Si usted no es
Adventista del Séptimo Día, este libro le ayudará a
entender el completo dominio que Ellen White ejerce
sobre la denominación Adventista del Séptimo Día. La
información que usted reciba de este libro le
permitirá ser un poderoso testigo para Dios cuando
exponga a la luz los mitos de Ellen White.
Por otro lado, si
usted es Adventista del Séptimo Día, este libro le
ayudará a darse cuenta de que experimenta la vida
desde una perspectiva diferente de la de la corriente
principal de la cristiandad. Usted es miembro de la
"Iglesia Remanente". Puede que, intelectualmente,
usted admita que algunas personas de otras iglesias
pueden salvarse, pero las llama "Babilonia". Hay un
gran abismo entre usted y el resto de la cristiandad,
un abismo creado deliberadamente por Ellen G. White.
Este libro le ayudará a evaluar la legitimidad de su
separación del "otro" pueblo de Dios y la teología que
lo creó.
Teología
y
escatología
No sólo la
teología, sino también la escatología, le separa a
usted de la corriente principal del cristianismo. En
el corazón del punto de vista Adventista del Séptimo
Día sobre los acontecimientos del fin del tiempo está
la doctrina de que el sábado es el "sello de Dios", y
que tener culto en domingo es tener la "marca de la
bestia". Probablemente, usted acepta esto como la gran
diferencia entre los que se salvan y los que se
pierden. Usted cree esto porque se le enseñó que tanto
la Biblia como la "Mensajera del Señor" proclaman esta
"verdad".
Lo que posiblemente
usted no sepa es que la Biblia no dice que el sábado
es el sello de Dios. Tampoco dice la Biblia que tener
culto en domingo es la marca de la bestia. Y, en toda
la Biblia, no se encuentra ninguna afirmación
de que la denominación Adventista del Séptimo Día es
"La Iglesia Remanente". Todo esto provino de
Ellen White. Pero, ¿qué sucede con el resto de las
veintisiete doctrinas fundamentales del Adventismo?
¿Son bíblicas? Este libro le ayudará a examinar la
evidencia.
La
inspiración divina
Probablemente, a
usted también se le enseñó que, como "Mensajera del
Señor", Ellen White era tan inspirada por Dios como
cualquiera de los profetas bíblicos. Sin duda, se le
contaron los muchos milagros que "prueban" que sus
visiones eran de Dios. Usted cree honestamente que lo
que ella escribía era el resultado directo de sus
visiones divinamente inspiradas, y que nada de lo que
ella escribió jamás contradijo la Biblia.
Lo que usted no
sabrá sino hasta que lea este libro es que esas
creencias son mitos. Usted simplemente ha sido
"blanqueado" [juego de palabras; el apellido de Ellen,
White, significa "blanco"] por personas
generalmente bien intencionadas que nunca pusieron en
duda nada de lo que oyeron decir acerca de Ellen
White. Repitieron alegremente los mismos y antiguos
mitos, creyendo que eran verdaderos. No hay ninguna
razón lógica para que usted camine ciegamente sobre
las bien gastadas huellas de sus pisadas.
Si sus creencias
sobre Ellen White están basadas en hechos, las
encontrará afirmadas vigorosamente en este libro.
Pero, si usted cree en mitos, se le invitará a
examinar los hechos. Este libro es un primer paso en
la validación de su sistema de creencias.
La
salvación
Si usted es
Adventista del Séptimo Día, probablemente no sabe si
es salvo. A causa de los escritos de Ellen White,
muchos de ustedes se preguntan si son lo bastante
buenos para ser salvos, así que temen el día en que
Cristo regrese. Trabajan duro para perfeccionar sus
caracteres y poder permanecer en pie delante de Dios
sin un mediador. Y creen que, si descartan los
escritos de Ellen White, perderán la vida eterna. Si
cualquiera de esas creencias son, aun remotamente,
parte de su teología, usted ha sido "blanqueado".
La
conciencia individual
Si usted está
empleado por la Iglesia Adventista del Séptimo Día
como pastor o maestro, probablemente está
familiarizado con la afirmación de Ellen White que
aparece en el Prefacio del Manual de Iglesia
de los Adventistas del Séptimo Día:
"Cuando se ejerce el juicio de la
Conferencia General, que es la más alta
autoridad que Dios tiene en la tierra, la
independencia privada y el juicio privado no
deben mantenerse, sino que se debe renunciar a
ellos". - Ellen G. White, Testimonios, tomo
3, p. 492, (escrito en 1875).
¿Es la Conferencia
General realmente la más alta autoridad que
Dios tiene en la tierra, o es la Biblia? ¿Espera Dios
realmente que usted renuncie a su propia
capacidad de pensar y razonar? ¿Hasta su Biblia debe
ser interpretada por Ellen White y la Conferencia
General? Este libro le ayudará a decidir qué respetará
usted como la más alta autoridad en su vida.
La
responsabilidad personal
Recientemente, el
pastor Robert Olson comentó la creciente evidencia que
demuestra que los escritos de Ellen White contienen
errores. Dijo Olson:
"Yo no creo que sea el papel de la
Fundación White establecer qué está condicionado
por el tiempo (un producto de los tiempos de
ella, más bien que divinamente inspirado por Dios) y
qué no lo está. Eso les toca a los individuos,
según apliquen los consejos de Ellen White a sus
vidas". - Robert Olson en la revista Ministry,
dic. de 1990, p. 18.
Su iglesia reconoce
que Ellen White erró, pero no va a decirle cuáles de
los escritos de Ellen White están en error. ¿Cómo
tomará usted su propia decisión? ¿Qué
criterio usará para establecer la verdad?
A causa de la
afirmación de Ellen White de que era inspirada por
Dios, es de primera importancia examinar las
conclusiones a las que la misma Iglesia Adventista del
Séptimo Día ya ha llegado acerca de sus escritos.
Luego, tómese su tiempo para averiguar si sus escritos
concuerdan o no con la Biblia. Sólo entonces estará
seguro de que está obedeciendo la dirección de Dios en
su sistema de creencias y en su estilo de vida.
Necesita leer este libro para que esa información esté
disponible para usted.
Tengo la esperanza
de que, por medio de este libro, usted pueda compartir
mi gozo en el evangelio de Cristo Jesús y su gracia
salvadora, y pueda proclamar confiadamente su propia
salvación por medio de Él. Le insto a usar este libro
para fortalecer su conocimiento de la Biblia y
descontar cualquier creencia mal fundada que haya
tenido. A este fin, ¡ojalá que el evangelio de Cristo
Jesús inspire e ilumine nuestras vidas al crecer todos
nosotros en el conocimiento de su gracia!