"¡No te preocupes,
todo está bien!" Así cantaba el cantante en una canción
popular a principios de la década de 1990. Del mismo
pensamiento se hace eco la Iglesia Adventista del
Séptimo Día después de más de un siglo de creciente
evidencia de que Ellen White no era proféticamente
inspirada por Dios.
En un reciente
editorial en el Adventist Review de la Iglesia,
Eugene F. Durand hizo una lista de cosas que, según
él, había creído originalmente, pero que más tarde había
descubierto que eran mitos: La llegada de los peregrinos
a Plymouth Rock, la carga de Teddy Roosevelt hacia la
cima de la colina San Juan, el descubrimiento de Colón
de que el mundo es redondo, y así sucesivamente. Después
de comentar estos "mitos" de la historia de Estados
Unidos, concluyó diciendo:
"A diferencia de la historia de Estados
Unidos, mientras más examinamos nuestras creencias
fundamentales (las de los ASD), con más fuerza
brillan, más seguras se vuelven, y más razones
encontramos para creer. No es necesario que
temamos despertar una mañana y descubrir que la fe
Adventista que nos enseñaron por años no es
verdadera. No es una cuestión de escoger entre
verdad o mito". - Eugene F. Durand, "Hit or Myth?" en
Adventist Review, noviembre 12, 1992, p. 5.
Parafraseando un
antiguo anuncio comercial de tabaco, cuando se trata de
abandonar mitos tenidos en alta estima, la mayoría de
los Adventistas prefieren pelear que cambiar. De aquí
que esta palabra de advertencia sea para usted. No crea
ingenuamente que los hechos harán cambiar de opinión a
los Adventistas del Séptimo Día acerca de Ellen White.
Recuerde que las vidas, las identidades, y la religión
de ellos requieren a Ellen White.
Si usted comparte los
hechos que ha descubierto acerca de ella con sus
seguidores en la Iglesia, será considerado apóstata. Más
que eso, su apostasía será vista como cumplimiento
definido de la predicción de Ellen White de que "se
apagarán luces brillantes". Consuélese pensando que, por
lo menos, ¡le consideran a usted como una de esas luces
brillantes! Por extraño que parezca, los
Adventistas del Séptimo Día no se detienen a pensar que,
si las "luces brillantes" se van de la Iglesia,
sólo quedan luces "opacas".
Como resultado de su
"apostasía", y a pesar de todos los hechos en contrario,
ellos creerán, aún con más fuerza, en la inspiración
divina de Ellen White. Puede usted estar seguro de que
los seguidores de ella aumentarán su fe en Ellen White
haciendo varias de las siguientes afirmaciones:
1. Ellen White predijo
que sería llamada una falsa profeta.
EGW: "Se me ha dicho que muchos que prestan
oídos a la falsa ciencia del enemigo denunciarían mi
obra como la de una falsa profeta". - Mensajes
Selectos, tomo 1, p. 52, escrito en 1906.
Note que Ellen White
reclamó inspiración divina para su idea de que los que
denuncian su obra, incluyéndole a usted, están bajo la
influencia de Satanás. Tenga presente que, con
frecuencia, ésta es la actitud de sus seguidores aún
hacia sus seres queridos que abandonan la Iglesia
Adventista del Séptimo Día. Luego, sus seguidores
razonan que, puesto que usted ha llegado a la
conclusión de que Ellen White es una falsa profeta,
entonces ella es realmente una verdadera
profeta, pues predijo que algunos la llamarían falsa
profeta.
Cuando usted se
detiene a pensar en ello, el razonamiento circular de
ellos es muy fácil de responder. Vea usted: A semejanza
de los meteorólogos, los falsos profetas a veces
tienen razón la mitad de las veces. Son sus falsas
profecías y sus falsas enseñanzas las que los
identifican como falsos profetas. Usted
establece cuál "profeta" es verdadero y cuál es falso
comparándolos con la Biblia.
¿Contradijo Ellen
White la Biblia? Sí. Por lo tanto, la Palabra de Dios le
dice a usted que ella no puede ser una profeta
verdadera. ¿Se cumplieron todas sus profecías
incondicionales? No. Por lo tanto, la Palabra de Dios le
dice a usted que ella no puede ser una verdadera
profeta. ¿Era ella honesta acerca de la fuente de sus
escritos? No. Por lo tanto, hasta el estudio Veltman de
su propia Iglesia le dice a usted que ella no decía
la verdad. El hecho de que Ellen White predijera
que algún día ella sería llamada una falsa profeta
indica simplemente que, como todos los charlatanes, ella
sabía que sus mitos algún día serían revelados con la
luz de la verdad.
2. Ellen White predijo
que el último engaño de Satanás sería anular sus
testimonios.
EGW:
"El último gran engaño de Satanás será anular
el testimonio del Espíritu de Dios". - Mensajes
Selectos, tomo 1, p. 48, escrito en
1890.
Muchos Adventistas
del Séptimo Día creen que cualquiera que señale errores
en los escritos de Ellen White está haciendo la obra de
Satanás y oponiéndose a Dios. Pero, ¿es válida esa
creencia? No. Al pueblo de Dios se le insta a analizar
lo que es presentado como la verdad para ver si
concuerda con la Palabra de Dios:
"Los bereanos eran de sentimientos más
nobles que los de Tesalónica, de modo que recibieron
el mensaje con toda avidez, y todos los días
examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo
que se les anunciaba". - Hechos 17:11.
Bajo la inspiración
del Espíritu Santo, Pablo no acusó a la gente de hacer
la obra de Satanás simplemente porque fueron a sus
Biblias para autenticar sus enseñanzas. En lugar de eso,
dijo que los bereanos eran "de sentimientos más nobles"
que los que aceptaban ciegamente lo que se les había
enseñado. Sin embargo, Ellen White acusa a los modernos
cristianos, que siguen el ejemplo de los bereanos, de
estar haciendo la obra de Satanás.
Vea usted, la
aceptación ciega es una necesidad crucial para todo
seguidor de Ellen White. En el pasado, ¿aceptó usted
ciegamente lo que se le enseñó acerca de Ellen White?
Probablemente. Pero ahora usted ha tenido la oportunidad
de evaluar sus enseñanzas por medio de la Palabra de
Dios. Si las comparó cuidadosamente con la Palabra de
Dios, entonces usted es elogiado por la Palabra de Dios.
Usted no está haciendo la obra de Satanás, como afirmaba
Ellen White; usted está haciendo exactamente lo
que su Salvador Cristo Jesús le aconsejó que hiciese:
"Queridos hermanos, no crean a
cualquiera que pretenda estar inspirado por el
Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si
es de Dios, porque han salido por el mundo muchos
falsos profetas". - 1 Juan 4:1. (NVI).
3.
La evidencia presentada en este libro fue refutada
hace años por la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Desde su mismo
comienzo, la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha
librado una guerra sin cuartel contra los hechos. Con el
correr de los años, los seguidores de Ellen White han
usado todos los medios posibles para elevar la imagen de
ella a pesar de la abrumadora evidencia de que es una
falsa profeta. Quizás el libro más abarcante jamás
escrito para defenderla es Ellen White y Sus Críticos,
por Francis D. Nichol (disponible en los Centros de
Literatura Adventista) [ABC, Adventist Book Centers].
Tenga presente que el libro de Nichol fue escrito en
1951. Eso fue veinticinco años antes de que se
descubrieran las actas de la Conferencia Bíblica de
1919. Fue el testimonio de esas actas lo que dejó claro
como el agua limpia que los dirigentes de la iglesia son
bien conscientes de los defectos de Ellen White (véanse
las páginas 13-20 del libro White Washed). El
libro de Nichol fue escrito treinta años antes
de que el estudio Veltman de la propia Iglesia
Adventista del Séptimo Día demostrara de manera
concluyente que Ellen White era una plagiaria que había
negado el hecho de que copiaba (véanse las páginas 8-9
de White Washed). El libro de Nichol fue escrito
tres décadas antes de que se descubriera la
evidencia del juicio de Israel Dammon, que demostró que
la presentación de la historia por Ellen White no era
digna de confianza (véanse las páginas 118-121 de White
Washed). Y el libro de Nichol fue escrito cuatro
décadas antes de que se descubriera la evidencia
en el libro de M. L. Shew Cura por el Agua para
Señoras, demostrando que los mensajes sobre la
salud, de Ellen White, estaban muy atrasados para su
tiempo (véanse las páginas 92-103 de White Washed).
Los argumentos de Nichol ya eran debatibles en 1951,
pero simplemente no soportan el peso de la evidencia
acumulada durante los pasados cuarenta años.
El más reciente
intento de los Adventistas del Séptimo Día para rescatar
a Ellen White es el libro de 600 páginas de Herbert
Douglass, Mensajera del Señor, en el que
presenta la propaganda corriente de la Iglesia. Un breve
examen lleva a los lectores rápidamente a la conclusión
de que muchas de las "defensas" de la Iglesia estiran
los límites de la credibilidad mucho más allá del punto
de ruptura.
En la revisión del
libro publicada en Spectrum,
Alden Thompson planteó un desafío a la obra de de
Douglass diciendo: "El enfoque general en el libro Mensajera
es claro: filtrar casi todas las voces que se considera
que 'critican' a Ellen White". Thompson continuó
escribiendo acerca de la manipulación de la evidencia
por parte de Douglass:
"Por el libro de George Knight, 'Meeting
Ellen White' [Conociendo a Ellen White], (p. 110),
descubrí que las palabras 'Dios es amor' son los
grandes pilares sobre los cuales descansaba la serie
de El Gran Conflicto, las tres primeras palabras de Patriarcas
y Profetas y las tres últimas de El Gran
Conflicto. Intrigado, tomé Dones
Espirituales, tomo 1 (1858), y leí
cuidadosamente la presentación de 200 páginas que
Ellen White hace de la controversia en aquella primera
publicación (páginas 17-219). 'Dios es amor' no
está allí. Revise el disco de EGW. Es
asombroso".
Lo que es
verdaderamente "asombroso" es que la Iglesia Adventista
del Séptimo Día continúe defendiendo a Ellen White, y
continúe manipulando sus escritos - hasta el punto de
añadir palabras para ajustarlos a la filosofía actual de
ellos. Quizás en esto descubrimos la verdadera
actitud de los dirigentes de la Iglesia hacia Ellen
White: Ella continúa siéndoles útil como "autoridad
divina" para toda clase de designios políticos y
"religiosos".
¿Ha respondido
satisfactoriamente la Iglesia a toda la evidencia contra
Ellen White? Aparentemente, dos millones de
ex-Adventistas en los Estados Unidos no lo creen así.
4. Usted se perderá si
abandona la iglesia remanente.
EGW:
"Todos los que deseen apartarse del pueblo
remanente de Dios (los ASD) para obedecer a sus
propios corazones corruptos se arrojarán
voluntariamente en las manos de Satanás, y deberán
tener este privilegio". - Testimonios,
tomo 1, p. 439, escrito en 1864.
¿Tenía razón Ellen
White cuando dijo que los que abandonan la Iglesia
Adventista del Séptimo Día se "arrojan voluntariamente
en las manos de Satanás"?
Nuevamente, la respuesta es no, de acuerdo con la Biblia.
Las iglesias que no entienden claramente el evangelio
tienden a constituirse en mediadores entre sus miembros
y Cristo Jesús. Tienden a reclamar para sí mismas un
papel singular que les da identidad y les permite hacer
cumplir los decretos de la iglesia. Considere cómo
proclaman las siguientes iglesias sus identidades y, por
lo tanto, el lugar que ocupan en las vidas de sus
miembros:
Católica Romana: "La única iglesia verdadera",
Bautista del Sur: "La Esposa de Cristo",
Mormona: "La Iglesia de Jesucristo",
Adventista del Séptimo Día: "La Iglesia Remanente",
Mundial (Armstrong): "La Iglesia de Dios",
Testigos de Jehová: "La Religión Verdadera", et
cetera.
Estas iglesias han
sido mediadoras en el sentido de que la
organización de la iglesia interviene entre el miembro y
Cristo Jesús. Han sido exclusivas en el sentido
de que la salvación y las bendiciones especiales de Dios
se reservan, por lo general, sólo para sus propios
miembros. La membresía en su iglesia se considera
sinónima de la membresía en el reino de Dios.
La iglesias que
reclaman para sí mismas una identidad única exigen, por
lo general, que se le rinda homenaje a su particular
profeta, apóstol, o líder espiritual que, en sentido
práctico, ha recibido la autoridad final en cuestiones
espirituales. Por lo general, estos individuos no
vacilan en afirmar que reciben mensajes directamente
de Dios aparte de la Biblia, y generalmente
afirman que hablan en nombre de Dios. Estas
pretensiones les capacitan para imponer rigurosamente su
voluntad personal en su membresía.
Un examen de los
hechos indica que la pretensión Adventista del Séptimo
Día de ser "la iglesia remanente" no es más bíblica que
las muchas pretensiones similares de otras iglesias.
Esta pretensión es interesante porque requiere
suposiciones extra-bíblicas para interpretar
correctamente una frase clave en el Adventismo: "El
espíritu de profecía". Esa frase sostiene su pretensión
de que es "la iglesia remanente". Los Adventistas del
Séptimo Día usan dos textos para apoyar su pretensión.
Helos aquí:
"Entonces el dragón se enfureció contra
la mujer. y se fue a hacer guerra contra el resto de
sus descendientes, los cuales obedecen los
mandamientos de Dios y se mantienen fieles al
testimonio de Jesús". - Apocalipsis 12:17 (NVI).
Según los Adventistas
del Séptimo Día, este texto contiene las dos "marcas"
que identifican a la iglesia remanente: (1) obedece
todos los mandamientos de Dios; (2) es fiel al
testimonio de Jesús. Bajo la primera premisa, los
Adventistas del Séptimo Día creen erróneamente que sólo
ellos obedecen todos los Diez Mandamientos de Dios;
suponen que todos los demás adoran a Dios el domingo.
Este estrecho punto de vista pasa por alto el hecho de
que en Norteamérica existen en la actualidad más de 300
organizaciones que guardan el sábado y son totalmente
independientes de cualquier denominación, y que existen
por lo menos cinco denominaciones.
Para interpretar la
segunda frase, "testimonio de Jesús" (es decir, "el
espíritu de profecía"), los Adventistas del Séptimo Día
le dirigen a usted a Apocalipsis 19:10:
"Me postré a sus pies para adorarle. Pero
él me dijo: '¡No, cuidado! Soy un siervo como tú y
como tus hermanos que se mantienen fieles al
testimonio de Jesús. ¡Adora sólo a Dios! Porque
el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía".
- Apocalipsis 19:10.
En este punto, los
Adventistas del Séptimo Día cierran sus Biblias, y
declaran: "Ellen White es 'el espíritu de profecía', y
ella escribió 'Los Testimonios'. Puesto que nosotros
guardamos todos los Diez Mandamientos y tenemos
a Ellen White como nuestra profeta, ¡nosotros los
Adventistas del Séptimo Día somos la iglesia
remanente"!
Sin embargo, ¿notó
usted que ni la palabra "iglesia" ni el
nombre "Ellen White" se mencionan en ninguno de esos
textos? Esas palabras fueron añadidas por los
Adventistas del Séptimo Día para apoyar su suposición
extra-bíblica: Que Ellen White es "el espíritu
de profecía", y que, por lo tanto, la Iglesia Adventista
del Séptimo Día es "La iglesia remanente"!
Esa lógica no es justificada por la Escritura, y con la
misma facilidad podría haber sido aplicada a David
Koresh, líder de la secta de la rama davidiana.
Sin embargo, en lugar
de saltar fuera de la Biblia para aplicar artificialmente
el título de "El espíritu de profecía" a Ellen White,
¿qué habría sucedido si los fundadores del Adventismo
del Séptimo Día hubiesen continuado dentro de la
Escritura? ¿Qué habrían descubierto en cuanto a cómo
aplica la Biblia misma el término "El espíritu
de profecía"? ¿Quién indica la Palabra de Dios que es el
auténtico, y el único "espíritu de
profecía"?
El espíritu de profecía
En 1 Corintios
12:7-11, la Biblia dice que el Espíritu Santo es el que
concede los dones espirituales a la iglesia de Dios. Uno
de esos dones espirituales es el don de profecía
(12:10). Por lo tanto, es lógico llegar a la conclusión
de que la frase "el espíritu de profecía" se aplica al
Espíritu Santo como el que concede el don
espiritual de profecía. Esto es aún más evidente si
analizamos los varios nombres que la Biblia aplica
claramente al Espíritu Santo. Cada nombre de la lista
siguiente describe una característica especial del
Espíritu Santo. Al leer estos nombres del Espíritu
Santo, recuerde que ninguno de ellos puede aplicarse
jamás a ningún ser humano sin cometer el pecado de
blasfemia.
Espíritu de sabiduría - Isaías 11:2
Espíritu de entendimiento - Isaías
11:2
Espíritu de consejo - Isaías 11:2
Espíritu de poder - Isaías 11:2
Espíritu de conocimiento - Isaías 11:2
Espíritu de temor del Señor - Isaías 11:2
Espíritu de Jehová - Miqueas 2:7
Espíritu de Dios - Mateo 3: 16
Espíritu de vuestro Padre - Mateo 10:20
Espíritu de verdad - Juan 14:17
Espíritu de Jesús - Hechos 16:7
Espíritu de santidad - Romanos 1:4
Espíritu de vida - Romanos 8:2
Espíritu de Cristo - Romanos 8:9
Espíritu de adopción - Romanos 8:15
Espíritu del Dios viviente - 2 Corintios 3:3
Espíritu de su Hijo - Gálatas 4:6
Espíritu de sabiduría - Efesios 1:17
Espíritu de revelación - Efesios 1:17
Espíritu de Jesucristo - Filipenses 1:19
Espíritu de gracia - Hebreos 10:29
Espíritu de gloria - 1 Pedro 4:14
Espíritu de profecía - Apocalipsis 19:10
Usando solamente la
Biblia, permitiendo a la Biblia que se interprete a sí
misma, es evidente que, cuando Apocalipsis 19:10 dice
que "el testimonio de Jesús es el espíritu de
profecía", se refiere al Espíritu Santo. Jesús
dice en Juan 15:26 que una de las obras del Espíritu
Santo es que "testificará acerca de mí". Así, pues, está
claro que el Espíritu Santo es "el testimonio de
Jesús" porque testifica precisamente de Cristo. Y
el Espíritu Santo es también "el espíritu de profecía"
porque concede el legítimo don de profecía e inspira a
los verdaderos profetas para que representen consistente
y exactamente la voluntad de Dios.
Aunque puede decirse
que una persona que ha recibido el legítimo don
espiritual de profecía es inspirada por el Espíritu de
Dios, es blasfemia decir que el que recibe el don es
el espíritu de profecía. Durante un siglo, los
Adventistas del Séptimo Día criticaron al Papa por uar
títulos que pertenecen a Dios, ¡pero ellos hacen lo
mismo al llamar a Ellen White "el espíritu de
profecía"!
Hagamos una
aplicación personal de Apocalipis 12:17. Lea Apocalipsis
12:17 como un texto aislado, aparte del prejuicio
Adventista, y pregúntese: "¿He sido capacitado de tal
manera por la gracia de Cristo Jesús que mora en mí, que
Dios me ve como (1) obedeciendo sus mandamientos y (2)
poseyendo completamente el Espíritu Santo?" Si su
respuesta es sí, entonces usted es una de esas personas
a las que la Biblia llama el "remanente" o la
"descendencia" de la iglesia de Dios (Apocalipsis
12:17), y usted es "consiervo" de Dios (Apocalipsis
19:10). Simplemente dejando que la Biblia se interprete
a sí misma, usted tiene la certeza por la Palabra de
Dios de que Ellen White no es el espíritu de
profecía y no tiene nada que ver con el lugar de usted
en la verdadera iglesia: el cuerpo de Cristo!
La iglesia remanente
Pero, ¿qué dice la
Biblia acerca de "la iglesia remanente"?
Es interesante notar
que la Biblia nunca usa la frase "la iglesia
remanente". La Biblia nunca habla de La Iglesia
Remanente como una organización terrenal. La Biblia
nunca dice que las personas deben ser miembros de una
particular iglesia "remanente, u organización
"remanente", para tener la salvación, o para trabajar
para Dios, o para ser contadas como pueblo de Dios. En
vez de eso, cuando la Biblia usa las palabras
"remanente", "descendencia", y "de Dios" unas 826 veces,
está hablando de personas, algunas de las cuales
algunas veces se opusieron a Dios, fueron
castigadas por Dios, eran miembros de naciones que no
eran Israel, y/o eran sobrevivientes reconvertidos. Pero
nunca habla de ninguna iglesia, denominación, u
organización terrenal como "La Iglesia Remanente".
La Biblia deja claro
que el reino de Dios - o la Iglesia de Cristo, o hasta
"el pueblo de Dios" - no es la nación judía, ni
tampoco ningún otro grupo particular de personas
diferente del cristianismo en general. Ser parte de la
Iglesia de Dios no depende de que su nombre esté en los
libros de ninguna iglesia terrenal.
Según la Biblia, su
salvación depende de su relación con Cristo Jesús. Jesús
no era Adventista del Séptimo Día, ni lo fue ningún
miembro del pueblo de Dios desde la creación hasta que
la Iglesia Adventista del Séptimo Día fue organizada en
1863. Una abrumadora mayoría de los miembros del pueblo
de Dios en la actualidad ¡no son miembros de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día! Al
aceptar a Cristo Jesús como su Salvador y vivir cada día
por medio del poder del Espíritu Santo morando en usted,
su salvación está asegurada ahora mismo, ¡no importa
en qué iglesia esté su membresía!
"Y ahora, queridos
hijos, permanezcamos en él para que, cuando se
manifieste, podamos presentarnos ante él
confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su
venida". - 1 Juan 2:28.
"Queridos hijos, no
amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con
hechos y de verdad. En esto sabremos que somos de
la verdad, y nos sentiremos seguros delante de
él". - 1 Juan 3:18-19.
"También sabemos
que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado
entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y
estamos con el Verdadero, con su Hijo
Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida
eterna". - 1 Juan 5:20.
"Y el testimonio es
éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta
vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la
vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene
la vida". - 1 Juan 5:11-12.