de reclutamiento
fue reemplazada por ejércitos profesionales. Los reyes
querían tener fuerzas profesionales permanentes que
respondieran sólo al rey, en lugar de estar obligados a
volverse a las tribus en busca de apoyo. Por consiguiente,
las leyes de guerra en el libro de Deuteronomio no
reflejan los intereses de los reyes. Más bien, estas leyes
indican un punto de vista temprano, no monárquico. En este
código de leyes, hay instrucciones con respecto a demandas
legales que también parecen proceder de alguna parte
diferente del palacio. Dan jurisdicción en cuestiones
legales a los levitas, no al rey ni a las personas
designadas por él.
Los levitas,
la tribu sacerdotal de Israel, parecen un grupo más
probable dónde buscar al autor de Deuteronomio que los
cortesanos reales. En muchos puntos, el libro parece haber
sido escrito para defender sus intereses. Comienza con las
leyes de centralización religiosa, que prohiben que
personas laicas efectúen sus propios sacrificios.
Repetidamente, el libro requiere que el pueblo cuide a los
levitas. Incluye leyes de diezmos y ofrendas religiosos.
Requiere que el rey escriba su copia de la ley en
presencia de los levitas. Declara que los levitas son la
correcta tribu sacerdotal. Regularmente se ocupa del
cuidado de este grupo. Por consiguiente, la mayoría de los
investigadores ha relacionado el código de leyes de
Deuteronomio con los levitas, de una manera u otra.
¿CUÁLES SACERDOTES?
Pero,
¿cuáles levitas? Había habido varios círculos sacerdotales
diferentes en Israel y en Judá. En Jerusalén, había un
sacerdocio identificado como descendientes de Aarón. En
Bet-el, había habido sacerdotes que el rey Jeroboam había
designado. Estaban los levitas del reino del norte que
fungían en Silo. Había los levitas rurales, el clero local
que fungió en los varios lugares altos durante la mayor
parte de la historia de Israel y de Judá. Halpern
preguntó: ¿A cuál casa sacerdotal y a cuál período podría
limitarse la búsqueda del autor del código de leyes de
Deuteronomio?
No era
probable que el autor se encontrase entre los sacerdotes
del templo de Jerusalén. Es cierto que a este grupo le
habría gustado la idea de centralizar la religión en su
templo; pero este grupo también era arónida. Su linaje se
remontaba a Aarón, y distinguían entre aarónidas y todos
los demás levitas. Sin embargo, el código de leyes de
Deuteronomio no hace distinción entre las familias
levitas, y nunca menciona el nombre de Aarón. Tampoco se
refiere nunca al arca, los querubines, ni a ningún otro
implemento religioso que se guardaba en el templo de
Jerusalén. Tampoco se refiere nunca al oficio de sumo
sacerdote, y el sumo sacerdote había sido siempre aarónida
desde el día en que el rey Salomón expulsó al sacerdote
Abiatar e hizo del sacerdote Sadoc el único sumo
sacerdote. Así, pues, el código de leyes de Deuteronomio
no representa el punto de vista de los sacerdotes
aarónidas de ningún período.
Las leyes
tampoco reflejan los puntos de vista de los sacerdotes que
fungíeron en Bet-el durante los doscientos años entre
Jeroboam y la caída de Israel en 722. Esos sacerdotes no
eran levitas. Las leyes de Deuteronomio favorecen a los
levitas y consideran sólo
a los levitas como sacerdotes legítimos.
El autor del
código de leyes de Deuteronomio no procedía de los levitas
rurales tampoco. La primera ley, y quizás la más
adelantada, del código de leyes es la centralización de la
religión, el requisito de que todos los sacrificios debían
ser llevados a un solo altar central. Ésta fue la ley que
sacó de la actividad a los levitas rurales. Significaba la
destrucción de los lugares altos en los cuales aquellos
fungían. El código de leyes de Deuteronomio muestra preocupación por esos
levitas; da instrucciones al pueblo para que se preocupen
por ellos. Pero no los autoriza.
Es decir, no les permite ser sacerdotes oficiales, que
presiden sobre los sacrificios en el lugar central de
culto. La persona que escribió la ley de Deuteronomio
ciertamente no representaba los intereses de este grupo.
LOS SACERDOTES DE SILO
Por
consiguiente, el lugar donde se debe buscar al autor de
Deuteronomio era un grupo (1) que quería la centralización
de la religión, pero no ligada al arca ni al sacerdocio de
Jerusalén; (2) que se preocupaba por el sostenimiento de
todos los levitas, pero autorizaría sólo un grupo de
levitas centrales;
(3) que aceptaba tener un rey, pero quería limitaciones a
su gobierno; (4) que tenía una posición premonárquica en
cuestiones de guerra.
Esto se oye
como los sacerdotes de Silo - el mismo grupo que produjo
E.
Los
sacerdotes de Silo creían en la centralización del culto,
porque Silo había sido una vez el centro religioso
nacional, en los días de Samuel.
No
relacionaban la centralización con el arca ni con el
sacerdocio de Jerusalén porque su líder Abiatar había sido
expulsado de Jerusalén por Salomón, y desde entonces, el
sacerdocio de Jerusalén había sido aarónida.
Insistían en
que sólo levitas eran sacerdotes legítimos, pues ellos
mismos eran levitas, y habían sido reemplazados por no
levitas en Bet-el.
Tenían
buenas razones para instar al pueblo a que se preocuparan
por los levitas en necesidad, porque ellos eran levitas
necesitados, sin tierras ni empleo.
Aceptaban
tener rey, puesto que su líder Samuel había designado y
ungido los primeros dos reyes de Israel. Querían que
hubiese limitaciones al gobierno real, pues la aceptación
de la monarquía por Samuel había sido de mala gana, y el
rey Salomón y el rey Jeroboam los había tratado mal.
Asumían una
posición premonárquica con respecto a la guerra,
prefiriendo el reclutamiento tribal al ejército
profesional, porque había sido con el surgimiento de
ejércitos profesionales que los reyes se habían vuelto
independientemente poderosos y ya no tenían que depender
de que el pueblo los apoyase.
Por lo menos
el código de leyes
de Deuteronomio, pues, fue escrito probablemente por
alguien conectado con los sacerdotes de Silo. No era
necesario que hubiese sido escrito como fraude piadoso
poco antes de ser descubierto por Hilcías. Reflejaba los
intereses de los sacerdotes de Silo justo en cualquier
momento después de la división de Israel y Judá.
Otros
investigadores antes de Halpern habían dicho que
Deuteronomio podría haber sido escrito en Israel antes de
la destrucción por Asiria, y luego llevado al sur, a Judá,
en 722. Pero, preguntaba Halpern, ¿qué significaba
"llevado al sur, a Judá"? Si el código de leyes de
Deuteronomio había realmente escrito por un grupo de
sacerdotes desplazados en un reino que en ese entonces
estaba destruido, ¿cómo encontró este documento el camino
hacia el templo de Judá? ¿Cómo se convirtió en ley del
territorio?
Era
necesario seguir el rastro a este rollo y ver qué se había
hecho con él. Resultó que la conexión con Silo se
fortaleció con la investigación de cómo apareció el código
de leyes en la mitad de Deuteronomio. Esto también condujo
al descubrimiento de la identidad del mismo Deuteronomio.
LA CONEXIÓN SILO
El
historiador deuteronómico tomó el código de leyes y le
añadió una introducción. La introducción, Deuteronomio
1-11, dice que éste es el último discurso de Moisés.
Luego, describe a Moisés repasando los principales
incidentes de sus cuarenta años con el pueblo.
Luego, el
escritor deuteronómico describe a Moisés entregando el
código de leyes, Deuteronomio 12-26, y añade una lista de
bendiciones y maldiciones, por la fidelidad o la
infidelidad, respectivamente, al código en Deuteronomio
27-28.
Luego añade
una conclusión, describiendo las últimas palabras y los
últimos actos de Moisés. Moisés anima al pueblo. Escribe
"esta Torá" en
un rollo. Se lo da a los levitas. Les dice que lo pongan al lado del arca. Y
luego muere.
Después, el
escritor deuteronómico ubica a Deuteronomio al principio
de la historia que fluye a través de Josué, Jueces,
Samuel, y Reyes. Y entonces escribe el fin culminante: el
sacerdote Hilcías halla el rollo, y el rey Josías lo
cumple.
¿Cómo
fortaleció esto la conexión Silo? Porque resultó que el
historiador deuteronómico estaba conectado con los
sacerdotes del mismo Silo.
Primero, el
historiador deuteronómico parece haber tenido la misma
actitud poco admirativa hacia el sacerdocio aarónico que
tenían los sacerdotes de Silo. En su introducción y
conclusión al libro de Deuteronomio, menciona a Aarón sólo
dos veces: una vez para decir que murió,3
y una vez para decir que Dios fue lo bastante loco como
para destruir a Aarón en relación con el becerro de oro.4
El deuteronomista también añadió una alusión gratuita al
caso de María blanca como la nieve, otro relato en que
Aarón había actuado muy mal y Dios se había enojado contra
él.5
Segundo, el
deuteronomista - y su héroe, el rey Josías - compartían la
antipatía de los sacerdotes silonistas hacia Salomón y
Jeroboam, los dos reyes que les habían quitado a los
silonitas su autoridad. En el caso de Salomón, el
historiador dice que Salomón hizo lo malo en su vejez, que
regresó a la religión pagana, que siguió a la diosa
sidonia Astoret, al dios moabita Quemos, y al dios amonita
Milcom, y que construyó lugares altos para estas deidades
en una colina en frente de Jerusalén.6
Luego, el historiador informa, al final de la historia,
que parte de la reforma de Josías fue eliminar estos
mismos lugares altos. Su lenguaje deja bien claro que su
intención era describir los actos de Salomón en la peor
luz posible. Escribió que Josías
profanó los lugares altos que estaban delante de Jerusalén ... que Salomón había edificado a Astoret, ídolo abominable de los sidonios, y a Quemos, ídolo abominable de Moab, y a Milcom, ídolo abominable de los hijos de Amón.7
Eso en
cuanto a Salomón. El deuteronomista también escribió
criticando las actividades constructoras religiosas de
Jeroboam, a saber, los lugares altos en Dan y Bet-el
dedicados al becerro de oro, e informó que Josías destruyó
por lo menos el lugar alto de Bet-el.8
Los
sacerdotes de Silo no podrían haber esperado menos de
Josías. Estaba corrigiendo los errores que se habían
cometido contra ellos tres siglos antes. Y el historiador
deuteronómico estaba presentando este rey como la
culminación de tres siglos de historia.
JEREMÍAS
Hubo otra
persona conectada con el rey Josías y con la historia
deuteronómica. La asociación de esta persona con ellos
confirmó adicionalmente la conexión Silo, y nos acercó un
paso más aconocer la identidad del deuteronomista.
De acuerdo
con el libro de Jeremías, este profeta admiraba al rey
Josías e inició su ministerio como profeta durante el
reinado de Josías.9
De acuerdo con el libro de Crónicas, Jeremías compuso una
lamentación para Josías cuando éste fue muerto.10
Jeremías
estaba conectado con los consejeros de Josías que estaban
involucrados con "el libro de la Torá". Recuérdese que el sacerdote
Hilcías había descubierto el libro, y el escriba Safán se
lo había llevado al rey Josías y se lo había leído. Cuando
Jeremías envió una carta a los exiliados en Babilonia, fue
entregada a su nombre por Gemarías, hijo de Hilcías, y Elasa, hijo
de Safán.11
Cuando Jeremías escribió un rollo de profecías contra
Joacim, hijo de Josías, fue leído en el aposento de
Gemarías, hijo de Safán.12
Gemarías, hijo de Safán, estuvo al lado de Jeremías en los
momentos críticos de su vida, como lo hizo Ahicam, hijo de
Safán, que salvó a Jeremías de ser lapidado.13
Y Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, cuando fue
designado gobernador de Judá por Nabucodonosor, puso a
Jeremías bajo su protección.14
De algún
modo, Jeremías estuvo conectado con Josías y con el libro
de la Torá. ¿Qué
tiene que ver esto con la conexión Silo?
Primero que
todo, Jeremías es el único profeta en la Biblia que se
refiere a Silo (cuatro veces).15
Segundo,
llama a Silo "el lugar donde yo [Dios] hice morar mi
nombre", que es el término deuteronómico para el lugar
central de culto.16
Tercero, lo
último que oímos acerca del sacerdocio de Silo fue que su
líder, Abiatar, que había sido uno de los dos sumos
sacerdotes de David, había sido expulsado de Jerusalén por
Salomón. Salomón desterró a Abiatar a su propiedad
familiar en el pueblo de Anatot. que hasta la fecha es un
pueblo pequeño fuera de Jerusalén. En Anatot, Abiatar
presumiblemente podría ser vigilado y mantenido lejos de
problemas, porque era un pueblo de los sacerdotes
aarónicos.17
¿Cuál es la conexión entre el hecho de que el último líder
de Silo terminara en Anatot, por una parte, y Jeremías y
el libro que Hilcías encontró, por la otra? El primer
versículo del libro de Jeremías es:
Las palabras de Jeremías, hijo de Hilcías, de los
sacerdotes que estuvieron en Anatot.
Jeremías, el
profeta que favorecía a Josías, y que estaba cerca del
pueblo que descubrió la Torá,
y que se refería a Silo como el antiguo y gran lugar
central de culto, era sacerdote de Anatot.Y su padre era
un sacerdote llamado Hilcías. (Para no exagerar el caso,
no sabemos si el padre de Jeremías era el mismo sacerdote
Hilcías que descubrió el libro). Y los residentes de
Anatot, una ciudad aarónida, eran hostiles a Jeremías.18
Jeremías es
un sacerdote, pero nunca sacrifica, lo cual también es
consistente con la posición de los sacerdotes de Silo.
Además, es el único profeta que alude a la historia de la
serpiente de bronce de Moisés.19
La historia de esa serpiente procede de E, la fuente de
Silo. El rey Ezequías había hecho añicos esa serpiente. Su
destrucción de una antigua reliquia que estaba asociada
con el mismo Moisés fe probablemente un golpe a los
sacerdotes de Silo. Fueron ellos los que contaron esta
historia, tenían a Moisés particularmente en gran estima,
y puede que hayan sido descendientes de Moisés. Por otra
parte, el rey Josías, que era el niño mimado de los
sacerdotes de Silo, tenían un registro diferente de la
serpiente de bronce. En hebreo, el término para denominar
la serpiente de bronce es "Nehustán". Josías casó a su
hijo con una mujer que puede haber estado conectada con el
circulo de Silo, porque se llamaba Nehusta.20
Yo añadiría
a las observaciones de Halpern que Jeremías. no sólo es el
único profeta que se refiere a Silo y que alude a la
serpiente de bronce de Moisés; es también el único profeta
que se refiere a Samuel, el sacerdote-profeta-juez que fue
la figura más grande en la historia de Silo. Junto con
Moisés, Jeremías habla de Samuel como los dos grandes
hombres de la historia del pueblo.21
Hay una cosa
más que que conecta al profeta Jeremías con Deuteronomio y
los sucesos que lo rodean, y es probablemente la evidencia
más fuerte de todas. Como muchos lectores, tanto
tradicionales como críticos, han observado, el libro de
Jeremías parece haber sido escrito, en varios puntos, en
el mismo lenguaje y concepto que Deuteronomio. Partes de
Jeremías son tan similares a Deuteronomio que es difícil
creer que no fueron escritas por la misma persona.
Sólo para dar algunos ejemplos:
Deuteronomio |
Jeremías |
Acontecerá
que, si oyéreis atentamente la voz de Jehová tu Dios
... (Deut. 28:1) |
Si vosotros ne
obedeciéreis, dice Jehová ... (Jer. 17:24). |
Circuncidad, pues, el
prepucio de vuestro corazón ...(Deut. 10:16) |
Circuncidaos a Jehová,
y quitad el prepucio de vuestro corazón ... (Jer.
4:4). |
... a todo el ejército
del cielo ... (Deut. 4:19; 17:3) |
... a todo el ejército
del cielo ... (Jer. 8:2; 19:3) |
... os ha sacado del
horno de hierro, de Egipto ... (Deut. 4:20) |
... el día que los
saqué de la tierra deEgipto, del horno de hierro ...
(Jer. 11:4) |
... de todo tu corazón
y de toda tu alma ... (Deut. 4:29; 10:12; 11:13; 13:4) |
... de todo mi corazón
y de toda mi alma ... (Jer. 32:41) |
Las
investigaciones de Halpern sobre D y las mías sobre E
se complementaron mutuamente. Cada uno de nosotros
identificó una fuente bíblica con el mismo grupo: los
sacerdotes de Silo. Y el hecho es que estas dos
fuentes, E y D, tienen muchas cosas en común.
Ambas se
refieren a la montaña a donde Moisés y el pueblo van
en el desierto llamándola Horeb 22
(en oposición a J y a P, que la llaman Sinaí).
Ambas
fuentes usan la expresión crucial "el lugar donde
Yahvé pone su nombre").23
(La expresión no ocurre en J ni en P).
Ambas
consideran a Moisés como bueno, y más que bueno. Él
está en un momento histórico singularmente crucial
para ella. Su personalidad se desarrolla cuidadosa y
extensivamente. (No hay nada comparable ni en J ni en
P).
Ambas
ponen gran énfasis en el papel de los profetas - lo
cual tiene sentido, dado que sus héroes incluían
figuras como Moisés, Samuel, Aías, y más tarde
Jeremías. (La misma palabra "profeta" ocurre sólo una
vez en P y nunca en J).
Ambas
favorecen y apoyan a los levitas. (En J, los levitas
son dispersados como compensación por haber masacrado
Leví al pueblo de Siquem; en P, los levitas están
separados de la familia aarónida de sacerdotes y están
en un nivel inferior a ellos.
Ambas
consideran a Aarón como malo, refiriéndose a su papel
en el episodio del becerro de oro y el de María blanca
como la nieve. (Ninguno de éstos es mencionado ni en J
ni en P).
LOS SACERDOTES DE SILO
Por
tanto, las leyes y las historias de D estaban tan
ligados a la vida del mundo bíblico como lo estaban J
y E. Expresaban las convicciones y las esperanzas de
una antigua y distinguida familia sacerdotal por medio
de generaciones de frustración. Y, en las partes
posteriores (Dtr1),
reflejaban un día feliz cuando, por medio del rey
Josías, algunos miembros de aquella familia regresaron
a posiciones de autoridad y respeto.
Uno
podría preguntarse: ¿Podrían los sacerdotes siloítas
haber mantenido realmente su identidad durante
trescientos años después de haber estado fuera del
poder y sin un centro religioso de importante?
Respuesta: Sí. Esto ha ocurrido en familias,
especialmente familias políticamente activas, en
muchos países y en varias épocas de la historia.
Ciertamente, hay familias cuyo linaje se remonta a los
sacerdotes bíblicos o a los levitas hasta la
actualidad, aunque estos grupos han estado fuera del
poder durante mil novecientos años. Aun por el
contrario, las familias sacerdotales del Israel
bíblico y del Judá bíblico habrían sido más
conscientes del linaje porque la posición sacerdotal
misma era hereditaria. Además, los sacerdotes de Silo
eran posiblemente musitas - es decir, descendientes de
Moisés - y una familia que tuviese un antepasado tan
famoso y tan noble aun más probablemente sería
consciente de su patrimonio.
Además,
el destino particular de los sacerdotes siloítas
durante esos siglos puede explicar las peculiaridades
de las fuentes. Por ejemplo, el arca no se menciona en
E ni en el código de leyes deuteronómico. Ambos fueron
escritos cuando los sacerdotes siloítas no tenían
acceso al arca. Pero el arca sí se menciona en las partes de
Deuteronomio que fueron escritas durante el reino de
Josías (Dtr1),
cuando los siloítas sí tenían acceso
al arca.
Aparentemente,
los sacerdotes de Silo eran un grupo de una continuada
tradición literaria. Escribieron y conservaron textos
durante siglos: leyes, relatos, informes históricos, y
poesía. Estaban asociados con escribas. Aparentemente,
tenían acceso a archivos de textos preservados. Quizás
mantuvieron esos archivos ellos mismos, de la misma
manera que otro grupo de sacerdotes fuera del poder
hizo en Qumran siglos más tarde. Los archivos de
Qumran, conocidos como los Rollos del Mar Muerto, eran
la colección de leyes, relatos y poesía del grupo de
Qumran; y esto también incluía un código de leyes que
se aplicarían en el momento en que el grupo de Qumran
regresara a una posición de autoridad en Jerusalén: el
rollo del templo, que el arqueólogo Yugael Yadin
rescató y publicó en 1977.
LA CREACIÓN DE LA
HISTORIA DEUTERONÓMICA
En los
días del rey Josías, el historiador deuteronómico
recopiló su historia con los textos que tenía
disponibles. El principio de su historia fue el libro
de Deuteronomio y la conclusión fue la historia de
Josías.24 La
manera en que manejó los textos incluidos entre estas
dos porciones demuestra el impacto que los sucesos del
mundo antiguo tuvieron en la manera en que la Biblia
llegó a ser escrita.
Tomó
textos que contaban la historia de la llegada de su
pueblo al territorio - las historias de Josué, Jericó,
y la conquista - y añadió unas pocas líneas al
principio y al final para fijar la historia en cierta
luz. Esto se convirtió en el libro de Josué.
Hizo lo
mismo con el siguiente juego de textos, qe contaban la
historia de los primeros años del pueblo en el
territorio: las historias de Débora, Gedeón, y Sansón.
Esto se convirtió en el libro de Jueces.
Luego,
puso las historias de Samuel en Silo: las historias de
Saúl y de David, los primeros reyes. Esto se convirtió
en el libro de 1 Samuel.
Después
de eso, fijó la Historia de la Corte de David. Ésta se
convirtió en el libro 2 de Samuel.
Luego,
tomó varios textos que contaban las historias de los
reyes que vinieron después de David, y armó con ellos
una historia continua que llegaba hasta el tiempo de
su propio rey: Josías. Y esto vino a ser los libros de
1 y 2 Reyes.
Logré
establecer este cuadro esta imagen de su obra aislando
las líneas que él añadió a estos textos de archivo.
Sólo es posible hallarlos en el rompecabezas ahora por
medio de un cuidadoso examen de la redacción, la
gamática, la sintaxis, el tema, y la estructura
literaria. Aquí me refiero solamente a aquellas líneas
acerca de las cuales hay un grado relativamente alto
de certidumbre. Por regla general, no nos apresuramos
a llamar inserción a una línea a menos que estén
presentes dos o más de estos indicios. Es
impresionante leer estas líneas y ver cómo esta
persona dio forma y dirección a seiscientos años de
historia con sólo unas pocas y cortas inserciones -
cortas, pero cuidadosamente redactadas e
ingeniosamente insertadas.
Las
inserciones en el libro de Josué son de las primeras
palabras de Dios a Josué cuando éste reemplaza a
Moisés, en un pasaje concerniente a una ceremonia
nacional de pacto, que Josué conduce en el monte Ebal,
y en discursos que Josué dirige al pueblo en Silo
antes de morir.25
Todas las líneas insertadas se refieren a la Torá de
Moisés. Señalan que Josué leyó al pueblo cada una de
las palabras de ella y las grabó en piedra. Advierten
que el destino del pueblo en el territorio depende de
con cuánta fidelidad la observen.
La
inserción al principio del libro de Jueces dice que el
pueblo a menudo no obedecía a Yahvé, que se volvía a
otros dioses, que Yahvé permitía que otros pueblos los
dominaran, que luego el pueblo lamentaba su
infidelidad, y que Yahvé luego los perdonaba y proveía
un juez para que los salvara. Este patrón de
infidelidad-derrota-arrepentimiento-perdón se
convirtió en un tema central al cual se ajustan todas
las historias del libro de Jueces. Luego, el
historiador deuteronómico añade otras notas cortas en
lugares subsiguientes del libro de Jueces que
demuestran que este patrón funcionó en la historia. Es
decir, observa que las desgracias que el pueblo sufrió
eran el resultado de su infidelidad.26
De este
modo, el historiador deja bien claro, con sólo una
pequeña cantidad de escritura en Deuteronomio, Josué y
Jueces, que (1) Dios había dado instrucción al pueblo,
(2) que había sido advertido de que su destino
dependía de su fidelidad a esta instrucción, y (3) que
su historia subsiguiente era el registro de cuán bien
o cuán mal les había ido cuando acataban o dejaban de
acatar esta advertencia.
Las
inserciones del deuteronomista en el libro de 1 Samuel
fueron pocas pero importantes. Como en el libro de
Josué, las situó en comunicaciones que que se hicieron
en momentos importantes de la historia: en el discurso
de Samuel al pueblo después del establecimiento del
arca, en las instrucciones de Yahvé a Samuel para que
le diera un rey al pueblo, y en el discurso de Samuel
al pueblo el día de la toma de posesión de la
monarquía. Cada una de estas inserciones involucraba
el punto de la fidelidad del pueblo solamente a Yahvé.27
En 2
Samuel, hizo una sola inserción, la promesa del pacto
davídico, de que David y sus descendientes después de
él conservarían el trono, eterna e incondicionalmente.28
En los
libros de Reyes, su tarea fue más complicada. No sólo
estaba insertando líneas ocasionales en un texto por
lo demás continuo. Más bien, tuvo que componer esta
sección de su historia con varios textos diferentes de
su archivo. Aparentemente, no había una sola historia
de los dos reinos, Israel y Judá. Sólo había historias
del uno o del otro. El deuteronomista tomó una
historia de los reyes de Israel y una de los reyes de
Judá, las cortó en rebanadas y las entrelazó la una
con la otra.
Por
ejemplo, cuenta la historia de Asa, rey de Judá. Al
final de ella, se vuelve a Israel y dice: "Comenzó a
reinar Acab, hijo de Omri, sobre Israel el año treinta
y ocho de Asa, rey de Judá.29
Luego, cuenta la historia de Acab, rey de Israel, y al
final de ella regresa a Judá, y dice: "Josafat, hijo
de Asa, comenzó a reinar en el cuarto año de Acab, rey
de Israel".30
Y así sucesivamente.
Unió las
historias comenzando cada una con la fórmula "hizo lo
malo a los ojos de Yahvé" o "hizo lo recto a los ojos
de Yahvé". Y sólo dio información que consideraba
relevante acerca de su historia de cada rey. A los
lectores que podrían querer más hechos, los refiere de
vuelta a sus fuentes, diciendo, por ejemplo, "El resto
de los hechos de Acab y todo lo que hizo, ¿no están
escritos en el libro de las crónicas de los reyes de
Israel?".31
Por
consiguiente, no estaba sólo registrando anales.
Estaba componiendo una historia de su pueblo, una
historia con un propósito y un mensaje. Dejó el
mensaje claro con algunas inserciones adicionales en
estos libros. Insertó varias referencias al pacto con
davídico, algunas de las cuales he citado al comienzo
de este capítulo. Volvió a subrayar la promesa eterna
e incondicional de este pacto, de que la familia de
David conservaría siempre el trono, aunque hiciera lo
malo. Éste era un punto importante para que lo
desarrollase el deuteronomista. Le permitía criticar a
los reyes de Judá por hacer lo malo, y todavía relatar
el hecho histórico de que su familia permaneció en el
trono por cientos de años.
EL PACTO
Los
modernos investigadores estaban confundidos por estas
inserciones acerca del pacto davídico. A veces, las
inserciones reiteraban esta promesa de que los reyes
davídicos gobernarían para siempre, aunque pecaran;
pero, a veces, parecían estar diciendo justamente lo
opuesto, de que los reyes podrían gobernar sólo si no pecaban.
Por
ejemplo, la promesa del pacto en 2 Samuel dice
explícitamente que, aunque el rey hiciera lo malo,
conservaría el trono:
Yo le castigaré con vara de hombres
y con azotes de hijos de hombres, pero mi misericordia
no se apartará de él ... Y será afirmada tu casa y tu
reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono
será estable eternamente.
Pero la
promesa del pacto en 1 Reyes 8:25 dice que la tenencia
del trono por el rey sí depende de su conducta:
No te faltará varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden mi camino y anden delante de mí, como tú has andado delante de mí.
¿Cómo pudo el
deuteronomista insertar líneas que flagrantemente se
contradecían entre sí? ¿Era el pacto condicional o
incondicional?
Si
examinamos todos los pasajes que mencionan el pacto
davídico, descubriremos que todos los pasajes condicionales
hablan de que los reyes tendrían el trono de Israel. Todos
los pasajes incondicionales
hablan de que los reyes tendrían el trono. Esta
pequeña diferencia de redacción no era tan pequeña
para el escritor. Tenía que habérselas con el hecho
histórico de que la familia de David comenzó
gobernando entero el reino unido de Israel, pero que
lo había perdido todo, excepto su propia tribu, la de
Judá. Por consiguiente, pintó la promesa del pacto con
David como en parte condicional y en parte
incondicional. El trono de Judá en Jerusalén era
incondicional. Habría de pertenecer a los
descendientes de David para siempre. Pero el trono de
todo Israel habría de pertenecerles solamente si eran
dignos. Que no lo eran. Así que lo perdieron.
El
escritor deuteronómico añadió un ligero giro
enigmático en este punto. Cuando describió al profeta
Ahías de Silo quitándole el trono de Israel a los
davídicos y entregándoselo a Jeroboam, escribió que
Ahías le había dicho a Jeroboam:
Yo te entregaré a Israel. Y afligiré a la descendencia de David a causa de esto, mas no para siempre.32
Ahías
parece estar diciendo que la pérdida de Israel por
parte de los reyes davídicos no duraría para siempre.
Y, de hecho, el rey Josías
intentó recuperar el territorio septentrional, Israel.
Nuevamente, los sucesos del mundo bíblico impactaron
la manera en que un autor bíblico contó la historia.
En este caso, las vueltas de fortuna política del país
afectó la formulación, por parte del escritor, del
pacto entre Dios y su rey ungido, su mesías, lo cual
se convirtió en uno de los elementos centrales del
judaísmo y el cristianismo. El hombre que ensambló la
historia deuteronómica, como los que escribieron J, E
y el código deuteronómico de leyes, estaba
inextricablemente atado a los problemas del mundo que
lo rodeaba, sus momentos de gozo y sus catástrofes. Y
esos problemas y sucesos impactaron la manera en que
describió a Dios y la historia.
Algunos
dirían que esto hace a este escritor culpable de
"fraude piadoso", fabricando un pacto entre Dios y el
rey David y maquinando sus términos para ajustarlos a
eventos futuros de la historia. A mí no parece que sea
así. El escritor deuteronómico no fabricó él mismo la
tradición del pacto davídico. Sólo escribió acerca de
él. La tradición
era mucho más antigua que él. Las tradiciones del
pacto davídico aparecen en algunos salmos bíblicos
compuestos antes de que el deuteronomista siquiera
tomara su pluma33.
Además, es difícil imaginar que el deuteronomista
pudiera haberse salido con la suya fabricando un pacto
davídico en 622 A.C. y afirmando que había existido
durante cuatrocientos años sin que nadie hubiese oído
hablar de él. ¿Quién le habría creído? Más bien, el
proceso de escribir historia era más complejo que eso.
El escritor deuteronómico estaba gobernado tanto por
los sucesos como por la tradición. Su tarea era tanto
registrar la historia como interpretarla a la luz de
la tradición.
DANDO FORMA A LA HISTORIA
El
historiador deuteronómico desarrolló otros asuntos en
los libros de Reyes, además del pacto con David. En
varias ocasiones, identificó a Jerusalén y a su templo
como "el lugar en que Yahvé hace morar su nombre" - es
decir, usó el lenguaje del código de leyes de
Deuteronomio. En el código de leyes, la expresión "el
lugar en que Yahvé hace morar su nombre" se refiere al
único lugar central donde se suponía que debían tener
lugar todos los sacrificios. El historiador
deuteronómico dejó bien claro que el templo de
Jerusalén se había convertido en ese lugar. También
añadió más referencias a la Torá.
Así,
pues, dio forma a la historia de su pueblo alrededor
de los temas de (1) fidelidad a Yahvé, (2) el pacto
davídico, (3) la centralización de la religión en el
templo de Jerusalén, y (4) la Torá. Y
luego interpretó los principales sucesos de la
historia a la luz de estos factores. ¿Por qué se
dividió el reino? Porque Salomón había abandonado a
Yahvé y a su Torá.
¿Por qué conservaron Jerusalén y Judá los
descendientes de David? Porque Dios había hecho una
promesa de pacto incondicional a David. ¿Por qué cayó
el reino septentrional de Israel? Porque el pueblo y
sus reyes no obedecieron a la Torá. ¿Por qué
había esperanza para el futuro? Porque la Torá había sido
redescubierta bajo Josías, y ahora sería cumplida como
nunca antes lo había sido. Todos los principales temas
del deuteronomista - fidelidad, la Torá,
centralización, pacto davídico - culminaron en Josías.
Y
entonces Josías fue muerto por una flecha egipcia.