Después de estudiar la
evidencia concerniente a Ellen White, usted ha considerado
lo que la misma Ellen White tenía que decir. Usted ha visto
lo que varios líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo
Día a los más altos niveles de la denominación han creído
sobre su profetisa. Y ha leído lo que numerosos
ex-Adventistas del Séptimo Día han escrito.
Los Adventistas del
Séptimo Día creen firmemente que Ellen White era una fiel
mensajera del Señor y que será recompensada por Cristo Jesús
por sus buenas obras. Pero esta feliz representación de
Ellen White no concuerda con los hechos de su vida. La
evidencia ha demostrado que, en su vida persona, fue una
plagiaria, un fraude, y una hipócrita. Ella nunca
confesó estos pecados. La evidencia demuestra que, en
su ministerio público, no estaba inspirada por Dios, que
contradecía la Palabra de Dios, y hasta se contradecía a sí
misma. La evidencia demuestra, además, que su pretensión de
que tenía visiones sobrenaturales y recibía visitas de
ángeles celestiales era espuria.
¿Cómo, pues, debería ser evaluada Ellen White? ¿Cuál será el
juicio final de su vida y su obra? Pocos Adventistas del
Séptimo Día son conscientes de lo que la máxima autoridad,
Dios, nos dice concerniente a los falsos profetas que
pretenden tener falsas visiones y plagian las obras ajenas:
"Así dice el Señor omnipotente: '¡Ay de los
profetas insensatos que, sin haber recibido ninguna
visión, siguen su propia inspiración! ¡Ay, Israel! Tus
profetas son como chacales entre las ruinas. No han
ocupado su lugar en las brechas, ni han reparado los
muros del pueblo de Israel, para que en el día del Señor
se mantenga firme en la batalla. Sus visiones son
falsas, y mentirosas sus adivinaciones. Dicen: 'Lo
afirma el Señor', pero el Señor no los ha enviado; sin
embargo, ellos esperan que se cumpla lo que profetizan.
¿Acaso no son falsas sus visiones, y mentirosas sus
adivinaciones, cuando dicen: 'Lo afirma el Señor', sin
que yo haya hablado? Por tanto, así dice el Señor
omnipotente: A causa de sus palabras falsas y visiones
mentirosas, aquí estoy contra ustedes. Lo afirma el
Señor omnipotente. Levantaré mi mano contra los
profetas; contra aquellos que tienen visiones falsas y
ofrecen adivinaciones mentirosas. No participarán en la
asamblea de mi pueblo, ni aparecerán sus nombres en los
registros de los israelitas, ni entrarán en el país de
Israel. Así sabrán ustedes que yo soy el Señor
omnipotente. Así es, en efecto. Estos profetas han
engañado a mi pueblo diciendo: 'Todo anda bien', pero
las cosas no andan bien; construyen paredes endebles de
hermosa fachada. Pues diles a esos constructores que sus
fachadas se vendrán abajo con una lluvia torrencial,
abundante granizo y viento huracanado. Y cuando la pared
se haya caído, les preguntarán: '¿Qué pasó con la
hermosa fachada?' Por tanto, así dice el Señor
omnipotente: En mi furia desataré un viento huracanado;
en mi ira, una lluvia torrencial; en mi furia, granizo
destructor. Echaré por los suelos la pared con su
hermosa fachada; sus endebles cimientos quedarán al
descubierto. Y cuando caiga, ustedes perecerán. Así
sabrán que yo soy el Señor. Descargaré mi furia sobre
esa pared y sobre los que hicieron su hermosa fachada. A
ustedes les diré que ya no queda la pared ni los que
hicieron su hermosa fachada: esos profetas de Israel que
profetizaban acerca de Jerusalén, y tenían visiones
falsas, y anunciaban que todo andaba bien, cuando en
realidad era todo lo contrario. Lo afirma el Señor
omnipotente'. Ahora tú, hijo del hombre, enfréntate a
esas mujeres de tu pueblo que profetizan según sus
propios delirios. ¡Denúncialas! Adviérteles que así dice
el Señor omnipotente: ... 'Rescataré a mi pueblo de esos
sortilegios, para que dejen de ser presa en sus manos.
Así sabrán que yo soy el Señor". - Ezequiel 13:3-18, 21
(NVI).
Estas severas palabras de
amonestación deberían hacer que cada Adventista del Séptimo
Día tema reclamar para sí mismo cualquier inspiración
profética. En vez de eso, el Adventismo del Séptimo Día ha
sido una incubadora de falsos profetas. Y esto a pesar de
que los líderes de la Iglesia han luchado valientemente para
reservar el título de "profeta" exclusivamente para Ellen G.
White.
Los falsos profetas
dentro del Adventismo del Séptimo Día no son un fenómeno
nuevo. Ellen White escribió que, desde el mismo comienzo
del movimiento, se habían levantado individuos desde dentro
de la membresía pretendiendo falsamente haber tenido sueños
inspirados, visiones, y/o mensajes proféticos:
"Hasta un grado mayor o menor, desde 1844
se han estado produciendo falsas manifestaciones, aquí y
allá, después del tiempo en que esperábamos la
segunda venida de Cristo. Las tuvimos en el caso
Garmire, en las declaraciones de K, y en el movimiento
de Stanton. ... Me están llegando cartas de muchas
personas concernientes a visiones que han tenido y que
creen que es su deber relatar. Que el Señor ayude
a sus siervos a ser cautos. Cuando el Señor tiene un
legítimo canal de luz, hay siempre abundantes
falsificaciones". - EGW en Mensajes Selectos,
tomo 2, página 96, escrito en 1894.
Nótese que, desde el
comienzo, Ellen White denunció severamente a todo lo que se
opusiera a su manto profético. Creía que Dios la había
llamado a ella, y sólo a ella, para que fuese el "legítimo
canal de luz" para la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Considere las ásperas palabras que ella usó para socavar,
disuadir, y demoler a todos los que se atrevieron a reclamar
para sí mismos una similar inspiración profética:
"La luz que se me ha
dado en relación con este caso es que, si esta hermana se
atreve a pensar que ha recibido mensajes para otras
personas, el resultado sería desastroso, y la
hermana estaría en peligro de perder su propia alma".
- Mensajes Selectos, tomo 2, página 98, escrito en
1905.
"Aunque creen que son
guiados por el Espíritu de Dios, en realidad están
siguiendo una imaginación producida por Satanás". -
Mensajes Selectos, tomo 2, página 99, escrito en
1886.
"Las visiones de ellos
eran obra de Satanás". - Mensajes Selectos, tomo 2,
página 77, escrito en 1890.
Aunque Ellen White
reconoció que muchas predicciones de estos llamados "falsos
profetas" se cumplieron, declaró que "sus visiones eran obra
de Satanás" y que habían cesado como resultado de
sus propias amonestaciones:
"Todo era una farsa, un engaño. Pero
muchas de las cosas que ellos dijeron se cumplieron
como las habían predicho. Se me preguntó cómo
podía ser esto si todas las visiones eran falsas. Les
dije que el propósito de Satanás era mezclar la verdad
con el error, para que, por medio de estas actividades
engañosas, él pudiera anular la legítima obra de Dios. Desde
ese momento, todas las muchas visiones de ellos
cesaron". - Mensajes Selectos, tomo 2, páginas
77-78, escrito en 1890.
Observe cómo Ellen White primero reconoció que "muchas"
de las predicciones de estos llamados falsos
profetas "se cumplieron". Cuando comparamos este
sincero reconocimiento con la evidencia de las
predicciones de la propia Ellen White, ¡es muy difícil no
llegar a la conclusión de que estos llamados "falsos
profetas" eran más acertados que la misma Ellen
White! Este es un problema que es necesario que los
Adventistas del Séptimo Dia consideren con sumo cuidado:
¿Cómo pueden los "falsos profetas" predecir el futuro
mejor que la "Mensajera del Señor"? ¿De qué lado está
Dios?
En 1890, Ellen White aseguró que "las muchas visiones de
ellos cesaron" como resultado de los desafíos de ella, pero
una vez más estaba equivocada. El hecho es que, desde el
principio hasta la actualidad, no ha habido ninguna escasez de
personas asociadas con el Adventismo del Séptimo Día que
aseguren que tienen profecías divinamente inspiradas, sueños,
y/o visiones. Una lista abreviada incluye a las siguientes:
Hazen Foss (1844)
William Foy (1844)
Ellen G. White (1844)
Samuel S. Snow (1844)
Hiram Edson (1844)
Anna Garmire (1885 - 2 MS 73)
"Cuatro en una familia" (1890 - 2 MS 76)
"Hombres y mujeres jóvenes" (1890 - 2 MS 79)
Anna Phillips (1893 - 2 MS 85)
Un "moribundo" (1893 - 2 MS 113)
El hermano "T" (1893 - 2 MS 101, 115)
El Sr. Stanton (1893 - 2 MS 96)
La Sra. Mackin (1904 - 3 MS 365)
"Una hermana en Alemania" (1905 - 2 MS 97)
El hermano y la hermana "L" (1908 - 2 MS 99-100)
Johann Wick en Alemania (1915)
Margaret Rowan (1925)
Una mujer y dos hombres en Alemania (1965)
Harold Knapp en Nebraska (1978)
Una mujer en la India (1984)
David Koresh en Texas (1993)
"La Pequeña Ellen" en Oregon (1995)
Jeanie Sautron en Washington (1997), et cetera.
Sin embargo, al atacar a
los "falsos profetas" dentro de la Iglesia ASD, Ellen White
quedó expuesta a ser declarada una falsa profeta
por el mismo criterio que ella aplicaba a los demás.
Considere lo que ella escribió en 1879:
"Los que con tanta presunción predican un tiempo
definido, al hacerlo complacen al adversario de las
almas; porque están adelantando la infidelidad, no el
cristianismo. Presentan textos bíblicos y, mediante
falsas interpretaciones, muestran una cadena de
argumentos que, en apariencia, prueba su posición. Pero su
fracaso muestra que son falsos profetas". - Testimonios,
tomo 4, página 307.
Puesto que Ellen White falló
en sus predicciones relativas al tiempo de la segunda venida
de Cristo, y falló en la totalidad de su escenario
del fin del tiempo, ¡sus propias palabras la condenan
como falsa profeta!
Pero, ¿en qué punto
reconocerán esto los Adventistas del Séptimo Día?
¿Cuándo se preguntarán los Adventistas del Séptimo Día por
qué Ellen White combatió vigorosamente a cada persona que se
opuso a su posición como la la única profeta de la
Iglesia?
¿Cuándo se preguntarán los Adventistas del Séptimo Día por
qué su Iglesia atrae a tantas personas que creen que tienen
un "mensaje del Señor"?
¿Y cuándo comenzarán los
Adventistas del Séptimo Día a comprender la doctrina bíblica
de los dones espirituales, incluyendo el legítimo don de
profecía?
Creo que llegará el
momento en que la Iglesia Adventista del Séptimo Día repudie
públicamente a Ellen White y, con corazón contrito, regrese
a la Biblia como la única fuente y el único determinante de
la voluntad de Dios. Porque, hasta entonces, los Adventistas
del Séptimo Día continuarán siendo descarriados tanto por
los falsos profetas como por las falsas doctrinas.
Continuarán abusando, socavando, y difamando la Palabra de
Dios. Y continuarán siendo una secta.