EL PARAÍSO RESTAURADO


Una teología bíblica de señorío

David Chilton

Dominion Press

Tyler, Texas

© 1ero. 1985; 6to. 1999

Parte 2

EL PARAÍSO: EL MOLDE DE LA PROFECÍA

Al mediodía, y atravesando el Edén, bajaba un anchuroso río, que sin torcer su corriente, pasaba, sumergiéndose, por debajo del agreste monte, colocado allí por Dios y levantado sobre las raudas ondas como término del Paraíso. Incitada de dulce sed la esponjosa tierra, absorbía por sus venas las aguas hasta la cumbre de donde manaba una fuente cristalina que esparcía por todas partes multitud de arroyos; juntos los cuales, se precipitaban desde una altura, y acrecentando el río que salía de su tenebroso cauce, dividíalo en cuatro corrientes principales que con diverso rumbo recorrían vastas comarcas, celebérrimos imperios de que no es menester hacer mención. Preferible sería pintar, si el arte llegase a tanto, cómo los bullidores arroyos que nacían de aquella fuente de zafiro, saltando entre orientales perlas y arenas de oro, a la sombra de los árboles que sobre ellos se inclinaban, difundían el néctar de sus aguas y acariciaban todas aquellas plantas, y nutrían flores dignas del Paraíso; flores que un arte sutil no había dispuesto en regulares líneas ni en vistosos ramos; la espléndida naturaleza las prodigaba por colinas y valles y llanuras, unas abriéndose a los primeros rayos del sol, otras resguardadas en impenetrable sombra para mejor preservarse del resistero del mediodía.
John Milton, Paraíso Perdido [4.223-46].
       
Sabemos lo que sucede cuando algún gran rey entra a una gran ciudad y habita en  una de sus casas; debido a que habita en esa sola casa, la ciudad entera es honrada, y los enemigos y los ladrones dejan de molestarla. Así es con el Rey de todo; vino a nuestro país en un cuerpo en medio de muchos, y en consecuencia, los planes del enemigo contra la humanidad han sido desbaratados, y la corrupción de la muerte, que anteriormente les retenía bajo su poder, simplemente ha dejado de existir. Porque la raza humana habría perecido completamente si el Señor y Salvador de todos, el Hijo de Dios, no hubiese venido entre nosotros para poner fin a la muerte.
Atanasio, On the Incarnation [9]

Capítulo 2
CÓMO LEER LAS PROFECÍAS

Inicié mi viaje personal hacia la escatología de señorío una noche en la iglesia, hace como una docena de años. El pastor, un predicador famoso por su método expositor en su enseñanza bíblica, acababa de iniciar una serie de conferencias sobre profecía. Mientras él defendía elocuentemente su escatología de la derrota, me impresionó el hecho de que parecía completamente incapaz de desarrollar sus puntos de vista de la Biblia orgánicamente. Oh, citaba algunos textos - un versículo aquí, uno allá. Pero nunca pudo demostrar que su explicación del futuro encajaba en el patrón general de la Biblia. En otras palabras, era muy hábil superponiendo sus puntos de vista de la realidad sobre el texto bíblico, asegurándose de que sus versículos fueran barajados en el orden correcto. Pero no pudo mostrar cómo sus doctrinas fluían de la Escritura; su escatología no parecía ser una parte orgánica del relato que la Biblia cuenta.

De lo que comencé a darme cuenta esa noche fue que la manera de recuperar la escatología bíblica debía ser comprender el relato bíblico. En vez de tratar de hacer encajar la Biblia en un molde dispuesto previamente, debemos tratar de descubrir los moldes que ya están allí. Debemos permitir que la estructura de la propia Biblia surja del texto mismo, que se superponga sobre nuestra propia interpretación. Debemos acostumbrarnos al vocabulario bíblico y a los modos de expresión bíblicos, buscando conformar nuestros propios pensamientos a los términos de las categorías bíblicas.

Esta perspectiva arroja inapreciable luz sobre el antiguo debate acerca de la interpretación "literal" versus la interpretación "simbólica". En alto grado, ese debate está fuera de lugar, porque el hecho es que todos los intérpretes son "literalistas" en algunos puntos y "simbólicos" en otros.

Por ejemplo, estoy examinando un reciente comentario sobre Apocalipsis, escrito por un bien conocido erudito evangélico. La tapa posterior proclama osadamente: ¡Ésta es posiblemente la exposición más literal del Apocalipsis que usted haya leído jamás! Sin embargo, mirado más de cerca, el comentario en realidad enseña una interpretación altamente simbólica de muchos puntos de la profecía. He aquí algunos de ellos:
  1. Las "vestiduras manchadas" de los cristianos de Sardis (Apoc. 3:4).
  1. La promesa de que los cristianos se convertirán en "columnas" del templo (3:12).
  1. La temperatura "tibia" de los laodicenses (3:15-16).
  1. El ofrecimiento de Jesús de vender "oro", "vestiduras blancas", y "colirio" (3:18).
  1. Jesús "tocando" a la "puerta" (3:20).
  1. El "león de la tribu de Judá" (5:5).
  1. El "Cordero" que tenía "siete ojos" (5:6).
  1. Los "olivos" y los "candeleros" (11:4).
  1. La "mujer vestida de sol" (12:1).
  1. El "gran dragón escarlata" (12:3).
  1. La "bestia" de siete cabezas (13.1).
  1. La "gran ramera que está sentada sobre muchas aguas" (17:1).
Pocos "literalistas" discreparían con la idea de que estas imágenes de Apocalipsis deben entenderse simbólicamente. Sin embargo, lo que tenemos que reconocer es que también se usan símbolos en todo el resto de la Escritura, al lado mismo de lenguaje muy literal. Esto ocurre porque la Biblia es literatura: literatura divinamente inspirada e infalible, pero todavía literatura. Esto significa que tenemos que leerla como literatura. Algunas partes tienen el propósito de ser entendidas literalmente y, en consecuencia, han sido escritas así  - como historia, o proposiciones teológicas, o lo que sea. Pero uno no esperaría leer los Salmos o los Cantares de Salomón con los mismos moldes literarios usados para el libro de Romanos. Sería como leer el soliloquio de Hamlet "literalmente": "Las hondas y las flechas de la fortuna agraviante ... tomar las armas contra un mar de dificultades ...".

Vea usted, no podemos entender lo que la Biblia realmente significa (literalmente) a menos que apreciemos la manera en que usa los estilos literarios. ¿Entenderíamos correctamente el Salmo 23 si lo tomáramos "literalmente"? Si lo hacemos, ¿no sonaría un poco tonto? En realidad, si se toma literalmente, no sería verdadero: porque me atrevo a decir que el Señor no hace que cada cristiano yazca en pastos verdes literales. Pero, por lo general, no cometemos esos toscos errores al leer la poesía bíblica. Sabemos que está escrita en un estilo que a menudo utiliza lenguaje simbólico. Pero tenemos que darnos cuenta de que lo mismo ocurre con los profetas: ellos también hablaban en poesía, en figuras y símbolos, utilizando la rica herencia de imágenes bíblicas que, como veremos, en realidad comenzaron en el paraíso original - el huerto de Edén.

Y, ciertamente, es allí donde comienza la profecía. Y vale la pena observar que la primera promesa del Redentor venidero se expresó en términos altamente simbólicos. Dios dijo a la serpiente:

Enemistad pondré entre tí y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar (Gén. 3:15).


En consecuencia, la verdadera pregunta con la que hay que comenzar no es algún debate artificial entre simbolismo y literalismo, sino un punto mucho más básico: ¿Debe nuestra interpretación ser bíblica o especulativa? En otras palabras, cuando trato de entender o explicar algo de la Biblia, ¿debo ir a la misma Biblia para encontrar las respuestas, o debo inventar algo "creativo" por mi propia cuenta? Plantear la pregunta de esta manera es mucho más exacto, y producirá resultados más fructíferos.

Permítaseme usar un ejemplo extremo para explicar lo que quiero decir. El libro de Apocalipsis describe a una mujer vestida de sol, de pie en la luna, y en labores de parto, mientras un dragón revolotea cerca para devorar al hijo. Probablemente, un intérprete radicalmente especulativo se volvería primero a las noticias sobre los experimentos genéticos más recientes para establecer si el tamaño y la composición química de la mujer podría alterarse lo suficiente como para vestirse de sol; también averiguaría si el monstruo de Loch Ness ha salido a la superficie recientemente. Por otra parte, un intérprete bíblico comenzaría por preguntarse: ¿De qué parte de la Biblia procede esta imagen? ¿Dónde habla la Biblia de una mujer en labores de parto, y cuál es su importancia en esos contextos? ¿Dónde habla la Biblia de un dragón? ¿Dónde habla la Biblia de alguien que trata de asesinar a un bebé? Si vamos a entender el mensaje de la Biblia, tenemos que adquirir el hábito de hacer preguntas como éstas.      
Por supuesto, cada enfoque tiene sus inconvenientes. Los principales inconvenientes del método bíblico es que, por lo general, requiere más trabajo, y se necesita estar más familiarizado con la Biblia. El principal inconveniente del método especulativo, con todo su sensacionalismo, es que simplemente no es bíblico.

El lenguaje de los profetas

Como mencioné más arriba, gran parte de la Biblia se escribió en símbolos. Una manera útil de entender esto, quizás, sería hablar de estos símbolos como una serie de moldes y asociaciones. Con esto quiero decir que el simbolismo bíblico no es un código. En vez de eso, es una manera de ver, una perspectiva. Por ejemplo, cuando Jesús habla de "agua de vida" (Juan 4:10), reconocemos correctamente que está usando el agua como símbolo. Entendemos que, cuando le habló a la mujer junto al pozo, no le estaba ofreciendo sólo "agua". Le estaba ofreciendo la vida eterna. Pero la llamó "agua". Inmediatamente, debemos preguntar: ¿Por qué hizo eso? Podría haber dicho simplemente "vida eterna". ¿Por qué habló en metáforas? ¿Por qué quería que ella pensara en agua?

Ahora bien, aquí es donde podemos cometer un grave error, y éste es el principal error de algunos intérpretes que tratan de utilizar un enfoque "simbólico". Es creer que el simbolismo bíblico es principalmente un rompecabezas que nosotros tenemos que resolver. Y de pronto tenemos que decidir: "¡Ajá! Agua es una palabra clave especial que significa vida eterna. Eso significa que, cada vez que la Biblia dice agua simbólicamente, en realidad está hablando de la vida eterna; cada vez que alguien bebe algo, en realidad se está convirtiendo en cristiano". Simplemente, no funciona así (como usted lo verá si trata de aplicar esto en toda la Biblia). Además, ¿qué sentido tendría que la Biblia simplemente pusiera todo en clave? La Biblia no es un libro para espías ni sociedades secretas; es la revelación de Dios acerca de Sí mismo para su pueblo del pacto. La interpretación mística, como de resolver un acertijo, tiende a ser especulativa; no presta suficiente atención a la manera en que la Biblia misma habla.

Cuando Jesús le ofreció "agua" a la mujer, quería que ella pensara en las múltiples imágenes relacionadas con el agua en la Biblia. Por supuesto, en sentido general, sabeoms que el agua está asociada con el refrigerio espiritual y la sustentación de la vida que viene con la salvación. Pero las asociaciones bíblicas con el agua son mucho más complejas que eso. Esto es porque entender el simbolismo bíblico no significa descifrar una clave. Se parece mucho más a leer buena poesía.

El simbolismo de la Biblia no está estructurado en un estilo llano, de esto significa aquéllo. En su lugar, se ha de leer visualmente. Debemos ver las imágenes surgir delante de nosotros en sucesión, capa tras capa, permitiéndoles que evoquen una respuesta en nuestras mentes y nuestros corazones. Los profetas no escribieron para crear estimulantes ejercicios intelectuales. Escribieron para enseñar. Escribieron en símbolos visuales, dramáticos; y si queremos entender plenamente su mensaje, tenemos que apreciar su vocabulario. Tenemos que leer la Biblia visualmente. Los símbolos visuales mismos, y lo que la Biblia dice acerca de ellos, son aspectos importantes de lo que Dios quiere que aprendamos; de lo contrario, no habría hablado de esa manera.

Así que, cuando la Biblia nos cuenta una historia sobre agua, "en realidad" no nos está hablando de nada más; nos está hablando de agua. Pero, al mismo tiempo, se espera que veamos el agua y que pensemos en las asociaciones bíblicas con respecto al agua. El sistema de interpretación ofrecido aquí no es ni "literalista" ni "simbólico"; toma el "agua" en serio y literalmente, pero tambié toma en serio lo que la palabra de Dios asocia con el agua a través de toda la historia de la revelación bíblica.

¿Cuáles son algunas de las asociaciones bíblicas que se le podrían haber ocurrido a la mujer junto al pozo, y a los discípulos? He aquí algunas de ellas:
  1. La masa acuosa, fluida, que era la naturaleza original de la tierra en la creación, y de la cual Dios creó toda la vida (Gén. 1).
  2. El gran río de Edén que regaba toda la tierra (Gén. 2).
  3. La salvación de Noé y de su familia por medio de las aguas del diluvio, de las cuales la tierra fue re-creada (Gén. 6-9).
  4. Las revelaciones de Dios por gracia a Agar al lado de una fuente (Gén. 16) y de un pozo (Gén. 21).
  5. El pozo llamado Rehoboth, donde Dios dio señorío a Isaac (Gén. 26).
  6. El río del cual el bebé Moisés, el futuro liberador de Israel, fue sacado y se convirtió en príncipe (Éx. 2).
  7. El cruce redentor del Mar Rojo, donde Dios nuevamente salvó a su pueblo por medio de agua (Éx. 14).
  8. El agua que fluyó de la Roca golpeada en Sinaí, dando vida al pueblo (Éx. 17).
  9. Las muchas aspersiones rituales en el Antiguo Testamento, significando la remoción de la suciedad, la contaminación, la enfermedad y la muerte, y la imposición del Espíritu a los sacerdotes (por ejemplo, Lev. 14; Núm. 8).
  10. El cruce del río Jordán (Josué 3).
  11. El sonido del estruendo de aguas causado por la columna de nube (Eze. 1).
  12. El río de vida que fluía desde el templo y saneaba el Mar Muerto (Eze. 47).
Así que, cuando la Biblia habla de agua, se supone que tengamos en mente una vasta hueste de conceptos asociativos, una complejidad de imágenes bíblicas que afecta nuestros pensamientos sobre el agua. Para decirlo de manera diferente, se supone que el agua sea como un "murmullo", un término que evoca muchas asociaciones y connotaciones. Cuando leemos la palabra agua, debe recordarnos los actos salvadores y las revelaciones salvadoras de Dios por medio del agua a través de la Escritura. La Biblia usa muchos de estos "murmullos", y el número de ellos aumenta a medida que se avanza hasta que, para cuando llegamos al Apocalipsis (la cabeza de ángulo de la profecía), todos ellos vienen a la vez hacia nosotros a gran velocidad, en un ventarrón de referencias asociativas, algunas de las cuales son obvias, otras oscuras. Para el que conoce realmente su Biblia y ha observado los patrones literarios y las imágenes literarias, gran parte del libro aparecerá familiar; para el resto de nosotros, es confuso. En Apocalipsis, somos confrontados por todas las connotaciones bíblicas de numerosas imágenes: no sólo de agua, sino también de luz, fuego, nubes, ángeles, estrellas, lámparas, alimentos, rocas, espadas, tronos, arcoiris, vestiduras, truenos, voces, animales, alas, aves de rapiña, ojos, llaves, trompetas, plagas, montañas, vientos, mares, altares, sangre, langostas, árboles, cabezas, cuernos, y coronas.

Apocalipsis también nos presenta imágenes de una mujer, un dragón, un desierto, una marca en la frente, una hoz, perlas, un lagar, una copa de vino, una ramera, un río, Sodoma, Egipto, Babilonia, resurrección, una boda, una cena de bodas, el Esposo, y la ciudad/esposa en forma de una pirámide. Y luego está el uso de números simbólicos: dos, tres, cuatro, siete, diez, doce, y múltiplos de ellos - 24, 42, 144, 666, 1000, 1260, 7000, 12000 y 144000.

Por eso es necesario entender la Biblia y el uso que ella hace de símbolos y patrones si es que alguna vez vamos a entender el libro de Apocalipsis. Los siguientes capítulos sobre el tema del paraíso en la Escritura están diseñados para introducir al lector al uso que la Biblia hace de imágenes. Esencialmente, esto es un ejercicio en teología bíblica, el término técnico para designar el estudio de la revelación progresiva de Dios sobre la salvación. En principio, toda la historia de la redención se enseña en los primeros capítulos de la Biblia: el resto simplemente se construye sobre el fundamento echado allí. Por eso, como veremos más adelante, las revelaciones posteriores dependen en gran medida del tema del huerto de Edén.

Al entrar en este estudio de las imágenes bíblicas, revisemos las reglas básicas:
  1. Lea visualmente; trate de representarse lo que la Biblia está diciendo.
  2. Lea bíblicamente, no especule ni haga abstracciones, sino preste mucha atención a lo que la Biblia misma dice sobre sus propios símbolos.
  3. Lea el relato; trate de pensar en cómo contribuye cada elemento de la Biblia a su mensaje de salvación como un todo.