CONVERSACIONES CON DIOS

LIBRO 1 

CAPÍTULO 2
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"Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre".

Salmos 16:11.

Toda la vida he buscado el camino a Dios -

Sé que lo has hecho -

- y ahora que lo he hallado, no puedo creerlo. Parece como si estuviera sentado aquí, escribiendo esto para mí mismo. 

Lo estás haciendo.

Esto no parece lo que debería ser una comunicación con Dios.

¿Quieres bombos y platillos? Veré lo que puedo hacer.

¿Sabes? Hay quienes llamarían blasfemia a este libro entero. Especialmente, si tú continúas apareciéndote como un sábelotodo.

Déjame explicarte algo. Tú tienes la idea de que Dios se aparece de una sola manera en la vida. Esa es una idea muy peligrosa.

Impide que veas a Dios completamente. Si tú crees que Dios se aparece de una sola manera o suena de una sola manera o existe de una sola manera, vas a mirar de largo más allá de mí noche y día. Te pasarás la vida entera buscando a Dios, pero sin hallarla a Ella. Porque tú estás buscando a un El. Uso esto como ejemplo.

Se ha dicho que, si no ves a Dios en lo profano y en lo profundo, te  estás perdiendo la mitad de la historia. Esa es una gran verdad.

Dios está en la tristeza y en la risa, en lo amargo y en lo dulce. Hay un propósito divino detrás de todo - y por lo tanto, una presencia divina en todo.

Una vez comencé a escribir un libro llamado Dios es un Emparedado de Salami.

Ese habría sido un libro muy bueno. Yo te di esa inspiración. ¿Por qué no lo escribiste?

Me pareció blasfemo. O por lo menos, horriblemente irreverente.

¡Quieres decir maravillosamente irreverente! ¿Qué te dio la idea de que Dios es sólo "reverente? Dios es el  arriba y el abajo. Lo caliente y lo frío. Lo izquierdo y lo derecho. ¡Lo reverente y lo irreverente!

¿Crees tú que Dios no puede reír? ¿Te imaginas que Dios no disfruta de un buen chiste? ¿Piensas que Dios no tiene sentido del humor? Te digo, Dios inventó el humor.

¿Tienes que hablar en voz baja cuando me hablas a mí? ¿Están las palabras vulgares o el lenguaje áspero fuera de mi alcance? Te digo que tú puedes hablarme a mí como le hablarías a tu mejor amigo.

¿Crees que hay una palabra que yo no he oído? ¿Un espectáculo que no haya visto? ¿Un sonido que yo no conozca?

¿Crees que yo desprecio algunas de ellas, mientras otras me gustan? Te digo, no desprecio nada. Nada de ello me resulta repulsivo. Es la vida, y la vida es el don, el tesoro indescriptible; el santo de los santos.

Yo soy la vida, pues soy la esencia de la cual está hecha la vida. Cada uno de sus aspectos tiene un propósito divino. Nada existe - nada - sin una razón comprendida y y aprobada por Dios.

¿Cómo puede ser esto? ¿Y el diablo que fue creado por el hombre?

Ustedes no pueden crear nada - ni un  pensamiento, ni un objeto, ni un incidente - ninguna experiencia de ninguna clase - que esté fuera del plan de Dios. Porque el plan de Dios es que ustedes creen todo - cualquier cosa - todo lo que quieran. En esa libertad reside la experiencia de Dios, el ser Dios - y ésta es la experiencia para la cual yo los creé. Y la vida misma.

Malo es lo que tú llamas malo. Pero yo amo hasta eso, porque es por medio de lo que tú llamas malo que puedes conocer lo bueno; solo por medio de lo que tú llamas la obra del diablo puedes conocer y hacer la obra de Dios. Yo no amo a lo caliente más de lo que amo lo frío, lo alto más que lo bajo, lo izquierdo más que lo derecho. Todo es relativo. Todo es parte de lo que existe.

Yo no amo lo "bueno" más de lo que amo lo "malo". Hitler fue al cielo. Cuando entiendas esto, entenderás a Dios.

Pero yo he sido criado creyendo que lo bueno y lo malo existen; que lo correcto y lo erróneo son opuestos, que algunas cosas no están bien, no del todo, que no son aceptables a la vista de Dios.

Todo es "aceptable" a la vista de Dios, pues, ¿como puede Dios no aceptar lo que existe? Rechazar algo es negar que existe. Decir que no está bien es decir que no es parte de mí - y eso es imposible.

Pero atente a tus creencias, y sé fiel a tus valores, porque éstos son los valores de tus padres, y de los padres de tus padres, de tus amigos y de la sociedad. Ellos forman la estructura de tu vida. Perderlos sería deshacer la tela de tu experiencia. Pero examínalos uno por uno. Revísalos pieza por pieza. No desmanteles la casa, sino mira cada ladrillo, y reemplaza los que parecen estar rotos, que ya no sostienen la estructura.

Tus ideas acerca de lo correcto y lo incorrecto son solo eso - ideas. Son los pensamientos que forman la figura y crean la substancia de quien tú eres.

Solo tú puedes saber si eres feliz. Solo tú puedes decir de tu vida - "Esta es mi creación (éste es mi hijo) con el cual estoy complacido".

Si tus valores te sirven, atente a ellos. Argumenta a favor de ellos. Lucha para defenderlos.

Pero trata de luchar de manera que no dañes a nadie. El perjuicio no es un ingrediente necesario en el sanamiento.

Tú dices "atente a tus valores" al mismo tiempo que dices que todos nuestros valores son erróneos. Ayúdame con esto.

Yo no dije que tus valores son erróneos. Pero tampoco son correctos. Simplemente son juicios. Valoraciones. Decisiones. En su mayor parte, son decisiones hechas, no por ti, sino por alguien más. Tus padres, quizás. Tu religión. Tus instructores. Historiadores, políticos.

Muy pocos de los juicios de valor que has incorporado en tu verdad son juicios que tú mismo has hecho basándote en tu propia experiencia. Pero, experiencia es por lo que viniste aquí - y por tu experiencia habrías de crearte a ti mismo. Te has creado a ti mismo de la experiencia de otros.

Si hubiera tal cosa como pecado, éste sería: permitirte a ti mismo convertirte en lo que eres a causa de la experiencia de otros. Éste es el "pecado" que han cometido. Todos ustedes. No esperan su propia experiencia. Aceptan como evangelio (literalmente) la experiencia de otros y luego, cuando encuentran la experiencia real por primera vez, superponen el encuentro con lo que creen que ya saben.

Si no hicieran esto, podrían tener una experiencia enteramente diferente - que podría convertir en erróneos a su instructor o a su fuente. En la mayoría de los casos, no quisieran hacer aparecer como equivocados a sus padres, sus escuelas, sus religiones, sus tradiciones, sus sagradas escrituras, así que niegan su propia experiencia a favor de lo que se les ha dicho que se debe pensar.

Estas opiniones, estos juicios, estas ideas han chocado directamente con la propia experiencia. Sin embargo, como son renuentes a hacer quedar  mal a los maestros, se convencen a sí mismos de que debe ser la propia experiencia la que está errada. El resultado es que han traicionado la propia verdad sobre este tema - con resultados devastadores.

Ustedes han hecho lo mismo con el dinero. Cada vez que, en sus vidas, han tenido mucho dinero, se han sentido muy bien. Se han sentido bien al recibirlo y al gastarlo.  No había nada malo acerca de ello, nada malvado, nada inherentemente "erróneo". Pero, tenían tan profundamente arraigadas en ellos las enseñanzas de otros sobre este tema que han rechazado la experiencia a favor de la "verdad".

Habiendo adoptado esta "verdad" como propia, han formado pensamientos alrededor de ella - pensamientos que son creativos. Han creado así una personalidad real alrededor del dinero, que los aleja de ellos, pues ¿por qué buscarían atraer lo que no es bueno?

Asombrosamente, has creado esta misma contradicción alrededor de Dios. Todo lo que tu corazón experimenta acerca de Dios te dice que Dios es bueno.

Todo lo que tus instructores te enseñan acerca de Dios te dice que Dios es malo. Tu corazón te dice que Dios ha de ser amado sin temor. Tus instructores te dicen que Dios debe ser temido, porque es un Dios vengativo. Te dicen que debes vivir en el temor de la ira de Dios. Debes temblar en su presencia. Durante toda tu vida debes temer el juicio del Señor. Porque el Señor es "justo", te dicen. Y sabe Dios que estarás en problemas cuando confrontes la terrible justicia del Señor. Por consiguiente, debes ser "obediente" a las órdenes de Dios. O de lo contrario, atente a las consecuencias.

Sobre todo, no debes hacer preguntas lógicas, como: "Si Dios quisiera estricta obediencia a sus leyes, ¿por qué creó la posibilidad de que esas leyes fueran violadas?" Ah, te dicen tus instructores - porque Dios quería que tú tuvieras "libre albedrío". Pero, ¿qué clase de albedrío es libre cuando elegir una cosa por encima de otra acarrea condenación? ¿Cómo es libre el "libre albedrío" cuando no es tu voluntad, sino la de alguien más, la que debe ser obedecida? Los que enseñan esto quieren hacer de Dios un hipócrita. (Resaltado del traductor).

Se te dice que Dios es perdón y compasión - pero, si no pides este perdón "de la manera correcta", si no "vienes a Dios" apropiadamente, tu petición no será escuchada, tu clamor quedará sin respuesta. Ni siquiera esto sería tan malo si hubiera solo una forma correcta, pero hay tantas "formas correctas" como instructores que las enseñan.

Por consiguiente, la mayoría de ustedes pasa la mayor parte de sus vidas buscando esta manera "correcta" de tener culto, obedecer, y servir a Dios. La ironía de todo esto es que yo no quiero el culto de ustedes. No necesito su obediencia, y  no es necesario que ustedes me sirvan.

Históricamente, estas conductas eran exigidas de sus súbditos por los monarcas - generalmente egomaníacos, inseguros, tiránicos. No son divinas en ningún sentido - y parece notable que el mundo todavía no haya llegado a la conclusión de que las exigencias son falsificadas, no teniendo nada que ver con las necesidades ni los deseos de la Deidad.

La Deidad no tiene necesidades. Todo Lo Que Existe es exactamente eso: todo lo que existe. Por consiguiente, no quiere ni carece de nada - por definición.

Si tú decides creer en un Dios que de alguna manera necesita algo - y se siente tan ofendido si no lo recibe que castiga a aquellos de los que esperaba recibirlo - entonces decides creer en un Dios mucho menor que yo. Ustedes son ciertamente hijos de un Dios menor.

No, mis hijos. Permítanme asegurarles nuevamente, por medio de este escrito: No tengo necesidades. No requiero nada. 

Esto no significa que no tengo deseos. Los deseos y las necesidades no son lo mismo (aunque muchos de ustedes los han hecho así durante su vida).

El deseo es el principio de toda creación. Primero es pensamiento. Es una gran sensación dentro del alma. Es Dios, eligiendo qué crear después. ¿Y cuál es el deseo de Dios?

Primero, deseo conocerme y experimentarme a mí mismo en toda mi gloria - conocer quién soy. Antes de que yo los inventara a ustedes - y a todos los mundos del universo - era imposible para mí hacerlo.

Segundo, deseo que ustedes conozcan y experimenten quiénes son realmente por medio del poder que les he dado para crear y experimentarse a sí mismos de cualquier manera que elijan.

Tercero, deseo que todo el proceso de la vida sea una experiencia de constante gozo, continua creación, interminable expansión, y total cumplimiento en cada momento desde ahora. 

He establecido un sistema perfecto por medio del cual estos deseos puedan realizarse. Se están realizando ahora - en este mismo momento. La única diferencia entre tú y yo es que yo sé esto.

En el momento de tu total conocimiento (el cual momento podría sobrevenirte en cualquier instante), tú también te sentirás como yo me siento siempre; completamente gozoso, amoroso, aceptador, bendiciente y agradecido.

Éstas son las cinco actitudes de Dios, y antes de que terminemos con este diálogo, te mostraré cómo la aplicación de estas actitudes en tu vida ahora puede llevarte - y te llevará - a la santidad.

Todo esto es una muy larga respuesta a una pregunta muy corta.

Sí, atente a tus valores - durante el tiempo que experimentes que te sirven. Pero mira a ver si los valores que sirves, con tus pensamientos, palabras, y acciones, traen al espacio de tu experiencia la idea más alta y mejor que alguna vez tuviste acerca de ti mismo.

Examina tus valores uno por uno. Ponlos a la luz del escrutinio público. Si puedes decirle al mundo quién eres y lo que tú crees sin perder el paso y sin titubear, estás feliz contigo mismo. No hay ninguna razón para continuar mucho más lejos en este diálogo conmigo, porque habrás creado un Yo - y una vida para el Yo - lo cual no necesita ningún mejoramiento. Habrás alcanzado la perfección. Cierra el libro.

Mi vida no es perfecta, ni se acerca a la perfección. No soy perfecto. En realidad, soy un montón de imperfecciones. Algunas veces, deseo con todo mi corazón poder corregir estas imperfecciones; saber lo que causa mis conductas; lo que causa mis caídas, lo que continúa estorbándome. Creo que por eso he venido a ti. No he podido hallar las respuestas por mi cuenta.

Me alegro de que hayas venido. Siempre he estado aquí para ayudarte. Estoy aquí ahora. No tienes que hallar las respuestas por tu cuenta. Nunca tuviste que hacerlo.

Pero, parece tan ... presuntuoso ... simplemente sentarme y dialogar contigo de esta manera - mucho más imaginar que tú - Dios - estás respondiendo - quiero decir, es locura.

Ya veo. Todos los autores de la Biblia estaban cuerdos, pero tú estás loco.

Los escritores de la Biblia fueron testigos de la vida de Cristo, y registraron fielmente lo que oyeron y vieron.

Corrección. La mayoría de los escritores del Nuevo Testamento nunca conocieron ni vieron a Jesús durante sus vidas. Vivieron muchos años después de que Jesús abandonó la tierra. No habrían reconocido a Jesús de Nazaret si se hubieran encontrado con él en la calle. (Resaltado del traductor).

Pero ...

Los escritores de la  Biblia eran grandes creyentes y grandes historiadores. Tomaron los relatos que les habían sido transmitidos a ellos y a sus amigos por otros - los ancianos - de anciano a anciano, hasta que finalmente se hizo un registro escrito. (Resaltado por el traductor).

Y no todo lo de los escritores de la Biblia fue incluido en el documento final. (Resaltado por el traductor).

Ya habían surgido "iglesias" alrededor de las enseñanzas de Jesús - y, como sucede cuandoquiera y dondequiera que la gente se reúne en grupos alrededor de una idea poderosa, hubo ciertos individuos dentro de estas iglesias o enclaves que determinaron qué partes de la historia de Jesús iban a ser contadas y cómo. Este proceso de selección y edición continuó durante la reunión, escritura, y publicación de los evangelios y la Biblia. (Resaltado por el traductor).

Aun varios siglos después de que las escrituras fueron puestas por escrito, un Alto Concilio de la Iglesia decidió, una vez más, cuáles doctrinas y verdades debían ser incluidas en la entonces Biblia oficial - y cuáles sería "poco saludable" o "prematuro" revelar a las masas. (Resaltado del traductor).

Y también ha habido otras sagradas escrituras - cada una puesta por escrito en momentos de inspiración por hombres que de otro modo serían personas ordinarias, ninguna de las cuales era más loca que tú.

¿Estás indicando - ¿o no? - que estos escritos podrían un día convertirse en "sagradas escrituras"? 

Hijo mío, todo en la vida es sagrado. Según esta medida, sí, estos escritos son sagrados. Pero no discutiré contigo sutilezas de palabras, porque sé lo que quieres decir.

No, no estoy indicando que este manuscrito un día se convertirá en sagradas escrituras. Por lo menos, no durante cientos de años, ni antes que el idioma se convierta en desfasado.

Ves. El problema es que el lenguaje aquí es demasiado familiar, demasiado conversacional, demasiado contemporáneo. La gente supone que, si Dios fuera a hablar directamente con una persona, Dios no se oiría como el vecino. Debería haber alguna estructura unificante, por no decir deificante, en el lenguaje. Alguna dignidad. Algún sentido de santidad.

Como dije antes, eso es parte del problema. La gente tiene la impresión de que Dios "se aparece" solo en una forma. Cualquier cosa que viole esa forma es vista como blasfemia.

Como dije antes.

Como dijiste antes.

Pero vayamos al corazón de tu pregunta. ¿Por qué crees tú que es locura que puedas tener un diálogo con Dios? ¿No crees en la oración?

Sí, pero eso es diferente. Para mí, la oración siempre ha sido de una vía. Yo pregunto y Dios permanece inmutable.

¿Dios nunca ha contestado una oración?

Oh, sí, pero nunca verbalmente, ves. Oh, he visto tantas clases de cosas sucederme en la vida, que estaba convencido de que eran una respuesta - una respuesta muy directa - a mi oración. Pero Dios nunca me ha hablado.

Ya veo. Así que este Dios en que tú crees - este Dios puede hacer cualquier cosa - simplemente no puede hablar.

Por supuesto, Dios puede hablar, si quiere. Pero no parece probable que Dios quiera hablarme a mí.

Esta es la raíz de cada uno de los problemas que experimentas en tu vida. No te consideras lo bastante digno de que Dios te hable a ti. Caramba, ¿cómo puedes jamás esperar escuchar mi voz si no te imaginas siquiera ser lo bastante merecedor de que se te hable?

Te digo esto: Estoy haciendo un milagro en este momento. Porque no sólo te estoy hablando a ti, sino a cada una de las personas que ha tomado este libro y está leyendo estas palabras.

Estoy hablando a cada una de ellas. Sé quién es cada una de ellas. Ahora sé quién hallará el camino a estas palabras - y sé que (tal como ocurrió con todas mis otras comunicaciones) algunas personas podrán oír - y algunas podrán solo escuchar, pero no oirán nada.

Bueno, eso hace referencia a otra cosa. Ya estoy pensando en publicar este material en este momento, a medida que se está escribiendo.

Sí. ¿Qué hay de "malo" con eso?

¿No puede argumentarse que estoy creando todo esto para ganar dinero? ¿No vuelve eso sospechoso todo el asunto?

¿Es tu motivación escribir algo para hacer mucho dinero?

No. No es por eso por lo que inicié esto. Inicié este diálogo en papel porque mi mente ha estado plagada de preguntas durante 30 años - preguntas por cuyas respuestas me he sentido hambriento, por cuyas respuestas me he estado muriendo de hambre. La idea de que yo convertiría todo esto en un libro vino más tarde.

De mí.

¿De ti?

Sí. No creerías que yo iba a dejar que desperdiciaras todas estas maravillosas preguntas y respuestas. ¿O sí?

No había pensado en eso. Al principio, yo solo quería tener respuestas a las preguntas; que finalizara la frustración; que la búsqueda terminara.

Bien. Así, pues, deja de cuestionar tus motivos (lo haces incesantemente) y continuemos.
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