Days of Vengeance

DÍAS DE RETRIBUCIÓN
Una exposición del libro de Apocalipsis

Título de la obra en inglés:
Days of Vengeance
Por David Chilton

Tomado de Freebooks



Apéndice C
GRACIA COMÚN, ESCATOLOGÍA,

Y LA LEY BÍBLICA

GARY NORTH

El concepto de gracia común rara vez se discute fuera de los círculos calvinistas, aunque todas las teologías cristianas deben finalmente entendérselas con los puntos en debate sobre la gracia común. La frase misma data de por lo menos el puritanismo colonial norteamericano. Me encontré con ella en varias ocasiones mientras investigaba las doctrinas y experimentos económicos de los puritanos. El concepto data de por lo menos los escritos de Juan Calvino. 1

Antes de aventurarme en el bosque del debate teológico, permítaseme expresar lo que yo creo es el significado de la palabra "gracia". La Biblia usa la idea de varias maneras, pero el significado central de la gracia es éste: Un don concedido a las criaturas de Dios sobre la base, primero, del favor de Dios hacia su Hijo, Jesucristo, la encarnación de la segunda persona de la Trinidad, y segundo, sobre la base de la obra expiatoria de Cristo en la cruz. Hablando estrictamente, la gracia no es inmerecida, porque Cristo merece todo don, pero, en términos del mérito de creación - un mérito de una criatura por el mero hecho de su condición de tal - no hay ninguno. Resumiendo, cuando hablamos de cualquier aspecto de la creación que no sea Jesucristo encarnado, la gracia se define como don inmerecido. La esencia de la gracia es expresada en Santiago 1:17: "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación".

Gracia especial es la frase usada por los teólogos para dscribir el don de la salvación eterna. Pablo escribe: "Porque por gracia soy salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe". (Efe. 2:8-9). También escribe: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Rom. 5:8). Dios elige a aquéllos de los cuales tendrá misericordia (Rom. 9:18). Él ha elegido a estas personas para que sean recipientes de su don de salvación eterna, y les eligió desde antes de la fundación del mundo (Efe. 1:4-6).

Pero hay otra clase de gracia, y es malentendida. La gracia común es igualmente un don de Dios para sus criaturas, pero se distingue de la gracia especial de varias maneras cruciales. En círculos calvinistas, ha habido un debate por cerca de un siglo en relación con la naturaleza y la realidad de la gracia común. Espero que este ensayo contribuya con algunas respuestas aceptables para el pueblo de Dios, aunque tengo pocas esperanzas de convencer a los que han estado envueltos en este debate durante 60 años.

A causa de la confusión asociada al término "gracia común", permítaseme ofrecer la descripción que de ella hace James Jordan. La gracia común es el equivalente de las migajas que caen de la mesa del amo, y que comen los perros. Así es como describió la mujer cananea su solicitud de ser sanada por Jesús, y Jesús la sanó por su comprensión y su fe (Mat. 15:27-28). 2

Antecedentes del debate

En 1924, la Iglesia Cristiana Reformada debatió el tema, y la decisión del Sínodo condujo a una división importante y aparentemente permanente en las filas de la denominación. El debate fue de considerable interés para los calvinistas holandeses a ambos lados del Atlántico, aunque los calvinistas norteamericanos tradicionales apenas si se dieron cuenta de la controversia, y las iglesias arminianas eran (y todavía lo son) completamente igmorantes de ella. Herman Hoeksema, que fue quizás el más brillante teólogo sistemático en los Estados Unidos en este siglo, abandonó la Iglesia Cristiana Reformada [CRC, por sus siglas en inglés] para formar la Iglesia Reformada Protestante. Él y sus seguidores estaban convencidos de que, contrario a la decisión de la CRC, no existe tal cosa como la gracia común.

La doctrina de la gracia común, como fue formulada en los disputados "tres puntos" de la Iglesia Cristiana Reformada en 1924, afirma lo siguiente:

1. Hay una "actitud favorable de Dios hacia la humanidad en general, no sólo hacia los elegidos, ...". Además, hay "también cierto favor o gracia de Dios que él muestra hacia sus criaturas en general".
2. Dios proporciona "un límite al pecado en la vida del individuo y en la sociedad, ... "
3. Con relación a "la ejecución de los llamados derechos cívicos... el irregenerado,, aunque incapaz de ningún bien salvador ... puede ejecutar este bien cívico". 3
Estos principios pueden servir como punto de partida para una discusión de la gracia común. El cristiano serio finalmente se enfrentará al problema de explicar el bien una vez que se enfrenta a la doctrina bíblica del mal. Santiago 1:17 nos informa que toda buena dádiva procede de Dios. El mismo punto se destaca en Deuteronomio, capítulo 8, que se cita como introducción a este ensayo. Es claro que los irregenerados son beneficiarios de los dones de Dios. Ninguno de los participantes en el debate niega la existencia de los dones. Lo que los críticos Protestantes Reformados niegan es que estos dones impliquen el favor de Dios
por lo que concierne a los irregenerados. Niegan categóricamente el primer punto de los tres puntos originales.

Por el momento, abstengámosnos de usar la palabra gracia. En vez de eso, limitémosnos a la palabra don. La existencia de dones de Dios suscita toda una serie de preguntas:

¿Implica un favor un don de Dios?
¿Posee un hombre irregenerado la capacidad de hacer lo bueno?
¿Niega la doctrina de la total depravación la existencia de una buena conducta de parte del incrédulo?
¿Revela la historia una progresiva separación entre los salvos  y los perdidos?
¿Conduciría tal separación necesariamente al triunfo de los irregenerados?
¿Existe un territorio común intelectual entre cristianos y no cristianos?
¿Pueden los cristianos y los no cristianos cooperar satisfactoriamente en ciertas áreas?
¿Aumentan o disminuyen con el tiempo los dones de Dios?
¿Se cumplirá el mandato cultural (el pacto de dominio) de Génesis 1:28?

El favor de Dios

Este es un punto clave en la disputa entre los que afirman y los que niegan la existencia de la gracia común. Deseo ahorrar tiempo, si no problemas, así que permítaseme decir desde el comienzo que la formulación del primer punto de la Iglesia Cristiana Reformada en 1924 es defectuosa. La Biblia no indica que Dios favorece al irregenerado en modo alguno. Lo contrario es lo que se afirma: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehusa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él" (Juan 3:36). La oración de Jesús registrada en Juan 17 revela su favor hacia los redimidos, y hacia ellos solamente. Hay una separación ética fundamental entre los salvados y los perdidos. Dios aborreció a Esaú y amó a Jacob, antes de que ninguno de los dos hubiese nacido (Rom. 9:10-13).

¿Qué vamos a hacer con los pasajes bíblicos que se han usado para sustentar la idea de favor limitado hacia las criaturas en general? Sin excepción, se refieren a dones de Dios hacia los irregenerados. No implican el favor de Dios. Por ejemplo, hay la afirmación: "Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras" (Sal. 145:9). El versículo precedente nos dice que Dios es compasivo, lento para la ira, grande en misericordia. Romanos 2:4 nos dice que Él es paciente. Lucas 6:35-36 dice:

Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. 1 Timoteo 4:10 usa  un lenguaje explícito: "Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen". La palabra griega traducida aquí como "Salvador" es transliterada como soter : el que salva, sana, protege, o restaura. Dios salva (sana) a todos, especialmente a los que creen. Incuestionablemente, la salvación de la que se habla es universal - no en el sentido de gracia especial, y por lo tanto, en el sentido de gracia común. Este es probablemente el versículo bíblico más difícil para los que niegan la salvación eterna del infierno y los que también niegan la gracia común. 4
El pasaje citado con mayor frecuencia, usado por los que defienden la idea del favor de Dios hacia los irregenerados, es Mateo 5:44-45:
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
Es comprensible cómo estos versículos, en ausencia de otros que expliquen más plenamente la naturaleza y el propósito de los dones de Dios, pudieron conducir a los hombres a igualar el favor con los dones de Dios. Ciertamente, es verdad que Dios protege, recompensa, y cuida a los irregenerados. Pero ninguno de estos versículos indica una actitud favorable hacia los irregenerados que se benefician de los dones de Dios. Sólo por el uso de la palabra favor en la forma popular de "hazme un favor" podemos argüir que un don de Dios es lo mismo que un favor suyo. En la forma popular, favor significa simplemente don - un don inmerecido de parte del dador. Pero si se entiende el favor como una actitud favorable hacia el irregenerado, o un compromiso emocional de Dios hacia los irregenerados por el hecho de ser ellos, entonces hay que decir: Dios no muestra favor hacia el injusto.

Ascuas de fuego

Un versículo bíblico, por encima de todos los demás, nos informa acerca de la actitud subyacente de Dios hacia los que se rebelan contra Él a pesar de sus dones. Este pasaje es el concomitante de los siguientes pasajes que se citan a menudo: Lucas 6:35-36 y Mateo 5:44-45. Es Proverbios 25:21-22, que Pablo cita en Romanos 12:20:

Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
¿Por qué debemos ser amables con nuestros enemigos? Primero, porque Dios nos enseña a ser amables. Él es amable con ellos, y nosotros debemos imitarle. Segundo, al mostrar misericordia, amontonamos ascuas de fuego sobre sus cabezas rebeldes. De aquél a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará (Lucas 12:47-48). Nuestro enemigo recibirá mayor castigo por toda la eternidad porque hemos sido misericordiosos con él. Tercero, se nos promete que Dios nos recompensará [no aparece en la versión hispana, revisión de 1960], que es siempre una razón sólida para ser obediente a sus mandamientos. El lenguaje no podría ser más claro. Cualquier discusión de gracia común que omita Proverbios 25:21-22 no es una seria consideración del tema.

La Biblia es muy clara. El problema con la vasta mayoría de los intérpretes es que todavía están influidos por los modelos del auto-proclamado humanismo autónomo. Bíblicamente hablando, el amor es el cumplimiento de la ley (Rom. 13:8). Ama a tu prójimo, se nos enseña. Trátalo con respeto. No lo oprimas ni lo engañes. No codicies sus bienes ni su esposa. No le robes. Al tratarlo legalmente, has cumplido el mandamiento de amarle. Al hacerlo, lo habrás dejado sin excusas para el día del juicio. Los del pueblo de Dios deben ser conductos de los dones de Dios hacia los irregenerados.

Esto no quiere decir que todo don entregado a los perdidos debe ser dado como un intento de amontonar ascuas de fuego sobre sus cabezas. Nosotros no conocemos el plan de Dios para las edades, excepto en bosquejos a grandes trazos. No sabemos a quiénes tiene Dios el propósito de redimir. Así que damos libremente, sabiendo que algunos serán redimidos y otros condenados. Jugamos nuestro papel en la salvación de algunos y en la condenación de otros. Por ejemplo, a los cónyuges regenerados se les enseña explícitamente a tratar correcta y fielmente a sus cónyuges irregenerados. "Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?" (1 Cor. 7:16). Tratamos correctamente a nuestros amigos y a nuestros enemigos, porque son hechos a imagen de Dios. Pero debemos entender que nuestro tratamiento honesto hace la situación peor en el día del juicio para aquéllos a quienes hemos tratado correctamente que si hubiésemos desobedecido a Dios y sido pobres testimonios para ellos, tratándoles indebidamente.

Dios da a los rebeldes soga para que se cuelguen ellos mismos por toda la eternidad. Esta es una implicación fundamental de la doctrina de la gracia común. La ley de Dios condena a algunos, pero sirve como medio de arrepentimiento y salvación para otros (Rom. 5:19-20). La misma ley produce diferentes resultados en diferentes personas. Lo que separa a los hombres es la gracia salvadora de Dios en la elección. La ley de Dios sirve como herramienta para la destrucción final de los perdidos, pero también sirve como herramienta para la activa reconstrucción de los cristianos. La ley hace pedazos el reino de Satanás al hacerlo servir como fundamento para el reino de Dios en la tierra.

Cristo realmente es el salvador de todos antes del día del juicio (1 Tim. 4:10). Cristo sustenta el universo entero (Col. 1:17). Sin Él, ninguna cosa viviente podría sobrevivir. Él da a sus criaturas dones como tiempo, ley, orden, poder, conocimiento. Concede todos estos dones a Satanás y a su hueste rebelde. En respuesta a la pregunta: "¿Muestra Dios su gracia y su misericordia a toda la creación?", la respuesta es un enfático sí. A la siguiente pregunta: "¿Significa esto que de alguna manera Dios demuestra una actitud  favorable hacia Satanás?", la respuesta es un enfático no. Dios no es más favorable hacia Satanás y sus demonios que a los seguidores humanos de Satanás. Pero esto no significa que no les conceda dones - dones que no merecen en modo alguno.

Depravación total y
la mano restrictiva de Dios

La ley es un medio para la gracia: gracia común para los que perecen, gracia especial para los que son elegidos. La ley es también una forma de maldición: maldición especial para los que perecen, maldición común para los que son elegidos. Todos estamos bajo la ley como criaturas, y a causa de la maldición de Adán y la creación, sufrimos las cargas temporales de la transgresión de Adán. El mundo entero gime bajo esta maldición (Rom. 8:18-23). Sin embargo, "sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" (Rom. 8:28). Como hombres, todos estamos bajo la ley y la restricción de la ley, tanto física como moral, y podemos usar este conocimiento de la ley bien para atraer bendiciones externas o para rebelarnos y atraer destrucción. Pero también sabemos que a los que odian a Dios todas las cosas les resultan para mal, a los que son rechazados según su propósito (Rom. 9:17-22). Gracia común - maldición común, gracia especial - maldición especial: debemos afirmar todas las cuatro.

La transgresión de la ley trae una maldición especial al irregenerado. Es una maldición que dura eternamente. Pero esta misma transgresión sólo acarrea una maldición común a los elegidos. Un cristiano se enferma, sufre pérdidas, es llevado de aquí para allá por la tormenta, se pone triste, pero no sufre la segunda muerte (Apoc. 2:11; 20:6, 14). Para el creyente, las maldiciones comunes de la vida son castigos de Dios, señales del favor de Dios (Heb. 12:6). La diferencia entre la maldición común y la maldición especial no se encuentra en la intensidad del dolor humano o la extensión de la pérdida; la diferencia reside en la actitud de Dios hacia los que gimen bajo cargas externas y psicológicas. Hay una actitud favorable hacia los elegidos, pero ninguna hacia los irregenerados. La maldición común de los irregenerados es, en realidad, parte de la maldición especial bajo la cual gemirán para siempre. La maldición común del elegido es parte de la gracia especial en términos de la cual él finalmente prospera. La maldición común es, sin embargo, común, a pesar de sus diferentes efectos sobre el estado eterno de los hombres. La ley de Dios es segura. Dios no hace acepción de personas (Rom. 2:11), con una sola excepción: la persona de Jesucristo. (Cristo fue perfecto, y sin embargo, fue castigado).

Pero, si los efectos de la ley son comunes al maldecir, los efectos de la ley son también comunes en la gracia. Por eso necesitamos una doctrina de gracia común. Esta doctrina da significado a la doctrina de la maldición común, y viceversa. La ley de Dios restringe a los hombres en sus malos caminos, sean regenerados o irregenerados. La ley de Dios restringe al "viejo hombre" o la antigua naturaleza de pecado en los cristianos. La restricción de la ley es una verdadera bendición para todos los hombres. En realidad, es hasta una bendición temporal para Satanás y sus demonios. Todos los que odian a Dios aman la muerte (Prov. 8:36b). Este odio de Dios ha sido restringido durante la historia. A los hombres impíos se les da poder, vida, y tiempo que no merecen. A Satanás también. Ellos no pueden elaborar plenamente las implicaciones de su fe rebelde y suicida porque la restricción de Dios no lo permite.

La gracia común que restringe el carácter totalmente depravado de Satanás y todos sus seguidores es, en realidad, parte de la maldición especial de Dios sobre ellos. Cada don regresa para condenarles en el día del juicio, amontonando ascuas de fuego sobre sus cabezas. Por otro lado, la gracia común de Dios en la ley debe ser vista también como parte del programa de gracia especial para sus elegidos. Los dones especiales de Dios para sus elegidos, persona por persona, son la fuente de variadas recompensas en el día del juicio (1 Cor. 3:11-15). La gracia común sirve para condenar a los rebeldes proporcionalmente a los beneficios que han recibido en la tierra, y sirve como el trasfondo operativo para la gracia especial dada a los elegidos. Las leyes de Dios ofrecen una fuente de orden, poder, y dominio. Algunos hombres usan esta gracia común para su destrucción final, mientras que otros la usan para su eterno beneficio. Es, no obstante, común, a pesar de sus diferentes efectos sobre el estado eterno de los hombres.

El bien que hacen los hombres

La Biblia enseña que no hay nada bueno inherente en el hombre caído; su corazón es malvado y engañoso (Jer. 17:9). Todas nuestras auto-proclamadas justicias son como trapo de inmundicia a la vista de Dios (Isa. 64:6). Sin embargo, también sabemos que la historia tiene significado, que hay modelos permanentes que nos permiten distinguir la vida de Josef Stalin de la de Albert Schweitzer. Hay diferentes castigos para diferentes hombres irregenerados (Lucas 12:45-48). Esto no significa que Dios de alguna manera favorece más a un alma perdida que a otra. Sólo significa que, en el eterno plan de Dios, debe haber una eterna afirmación de la validez y la permanencia de su ley. Es peor ser asesino que mentiroso o ladrón. No todo pecado es pecado de muerte (1 Juan 5:16-17). La historia no es una masa amorfa y sin diferenciación. No es una ilusión. Tiene implicaciones para la eternidad. Por lo tanto, la ley de Dios permanece como recordatorio para los irregenerados de que es mejor conformarse en parte que no conformarse en absoluto, aunque el resultado final de la rebelión sea la destrucción. Hay grados de castigo (Lucas 12:47-48).

Pero, ¿cuál es la fuente del bien que hacen los hombres malos? No puede ser otra que Dios (Santiago 1:17). Él es la fuente de todo lo bueno. Él restringe a los hombres de diferentes maneras, y los efectos de esta restricción, de persona a persona, de demonio a demonio, pueden verse a través de toda la eternidad. No favor hacia los irregenerados, sino más bien justicia perfecta de la ley y respeto total por la ley de Dios de parte de Dios mismo son las fuentes de las buenas obras que los hombres perdidos pueden hacer en el tiempo en la tierra. Para usar una expresión vernacular, hay "diferentes golpes para diferentes personas", no porque Dis haga acepción de personas, sino porque las obras de diferentes hombres son diferentes.

El conocimiento de la Ley

Las obras de la ley están escritas en el corazón de todo hombre. No hay escapatoria. Nadie puede alegar ignorancia (Rom. 2:11-14). Pero la historia de cada hombre sí tiene significado, y a algunos hombres se les ha dado un conocimiento más claro que a otros (Lucas 12:47-48). Hay un conocimiento común de la ley, pero hay también un conocimiento especial de la ley - históricamente singular en la vida de cada uno. Cada uno será juzgado por las obras que ha hecho, por cada palabra que ha pronunciado (Rom. 2:6; Mat. 12:36). Dios testifica de su fidelidad a su palabra distinguiendo cada matiz de lo malo y lo bueno en la vida de cada uno, ya sea salvado o perdido.

Quizás un ejemplo bíblico puede aclarar estos puntos en discusión. Dios dio al pueblo que moraba en Canaán una generación extra de soberanía sobre su territorio. La mentalidad de esclavos de los hebreos, con la excepción de Josué y Caleb, no les permitió entrar y conquistar la tierra. Además, Dios les reveló específicamente que él echaría a aquel pueblo, ciudad por ciudad, año tras año, para que los animales salvajes no se apoderaran de la tierra, dejándola desolada (Éx. 23:27-30). ¿Revelaba esto el favor de Dios hacia los cananeos? Difícilmente. Dios mandó a los hebreos que les destruyesen, sin dejar ni raíz ni rama. Debían ser echados de su tierra para siempre (Éx. 23:32-33). Sin embargo, aquel pueblo sí recibió una bendición temporal: una generación extra o más de paz. Esto mantuvo a las bestias en su lugar. Permitió a los hebreos madurar bajo la ley de Dios. También les permitió amontonar ascuas de fuego sobre las cabezas de sus enemigos, pues, como Dios le dijo a Abraham, los hebreos no asumirían control de la tierra prometida en sus días, "porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí" (Gén. 15:16). Durante aquella generación final, la iniquidad de los amorreos se llenó al colmo. Entonces vino la destrucción.

Los cananeos efectivamente recibieron más de lo que merecían. Permanecieron en la tierra de sus padres por una generación extra. ¿Eran beneficiarios? En los días en que los hebreos vagaban errantes, los cananeos eran beneficiarios. Entonces, hablando culturalmente, el pago final se venció, y fue cobrado por Dios por medio de su pueblo, del mismo modo que los egipcios habían aprendido para su mal. Cuidaron la tierra hasta que los hebreos estuvieron preparados para tomar posesión de ella. Como afirma la Biblia, "la riqueza del pecador está guardada para el justo" (Prov. 13:22b). Pero esto en manera alguna niega el valor de la riqueza del pecador durante el período en que la controla. Es un don de Dios que tenga algo siquiera. Dios ha restringido a los pecadores para que no dispersen su riqueza en un frenesí de destrucción suicida. Les permite servir de guardas hasta el día en que la riqueza sea transferida a los regenerados.

Los heveos de Gabaón escaparon a la destrucción. Fueron lo bastante sabios para ver que el pueblo de Dios no podía ser derrotado. Engañaron a Josué para que hiciera un pacto con ellos. El resultado fue su perpetua esclavitud como trabajadores manuales, pero recibieron la vida, y el derecho a la búsqueda de la felicidad, aunque renunciaron a la libertad. Se les permitió vivir bajo las restricciones de la ley de Dios, un arreglo mucho mejor, culturalmente hablando, que aquél bajo el cual habían vivido antes de la llegada de los hebreos. Se convirtieron en recipientes de las bendiciones culturales dadas a los hebreos, y quizás algunos de ellos se volvieron fieles a Dios. En ese caso, lo que fue una maldición para todos ellos - la servidumbre - vino a ser un medio para la gracia especial. Su engaño rindió dividendos (Josué 9). Sólo los heveos escaparon a la destrucción (Josué 11:20).

En el día en que Adán y Eva comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal, murieron espiritualmente. Dios les había dicho que morirían ese mismo día. Pero no murieron físicamente. Puede que hayan sido, o puede que no hayan sido, regenerados individualmente por el Espíritu de Dios. Pero fueron los beneficiarios de la promesa (Gén. 3:15). Se les permitiría tener hijos. Antes del principio del tiempo, Dios había ordenado la crucifixión. En este sentido, Cristo fue inmolado desde el mismo principio (Apoc. 13:8). Dios les concedió a Adán y a Eva tiempo sobre la tierra. Les extendió su tiempo de oportunidad de vida; si no hubiesen pecado, habrían podido tener vida eterna. Dios les bendijo grandemente, a ellos y a su hijo asesino, Caín, con un aplazamiento de la ejecución. Dios respetó la obra de Cristo en la cruz. Cristo se convirtió en salvador para Caín - no un salvador personal o un salvador regenerador, sino un salvador de su vida. Dios le concedió protección a Caín (Gén. 4:15), una de las tareas de un salvador.

El significado en la historia

Nuevamente, vemos que la historia tiene significado. Dios tiene un propósito. Les concede favores a los rebeldes, pero no porque Él sea favorable a ellos. Él respeta a su Hijo, y su Hijo murió por el mundo entero (Juan 3:16). Murió para salvar al mundo, es decir, para darle tiempo, vida, y bendiciones externas. No murió para ofrecer una promesa hipotética de regeneración a los "vasos de ira" (Rom. 9:22), sino para convertirse en salvador en el mismo sentido que el que se describe en la primera parte de 1 Timoteo 4:10 - no un salvador especial, sino un salvador sustentador, restringente. Dios trató misericordiosamente a Adán y a su familia porque él, Dios, tenía favor para su pueblo escogido, los que reciben las bendiciones de la salvación. Pero esta salvación es expresamente histórica en su naturaleza. Cristo murió en el tiempo y en la tierra por su pueblo. Su pueblo es regenerado en el tiempo y en la tierra. Por lo tanto, él preserva la tierra y da tiempo a todos los hombres, incluyendo los rebeldes.

Con respecto a la restricción de Dios sobre la depravación total de los hombres, considérese su maldición sobre la tierra (Gén. 3:17-19). El hombre tiene que trabajar con el sudor de su frente para comer. La tierra entrega sus frutos, pero sólo a través del trabajo. Aún así, esta maldición común también involucra gracia común. Los hombres están obligados a cooperar los unos con los otros en un mundo de escasez si desean aumentar sus ingresos. Pueden ser asesinos en sus corazones, pero tienen que restringir sus emociones y cooperar. La división del trabajo posibilita la especialización de la producción. Esto, a su vez, estimula mayor riqueza para todos los que trabajan. Los hombres son restringidos por la escasez, que parece ser una maldición de un solo lado. No es así; es igualmente una bendición. Este es el significado de la gracia común; la maldición común y la gracia común van juntas.

La cruz es el mejor ejemplo de la fusión de la gracia con la maldición. Cristo fue totalmente maldecido en la cruz. Al mismo tiempo, éste fue un acto de incomparable gracia por parte de Dios. La justicia y la misericordia están enlazadas en la cruz. Cristo murió, experimentando, por lo tanto, la maldición común a todos los hombres. Y, sin embargo, a través de esa muerte, Cristo propició a Dios. Esa es la fuente de gracia común en la tierra - vida, ley, orden, poder - así como la fuente de la gracia especial. La maldición de la cruz - la muerte - condujo a la gracia especial para los elegidos de Dios, pero también es la fuente de esa gracia común que hace posible la historia. Cristo sufrió la "primera muerte", no para salvar a su pueblo de la primera muerte, no para salvar a los irregenerados de la muerte segunda en el lago de fuego. Cristo sufrió la primera muerte para satisfacer el castigo por el pecado - la primera muerte (que Adán no sufrió inmediatamente, puesto que no murió físicamente en el día en que pecó) y la muerte segunda (los elegidos de Dios jamás perecerán).

En algún momento en el futuro, Dios dejará de restringir la maldad en los hombres (II Tesa. 2:6-12). Así como entregó a Israel a sus concupiscencias (Sal. 81:12; 106:15), hará también con los irregenerados que en la actualidad son restringidos de una parte del mal que llevarían a cabo. Esto no significa necesariamente que los irregenerados aplastarán entonces al pueblo de Dios. En realidad, significa precisamente lo contrario. Cuando Dios dejó de restringir a Israel, Israel fue dispersado. (Es verdad que durante un tiempo las cosas salieron mal para los profetas de Dios). Pero el acto mismo de librarles de ser restringidos por parte de Dios le permitió a Dios dejarles llenar su copa de iniquidad. El resultado final del hecho de que Dios dejara de restringir a Israel fue su caída en la iniquidad, la rebelión, y la impotencia (Hechos 7:42, 43). Fueron dispersados por los asirios, los babilonios, y finalmente por los romanos. La iglesia cristiana se convirtió en la heredera del reino de Dios (Mat. 21:43). Los romanos también fueron entregados a sus propias concupiscencias (Rom. 1;24, 26, 28). Aunque se necesitaron tres siglos, fueron finalmente reemplazados por los cristianos. El imperio se derrumbó. Los cristianos recogieron los pedazos.

Cuando Dios deja de restringir a los hombres del mal que son capaces de cometer, esta acción sella su suerte. Separados de la restricción, violan las obras de la ley escrita en sus corazones. Separados de la ley de Dios, los hombres pierden la herramienta divina del dominio cultural. Los hombres que se ven a sí mismos bajo la ley pueden entonces usar la ley para alcanzar sus propósitos. Los antinomianos se lanzan de cabeza hacia la impotencia porque. negando que están bajo la ley y sus restricciones, descartan la herramienta crucial de conquista externa y bendiciones externas. Se rebelan y son destruidos.

El trigo y la cizaña

La parábola de la cizaña es instructiva al tratar de la cuestión: ¿Revela la historia una separación progresiva entre los salvados y los perdidos? La parábola comienza con un campo plantado de trigo pero en el cual siembra cizaña el enemigo durante la noche (Mat. 13:24-30, 36-43). La parábola se refiere al reino de Dios, no a la iglesia institucional. "El campo es el mundo", explica Cristo (Mat. 13:38). El buen trigo, los hijos de Dios, deben ahora funcionar en un mundo en el cual operan los irregenerados. Los siervos (ángeles) reconocen instantáneamente la diferencia, pero se les dice que no arranquen la cizaña todavía. Un acto violento así destruiría el trigo al arar el campo. Para preservar el trigo que está creciendo, el dueño del campo permite que se desarrolle la cizaña. Lo que se preserva es el desarrollo histórico. Sólo al fin del mundo se hace la separación final. Hasta entonces, para proteger al trigo, la cizaña no es arrancada.

La lluvia cae tanto sobre el trigo como sobre la cizaña. El sol brilla sobre ambos. La roya ataca a ambos, y también la langosta. La gracia común y la maldición común: la ley de Dios trae a ambas en la historia. Una parte importante del desarrollo histórico es el cumplimiento del pacto de dominio por parte del hombre. Se pueden implementar nuevas técnicas productivas por medio de la gracia común de Dios, una vez que el cuidado del campo se les encomienda a los hombres. Las regularidades de la naturaleza todavía juegan un papel, pero, más y más, el abono, los sistemas de irrigación, el cuidado regular, la administración científica, y hasta la supervisión por satélite, son parte de la vida del campo. Los hombres ejercen más y más dominio sobre el mundo. Surge una pregunta: Si los seguidores del diablo rigieran, ¿cuidarían tiernamente de las necesidades de los piadosos? ¿Ejercerían dominio para beneficio del trigo, por decirlo así? Por otro lado, ¿será la cizaña cuidada por los cristianos? Si los cristianos gobiernan, ¿qué sucede a los impíos?

Este es el problema de la diferenciación en la historia. Los hombres no son pasivos. Se les ordena ser activos, a buscar el dominio sobre la naturaleza (Gén. 1:28; 9:1-7). Deben administrar el campo. Como tanto el bueno como el malo labran sus propios destinos, ¿qué clase de desarrollo puede esperarse? ¿Quién prospera más, el salvado o el perdido? ¿Quién se vuelve dominante?

La separación final ocurre al final del tiempo. Hasta entonces, los dos grupos tienen que compartir el mismo mundo. Si el trigo y la cizaña implican un lento crecimiento hacia la madurez, entonces tenemos que llegar a la conclusión de que el evento de separación radicalmente discontinuo no marcará el tiempo del desarrollo histórico. Es un acontecimiento del último día: el juicio final. Es un acontecimiento discontinuo que corona la continuidad histórica. La muerte y la resurrección de Cristo fueron el último acontecimiento histórico significativo del cual puede decirse que es discontinuo (posiblemente el día de Pentecostés pueda servir como el último acontecimiento que estremeció la tierra y el reino). La siguiente discontinuidad escatológica de gran importancia es el día del juicio. Así que deberíamos esperar crecimiento en nuestra era, la clase de crecimiento indicado por las parábolas agrícolas. 5

Lo que debe enfatizarse es el elemento de desarrollo continuo. "El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas" (Mat. 13:31-32). Al madurar este reino, no hay separación física entre los salvados y los perdidos. Esa separación total ocurrirá sólo al final del tiempo. Puede que haya cambios de gran importancia, como las estaciones aceleran o retardan el crecimiento, pero no debemos esperar una separación radical.

Aunque no tengo espacio para demostrar el punto, esto significa que la separación de la que hablan los premilenaristas - el rapto - no concuerda con las parábolas del reino. El rapto ocurre al final del tiempo. El "trigo" no puede ser quitado del campo sino hasta el día final, cuando seamos arrebatados para encontrarnos con Cristo en las nubes (1 Tesa. 4:17). Hay realmente un rapto, pero ocurre al final del tiempo - cuando los segadores (ángeles) sieguen el trigo y la cizaña. Hay un rapto, pero es un rapto postmilenario.

¿Por qué un rapto postmilenario, dirán los amilenialistas? ¿Por qué no señalar simplemente que el rapto ocurre al final del tiempo y dejar las cosas allí? La respuesta es importante: Tenemos que enfrentarnos a la cuestión del desarrollo del trigo y la cizaña. Tenemos que ver que este proceso de tiempo conduce a la victoria cristiana en la tierra y en el tiempo.

Conocimiento y dominio

Isaías 32 es una porción descuidada de las Escrituras en nuestros días. El pasaje nos informa de un día notable que se acerca. Es un día de "conciencia epistemológica", para usar la frase de Cornelius Van Til. Es un día en que los hombres conocerán los modelos de Dios y los aplicarán con precisión a la situación histórica. No es un día más allá del juicio final, porque habla de tacaños así como de liberales. Pero no puede ser un día introducido por una separación radical entre los salvados y los perdidos (el rapto), porque tal separación ocurre sólo al final de los tiempos. Este día ocurrirá antes de que Cristo regrese físicamente a la tierra en juicio. Leemos en los primeros ocho versículos:

He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio. Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa. No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos. Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente. El ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido. Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento. Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra el pobre. Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.
Para reiterar, "el ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido" (v. 5). Los tacaños persistirán en su tacañería; los liberales continúan siendo generosos. No dice que todos los tacaños se convertirán, pero tampoco dice que los liberales serán destruidos. Los dos existen juntos. Pero el lenguaje de la promesa indica que Isaías sabía muy bien que en sus días (y en los nuestros) los tacaños son llamados liberales y viceversa. Los hombres rehusan aplicar sus conocimiento de los estándares de Dios para el mundo en el cual viven. Pero no siempre será así.

En este punto, nos enfrentamos a dos preguntas cruciales. Las respuestas dividen a muchos comentaristas cristianos. Primero, ¿debemos esperar que este conocimiento sobrevenga instantáneamente? Segundo, cuando este profetizado mundo de conciencia epistemológica llegue finalmente, ¿qué grupo será el vencedor terrenal, el de los tacaños o el de los liberales?

El amilenarista tiene que contestar que este desarrollo paralelo del conocimiento es gradual. El postmilenarista concuerda. El premilenarista tiene que discrepar. La posición premilenarista es que el día de la conciencia propia llega sólo después del rapto y el subsiguiente establecimiento del reino terrenal, con Cristo rigiendo sobre la tierra en persona. La posición amilenarista no ve una era de justicia antes de la consumación y antes del juicio final. Por lo tanto, tiene que llegar a la conclusión de que el crecimiento en la conciencia propia sí separa culturalmente a los salvados de los perdidos, pero, puesto que no hay una era venidera de victoria piadosa culturalmente, el amilenialista tiene que decir que esta separación ética y epistemológica conduce a la derrota de los cristianos en los campos de batalla de la cultura. El mal triunfará antes del juicio final, y puesto que este proceso es continuo, la declinación hacia la oscuridad debe ser parte del proceso de diferenciación con el paso del tiempo. Este aumento en el auto-conocimiento, por lo tanto, conduce a la victoria de las fuerzas de Satanás sobre la iglesia.

El postmilenarista rechaza categóricamente una visión así del conocimiento. Al aumentar con el tiempo la capacidad de los cristianos para hacer juicios exactos que honren a Dios en la historia, se les transfiere más autoridad. Al perder los paganos la capacidad de hacer tales juicios como resultado directo de su negación de la ley bíblica y su guerra contra ella, se les quitará la autoridad, del mismo modo que se le quitó a Israel en el año 70 d. C. El verdadero conocimiento en el marco postmilenario conduce a bendición en la historia, no a maldición. Pero el amilenarista tiene que negar esto. El aumento en el verdadero auto-conocimiento es una maldición para los cristianos en el sistema amilenario, Van Til convierte esto en fundamental en su libro sobre gracia común - su único libro sistemátiicamente erróneo y debilitante.

La versión amilenarista de la
gracia común de Van Til

Ahora regresamos a la cuestión de la gracia común. La deriva lenta y descendente de la cultura corre paralela con el crecimiento de la auto-conciencia, dice el amilenarista. Esto tiene que significar que la gracia común debe ser retirada con el correr del tiempo. La mano restringente de Dios será quitada progresivamente. Puesto que el amilenarista cree que las cosas empeorarán antes del juicio final, tiene que ver la gracia común como gracia anterior (suponiendo que admita la existencia de la gracia común en absoluto). Esto ha sido expresado vigorosamente por Van Til, que sostiene una doctrina de gracia común y es él mismo amilenarista:

Toda gracia común es gracia anterior. Su condición de común reside en su calidad de anterior. No pertenece meramente a las dimensiones inferiores de la vida. Pertenece a todas las dimensiones de la vida, pero menos y menos según transcurra la historia. En la primera etapa de la historia, hay mucha gracia común. Hay una común buena naturaleza bajo el favor común de Dios. Pero esta gracia-creación requiere una respuesta. No puede continuar siendo lo que es. Es condicional. La diferenciación tiene que establecerse, y efectivamente se establece. Viene primero en la forma de un rechazo común de Dios. Pero la gracia común continúa; ahora está en un nivel "inferior"; es paciente, para que los hombres lleguen al arrepentimiento ... La gracia común disminuirá aún más al transcurrir aún más la historia. Con todo acto condicional, se reduce el significado restante de lo condicional. Dios permite a los hombres seguir el camino de su propio rechazo de Él más rápidamente que nunca hacia la consumación final. Dios aumenta su actitud de ira sobre el réprobo al pasar el tiempo, hasta que al final del tiempo, en la gran consumación de la historia, su condición haya alcanzado a su situación. 6
Van Til afirma la realidad de la historia, pero es la historia de la declinación continua. Los irregenerados se vuelven más y más poderosos al declinar la gracia común. Pero, ¿por qué? ¿Por qué debe la auto-conciencia epistemológica descrita en Isaías 32 conducir necesariamente a la derrota de los cristianos? Sosteniendo una doctrina de gracia común que involucra la idea del favor común de Dios hacia todas las criaturas (excepto Satanás, dice Van Til), luego arguye que este favor es retirado, dejándoles a los irregenerados mano libre para atacar a los elegidos de Dios. Si se enlaza la gracia común con el favor de Dios, y el favor de Dios declina constantemente, entonces ese otro aspecto de la gracia común, a saber, la restricción de Dios, debe ser retirado también. Además, la tercera característica de la gracia común, justicia cívica, tiene que desaparecer también. La palabras de Van Til son bastante potentes:
Pero cuando todos los réprobos sean auto-conscientes epistemológicamente, habrá resonado el estallido del destino. El réprobo plenamente auto-consciente hará todo lo que pueda en todas las dimensiones para destruir al pueblo de Dios. Así, mientras tratamos con todas nuestras fuerzas de apresurar el proceso de diferenciación en cada dimensión, estamos por otra parte agradecidos por "el día de gracia", el día de la diferenciación no desarrollada. Esta tolerancia que recibimos de parte del mundo se debe a este hecho, que vivimos en la etapa anterior, más bien que en la etapa posterior, de la historia. Y la influencia sobre la situación pública que podamos efectuar, ya sea en la sociedad o en el estado, presupone esta no diferenciada etapa de desarrollo. 7
Considérense las implicaciones de lo que Van Til está diciendo. La historia es una amenaza terrenal para el cristiano. ¿Por qué? Su argumento amilenarista es que la gracia común es la gracia anterior. Declina con el paso del tiempo. ¿Por qué? Porque la actitud de favor de Dios con respecto a los irregenerados declina con el tiempo. Con la declinación del favor de Dios, se pierden los otros beneficios de la gracia común. Los hombres impíos se vuelven malos más completamente.

El argumento de Van Til es el generalmente aceptado en los círculos reformados. La suya es la declaración normal sobre la posición de la gracia común. Pero, como el lector ya debería haber captado, este argumento adolece de serios defectos. Comienza con falsas suposiciones: 1) que la gracia común implica favor común; 2) que esta gracia común, este favor, se reduce con el paso del tiempo; 3) que esta pérdida de favor necesariamente derriba los fundamentos de la justicia cívica dentro de la cultura general; 4) que la visión amilenarista del futuro es exacta. En consecuencia, llega a la conclusión de que el proceso de diferenciación conduce a la impotencia de los cristianos en cada esfera de la vida, y que podemos sentirnos agradecidos de haber vivido en el período de la gracia "anterior", con lo que se quiere decir mayor gracia común.

Es irónico que la posición de Van Til sobre la gracia común se oponga implícitamente al postmilenarismo de R. J. Rushdoony, pero su posición es igualmente opuesta al amilenarismo del teólogo amilenarista anti-calcedónico (y antiguo colega de Van Til), Meredith G. Kline, que rechaza abiertamente la escatología postmilenarista de Rushdoony. 8 Es doblemente irónico que Rushdoony haya adoptado la versión anti-postmilenaria de gracia común de Van Til, con el significado de "gracia anterior". 9

El amilenarismo de Van Til tiñe toda su doctrina sobre la gracia común. Quizás inconscientemente, estructuró selectivamente la evidencia bíblica sobre esta cuestión para ajustarla a su herencia amilenarista holandesa. Por eso su concepto entero de la gracia común es incorrecta. Es imperativo que desechemos el concepto de "gracia anterior" y adoptemos una doctrina de gracia común (migajas para los perrillos).

Una respuesta postmilenarista

En respuesta a Van Til, ofrezco tres críticas. Primera, Dios no favorece a los irregenerados en ningún momento después de la rebelión del hombre. El hombre es totalmente depravado, y no hay nada en él que merezca alabanza o favor, ni Dios lo mira favorablemente. Dios concede favores (no el favor) al irregenerado para amontonar ascuas de fuego sobre su cabeza (si no es parte de los elegidos) o de lo contrario llamarle al arrepentimiento (que lleva a cabo la gracia especial). Así, durante la historia, Dios es uniformemente hostil a los rebeldes. Dios odia a los irregenerados con un odio santo de principio a fin. "Anterior" no tiene nada que ver con ello.

Segunda, una vez que se quita el exceso de equipaje teológico del supuesto favor de Dios hacia el irregenerado, pueden discutirse los otros dos puntos en disputa: La restricción de Dios y la justicia cívica del hombre. La actividad del Espíritu de Dios es importante para entender la naturaleza de la restricción de Dios, pero no se nos dijo casi nada de la operación del Espíritu. Lo que se nos dice es que la ley de Dios restringe a los hombres. Ellos hacen las obras de la ley escrita en sus corazones. Esta ley es el medio principal para las bendiciones externas de Dios (Deut. 28:15-68). Por lo tanto, al extenderse el reino de la ley bíblica por medio de la predicación del consejo total de Dios, al ser la ley escrita en los corazones de los hombres (Jer. 31:33-34; Heb. 8:10-11; 10:16), y al caer los irregenerados bajo el dominio y la influencia de la ley, la gracia común debe aumentar, no disminuir. El punto central en discusión es la restricción por parte de Dios inherente en las obras de la ley. Estas obras están en el corazón de todo hombre.

Recuérdese que esto  no tiene nada que ver con el supuesto favor de Dios hacia la humanidad en general. Es simplemente que, al ser los cristianos más fieles a la ley bíblica, reciben más pan de la mano de Dios. Al aumentar ellos la cantidad de pan en sus mesas, caen más migajas para los perrillos que están debajo.

Tercera, el punto de vista amilenarista del proceso de separación o diferenciación queda seriamente perjudicado por la falta de comprensión del poder que la ley bíblica confiere a los que tratan de cumplir con sus estándares. Nuevamente, tenemos que mirar el capítulo ocho de Deuteronomio. La conformidad con los preceptos de la ley trae bendiciones externas. Las bendiciones pueden servir (aunque no es necesario que sirvan) como lazo y como tentación, pues los hombres pueden olvidarse de la fuente de sus bendiciones. Pueden olvidarse de Dios, reclamar autonomía, y alejarse de la ley. Esto conduce a la destrucción. Las personas que antes eran fieles se dispersan. De aquí la paradoja de Deuteronomio 8: fidelidad de pacto a la ley - bendiciones externas de parte de Dios en respuesta a la fidelidad - tentación de confiar en las benndiciones como si fueran el producto de las manos del hombre - juicio. Las bendiciones pueden conducir al desastre y a la impotencia. Por lo tanto, la adhesión a los términos de la ley bíblica es básica para el éxito externo.

Ética y dominio

Al volverse los hombres epistemológicamente auto-conscientes, tienen que enfrentarse a la realidad - la realidad de Dios. El nuestro es un universo moral. Está gobernado por una ley-orden que refleja el ser mismo de Dios. Cuando los hombres finalmente se dan cuenta de quiénes son los tacaños y quiénes son los liberales, habrán hecho un significativo descubrimiento. Reconocen la relación entre los patrones de Dios y las decisiones éticas de los hombres. Resumiendo, se enfrentan a la ley de Dios. La ley está escrita en los corazones de los cristianos. Las obras de la ley están escritas en los corazones de todos los hombres. Por lo tanto, los cristianos están más y más en contacto con la fuente de poder terrenal: la ley bíblica. Para equiparar el poder de los cristianos, los irregenerados tienen que ajustar sus acciones externamente a la ley de Dios como la predican los cristianos, una ley cuyas obras ya tienen en sus corazones. Por lo tanto, los irregenerados son hechos mucho más responsables delante de Dios, simplemente porque tienen mayor conocimiento. Desean poder. Algún día, los cristianos poseerán poder cultural por medio de su adhesión a la ley bíblica. Por lo tanto, los irregenerados tendrán que imitar la fidelidad especial de pacto adhiriéndose a las demandas de los pactos externos de Dios. En consecuencia, los irregenerados atraerán la ira final de Dios sobre sus cabezas, hasta cuando obtienen bendiciones externas debido a su mayor adaptación a los requisitos externos de la ley bíblica. Al final de los tiempos, se rebelan.

Los irregenerados tienen dos opciones: Adaptarse a la ley bíblica, o por lo menos a las obras de la ley escrita en sus corazones, o, segundo, abandonar la ley y, por lo tanto, abandonar el poder. Pueden obtener poder sólo bajo las condiciones de Dios: reconocimiento de y conformidad con la ley de Dios. No hay otro camino. Cualquier alejamiento de la ley produce impotencia, fragmentación, y tristeza. Además, deja en control a los que se han entregado a la ley. Por lo tanto, para los cristianos, una mayor diferenciación en el curso del tiempo no conduce a la impotencia. Conduce a su victoria culturalmente. Ven las implicaciones de la ley más claramente. Sus enemigos también. Los injustos pueden obtener acceso a las bencidiones sólo aceptando el universo moral de Dios tal como está.

A los hebreos se les dijo que se separaran del pueblo y los dioses de la tierra. Esos dioses eran los dioses de Satanás, los dioses del caos, la disolución, y la historia cíclica. El mundo pagano era fiel a la doctrina de los ciclos: no puede haber progreso en línea recta. Pero a los hebreos se les dijo otra cosa. Si eran fieles, dijo Dios, no sufrirían las cargas de la enfermedad, y ninguna persona y ningún animal sufriría aborto (Éx. 23:24-26). La gracia especial conduce a una entrega a la ley; la entrega a la ley de Dios permite que Dios reduzca el elemento de la maldición común de la ley natural, dejando proporcionalmente más gracia común - el reino de la ley común benéfica. La maldición de la naturaleza puede reducirse más y más, pero sólo si los hombres se conforman a la ley revelada o a las obras de la ley en sus corazones. La bendición llega en forma de una naturaleza más productiva, menos dominada por la escasez. Puede haber retroalimentación positiva en la relación entre la ley y la bendición: las bendiciones confirmarán la fidelidad de Dios a su ley, lo cual a su vez conducirá a una mayor fidelidad al pacto (Deut. 8:18). Esta es la respuesta a la paradoja de Deuteronomio 8: no es necesario que se convierta en una espiral cíclica. Por supuesto, a la larga, se requiere gracia especial para mantener fiel a un pueblo. Sin gracia especial, la tentación de olvidar la fuente de la riqueza toma el control, y el resultado final es la destrucción. Es por eso por lo que, al fin de la era milenaria, los irregenerados tratan nuevamente de afirmar su independencia de Dios. Atacan a la iglesia de los fieles. Ejercen poder. Y suena el estallido del destino - para los irregenerados.

Diferenciación y progreso

El proceso de diferenciación no es constante en el transcurso del tiempo. Hay flujo y reflujo. Su dirección general es hacia la auto-conciencia epistemológica. Pero los cristianos no siempre son fieles, no más que los hebreos lo eran en tiempos de los jueces. La iglesia primitiva derrotó a Roma, y luego los restos seculares de Roma comprometieron a la iglesia. La Reforma lanzó una nueva era de crecimiento cultural, la contra-reforma contraatacó, y el secularismo del Renacimiento se tragó a ambos - durante un tiempo. Esto no es historia cíclica, porque la historia is lineal. Hubo una creación, una caída, un pueblo rescatado de la esclavitud, una encarnación, una resurrección, un Pentecostés. Habrá un día de auto-conciencia epistemológica, como se prometió en Isaías 32. Habrá una rebelión y un juicio finales. Ha habido una nación cristiana llamada los Estados Unidos. Ha habido una nación secular llamada los Estados Unidos. (La línea divisoria fue la Guerra Civil, o la Guera de Secesión, o la Guerra Entre los Estados, o la Guerra de la Agresión Norteña - usted elija). Para atrás y paraa adelante, flujo y reflujo, pero con una meta de largo alcance.

Ha habido progreso. Mírese el Credo de los Apóstoles. Luego mírese la Confesión de Fe de Westminster. Sólo un tonto negaría el progreso. Ha habido crecimiento en riqueza, en conocimiento, y en cultura. ¿Qué vamos a decir, que la tecnología como tal es del diablo, que puesto que la gracia común se ha ido retirando constantemente, el desarrollo del mundo moderno es la obra creadora de Satanás (pues la gracia común de Dios no puede explicar este progreso)? ¿Es Satanás creador - autónomamente creador? Si no, de dónde viene nuestra riqueza, nuestro conocimiento, y nuestro poder? ¿No es de Dios? ¿No es Satanás el gran imitador? Pero, ¿de quién es el progreso que él ha imitado? ¿De quién es el desarrollo cultural que él ha intentado tomar prestado, torcer, y destruir? Ha habido progreso desde los días de Noé - no progreso en línea recta, ni crecimiento compuesto puro, pero progreso de todos modos. El cristianismo lo produjo, el secularismo lo tomó prestado, y hoy día parecemos estar en otra encrucijada: ¿Pueden los cristianos sostener lo que iniciaron, dadas sus componendas con el secularismo? ¿Y pueden los secularistas sostener lo que ellos y los cristianos han construido, ahora que su capital espiritual se está agotando, y la cuenta bancaria cultural de los cristianos está casi vacía?

En el campo de la educación y otros ámbitos "seculares", los cristianos y los secularistas están son hoy día como un par de borrachos que se recuestan el uno en el otro para no caerse. Parecemos estar en la etapa de "bendiciones para las tentaciones", con la de "rebelión para destrucción" acercándose. Ha ocurrido antes. Puede ocurrir otra vez. En este sentido, es la falta de auto-conciencia epistemológica lo que parece responsable de la reducción de gracia común. Pero la posición de Van Til es que el aumento de auto-conciencia epistemológica es responsable de, o por lo menos es paralela a, la reducción de gracia común. El amilenarismo ha paralizado su análisis de la gracia común. También lo ha hecho el hecho de que él equipara los dones de Dios con el supuesto favor de Dios hacia la humanidad en general.

La separación entre el trigo y la cizaña es progresiva. No es una progresión en línea recta. La plaga ataca al uno y luego a la otra. Algunas veces, ataca a ambos a la vez. Algunas veces, el sol y la lluvia ayudan a ambos a crecer al mismo tiempo. Pero hay madurez. La cizaña crece hacia su destrucción final, y el trigo crece para bendición final. Mientras tanto, ambos tienen papeles que jugar en el plan de Dios para las edades. Por lo menos la cizaña ayuda a evitar que el suelo se erosione. Es mejor tener cizaña que la destrucción del campo, al menos por el momento. Ellos sirven a Dios, a pesar de sí mismos. Ha habido progreso tanto para el trigo como para la cizaña. La ciencia griega y romana se volvió estática; los conceptos cristianos de optimismo y un universo ordenado crearon la ciencia moderna. Ahora la cizaña maneja el mundo científico, pero, ¿por cuánto tiempo? ¿Hasta que haya una guerra? ¿Hasta que los vacíos conceptos de la evolución darwiniana y la moderna física indeterminada destruyan el concepto de la ley regular - el fundamento de toda ciencia?

¿Por cuánto tiempo podemos seguir así? Respuesta: Hasta que el auto-consciente epistemológico traiga a los cristianos de vuelta a la ley de Dios. Entonces los paganos tienen que imitarles o abandonar. Sólo la obediencia a Dios trae el dominio a largo plazo.

Ley y gracia

La doble relación entre la ley común y la maldición común es un trasfondo necesario del plan de Dios para las edades. Considérese, por ejemplo, la maldición de Adán. Adán y sus herederos llevan la carga de frágiles cuerpos que se enferman y mueren. Inicialmente, había una más larga expectativa de vida para la humanidad. La vida más larga registrada en la Biblia, la que se le dio a Matusalén, el abuelo de Noé, fue de 969 años. Matusalén murió en el año en que comenzó el gran diluvio. 10 Por eso, por lo que concierne a la humanidad, la mayor señal de la gracia común de Dios se le dio a los hombres justo antes de la mayor supresión de gracia común registrada en la historia.

Esto es extremadamente significativo para la tesis de este ensayo. La extensión de gracia común hacia el hombre - las bendiciones externas de Dios que se le da a la humanidad en general - es el preludio de una gran maldición para los irregenerados. Como leemos en el capítulo ocho de Deuteronomio, así como en el capítulo veintiocho, los hombres pueden ser y son atraídos hacia un lazo al mirar los dones externos de Dios mientras se olvidan de la fuente celestial de los dones y los términos del pacto bajo los cuales se dan los dones. El don de la larga vida se le dio a la humanidad en general, no como señal del favor de Dios, sino como preludio de la casi total destrucción de la simiente de Adán. Sólo la gracia especial de Dios hacia Noé y su familia preservó a la humanidad.

Por eso, la mera existencia de bendiciones externas no es prueba de una actitud favorable de parte de Dios hacia el hombre. En la primera etapa, la de fidelidad al pacto, la gracia especial de Dios se extiende ampliamente dentro de una cultura. El segundo estado, el de las bendiciones externas en respuesta a la fidelidad al pacto, tiene el propósito de reforzar la fe del hombre en la realidad y la validez de los pactos de Dios (Deut. 8:18). Pero esa segunda etapa puede conducir a una tercera etapa, el olvido del pacto, u olvido ético. El hecho clave que hay que tener presente es que esta tercera etapa no puede distinguirse de la segunda en términos de las medidas de las bendiciones (indicadores de crecimiento económico, por ejemplo). Un aumento de las bendiciones externas debería conducir a una positiva retroalimentación de una cultura fiel: victoria para victoria. Pero esto puede conducir a la etapa tres, a saber, el olvido. Y éste conduce a la etapa cuatro, la destrucción. Por lo tanto, se requiere gracia especial para mantener la relación de "fidelidad-bendición-fidelidad..." de la retroalimentación positiva y el crecimiento compuesto. Pero la gracia común juega un papel definido en el reforzamiento de la entrega de los hombres a la ley y el orden de Dios.

En la comunidad hebrea, todos, incluyendo el extranjero que habitaba dentro de las puertas, podían beneficiarse del aumento de las bendiciones externas. Por lo tanto, el aspecto maldición de la relación "gracia común-maldición común" puede quitarse gradualmente, y la gracia común o aumenta, o la mera eliminación de la maldición común hace parecer que la gracia común está aumentando. (Mejores teólogos que yo pueden debatir este punto).

El refuerzo de la gracia especial

Sin embargo, si no se extiende la gracia especial por parte de Dios - sin la continua conversión de los hombres - la retroalimentación positiva de Deuteronomio 8 no puede mantenerse. Los irregenerados pueden contar con que habrá una desastrosa reducción de las bendiciones si su número se está volviendo dominante en la comunidad. Cuando el regenerado Lot fue quitado de Sodoma, y los hombres irregenerados que habían sido preparados por Dios para la destrucción ya no estaban protegidos por la presencia de Lot entre ellos, resonó el trueno del destino para ellos (Gén. 18, 19). Y los efectos se sintieron en la familia de Lot porque su esposa miró hacia atrás y sufrió las consecuencias de su desobediencia (19:26), y sus hijas cometieron pecado (19:30-38). Pero había sido la presencia de Lot entre ellos lo que había detenido la destrucción (19:21-22).

Lo mismo ocurrió con Noé. Mientras el arca no se terminó de construir, el mundo estuvo a salvo del gran diluvio. La gente parecía prosperar. Matusalén vivió una larga vida, pero, después de él, la vida de la humanidad declinó constantemente. Aarón murió a la edad de 123 años (Núm. 33:39). Moisés murió a la edad de 120 años (Deut. 31:2). Pero esta longevidad no era normal, ni siquiera en sus días. En un salmo de Moisés, dijo que "los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos". (Sal. 90:10). La maldición común de Dios podría verse hasta en la bendición de los años extra de vida, pues la larga vida, que es una bendición (Éx. 20:12), estaba siendo quitada por Dios de la humanidad en general.

El libro de Isaías nos habla de una futura restauración a una larga vida. Esta bendición se le dará a todos los hombres, santos y pecadores. Es, por lo tanto, una señal de la extensión de la gracia común. Es un don para la humanidad en general. Isaías 65:20 nos dice: "No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito". El don de la larga vida vendrá, aunque la maldición común de la larga vida se extenderá al pecador, cuya larga vida es simplemente tiempo extra para que llene sus días de iniquidad. Sin embargo, los niños no morirán, lo cual es un cumplimiento de la promesa de Dios a Israel, a saber, la ausencia de abortos (Éx. 23:26). Si hay algún pasaje en las Escrituras que refute absolutamente la posición amilenarista, es éste. Esta no es una profecía de los nuevos cielos y la nueva tierra en su forma post-juicio, sino la profecía de una manifestación ante-juicio de las etapas preliminares de los nuevos cielos y la nueva tierra - una prenda (un anticipo) de nuestras esperanzas. Todavía hay pecadores en el mundo, y reciben larga vida. Pero para ellos esto es una maldición final, quiere decir, una maldición especial. Es una maldición especial porque esta vida excepcionalmente larga es una bendición común - la reducción de la maldición común. Nuevamente, necesitamos el concepto de gracia común para dar significado tanto a la gracia especial como a la maldición común. La gracia común (maldición común reducida) trae maldiciones especiales sobre los rebeldes.

Habrá paz en la tierra, una paz que se extenderá a los hombres de buena voluntad (Lucas 2:14). Pero esto significa que habrá también paz en la tierra, una paz que se extenderá a los hombres malos. La paz se le da al justo como recompensa por su fidelidad al pacto. Se le da al irregenerado para amontonar ascuas de fuego sobre su cabeza, y también para inducir a los rebeldes que viven en los últimos días a una rebelión final contra Dios.

El juicio final y la gracia común

Es esencial comprender la gracia común para entender el acto final de la historia humana antes del juicio de Dios. Hasta el grado en que este ensayo contribuya con algo nuevo a la teología cristiana, hasta ese grado es su contribución a la comprensión de la rebelión final de los irregenerados. La rebelión final ha sido usada, por los que se oponen al postmilenarismo, como prueba final de que no habrá fe en la tierra entre las masas cuando Cristo vuelva. El diablo será soltado por un poco de tiempo al final del tiempo, o sea que su poder sobre las naciones regresa a él con toda su fuerza (Apoc. 20:3). Sin embargo, esta rebelión es de corta duración. Él rodea la santa ciudad (o sea la iglesia de los fieles), sólo para ser destruido en el juicio final (Apoc. 20:7-15). Por lo tanto, concluyen los críticos de postmilenarismo, hay una resonante respuesta negativa a la pregunta de Cristo: "Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?" (Lucas 18:8). ¿Dónde, entonces, está la supuesta victoria?

La doctrina de la gracia común nos proporciona la respuesta bíblica. La ley de Dios es la forma principal de gracia común. Está escrita en los corazones de los creyentes, leemos en Hebreos, capítulos ocho y diez, pero las obras de la ley están escritas en el corazón de todo hombre. Por eso, las obras de la ley son universales - comunes. Este acceso a la ley de Dios es el fundamento del cumplimiento del pacto de dominio para someter la tierra (Gén. 1:28). Por medio de Adán, se les dio la orden a todos los hombres; fue afirmada por Dios con la familia de Noé (Gén. 9:1-7). Las promesas de Dios de bendiciones externas son condicionales al cumplimiento de las leyes externas por el hombre. La razón de que los hombres puedan obtener las bendiciones es que el conocimiento de las obras de la ley es común. Por esto, puede haber cooperación externa entre los cristianos y los no cristianos para ciertos fines terrenales.

De tiempo en tiempo, Dios permite a los incrédulos adherirse más estrechamente a las obras de la ley escrita en sus corazones. Estos períodos de adhesión cultural pueden durar siglos, por lo menos con respecto a algunos aspectos de la cultura humana (las artes, la ciencia, la filosofía). Durante algunos siglos, los griegos mantuvieron un alto nivel de cultura dentro de los limitados confines de las ciudades-estado griegas. Los chinos mantuvieron su cultura hasta que se estancó, en respuesta a la filosofía de Confucio, en lo que llamamos la Edad Media. Pero en Occidente, la capacidad de los irregenerados para actuar en estrecha conformidad con las obras de la ley escrita en sus corazones ha sido el resultado del liderazgo histórico proporcionado por el triunfo cultural del cristianismo. Resumiendo, la gracia especial aumentó, conduciendo a una extensión de la gracia común a través de la cultura occidental. El crecimiento económico ha aumentado; en realidad, el concepto del crecimiento lineal, compuesto, es único en Occidente, y los fundamentos de esta creencia fueron echados por los Reformadores que se aferraron a la escatología conocida como postmilenarismo. Vidas más longevas también han aparecido en Occidente, principalmente debido a la aplicación de la tecnología a las condiciones de vida. A su vez, la tecnología aplicada es un producto del cristianismo 11 y especialmente al cristianismo protestante. 12

En la era profetizada por Isaías, los incrédulos nuevamente conocen los beneficios de la ley de Dios. Ya no torcerán la revelación que Dios les ha dado. El tacaño ya no será llamado liberal. La ley será respetada por los incrédulos. Esto significa que se alejarán de un culto abierto, consistente, de los dioses del caos y la filosofía del azar último, incluyendo el azar evolucionista. Participarán en las bendiciones que les trae la predicación del consejo total de Dios, incluyendo su ley. La tierra será sometida a la gloria de Dios, incluyendo el mundo cultural. Los incrédulos cumplirán sus papeles en la realización de las condiciones del pacto de dominio.

Es por esto que una teología ortodoxa tiene que incluir una doctrina de gracia común íntimamente relacionada con la ley bíblica. La ley no salva las almas de los hombres, pero sí salva sus cuerpos y su cultura. Cristo es el salvador de todos, especialmente de los elegidos (1 Tim. 4:10).

Reavivamiento antinomiano vs. reconstrucción

Las bendiciones y la victoria cultural enseñadas por la Biblia (y comentadas adecuadamente por el postmilenarista) no serán el producto de alguna forma de reavivamiento pietista y semi-monástico. La predicación "meramente soteriológica" del pietismo - la salvación de las almas por gracia especial - no es suficiente para producir las victorias predichas en la Biblia. El consejo entero de Dios debe y será predicado. Las bendiciones externas vendrán en respuesta a la fidelidad al pacto por parte del pueblo de Dios. La mayoría de los hombres se convertirá. Los inconversos no seguirán su filosofía de caos hasta su conclusión lógica, porque tal filosofía conduce a la impotencia final. Hace a un lado la herramienta de la reconstrucción y la ley bíblica.

El gran defecto del reavivamiento postmilenario inaugurado po Jonathan Edwards y sus seguidores en el siglo dieciocho fue su descuido de la ley bíblica. Esperaban que las bendiciones de Dios llegaran como resultado de la mera predicación soteriológica. Considérese la obra de Edwards Treatise on the Religious Affections [Tratado sobre los afectos religiosos]. No hay nada en la ley de Dios en la cultura. Página tras página están llenas de las palabras "dulce" y "dulzura". Un lector diabético casi corre el riesgo de una recaída al leer el libro de una sola sentada. Algunas veces, las palabras aparecen cuatro o cinco veces en una sola página. Y mientras Edwards predicaba la dulzura de Dios, los  semi-instruidos arminianos estaban "empujando" la Santa Comunidad de Connecticut hacia el antinomianismo político. 13 Por lo que concierne a dulzura y ardientes destellos emocionales, la predicación calvinista no podía competir con los sermones antinomianos. El esperado reavivamiento de la década de 1700 se convirtó en los reavivamientos arminianos de principios de la década de 1800, dejando como devastador legado encendidos distritos, cultos, y el movimiento abolicionista. Porque la predicación postmilenarista de los edwardianos era culturalmente antinomiana y pietista, paralizó los restos del orden político calvinista en las colonias de la Nueva Inglaterra, ayudando a producir un vacío que fue llenado por el arminianismo y luego el unitarismo.

El progreso cultural, económico, y político está íntimamente ligado a la extensión y la aplicación de la ley bíblica. Las bendiciones prometidas en Romanos, capítulo once, concernientes a los efectos de la prometida conversión de Israel (no necesariamente el estado de Israel) sobre el evangelio, serán en parte el resultado de la ley bíblica. 14 Pero estas bendiciones no incluyen necesariamente la regeneración universal. Las bendiciones sólo requieren la extensión de la cultura cristiana. Por supuesto, para el progreso de la cultura a largo plazo, este aumento de la gracia común (o reducción de la maldición común) tiene que ser reforzado (rejuvenecido y renovado) por la gracia especial - las conversiones. Pero las bendiciones pueden permanecer por una generación o más después de que la gracia especial ha sido quitada, y, hasta donde pueden medirse los beneficios externos, no se podrá decir si las bendiciones son parte del programa positivo de retroalimentación (Deut. 8:18) o un preludio del juicio de Dios (Deut. 8:19-20). Dios respeta sus pactos condicionales, externos. La conformidad externa con Su ley resulta en bendiciones externas. En último análisis (y en el juicio final), éstas resultan en ascuas de fuego para las cabezas irregeneradas.

¿Regeneración universal?

El sistema postmilenarista requiere una doctrina de gracia común y maldición común. No requiere una doctrina de regeneración universal durante el período de las bendiciones milenarias. En realidad, ningún calvinista postmilenarista puede darse el lujo de estar sin una doctrina de gracia común - que enlace las bendiciones externas con con el cumplimiento de los pactos externos. Tiene que haber un período de bendiciones externas durante la generación final. Algo tiene que sostener a esa cultura de modo que Satanás pueda nuevamente salir a engañar a las naciones. El calvinista niega que los hombres puedan "perder esa salvación", refiriéndose a su estado regenerado. Los rebeldes no son hombres "anteriormente regenerados". Son hombres con poder, o por lo menos los arreos del poder. Son lo bastante poderosos para engañarse a sí mismos pensando que pueden destruir al pueblo de Dios. Y el poder, como he tratado de subrayar durante este ensayo, no es el producto de la filosofía antinomiana u una filosofía orientada hacia el caos. La mera existencia de una cadena militar de mando exige un concepto de ley y orden. Satanás comanda un ejército en aquel día final.

La visión postmilenaria del futuro pinta un cuadro de bendiciones históricamente incomparables. También habla de una rebelión final que conduce al juicio total y final de Dios. Como a los hombres longevos en los días de Matusalén, el juicio viene sobre ellos en medio del poder, la prosperidad, y las bendiciones externas. Dios ha sido misericordioso hacia todos ellos al máximo de su gracia común. Ha sido misericordioso en respuesta a su fidelidad al pacto y a su ley civil y su orden, y ha sido misericordioso para amontonar al máximo posible ascuas de fuego sobre sus cabezas. En contraste con la visión amilenarista del futuro de Van Til, debemos decir: Cuando la gracia común se extienda a sus máximos límites posibles en la historia, entonces habrá retumbado el trueno del destino - el destino de los rebeldes.

   Auto-conciencia epistemológica

y cooperación

Van Til escribe: "Pero cuando todos los réprobos sean epistemológicamente auto-conscientes, habrá retumbado el trueno del destino. Los réprobos plenamente auto-conscientes harán todo lo que puedan en todas las dimensiones para destruir al pueblo de Dios". Pero Van Til escribió en otro lugar que el rebelde contra Dios es como un niño pequeño que tiene que sentarse en el regazo de su padre para abofetearlo en el rostro. Entonces, ¿qué se puede querer decir con el concepto de una creciente auto-conciencia epistemológica?

Al crecer hacia la madurez el trigo y la cizaña, arguye el amilenarista, la cizaña se vuelve más y más fuerte culturalmente, mientras que el trigo se vuelve más y más débil. Consideremos lo que se está diciendo. Al trabajar los cristianos por su salvación con temor y con temblor, mejorando sus credos, mejorando su cooperación los unos con los otros sobre la base de un acuerdo acerca de los credos, al aprender sobre la ley de Dios como se aplica en su propia era, al volverse más diestros en la aplicación de la ley de Dios de la cual se han enterado, se vuelven culturalmente impotentes. Parecería que se vuelven infértiles también. No se vuelven fructíferos y se multiplican. O si hacen lo mejor que pueden para seguir este mandamiento, se quedan sin la bendición de Dios - una bendición que Él ha prometido a los que obedecen las leyes que Él ha establecido. Resumiendo, el aumento de la auto-conciencia epistemológica de parte de los cristianos conduce a la impotencia cultural.

Me enfrento a una desagradable conclusión: la versión amilenarista de la doctrina de la gracia común es inescapablemente antinomiana. Arguye que Dios ya no respeta la ley y el orden de su pacto, que la enseñanza de Deuteronomio sobre la ley del pacto es inválida en tiempos del Nuevo Testamento. La única manera de que el amilenarista evite la acusación de antinomianismo es que abandone el concepto de creciente auto-conciencia epistemológica. Debe enfrentarse al hecho de que, para llegar a la impotencia cultural, los cristianos, por lo tanto, no deben aumentar en conocimiento y en la fidelidad al pacto. (Cierto es que la condición del cristianismo del siglo veinte sí parece hacer valer esta actitud acerca de la auto-conciencia epistemológica entre los cristianos).

Considérese la otra mitad del dictamen de Van Til. Al aumentar la auto-conciencia epistemológica del irregenerado, y al adherirse más y más a sus premisas epistemológicas sobre los orígenes de la materia a partir del caos, y el regreso final de toda la materia al azar puro, esta filosofía del caos los vuelve confiados. El cristiano es humilde delante de Dios, pero confiado delante de la creación que ha de someter. Esta confianza conduce al cristiano a la derrota y al desastre final, dicen los amilenaristas, que creen en la auto-conciencia epistemológica. Por otra parte, el rebelde es arrogante delante de Dios y afirma que toda la naturaleza está gobernada por las insignificantes leyes de las probabilidades - el caos final. Sumergiéndose enn la filosofía del caos, los incrédulos pueden emerger totalmente victoriosos a través de la faz entera de la tierra, dice el amilenarista, una victoria que es detenida sólo por la intervención física de Jesucristo en el juicio final. En la versión amilenarista de la gracia común, una entrega a la impiedad conduce a la victoria externa. ¿Cómo pueden ser estas cosas?

El amilenarismo ve las cosas al revés

A estas alturas, debería estar claro que la versión amilenarista de la relación entre la ley bíblica y la creación está completamente al revés. No hay duda de que Satanás desearía que fuese la versión verdadera. Quiere que sus seguidores la crean. Pero, ¿cómo puede creerla un cristiano consistente? ¿Cómo puede creer un cristiano que la adhesión a la ley bíblica produce impotencia cultural, mientras que una lealtad al caos filosófico - la religión de la revolución satánica - conduce a la victoria cultural? En mi mente no hay ninguna duda de que los amilenaristas no quieren enseñar esta doctrina, pero es a eso a lo que inevitablemente conduce su pesimismo amilenarista. Los calvinistas holandeses predican el mandato cultural (el pacto de dominio), pero al mismo tiempo predican que no se puede cumplir. Pero la ley bíblica es fundamental para el cumplimiento del mandato cultural. Por lo tanto, el amilenarista que predica la obligación de tratar de cumplir el mandato cultural sin la ley bíblica se sumerge o en el campo de los cultos al caos (los místicos, los revolucionarios) o en el de los filósofos de la ley natural y del territorio común. Hay sólo cuatro posibilidades: ley revelada, ley natural, caos, o una mezcla.

Esto me lleva a mi punto siguiente. Es un poco especulativo y posiblemente no exacto del todo. Es una idea que debería ser explorada, sin embargo, para ver si es exacta. Creo que la razón de que la filosofía de Herman Dooyeweerd, el filósofo holandés de la ley, tuviera algún efecto temporal sobre los círculos intelectuales calvinistas holandeses a finales de la década de 1960 y a principios de la década de 1970 es que la teoría de la soberanía de la esfera, de Dooyeweerd - leyes en esferas que no deben ser llenadas por medio de la ley revelada del Antiguo Testamento - es consistente con la versión amilenarista (holandesa) del mandato cultural. El sistema de Dooyeweerd y el amilenarismo holandés son esencialmente antinomianos. Por eso en 1967 escribí mi ensayo: "Antonomianismo Social", en respuesta al profesor dooyeweerdiano de la Universidad Libre de Amsterdam, A. Troost. 15

O los dooyeweerdianos han acabado siendo místicos, o de lo contrario tratan de crear una nueva clase de "filosofía de terreno común" para enlazar a los creyentes con los incrédulos. Es la abierta resistencia de Dooyeweerd a la autoridad del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento acerca del contenido de sus hipotéticas leyes de esfera lo que condujo a senderos anticristianos a sus seguidores crecientemente radicales y crecientemente antinomianos. No se puede predicar el pacto de dominio y luego dar media vuelta y negar la eficacia de la ley bíblica como cultura. Pero esto es lo que hicieron todos los adherentes holandeses de la gracia común. Niegan, por necesidad, la eficacia cultural de la ley bíblica, porque sus interpretaciones escatológicas les han llevado a la conclusión de que no puede haber ningúna victoria cultural, externa, en el tiempo y en la tierra por parte de los cristianos fieles. La auto-conciencia epistemológica aumentará, pero las cosas sólo empeorarán con el correr del tiempo.

Si se predica que la ley bíblica produce "retroalimentación positiva", tanto personal como culturalmente - que Dios recompensa a los observadoress del pacto y castiga a los quebrantadores del pacto en el tiempo y en la tierra - entonces se está predicando un sistema de crecimiento positivo. Se está predicando el pacto de dominio. Sólo si se niega que existe alguna relación entre la observación del pacto y el éxito externo en la vida - una negación hecha explícita por Meredith G. Kline 16 - se puede escapar de las implicaciones postmilenaristas de la ley bíblica. Por eso es extraño que Gregg Bahnsen insista - quizás por razones tácticas - en presentar su defensa de la ley bíblica aparte de su bien conocido postmilenarismo. 17 Kline atacó ambas doctrinas de Bahnsen en su crítica de Theonomy, 18 y Bahnsen, en su ensayo para rebatirlo, efectivamente respondió a las críticas de Kline sobre su escatología postmilenarista, pero nuevamente negó que la escatología tenga algo que ver lógicamente con la ética bíblica. 19 Pero Kline tenía razón: incuestionablemente, hay una necesaria conexión entre el concepto de pacto de la ley bíblica y la escatología. Kline rechaza la idea de una ley-orden de pacto en el Nuevo Testamento, y también rechaza el postmilenarismo.

Los calvinistas amilenaristas continuarán siendo atormentados por los dooyeweerdianos, místicos, acomodaticios de la ley natural, y antinomianos de toda laya hasta que finalmente abandonen su escatología amilenarista. Además, hay que predicar la ley bíblica. Ésta debe ser vista como la herramienta de la reconstrucción cultural. Debe ser vista como funcionando ahora, en los tiempos del Nuevo Testamento. Debe verse que hay una relación entre la fidelidad al pacto y la obediencia a la ley - que sin obediencia no hay fidelidad, no importa cuán emocionales se vuelvan los creyentes, o cuán dulce sepa el evangelio (por un tiempo). Y hay bendiciones que siguen a la obediencia a la ley-orden de Dios. Los amilenaristas, al predicar la impotencia escatológica culturalmente, se sumergen en arena movediza - la arena movediza del antinomianismo. Algunas arenas son más movedizas que otras. Finalmente, se tragan a cualquiera que sea lo bastante tonto como para tratar de caminar sobre ellas. El antinomianismo conduce a los abismos de la impotencia y la retirada.

Auto-conciencia epistemológica

¿Qué se quiere decir con auto-conciencia epistemológica? Significa una mayor comprensión, con el paso del tiempo, de lo que son las presuposiciones de uno, y una mayor disposición para poner en acción estas presuposiciones. Afecta tanto al trigo como a la cizaña.

¿En qué se parece el trigo a la cizaña? ¿En qué se diferencian? Los ángeles vieron la diferencia inmediatamente. Pero Dios impidió que arrancaran la cizaña. Quería preservar el suelo - el proceso histórico. Por lo tanto, el pleno desarrollo tanto del trigo como de la cizaña es permitido por Dios.

Lo que hay que entender aquí es que la doctrina de la gracia especial en la historia necesariamente involucra la doctrina de la gracia común. Al desarrollarse los cristianos hasta alcanzar la madurez, se vuelven más poderosos. Esto no es desarrollo en línea recta. Hay temporadas de langostas y añublo y sequía, tanto para los cristianos como para los satanistas (humanistas). Hay flujo y reflujo, pero siempre hay dirección de movimiento. Hay madurez. Los credos mejoran. Esto, a su vez, da poder cultural a los cristianos. ¿Hay que asombrarse de que la Confesión de Fe de Westminster fuera redactada en el pináculo del control de Inglaterra por parte de los puritanos? ¿Es inútil culturalmente el mejoramiento en los credos? ¿Conduce necesariamente a la impotencia cultural el mejoramiento en los credos y la comprensión teológica? ¡Tonterías! Fue la Reforma la que hizo posible la ciencia moderna y la tecnología.

Al otro lado del campo - en realidad, al lado mismo del trigo - la auto-conciencia de los incrédulos también aumenta. Pero ellos no siempre no se vuelven más convencidos de que sus raíces están en caos. El Renacimiento logró tragarse los frutos de la Reforma sólo hasta el grado de ser un pálido reflejo de ella. Los líderes del Renacimiento abandonaron rápidamente a los magos cargados de magia y demoníacamente inspirados como Giordano Bruno. 20 Puede que hayan acatado el humanismo de un Bruno, pero, después de 1600, la abierta devoción a lo demoníaco retrocedió. En su lugar apareció el racionalismo, el deísmo, y la lógica de un mundo ordenado. Usaron premisas robadas y ganaron en poder. Tan irresistible era esta visión de la realidad matemáticamente autónoma, que cristianos como Cotton Maher saludaron la nueva ciencia de la mecánica newtoniana como esencialmente cristiana. Estaba tan cerca de la visión cristiana de la existencia ordenada de Dios y el reflejo de Su ordenamiento en la creación que los cristianos sin titubear abrazaron la nueva ciencia.

Lo que vemos, entonces, es que los cristianos no eran plenamente auto-conscientes epistemológicamente, y tampoco los paganos. En tiempos de los apóstoles, había mayor conciencia epistemológica entre los dirigentes de ambos bandos. La iglesia fue perseguida, y ganó. Entonces hubo en ambos lados una decadencia hacia pensamientos desordenados. Por ejemplo, el intento de Julián el Apóstata de revivir el paganismo a finales del siglo cuarto era ridículo - en el mejor de los casos, era un paganismo sin entusiasmo. Dos siglos antes, Marco Aurelio, un verdadero rey-filósofo en la tradición de Platón, había sido uno de los principales perseguidores de los cristianos; Justino Mártir murió durante el tiempo en que él fue emperador. Pero su libertino hijo, Cómodo, estaba demasiado ocupado con sus 300 concubinas y 300 concubinos 21 para molestarse con persecuciones sistemáticas. ¿Quién era más auto-consciente, epistemológicamente hablando? Aurelio todavía tenía la luz de la razón delante de él; su hijo estaba sumergido en la religión de la revolución - culturalmente impotente. Estaba m&aacuute;s dispuesto que su filósofo-perseguidor padre a seguir la lógica de su fe satánica. Prefería el libertinaje al poder. Cómodo fue asesinado 13 años después de convertirse en emperador. El Senado resolvió que su nombre fuera execrado. 22

Si un investigador moderno quisiera ver una cultura pagana tan plenamente consistente como se pudiera imaginar, podría visitar la tribu africana de los Ik. Colin Turnbull lo hizo, y su libro, The Mountain People [El Pueblo de la Montaña] (1973), es un clásico. Encontró una casi total rebelión contra la ley - leyes familiares, cívicas, todas las leyes. Pero también encontró un pueblo totalmente impotente, derrotado, que se extinguía rápidamente. Eran inofensivos para Occidente porque eran más auto-consistentes que los satanistas de Occidente.

El desafío marxista

Por otra parte, los maxistas son una amenaza. Creen en la historia lineal (oficialmente, en todo caso - su sistema es, sin embargo, cíclico en el fondo. 23 Creen en la ley. Creen en el destino. Creen en el significado histórico. Creen en las etapas históricas, aunque no en las etapas éticamente establecidas, como las que encontramos en Deuteronomio. Creen en la ciencia. Creen en la literatura, la propaganda, y el poder de la palabra escrita. Creen en la educación superior. Resumiendo, tienen una filosofía que es una especie de perversa imagen inversa de la ortodoxia cristiana. Son peligrosos, no porque actúan en consistencia con su filosofía final del caos, sino porque limitan la función del caos a un área sola: la transformación revolucionaria de la cultura burguesa. (Hablo aquí principalmente de los marxistas soviéticos). ¿Y dónde están ganando conversos? En el Occidente crecientemente impotente, crecientemente existencialista, crecientemente antinomiano. Hasta que el Occidente abandonó sus restos de cultura cristiana, el marxismo pudo florecer sólo en las áreas subdesarrolladas y básicamente paganas del mundo. Una filosofía esencialmente occidental de optimismo encontró conversos entre los intelectuales del Lejano Oriente, Africa, y América Latina, que vieron la infructuosidad del estancamiento y el relativismo confucianos, la impotencia de los rituales demoníacos, o el callejón sin salida del culto a los demonios. El marxismo es poderoso sólo hasta el grado en que tiene los arreos del agustinismo, asociado con los subsidios, especialmente subsidios tecnológicos y el crédito a largo plazo, de la industria occidental.

Hay una ironía aquí. Marx creía que el "socialismo científico" triunfaría sólo en las naciones que habían experimentado el pleno desarrollo del capitalismo. Creía que, en la mayoría de los casos (exceptuando posiblemente a Rusia), las áreas rurales tenían que abandonar el feudalismo y desarrollar una cultura plenamente capitalista antes de que la revolución socialista tuviera éxito. Sin embargo, fue principalmente en las regiones rurales del mundo donde las ideas marxistas tuvieron éxito primero. El Occidente industrializado todavía era demasiado cristiano o demasiado pragmático (reconociendo que la "honestidad es la mejor política") para capitular ante los marxistas, excepto inmediatamente después de una guerra perdida.

Por largo tiempo, los marxistas han dominado las facultades de las universidades latinoamericanas, pero no las de las universidades norteamericanas. Por ejemplo, en 1964, no había ni media docena de economistas francamente marxistas enseñando en universidades norteamericanas (y posiblemente quizás uno solo, Paul Baran, de la Universidad de Stanford). Sin embargo, desde 1965, los eruditos de la Nueva Izquierda de persuación marxista se han convertido en una fuerza que debe ser tenida en cuenta en todas las ciencias sociales, incluyendo la economía. 24 El escepticismo, el pesimismo, el relativismo, y la irrelevancia de la moderna educación "neutral" han dejado a las facultades sin una adecuada defensa contra los marxistas confiados, chillones, y vociferantes, principalmente marxistas jóvenes, que comenzaron a aparecer en las ciudades universitarias después de 1964. La putrefacción epistemológica ha dejado a los liberales del establecimiento universitario poco más que con el arrendamiento para protegerles. 25

Sin embargo, desde 1965, el marxismo ha incursionado más entre los jóvenes intelectuales del Occidente industrializado que en cualquier otro momento desde la década de 1930 - una era anterior de pesimismo y escepticismo sobre los valores y las tradiciones establecidas. Ya sea en África o en Harvard, los marxistas tienen éxito entre los salvajes,  - salvajes epistemológicos. El marxismo ofrece una alternativa para la desesperación. Tiene los arreos del optimismo. Tiene los arreos del cristianismo. Todavía es un sistema del siglo diecinueve, que recurre al capital intelectual de un universo intelectual más cristiano. Estos arreos del orden cristiano son la fuente de la influencia del marxismo en un mundo crecientemente relativista.

La rebelión final de Satanás

En los últimos días de esta era final de la historia humana, los satanistas todavía tienen a su alrededor los arreos del orden cristiano. Por decirlo así, Satanás tiene que sentarse en el regazo de Dios para abofetearle el rostro - o tratar de hacerlo. Satanás no puede ser consistente con su propia filosofía de orden autónomo y todavía ser una amenaza para Dios. Un orden autónomo conduce al caos y a la impotencia. Él sabe que en filosofía no hay terreno neutral. Sabía que Adán y Eva morirían espiritualmente el día que comieran de la fruta. Es un teólogo lo bastante bueno para saber que hay un solo Dios, y él y sus huestes tiemblan ante esta idea (Santiago 2:19). Cuando los hombres demoníacos toman en serio sus mentiras sobre la naturaleza de la realidad, se vuelven impotentes, deslizándose (o casi deslizándose) fuera del regazo de Dios. Es cuando los satanistas se dan cuenta de que la filosofía oficial de caos y anarquía antinomiana de Satanás es una mentira que se vuelven peligrosos. (Nuevamente, los marxistas son más peligrosos para los Estados Unidos que los Ik). Aprenden más de la verdad, pero la pervierten y tratan de usarla contra el pueblo de Dios.

Así, el significado bíblico de auto-conciencia epistemológica no es que el satanista se vuelve consistente con la filosofía oficial de Satanás (el caos), sino más bien que las huestes de Satanás se vuelven consistentes con lo que Satanás cree realmente: que el orden, la ley, y el poder son el producto del odiado orden de Dios. Aprenden a usar la ley y el orden para formar un ejército de conquista. En una palabra, usan la gracia común - el conocimiento de la verdad - para pervertir la verdad y atacar al pueblo de Dios. Se alejan del falso conocimiento que les ofrece Satanás y adoptan una forma pervertida de la verdad para usarla en sus planes rebeldes. En otras palabras, maduran. O, en las palabras que puso C. S. Lewis en la boca de su personaje ficticio, el diablo mayor Screwtape, cuando los materialistas crean finalmente en Satanás pero no en Dios, la guerra se habrá acabado. 26 No exactamente; cuando crean en Dios, sepan que Él va a  ganar, y sin embargo, golpeen con furia - no furia ciega, sino furia plenamente consciente - las obras de Dios, entonces habrá terminado la guerra.

Cooperación

¿Cómo, entonces, podemos cooperar con hombres así? Simplemente basados en la gracia común. La gracia común todavía no se ha desarrollado plenamente. Pero esta cooperación debe ser en el interés del reino de Dios. Ya sea que una asociación particular ad hoc sea benéfica o no, debe hacerse en términos de los modelos establecidos en la ley bíblica. La gracia común no es territorio común; no hay territorio común que una a los hombres, excepto en favor de la imagen de Dios en cada hombre.

Porque la conformidad externa con los téminos de la ley bíblica no produce resultados visiblemente buenos - contrario a la teoría del Prof. Kline sobre la misteriosa voluntad de Dios en la historia - durante un tiempo los incrédulos están dispuestos a adoptar estos principios, pues buscan los frutos de la cultura cristiana. En pocas palabras, algunos satanistas éticos responden al conocimiento de la ley de Dios escrito en sus corazones. Tienen un alto grado de conocimiento sobre la creación de Dios, pero todavía no están dispuestos a atacar a ese mundo. Tienen conocimiento po medio de la gracia común, pero todavía no ven qué pueda significa esto para sus propios actos. (Hasta cierto punto, los comunistas ven, pero todavía no han llevado a cabo sus planes; no han lanzado un asalto final contra Occidente).

La esencia de la rebelión de Adán no era intelectual; era ética. Nadie ha argumentado esto con más fuerza que Van Til. La mera adición de conocimiento por parte del irregenerado no altera en esencia su situación delante de Dios. Todavía es un rebelde, pero puede poseer conocimiento. El conocimiento puede ser aplicado a la creación de Dios y producir resultados benéficos. El conocimiento puede también producir un holocausto. El punto en disputa es la ética, no el conocimiento. Así, los hombres pueden cooperar en términos del conocimiento mutuamente compartido; en última instancia, no pueden cooperar en términos de una ética mutuamente compartida.

¿Y qué hay de la maldición especial? ¿Cuál es la relación ética del rebelde ético con Dios? La gracia común aumenta la maldición especial del irregenerado. Cuando la gracia común aumenta al máximo, se revela la maldición especial de Dios: rebelión total del hombre contra la verdad de Dios y en términos de la gracia común- conocimiento, poder, riqueza, prestigio, etc. - de Dios, lo cual conduce al juicio final. Dios sí quita parte de su restricción en el momento final: la restricción de la destrucción suicida. Les permite alcanzar la muerte que aman (Prov. 8:36b). Pero todavía tienen poder y riqueza, como en el imperio babilónico la noche en que cayó.

Los paganos pueden enseñarnos sobre física, matemáticas, química, y muchos otros temas. ¿Cómo es posible esto? Porque la gracia común ha aumentado. Tuvieron varios siglos de liderazgo de los cristianos, así como figuras de la Ilustración que adoptaron una filosofía de coherencia que por lo menos se parecía a la doctrina cristiana de la providencia. No pueden mantener unida la cultura en términos de su filosofía de caos - el punto de vista oficial de Satanás - pero todavía pueden hacer imporrtantes descubrimientos. Usan capital robado, en todos los sentidos.

Los cristianos deben estar a la cabeza

Cuando haya un reavivamiento cristiano y la predicación y aplicación de todo el consejo de Dios, entonces los cristianos podrán nuevamente tomar la posición de una verdadera dirigencia. Los incrédulos pueden también contribuir al sometimiento de la tierra porque serán llamados a las obras de la ley escrita en sus corazones. La gracia común aumentará a través del mundo. Pero los cristianos deben ser extremadamente cuidadosos de las señales de desviación ética por parte de los que en apariencia son útiles colaboradores en el reino. Puede haber cooperación con metas externas - el cumplimiento del pacto de dominio dado a todos los hombres - pero no en el ámbito de la ética. Tenemos que observar a los soviéticos, para aprender cómo no construir una sociedad. Tenemos que tomar medidas para contrarrestar sus ofensivas militares. No debemos adoptar sus punto de vista sobre la ética proletaria, aunque sus jugadores de ajedrez y sus matemáticos puedan enseñarnos mucho.

La ley de Dios como está revelada en la Biblia, no la obra de la ley escrita en los corazones de los injustos, debe ser dominante. La manera de cooperar es sobre la base de la ley bíblica. La ley nos habla de las limitaciones del hombre. Nos mantiene humildes delante de Dios y dominantes sobre la naturaleza. Estableceremos la exactitud y utilidad de las obras de los irregenerados que están ejerciendo los talentos que Dios les ha dado, y trabajando por su condenación con temor y con temblor.

A los extranjeros dentro de las puertas se les dieron muchos de los beneficios de la gracia común - la respuesta de Dios a la conversi&oaccute;n de los hebreos. Recibieron plena protección legal en los tribunales hebreos (Éx. 22:21; 23:9; Deut. 24:17). No se les permitía comer alimentos especialmente consagrados (Éx. 29:33; Lev. 22:10), apartándoles de esta manera de las celebraciones religiosas del templo. Pero eran parte de la festividad del diezmo, una celebración que tenía lugar delante del Señor (Deut. 14:22-29). Así, eran beneficiarios del orden civil que Dios estableció para su pueblo. También podían producir bienes y servicios en la confianza de que el fruto de su trabajo no les sería confiscado por un gobierno civil abusivo. Esto enriqueció a todos, pues todos los hombres de la comunidad podían poner por obra los términos del pacto de dominio.

Se nos dice que el hombre natural no percibe las cosas del Espírit (1 Cor. 2:14-16). Se nos dice que la sabiduría de Dios parece locura a los irregenerados (1 Cor. 1:18-21). Se nos dice que estemos alertas, "que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo" (Col. 2:8). Hay una separación filosófica insalvable entre los incrédulos y los creyentes. Comienzan con diferentes puntos de arranque: caos vs. creación, Dios vs. el hombre. Sólo la gracia común puede reducir el conflicto en la aplicación entre la filosofía pagana y la cristiana. La rebelión ética del irregenerado yace bajo la superficie, al rescoldo, lista a estallar en ira, pero es restringido por Dios y por la ley de Dios. El irregenerado necesita el poder que la ley proporciona. Por lo tanto, asiente a algunos principios de la ley bíblica aplicada y se ajusta a una parte de la obra de la ley escrita en su corazón. Pero no puede estar de acuerdo con los principios básicos. Y aún cerca del fin, cuando los hombres posiblemente confiesen la existencia de un solo Dios y tiemblen ante esta idea, no someterán sus egos a ese Dios. Lucharán hasta la muerte - hasta la segunda muerte - para negar el derecho que el Dios de la Biblia tiene sobre cada parte de su ser.

Por eso, no puede haber cooperación en el sometimiento de la tierra. Pero los cristianos tienen que establecer la estrategia y las tácticas. El irregenerado será como un asesor pagado; proporcionará su talento, pero el Señor construirá la cultura.

Gracia común vs. territorio común

No debemos argüir acerca de la gracia común al territorio común. No podemos hacerlo porque, con el aumento de la gracia común, nos acercamos a la rebelión final en todo su poder satánico. La gracia común combina los esfuerzos de los hombres en el sometimiento de la tierra, pero los cristianos trabajan abiertamente para la gloria de Dios, mientras que los irregenerados trabajan (oficialmente) para el señorío y la gloria de Satanás. En realidad, trabajan para la gloria de Dios, porque en aquél día final toda rodilla se doblará delante de Él (Fil. 2:10). La riqueza de los impíos es guardada para los justos (Prov. 13:22). Así que no hay hechos comunes, hablando éticamente.

En aquél día final, cuando su rebelión comience, todas las huestes de Satanás se enterarán de los hechos del mundo de Dios, porque la gracia común estará en su punto máximo. Sin embargo, vuelven sus espaldas a Dios y a los rebeldes. Todos los hechos son hechos interpretados, y la interpretación, no los hechos como tales - no hay "hechos como tales" - es lo que separa a los perdidos de los elegidos. Inevitablemente, el hombre natural reprime (suprime activamente) la verdad en la impiedad (Rom. 1:18). 27 Ninguna "prueba" filosófica de Dios (aparte de aquélla que comienza suponiendo la existencia del Dios revelado en la Biblia) es válida, y ni siquiera la suposición de la existencia del Dios de la Biblia es suficiente para salvar el alma de un hombre. 28 Sólo Dios puede hacer eso (Juan 6:44). No hay territorio común, filosóficamente, sólo metafísicamente. Somos hechos a imagen de Dios por un Creador común a todos (Hechos 17:24-31). Todo hombre sabe esto. Como hombres, sólo podemos recordarles a todos los hombres lo que ellos saben. Dios usa ese conocimiento para redimir a los hombres.

El incrédulo usa capital intelectual robado para razonar correctamente - correctamente en el sentido de poder usar ese conocimiento como herramienta para someter la tierra, no en el sentido de conocer a Dios como le conoce un hijo adoptivo. Sus conclusiones pueden corresponder lo suficiente a la realidad para permitirle planificar su rebelde fe para una destrucción aún mayor que si no hubiese tenido conocimiento exacto (Lucas 12:47-48). De alguna manera, "sabe" que "2 más dos es igual a 4", y también que este hecho de simetría mental puede ser usado para causar los efectos deseados en el ámbito externo de la naturaleza. Por qué existe esta simetría mental, y por qué debe tener alguna relación con el ámbito externo de la naturaleza, es inexplicable por el conocimiento del hombre natural, un hecho admitido por Eugene Wigner, un físico ganador del premio Nobel. 29

Los cristianos, como tienen una correcta doctrina de la creación, pueden explicar ambos. Así que el incrédulo usa capital intelectual prestado a cada paso. Los cristianos pueden usar algo de su obra (comparando sus descubrimientos con la revelación en la Biblia), y el incrédulo puede usar la obra del cristiano. La tierra será sometida. Mientras más cerca estén las presuposiciones del incrédulo de las que están reveladas en la Biblia (como la suposición del economista conservador del hecho de la escasez económica, que corresponde a Gén. 3:17-19), más probable será que los descubrimientos hechos en términos de esa suposición sean útiles. Por útiles, quiero decir útiles en la tarea común a todos los hombres, someter la tierra. Así, puede haber cooperación entre cristianos y no cristianos.

Conclusión

Los incrédulos parecen ser culturalmente dominantes hoy día. Los creyentes han retrocedido hacia el pietismo antinomiano y el pesimismo, porque han abandonado la fe en las dos características de la filosofía social cristiana que hace posible el progreso: 1) la dinámica del optimismo escatológico, y 2) la herramienta del pacto de dominio, la ley bíblica. Entonces, deberíamos llegar a la conclusión de que, o la disolución de la cultura está a las puertas (porque la gracia común de los irregenerados no puede sostenerse por mucho tiempo sin dirigencia en el ámbito de la cultura de los regenerados), o de lo contrario los regenerados tienen que recuperar la visión de sus verdades perdidas: postmilenarismo y la ley bíblica. Para que continúe la gracia común, y para que la cooperación externa entre creyentes e incrédulos sea fructífera o siquiera posible, los cristianos tienen que hacer regresar las directrices de la cultura externa a la ley de Dios. Tienen que recuperar el liderazgo al que renunciaron en favor de las especulaciones de los auto-proclamados apóstatas "razonables". Si esto no se hace, entonces apostataremos nuevamente, hasta que los incrédulos se parezcan a los Ik, y los cristianos puedan inicar el proceso de dominación cultural una vez más. Para que la gracia común continúe aumentando, debe ser sustentada por la gracia especial. O los incrédulos se convierten, o el liderazgo regresa a los cristianos. Si no sucede ninguna de las dos cosas, regresaremos finalmente al barbarismo.

Comprensiblemente, yo oro por la regeneración de los impíos y el redescubrimiento de la ley bíblica, y una exacta escatología bíblica de parte de los actuales cristianos y futuros conversos. No sé si veremos un reavivamiento como éste en nuestros días. Hay razones para creer que puede ocurrir y ocurrirá. También hay razones para dudar de este optimismo. El Señor sabe.

Tenemos que abandonar el antinomianismo y las escatologías que son de por sí antinomianas. Debemos llamar a los hombres de vuelta a la fe en el Dios de toda la Biblia. Tenemos que afirmar que, en el plan de Dios, vendrá un día de mayor conciencia personal, cuando los hombres llamarán tacaños a los tacaños y a los liberales, liberales (Isa. 32). Éste será un día de grandes bendiciones externas - las mayores de la historia. Largas épocas de tal conciencia personal se revelan delante de nosotros. Y al final de los tiempos vendrá una generación de rebeldes que distinguen los tacaños de los liberales y atacarán a los justos. Perderán la guerra.

Por lo tanto, la gracia común es esencialmente gracia futura. Hay flujo y reflujo a través de la historia, pero esencialmente es gracia futura. No debe ser vista como esencialmente gracia anterior. Sólo los amilenaristas, y amilenaristas antinomianos, pueden sustentar esta posición. El juicio final aparece al final de los tiempos contra el trasfondo de la gracia común. La maldición común estará en su punto 10 oeste, preludio de la maldición especial, de duración eterna. Viene el juicio final, tal como vino el gran diluvio, contra un trasfondo de los beneficios externos de Dios para la humanidad en general. La iniquidad de los amorreos se habrá colmado por fin.

¿Cree el postmilenarista que habrá fe en la tierra en general cuando Cristo vuelva? Si él entiende las implicaciones de la doctrina de la gracia común, no. ¿Espera él que la tierra entera sea destruida por los rebeldes incrédulos antes de que Cristo les golpee y les deje muertos, doblemente muertos? No. El juicio llega antes de que puedan hacer su obra. La gracia común es extendida para permitir que los incrédulos colmen la copa de la ira. Son vasos de ira. Por lo tanto, el cumplimiento de los términos del pacto de dominio por medio de la gracia común es el paso final en el proceso de colmar estos vasos de ira. Los vasos de gracia, los creyentes, también serán colmados. Todo está colmado. ¿Destruirá Dios su abono inicial preliminar para los nuevos cielos y la nueva tierra? ¿Borrará Dios la señal de que su Palabra ha sido obedecida, de que el pacto de dominio ha sido cumplido? ¿Tendrá Satanás, ese gran destructor, el gozo de ver la palabra de Dios frustrada, su obra derribada por las mismas hordas satánicas? El amilenarista responde que sí. El postmilenarista tiene que negarlo con todas sus fuerzas.

Hay continuidad en la vida, a pesar de las discontinuidades. La riqueza del pecador está guardada para el justo. A Satanás le gustaría quemar el campo de Dios, pero no puede. El trigo y la cizaña crecen hasta madurar, y luego los obreros salen a segar el trigo, cortando la paja y echándola en el fuego. A Satanás le gustaría hacer retroceder el retumbo del destino, regresar al punto cero, regresar al jardín de Edén, cuando el pacto de dominio se dio por primera vez. El cumplimiento del pacto de dominio es el acto final positivo de Satanás - una extensión de la gracia común. Después de eso, la gracia común se convierte en malévola, absolutamente malévola - al usar Satanás las leyes de su tiempo y lo que le queda de poder para atacar el pueblo de Dios. Cuando Satanás use sus dones para convertirse, finalmente y completamente, en destructor, es cortado desde lo alto. Esta culminación final de la gracia común es el trallazo del destino de Satanás.

Y los mansos - mansos delante de Dios, activos hacia su creación - heredarán por fin la tierra. Una tierra renovada y un cielo renovado son el pago final que Dios Padre hace a su Hijo y a los que Él ha dado a su Hijo. Esta es la esperanza postmilenarista.

Nota final

A estas alturas, he adversado a cada grupo cristiano conocido. He adversado a los restantes miembros de la Iglesia Cristiana Reformada que son ortodoxos al ponerme de parte de la Iglesia Protestante Reformada y en contra del Punto 1 del Sínodo de 1924. No hay favor en la gracia común de Dios. He adversado a la Iglesia Protestante Reformada al argüir a favor del postmilenarismo. He adversado a los premilenaristas al argüir que la separación entre el trigo y la cizaña debe ocurrir al final de la historia, no mil años antes del fin (o, en el marco dispensacionalista, pre-tribulacionista, premilenarista, 10107 años antes del fin). He adversado a los pietistas postmilenaristas que leen y se deleitan en las obras de Jonathan Edwards al argüir que la tradición de Edwards era destructiva de la ley bíblica en 1740, y todavía lo es. Esta tradición no conduce a ninguna parte, a menos que Edwards madure y adopte el concepto de ley bíblica como señal de victoria. He adversado a la Iglesia Bíblica Presbiteriana, puesto que sus dirigentes niegan el pacto de dominio. ¿Se me ha quedado alguien? Oh, sí. He adversado a los arminianos postmilenaristas (los carismáticos de la "confesión positiva") al argüir que en los últimos días los rebeldes no son cristianos apóstatas.

Habiendo conseguido esto, espero que otros sigan el bosquejo que he trazado relacionando la gracia común, la escatología, y la ley bíblica. Que los pocos que tomen en serio este ensayo eviten las minas terrestres escatológicas que todavía atestan el paisaje. Hay que hacer ciertos refinamientos, hay que descubrir implicaciones, y luego ejecutarlas. Espero que mi contribución facilite la obra de otros.



Notas:

La versión original de este ensayo apareció en la edición de invierno de 1976-1977 de The Journal of Christian Reconstruction, publicado por la Fundación Calcedonia, P. O. Box 158, Vallecito, California 95251.
1. John Calvin, Institutes of Christian Religion (1559), Book II, Section II, chapter 16; II:III:3; III:XIV:2.

2. En Israel, los perros no eran animales muy queridos, así que la analogía con la gracia común es bíblicamente legítima. "Y me seréis varones santos. No comeréis carne destrozada por las fieras en el campo; a los perros la echaréis" (Éx. 22:31). Si suponemos que Dios ama a los paganos de la manera en que la gente moderna ama a sus perros, entonces la analogía no encaja.

3. Cornelius Van Til, Common Grace (Phladelphia: Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1954), pp. 20-22. Este ensayo fue reimpreso en la obra de Van Til, Common Grace and the Gospel (Nutley, New Jersey: Presbyterian & Reformed, 1974), misma paginación.

4. Gary North, "Aren´t There Two Kinds of Salvation?", Pregunta 75 en la obra de North, 75 Bible Questions Your Instructors Pray You Won´t Ask (Tyler, Texas: Spurgeon Press, 1984).


5. Gary North, Moses and Paharoh: Dominion Religion vs. Power Religion (Tyler, Texas: Institute for Christian Economics, 1985), ch. 12: "Continuity and Revolution".


6. Van Til, Common Grace, pp. 82-83.

7. Ibid., p. 85.

8. Kline rechaza la afirmación de Van Til de que la gracia común disminuye con el tiempo. Kline dice que esto es lo que enseñan los postmilenaristas calcedónicos - que simplemente no es verdad, y ni siqquiera lo da a entender su escatología - y al hacerlo, Kline rompe con Van Til radicalmente.Es improbable que Kline  reconozca siquiera las implicaciones contra Van Til de lo que ha escrito. "Junto a las deficiencias hermenéuticas del milenarismo calcedónico, hay un problema teológico fundamental que lo aqueja. Y aquí regresamos al hecho de que Calcedón confunde los conceptos bíblicos de lo sagrado y lo común. Como hemos visto, la clase de postmilenarismo de Calcedón concibe como clímax del milenio algo máss que un alto grado de éxito en la misión evangelística de la iglesia hacia el mundo.Una presunción milenaria adicional (de la que ellos disfrutan en particular) es la de una prosperidad material y una eminencia mundial y una dominación del reino de Cristo establecido en la tierra, con una sumisión, hecha cumplir divinamente, de las naciones al gobierno mundial de la cristocracia... La insuperable objeción teológica a cualquier y cada construcción ciliástica es que envuelve la suposición del eclipse prematuro del orden de la gracia común... Al postular así la terminación del orden de la gracia común antes de la consumación, el postmilenarismo calcedónico de hecho atribuye la infidelidad a Dios, porque Dios se comprometió en su antiguo pacto a mantener aquel orden entretanto que dure la tierra". Meredith G. Kline, "Comments on an Old-New Error", Westminster Theological Journal, XLI (Fall 1978), pp. 183, 184.

9. Es una de las rarezas del movimiento de reconstrucción cristiano que R. J. Rushdoony rechaza categóricamente el amilenarismo, llamándolo "religión impotente" y "blasfemia", y que sin embargo afirma la validez de la posición de gracia común de Van Til, pidiendo la sustitución del concepto de "gracia anterior" de Van Til por el de "gracia común". El ensayo anti-milenarista de Rushdoony (y por lo tanto anti-Van Til por implicación) apareció en The Journal of Christian Reconstruction, III (Invierno 1976-77): "Postmilenarism vs. Impotent Religion". Su afirmación en favor de la "gracia anterior" apareció en su revisión del libro de E. L. Hebden Taylor, The Christian Philosophy of Law, Politics and the State, en The Westminster Theological Journal, XXX (Nov. 1967): "Un concepto de 'gracia anterior' hace sostenibles el remanente de justicia, derecho, y comunidad; un concepto de 'gracia común' no lo hace" (p. 100). "El término 'gracia común' se ha convertido en el shiboleth de la teología holandesa y un vaso a través del Jordán y hacia territorio reformado de los que pueden remedar el acento requerido. ¿No ha llegado el momento de abandonar el concepto entero y comenzó de nuevo?" (p. 101).


10. Matusalén tenía 969 años cuando murió (Gén. 5:27). Tenía 187 años cuando su hijo Lamec nació (5:25) y 369 años cuando nació Noé, el hijo de Lamec (5:28-29). Noé tenía 600 años en el momento de gran diluvio (7:6). Por lo tanto, desde el nacimiento de Noé, cuando Matusalén tenía 369 años, hasta el diluvio, 600 años más tarde, Matusalén vivió sus años (369 + 600 = 969). La Biblia no dice que Matusalén pereció en el diluvio, sino sólo que murió en el año del diluvio. Esta cronología es tan notable que la carga de la prueba les toca a los que niegan la relación de padre a hijo en estas tres generaciones, arguyendo en su lugar en favor de un salto no declarado en la cronología.


11. Stanley Jaki, The Road of Science and the Ways to God (Chicago: University of Chicago Press, 1978); Science and Creation: From Eternal Cycles to an Oscillating Universe (Edinburgh and London: Scottish Academic Press, [1974] 1980).


12. Robert K. Merton, Social Theory and Social Structure (rev.ed.; New York: Free Press of Glencoe, 1957), ch. 18: "Puritanism, Pietism, and Science"; E. L. Hebden Taylor, "The Role of Puritanism-Calvinism in the Rise of Modern Science", The Journal of Christian Reconstruction, VI (Summer 1979); Charles Dykes, "Medieval Speculation, Puritanism, and Modern Science", ibid.


13. En relación con la oposición a la tolerancia del reavivamiento, no por parte de los liberales teológicos, sino por parte de los pastores calvinistas ortodoxos, véase de Richard L. Bushman, From Puritan to Yankee (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 1967). Bushman también explica cómo el Gran Despertar fue un desastre para los remanentes legales de la ley bíblica en la colonia de Connecticut. El orden político fue forzado hacia el neutralismo teológico, lo cual a su vez ayudó al surgimiento del deísmo y del liberalismo.

14. El excelente comentario de John Murray, The Epistle to the Remans (Grand Rapids, Michigan: Eerdmans, 1965), contiene un extenso análisis de Romanos 11, la sección que trata de la futura conversión de los judíos. Murray subraya que el reinjerto de Israel por parte de Dios conduce a bendiciones del pacto sin paralelo en la historia humana. Murray arguye que el Israel a que se refiere Romanos 11 no es el Israel nacional o político, sino la simiente natural de Abraham. Esto parece referirse al Israel genético.

Un problema histórico de importancia aparece en este punto. Hay alguna evidencia (aunque no concluyente) de que la mayoría de los que hoy se conocen como judíos askenazi son los herederos de una tribu convertida de turcos, los Khazars. Es bien sabido entre los eruditos de historia europeos que esta conversión tuvo lugar alrededor del año 740 d. C. Los judíos europeos orientales y rusos pueden haberse originado de esta cepa. Se casaron con otros judíos, sin embargo: los judíos sefarditas o de la diáspora que huyeron principalmente hacia Europa occidental. Los judíos yemenitas, que permanecieron en la tierra de Palestina, también son descendientes de Abraham. La contra-evidencia contra esta tesis de los khazars como judíos modernos es principalmente lingüística: el yiddish no guarda ni rastro de parecido con ningún idioma turco. Acerca del reino de los Khazars, véase de Arthur Koestler, The Thirteenth Tribe: The Khazar Empire and Its Heritage (New York: Random House, 1976).


Si el Israel al cual se refiere Romanos 11 es principalmente genético, entonces puede que no sea necesario que todos los judíos se conviertan. ¿Qué, entonces, son los judíos de Romanos 11?  ¿Del pacto? Le escribí a Murray a finales de la década de 1960 para tener su opinión sobre las implicaciones de los Khazars paa su exégesis de Romanos 11, pero no contestó.

15. Gary North, The Sinai Strategy: Economics and the Ten Commandments (Tyler, Texas: Institute for Christian Economics, 1986), Appendix C: "Social Antinomianism".
16. Kline dice que cualquier conexión entre las bendiciones y la observancia del pacto es, humanamente hablando, casual. "Y mientras tanto él [el orden de la gracia común] tiene que seguir su curso dentro de las inseguridades de los principios mutuamente condicionantes de la gracia común y la maldición común, siendo la prosperidad y la adversidad experimentadas de una manera mayormente impredecible a causa de la inescrutable soberanía de la divina voluntad que los dispensa de modos misteriosos". Kline, op. cit., p. 184. Obviamente, el Dr. Kline nunca ha considerado exactamente por qué las primas de las pólizas de seguro de vida y las de salud son más bajas en las sociedades influidas por el cristianismo que en las sociedades paganas. Aparentemente, las bendiciones de larga vida que se prometen en la vida son suficientemente no casuales y "escrutables" como para que los estadísticos que aconsejan a las compañías de seguros puedan detectar diferencias estadísticamente relevantes entre sociedades.

17. "Lo que estos estudios presentan es una posición en la ética cristiana (normativa). No comprometen lógicamente, a los que concuerdan con ellos, con ninguna escuela particular de interpretación escatológica". Greg L. Bahnsen, By This Standard: The Authority of God´s Law Today (Tyler, Texas: Institute for Christian Economics, 1985), p. 8. Tiene razón: lógicamente, no hay ninguna conexión. Desde el punto de vista del pacto, las dos doctrinas son inescapables: cuando la ley se predica, hay bendiciones; las bendiciones conducen inescapablemente a la victoria.


18. Kline, op. cit.


19. Greg L. Bahnsen, "M. G. Kline on Theonomic Politics: An Evaluation of His Reply", Journal of Christian Reconstruction, VI (Winter, 1979-1980), No. 2. especialmente p. 215.


20. Sobre la magia de los comienzos del Renacimiento, véase de Frances Yates, Giordano Bruno and the Hermetic Tradition (New York: Vintage, [1964] 1969).


21. Edward Gibbon, The History of the Decline and Fall of the Roman Empire, Milman edition, 5 vols. (Philadelphia: Porter & Coates, [1776]), I, p. 144.


22. Ethelbert Stauffer, Christ and the Caesars (Philadelphia: Westminster Press, 1955), p. 223.


23. Gary North, Marx´s Religion of Revolution: The Doctrine of Creative Destruction (Nutley, New Jersey: Craig Press, 1968), pp. 100-101).


24. Martin Bronfenbrenner, "Radical Economics in America: A 1970 Survey", Journal of Economic Literature, VIII (Sept. 1970).


25. Gary North, "The Epistemological Crisis of American Universities", in Gary North (cd.), Foundations of Christian Scholarship: Essays in the Van Til Perspective (Vallecito, California: Ross House Books, 1976).


26. C. S. Lewis, The Screwtape Letters (New York: Macmillan, 1969), Letter 7.


27. Murray, Romans, commenting on Remans 1:18.


28. Van Til, The Defense of the Faith (Philadelphia: Presbyterian and Reformed, 1963), ataca las tradicionales pruebas católico-romanas y arminianas de Dios. No prueban el Dios de la Biblia, arguye, sólo a un dios finito de la mente humana.


29. Eugene Wigner, "The Unreasonable Effectiveness of Mathematics in Natural Sciences", Communications on Pure and Applied Mathematics X111 (1960), pp 1-14. Véase también de Vern Poythress, "A Biblical View of Mathematics", en la obra de Gary North (cd.), Foundations of Christian Scholarship, op. cit., ch. 9. Véase también su ensayo en The Journal of Christian Reconstruction, 1 (Verano de 1974).


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