"De todos los grandes movimientos
religiosos desde los días de los apóstoles,
ninguno ha estado más libre de imperfección
humana y las artimañas de Satanás que el del
otoño de 1844". - Ellen G. White en El
Gran Conflicto, página 401.
No hay doctrinas más
característicamente Adventistas del Séptimo
Día que la de los 2,300 días, la del
santuario, la del Día de Expiación, y la del
Juicio Investigador. Estos conceptos
condujeron al "Gran Chasco", cuando los
milleristas y los fundadores de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día esperaban que
Cristo regresara a la tierra el Día de
Expiación, el 22 de octubre de 1844.
Bíblicamente, el Día de Expiación es un
acontecimiento anual que ocurre el día décimo
del mes séptimo del calendario judío (el mes
de de "Tishri" [véase Levítico 23:27-32]).
Al principio, William
Miller hizo creer a los Adventistas que Jesús
regresaría en 1843. Chasqueados, reexaminaron
sus cálculos y fijaron una nueva fecha para la
primavera de 1844. Chasqueados nuevamente,
seleccionaron el otoño de 1844,
específicamente el 22 de octubre de 1844.
Catorce años más tarde, Ellen White hizo varias
observaciones desusadas al escribir sobre el
primer chasco en 1843:
EGW:
"Vi que Dios había estado en la
proclamación del tiempo en 1843. Era su
propósito despertar al pueblo, y llevarlo a
una situación de prueba, donde tendría
que decidir. ... Miles fueron llevados a
abrazar la verdad predicada por William
Miller, y se levantaron siervos de Dios
en el espíritu y el poder de Elías para
proclamar el mensaje. ... Muchos pastores del
rebaño, que profesaban amar a Jesús, dijeron
que no se oponían a la predicación de la
venida de Cristo, pero objetaron que se fijara
una fecha específica. ... Estos falsos
pastores estorbaban la obra de Dios. La
verdad, anunciada al pueblo con su convincente
poder, lo despertó. ... Pero estos (falsos)
pastores se interpusieron entre la
verdad y el pueblo, y predicaron cosas
agradables para alejarles de la verdad.
Muchos ministros no quisieron aceptar este
mensaje salvador ellos mismos, y estorbaron a
los que querían recibirlo. ... Vi al pueblo de
Dios que, con gozosa expectación, esperaba a
su Señor. Pero Dios se propuso probarlos
("ponerlos a prueba"). Su mano cubrió un error
en el cálculo de los períodos proféticos.
Los que esperaban a su Señor no lo
descubrieron. ... Era el propósito de Dios
que su pueblo sufriera un chasco". - Dones
Espirituales, tomo 1, pp. 133-137,
escrito en 1858.
¿Se fijó usted en que Ellen
White echó la culpa a Dios por el
chasco de 1843? ¿Y notó también que, aunque
ella dijo que había habido un error en
las cifras, aunque reconoció que la predicción
de 1843 era errónea, todavía la
llamaba "la verdad" y "un mensaje
salvador"? Le pregunto: ¿Un profeta
divinamente inspirado llamaría "la verdad" a
un falso mensaje y a una falsa
predicción? Peor aún, ¿cómo podría una profeta
genuina llamar jamás "un mensaje salvador"
a un falso mensaje? ¿No diría usted,
por lo menos, que Ellen White estaba bien
confundida? ¡Pero hay más!
En vez de reconocer estos
errores y simplemente admitir que ella y los
dirigentes del movimiento Adventista de
mediados del siglo dieciocho se habían
equivocado, Ellen White aprobó esos mismos
cálculos erróneos como base de una nueva
predicción de que Jesús vendría en el otoño de
1844:
EGW:
"El Señor quitó su mano de las cifras, y el
error quedó explicado. Vieron que los
períodos proféticos llegaban hasta 1844, y que
la misma evidencia que ellos habían
presentado para mostrar que los períodos
proféticos terminaban en 1843, demostraban
que terminarían en 1844. ... Nuevamente,
tenían un punto en el tiempo". - Dones
Espirituales, tomo 1, p. 138.
Si la "misma evidencia" que
produjo el error y el chasco en 1843 se usó
nuevamente, para fijar las fechas en 1844, ¿no
esperaría uno lógicamente que los resultados
fuesen los mismos - no quedarían los
Adventistas chasqueados nuevamente? ¿O Dios en
realidad engaña a su pueblo ocultando los
errores de éste, para que no pueda
discernirlos, sólo para quitar su mano más
tarde? ¿Es ésa la manera en que el Dios de la
Biblia obra para revelar la verdad?
No. Tito 1:2 nos dice que
Dios "¡no miente!". ¿Cómo podría algún
cristiano tener jamás alguna confianza en Dios
o la Biblia, si Dios miente o deliberadamente
conduce a su pueblo lejos de la verdad? ¿Cómo
puede Dios ser Dios si usa los métodos
de Satanás? Estas preguntas no se le hicieron
a Ellen White, pero son sólo el principio de
los puntos en controversia suscitados por sus
falsas predicciones.
Recuerde que el énfasis de
Ellen White en fijar una fecha específica
para el regreso de Cristo era el punto crucial
del problema. Los ministros, a quienes Ellen
White llamó "falsos pastores" y a quienes
acusó de alejar al pueblo de la "verdad", no
objetaban la predicación de la segunda
venida de Cristo. Objetaban el hecho de que
los Adventistas fijasen una fecha
específica para la segunda venida de
Cristo. Cuando objetaron las falsas profecías
de 1843 y de 1844, esos ministros cristianos
estaban afirmando vigorosamente las palabras
que Jesús mismo había pronunciado:
BIBLIA:
"Por lo tanto, agregó Jesús, manténganse
despiertos porque no saben ni el día ni la
hora". - Mateo 25:13.
"Pero en cuanto al día y
la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los
ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo
el Padre". - Mateo 24:36.
"Les contestó Jesús: 'No
les toca a ustedes conocer la hora ni el
momento determinados por la autoridad
misma del Padre'". - Hechos 1:7.
Sin embargo, Ellen White
llamó a esos ministros cristianos, que creían
en la Biblia y que citaban a Jesús, "ministros
hipócritas, "atrevidos burladores", y "falsos
pastores". ¿Por qué? Porque se atenían
firmemente a las Escrituras en vez de aceptar
los errores de Ellen White. Piense en eso.
Yo le pregunto: ¿Condena un
verdadero profeta de Dios a cristianos por
creer en la Biblia? Por supuesto que no. Ellen
White se equivocó cuando llamó "la verdad" a
sus falsas predicciones de la venida de Cristo
en 1843 y en 1844, porque Jesús nos dice en 1
Juan 2:21 que "ninguna mentira procede de la
verdad". Pero ella se adentró más en el error
al llamar a sus falsas predicciones un
"mensaje salvador". ¡Es imposible que
un falso mensaje sea un "mensaje salvador"!
Peor todavía, durante los
siguientes sesenta años, Ellen White jamás se
retractó de su error de fijar una fecha para
el regreso de Cristo en 1843 y en 1844. En vez
de eso, arrebatada por su propia histeria,
continuó "creyendo firmemente" que Cristo
vendría en 1845 (véase Una Palabra a la
Manada Pequeña, p. 22). Profetizar la
segunda venida de Cristo se había convertido
en un narcótico tal para Ellen White que no
pudo desprenderse de él y reconocer sus
errores relativos a la fecha.
Sin embargo, lo que ella
toleraba en su propia vida lodenunciaba en los
términos más ásperos en las vidas de los
demás. Ellen White enseñaba que sus
propias falsas profecías eran "ordenadas
por Dios", pero que los demás
que fijaban fechas específicas para la venida
de Cristo "se ajustaban a los propósitos de
Satanás":
EGW:
"La predicación de una fecha específica
para el juicio, en la entrega del primer
mensaje (1843 y 1844), fue ordenada por
Dios. ... Los repetidos esfuerzos por
encontrar nuevas fechas para el principio y el
fin de los períodos proféticos, y el
defectuoso razonamiento necesario para
sustentar estas posiciones, no sólo alejó a
las mentes de la verdad presente, sino que
arrojó menosprecio sobre todos los esfuerzos
por explicar las profecías. Mientras mayor
sea la frecuencia con que se fije una fecha
específica para el segundo advenimiento, y
mientras más ampliamente se enseñe, más
convendrá a los propósitos de Satanás". - El
Gran Conflicto, p. 457, escrito en 1888.
¡Ásperas palabras de una
"profeta" que repetidamente falló en sus
propias predicciones! Finalmente, Ellen White
trató de suavizar el Gran Chasco del 22 de
octubre de 1844 asegurándoles a los fieles
que, en realidad, ellos habían tenido
razón todo el tiempo, a pesar de que Jesús no
había regresado:
EGW:
"Es verdad que había habido un fracaso en
cuanto al suceso que se esperaba ... El
error no había estado en el cálculo de
los períodos proféticos, sino en el
acontecimiento que debía tener lugar al
final de los 2,300 días". - El Gran
Conflicto, p. 406, escrito en 1888.
Yo le pregunto: si no hubo
error "en el cálculo de los períodos
proféticos", entonces, ¿por qué creyó Ellen
White erróneamente que Jesús vendría en 1843,
1844, y 1845? Si no hubo error en los
cálculos, entonces, ¿por qué tantas fechas
para la segunda venida?
El día después del 22 de
octubre de 1844, en medio de una oscura
depresión, se propuso una solución para salvar
el movimiento Adventista. Al reconocer que el
acontecimiento esperado estaba errado,
los Adventistas podían sostener que habían
estado en lo correcto en cuanto a la fecha
del 22 de octubre de 1844. Explicaron que, en
vez de regresar a la tierra el Día de
Expiación, Jesús entró al Lugar Santísimo del
santuario celestial para dar comienzo
al Juicio Investigador. ¡Este crucial cambio
doctrinal resultó de una "visión" que recibió
Hiram Edson y que fue posteriormente aprobada
por tres "visiones" de la propia Ellen White!
Aunque Hiram Edson cambió
de idea más tarde acerca de haber tenido una
"visión" (véase Moving Out, página 27),
los Adventistas del Séptimo Día continúan
explicando este crucial cambio doctrinal a sus
estudiantes de escuela secundaria con la
siguiente distorsión de la verdad:
ASD:
'"Mientras pasaba por un gran campo, yo (Hiram
Edson) fui detenido como a la mitad de él. El
cielo pareció abrirse ante mi vista, y vi,
distinta y claramente, que nuestro Sumo
Sacerdote, en vez de salir del
Santísimo del santuario celestial para venir a
la tierra, ese día entró por primera
vez al segundo compartimiento del santuario.
Es bien simple, pero es uno de los momentos
más dramáticos de la historia religiosa. ...
En diciembre ... Ellen recibió su primera
visión. ... Aquí estaba la respuesta a la
oración de ellos. Era exactamente lo que
los Adventistas necesitaban. ¡Dios les
estaba diciendo lo más claramente posible que
el movimiento del 22 de octubre ... era luz
verdadera!" - Moving Out, Departamento
de Educación, Conferencia General de los ASD,
pp. 27, 29, revisado en 1980.
¿Fue el 22 de
octubre el 10 de Tishri en 1844?
Recuerde que fue después
del "Gran Chasco" que Ellen White afirmó que
Dios le había dicho en visión que la idea de
Edson de que Cristo había entrado en el Lugar
Santísimo del santuario celestial en vez
de regresar a la tierra ¡era "luz verdadera"!
Pero antes del "Gran Chasco", ella
sancionó la posición de S. S. Snow de que el
Día de Expiación judío en 1844 (el 10 de
Tishri) ocurrió el 22 de octubre:
EGW:
"El día décimo del mes séptimo, el gran
Día de Expiación, el tiempo de
purificar el santuario, que en el año de
1844 cayó el 22 de Octubre, era
considerado como el día de la venida del
Señor. Esto estaba en armonía con las pruebas
ya presentadas de que los 2,300 días
terminarían en el otoño ... el fin de los
2,300 días en el otoño de 1844, permanece
incontrovertible". - El Gran Conflicto,
pp. 400, 457.
¿De dónde salió la fecha específica
del 22 de octubre de 1844?
No procedió de William
Miller. Miller enseñaba que el año 457 A. C.
marcó el principio de los 2,300 días
de Daniel 8:14, pero no mencionaba ningún
mes ni ningún día específicos. El hecho
es que la fecha del 22 de octubre de 1844 vino
de Ellen White y sus amigos.
Vea usted. Después de ser
frustrados en 1843 y nuevamente en la
primavera de 1844, Ellen White y sus amigos
estuvieron de acuerdo en que el Día de
Expiación judío (el 10 de Tishri)
marcó el fin de los 2,300 días.
Profetizaron que Cristo Jesús abandonaría el
Lugar Santísimo del santuario celestial y
regresaría a la tierra el Día de Expiación judío
en el otoño de 1844, específicamente el 22 de
octubre.
Pero, en el año de 1844, el
Día de Expiación, el 10 de Tishri, no ocurrió
el 22 de octubre. El 22 de octubre era el día
erróneo y el mes erróneo porque, en 1844, los
judíos celebraron el Día de Expiación el 23 de
Septiembre, ¡el mismo día requerido por el 10
de Tishri bíblico! Considere las siguientes
muestras de evidencia reunidas por
investigadores ex-Adventistas del SéptimoDía:
Donald E. Mote
(1980)
"Al escribir al Seminario
Teológico Judío de la ciudad de New York, me
enteré de algunas cosas muy sorprendentes. En 1843, el Día de Expiación ocurrió
el miércoles 4 de octubre. En 1844, el Día
de Expiación ocurrió el lunes 23 de
septiembre. Tengo guardada la carta del
Seminario como prueba. Cualquier persona puede
comprobarlo, si lo desea, visitándome o
escribiendo al Seminario él mismo o ella
misma". - The GC Newsletter,
septiembre de 1980, por Donald E. Mote.
Robert K. Sanders
(1994)
"En 1994, hablé con la
profesora Susan Prohofsky, de la Universidad
Purdue de Indiana, y de la Fundación Hillel de
la B'nai Brith, en relación con la fecha del
Día de Expiación en 1844. La profesora
Prohofsky confirmó la fecha del 23 de
Septiembre por medio del programa de
computadora Luach (el equivalente hebreo de
"calendario lunar"), y dijo que el Día de
Expiación nunca ha ocurrido tan tarde
en el año como el 22 de octubre". -
Conversación con Robert K. Sanders, Lafayette,
Indiana, noviembre de 1994.
La Enciclopedia
Judía Universal
Si usted visita una buena
bibliioteca pública, solicite la Enciclopedia
Judía Universal, © 1939, tomo 2, y
examine cuidadosamente las páginas 636-637.
Descubrirá evidencia concluyente de que, en
1844, el Día de Expiación judío23
de septiembre, no del 22 de octubre.
¡Hasta los judíos karaítas están de acuerdo en
que Ellen White y los Adventistas estaban errados
acerca del año, el mes, el día, y el
acontecimiento que se suponía iba a
ocurrir en 1844! comenzó a la puesta del
sol del
¿Cómo se contaminó
el santuario celestial?
Todo el concepto Adventista
del Séptimo Día de "purificar" el santuario celestial
requiere que primero éste sea contaminado
por nuestros pecados. Ellen White aseguraba
que la sangre de los sacrificios animales era
llevada al Lugar Santo repetidamente en el
curso de cada día. Ellen White decía que, por
medio de esta sangre de animales, tanto el
santuario terrenal como el celestial se
contaminaban con el pecado, aunque la sangre
de los animales nunca llegaba al santuario celestial.
Para eludir este hecho, introdujo hábilmente
el concepto de "sombras". He aquí lo que
enseñó:
EGW:
"La parte más importante del ministerio
diario era el servicio que se llevaba a
cabo a favor de los individuos. El
pecador arrepentido llevaba su ofrenda a la
puerta del tabernáculo, y poniendo la mano
sobre la cabeza de la víctima, confesaba sus
pecados, transfiriéndolos
así, en figura, de sí mismo al sacrificio
inocente. El animal eran entonces muerto
por su propia mano, y la sangre era
llevada por el sacerdote al lugar santo y
rociada delante del velo, detrás del
cual estaba el arca conteniendo la ley que el
pecador había transgredido. Por medio de
esta ceremonia, el pecado era transferido al
santuario en figura, por medio de la sangre.
... Tal era la obra que tenía lugar día
tras día, durante todo el año. ... Tal
era el servicio que se llevaba a cabo 'como
ejemplo y sombra de las cosas celestiales'
(Hebreos 8:5)". - Patriarcas y Profetas,
pp. 354-356, escrito en 1890.
Desafortunadamente, Ellen
White tuvo que contradecir la Escritura nuevamente para sustentar su teoría. Una
lectura cuidadosa del capítulo 4 de Levítico
revela que, aparte del Día de
Expiación, las únicas
ocasiones en que la sangre era llevada al
Lugar Santo del santuario terrenal, era cuando
el Sumo Sacerdote pecaba, o cuando la
congregación entera pecaba. El pecado jamás
era transferido al santuario celestial,
sólo el registro del pecado estaba
allí, y por esta razón el santuario celestial
no puede ser contaminado ni necesita
"purificación". Así, pues, hasta los
Adventistas del Séptimo Día reconocen que la
doctrina de Ellen White de la contaminación y
la purificación del santuario celestial
es errónea. .Los propios editores
de Ellen White confirmaron esto después de su
muerte al insertar la Nota de Apéndice número
6, en la página 761 de Patriarcas y Profetas.
Los ASD tratan de
dar sentido a los errores de Ellen White
sobre el santuario
La década de 1950 presentó
a los Adventistas del Séptimo Día dos
oportunidades de reconocer oficialmente los
errores de su doctrina del santuario. La
primera fue cuando el Comentario Bíblico
Adventista del Séptimo Día sobre el
libro de Daniel fue revisado por los editores
Raymond F. Cottrell, Don F. Neufeld, y Francis
D. Nichol.
En un discurso grabado en
cinta magnetofónica (alrededor de 1985),
Cottrell recordó las tormentosas sesiones en
que "realmente luchamos" para dar sentido a
Daniel 8 y 9 y nos preguntamos: "¿Qué vamos
a poner en el Comentario Bíblico Adventista
del Séptimo Día?".
Como resultado, Cottrell
investigó la posición de los eruditos no
Adventistas, y descubrió que ¡ningún erudito
cristiano de reputación ha aceptado jamás la
doctrina del santuario del Adventismo! Walter
Martin, el muy respetado observador de las
sectas, examinó los textos bíblicos
presentados por los ASD, y escribió en su
libro "La Verdad Sobre los Adventistas del
Séptimo Día": Ninguno de estos textos tiene
nada que ver con un juicio que esté teniendo
lugar ahora. Ni la gramática, ni el
contexto, apoyan tal afirmación. ... (La
doctrina ASD del santuario) depende de citas
fuera de contexto. El error Adventista
consiste en que extraen de las Escrituras
interpretaciones que no pueden ser
justificadas por la exégesis, sino que
descansan mayormente en inferencias y
deducciones".
Escribiendo para la revista
Eternity, el asociado de Martin,
Barnhouse, dijo: "(La doctrina ASD del
santuario resultante del Gran Chasco de 1844)
es el más colosal fenómeno psicológico de
la historia religiosa para salvar las
apariencias! Personalmente, nosotros no
creemos que haya ni siquiera la sospecha
de un solo versículo en las Escrituras para
sustentar una posición tan peculiar.
Además, creemos que cualquier esfuerzo para
establecerlo está viciado, muerto, y es
improductivo".
La investigación de
Cottrell le llevó a exclamar: "Una y otra vez,
los eruditos no Adventistas han examinado las
creencias Adventistas y les han dado a todas
ellas un certificado de sanidad en el sentido
de que tienen alguna base en las
Escrituras. ... Pero, sin excepción, y a
menudo en los términos más enfáticos,
denuncian nuestra interpretación de
Daniel 8:14 como 'exégesis de la peor
clase' (esto es, leer en la Biblia algo
que no está allí). Dios nos libre, pero la regla
invariable parece ser que, mientras
más sabe un no Adventista de la Biblia y
cómo estudiarla, menos dispuesto está a
mirar favorablemente la interpretación
Adventista de Daniel 8:14!
"Ahora bien, si sólo hubiera de por medio
cosas de menor importancia, podríamos
descontar estas críticas. Pero, cuando la piedra
angular de nuestro 'arco' teológico ha sido
el blanco de tales críticas - cuando se
derriba la piedra angular de un arco - ¿qué va
a pasar? ¡Ya no se tiene un arco! Ese ha sido
el blanco de estos ataques, así que, en cierto
sentido, ¡la integridad de nuestra Iglesia
está en juego! Y, desafortunadamente,
todavía no hemos enfrentado este hecho
realísticamente!"
Lecturas Bíblicas [Bible
Readings] y la segunda oportunidad del
Adventismo del Séptimo Día
La segunda oportunidad para
que el Adventismo del Séptimo Día resolviera
sus errores doctrinales en relación con el
santuario ocurrió en 1958. He aquí nuevamente
los recuerdos de Cottrell grabados en cinta:
"En 1958 ... como editor de Review and Herald
Publishing Association, me tocó revisar el
perenne clásico Lecturas Bíblicas [Bible
Readings] (publicado durante casi 100
años). ... Las placas viejas se habían gastado
y teníamos que hacer placas nuevas. ... Review
and Herald pensó que sería muy deseable poner
a Bible Readings en armonía con el Comentario
(Bíblico Adventista del Séptimo Día)
para no decir algo en un libro y otra en otro.
"Me tocó, pues, llegar a
Daniel 8:14, el Santuario, y el Juicio
Investigador. Y con todas estas declaraciones
- de Martin, de Barnhouse, de Lindsell, y de
DeHaan, y de todos los demás - reverberando en
mi mente como un eco que seguía yendo y
viniendo, ... decidí que trataría de hallar
algún modo de quitarles la munición de las
manos a esta gente para que no pudieran
criticarnos como lo estaban haciendo, y al mismo tiempo decir
lo que queríamos decir sobre el Santuario y
el Juicio Investigador y presentarlo como
bíblico. ¡Y después de luchar, descubrí que
no se podía!
"Así que fui a ver al
Pastor Nichol (en aquel entonces editor de Review
and Herald) un día y le dije: 'Pastor
Nichol, ¿qué hace usted en un caso como éste?'
Yo estaba realmente haciendo todo lo que podía
para presentar el Santuario y el Juicio
Investigador en el libro Bible Readings
- ¡pero no pude hacerlo! Él dijo:
'Bueno, ¿qué tienen que decir (nuestros)
maestros de Biblia? ... Escríbales una carta'.
Así que redacté una carta, en la que les hice
ciertas preguntas clave acerca de extraer la
doctrina del santuario de Daniel 8:14. Y envié
este cuestionario a cada uno de los
instructores de hebreo en nuestras escuelas
pre-universitarias - en aquel tiempo no
teníamos ninguna universidad - al director de
cada departamento de Biblia, y a varios otros
instructores bíblicos conocidos míos. Y los
protegí asegurándoles que sus nombres jamás
serían asociados con ninguna de las respuestas
que me diesen.
"Hice estas preguntas, y contestaron
todos los veintisiete a quienes les
pregunté. Sin excepción, las respuestas
expresaron la opinión de que no hay ninguna
base, ni lingüística ni contextual, para
aplicar Daniel 8:14 al Día de Expiación
antitípico y al Juicio Investigador. Ni
un solo instructor bíblico de escuela
preparatoria se adelantó a decir que hay una
base exegética en el lenguaje o en el
contexto.
"Y luego les hice otra
pregunta: '¿Qué razón pueden ustedes ofrecer,
aparte de lingüística o contextual?' Y trece,
la mitad de los veintisiete, dijeron: 'No
hay ninguna otra base'. En otras
palabras, la mitad de ellos estaban diciendo
que ¡no hay absolutamente ninguna base!
Entonces hubo una pequeña dispersión en la
otra mitad - dos personas contestaron de esta
manera, y realmente me sorprendieron esas
respuestas - dos de ellos propusieron que la
palabra 'purificar' era un '¡afortunado
accidente!'. ¡Qué les parece! ¡La más
importante de nuestras doctrinas basada en
un 'afortunado accidente' de traducción!
...
"En realidad, no fue un
accidente. La Septuaginta tiene la palabra
'purificado', ... y ellos pusieron la palabra
'purificado' allí porque pensaban que se
aplicaba a Antíoco Epífanes. Así que en la
doctrina Adventista (del Séptimo Día) del
Juicio Investigador, la interpretación de
'purificado' se basa en una antigua traducción
al griego hecha por el pueblo judío, creyendo
que Antíoco Epífanes había cumplido la
profecía. Así que, si consideramos la palabra
'purificado' allí, en realidad deberíamos
decir que se aplicaba a Antíoco Epífanes.
"Bien, fui a ver al pastor
Nichol. Puesto que él me había metido en este
lío, le tocaba sacarme de él. ¿Saben lo que
hizo? Llevó las respuestas al Presidente de la
Conferencia General, el pastor Figuhr. Y la
Conferencia General designó un Comité para
Problemas con el Libro de Daniel para tratar
de encontrar algunas respuestas a estas
preguntas. Bueno, el Comité se reunió
durante cinco años. Yo era miembro de
él. Estudiamos cuarenta y cinco documentos
preparados para el comité y suspendimos las
reuniones ¡sin encontrar ninguna
respuesta!
"Ahora bien, en el
Comité había una mayoría y una minoría. En
total, catorce personas. Nueve de ellos, la
mayoría al final, querían presentar un informe
formal, en el cual no diríamos una sola
palabra sobre ningún problema ni ninguna
pregunta. Ahora, recuerde que el nombre del
comité era Comité para Problemas con el Libro
de Daniel. Y ellos querían un informe que
hiciera feliz a todo el mundo y dijera algunas
cosas agradables.
"Bueno, había cinco de
nosotros que no creíamos que eso fuera
intelectualmente honesto. No creíamos que la
Iglesia fuese bien servida por un informe como
ése. ... La mayoría insistía en aquel informe
'unánime', en el cual tendríamos que firmar
nuestros nombres - y no podíamos hacer eso a
conciencia porque seríamos acusados de
presentar un informe que no discutía
ninguno de los problemas!
"Así que hicimos varias
propuestas. Una de ellas trataría honestamente con los hechos y las
diferentes soluciones propuestas - las razones
para ellas - y dejaría que la gente decidiera.
Por supuesto, eso no se ajustaba al deseo de
la mayoría.
"Otra propuesta fue
que no hiciéramos ningún informe, y que
cualquier miembro del comité, por propia
iniciativa, podía hacer publicar cualquier
artículo en Review o Ministry
o cualquier otra publicación, bajo su propio
nombre y sin mencionar al comité. De esa
manera, la gente podía decir lo que quisiera.
No, eso no era aceptable.
"Así que hicimos una
sugerencia chistosa. Propusimos que nosotros
cinco saliéramos al corredor, para que la
mayoría tuviera un voto unánime, como la
querían". - Raymond F. Cottrell en un discurso
grabado en cinta, aproximadamente en 1985.
¡Finalmente, el "Comité
para Problemas con el Libro de Daniel" no
tenía ninguna solución! La penetración
en los entresijos del Adventismo responde a
varias preguntas sobre por qué la Iglesia ha
continuado enseñando una doctrina del
santuario, que es antibíblica e indefendible,
por otro medio siglo. Sin duda, los reputados
eruditos bíblicos no Adventistas y la
abrumadora mayoría de los eruditos bíblicos
Adventistas están de acuerdo en que la
totalidad de la doctrina de 1844 no es
bíblica.
Los que deseen estudiar
este tema con mayor profundidad encontrarán
amplia inspiración en las siguientes veintidós
preguntas enviadas por el ex-pastor Adventista
Phillip Wilson:
-
Tienen que explicar por
qué no consideran el contexto de Daniel 8
y por qué ignoran la pregunta de Daniel 8:13
cuando tratan de interpretar la respuesta
que se da en Daniel 8:14.
-
Tienen que probar que
los 2,300 sacrificios de tarde y mañana
equivalen a 2,300 días completos, a pesar
de que no hay ninguna evidencia
concluyente en el texto mismo de Daniel
8:14 de que significan días
completos (y a pesar de que no
hay ningún otro texto en la Escritura que
lo confirme).
- Tienen que probar, no
sólo que un día equivale a un año en
profecía, sino que un sacrificio de tarde y
mañana equivale a un año.
- En vista de la
implicación contextual de que el período
de 2,300 años comenzaría cuando el
continuo sacrificio se suspendiera, tienen
que probar que comenzó, más bien, en el
año 457 a. C., - una fecha que no tenía
nada que ver con quitar el holocausto
regular.
-
Tienen que probar que
se refiere al santuario celestial, a pesar
de que el contexto se refiere al santuario
terrenal y la actividad contra él llevada
a cabo por el cuerno pequeño.
- Tienen que probar que
purificar el santuario significa purificarlo
de los pecados confesados de los santos, a
pesar de que el contexto se refiere a
purificarlo de la contaminación causada por
las actividades desoladoras del cuerno
pequeño.
-
Tienen que probar que
los pecados confesados contaminan el
santuario; y que la sangre de las ofrendas
individuales por el pecado era llevada al
santuario, que esa sangre estaba cargada
de pecado, y que, por lo tanto,
contaminaba los lugares santos.
-
Hay que suponer que
los 490 años son cortados de los 2,300
años, a pesar de que no hay nada ni en
Daniel 8 ni Daniel 9 que lo requiera.
-
Hay que suponer que
los 2,300 años y los 490 años comienzan
juntos, aunque no hay ninguna prueba de
esto.
- Hay que sostener que la
reconsagración del santuario en Daniel 8:14,
así como el ungimiento del santuario en
Daniel 9:24, no son lo mismo, sino que están
separados por casi 2,000 años.
-
Tienen que probar que
hay un nexo tanto contextual como
lingüístico entre Daniel 8:14 y Levítico
16.
-
Tienen que demostrar
que la palabra usada en Daniel 9:25 se
refiere al decreto real y que Artajerjes
emitió ese decreto para restaurar y
reconstruir Jerusalén, a pesar de que no
hay evidencia de que lo hizo.
-
Tienen que probar que
la purificación del santuario comenzó, no
sólo en 1844, sino el 22 de octubre de 1844.
Puesto que ese detalle no se encuentra en
la Biblia, tienen que probar que los
karaítas sí celebraron el día de expiación
el 22 de octubre de 1844, y que el
calendario de ellos es más digno de
confianza que el calendario rabínico
ortodoxo. Por supuesto, todo este
ejercicio depende de probar que la
purificación del santuario en Daniel 8:14
es la misma que la tipificada en Levítico
16.
-
Tienen que explicar
por qué, al aplicar los 2,300 días al
Nuevo Testamento, es necesario incorporar
el Día de Expiación judío, siendo que los
ASD enseñan que, después de la cruz, el
judaísmo quedó descalificado como sistema,
y que la Iglesia es ahora el verdadero
Israel de Dios.
-
Tienen que demostrar
que el día de expiación antitípico comenzó
en 1844; y tienen que explicar por qué el
gran acto de expiación de Jesús [en el
Calvario] no es el día de expiación, sino
que está separado de él por 1,800 años.
-
Tienen que probar que
el esquema de dos compartimientos en el
santuario del Antiguo Testamento es
paralelo con el ministerio de Cristo en dos compartimientos en el santuario
celestial, aunque Hebreos no indica tal
conclusión.
-
Tienen que demostrar
que hay dos compartimientos en el
santuario celestial, y que Cristo pasó
desde el lugar santo al lugar santísimo en
1844. Deben explicar también cómo, puesto
que el Nuevo Testamento dice que Cristo
entró a la presencia de Dios y se sentó en
el trono en el santuario celestial (como
dice Hebreos 9:12). Esto significa el
primer compartimiento en el cielo.
- Debe demostrarse también
por qué Cristo debe oficiar como sacerdote
según el orden de Aarón, cuando Hebreos
enseña que Cristo trascendió ese sacerdocio
y oficia como sacerdote según el orden de
Melquisedec.
- Debe demostrarse, además,
que el juicio que comenzó en 1844 era un
juicio investigador sólo para el profeso
pueblo de Dios, no un juicio del cuerno
impío ni de Babilonia.
-
Debe demostrarse
también que esto es lo que describe
Apocalipsis 14:7, aunque el pasaje no da
estos detalles sobre este juicio de los
santos. ¿Se refiere Apocalipsis 14:7 a
este juicio investigador? ¿O se refiere a
la gran hora del juicio de Dios que
comenzó en la cruz?
Es un hecho que la mayoría
de los eruditos bíblicos de reputación cree
que la expresión "2,300 tardes y mañanas" de
Daniel 8:14 se refiere a los sucesos que
condujeron a la profanación del templo de
Jerusalén por Antíoco Epífanes el 4 de
diciembre de 168 A. C., y a su reconsagración
el 14 de diciembre de 165 A. C.
La Septuaginta se escribió
entre el año 285 A. C. y el año 246 A. C. Por
lo tanto, no es posible que los traductores
hayan estado enterados de la contaminación y
la "purificación" del templo de Jerusalén por
Antíoco Epífanes, porque esto ocurrió por
lo menos 81 años después de que la
Septuaginta se escribió. Así que el pastor
Cottrell estaba errado cuando dijo que los
escritores de la Septuaginta usaron la palabra
"purificado" porque creían que Daniel 8:14 se
aplicaba a Antíoco Epífanes. Indicar que los
traductores manipularon deliberadamente el
texto de las Escrituras no sólo es
históricamente inexacto, sino que revela falta
de confianza en la integridad de la Palabra de
Dios. Los Adventistas del Séptimo Día
continúan teniendo dificultades para
habérselas con la infalibilidad de la Biblia,
en particular cuando su propia profeta Ellen
White era tan inclinada a cometer errores.
La evidencia histórica es
clara en el sentido de que el templo terrenal
fue contaminado y purificado - reconsagrado -
casi dos siglos antes de Cristo. A la luz de
la historia, ¿es lógico suponer que Daniel
estaba prediciendo un suceso que no ocurriría
sino hasta el año de 1844 D. C. en el
cielo - unos 2,500 años después
de que el ángel habló con él en visión?
¿O es más probable que Daniel 8:14 se
refiriera a la profanación del templo por
Antíoco Epífanes (lo que se cumplió justo 500
años después de que Daniel escribió) y que ese
suceso fuera seguido inmediatamente por la
crucifixión de Cristo Jesús y por ende el
cumplimiento de Daniel capítulo 9?
Por mucho tiempo, los
Adventistas del Séptimo Día han reclamado ser
los sucesores y los completadores de la
Reforma protestante. Pero, por mucho tiempo,
se han apartado del grito de combate de la
Reforma: "Sola Scriptura - ¡La Biblia
solamente!" . La Doctrina del Santuario,
los 2,300 días, el Juicio Investigador, y el
Gran Chasco, todas evolucionaron, no de la
sólida roca de la Escritura, sino de los
miásmicos escritos de Ellen G. White. ¡Y ésa
es la "piedra angular del arco" del Adventismo
del Séptimo Día!
Arriba: El "Formulario de Información
Biográfica" de Ellen White. Note su respuesta a
la pregunta 16: "¿Por qué medios en particular
llegó usted a la verdad?" Respuesta:
"Estudiando la Biblia, escuchando a predicadores
del evangelio, y por revelación".