DÍAS DE RETRIBUCIÓN
Una exposición del libro
de Apocalipsis
Título de la obra en inglés:
Days of Vengeance
David Chilton
Tomado de Freebooks
Parte
Cuatro
SANCIONES DEL PACTO:
LAS SIETE TROMPETAS
(Apocalipsis 8-14)
Introducción
La cuarta sección
del documento normal de tratado tenía que ver con las sanciones
del pacto (maldiciones y bendiciones) (comp. Deut. 27:1-30:20).
1 En
Deuteronomio, estas sanciones se presentan en el contexto de una
ceremonia de ratificación, en la cual el pacto entre Dios y el
pueblo es renovado. Moisés dio instrucciones al pueblo para que
se dividiera en dos grupos, seis tribus en el monte de Gerizim
(símbolo de bendición) y seis en el altar construído sobre el
monte Ebal (símbolo de maldición). La congregación debía hacer
juramento solemne, repitiendo Amén mientras los levitas repetían
las maldiciones del pacto invocando sobre sí mismos aquellas
maldiciones si alguna vez abandonaban la ley (Deut. 27:1-26).
Moisés dio a entender claramente que este juramento de pacto
involucraba no sólo al pueblo que había jurado, junto con sus
esposas, hijos, y siervos, sino también a las generaciones
venideras (Deut. 29:10-15).
Deuteronomio 28 es
prácticamente la sección de la bendición/maldición paradigmática
de la Biblia entera. Las bendiciones por la obediencia están
enumeradas en los versículos 1-14, y las maldiciones por la
desobediencia (con más detalle) en los versículos 15-68. Las
Guerras de los Judíos, de Josefo, parecen casi como un
comentario sobre este pasaje, porque la Gran Tribulación que
culminó en la caída de Jerusalén en el año 70 d. C. y la
subsiguiente dispersión de los judíos por toda la tierra era el
cumplimiento definitivo de sus maldiciones. Cuando la turba de
judíos clamaba para que Jesús fuera crucificado, invocaba los
ayes de este capítulo: "Y respondiendo todo el pueblo dijo: Su
sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos" (Mat. 27:25).
Cuando los días de retribución por fin le sobrevinieron a esta
generación, fueron maldecidos en cada uno de los aspectos de la
vida (Deut. 28:15-19); atacados con pestilencias de todo tipo
(Deut. 28:20-26); azotados por pestes, violencia, y opresión
(Deut. 28:27-37); golpeados por las malas cosechas, las
inversiones económicas, y la pérdida de sus hijos (Deut.
28:38-48; sitiados por sus enemigos y sufriendo hambruna hasta
practicar el canibalismo (Deut. 28:49-57), esclavizados y
dispersos por todas las naciones del mundo, viviendo en temor y
en desesperación día y noche (Deut. 28:58-68).
Moisés advirtió
que la tierra de Israel se convertiría en desolación si el
pueblo abandonaba el pacto; como Sodoma y Gomorra, un monumento
al juicio de Dios. "Y dirán las generaciones venideras, vuestros
hijos que se levanten después de vosotros, y el extranjero que
vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella
tierra, y sus enfermedades de que Jehová la habrá hecho enfermar
(azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada. ni
producirá, ni crecerá en ella hierba alguna, como sucedió en la
destrucción de Sodoma y de Gomorra, de Adma y de Zeboim, las
cuales Jehová destruyó en su furor y en su ira)".
"Más aún, todas
las naciones dirán: ¿Por qué hizo esto Jehová a esta tierra?
¿Qué significa el ardor de esta gran ira? Y responderán: Por
cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres, que él
concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto, y
fueron y sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos,
dioses que no conocían, y que ninguna cosa les habían dado. Por
tanto, se encendió la ira de Jehová contra esta tierra, para
traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro; y
Jehová los desarraigó de su tierra con ira, furor, y con grande
indignación, y los arrojó a otra tierra, como hoy se ve" (Deut.
29:22-28).
Las siete
trompetas del Apocalipsis anuncian que este juicio está a punto
de ser derramado sobre Israel por haber rechazado a Cristo. A
través de esta sección vuela el ángel-querubín con su clamor de
ayes, un recordatorio de la nación conquistadora de la que se
advierte en Deuteronomio 28:48. El águila es un símbolo bíblico
tanto de las bendiciones (comp. Éx. 19:4; Deut. 32:11) como de
las maldiciones del pacto (comp. Jer. 4:13; Hab. 1:8). Como en
la apertura de la sección sobre sanciones y la ratificación del
pacto en Oseas (Oseas 8:1), el águila en Apocalipsis está
conectada con el sonar de las trompetas anunciando el desastre;
y sin embargo el águila trae salvación también al que es fiel al
pacto (comp. Apoc. 12:14).
Como en
Deuteronomio, esta sección de Apocalipsis nos muestra dos
montes: el monte de la maldición en el capítulo 8, que es
encendido con carbones del altar y lanzado al abismo; y el monte
de bendición en el capítulo 14, el monte de Sion, donde el
Cordero se encuentra con su ejército de 144.000, el remanente de
la tierra de Israel. Deuteronomio 30:1-10 promete una última
restauración del pueblo, cuando Dios realmente circuncidará sus
corazones, y cuando nuevamente les bendiga abundantemente en
todas las áreas de la vida. Kline comenta: "Como muestra el
desarrollo de este tema en los profetas, la renovación y la
restauración que Moisés predice es la que Cristo consumó en el
nuevo pacto. La profecía no tiene que ver tanto con los judíos
étnicos como con la comunidad del pacto, que aquí se denotaba
concretamente en su identidad del Antiguo Testamento como
Israel. Dentro de la esfera del Nuevo Pacto, sin embargo, el
muro de las distinciones étnicas desaparece. En consecuencia, la
figura del Antiguo Testamento que aquí se usa para describir a
los israelitas exiliados y reunidos con Yahvé en Jerusalén (v.
3b, 4; comp. 28:64) encuentra su principal cumplimiento en la
reunión universal, en el Nuevo Testamento, de los pecadores de
la raza humana, exiliados del paraíso, de vuelta al Señor Cristo
entronado en la Jerusalén celestial". 2
Por esto, la
imagen central de esta sección de Apocalipsis es una ceremonia
de ratificación del pacto (capítulo 10), en la cual el ángel del
pacto está de pie en el mar y sobre la tierra, alzando su mano
derecha al cielo, haciendo un juramento y proclamando la venida
del Nuevo Pacto, la inauguración de una nueva administración del
mundo bajo "el Señor y su Cristo; y él reinará por los siglos de
los siglos" (Apoc. 11:15).
Notas:
1. Véase de Meredith G. Kline, Treaty of the Great King: The
Covenant Structure of Deuteronomy (Grand Rapids: William B,
Eerdmans Publishing Co., 1963), (Tyler, TX: Institute for
Christian Economics, 1987).
2. Kline, pp. 132ss.
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