CONVERSACIONES CON DIOS

CAPÍTULO 5
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¿Cuál es el verdadero camino a Dios? ¿Es por medio de la renuncia, como creen algunos yogas? ¿Y qué de esta cosa llamada sufrimiento? ¿Son el sufrimiento y el servicio el camino a Dios, como dicen algunos ascetas? ¿Nos ganamos el camino al cielo "siendo buenos", como enseñan muchas religiones? ¿O estamos libres para actuar como deseamos, violar o ignorar cualquier regla, hacer a un lado cualesquiera enseñanzas tradicionales, sumergirnos en cualquier satisfacción personal y así encontrar el Nirvana, como dicen muchos miembros de la Nueva Era? ¿Cuál es? ¿Estrictas normas morales, o "haz lo que te plazca, por favor"? ¿Cuál es? ¿Valores tradicionales, o improvisar en el camino? ¿Cuál es? ¿Los Diez Mandamientos o los Siete Pasos a la Iluminación?

Tienes una gran necesidad de tenerlo de una manera o la otra, ¿verdad? ... ¿No podrían ser todos ellos?

No sé. Te estoy preguntando.

Te responderé, pues, como lo puedas entender mejor - aunque te digo ahora que tu respuesta está dentro. Les digo esto a todas las personas que oyen mis palabras y buscan mi verdad.

A todo corazón que pregunta sinceramente cuál es el camino a Dios, se lo muestro. A cada uno se le da una verdad sincera. Ven a mí por el camino de tu corazón, no por medio de un viaje de tu mente. Nunca me hallarás en tu mente.

Para conocer realmente a Dios, tienes que estar loco.

Pero tu pregunta requiere una respuesta, y no me apartaré del empuje de tu pregunta.

Comenzaré con una afirmación que te alarmará - y que quizás ofenda las sensibilidades de mucha gente. No hay tal cosa como los Diez Mandamientos.

¡Oh. Dios mío! ¿No los hay?

No, no los hay. ¿A quién se los ordenaría yo? ¿A mí mismo? ¿Y por qué se requerían tales mandamientos? Lo que sea que yo quiera, lo es. ¿No es así? Por consiguiente, ¿por qué es necesario ordenarle a alguien?

Y, si yo emitiera mandamientos, ¿no serían guardados automáticamente? ¿Cómo podría yo desear algo tan fuertemente que lo ordenara - y luego sentarme a ver que no se cumpliera?

¿Qué clase de rey haría eso? ¿Qué clase de gobernante?

Pero te digo esto: Yo no soy ni rey ni gobernante. Soy simplemente - y de manera impresionante - el Creador. Pero el Creador no gobierna, sino que meramente crea, crea - y continúa creando.

Yo te he creado a ti - bendito seas - a mi imagen y semejanza. Y te he hecho ciertas promesas y ciertos compromisos. Te he dicho, en lenguaje sencillo, cómo será contigo cuando seas uno conmigo.

Como Moisés, eres un sincero buscador. Como tú ahora, Moisés también estuvo de pie ante mí, rogando recibir respuestas. "¡Oh, Dios de mis padres!", clamó. "¡Dios de mi Dios, dígnate mostrárteme a mí, para que yo pueda hablarle a mi pueblo! ¿Cómo podemos saber que somos escogidos?"

Y vine a Moisés, como he venido a ti, con un pacto divino - una promesa sempiterna - un compromiso seguro y cierto. "¿Cómo puedo estar seguro", preguntó Moisés lastimeramente. "Porque te lo dije así", dije yo. "Tienes la palabra de Dios".

Y la palabra de Dios no era un mandamiento, sino un pacto. Éstos, pues, son los ...

DIEZ COMPROMISOS

Sabrás que has tomado el camino de Dios, y sabrás que has hallado a Dios, porque habrá estas señales, estas indicaciones, estos cambios en ti:

1. Amarás a Dios con todo tu corazón, toda tu mente, y toda tu alma. Y no habrá ningún otro Dios delante de mí. Ya no adorarás ningún amor humano, ni éxito, ni dinero, ni poder ni símbolo de él. Harás a un lado estas cosas como un niño hace a un lado sus juguetes. No porque no tienen valor, sino porque creciste y los dejaste atrás.

Y sabrás que has tomado el camino de Dios porque:

2. No usarás el nombre de Dios en vano. Ni me invocarás para cosas frívolas. Comprenderás el poder de las palabras y de los pensamientos, y no pensarás en invocar el nombre de Dios de una manera impía. No usarás mi nombre en vano porque no puedes. Porque mi nombre - el Gran "Yo Soy" - nunca se usa en vano (es decir, sin resultado), ni puede ser usado de ese modo jamás. Y cuando hayas hallado a Dios, sabrás esto.

Y te daré también estas otras señales:

3. Te acordarás de guardar un día para mí, y lo llamarás santo. Esto es para que no permanezcas por largo tiempo en tu ilusión, sino que te hagas recordar a ti mismo quién y qué tú eres. Y luego, pronto llamarás a cada día el sábado, y santo cada momento.

4. Honrarás a tu madre y a tu padre - y sabrás que tú eres el hijo de Dios cuando honres a tu Padre/Madre Dios en todo lo que digas o hagas o pienses. Y así como honras a Madre/Padre Dios y a tu padre y a tu madre en la tierra (porque ellos te dieron la vida), así también honrarás a todo el mundo.

5. Sabes que habrás hallado a Dios cuando observes que no asesinas (es decir, no matas voluntariamente, sin causa) porque, mientras que entiendes que no puedes poner fin a la vida de otro en ningún caso (toda vida es eterna), no elegirás poner fin a ninguna encarnación particular, ni cambiar ninguna energía vital de una forma a otra, sin la más sagrada justificación. Tu nueva reverencia por la vida hará que honres toda forma de vida - incluyendo plantas, árboles y animales - y que los impactes sólo cuando sea para el máximo bien.

Y te enviaré también estas otras señales, para que puedas saber que estás en el camino:

6. No contaminarás la pureza del amor con deshonestidad ni engaño, porque esto es adulterio. Te prometo, cuando hayas hallado a Dios, que no cometerás adulterio.

7. No tomarás nada que no sea tuyo, ni engañarás, ni te confabularás, ni harás daño a otro para tener nada, porque esto sería robar. Te prometo que, cuando hayas hallado a Dios, no robarás.

Ni tampoco ...

8. Dirás nada que no sea cierto, y así, no dirás falso testimonio. Tampoco ...

9. Codiciarás la mujer de tu prójimo, pues, ¿por qué querrías la mujer de tu prójimo cuando sabes que todas las demás son tus mujeres?

10. Codiciarás la propiedad de tu prójimo, pues, ¿para qué querrías la propiedad de tu prójimo cuando sabes que todas las propiedades pueden ser tuyas, y todos tus bienes pertenecen al mundo?

Sabrás que has hallado el camino hacia Dios cuando veas estas señales, pues te prometo que nadie que verdaderamente busque a Dios volverá a hacer estas cosas. Será imposible continuar en tales conductas.

Estas son tus libertades, no tus restricciones. Estos son mis compromisos, no mis mandamientos. Pues Dios no da órdenes sobre lo que Dios ha creado - Dios meramente les dice a sus hijos: así es como sabrás que estás regresando a casa.

Moisés preguntó sinceramente - "¿Cómo puedo saber? Dame una señal". Moisés hizo la misma pregunta que tú estás haciendo ahora. Desde el comienzo de los tiempos, todas las personas en todas partes han hecho la misma pregunta. Mi respuesta es igualmente eterna. Pero nunca ha sido, y nunca será, un mandamiento. Pues, ¿a quién le ordenaría? ¿Y a quién castigaría si mi mandamiento no es guardado?

Sólo existo yo.

Así que no tengo que guardar los Diez Mandamientos para ir al cielo.

No hay tal cosa como "ir al cielo". Sólo hay el saber que ya estás allí. Hay un aceptar, un comprender, no un trabajar para o un procurar.

No puedes ir a donde ya estás. Para hacer eso, tendrías que abandonar el lugar donde estás, y eso derrotaría todo el propósito del viaje. La ironía es que la mayor parte de la gente cree que tiene que irse de donde está para ir a donde quieren estar. Así que dejan el cielo para ir al cielo - y pasan por el infierno.

La iluminación es comprender que no hay a donde ir, nada que hacer, y nadie que tengas que ser, excepto exactamente quien eres ahora, en este momento. Estás en un viaje a ninguna parte.

El cielo - como ustedes lo llaman - es ninguna parte. Pongamos algo de espacio entre la w y la h en esa palabra [en inglés -- el traductor] y verás que el cielo es ahora ... aquí.

¡Todo el mundo dice eso! ¡Todo el mundo dice eso! ¡Me está volviendo loco!

Si "el cielo está aquí ahora", ¿cómo es que no veo eso? ¿Por qué no siento eso? ¿Y por qué es el mundo un desastre así?

Entiendo tu frustración. Es casi tan frustrante tratar de entender todo esto como tratar de hacer que alguien lo entienda.

¡Caramba! ¡Espera un momento! ¿Estás tratando de decir que Dios se frustra?

¿Quién supones que inventó la frustración? ¿Y te imaginas que tú puedes experimentar algo que yo no puedo?

Te digo esto: Cada experiencia que tú tienes, yo la tengo. ¿No ves que estoy conociéndome a mí mismo por medio de ti? ¿Para qué más supones que es todo esto? Yo no podría conocerme a mí mismo de no ser por ti. Yo te creé a ti para poder saber quién soy yo.

Ahora bien, yo no haría añicos todas tus ilusiones acerca de mí en un capítulo. Así que te diré que, en mi forma más sublime, que tú llamas Dios, yo no experimento frustración.

¡Fiú! Así está mejor. Me asustaste por un momento.

Pero eso no es porque no puedo. Es simplemente porque no decido hacerlo. A propósito, tú puedes hacer la misma elección.

Bueno, frustrado o no, todavía me pregunto cómo puede ser que el cielo esté aquí mismo, y yo no lo experimente.

Tú no puedes experimentar lo que no sabes. Y no sabes que estás en el "cielo" ahora mismo porque no lo has experimentado. Ves, para ti, es un círculo vicioso. No puedes - todavía no has encontrado una manera de hacerlo - experimentar lo que no sabes, y no sabes lo que no has experimentado.

Lo que la Iluminación te pide que hagas es saber algo que no has experimentado y de esta manera experimentarlo. Saber abre la puerta a la experiencia - y tú lo imaginas al revés.

En realidad, sabes mucho más de lo que has experimentado. Simplemente, no sabes que sabes.

Por ejemplo, sabes que hay un Dios. Pero es posible que no sepas eso. Así que sigues esperando la experiencia. Y todo el tiempo la estás teniendo. Pero la estás teniendo sin saberlo - que es como no tenerla en absoluto.

Caramba, estamos caminando en círculos aquí.

Así es. Y en lugar de estar caminando en círculos, quizás deberíamos ser el círculo mismo. Esto no tiene que ser un círculo vicioso. Puede ser uno sublime.

¿Es la renuncia parte de la vida realmente espiritual?

Sí, porque, en fin de cuentas, todo espíritu renuncia a todo lo que no es real, y nada en la vida que tú llevas es real, excepto tu relación conmigo. Pero, la renuncia en el sentido clásico de la autonegación, no se requiere.

Un verdadero maestro no "renuncia" a algo. Un verdadero maestro simplemente lo hace a un lado, como lo haría con cualquier cosa para la cual ya no tiene ningún uso. Hay quienes dicen que hay que superar los deseos. Yo digo que simplemente debes cambiarlos. La primera práctica suena como una disciplina rigurosa; la segunda, un gozoso ejercicio.

Hay quienes dicen que, para conocer a Dios, hay que superar todos las pasiones terrenales. Pero es suficiente comprenderlas y aceptarlas. Lo que resistes, persiste. Lo que miras, desaparece.

A menudo, los que tratan tan intensamente de superar todas las pasiones terrenales trabajan tan duro que podría decirse que esto se ha convertido en su pasión. Tienen una "pasión por Dios"; una pasión por conocerle. Pero pasión es pasión, y cambiar una por otra no la elimina.

Por lo tanto, no juzgues aquello acerca de lo que cual sientes pasión. Simplemente, toma nota de ello, luego ve si te sirve a ti, dado quién y qué deseas ser. Recuerda que tú mismo estás constantemente en el acto de crear. En todo momento, estás decidiendo quién y qué eres. Tú decides esto mayormente por medio de las elecciones que haces  en relación con por quién y por qué sientes pasión.

A menudo, una persona en lo que llamas un camino espiritual parece haber renunciado a todas las pasiones terrenales, todos los humanos deseos. Lo que esta persona ha hecho es comprenderlos, ver la ilusión, y apartarse de las pasiones que no le sirven - todo el tiempo amando la ilusión por lo que le ha traído: la oportunidad de ser completamente libre.

Pasión es el amor por convertir el ser en acción. Alimenta el motor de la creación. Cambia conceptos por experiencia.

Pasión es el fuego que nos impulsa a expresar quiénes somos realmente. Nunca niegues la pasión, porque eso es negar quién eres y quién tú realmente quieres ser.

El renunciado nunca niega la pasión - simplemente niega la adhesión a los resultados. Pasión es amor por el hacer. Hacer es ser, experimentado. Pero, ¿qué es creado a menudo como parte del hacer? Expectación.

Vivir tu vida sin expectación - sin necesidad de resultados específicos - eso es libertad. Eso es santidad. Es así como yo vivo.

¿Tú no estás sujeto a los resultados?

Absolutamente, no. Mi gozo está en crear, no en los resultados. La renuncia no es una decisión para negar la acción. La renuncia es una decisión para negar la necesidad de un resultado en particular. Hay una vasta diferencia.

¿Podrías explicarme lo que quieres decir con la frase "Pasión es el amor de convertir el hecho de ser en acción"?

El hecho de ser es el más elevado estado de la existencia. Es la esencia más pura. Es el aspecto "ahora-no ahora", "el todo-no todo", el "siempre-nunca" de Dios. El puro ser es puro Dios.

Pero nunca ha sido suficiente para nosotros simplemente ser. Siempre hemos anhelado experimentar lo que somos - y eso requiere otro aspecto completamente diferente de la divinidad, llamado hacer.

Digamos que tú eres, en el núcleo de tu maravilloso yo, ese aspecto de la divinidad llamado amor. (Dicho sea de paso, la verdad de ti). Ahora bien, una cosa es amor - y otra muy diferente hacer algo amoroso. El alma anhela hacer algo acerca de lo que ella es, para que pueda conocerse a sí misma en su propia experiencia. Así que buscará realizar su idea más elevada por medio de la acción.

La urgencia por hacer esto se llama pasión. Mátese la pasión, y se mata a Dios. Pasión es Dios queriendo decir "hola".

Pero, tú ves, una vez que Dios (o Dios-en-ti) hace esa cosa amorosa, se ha realizado a sí mismo, y no necesita nada más.

Por otra parte, el hombre siente a menudo la necesidad de tener una ganancia por su inversión. Si vamos a amar a alguien, excelente - pero es mejor que recibamos algo de amor a cambio. Ese tipo de cosas.

Esto no es pasión. Es expectación.

Esta es la mayor fuente de infelicidad en el hombre. Es lo que separa al hombre de Dios.

El renunciado busca poner fin a esta separación por medio de la experiencia que algunos místicos orientales han llamado samadhi. Es decir, unión y unión con Dios; mezclarse con Dios y fundirse con la divinidad.

Por consiguiente, el renunciado renuncia a los resultados - pero nunca jamás renuncia a la pasión. De hecho, el Maestro sabe intuitivamente que la pasión es el camino. Es la vía a la realización del yo.

Aun en términos terrenales, puede decirse honestamente que, si se tiene una pasión por nada, no se tiene ninguna vida en absoluto.

Tú has dicho que "lo que resistes, persiste y lo que miras, desaparece". ¿Puedes explicar esto?

Tú no puedes resistirte a algo a lo cual no le otorgas ninguna realidad. La acción de resistirte a algo es la acción de otorgarle vida. Cuando te resistes a una energía, la colocas allí. Mientras más te resistes a ella, más la haces real - lo que sea a lo cual te estás resistiendo.

Lo que abres los ojos y miras, desaparece. Es decir, cesa de tener su forma ilusoria.

Si miras algo - realmente - verás a través de él y a través de cualquier ilusión que tenga para ti, no dejando nada sino una realidad última a tu vista.

En presencia de la realidad última, tu enclenque ilusión no tiene ningún poder. No puede sujetarte en su asidero, que se debilita. Ves la verdad de ella, y la verdad te suelta.

Pero, ¿y si uno no quiere que lo que está mirando desaparezca?

¡Siempre deberías querer que desapareciera! No hay en tu realidad nada a lo cual aferrarse. Pero, si tú efectivamente eliges la ilusión de tu vida por encima de la realidad última, puedes simplemente recrearla - de la misma manera que la creaste para comenzar. De este modo, puedes tener en tu vida lo que elegiste tener y eliminar de tu vida lo que ya no deseas experimentar.

Pero nunca te resistas a nada. Si crees que, con tu resistencia, lo eliminarás, piénsalo otra vez. Sólo lo plantarás más firmemente en su lugar. ¿No te he dicho que todo pensamiento es creativo?

¿Aún un pensamiento que dice que yo no quiero algo?

Si no lo quieres, ¿por qué pensar en ello? No le concedas un segundo pensamiento. Pero, si tienes que pensar en ello - es decir, si no puedes no pensar en ello - entonces no te resistas. Más bien, mira directamente lo que sea - acepta la realidad como tu creación - luego elige conservarlo o no, como desees.

¿Qué dictaría esa elección?

Quién y qué tú crees que eres. Y quién y qué eliges ser. Esto dicta cada elección - cada elección que has hecho en tu vida, y que harías.

Y así, ¿la vida de un renunciado es un camino errado?

Esa no es una verdad. La palabra "renunciado" encierra un significado muy erróneo. En verdad, tú no puedes renunciar a nada - porque a lo que tú resistes, persiste. El verdadero renunciado no renuncia, sino que simplemente elige diferente. Esta es una acción de moverse hacia algo, no en dirección opuesta a algo.

Uno no puede alejarse de algo, porque te perseguirá hasta el infierno, ida y vuelta. Por lo tanto, no resistas la tentación - sino simplemente dale la espalda. Date vuelta hacia mí y aléjate de cualquier cosa que no sea Yo.

Pero sabe esto: No hay tal cosa como un camino errado - porque, en este viaje, tú no puedes "no llegar" a donde vas.

Es simplemente una cuestión de velocidad - meramente una cuestión de cuándo llegarás allí - pero aun eso es una ilusión, porque no existe ningún "cuándo", ni tampoco un "antes" ni un "después". Solamente hay un ahora, un momento eterno de siempre en el cual tú estarás experimentándote a ti mismo.

Entonces, ¿cuál es el punto? Si no hay manera de no "llegar allí", ¿cuál es la razón de ser de la vida? ¿Por qué debemos preocuparnos en absoluto acerca de cualquier cosa que hagamos?

Bueno, por supuesto, no deberías. Pero harías bien en observar. Simplemente, toma nota de quién y qué estás siendo, haciendo, y teniendo, y mira si te sirve a ti.

La razón de ser de la vida no es ir a ninguna parte - es tomar nota de que tú ya estás allí, y siempre has estado. Estás, siempre y para siempre, en el momento de la creación pura.

Por lo tanto, la razón de ser de la vida es crear - quién y qué tú eres, y luego experimentar eso.
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