¿Cuál es el verdadero
camino a Dios? ¿Es por medio de la
renuncia, como creen algunos yogas? ¿Y qué de esta cosa
llamada sufrimiento? ¿Son el sufrimiento y el servicio el
camino a Dios, como dicen algunos ascetas? ¿Nos ganamos el
camino al cielo "siendo buenos", como enseñan muchas
religiones? ¿O estamos libres para actuar como
deseamos, violar o ignorar cualquier regla, hacer a un lado cualesquiera enseñanzas tradicionales,
sumergirnos en cualquier satisfacción personal y así encontrar el
Nirvana, como dicen muchos miembros de
la Nueva Era? ¿Cuál es? ¿Estrictas
normas morales, o "haz lo que te
plazca, por favor"? ¿Cuál es? ¿Valores
tradicionales, o improvisar en el camino? ¿Cuál
es? ¿Los Diez Mandamientos o los Siete Pasos a la
Iluminación?
Tienes una
gran necesidad de tenerlo de una manera o la otra, ¿verdad?
... ¿No podrían ser todos
ellos?
No sé. Te estoy
preguntando.
Te responderé, pues, como
lo puedas entender mejor - aunque te digo ahora que tu
respuesta está dentro. Les digo esto a todas las personas que
oyen mis palabras y buscan mi verdad.
A todo
corazón que pregunta sinceramente cuál es el camino a Dios,
se lo muestro. A cada uno se le da una verdad sincera. Ven a
mí por el camino de tu corazón, no por medio de un viaje de
tu mente. Nunca me hallarás en tu mente.
Para conocer realmente a
Dios, tienes que estar loco.
Pero tu pregunta requiere
una respuesta, y no me apartaré del empuje de tu pregunta.
Comenzaré con una
afirmación que te alarmará - y que quizás ofenda las
sensibilidades de mucha gente. No hay tal cosa como los Diez
Mandamientos.
¡Oh.
Dios mío! ¿No los hay?
No, no los
hay. ¿A quién se los ordenaría yo? ¿A mí mismo? ¿Y por qué
se requerían tales mandamientos? Lo que sea que yo quiera,
lo es. ¿No es así? Por consiguiente, ¿por qué es necesario
ordenarle a alguien?
Y, si yo emitiera
mandamientos, ¿no serían guardados automáticamente? ¿Cómo
podría yo desear algo tan fuertemente que lo ordenara - y
luego sentarme a ver que no se cumpliera?
¿Qué clase de rey haría eso? ¿Qué clase de gobernante?
Pero te digo
esto: Yo no soy ni rey ni gobernante. Soy simplemente - y de
manera impresionante - el Creador. Pero el Creador no
gobierna, sino que meramente crea, crea - y continúa
creando.
Yo te he creado a ti -
bendito seas - a mi imagen y semejanza. Y te he hecho
ciertas promesas y ciertos compromisos. Te he dicho, en lenguaje sencillo, cómo será contigo cuando seas uno
conmigo.
Como Moisés, eres un
sincero buscador. Como tú ahora, Moisés también estuvo de
pie ante mí, rogando recibir respuestas. "¡Oh, Dios de mis
padres!", clamó. "¡Dios de mi Dios, dígnate mostrárteme a
mí, para que yo pueda hablarle a mi pueblo! ¿Cómo podemos saber que somos escogidos?"
Y vine a Moisés,
como he venido a ti, con un pacto divino - una promesa
sempiterna - un compromiso seguro y cierto. "¿Cómo puedo
estar seguro", preguntó Moisés lastimeramente. "Porque te lo
dije así", dije yo. "Tienes la palabra de Dios".
Y la palabra de Dios no era un mandamiento, sino un
pacto. Éstos, pues, son los ...
DIEZ COMPROMISOS
Sabrás que
has tomado el camino de Dios, y sabrás que has hallado a
Dios, porque habrá estas señales, estas indicaciones, estos
cambios en ti:
1. Amarás a Dios con todo tu
corazón, toda tu mente, y toda tu alma. Y no habrá ningún
otro Dios delante de mí. Ya no adorarás ningún amor humano,
ni éxito, ni dinero, ni poder ni símbolo de él. Harás a un
lado estas cosas como un niño hace a un lado sus juguetes.
No porque no tienen valor, sino porque creciste y los
dejaste atrás.
Y sabrás que has tomado el
camino de Dios porque:
2. No usarás el
nombre de Dios en vano. Ni me invocarás para cosas frívolas.
Comprenderás el poder de las palabras y de los pensamientos,
y no pensarás en invocar el nombre de Dios de una manera
impía. No usarás mi nombre en vano porque no puedes. Porque
mi nombre - el Gran "Yo Soy" - nunca se usa en vano (es
decir, sin resultado), ni puede ser usado de ese modo jamás.
Y cuando hayas hallado a Dios, sabrás esto.
Y te daré también estas otras
señales:
3. Te acordarás de guardar un
día para mí, y lo llamarás santo. Esto es para que no
permanezcas por largo tiempo en tu ilusión, sino que te
hagas recordar a ti mismo quién y qué tú eres. Y luego,
pronto llamarás a cada día el sábado, y santo cada momento.
4. Honrarás a tu
madre y a tu padre - y sabrás que tú eres el hijo de Dios
cuando honres a tu Padre/Madre Dios en todo lo que digas o
hagas o pienses. Y así como honras a Madre/Padre Dios y a tu
padre y a tu madre en la tierra (porque ellos te dieron la
vida), así también honrarás a todo el mundo.
5. Sabes que habrás hallado a
Dios cuando observes que no asesinas (es decir, no matas
voluntariamente, sin causa) porque, mientras que entiendes
que no puedes poner fin a la vida de otro en ningún caso
(toda vida es eterna), no elegirás poner fin a ninguna
encarnación particular, ni cambiar ninguna energía vital de
una forma a otra, sin la más sagrada justificación. Tu nueva
reverencia por la vida hará que honres toda forma de vida -
incluyendo plantas, árboles y animales - y que los impactes
sólo cuando sea para el máximo bien.
Y te enviaré también estas
otras señales, para que puedas saber que estás en el camino:
6. No contaminarás
la pureza del amor con deshonestidad ni engaño, porque esto
es adulterio. Te prometo, cuando hayas hallado a Dios, que
no cometerás adulterio.
7. No tomarás nada que no sea
tuyo, ni engañarás, ni te confabularás, ni harás daño a otro
para tener nada, porque esto sería robar. Te prometo que,
cuando hayas hallado a Dios, no robarás.
Ni tampoco ...
8. Dirás nada que
no sea cierto, y así, no dirás falso testimonio. Tampoco ...
9. Codiciarás la mujer de tu
prójimo, pues, ¿por qué querrías la mujer de tu prójimo
cuando sabes que todas las demás son tus mujeres?
10. Codiciarás la propiedad de
tu prójimo, pues, ¿para qué querrías la propiedad de tu
prójimo cuando sabes que todas las propiedades pueden ser
tuyas, y todos tus bienes pertenecen al mundo?
Sabrás que has
hallado el camino hacia Dios cuando veas estas señales, pues
te prometo que nadie que verdaderamente busque a Dios
volverá a hacer estas cosas. Será imposible continuar en
tales conductas.
Estas son tus libertades, no
tus restricciones. Estos son mis compromisos, no mis
mandamientos. Pues Dios no da órdenes sobre lo que Dios ha
creado - Dios meramente les dice a sus hijos: así es como
sabrás que estás regresando a casa.
Moisés preguntó sinceramente -
"¿Cómo puedo saber? Dame una señal". Moisés hizo la misma
pregunta que tú estás haciendo ahora. Desde el comienzo de
los tiempos, todas las personas en todas partes han hecho la
misma pregunta. Mi respuesta es igualmente eterna. Pero
nunca ha sido, y nunca será, un mandamiento. Pues, ¿a quién
le ordenaría? ¿Y a quién castigaría si mi mandamiento no es
guardado?
Sólo existo yo.
Así que no tengo que guardar los Diez Mandamientos
para ir al cielo.
No hay tal cosa
como "ir al cielo". Sólo hay el saber que ya estás allí. Hay
un aceptar, un comprender, no un trabajar para o un
procurar.
No puedes ir a donde ya estás.
Para hacer eso, tendrías que abandonar el lugar donde estás,
y eso derrotaría todo el propósito del viaje. La ironía es
que la mayor parte de la gente cree que tiene que irse de
donde está para ir a donde quieren estar. Así que dejan el
cielo para ir al cielo - y pasan por el infierno.
La iluminación es comprender
que no hay a donde ir, nada que hacer, y nadie que tengas
que ser, excepto exactamente quien eres ahora, en este
momento. Estás en un viaje a ninguna parte.
El cielo - como
ustedes lo llaman - es ninguna parte. Pongamos algo de
espacio entre la w y la h en esa palabra [en inglés -- el
traductor] y verás que el cielo es ahora ... aquí.
¡Todo el mundo dice eso! ¡Todo el mundo dice eso!
¡Me está volviendo loco!
Si "el cielo está aquí ahora",
¿cómo es que no veo eso? ¿Por qué no siento eso? ¿Y por qué
es el mundo un desastre así?
Entiendo tu
frustración. Es casi tan frustrante tratar de entender todo
esto como tratar de hacer que alguien lo entienda.
¡Caramba! ¡Espera
un momento! ¿Estás tratando de decir que Dios se frustra?
¿Quién supones que
inventó la frustración? ¿Y te imaginas que tú puedes
experimentar algo que yo no puedo?
Te digo esto: Cada experiencia
que tú tienes, yo la tengo. ¿No ves que estoy conociéndome a
mí mismo por medio de ti? ¿Para qué más supones que es todo
esto? Yo no podría conocerme a mí mismo de no ser por ti. Yo
te creé a ti para poder saber quién soy yo.
Ahora bien, yo no haría añicos
todas tus ilusiones acerca de mí en un capítulo. Así que te
diré que, en mi forma más sublime, que tú llamas Dios, yo no
experimento frustración.
¡Fiú! Así está mejor. Me asustaste por un momento.
Pero eso no
es porque no puedo. Es simplemente porque no decido hacerlo.
A propósito, tú puedes hacer la misma elección.
Bueno, frustrado o no, todavía me pregunto cómo
puede ser que el cielo esté aquí mismo, y yo no lo
experimente.
Tú no puedes
experimentar lo que no sabes. Y no sabes que estás en el
"cielo" ahora mismo porque no lo has experimentado. Ves,
para ti, es un círculo vicioso. No puedes - todavía no has
encontrado una manera de hacerlo - experimentar lo que no
sabes, y no sabes lo que no has experimentado.
Lo que la Iluminación te pide
que hagas es saber algo que no has experimentado y de esta
manera experimentarlo. Saber abre la puerta a la experiencia
- y tú lo imaginas al revés.
En realidad, sabes mucho más
de lo que has experimentado. Simplemente, no sabes que
sabes.
Por ejemplo, sabes
que hay un Dios. Pero es posible que no sepas eso. Así que
sigues esperando la experiencia. Y todo el tiempo la estás
teniendo. Pero la estás teniendo sin saberlo - que es como
no tenerla en absoluto.
Caramba, estamos caminando en círculos aquí.
Así es. Y en lugar
de estar caminando en círculos, quizás deberíamos ser el
círculo mismo. Esto no tiene que ser un círculo vicioso.
Puede ser uno sublime.
¿Es la renuncia parte de la vida realmente
espiritual?
Sí, porque,
en fin de cuentas, todo espíritu renuncia a todo lo que no
es real, y nada en la vida que tú llevas es real, excepto tu
relación conmigo. Pero, la renuncia en el sentido clásico de
la autonegación, no se requiere.
Un verdadero maestro no
"renuncia" a algo. Un verdadero maestro simplemente lo hace
a un lado, como lo haría con cualquier cosa para la cual ya
no tiene ningún uso. Hay quienes dicen que hay que superar
los deseos. Yo digo que simplemente debes cambiarlos. La
primera práctica suena como una disciplina rigurosa; la
segunda, un gozoso ejercicio.
Hay quienes dicen que, para
conocer a Dios, hay que superar todos las pasiones
terrenales. Pero es suficiente comprenderlas y aceptarlas.
Lo que resistes, persiste. Lo que miras, desaparece.
A menudo, los que
tratan tan intensamente de superar todas las pasiones
terrenales trabajan tan duro que podría decirse que esto se
ha convertido en su pasión. Tienen una "pasión por Dios";
una pasión por conocerle. Pero pasión es pasión, y cambiar
una por otra no la elimina.
Por lo tanto, no juzgues
aquello acerca de lo que cual sientes pasión. Simplemente,
toma nota de ello, luego ve si te sirve a ti, dado quién y
qué deseas ser. Recuerda que tú mismo estás constantemente
en el acto de crear. En todo momento, estás decidiendo quién
y qué eres. Tú decides esto mayormente por medio de las
elecciones que haces en relación con por quién y por
qué sientes pasión.
A menudo, una
persona en lo que llamas un camino espiritual parece haber
renunciado a todas las pasiones terrenales, todos los
humanos deseos. Lo que esta persona ha hecho es
comprenderlos, ver la ilusión, y apartarse de las pasiones
que no le sirven - todo el tiempo amando la ilusión por lo
que le ha traído: la oportunidad de ser completamente libre.
Pasión es el amor por
convertir el ser en acción. Alimenta el motor de la
creación. Cambia conceptos por experiencia.
Pasión es el fuego que nos
impulsa a expresar quiénes somos realmente. Nunca niegues la
pasión, porque eso es negar quién eres y quién tú realmente
quieres ser.
El
renunciado nunca niega la pasión - simplemente niega la
adhesión a los resultados. Pasión es amor por el hacer.
Hacer es ser, experimentado. Pero, ¿qué es creado a menudo
como parte del hacer? Expectación.
Vivir tu vida sin expectación
- sin necesidad de resultados específicos - eso es libertad.
Eso es santidad. Es así como yo vivo.
¿Tú no estás sujeto a
los resultados?
Absolutamente, no.
Mi gozo está en crear, no en los resultados. La renuncia no
es una decisión para negar la acción. La renuncia es una
decisión para negar la necesidad de un resultado en
particular. Hay una vasta diferencia.
¿Podrías explicarme lo que quieres decir con la
frase "Pasión es el amor de convertir el hecho de ser en
acción"?
El hecho de ser es
el más elevado estado de la existencia. Es la esencia más
pura. Es el aspecto "ahora-no ahora", "el todo-no todo", el
"siempre-nunca" de Dios. El puro ser es puro Dios.
Pero nunca ha sido suficiente
para nosotros simplemente ser. Siempre hemos anhelado
experimentar lo que somos - y eso requiere otro aspecto
completamente diferente de la divinidad, llamado hacer.
Digamos que tú eres, en el
núcleo de tu maravilloso yo, ese aspecto de la divinidad
llamado amor. (Dicho sea de paso, la verdad de ti). Ahora
bien, una cosa es amor - y otra muy diferente hacer algo
amoroso. El alma anhela hacer algo acerca de lo que ella es,
para que pueda conocerse a sí misma en su propia
experiencia. Así que buscará realizar su idea más elevada
por medio de la acción.
La urgencia por
hacer esto se llama pasión. Mátese la pasión, y se mata a
Dios. Pasión es Dios queriendo decir "hola".
Pero, tú ves, una vez que Dios
(o Dios-en-ti) hace esa cosa amorosa, se ha realizado a sí
mismo, y no necesita nada más.
Por otra parte, el hombre
siente a menudo la necesidad de tener una ganancia por su
inversión. Si vamos a amar a alguien, excelente - pero es
mejor que recibamos algo de amor a cambio. Ese tipo de
cosas.
Esto no es pasión. Es
expectación.
Esta es la mayor
fuente de infelicidad en el hombre. Es lo que separa al
hombre de Dios.
El renunciado busca poner fin
a esta separación por medio de la experiencia que algunos
místicos orientales han llamado samadhi. Es decir, unión y
unión con Dios; mezclarse con Dios y fundirse con la
divinidad.
Por consiguiente, el
renunciado renuncia a los resultados - pero nunca jamás
renuncia a la pasión. De hecho, el Maestro sabe
intuitivamente que la pasión es el camino. Es la vía a la
realización del yo.
Aun en
términos terrenales, puede decirse honestamente que, si se
tiene una pasión por nada, no se tiene ninguna vida en
absoluto.
Tú has dicho que "lo que resistes, persiste y lo
que miras, desaparece". ¿Puedes
explicar esto?
Tú no puedes
resistirte a algo a lo cual no le otorgas ninguna realidad.
La acción de resistirte a algo es la acción de otorgarle
vida. Cuando te resistes a una energía, la colocas allí.
Mientras más te resistes a ella, más la haces real - lo que
sea a lo cual te estás resistiendo.
Lo que abres los ojos y miras,
desaparece. Es decir, cesa de tener su forma ilusoria.
Si miras algo - realmente -
verás a través de él y a través de cualquier ilusión que
tenga para ti, no dejando nada sino una realidad última a tu
vista.
En presencia de la realidad
última, tu enclenque ilusión no tiene ningún poder. No puede
sujetarte en su asidero, que se debilita. Ves la verdad de
ella, y la verdad te suelta.
Pero, ¿y si uno no quiere que lo que está mirando
desaparezca?
¡Siempre deberías
querer que desapareciera! No hay en tu realidad nada a lo
cual aferrarse. Pero, si tú efectivamente eliges la ilusión
de tu vida por encima de la realidad última, puedes
simplemente recrearla - de la misma manera que la creaste
para comenzar. De este modo, puedes tener en tu vida lo que
elegiste tener y eliminar de tu vida lo que ya no deseas
experimentar.
Pero nunca te resistas a nada.
Si crees que, con tu resistencia, lo eliminarás, piénsalo
otra vez. Sólo lo plantarás más firmemente en su lugar. ¿No
te he dicho que todo pensamiento es creativo?
¿Aún un pensamiento que dice que yo no quiero algo?
Si no lo quieres,
¿por qué pensar en ello? No le concedas un segundo
pensamiento. Pero, si tienes que pensar en ello - es decir,
si no puedes no pensar en ello - entonces no te resistas.
Más bien, mira directamente lo que sea - acepta la realidad
como tu creación - luego elige conservarlo o no, como
desees.
¿Qué dictaría esa elección?
Quién y qué tú
crees que eres. Y quién y qué eliges ser. Esto dicta cada
elección - cada elección que has hecho en tu vida, y que
harías.
Y así, ¿la vida de un
renunciado es un camino errado?
Esa no es una
verdad. La palabra "renunciado" encierra un significado muy
erróneo. En verdad, tú no puedes renunciar a nada - porque a
lo que tú resistes, persiste. El verdadero renunciado no
renuncia, sino que simplemente elige diferente. Esta es una
acción de moverse hacia algo, no en dirección opuesta a
algo.
Uno no puede alejarse de algo,
porque te perseguirá hasta el infierno, ida y vuelta. Por lo
tanto, no resistas la tentación - sino simplemente dale la
espalda. Date vuelta hacia mí y aléjate de cualquier cosa
que no sea Yo.
Pero sabe esto: No
hay tal cosa como un camino errado - porque, en este viaje,
tú no puedes "no llegar" a donde vas.
Es simplemente una cuestión de
velocidad - meramente una cuestión de cuándo llegarás allí -
pero aun eso es una ilusión, porque no existe ningún
"cuándo", ni tampoco un "antes" ni un "después". Solamente
hay un ahora, un momento eterno de siempre en el cual tú
estarás experimentándote a ti mismo.
Entonces, ¿cuál es el punto? Si no hay manera de no
"llegar allí", ¿cuál es la razón de ser de la vida? ¿Por qué
debemos preocuparnos en absoluto
acerca de cualquier cosa que hagamos?
Bueno, por
supuesto, no deberías. Pero harías bien en observar.
Simplemente, toma nota de quién y qué estás siendo,
haciendo, y teniendo, y mira si te sirve a ti.
La razón de ser de la vida no
es ir a ninguna parte - es tomar nota de que tú ya estás
allí, y siempre has estado. Estás, siempre y para siempre,
en el momento de la creación pura.
Por lo
tanto, la razón de ser de la vida es crear - quién y qué tú
eres, y luego experimentar eso.