CONVERSACIONES CON DIOS

LIBRO 1 

CAPÍTULO 1
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En la primavera de1992 - fue alrededor de Pascua, hasta donde recuerdo - ocurrió en mi vida un extraordinario fenómeno. Dios comenzó a hablarle a usted. A través de mí.


Permítame explicarle.

Fui muy infeliz durante ese período, personal, profesional, y emocionalmente, y sentía mi vida como un fracaso en todos los niveles. Como por años había tenido el hábito de poner mis pensamientos en cartas (que por lo general nunca enviaba), tomé mi confiable bloc amarillo y comencé a vertir en él mis sensaciones.

Esta vez, en lugar de una carta a otra persona que yo imaginaba estaba victimizándome, pensé que iría directamente a la fuente; al mayor victimizador de todos. Decidí escribir una carta a Dios.

Fue una carta rencorosa y encendida, llena de confusiones, contorsiones y condenaciones. Y una pila de airadas preguntas. ¿Por qué no estaba funcionando mi vida? ¿Qué se necesitaría para hacerla funcionar? ¿Por qué no podía yo encontrar la felicidad en las relaciones? ¿Iba a
escapárseme para siempre la experiencia de una adecuada cantidad de dinero? Finalmente, y lo más enfático: ¿Qué había hecho yo para merecer una vida de una continuada lucha como ésta?

Para mi sorpresa, mientras garrapateaba la última de mis amargas preguntas que no parecían tener respuesta y me preparaba para hacer a un lado mi pluma, mi mano permaneció suspendida sobre el papel, como si estuviera sostenida por alguna fuerza invisible. Abruptamente, la pluma comenzó a moverse sola. Yo no tenía idea de lo que estaba a punto de escribir, pero una idea parecía estar acercándose, así que decidí seguir la pluma. Y la idea llegó ...

¿Realmente quieres una respuesta a todas estas preguntas, o solo estás descargando tus sensaciones?

Parpadeé --- y luego mi mente produjo una respuesta. Escribí eso también.

Ambas. Claro que estoy descargando, pero si estas preguntas tienen respuesta, tan seguramente como que hay infierno me gustaría oírlas.

¿Estás "tan seguro como que hay infierno" ... acerca de muchas cosas? Pero, ¿no sería bonito estar "tan seguro como que hay cielo"?

Y yo escribí:

¿Qué se supone que significa eso?


Antes de que me diera cuenta, había iniciado una conversación ... y no estaba escribiendo tanto como tomando dictado.

Ese dictado continuó durante tres años, y en ese tiempo, yo no tenía idea de hacia dónde iba. Las respuestas a las preguntas que yo ponía en papel nunca me llegaban sino hasta que la pregunta había sido escrita por completo y yo había hecho a un lado mis propios pensamientos. A menudo, las respuestas me llegaban más rápidamente de lo que yo podía escribirlas, y me encontraba garrapateando para mantener el paso. Cuando me confundía o tenía la sensación de que las palabras venían de alguna otra parte, ponía la pluma a un lado y me alejaba del diálogo hasta que me sentía inspirado nuevamente - perdón, esta es la única palabra que cabe aquí - a regresar al bloc amarillo y seguir transcribiendo otra vez.

M
ientras escribo esto, estas conversaciones todavía continúan. Y gran parte de ellas se encuentran en las páginas que siguen ... páginas que contienen un asombroso diálogo, en el cual yo no creía al principio y luego supuse que era de valor personal. Ahora entiendo que era para más personas, no solo para mí. Estaba destinado a usted y a todos los demás que han tenido acceso a este material. Porque mis preguntas son las de usted.

Quiero que usted entre en este diálogo tan pronto como pueda, pues lo que es realmente importante aquí no es mi relato, sino el de usted. Fue la historia de su vida lo que lo trajo aquí. Es para su experiencia personal para lo que este material es relevante. De lo contrario, usted no estaría aquí, con él, ahora mismo.

Así que entremos al diálogo con una pregunta que yo he estado haciendo durante mucho tiempo. ¿Cómo habla Dios, y a quién? Cuando hice esta pregunta, ésta es la respuesta que recibí:

Yo hablo a todo el mundo. Todo el tiempo. La cuestión no es a quién hablo, sino quién escucha.

Intrigado, le pedí a Dios que ampliara el tema. He aquí lo que dijo:

Primero, intercambiemos la palabra hablar por la palabra comunicarse. Es una palabra mucho mejor, más plena y más precisa. Cuando tratamos de hablar los unos con los otros - yo contigo, tú conmigo - quedamos inmediatamente constreñidos por la increíble limitación de las palabras. Por esta razón, yo no me comunico con palabras solamente. En realidad, rara vez lo hago así. Mi forma más común de comunicarme es por medio de sensaciones (feelings).

Las sensaciones son el lenguaje del alma. 

Si deseas saber lo que es verdadero para ti acerca de algo, debes mirar cómo te sientes acerca de ello.

A veces, es difícil descubrir las sensaciones - y a menudo, aun más difícil reconocerlas. Pero, ocultas en las más profundas sensaciones, están las verdades más elevadas.

El propósito es llegar a esas sensaciones. Te mostraré cómo. Nuevamente, si lo deseas.

Le dije a Dios que sí lo deseaba, pero que, ahora mismo, deseaba aun más una respuesta plena y completa a mi primera pregunta. He aquí lo que Dios dijo:

También me comunico por medio del pensamiento. El pensamiento y las sensaciones no son lo mismo, aunque pueden ocurrir al mismo tiempo. Al comunicarme por medio del pensamiento, a menudo uso imágenes y representaciones. Por esta razón, los pensamientos son más efectivos que las meras palabras como herramientas de comunicación.

Además de sensaciones y pensamientos, también uso el vehículo de la experiencia como un gran comunicador.

Y finalmente, cuando las sensaciones, los pensamientos y la experiencia fallan, uso las palabras. Las palabras son, en realidad, los comunicadores menos efectivos. Están más expuestas a malas interpretaciones, y más a menudo, son malentendidas.

¿Y por qué es eso? Por lo que las palabras son. Las palabras son meramente expresiones de ruidos que representan sensaciones, pensamientos, y experiencias. Son símbolos. Señales, insignias. No son la verdad. No son lo verdadero.

Las palabras pueden ayudarte a entender algo. La experiencia te permite saber. Pero hay algunas cosas que no puedes experimentar. Así que te he dado otras herramientas del saber. Y éstas se llaman sensaciones (feelings). Y también pensamientos.

Ahora bien, la suprema ironía aquí es que todos ustedes han dado gran importancia a la Palabra de Dios, y muy poca a la experiencia. En realidad, ustedes dan tan poco valor a la experiencia que, cuando lo que ustedes experimentan de Dios difiere de lo que han oído decir de Dios, automáticamente descartan la experiencia y echan mano de las palabras, cuando debería ser exactamente al revés. (Resaltado del traductor). 

Las experiencias y sensaciones de ustedes acerca de algo representan lo que ustedes, de hecho e intuitivamente, saben sobre eso. Las palabras solo pueden tratar de simbolizar lo que ustedes saben, y a menudo, confunden lo que ustedes saben.

Éstas, pues, son las herramientas con las que me comunico, pero no son los métodos, porque no todas las sensaciones, no todos los pensamientos, no toda la experiencia, y no todas las palabras proceden de mí.

Muchas palabras han sido pronunciadas por otros en mi nombre. Muchos pensamientos y muchas sensaciones han sido respaldados por causas que no son de mi creación directa. Muchas experiencias resultan de éstos.

El reto es de discernimiento. Lo difícil es conocer la diferencia entre los mensajes de Dios y los mensajes de otras fuentes. La diferenciación es un asunto sencillo con la aplicación de una regla básica:

Mis pensamientos son siempre tus pensamientos más elevados, tu palabra más clara, tus sensaciones más grandiosas. Cualquier cosa menor es de otra fuente.

Ahora la tarea de diferenciar se hace fácil, pues no debería ser difícil, ni siquiera para un estudiante principiante, identificar lo más elevado, lo más claro, lo más grandioso.

Sin embargo, te daré estas directrices:

El pensamiento más elevado es siempre el que contiene gozo. Las palabras más claras son las que contienen la verdad. La sensación más grandiosa es la que ustedes llaman amor.

Gozo,verdad, amor.

Estas tres son intercambiables, y la una siempre conduce a la otra. No importa en qué orden se las coloque.

Habiendo establecido con estas tres directrices cuáles mensajes son míos y cuáles han venido de otra fuente, la única pregunta que queda por resolver es si mis mensajes serán acatados.

La mayoría de mis mensajes no lo son. Algunos, porque parecen demasiado buenos para ser ciertos. Otros, porque parecen demasiado difíciles de acatar. Muchos, simplemente porque son malinterpretados. La mayoría, porque no son recibidos.

Mi mensajero más poderoso es la experiencia, y hasta ése ustedes lo ignoran. Ustedes ignoran especialmente ése.

El mundo de ustedes no estaría en su situación actual si simplemente hubieran escuchado a su experiencia. El resultado de no escuchar a su experiencia es que ustedes continúan repitiendo su situación, una y otra y otra vez. Porque mi propósito no será frustrado, ni mi voluntad será ignorada. Recibirán el mensaje, tarde o temprano. Sin embargo, no los obligaré. Nunca los coaccionaré. Les he dado libre albedrío - la capacidad para hacer lo que decidan - y nunca, jamás, se lo quitaré. (Resaltado del traductor).

Y así, continuaré enviándoles los mismos mensajes, una y otra vez, durante miles de años y a cualquier rincón del universo que ocupen. Les enviaré mis mensajes interminablemente, hasta que los hayan recibido y los mantengan cerca, considerándolos como propios.

Mis mensajes llegarán en un centenar de formas, en un millar de momentos, durante un millón de años. Si verdaderamente escuchan, no pueden dejar de oírlos. No podrán ignorarlos una vez que verdaderamente los hayan oído. Así, nuestra comunicación comenzará en serio. En el pasado, ustedes solo me han hablado, me han orado, me han pedido que interceda, me han suplicado. Pero ahora puedo responderles, como lo estoy haciendo aquí.

¿Cómo puedo saber que esta comunicación es de Dios? ¿Cómo sé que no es de mi propia imaginación?

¿Cuál sería la diferencia? ¿No ves que yo podría trabajar por medio de tu imaginación, igual que por medio de cualquier otra cosa, con la misma facilidad? Te traeré los pensamientos, las palabras, o las sensaciones exactamente correctos en cualquier momento dado, adaptados precisamente para el propósito a mano, usando un dispositivo o varios.

Tú sabrás que estas palabras proceden de mí porque tú, por tu propia cuenta, nunca has hablado tan claramente. Si tú hubieras hablado tan claramente sobre estas preguntas, no estarías haciéndolas.

¿Con quién se comunica Dios? ¿Hay personas especiales? ¿Hay momentos especiales?

Todas las personas son especiales, y todos los momentos son de oro. No hay ninguna persona más especial que otra y no hay ningún momento más especial que otro. Muchas personas deciden creer que Dios se comunica de maneras especiales y solo con personas especiales. Esto quita a la masa de la población la responsabilidad de escuchar mi mensaje, mucho más de recibirlo (que es otro asunto) y les permite tomar la palabra de alguien más con relación a todo. Tú no tienes que escucharme, porque ya has decidido que otros me han escuchado a mí sobre cada uno de los temas y tú los tienes a ellos para que te escuchen.

Al escuchar lo que otras personas piensan que me oyeron decir, tú no tienes que pensar en absoluto.

Ésta es la mayor razón de que la mayor parte de la gente se aparte de mis mensajes a un nivel personal. Si tú reconoces que estás recibiendo mis mensajes directamente, entonces eres directamente responsable por su interpretación. Es mucho más seguro y mucho más fácil aceptar la interpretación de otros (hasta de otros que hayan vivido hace 2000 años) que tratar de interpretar el mensaje que muy bien puedes estar recibiendo ahora, en este momento.

Sin embargo, te invito a una nueva forma de comunicación con Dios. Una comunicación de dos vías. En verdad, tú eres el que me ha invitado a mí. Porque he venido a ti, de esta manera, ahora mismo, en respuesta a tu llamado.

¿Por qué algunas personas, Cristo, por ejemplo, parecen escuchar más tus comunicaciones que otras personas?

Porque algunas personas están dispuestas a escuchar realmente. Están dispuestas a oír, y a permanecer abiertas a la comunicación aun cuando parezca asustarlos, o ser una locura, o ser completamente erróneo.

¿Debemos escuchar a Dios aun cuando lo que está diciendo parezca erróneo?

Especialmente cuando parezca erróneo. Si uno cree que tiene razón acerca de todo, ¿para qué necesita hablar con Dios?

Sigue adelante y actúa sobre todo lo que sabes. Pero observa que todos ustedes han estado haciendo eso desde el comienzo de los tiempos. Y mira en qué situación está el mundo. Es claro que se han perdido de algo. Es obvio que hay algo que no entienden. Lo que sí entienden debe parecerles correcto, pues "correcto" (right) es un término que usan para designar algo con lo que ustedes concuerdan. Por consiguiente, lo que se han perdido les parecerá "erróneo" al principio.

La única manera de progresar en esto es preguntarse: "¿Qué sucedería si algo que yo creía "erróneo" es en realidad "correcto"? Todo gran científico sabe esto. Cuando lo que un científico hace no funciona, hace a un lado todas las suposiciones y comienza de nuevo. Todos los grandes descubrimientos se han iniciado cuando se ha estado dispuesto a no tener razón. Y eso es lo que se necesita aquí.

Tú no puedes conocer a Dios sino cuando dejes de decirte a ti mismo que ya conoces a Dios. Tú no puedes oír a Dios sino cuando dejes de pensar que ya has oído a Dios. (Resaltado del traductor).

 Yo no puedo decirte mi verdad sino cuando dejes de decirme la tuya.

Pero mi verdad acerca de Dios procede de ti.

¿Quién lo dice?

Otros.

¿Cuáles otros?

Los dirigentes. Los ministros. Los rabinos. Los libros. ¡La Biblia, por amor de Dios!

Esas no son fuentes autorizadas.

¿No lo son? 

No.

Entonces, ¿cuáles son?

Escucha tus sensaciones (feelings). Escucha a tus pensamientos más elevados. Escucha a tu experiencia. Cada vez que uno de éstos difiera de lo que te han dicho tus instructores o de lo que has leído en tus libros, olvida las palabras. Las palabras son los  menos confiables proveedores de la verdad. (Resaltado del traductor).

Hay mucho que quiero decirte, mucho que quiero preguntarte. No sé por dónde comenzar.

Por ejemplo. ¿Por qué no te revelas? Si realmente hay un Dios, y tú eres ese Dios, ¿por qué no te revelas de una manera que todos podamos entenderlo?

Ya lo he hecho, una y otra vez. Lo estoy haciendo nuevamente, ahora mismo.

No. Quiero decir por un método de revelación que sea incontrovertible, que no pueda ser negado.

¿Cómo cuál?

Como aparecerte ahora mismo delante de mis ojos.

Lo estoy haciendo ahora mismo.

¿Dónde?

Dondequiera que mires.

No. Quiero decir de una manera incontrovertible. De una manera que nadie pudiera negarlo.

¿Qué manera sería esa? ¿En qué forma o figura querrías que yo me apareciera?

En la forma o figura que tienes realmente.

Eso sería imposible, pues yo no tengo ninguna forma ni figura que tú entiendas. Yo podría adoptar una forma o figura que tú pudieras entender, pero entonces todos asumirían que lo que han visto es la única forma y figura de Dios, no una forma o figura de Dios - una de muchas.

La gente cree que soy lo que ellos ven de mí, no lo que ellos no ven. Pero yo soy el Gran Invisible, no lo que yo mismo adopto en un momento particular cualquiera. En cierto sentido, soy lo que no soy. Es de la condición del no-soy de donde yo vengo, y a ella siempre regreso.

Pero, cuando llego en una u otra forma particular - una forma en que yo creo que la gente puede entender - la gente me asigna esa forma de allí en adelante. Y si llego en cualquier otra forma a cualquier otra persona, los primeros dicen que no me aparecí a los segundos porque no me aparecí a éstos como me aparecí a los primeros, ni dije las mismas cosas. Así, pues, no importa en qué forma o de qué manera yo me revele - cualquiera sea la manera que yo elija y la forma que yo asuma - ninguna será incontrovertible.

Pero, si hicieras algo, eso evidenciaría la verdad de quién eres más allá de toda duda o todo cuestionamiento ...

... todavía quedan los que dirían que es del diablo, o simplemente la imaginación de alguien. O cualquier otra causa que no sea yo.

Si yo me revelara como Dios Todopoderoso, Rey del cielo y de la tierra y moviera montañas para demostrarlo, hay quienes dirán: "Debe haber sido Satanás".

Y es tal como debió ser. Porque Dios no se revela desde o por medio de la observación externa, sino por medio de la experiencia interna. Y cuando la experiencia interna ha revelado a Dios, la experiencia externa no es necesaria. Y si la observación externa es necesaria, la experiencia interna no es posible. (Resaltado del traductor)

Si, pues, la revelación es solicitada, no puede ser concedida, pues la acción de solicitarla es una afirmación de que no está allí; que nada de Dios está siendo revelado ahora. Tal afirmación produce la experiencia. Porque tu pensamiento sobre algo es creativo, y tu palabra es productiva, y tu pensamiento junto con tu palabra, son magníficamente efectivos en dar a luz a tu realidad. Por tanto, experimentarás que Dios no se ha revelado ahora, pues si hubiese sido revelado, no pedirías que Dios lo fuera.

¿Significa eso que no puedo pedirte nada que yo quiera? ¿Estás diciendo que orar pidiendo algo en realidad lo aleja de nosotros?

Esta es una pregunta que ha sido formulada por las edades - y en cada ocasión, ha sido respondida. Pero tú no has oído la respuesta, o no quieres creerla.

La pregunta ha sido respondida nuevamente, en términos actuales y en lenguaje actual, de esta manera:

No tendrás lo que pides, ni puedes tener todo lo que quieres. Esto es porque tu misma solicitud es una declaración de carencia, y decir que quieres algo solo funciona para producir esa precisa experiencia - carencia - en tu realidad. (Resaltado del traductor).

Por lo tanto, la oración correcta nunca es de súplica, sino de gratitud. (Resaltado del traductor).

Cuando das gracias a Dios por anticipado por aquello que eliges experimentar en tu realidad, tú, en efecto, reconoces que está allí ... de hecho. Así, el agradecimiento es la más poderosa declaración hecha a Dios, una afirmación de que, aun antes de que pidas, yo he respondido. (Resaltado del traductor).

Por lo tanto, nunca supliques. Aprecia. (Resaltado del traductor).

Pero, ¿y si agradezco a Dios por adelantado por algo y ello nunca aparece? Eso podría conducir al desengaño y la amargura.

La gratitud no puede ser usada como herramienta con la cual manipular a Dios; un dispositivo con el cual engañar al universo. Tú no puedes mentirte a ti mismo. Tu mente conoce la verdad de tus conceptos. Si estás diciendo: "Gracias, Dios, por esto y lo otro", teniendo muy claro todo el tiempo que no está allí en tu realidad actual, no puedes esperar que Dios sea menos claro que tú y así lo haga aparecer para ti.

Dios sabe lo que tú sabes, y lo que tú sabes es lo que aparece como tu realidad.

Pero, ¿cómo, pues, puedo yo estar verdaderamente agradecido por algo que sé que no está allí?

Fe. Si tienes fe como del tamaño de un grano de mostaza, moverás montañas. Vienes a saber que está allí porque yo dije que está allí; porque yo dije eso, aun antes de que lo pidieras, yo habré respondido; porque yo lo dije, y te lo habré dicho de todas las maneras imaginables, por medio de los instructores que puedas mencionar. Lo que elijas, eligiéndolo en mi nombre, así será.

Pero muchas personas dicen que sus oraciones han quedado sin respuesta.

Ninguna oración - y una oración no es más que una ferviente declaración de lo que es así - queda sin respuesta. Toda oración - todo concepto, toda afirmación, toda sensación - es creativa. Hasta el punto de que sea fervientemente sostenida como verdad, hasta ese punto se manifestará en tu experiencia.

Cuando se dice que una oración no ha sido respondida, lo que en realidad ha sucedido es que el pensamiento, palabra, o sensación, se ha vuelto operativa. Pero lo que tienes que saber - y éste es el secreto - es que, siempre, el pensamiento detrás del pensamiento - lo que podría llamarse el pensamiento patrocinador - es el pensamiento que controla.

Por lo tanto, si tú ruegas y suplicas, parece haber una probabilidad mucho menor de que experimentes lo que tú crees que estás eligiendo porque el pensamiento patrocinador detrás de cada súplica es que tú no tienes ahora lo que deseas. Ese pensamiento patrocinador es tu realidad.

El único pensamiento patrocinador que podría invalidar este pensamiento es el que se tiene en la fe de que Dios concederá lo que se le pide, sin fallar. Algunas personas tienen una fe así, pero muy pocas.

El proceso de la oración se vuelve mucho más fácil cuando, en lugar de tener que creer que Dios siempre dirá que "sí" a cada solicitud, uno entiende intuitivamente que la solicitud misma no es necesaria. Entonces, la oración es de agradecimiento. No es una solicitud en absoluto, sino una afirmación de gratitud por lo que es así.

Cuando tú dices que una oración es una afirmación de lo que es así, ¿estás diciendo que Dios no hace nada; que todo lo que sucede después de una oración es el resultado de la acción de la oración?

Si crees que Dios es algún ser omnipotente que escucha todas las oraciones, les dice que "sí" a algunas, "no" a otras, y "tal vez, pero ahora no" al resto, estás errado. ¿Por cuál regla general decide Dios?

Si crees que Dios es el que crea y decide todas las cosas en tu vida, estás errado. (Resaltado del traductor).

Dios es el que observa, no el que crea. Y Dios está listo para ayudarte a vivir tu vida, pero no de la manera en que tú esperarías. La función de Dios no es crear o no crear las circunstancias o condiciones de tu vida. Dios te creó a imagen y semejanza de Dios. Tú has creado el resto, por medio del poder que Dios te ha dado. Dios creó el proceso de la vida y la vida misma como tú la conoces. Pero Dios te dio libre albedrío, para hacer de la vida lo que quieras.

En este sentido, tu voluntad en tu vida es la voluntad de Dios para ti.

Estás viviendo tu vida de la manera en que la estás viviendo, y yo no tengo ninguna preferencia en ese asunto.

Ésta es la gran ilusión en la cual te has empeñado: que Dios se ocupa de lo que tú haces, de una manera o de otra.

Yo no me ocupo de lo que tú haces, y eso es duro de oír para ti. Sin embargo, ¿te ocupas tú de lo que hacen tus hijos cuando los envías afuera a jugar? ¿Es para ti una cuestión de consecuencia si juegan un juego o el otro? No, no lo es, porque tú sabes que están perfectamente seguros. Tú los has colocado en un ambiente que consideras amigable y muy correcto.

Por supuesto, siempre tendrás la esperanza de que no se hagan daño. Y si lo hacen, estarás allí mismo para ayudarles, curarles, permitirles sentirse seguros nuevamente, ser felices otra vez, para que vayan y jueguen otro día. Pero si deciden jugar un juego u otro, tampoco será importante para ti al día siguiente.

Por supuesto, les dirás cuáles juegos son peligrosos. Pero no puedes impedirles a tus hijos que hagan cosas peligrosas. No siempre. No para siempre. No en todo momento desde ahora hasta la muerte. Es el padre sabio el que sabe esto. Pero el padre nunca deja de ocuparse del desenlace. Es esta dicotomía - no ocuparse profundamente del proceso, pero ocuparse profundamente del resultado - la que se acerca a la descripción de la dicotomía de Dios.

Pero Dios, en cierto sentido, ni siquiera se ocupa del desenlace. No del desenlace definitivo. Esto es porque el desenlace definitivo está asegurado. Y esta es la segunda gran ilusión del hombre: que el desenlace de la vida está en duda.

Es esta duda acerca del desenlace lo que ha creado tu mayor enemigo, el temor. Porque, si dudas del desenlace, entonces tienes que dudar del Creador - tienes que dudar de Dios. Y si dudas de Dios, tienes que vivir con el temor y la culpa toda tu vida.

Si dudas de las intenciones de Dios - y de la capacidad de Dios para producir este resultado último - entonces, ¿cómo podrás relajarte jamás? ¿Cómo podrás jamás hallar la paz verdaderamente? Pero Dios tiene pleno poder para equiparar las intenciones con los resultados. Ustedes no pueden y no quieren creer en esto (aunque digan que Dios es todopoderoso), así que tienen que crear en su imaginación un poder igual a Dios para poder hallar una manera de que la voluntad de Dios sea coartada. Así que, en su mitología, han creado un ser que llaman "diablo". Hasta se han imaginado a Dios en guerra con este ser (pensando que Dios resuelve los problemas como lo hacen ustedes). Finalmente, se han imaginado realmente que Dios podría perder esta guerra. Todo esto viola todo lo que ustedes dicen de Dios, pero eso no importa. Ustedes viven su ilusión, y así, sienten su temor, todo a causa de su decisión de dudar de Dios. (Resaltado del traductor).

Pero, ¿qué sucedería si tomaran una nueva decisión? ¿Cuál sería el resultado? Les digo esto: Vivirían como vivió Buda. Como vivió Jesús. Como lo hicieron todos y cada uno de los santos que ustedes han idolatrado.

Sin embargo, como sucede con la mayoría de esos santos, la gente no los entendería. Y cuando trataran de explicar su sentido de paz, su gozo de la vida, su éxtasis interior, ellos escucharían las palabras de ustedes, pero no las oirían. Tratarían de repetir las palabras de ustedes, pero les añadirían las suyas.

Se preguntarían cómo pudieron ustedes tener lo que ellos no pueden hallar. Y, entonces, se sentirían celosos. Pronto, los celos se convertirían en ira, y en su ira, tratarían de convencerlos a ustedes de que son ustedes los que no entienden a Dios.

Y si no lograran arrancarlos a ustedes de su gozo, tratarían de hacerles daño, tan enorme sería su ira. Y cuando ustedes les dijeran que no importa, que ni siquiera la muerte podría interrumpir el gozo de ustedes, ni cambiar su verdad, seguramente los matarían. Entonces, cuando vieran la paz con que ustedes aceptaban la muerte, los llamarían santos, y los amarían nuevamente.

Porque la naturaleza de la gente es amar, luego destruir, luego amar nuevamente lo que más valoran.                                

Pero, ¿por qué? ¿Por qué hacemos eso?

En su nivel más profundo, todas las acciones humanas están motivadas por una de dos emociones - el temor o el amor. En realidad, solo hay dos emociones - solo dos palabras en el lenguaje del alma. Estos son los extremos opuestos de la gran polaridad que yo creé cuando produje el universo y tu mundo, como lo conoces hoy.

Éstos son los dos puntos - el Alfa y el Omega - que permiten la existencia de lo que ustedes llaman "relatividad". Sin estos dos puntos, sin estas dos ideas acerca de las cosas, ninguna otra idea podría existir.

Todo pensamiento humano y toda acción humana se basan, bien en el amor, bien en el temor. No hay ninguna otra motivación humana, y todas las otras ideas no son sino derivaciones de estas dos. Son simplemente versiones diferentes - diferentes rasgos del mismo tema.

Piensa en esto profundamente y verás que es verdad. Esto es lo que yo he llamado el Pensamiento Patrocinador. Es un pensamiento de amor o de temor. Éste es el pensamiento detrás del pensamiento detrás del pensamiento. Es el primer pensamiento. Es la fuerza primaria. Es la energía primitiva que mueve el motor de la experiencia humana.

Y he aquí cómo la conducta humana produce experiencias repetidas tras experiencias repetidas; he aquí por qué los seres humanos aman, luego destruyen, y luego vuelven a amar: siempre existe la oscilación de una emoción a la otra. El amor patrocina el temor patrocina el amor patrocina el temor ...

... Y la razón se halla en la primera mentira - la mentira que tú sostienes como verdad acerca de Dios - que no se puede confiar en Dios; que no se puede depender del amor de Dios; que la aceptación por parte de ustedes es condicional; que el resultado último está en duda. Porque, si no se puede confiar en que el amor de Dios está siempre allí, ¿en cuál amor se puede confiar? Si Dios retrocede y se retira cuando tú no actúas apropiadamente, ¿no lo harán los meros mortales también?

... Y es así cómo, en el momento en que tú empeñas tu más grande amor, saludas la llegada de tu mayor temor.

Porque lo primero que te preocupa después de decir "Te amo" es si lo oirás de vuelta. Y si lo oyes de vuelta, entonces comienzas inmediatamente a preocuparte de si perderás el amor que acabas de hallar. Y así, toda acción se convierte en una reacción - defensa contra pérdida - aun si tratas de defenderte de la pérdida de Dios.

Pero si supieras quién eres - el ser más magnífico, más notable, más espléndido que Dios jamás creó - jamás temerías. Porque, ¿quién podría rechazar tan maravillosa magnificencia? Ni siquiera Dios podría encontrar defectos en un ser así. (Resaltado del traductor).

Pero tú no sabes quién eres, y crees que eres mucho menos. ¿Y dónde obtuviste la idea de cuán menos magnífico eres? De las mismas personas cuya palabra tú tomarías en relación con todo. De tu madre y tu padre.

Estas son las personas que tú más amas. ¿Por qué te mentirían? Pero, ¿no te han dicho ellos que tú eres demasiado de esto, y no lo suficiente de aquéllo? ¿No te han recordado que tú debes ser visto y no oído?

¿No te han reprendido en algunos momentos de tu mayor exuberancia? ¿Y no te estimularon a hacer a un lado algunas de tus más alocadas imaginaciones?

Estos son los mensajes que has recibido y, aunque no están a la altura del criterio y, por lo tanto, no son mensajes de Dios, también lo han sido, pues con toda seguridad han venido de los dioses de tu universo.

Fueron tus padres los que te enseñaron que el amor es condicional - tú has escuchado las condiciones de ellos muchas veces - y esa es la experiencia que tú llevas a tus propias relaciones amorosas.

Es también la experiencia que tú me traes a mí.

De esta experiencia, tú extraes tus conclusiones acerca de mí. Dentro de este marco, tú expresas tu verdad. "Dios es un Dios de amor", dices, "pero, si violas sus mandamientos, te castigará con la expulsión eterna y la condenación sempiterna". (Resaltado del traductor).

¿No has experimentado la expulsión de tus propios padres? ¿No conoces el dolor de tu propia condenación? ¿Cómo, pues, pudiste imaginarte que sería diferente conmigo?

Te olvidaste de lo que es ser amado sin condiciones. No recuerdas la experiencia del amor de Dios. Así que tratas de imaginarte cómo debe ser el amor de Dios basándote en lo que ves del amor en el mundo.

Has proyectado sobre Dios el papel de "padre", y así, has producido un Dios que juzga, recompensa y castiga, basándose en cuán bien se siente acerca de lo que tú has estado produciendo. Pero este es un concepto simplista de Dios, basándote en tu mitología. No tiene nada que ver con quién yo soy.

Habiendo creado así un completo sistema de pensamiento basado en la experiencia humana, no en verdades espirituales, luego creas una completa realidad alrededor del amor. Es una realidad basada en el temor, arraigada en la idea de un Dios terrible y vengador. El Pensamiento Patrocinador de esta realidad es erróneo, pero negar ese pensamiento sería desbaratar toda tu teología. Y aunque la nueva teología que la reemplazaría sería verdaderamente tu salvación, no puedes aceptarla, porque la idea de un Dios que no es de temer, que no juzga, y que no tiene por qué castigar es simplemente demasiado magnífica para ser abrazada, aun dentro de tu concepto más grandioso de quién y qué es Dios. (Resaltado del traductor).

Este amor basado en el temor domina tu experiencia del amor; de hecho, en realidad, la crea. Pues, no solo te ves a ti mismo recibiendo un amor que es condicional, sino que también te observas a ti mismo dándolo de la misma manera. Y aunque retrocedes, te retiras y estableces tus condiciones, una parte de ti sabe que esto no es lo que el amor es realmente. Y sin embargo, pareces impotente para cambiar la manera en que lo dispensas. Has aprendido a la manera difícil, te dices a ti mismo, y maldito si vas a quedar vulnerable otra vez. Pero la verdad es que serás maldito si no lo haces.

[Por tus propios (erróneos) pensamientos sobre el amor, te condenas a ti mismo a nunca experimentarlo de una manera pura. Así, también te condenas a ti mismo a no conocerme jamás tal como soy. Hasta que lo hagas. Porque no podrás negarme para siempre, y llegará el momento de nuestra reconciliación].

Toda acción llevada a cabo por seres humanos se basa en el amor o el temor, no solo las que tienen que ver con relaciones. Las decisiones que afectan los negocios, la industria, la política, la religión, la educación de tus hijos, la agenda social de las naciones, las metas económicas de tu sociedad, las decisiones que involucran la guerra, la paz, el ataque, la defensa, la agresión, la sumisión, las decisiones para codiciar o regalar, ahorrar o compartir, unir o dividir - cada una de las decisiones que hagas surgen de uno de los dos posibles pensamientos que hay: un pensamiento de amor o un pensamiento de temor.

El temor es la energía que contrae, cierra, atrae, hace funcionar, oculta, atesora, hace daño.

El amor es la energía que expande, abre, envía, permanece, revela, comparte, sana.

El temor envuelve nuestros cuerpos con ropa, el amor nos permite estar de pie desnudos. El temor se agarra y se aferra a todo lo que tiene, el amor regala todo lo que tiene. El temor sostiene al otro cerca de sí, el amor abraza con cariño. El temor agarra, el amor deja ir. El temor guarda rencor, el amor apacigua. El temor ataca, el amor corrige.

Todo humano pensamiento, toda palabra u obra se basa en una emoción o la otra. No tienes elección acerca de esto porque no hay nada más de dónde escoger. Pero tú tienes libertad sobre cuál de éstas escoger.

Tú lo haces parecer muy fácil, pero, en el momento de la decisión, el temor triunfa con más frecuencia. ¿Por qué es esto así?

Tú has sido enseñado a vivir en el temor. Te han hablado de la supervivencia del más apto, la victoria del más fuerte y el éxito del más astuto. Se dice muy poco de la gloria del que más ama. Y así, te esfuerzas por ser el más apto, el más fuerte, el más astuto - de una forma u otra - y si te ves a ti mismo como algo menos que esto en cualquier situación, temes sufrir una pérdida porque te han dicho que ser menos es perder.

Y así, por supuesto, eliges la acción que el temor patrocina, pues eso es lo que te han enseñado. Pero yo te enseño esto: cuando eliges la acción que el amor patrocina, entonces haces más que sobrevivir, entonces harás más que ganar, entonces harás más que tener éxito. Entonces experimentarás la plena gloria de quien realmente eres, y de quién puedes ser.

Para hacer esto, tienes que hacer a un lado las enseñanzas de tus bien intencionados, pero mal informados, tutores terrestres y escuchar las enseñanzas de aquellos cuya sabiduría viene de otra fuente.

Hay muchos de tales maestros entre ustedes, como siempre los ha habido, pero no te dejaré sin aquellos que te mostrarían, te enseñarían, te guiarían, y te recordarían estas verdades. Pero el mayor recordador no es nadie fuera de ti, sino la voz dentro de ti. Esta es la primera herramienta que yo uso, porque es la más accesible.

La voz dentro de ti es la más fuerte con la que puedo hablar, porque es la que está más cerca de ti. Es la voz que te dice si todo lo demás es verdadero o falso, correcto o erróneo, bueno o malo, según tú lo hayas definido. Es el radar que fija el rumbo, dirige el barco, guía el viaje si tú se lo permites.

Es la voz que te dice ahora mismo si las palabras mismas que estás leyendo son palabras de amor o de temor. Por medio de esto, puedes determinar si son palabras para acatar o ignorar.

Dijiste que, cuando yo siempre elijo la acción que el amor patrocina, entonces experimentaré la plena gloria de quién soy y quién puedo ser. Por favor, ¿puedes ampliar eso?

Hay un solo propósito para toda vida, y ese es que tú y todos los que viven experimenten la gloria más plena.

Todo lo demás que tú digas, pienses, o hagas acompaña esa acción. No hay nada más que deba hacer tu alma, y nada más que tu alma quiera hacer. La maravilla de este propósito es que es interminable. Una terminación es un límite, y el propósito de Dios es sin ese límite. Si llegara un momento en que te experimentaras a ti mismo en tu gloria más plena, en ese instante querrías imaginar una gloria mayor para alcanzar. Mientras más seas, más quieres llegar a ser, y mientras más puedas llegar a ser, más todavía puedes ser.

El secreto más profundo es que la vida no es un proceso de descubrimiento, sino de creación.

Tú no estás descubriéndote a ti mismo, sino creándote a ti mismo nuevamente. Por lo tanto, no trates de averiguar quién eres, sino quién quieres ser.

Hay quienes dicen que la vida es una escuela, que estamos aquí para aprender lecciones específicas, que una vez que nos "graduemos", podemos seguir a metas mayores, ya no más encadenados al cuerpo. ¿Es esto correcto?

Es otra parte de la mitología de ustedes, basada en la experiencia humana.

¿La vida no es una escuela?

No.

¿No estamos aquí para aprender lecciones?

No.

Entonces, ¿por qué estamos aquí?

Para recordar, y volver a quién tú eres.

Te lo he dicho una y otra y otra vez. Tú no me crees. Pero está bien, es tal como debería ser. Porque, verdaderamente, si tú no te creas a ti mismo como tú eres, entonces no puedes existir.

Muy bien. Me perdí. Regresemos un poco a esta escuela. He oído a un maestro tras otro decirnos que la vida es una escuela. Francamente, estoy sorprendido de oírte negar eso.

La escuela es un lugar a donde uno va si hay algo que no sabe y quiere saberlo. No es un lugar a donde uno va si ya sabe algo y simplemente quiere experimentar su conocimiento.

La vida (como ustedes la llaman) es una oportunidad para conocer experimentalmente lo que uno ya conoce conceptualmente. Para hacer esto, no necesitas aprender nada. Apenas necesitas recordar lo que ya sabes, y actuar sobre eso.

No estoy seguro de haber entendido.

Comencemos aquí. El alma - tu alma - conoce todo el tiempo todo lo que hay que saber. Para ella no hay nada oculto, nada desconocido. Pero saber no es suficiente. El alma necesita experiencia.

Puedes saber que eres generoso, pero, a menos que hagas algo que demuestre generosidad, no tienes nada, excepto un concepto. Puede que sepas que eres amable, pero, a menos que muestres amabilidad hacia alguien, no tienes nada, excepto una idea acerca de ti mismo.

El único deseo de tu alma es convertir su concepto más grandioso acerca de sí misma en su experiencia más grandiosa. Hasta que el concepto se convierta en experiencia, todo lo que hay es especulación. Yo he estado especulando acerca de mí mismo por largo tiempo. Durante más tiempo del que tú y yo podemos recordar colectivamente. ¡Ves, pues, cuán joven y nueva es mi experiencia acerca de mí mismo!

Me perdí nuevamente. ¿Tu experiencia sobre ti mismo?

Sí. Déjame explicártelo de esta manera.

En el principio, Lo Que Es era todo lo que había, y no había nada más. Pero Todo Lo Que Es no podía saberlo por sí mismo - porque Todo Lo Que Es es todo lo que había y no había nada más. Y así, Todo lo que Es ... no era. Porque en la ausencia de algo más, Todo lo que Es no es.

Este es el gran Es/No al que los místicos se han referido desde el principio del tiempo.

Ahora bien. Todo Lo Que Es sabía que todo lo que existía estaba allí - pero esto no era suficiente, porque solo podía conocer su completa magnificencia conceptualmente, no experimentalmente. Pero la experiencia de sí mismo es lo que anhelaba, porque quería saber cómo se sentía ser tan magnífico. Sin embargo, esto era imposible, porque el mismo término "magnífico" es relativo. Todo Lo Que Es no podía saber cómo se sentía ser magnífico a menos que Lo Que Es apareciera. En ausencia de lo que no es, lo que ES no es.

¿Comprendes esto?

Creo que sí. Continúa.

Muy bien. Lo único que Todo Lo Que Es sabía es que no había nada más. Y así, nunca podría conocerse a sí mismo desde un punto de referencia fuera de sí mismo, y nunca lo haría. Un punto tal no existía. Sólo existía un punto de referencia, y ése era el único lugar dentro. El "Es-No-Es". El Soy-No-Soy.

Aun así, el Todo de Todo eligió conocerse a sí mismo experimentalmente.

La energía - esta energía pura, invisible, desconocida, inadvertida, y por lo tanto, no conocida por nadie - decidió experimentarse a sí misma como la magnificencia absoluta que era. Se daba cuenta de que, para hacer esto, tendría que usar un punto de referencia interior.

Razonaba, bastante acertadamente, que cualquier porción de sí mismo necesariamente tendría que ser menos que el todo, y que si simplemente se dividía a sí mismo en porciones, cada una de ellas, siendo menos que el todo, podría mirar hacia atrás, al resto de sí misma, y ver magnificencia.

Y así, Todo Lo Que Es se dividió a sí mismo - convirtiéndose, en un glorioso momento, en lo que es esto, y en lo que eso es. Por primera vez, esto y eso existieron, bien separados el uno del otro. Y aun así, ambos existían simultáneamente. Como todo lo que tampoco era.

Así, tres elementos existieron repentinamente: lo que está aquí. Lo que está allá. Y lo que no está ni aquí ni allá - pero lo que debe existir para que existan el aquí y el allá.

Es la nada la que sostiene al todo. Es el no espacio lo que sostiene el espacio. Es el todo lo que sostiene a las partes.

¿Puedes comprender esto?

¿Estás siguiendo esto?

Creo que sí, realmente. Me creas o no, has usado una ilustración tan clara que creo que realmente estoy entendiendo esto.

Voy a ir más lejos. Ahora esta nada que sostiene el todo es lo que algunos llaman Dios. Pero eso tampoco es exacto, porque indica que hay algo que Dios no es - es decir, todo lo que no es "nada". Pero yo soy Todas las Cosas - visibles e invisibles - así que esta descripción de mí como el Gran Invisible - la Nada, o el Espacio Intermedio, una definición mística de Dios y esencialmente oriental, no es más exacta que la descripción práctica de Dios y esencialmente occidental como todo lo que se ve. Los que creen que Dios es Todo lo que Es y Todo lo que No Es son aquéllos cuya interpretación es correcta.

Ahora bien, al crear lo que está "aquí" y lo que está "allá", Dios hizo posible que Dios se conociera a sí mismo. En el instante de esta gran explosión interior, Dios creó la relatividad - el regalo más grande que Dios se hiciera a sí mismo. Así, la relatividad es el regalo más grande que Dios jamás te diera a ti, un punto que será discutido en detalle más tarde.

De la Nada, surgió el Todo - un acontecimiento espiritual enteramente consistente, dicho sea de paso, con lo que los científicos llaman la teoría de La Gran Explosión. Al lanzarse hacia adelante los elementos del todo, se creó el tiempo, pues una cosa estuvo primero aquí, luego allá - y el período que le tomó ir de aquí hasta allá fue medible.

Así como las partes de Sí mismo que son visibles comenzaron a definirse a sí mismas, "relativas" entre sí, así también lo hicieron las partes que no se ven. Dios sabía que, para que el amor existiera - y para conocerse a sí mismo como amor puro - su exacto opuesto también tenía que existir. Así que Dios creó voluntariamente la gran polaridad - el opuesto absoluto del amor - todo lo que el amor no es - lo que ahora se llama temor. En el momento en que el temor existió, el amor pudo existir como una cosa que podía ser experimentada.

Es a esta creación de la dualidad entre el amor puro y su opuesto, a lo que que los seres humanos se refieren en sus varias mitologías como el nacimiento del mal, la caída de Adán, la rebelión de Satanás, y así sucesivamente. (Resaltado del traductor).

Así como ustedes han elegido personificar el amor puro como el personaje que llaman Dios, así también eligieron personificar el temor abyecto como el personaje que llaman el diablo.

Algunos en la tierra han establecido mitologías bastante detalladas alrededor de este suceso, completas con escenarios de batallas y guerras, soldados angélicos y guerreros diabólicos, fuerzas del bien y el mal, luz y oscuridad.

Esta mitología ha sido un primitivo intento de la humanidad para entender, y contarles a los demás de una manera que pudieran entender, una ocurrencia cósmica de la cual el alma es profundamente consciente, pero que la mente apenas puede concebir. (Resaltado del traductor).

Al presentar el universo como una versión dividida de sí mismo, Dios produjo, de energía pura, todo lo que ahora existe - tanto lo visible como lo invisible. En otras palabras, no solo fue creado así el universo físico, sino también el universo metafísico. La parte de Dios que forma la segunda mitad de la ecuación Soy/No Soy también estalló para formar un número infinito de unidades más pequeñas que el todo. Estas unidades de energía ustedes las llamarían espíritus. En algunas de sus mitologías religiosas, se dice que "Dios Padre" tuvo muchos hijos espíritus. Este paralelo con las experiencias humanas de la vida, que se multiplican por sí mismas, parece ser la única manera en que se podía hacer que las masas sustentaran en realidad la idea de la súbita desaparición - la súbita aparición - de incontables espíritus en el "Reino de los Cielos".

En este caso, los relatos míticos e historias míticas de ustedes no están muy lejos de la realidad última - los espíritus interminables que comprenden mi totalidad son, en un sentido cósmico, mis descendientes.

Mi divino propósito al dividirme fue crear suficientes partes mías para poder conocerme a mí mismo experimentalmente. Solo hay una manera en que el Creador pueda conocerse a sí mismo experimentalmente como Creador, y esa es crear. Y así, di a cada una de las incontables partes de mí (a todos mis hijos espíritus) el mismo poder de crear que yo tengo como un todo.
                                                                                                                                                                                                                                    Esto es lo que quieren decir las religiones de ustedes cuando dicen que fueron creados "a imagen y semejanza de Dios". Esto no significa, como algunos han sugerido, que nuestros cuerpos físicos son semejantes (aunque Dios puede adoptar cualesquiera formas físicas que Dios elija para un propósito específico). Sí significa que nuestra esencia es la misma. Estamos compuestos del mismo material. ¡SOMOS del "mismo material"! Con las mismas propiedades y capacidades - incluyendo la capacidad de crear realidad física de la nada. (Resaltado del traductor).

Mi propósito al crearlos a ustedes, mi descendencia espiritual, era que yo pudiera conocerme a mí mismo como Dios. No tengo manera de hacer eso excepto por medio de ustedes. Así, puede decirse (y se ha dicho muchas veces) que mi propósito para ustedes es que se conocieran a sí mismos como yo.

Esto parece asombrosamente sencillo, pero se vuelve muy complejo - porque solo hay una manera de que se conozcan a sí mismos como yo, y es que primero se conozcan a sí mismos como el no yo.

Ahora, trata de seguir esto - esfuérzate por mantener el paso - porque esto se vuelve más sutil aquí. ¿Estás listo?

Creo que sí.

Bien. Recuerda. Tú me pediste esta explicación. La has esperado por años. La has pedido en términos laicos, no en doctrinas teológicas ni científicas.

Sí. Sé lo que he pedido.

Y habiéndolo pedido, lo recibirás.

Ahora, para mantener las cosas sencillas, voy a usar tu modelo mitológico de los hijos de Dios como base para la discusión, pues es un modelo con el cual tú estás familiarizado - y en muchas maneras no estás muy alejado.

Así, regresemos a cómo debe funcionar este proceso de auto-conocerse.

Hay una manera en que yo podría haber hecho que mis hijos espirituales se conocieran a sí mismos como partes de mí - y esa es simplemente diciéndoselo. Esto hice. Pero, como ves, no era suficiente que el Espíritu simplemente se conociera a sí mismo como Dios o parte de Dios, o hijos de Dios, o herederos del reino (o cualquier mitología que ustedes quisieran usar).

Como ya te he explicado, conocer algo y experimentarlo son dos cosas diferentes. El Espíritu anhelaba conocerse a sí mismo experimentalmente (¡tal como lo hice yo!). La conciencia conceptual no era suficiente para ustedes. Así que ideé un plan. Era la idea más extraordinaria de todo el universo - y la colaboración más espectacular. Digo colaboración porque todos ustedes están en ese plan junto conmigo.

Según el plan, ustedes, como espíritus puros, entrarían en el universo físico acabado de crear. Esto es porque, físicamente, es la única manera de conocer experimentalmente lo que se conoce conceptualmente. En realidad, es la razón de que yo creara el cosmos físico para comenzar - y el sistema de relatividad que lo gobierna, y toda la creación.

Una vez en el universo físico, ustedes, mis hijos espíritus, podrían experimentar lo que saben de sí mismos - pero primero tenían que llegar a conocer lo opuesto. Para explicar esto simplísticamente, no puedes conocerte a ti mismo como de estatura alta a menos que seas consciente de la estatura baja. No puedes experimentar la parte de ti mismo que llamas gordo a menos que también llegues a conocer lo flaco.

Llevado a la lógica final, no puedes experimentarte a ti mismo como lo que eres sino hasta que te hayas encontrado con lo que no eres. Este es el propósito de la teoría de la relatividad y toda la vida física. Es por lo que no eres que tú mismo eres definido.

Ahora bien, en el caso del saber último - en el caso de conocerse uno a sí mismo como creador - no puedes experimentar tu yo como creador a menos que creas y sino hasta que creas. Y uno no puede crearse a sí mismo sino hasta que se descrea a uno mismo. En cierto sentido, primero tienes que "no ser" para ser. ¿Me sigues?

Creo ...

Sigue allí.

Por supuesto, no hay manera de que no seas y de que seas quien eres - tú eres simplemente eso (espíritu puro, creativo), siempre lo has sido, y siempre lo serás. Así que hiciste lo mejor que pudiste. Hiciste que tú mismo olvidaras quién eres realmente.

Al entrar al universo físico, renunciaste al recuerdo de ti mismo. Esto te permite escoger ser quién eres, no simplemente despertar en el castillo, por decirlo así.

Es en el acto de escoger ser, más bien que simplemente decirte que eres, parte de Dios, que te experimentas a ti mismo como ser una selección total, que es lo que, por definición, es Dios. Pero, ¿cómo puedes en verdad hacer una elección acerca de algo acerca de lo cual no hay ninguna opción? No puedes ser mi descendencia, no importa cuán intensamente lo intentes - pero puedes olvidar.

Eres, siempre has sido, y siempre serás, una parte divina del todo divino, un miembro del cuerpo. Por eso, el acto de reunirte con el todo, de retornar a Dios, se llama remembranza. De hecho, tú eliges recordar quién eres realmente, o reunirte con las varias partes de ti para experimentar el todo de ti - que es decir el todo de mí.

Por lo tanto, tu labor en la tierra no es aprender (porque ya sabes), sino recordar quién eres. Y recordar quiénes son todos los demás. Es por eso que una gran parte de tu trabajo es recordarles a los demás para que ellos puedan recordar también.

Todos los maravillosos maestros espirituales han estado haciendo eso mismo. Es tu único propósito. Es decir, es el propósito de tu alma.

Dios mío, es muy simple - y muy ... simétrico. Quiero decir, ¡todo encaja! ¡De pronto, todo encaja! Ahora veo un cuadro que nunca antes había visto.

Bien. Eso es bueno. Ese es el propósito de este diálogo. Me pediste respuestas. Prometí que te las daría. Convertirás este diálogo en un libro, y harás mis palabras accesibles para mucha gente. Es parte de tu trabajo. Ahora bien, tienes muchas preguntas, muchas investigaciones, que hacer acerca de la vida. Aquí hemos echado las bases. Hemos echado los fundamentos para otros conocimientos. Vayamos a estas otras preguntas. Y no te preocupes. Si hay algo acerca de lo que hemos examinado que no comprendes completamente, quedará todo claro para ti bien pronto.

Hay mucho que quiero preguntar. Hay muchas preguntas. Supongo que debería comenzar por las grandes, las obvias. Como, ¿por qué está el mundo en la condición en que está?

De todas la preguntas que el hombre ha hecho acerca de Dios, ésta es la que ha hecho más a menudo. El hombre la ha formulado desde el principio del tiempo. Desde el primer momento hasta ahora, tú has querido saber: ¿Por qué tiene esto que ser así?

La clásica formulación de esta pregunta es por lo general algo así: Si Dios es perfecto y está lleno de amor, ¿por qué crearía las pestilencias, las hambrunas, las guerras, las enfermedades, los terremotos, los tornados, los huracanes y todo tipo de desastres naturales, profundos desengaños personales y calamidades mundiales? (Resaltado del traductor).

La respuesta a esta pregunta reside en el más profundo misterio del universo y el más alto significado de la vida.

Yo no demuestro mi bondad al crear solo lo que ustedes llaman perfección en todas partes alrededor de ustedes. Yo no demuestro mi amor al no permitirles a ustedes que demuestren el suyo.

Como ya lo he explicado, tú no puedes demostrar amor sino hasta que puedas demostrar el no amar. Una cosa no puede existir sin su opuesto, excepto en el mundo de los absolutos. Sin embargo, el reino de los absolutos no era suficiente ni para ti ni para mi. Yo existía allí, en el siempre, y es de allí también de donde tú viniste.

En el absoluto no hay ninguna experiencia, solo conocimiento. El conocimiento es un estado divino, pero el gozo más grandioso está en el ser. El ser se logra solo después de la experiencia. La evolución es ésta: conocimiento, experiencia, ser. Ésta es la Santa Trinidad - el Trino, que es Dios.

Dios Padre es conocimiento - el padre de todas las interpretaciones, el engendrador de toda experiencia, porque no se puede experimentar lo que no se conoce.

Dios Hijo es experiencia - la personificación, el actuar, de todo lo que el Padre sabe de sí mismo, porque no se puede ser lo que no se ha experimentado.

Dios Espíritu Santo es ser - la despersonificación de todo lo que el Hijo ha experimentado de sí mismo; la sencilla y exquisita condición de Dios que solo es posible por medio del recuerdo del conocimiento y la experiencia.

Este simple existir es bendición. Es el estado de Dios, después del conocimiento y la experiencia mismos. Es aquello que Dios anheló en el principio. Por supuesto, tú estás mucho más allá del punto en que necesitas que se te explique que las descripciones de Dios como padre - hijo nada tienen que ver con el género. Aquí yo uso el lenguaje pintoresco de tus escrituras más recientes. Las sagradas escrituras mucho más anteriores ubicaban esta metáfora en un contexto de madre - hija. Ninguna de las dos es correcta. Tu mente puede sustentar mejor la relación como padre - descendencia. O lo - que - da - lugar - a o - el - que - es - resucitado. Añadir la tercera parte de la Trinidad produce esta relación: El que hace surgir/El resucitado/El que es. Esta realidad trina es la firma de Dios. Es el modelo divino. El tres - en - uno se halla en todas partes en el reino de lo sublime. No puedes escapar de él en cuestiones que tratan de tiempo y espacio, Dios y el consciente, o cualquiera de las relaciones sutiles. Por otra parte, no hallarás la verdad trina en ninguna de las relaciones ordinarias.

La verdad trina es reconocida en las sutiles relaciones de la vida por todo el que se maneja en tales relaciones. Algunos religionistas de ustedes han descrito la verdad trina como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Algunos psiquiatras de ustedes usan los términos superconsciente, consciente y subconsciente. Algunos espiritualistas de ustedes dicen mente, cuerpo y espíritu. Algunos científicos de ustedes dicen energía, materia y éter. Algunos filósofos de ustedes dicen que una cosa no es cierta para uno a menos que sea verdadera en pensamiento, palabra y obra. Cuando discuten el tiempo, ustedes hablan de tres tiempos solamente - pasado, presente y futuro. De manera similar, hay tres momentos en la percepción de ustedes - antes, ahora, y después. En términos de relaciones espaciales, ya sea considerando los puntos en el universo, o varios puntos en su propia habitación, ustedes reconocen el aquí, el allá, y el espacio intermedio.

En cuestiones de relaciones ordinarias, ustedes no reconocen ningún "intermedio". Esto es porque las relaciones ordinarias son siempre pares, mientras que las relaciones del reino superior son invariablemente tríadas. De aquí que haya izquierda - derecha, arriba - abajo, grande - pequeño, rápido - lento, caliente - frío, y la pareja superior jamás creada: macho - hembra. No hay ningún intermedio en estos pares. Una cosa es una cosa o la otra, o alguna versión mayor o menor en relación con una de estas polaridades.

Dentro del reino de las relaciones ordinarias, nada conceptualizado puede existir sin una conceptualización de su opuesto. La mayor parte de la experiencia diaria de ustedes se fundamenta en esta realidad.

Dentro del reino de las relaciones sublimes, nada que exista tiene un opuesto. Todo es uno, y todo progresa del uno al otro en un círculo interminable.

El tiempo es un reino sublime así, en el cual lo que ustedes llaman pasado, presente y futuro existe interrelacionalmente. Es decir, no son opuestos, sino más bien partes del mismo todo; progresiones de la misma idea; ciclos de la misma energía; aspectos de la misma verdad inmutable. Si de esto tú llegas a la conclusión de que pasado, presente y futuro existen en uno y al mismo "tiempo", estás en lo correcto. (Pero ahora no es el momento apropiado para discutir eso. Podemos entrar en eso con mucho mayor detalle cuando exploremos el concepto total de tiempo, lo cual haremos más tarde).

El mundo está como está porque no podría estar de ninguna otra manera y todavía existir en el reino ordinario de lo físico. Los terremotos y huracanes, las inundaciones y los tornados, y los sucesos que tú llamas desastres naturales, no son sino movimientos de los elementos de una polaridad a la otra. (Resaltado del traductor).

El ciclo completo de nacimiento y muerte es parte de este movimiento. Estos son los ritmos de la vida, y todo en la realidad ordinaria está sujeto a ellos porque la vida misma es un ritmo. Es una onda, una vibración, una pulsación en el corazón mismo de todo lo que existe. (Resaltado del traductor).

El malestar y la enfermedad son opuestos de la salud y el bienestar, y se hacen manifiestos en tu realidad a tu requerimiento. Tú no puedes enfermarte sin que tú mismo lo causes hasta cierto punto, y puedes ponerte bien nuevamente en un instante simplemente decidiéndolo. Los profundos desengaños personales son reacciones elegidas, y las calamidades mundiales son el resultado de la conciencia mundial. (Resaltado del traductor).

Tu pregunta infiere que yo decidí esos eventos, que es mi voluntad y mi deseo que ellos ocurran. Pero yo no deseo que estas cosas existan. Yo meramente los observo a ustedes deseándolo. Pero no hago nada para detenerlos porque hacerlo frustraría la voluntad de ustedes. A su vez, eso los privaría a ustedes de la experiencia de Dios, que es la experiencia que ustedes y yo hemos escogido juntos. 

Por lo tanto, no condenes todo lo que tú llamarías malo en el mundo. Más bien, pregúntate acerca de esto que has juzgado como malo y qué deseas hacer para cambiarlo, si es que hay algo.

Pregúntate en tu interior, más bien que en el exterior, diciendo: "¿Qué parte de mí deseo experimentar ahora en presencia de esta calamidad? ¿Qué aspecto del ser elijo yo para invocar?" Porque toda la vida existe como herramienta de tu propia creación, y todos sus eventos meramente se presentan como oportunidades para que tú decidas quién tú eres y seas.

Esto es así para cada alma. Así, ves que no hay víctimas en el universo, solo creadores. Todos los maestros que han caminado por este planeta sabían esto. Por eso, no importa qué maestro nombres, ninguno se imaginó a sí mismo como victimizado - aunque muchos fueron verdaderamente crucificados.

Cada alma es un maestro - aunque algunas no recuerdan su origen ni su herencia. Pero cada una crea la situación y la circunstancia para su propio y elevado propósito y su propio y rápido recuerdo - en cada momento llamado ahora.

No juzgues, pues, el sendero kármico por el que anduvo algún otro. No envidies el éxito, ni tengas lástima del fracaso, porque tú no sabes qué es el éxito ni el fracaso en los cálculos del alma. No llames a nada una calamidad ni un evento gozoso hasta que decidas u observes cómo ha sido usado. Porque, ¿es la muerte una calamidad si salva las vidas de millares? ¿Y es la vida un suceso gozoso si no ha causado nada excepto dolor? Pero no deberías juzgar ni siquiera esto, sino conservarlo siempre en tu propio consejo y permitirles a los demás conservar los suyos.

Esto no significa que ignores una llamada pidiendo auxilio, ni la premura de tu propia alma para trabajar para cambiar alguna circunstancia o condición. Lo que sí significa es evitar aplicar membretes y juicios mientras tú haces lo que hagas. Porque cada circunstancia es un don, y en cada experiencia hay un tesoro escondido.

Hubo una vez un alma que sabía que era la luz. Ésta era un alma nueva y así, estaba ansiosa de tener experiencia. "Yo soy la luz", decía. "Yo soy la luz". Pero todo el conocimiento de ella y todo lo que decía no podía reemplazar su experiencia. Y en el reino de donde esta alma surgió no había nada, solo la luz. Cada alma era grande, cada alma era magnífica, y cada alma brillaba con la brillantez de mi impresionante luz. Así, la pequeña alma en cuestión era una vela en el sol. En medio de la luz mayor - de la cual ella era parte - no podía verse a sí misma, ni experimentarse a sí misma como quién era y como qué era realmente.

Y sucedió que esta alma anhelaba y anhelaba conocerse a sí misma. Y tan grande era su anhelo, que un día dijo: "¿Sabes, pequeña alma, lo que tienes que hacer para satisfacer este anhelo tuyo?"

"Acerca de qué, Dios? ¿Qué? ¡Yo haría cualquier cosa!", dijo la pequeña alma.

"Debes separarte del resto de nosotros", respondí, "y luego invocar la oscuridad sobre ti misma".

"¿Qué es la oscuridad, oh Santo?", preguntó la pequeña alma.

"Lo que tú no eres", respondí, y el alma comprendió.

Así lo hizo el alma, quitándose del todo, sí, y hasta yéndose a otro reino. Y en este reino, el alma tenía el poder de invocar a su experiencia toda suerte de oscuridad. Y la oscuridad lo hizo.

Pero, en la mitad de toda la oscuridad, exclamó el alma: "Padre, Padre, ¿por qué me has abandonado?" Te he sostenido hasta en tus momentos más negros. Nunca te he abandonado, sino que siempre he estado a tu lado, listo para recordarte quién eres realmente; he estado listo, siempre listo, para llamarte a tu hogar.

Por lo tanto, sé una luz para la oscuridad, y no la maldigas.

Y no olvides quién eres en el momento de estar rodeado por lo que no eres. Pero alaba la creación, aunque trates de cambiarla.

Y sabe que lo que haces en el momento de tu mayor prueba puede ser tu mayor triunfo. La experiencia que creas es una afirmación de quién eres y quién quieres ser.

Te he contado esta historia - la parábola de la pequeña alma y el sol - para que pudieras entender mejor por qué el mundo es como es, y cómo puede cambiar en un instante el momento en que cada uno recuerde la verdad divina de su más elevada realidad.

Ahora bien, hay quienes dicen que la vida es una escuela, y que estas cosas que tú observas y experimentas en tu vida son para que aprendas. He tratado esto antes, y te lo digo nuevamente:

No viniste a esta vida a aprender nada - solo tienes que demostrar que ya lo sabes. En la demostración de ello, lo harás funcionar y te crearás nuevamente, a través de tu experiencia. Así justificas la vida, y le das propósito. Así la santificas.

¿Estás diciendo que todas las cosas malas que nos suceden son cosas de nuestra propia elección? ¿Quieres decir que aun las calamidades y desastres son, hasta cierto punto, creadas por nosotros para que podamos "experimentar lo opuesto de quiénes somos?" Y, si es así, ¿no hay una manera menos dolorosa - para nosotros y los demás - de crear oportunidades para que las experimentemos nosotros mismos?

Has hecho varias preguntas, y todas son buenas. Considerémoslas una por una.

No. No todas las cosas que llamas malas y que te suceden a ti son de tu propia elección. No en el sentido consciente que tú quieres decir. Todas son de tu propia creación.

Siempre estás en proceso de crear. En cada momento. En cada minuto. Cada día. Más tarde, consideraremos cómo puedes crear. Por ahora, solo toma mi palabra - eres una enorme máquina de crear, y produces una nueva manifestación literalmente con la misma velocidad con que piensas.

Incidentes, ocurrencias, sucesos, condiciones, circunstancias - todas son creadas por el consciente. El consciente individual es bien poderoso. Puedes imaginarte qué clase de energía creativa se desata cada vez que dos o más se reúnen en mi nombre. ¿Y el consciente en masa? Caramba, es tan poderoso que puede crear eventos y circunstancias de importancia mundial y consecuencias planetarias.

No sería exacto decir - no de la manera en que tú lo expresas - que tú estás eligiendo estas consecuencias. Tú no las estás eligiendo más de lo que yo las estoy eligiendo. Como yo, tú las estás observando, y decidiendo quién eres con respecto a ellas.

Pero no hay ninguna víctima en el mundo, y ningún villano. Tampoco eres una víctima de las elecciones ajenas. En algún nivel, has creado lo que tú dices que detestas - y, habiéndolo creado, lo has elegido.

Este es un nivel avanzado de pensamiento, uno que todos los maestros alcanzan tarde o temprano. Es solo cuando pueden aceptar la responsabilidad por todo ello que pueden alcanzar el poder para cambiar parte de ello.

Mientras puedas abrigar el concepto de que hay algo o alguien más allí afuera "haciéndolo" para ti, te despojas de poder para hacer cualquier cosa acerca de ello. Solo cuando digas "Yo hice esto" puedes hallar el poder para cambiarlo.

Es mucho más fácil cambiar lo que tú estás haciendo que cambiar lo que otro está haciendo.

El primer paso para cambiar cualquier cosa es saber y aceptar que lo has elegido para ser lo que es. Si no puedes aceptar esto a un nivel personal, concuerda con ello por medio de tu comprensión de ello. Todos somos Uno. Busca entonces crear cambios, no porque algo esté errado, sino porque ya no hace una afirmación exacta de quién tú eres.

Hay una sola razón para hacer cualquier cosa: como afirmación al universo de quién eres.

Usada de esta manera, la vida se convierte en autocreativa. Usas la vida para crear tu yo como quien tú eres y siempre has querido ser. Hay también solo otra razón para deshacer algo: porque ya no es una afirmación de quién quieres ser. No te refleja a ti. No te representa a ti. (Es decir, no te re-presenta a ti ...).

Si deseas ser representado con exactitud, debes trabajar para cambiar cualquier cosa en tu vida que no encaje en el cuadro de ti que deseas proyectar en la eternidad.    

En un sentido mayor, todas las cosas "malas" que te suceden son de tu elección. El error no consiste en elegirlas, sino en llamarlas malas. Porque, al llamarlas malas, te llamas malo a ti mismo, pues tú las creaste.

Este membrete no lo puedes aceptar. Así que, antes que apodarte a ti mismo malo, repudias tus propias creaciones. Es esta deshonestidad intelectual y espiritual lo que te permite aceptar un mundo en que las condiciones son como son. Si tuvieras que aceptar - o por lo menos sintieras un profundo sentido interior de - una responsabilidad personal por el mundo, éste sería un lugar muy diferente. Esto sería ciertamente así si cada uno se sintiera responsable. Que esto sea patentemente obvio es lo que lo hace tan completamente doloroso y tan mordazmente irónico.

Las calamidades y los desastres naturales del mundo - sus tornados, huracanes, volcanes e inundaciones - sus confusiones físicas - no son creadas por ustedes específicamente. Lo que es creado por ustedes es el grado al cual estos sucesos tocan sus vidas.

En el universo ocurren sucesos que ningún esfuerzo de la imaginación podría afirmar que ustedes instigaron o crearon.

Estos sucesos son creados por la conciencia combinada del hombre. Todo el mundo, co-creando juntos, produce estas experiencias. Lo que hace cada uno de ustedes, individualmente, es moverse a través de ellas, decidiendo lo que ellas significan para ustedes, si es que significan algo, y quién y qué son ustedes en relación con ellas.

Así, pues, ustedes crean, colectiva e individualmente, la vida y los tiempos que están experimentando, con el único propósito de evolucionar.

Preguntaste si hay una manera menos dolorosa de pasar por este proceso - y la respuesta es sí - pero nada en la experiencia externa de ustedes habrá cambiado. La manera de reducir el dolor que ustedes asocian con las experiencias y sucesos terrenales - tanto los tuyos como los de los demás - es cambiar la manera en que los contemplan.

Ustedes no pueden cambiar el suceso externo (pues eso ha sido creado por la totalidad de ustedes, y no están lo bastante crecidos en sus conciencias para alterar individualmente lo que ha sido creado colectivamente), así que tienen que cambiar la experiencia interior. Éste es el camino al dominio en el vivir.

Nada es doloroso en y por sí mismo. El dolor es el resultado de pensar erróneamente. Es un error de pensamiento.

Un maestro puede hacer desaparecer el dolor más penoso. De esta manera, el maestro sana.

El dolor es el resultado de un juicio que ustedes han hecho sobre algo. Quiten el juicio y el dolor desaparecerá.

A menudo, el juicio se basa en la experiencia previa. Las ideas de ustedes sobre algo se derivan de una idea anterior sobre ese algo. La idea anterior resulta de una idea aun más anterior - y esa idea, de otra, y así sucesivamente, como bloques de construcción, hasta que recorren todo el camino de vuelta en el salón de los espejos a lo que yo llamo el primer pensamiento.

Todo pensamiento es creativo, y ningún pensamiento es más poderoso que el pensamiento original. Por esa razón, algunas veces es llamado el pecado original. El pecado original es cuando tu primer pensamiento acerca de algo es erróneo. Ese error se combina muchas veces cuando se tiene un segundo o un tercer pensamiento sobre algo. La misión del Espíritu Santo es inspirarlos a ustedes hacia nuevas interpretaciones que pueden librarles de sus errores.

¿Estás diciendo que yo no debería condolerme de los niños africanos que mueren de hambre en África, la violencia y la injusticia en Estados Unidos, el terremoto que mata a cientos en Brasil?

En el mundo de Dios no hay ningún "debería" ni "no debería". Haz lo que quieras. Haz lo que te refleja a ti, lo que te representa a ti como una versión más elevada de tu yo. Si quieres sentirte mal, siéntete mal.

Pero no juzgues ni condenes, porque tú no sabes por qué sucede algo, ni con qué fin.

Y recuerda esto: Lo que condenas, te condenará a ti, y un día te convertirás en lo que juzgas.

Antes, busca cambiar esas cosas - o apoya a los que están cambiando esas cosas - que ya no reflejan tu más alto sentido de quién tú eres.

Pero bendice a todos, pues todos son la creación de Dios por medio de vivir la vida, y esa es la más elevada creación. 

¿Podríamos detenernos aquí un momento para que yo pueda tomar un respiro? ¿Te oí decir que no hay ningún "debería" ni "no debería" en el mundo de Dios?

Es correcto.

¿Cómo puede ser eso? Si no hay ninguno en tu mundo, ¿dónde los habría?

Ciertamente - ¿dónde ...?

Repito la pregunta. ¿Dónde más aparecerían "debería" y "no debería" si no es en tu mundo?

En tu imaginación.

Pero, los que me enseñaron todo acerca de lo que está bien y lo que está mal, lo que sí y lo que no, los debería y los no debería, me dieron todas esas reglas establecidas por ti - por Dios.

Entonces los que te enseñaron estaban errados. Yo nunca establecí ningún "está bien" ni "está mal", un "sí o un "no". Hacerlo sería despojarte completamente de tu mayor don - la oportunidad de hacer lo que te plazca y experimentar los resultados de eso; la oportunidad de crearte a ti mismo nuevamente a imagen y semejanza de quién tú eres realmente; el espacio para producir una realidad más y más elevada de ti, basada en tu idea más elevada de aquello de lo que eres capaz.

Decir que algo - un pensamiento, una palabra, una acción - es "erróneo" sería tanto como decirte que no lo hicieras. Decirte que no lo hagas sería prohibírtelo. Prohibírtelo sería restringírtelo. Restringírtelo sería negar la realidad de quien tú eres realmente, así como la oportunidad de crear y experimentar esa verdad.

Hay quienes dicen que yo les he dado libre albedrío, pero esas mismas personas afirman que, si ustedes no me obedecen, los enviaré al infierno. ¿Qué clase de libre albedrío es ése? ¿No hace esto mofa de Dios - por no decir nada de cualquier clase de una verdadera relación entre nosotros? (Resaltado del traductor).

Bueno, ahora estamos entrando en otra área que yo deseaba comentar, y es todo este asunto sobre el cielo y el infierno. De lo que deduzco aquí, no hay tal cosa como el infierno.

Hay infierno, pero no es lo que crees, y no lo experimentas por las razones que te han dado.

¿Qué es el infierno?

Es experimentar el peor resultado posible de tus elecciones, decisiones, y creaciones. Es la consecuencia natural de cualquier pensamiento que me niegue a mí o diga que no a quien tú eres con relación a mí.

Es el dolor que sufres al pensar erróneamente. Sin embargo, aun el término "pensar erróneamente" es inapropiado porque no hay tal cosa como lo que es erróneo.

Infierno es lo opuesto del gozo. Es el no cumplimiento. Es saber quién y qué eres, y no experimentarlo. Es ser menos. Eso es infierno, y no hay ninguno mayor para tu alma.

Pero el infierno no existe como el lugar sobre el cual tú has fantaseado, donde tú ardes en algún fuego eterno, ni existe en algún estado de tormento eterno. ¿Qué propósito tendría yo con eso?

Aunque yo tuviera el extraordinariamente malvado pensamiento de que tú no "mereces" el cielo, ¿por qué necesitaría yo buscar alguna clase de venganza o castigo por tu fracaso? ¿No sería una cuestión sencilla para mí solo deshacerme de ti? ¿Qué parte vengativa de mí requeriría que yo te sometiera a un sufrimiento eterno de un tipo y a un nivel más allá de toda descripción?

Si respondes: "La necesidad de justicia", ¿no serviría el propósito de la justicia una simple negación de la comunión conmigo en el cielo? ¿Se requiere también infligir dolor interminablemente?

Te digo que no hay tal experiencia después de la muerte como la que ustedes han construido en sus teologías basadas en el temor. Pero hay una experiencia del alma, tan desdichada, tan incompleta, tan menos que el todo, tan separada del mayor gozo de Dios, que sería un infierno para las almas de ustedes. Pero te digo que yo no te envío a ti allí, ni hago que esta experiencia te sea infligida. Tú, tú mismo, creas la experiencia, cada vez que, y de alguna manera, te separas  de tus más altos pensamientos acerca de ti. Tú, tú mismo, creas la experiencia cada vez que te niegas a  ti mismo, cada vez que rechazas al que eres y a lo que tú realmente eres.

Pero ni siquiera esta experiencia es eterna nunca. No puede serlo, pues mi plan no es que estés separado de mí para siempre y por siempre. En realidad, tal cosa es una imposibilidad pues, para que este suceso ocurra, no solo tendrías que negar quien tú eres, sino que yo también tendría que hacerlo. Esto no lo haré nunca. Y mientras que uno de nosotros sostenga la verdad acerca de ti, la verdad acerca de ti prevalecerá finalmente.

Pero, si no hay infierno, ¿significa eso que puedo hacer lo que quiera, actuar como desee, cometer cualquier acción, sin temor a la retribución?

¿Es temor lo que tú necesitas para ser, hacer y tener lo que es intrínsecamente correcto? ¿Tienes que ser amenazado para "ser bueno"? ¿Y qué es "ser bueno"? ¿Quién tiene la última palabra acerca de eso? ¿Quién establece los parámetros? ¿Quién hace las reglas?

Te digo esto: Tú eres tu propio hacedor de reglas. Tú estableces los parámetros. Y tú decides cuán bien has actuado; cuán bien estás actuando. Porque eres tú el que ha decidido quién y qué eres realmente y quién quieres ser. Y tú eres el único que puede evaluar lo bien que estás actuando.

Nadie más te juzgará jamás, pues, ¿por qué y cómo podría Dios juzgar la creación del propio Dios y llamarla mala? Si yo quisiera que tú fueras perfecto e hicieras todo perfectamente, te habría dejado en un estado de total perfección de donde viniste. Todo el propósito del proceso era que tú te descubrieras a ti mismo, te crearas a ti mismo como realmente eres y como realmente deseas ser. Pero no podrías serlo a menos que tú también pudieras elegir ser algo más.

Por consiguiente, ¿tengo que castigarte por hacer una elección que yo mismo puse delante de ti? Si no quisiera que hicieras la segunda elección, ¿por qué crearía otra que no fuera la primera?

Esta es una pregunta que tienes que hacerte antes de asignarme el papel de un Dios condenador.

La respuesta directa a tu pregunta es que sí, que puedes hacer lo que desees sin temor a la retribución. Sin embargo, puede serte útil ser consciente de las consecuencias.

Las consecuencias son resultados. Efectos naturales. Éstos no son lo mismo que retribuciones ni castigos. Los efectos son simplemente eso. Son lo que resulta de la natural aplicación de las leyes naturales. Son lo que ocurre, bastante predeciblemente, como consecuencia de lo que ha ocurrido.

Toda vida física opera de acuerdo con leyes naturales. Una vez que recuerdas estas leyes y las aplicas, habrás dominado la vida al nivel físico.

Lo que te parece castigo - o lo que tú llamarías maldad, o mala suerte - no es más que una ley natural afirmándose a sí misma.

Entonces, si yo conociera estas leyes y las obedeciera, nunca volvería a tener un momento de preocupación. ¿Es eso lo que me estás diciendo?

Nunca experimentarías estar en lo que llamas "preocupación". No interpretarías ninguna situación en la vida como una dificultad. No te enfrentarías a ninguna circunstancia como inquietud. Pondrías fin a toda preocupación, duda, y temor.

Vivirías como te imaginas que vivían Adán y Eva - no como espíritus descarnados en el ámbito de lo absoluto, sino como espíritus encarnados en el ámbito de lo relativo. Pero tendrías toda la libertad, todo el gozo, toda la paz, y toda la sabiduría, toda la comprensión y todo el poder del espíritu que eres. Serías un ser plenamente realizado.

Ésta es la meta de tu alma. Éste es su propósito - realizarse plenamente mientras está en el cuerpo, convertirse en la encarnación de todo lo que realmente es. Éste es mi plan para ustedes. Éste es mi ideal: Que yo me realice a través de ustedes. Que, de ese modo, el concepto  se convierta en experiencia, que yo me conozca a mí mismo experiencialmente.

Las leyes del universo son leyes que yo establecí. Son leyes perfectas, que crean funciones perfectas de lo físico.

¿Has visto alguna vez algo más perfecto que un copo de nieve? Su complejidad, su diseño, su simetría, su conformidad consigo mismo, su originalidad de todo lo demás - todas estos rasgos son un misterio. Te maravillas del milagro de este impresionante despliegue de la naturaleza. Sin embargo, si yo puedo hacer esto con un solo copo de nieve, ¿qué crees que puedo hacer - qué he hecho - con el universo?

Si fueras a ver la simetría de ello, la perfección de su diseño - desde el cuerpo más grande hasta la partícula más pequeña - no podrías sustentar la verdad de ello en tu realidad. Aun ahora, al tener vislumbres de ello, no puedes todavía imaginar ni comprender sus implicaciones. Pero puedes saber que hay implicaciones - mucho más complejas y mucho más extraordinarias de lo que puede abarcar tu comprensión actual. Tu Shakespeare lo dijo hermosamente: Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que has soñado en tu filosofía.

Entonces, ¿cómo puedo conocer estas leyes? ¿Cómo puedo aprenderlas?

No es cuestión de aprenderlas, sino de recordarlas.

¿Cómo puedo recordarlas?

Comienza por estar en silencio. Silencia el mundo exterior, para que el mundo interior pueda traerte la visión interior. Esta visión profunda es lo que tú buscas, pero no puedes tenerla mientras estés profundamente preocupado por tu realidad exterior. Por lo tanto, trata de ir al interior hasta donde te sea posible. Y cuando no estés yendo hacia tu interior, sal de tu interior a medida que tratas con el mundo exterior. Recuerda este axioma:

Si no entras al mundo interior, sales de él.

Ponlo en primera persona cuando lo repites, para hacerlo más personal:                           

Si no entro, salgo.

Has estado saliendo toda tu vida. Pero no tienes que hacerlo, y nunca tuviste que hacerlo.

No hay nada que tú no puedas ser. No hay nada que no puedas hacer. No hay nada que no puedas tener.

Eso suena como
promesa imposible de cumplir.

¿Qué otra clase de promesa querrías que Dios hiciera? ¿Me creerías si te prometiera menos?

Durante millares de años, la gente ha dudado de las promesas de Dios por la razón más extraordinaria: eran demasiado buenas para ser ciertas. (Resaltado del traductor). Así que han elegido una promesa menor - un amor menor. Porque la promesa más elevada de Dios procede del amor más elevado. Pero ustedes no pueden concebir un amor perfecto, y así, una promesa perfecta también es inconcebible. Como lo es una persona perfecta. Por lo tanto, ustedes no pueden creer ni en sí mismos.

No creer en ninguna de estas cosas significa no creer en Dios. Porque creer en Dios produce creer en el mayor don de Dios - amor incondicional - y la mayor promesa de Dios - potencial ilimitado.

¿Puedo interrumpirte aquí? Me disgusta interrumpir a Dios cuando está en un discurso, pero ... he oído hablar del potencial ilimitado, y no cuadra con la experiencia humana. Olvidemos las dificultades encontradas por la persona promedio. ¿Qué de los desafíos de los que nacen con limitaciones mentales o físicas? ¿Es ilimitado su potencial?

Ustedes lo han escrito así en su propia Escritura - de muchas maneras y en muchos lugares.

Dame una referencia.

Mira lo que han escrito en Génesis, capítulo 11, versículo 6, de su Biblia.

Dice: "Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han decidido hacer".

Sí. Ahora bien, ¿puedes confiar en eso?

Eso no contesta la pregunta sobre el débil, el enfermo, el minusválido, los que son limitados.

¿Crees que son limitados, como dices tú, no por su elección? ¿Te imaginas que un alma humana encuentra desafíos en la vida - los que sean - por accidente? ¿Es esto lo que imaginas?

¿Quieres decir que un alma elige por adelantado la clase de vida que llevará?

No. Eso derrotaría el propósito del encuentro. El propósito es crear tu experiencia - y así, crear tu yo - en el glorioso momento del ahora. Por consiguiente, tú no eliges por adelantado la vida que experimentarás.

Sin embargo, puedes elegir las personas, los lugares y los sucesos - las condiciones y circunstancias, los desafíos y obstáculos, las oportunidades y opciones - con los cuales crear tu experiencia. Puedes elegir los colores de tu paleta, las herramientas para tu caja, las máquinas para tu taller. Lo que tú crees con éstos es asunto tuyo. Ese es el propósito de la vida.

Tu potencial es ilimitado en todo lo que has elegido hacer. No presupongas que un alma que ha encarnado en un cuerpo que tú llamas limitado no ha alcanzado su pleno potencial, porque tú no sabes lo que esa alma estaba tratando de hacer. Tú no comprendes su agenda. Tú no tienes clara su intención.

Por lo tanto, bendice a toda persona y condición, y da gracias. Así, afirmas la perfección de la creación de Dios - y muestras tu fe en ella. Porque nada sucede por accidente en el mundo de Dios, y no hay tal cosa como coincidencia. Ni es el mundo zarandeado por elección, al azar, ni por nada que tú llames destino. (Resaltado del traductor).

Si un copo de nieve es absolutamente perfecto en su diseño, ¿no crees que lo mismo puede decirse de algo tan magnífico como tu vida?

Pero hasta Jesús sanaba a los enfermos. ¿Por qué los sanaría si la condición de ellos era tan "perfecta"?

Jesús no sanaba a los que sanaba porque veía su condición como imperfecta. Sanaba a los que sanaba porque veía aquellas almas pidiendo ser sanadas como parte de su proceso. Veía la perfección del proceso. Reconocía y comprendía la intención del alma. Si Jesús hubiese pensado que toda enfermedad, mental o física representaba imperfección, ¿no habría sanado simplemente a todos en el planeta, todos de una sola vez? ¿Dudas que él podría hacer esto?

No. Creo que podría haberlo hecho.

Bien. Entonces, la mente ansía saber: ¿Por qué no lo hacía? ¿Por qué elegiría el Cristo dejar que algunos sufrieran y sanar a otros? Por lo que concierne a ello, ¿por qué permite Dios el sufrimiento en cualquier momento? Esta pregunta se ha hecho antes, y la respuesta sigue siendo la misma. Hay perfección en el proceso - y toda vida surge de la elección. No es apropiado interferir con la elección, ni cuestionarla. Es particularmente inapropiado condenarla.

Lo que es apropiado es observarla y luego hacer lo que se pueda para ayudar al alma a buscar y hacer una mejor elección. Por consiguiente, vigila atentamente las elecciones de otros, pero no las juzgues. Debes saber que su elección es perfecta para ellos ahora, en este momento, pero debes estar preparado para ayudarles si llegara el momento en que ellos buscan una nueva elección, una diferente, o una superior.

Busca la comunión con las almas de otros, y su propósito, su intención, será clara para ti. Esto es lo que hacía Jesús con aquellos a los cuales sanaba, y con todos aquellos cuyas vidas tocaba. Jesús sanaba a todos los que iban a él o los que le enviaban a  otros a él, suplicando en nombre de ellos. No ejecutaba sanamientos al azar. Haberlo hecho habría violado una sagrada ley del universo.

Deja que cada alma recorra su camino.

Pero, ¿significa eso que no debemos ayudar a nadie si no nos lo pide? Seguramente que no, o nunca podríamos ayudar a los niños que mueren de hambre en India, o las masas torturadas de África, o los pobres y los oprimidos de cualquier parte? Todos los esfuerzos humanitarios se perderían, toda caridad sería prohibida. ¿Tenemos que esperar que un individuo clame a nosotros desesperado, o que los habitantes de una nación rueguen pidiendo ayuda antes de que se nos permita hacer lo que obviamente es correcto?

Como ves, la pregunta se responde a sí misma y por sí sola. Si una cosa es obviamente correcta, hazla. Pero recuerda ejercer juicio extremadamente cuidadoso con respecto a lo que llamas "correcto" y "erróneo".

Una cosa solamente es correcta o errónea porque tú dices que lo es. Una cosa no es intrínsecamente correcta ni errónea. (Resaltado del traductor).

¿No lo es?

La cualidad de "correcto" o "erróneo" no es una condición intrínseca. Es un juicio subjetivo en un sistema personal de valores. Por medio de tus juicios subjetivos, tú te creas a ti mismo. Por medio de tus valores personales, determinas y demuestras quién eres.

El mundo existe exactamente como está para que tú puedas emitir estos juicios. Si el mundo existiera en una condición perfecta, tu proceso vital de la creación de la identidad habría terminado. Acabaría. Si no hubiera más litigios, la carrera de un abogado terminaría mañana. Si no hubiera más enfermedades, la carrera de un médico terminaría mañana. Si no hubiera más preguntas, la carrera de un filósofo terminaría mañana. (Resaltado del traductor).

¡Y si no hubiera más problemas, la carrera de Dios terminaría mañana!

Precisamente. Lo has expresado perfectamente. Nosotros, todos nosotros, tenemos un interés personal en que el juego continúe. Por mucho que digamos que nos gustaría resolver todos los problemas, no nos atrevemos a resolverlos todos, pues, de lo contrario, no quedaría nada para que hagamos.

Tu complejo industrial-militar comprende esto muy bien. Por eso se opone con fuerza a cualquier intento de instalar un gobierno que abogue para que no haya más guerras - en ninguna parte.

Tu establecimiento médico también entiende esto. Por eso, se opone firmemente - tiene que hacerlo, debe hacerlo, para su propia supervivencia - a cualquier droga o cura milagrosa - por no decir nada de la posibilidad de los milagros en sí. (Resaltado del traductor).

Tu comunidad religiosa también sostiene esto con claridad. Por eso ataca uniformemente cualquier definición de Dios que no incluya temor, juicio y retribución, y cualquier definición de la propia identidad que no incluya su propia idea del único camino hacia Dios. (Resaltado del traductor).

Si te digo: Tú eres Dios, ¿dónde deja eso a la religión? Si te digo: Estás sanado, ¿dónde deja eso a la ciencia y la medicina? Si te digo: Vivirás en paz, ¿dónde deja eso a los pacificadores? Si te digo: El mundo está arreglado, ¿dónde deja eso al mundo?

Y ahora, ¿qué de los plomeros?

El mundo está lleno esencialmente de dos clases de personas: los que te dan las cosas que tú quieres, y los que reparan cosas. En cierto sentido, aun los que simplemente te dan las cosas que tú quieres - los carniceros, los panaderos, los fabricantes de velas - son también reparadores. Porque desear algo es a menudo necesitarlo. Por eso se dice que los adictos necesitan un arreglo. Por lo tanto, ten cuidado de que el deseo no se convierta en adicción.

¿Estás diciendo que el mundo siempre tendrá problemas? ¿Estás diciendo que tú realmente quieres que sea así?

Estoy diciendo que el mundo existe de la manera que existe - tal como un copo de nieve existe de la manera que existe - bastante a propósito. Ustedes lo han creado de ese modo - exactamente como tú has creado tu vida, exactamente como es.

Quiero lo que ustedes quieren. El día que ustedes quieran realmente poner fin al hambre, no habrá más hambre. Yo les he dado todos los recursos con los cuales hacer eso. Tienen todas las herramientas con las cuales hacer esa elección. No la han hecho. No porque no pueden hacerla. El mundo podría poner fin al hambre en el mundo mañana. Ustedes escogieron no hacerlo. (Resaltado del traductor).

Ustedes afirman que hay buenas razones para que 40,000 personas mueran de hambre todos los días. No hay ninguna buena razón. Pero, cuando dicen que no pueden hacer nada para impedir que 40,000 personas mueran de hambre diariamente, traen a su mundo 50,000 personas diariamente para que inicien una nueva vida. Y a esto ustedes llaman amor. A esto llaman el plan de Dios. Es un plan que carece totalmente de lógica o razón, por no decir nada de la compasión.

Estoy mostrándoles en términos descarnados que el mundo existe de la manera que existe porque ustedes han escogido que sea así. Están destruyendo sistemáticamente su propio ambiente, y luego señalan a los así llamados desastres naturales como evidencia de la cruel broma de Dios, o el áspero modus operandi de la naturaleza. Ustedes se han gastado la broma a ustedes mismos, y su modus operandi es el cruel.

Nada, nada es más manso que la naturaleza. Y nada, nada ha sido más cruel hacia la naturaleza que el hombre. Pero ustedes se apartan de todo involucramiento en esto; niegan toda responsabilidad. No es culpa de ustedes, dicen, y en esto tienen razón. No es cuestión de culpa. Es una cuestión de elección.

Ustedes pueden escoger poner fin a la destrucción de sus bosques lluviosos mañana. Pueden escoger detener el agotamiento de la capa protectora que se cierne sobre su planeta. Pueden escoger descontinuar la progresiva destrucción del ingenioso ecosistema de la tierra. Pueden tratar de rearmar el copo de nieve - o por lo menos, detener su inexorable derretimiento - pero, ¿lo harán? De manera similar, pueden detener todas las guerras mañana. Simplemente. Fácilmente. Todo lo que se necesita - todo lo que siempre se ha necesitado - es que todos se pongan de acuerdo. Pero, si todos no se ponen de acuerdo sobre algo tan básicamente sencillo como detener las matanzas los unos de los otros, ¿cómo pueden invocar los cielos agitando el puño para poner sus vidas en orden?

Yo no haré nada por ustedes que ustedes no quieran hacer por sí mismos. Esa es la ley y los profetas.

El mundo está en la condición en que está a causa de ustedes, y las elecciones que ustedes han hecho - o no han hecho.

(No decidir es decidir).

La tierra está en la condición en que está a causa de ustedes, y las decisiones que han tomado - o no han tomado.

Las propias vidas de ustedes están como están a causa de ustedes y las elecciones que han hecho o dejado de hacer.

¡Pero yo no elegí ser atropellado por ese camión! Yo no elegí ser asaltado por ese ladrón, ni violado por ese loco. La gente podría decir eso. Hay personas en el mundo que podrían decir eso.

Todos ustedes están en la base de las condiciones existentes que crean en el ladrón el deseo o la necesidad percibida de robar. Todos ustedes han creado el conocimiento que hace posible la violación. Es cuando tú ves en ti mismo lo que causó el delito que comienzas, por fin, a sanar la condición de donde surgió.

Alimenta a los hambrientos, da dignidad a los pobres. Concede oportunidades a los menos afortunados. Pon fin a los prejuicios que mantienen a las masas amontonadas y enojadas, con pocas promesas de un mañana mejor. Haz a un lado tus tabúes y restricciones sin sentido sobre la energía sexual. En lugar de eso, ayuda a otros a comprender verdaderamente su maravilla y a canalizarla apropiadamente. Haz estas cosas y habrás andado un largo camino hacia poner fin para siempre a los robos y las violaciones.

En cuanto al así llamado "accidente" - el camión que viene en la curva, el ladrillo que cae del cielo - aprende a saludar cada uno de tales incidentes como una pequeña parte de un mosaico más grande. Has venido aquí para ejecutar un plan individual para tu propia salvación. Pero salvación no significa salvarte de las trampas del diablo. No existe tal cosa como el diablo, y el infierno no existe. Te estás salvando del olvido de la no realización.

No puedes perder en esta batalla. No puedes fallar. Así que esta no es una batalla en absoluto, sino simplemente un proceso. Pero, si no sabes esto, lo verás como una lucha constante. Puede que hasta creas en la lucha el tiempo suficiente para crear toda una religión alrededor de ella. Esta religión te enseñará que la lucha es todo el propósito de ella. Esta es una falsa enseñanza. No es en la lucha que el proceso procede. Es en la rendición que se gana la victoria.

Los accidentes suceden porque suceden. Ciertos elementos del proceso de la vida han llegado juntos de una manera particular en un momento particular, con resultados particulares, resultados que tú decides llamar desafortunados por tus propias y particulares razones. Pero puede que no sean desafortunados en absoluto, dada la agenda de tu alma.

Te digo esto.  No hay ninguna coincidencia, y nada ocurre "por accidente". Cada suceso y aventura es llamada a ti mismo por ti mismo para que puedas crear y experimentar quién eres realmente. Todos los verdaderos maestros saben esto. Es por esto por lo que los maestros místicos permanecen imperturbables en presencia de las peores experiencias de la vida (como tú las definirías).

Los grandes maestros de tu religión cristiana entienden esto. Saben que Jesús no fue perturbado por la crucifixión, sino que la esperaba. Podría haberse ido, pero no lo hizo. Podría haber detenido el proceso en cualquier momento. Tenía ese poder. Pero no lo hizo. Permitió que se le crucificara para poder ser la eterna salvación del hombre. Miren, dijo, lo que puedo hacer. Miren lo que es  verdadero. Y sepan que estas cosas, y más, ustedes también las harán. Porque, ¿no he dicho: Dioses sois? Pero ustedes no creen. Si no pueden, pues, creer en ustedes mismos, crean en mí.

Tal era la compasión de Jesús, que rogó pidiendo una manera - y la creó - de impactar el mundo de tal manera que todos fueran al cielo (autorrealización) - si no de ninguna otra manera, entonces por medio de él. Porque derrotó la miseria y la muerte. Y así lo podrían hacer ustedes.

La más grandiosa enseñanza de Cristo no fue que ustedes tendrían vida eterna, sino que ya la tienen; no que tendrían hermandad en Dios, sino que ya la tienen; no que tendrían lo que pidieran, sino que ya lo tienen.

Todo lo que se necesita es saber esto. Porque tú eres el creador de tu realidad, y la vida no puede mostrarte ningún otro camino que el que crees que te mostrará.

Tú lo creas al pensar en él. Este es el primer paso en la creación. Dios Padre es pensamiento. Tu pensamiento es el padre que da origen a todas las cosas.

Esta es una de las leyes que debemos recordar.

Sí.

¿Puedes darme otras?

Te he dado otras. Te las he dado todas, desde el principio del tiempo. Te las he dado una y otra vez. Te he enviado maestro tras maestro. Pero no escuchas a mis maestros. Los matas.

Pero, ¿por qué? ¿Por qué matamos a los más santos entre nosotros? Los matamos o los deshonramos, que es lo mismo. ¿Por qué?

Porque se oponen a cada una de las ideas que ustedes tienen que me negarían a mí. Y ustedes tienen que negarme si es que van a negar su propia identidad.

¿Por qué querría yo negarte a ti o a mí?

Porque tienes temor. Y porque mis promesas son demasiado buenas para ser verdad. Porque no puedes aceptar la verdad más grande. Y así, tienes que reducirte a una espiritualidad que enseña el temor, la dependencia y la intolerancia, en lugar del amor, el poder y la aceptación.

Estás lleno de temor - y tu mayor temor es que mi promesa mayor pudiera ser la mentira más grande. Y así, creas la fantasía más grande que puedes para defenderte contra esto. Dices que cualquier promesa que te da el poder y te garantiza el amor de Dios debe ser una falsa promesa del diablo. Dios nunca haría tal promesa, te dices a ti mismo, solo la haría el diablo - para tentarte a negar la verdadera identidad de Dios, como la terrible, juzgadora, celosa, vengativa y castigadora entidad de entidades.                                                                                                           
Aunque esta descripción se ajusta mejor a una definición del diablo (si lo hubiera), tú has asignado características diabólicas a Dios para convencerte a ti mismo de no aceptar las promesas divinas de tu Creador, o las cualidades divinas de la identidad propia.       

Tal es el poder del temor.

Estoy tratando de soltar mi temor. ¿Quieres hablarme - nuevamente - más acerca de las leyes?

La primera ley es que tú puedes ser, hacer, y tener lo que puedas imaginar. La segunda ley es que tú atraes lo que temes.

¿Por qué es eso?

La emoción es el poder que atrae. Lo que temes fuertemente, eso experimentarás. Un animal - que tú consideras una forma de vida inferior (aunque los animales actúan con más integridad y mayor consistencia que los seres humanos) - sabe inmediatamente si tú le temes. Las plantas - que tú consideras una forma de vida aun más inferior - responden a las personas que las aman mucho mejor que aquellos que las miran con indiferencia.

Nada de esto es por coincidencia. No hay ninguna coincidencia en el universo - solo un diseño grandioso; un increíble "copo de nieve".

La emoción es energía en movimiento. Cuando uno mueve energía, crea efecto. Si mueve suficiente energía, crea materia. La materia es energía acumulada. Movida de aquí para allá. Empujada. Si se manipula energía durante suficiente tiempo y de cierta manera, se obtiene materia. Todo maestro entiende esta ley. Es la alquimia del universo. Es el secreto de toda vida.

El pensamiento es energía pura. Cada pensamiento que tú tienes, has tenido alguna vez, o jamás tendrás, es creativo. La energía de tus pensamientos nunca muere. Jamás. Abandona tu ser y se dirige al universo, extendiéndose para siempre. Un pensamiento es para siempre.

Todos los pensamientos se anquilosan; todos los pensamientos se encuentran con otros pensamientos, entrelazándose en un increíble laberinto de energía, formando una siempre cambiante figura de indescriptible belleza e increíble complejidad.

Energía similar atrae energía similar - formando (para usar palabras simples) "grupos" de energía de una clase similar. Cuando suficientes"grupos" se entrecruzan unos con otros - tropiezan unos con otros - se "pegan" unos con otros (para usar otro término simple). Se necesita una cantidad incomprensiblemente grande de energía similar que "se pega junta" para formar así materia. Pero la materia se formará de energía pura. En realidad, ésa es la única manera en que puede formarse. Una vez que la energía se convierte en materia, continúa siendo materia por un largo tiempo - a menos que su construcción sea interrumpida por una forma de energía opuesta o disimilar. Esta energía disimilar, actuando sobre la materia, en realidad desmembra la materia, liberando la energía en bruto de la cual estaba compuesta.

En términos elementales, esta es la teoría detrás de la bomba atómica de ustedes. Einstein se acercó más que cualquier otro ser humano - antes o desde entonces - a descubrirla, explicando y haciendo funcional el secreto creador del universo.

Ahora deberías entender mejor cómo personas de mentes similares pueden trabajar juntas para crear una realidad favorecida. La frase "donde dos o más se junten en mi nombre" se vuelve mucho más significativa.

Por supuesto, cuando sociedades enteras piensan de cierta manera, muy a menudo ocurren cosas asombrosas - no todas ellas necesariamente deseables. Por ejemplo, una sociedad que viva con temor, muy a menudo - en realidad, inevitablemente - produce en forma lo que más teme.

De manera similar, comunidades o congregaciones grandes a menudo encuentran poder que produce milagros en pensamiento combinado (o lo que algunas personas llaman oración en común).

Y hay que dejar claro que hasta individuos - si sus pensamientos (oraciones, esperanzas, deseos, sueños, temores son asombrosamente fuertes - pueden, en y por sí mismos, producir estos resultados. Jesús lo hacía regularmente. Entendía cómo manipular la energía y la materia, cómo rearreglarla, redistribuirla, controlarla completamente. Muchos maestros han sabido esto. Muchos lo saben ahora.

Tú puedes conocerlo. Ahora mismo.

Este es el conocimiento del bien y del mal del cual participaron Adán y Eva. Hasta que entendieron esto, no podía haber vida como ustedes la conocen. Adán y Eva - los nombres míticos que ustedes les han asignado para representar al primer hombre y la primera mujer - fueron el padre y la madre de la experiencia humana.

Lo que se ha descrito como la caída de Adán fue en realidad su mejoramiento - el solo suceso más importante en la historia de la humanidad. Porque, sin él, el mundo de relatividad no existiría. La acción de Adán y Eva no fue el pecado original, sino, en realidad, la primera bendición. Ustedes deberían agradecérselo desde el fondo de sus corazones - pues, al ser los primeros en hacer una elección "errónea", Adán y Eva produjeron la posibilidad de hacer una elección del todo. (Resaltado del traductor).

En su mitología, ustedes hicieron de Eva la "mala" aquí - la tentadora que comió del fruto, el conocimiento del bien y el mal - y que tímidamente invitó a Adán a acompañarla. Esta disposición mitológica ha permitido que ustedes hagan de la mujer la "caída" del hombre desde entonces, resultando en retorcidas realidades de todas las formas - para no mencionar los distorsionados puntos de vista y las confusiones sobre el sexo. (¿Cómo pueden ustedes sentirse tan bien acerca de algo tan malo?).

Lo que ustedes más temen es lo que más les molesta. El temor los atraerá a ustedes como imán. Todas sus santas escrituras - de todas las persuasiones religiosas y tradiciones que han creado - contienen la clara amonestación: No teman. ¿Creen ustedes que esto es por accidente?

Las leyes son muy sencillas.

1. El pensamiento es creador.

2. El temor atrae energías similares.

3. El amor es todo lo que existe.

Epa, me agarraste con la tercera. ¿Cómo puede ser el amor todo lo que existe si el temor atrae energías similares?

El amor es la realidad última. Es lo único. El todo. La sensación de amar es tu experiencia de Dios.

En la verdad más elevada, el amor es todo lo que existe, todo lo que existía, y todo lo que jamás existirá. Cuando te trasladas a lo absoluto, te trasladas al amor. El ámbito de lo relativo fue creado para que yo pudiera experimentar mi identidad. Esto ya te fue explicado. Esto no convierte en real el reino de lo relativo. Es una realidad creada que tú y yo hemos ideado y continuamos ideando - para que podamos conocernos a nosotros mismos experiencialmente. Pero la creación puede parecer muy real. Su propósito es que parezca tan real que la aceptamos como si fuera verdaderamente existente. De esta manera, Dios ha imaginado crear "algo más" aparte de sí mismo (aunque, en los términos más estrictos, esto es imposible, pues Dios es -YO SOY- Todo Lo Que Existe).

Al crear "algo más" - a saber, el reino  de lo relativo - he producido un ámbito en el que tú puedes escoger ser Dios, en lugar de que se te diga simplemente que eres Dios; en el cual puedes experimentar la Deidad como un acto de creación, en lugar de una conceptualización; en el cual la velita en el sol - el alma más pequeña - pueda conocerse a sí misma como la luz.

El temor es el otro extremo del amor. Es la polaridad primitiva. Al crear el ámbito de lo relativo, primero creé el opuesto de mi identidad. Ahora bien, en el reino en que tú vives en el plano físico, solo hay dos lugares donde estar: el temor y el amor. Los pensamientos que nacen del amor producirán una clase de manifestación en el plano físico. Los pensamientos que nacen del amor producirán otra.

Los maestros que han andado por este planeta son los que descubrieron el secreto del mundo relativo - y rehusaron reconocer su realidad. Para resumir, los maestros son los que han elegido sólo el amor. En cada caso. En cada momento. En cada circunstancia. Aun en el momento en que eran asesinados, amaron a sus asesinos. Aun cuando eran perseguidos, amaron a sus opresores.

Es muy difícil que tú entiendas esto, mucho más que lo emules. Sin embargo, es lo que cada maestro ha hecho siempre. No importa  cuál sea la filosofía o la tradición o la religión - es lo que cada uno de los maestros ha hecho.

Este ejemplo y esta lección les han sido presentados muy claramente. Les han sido mostrados una y otra vez. A través de todas las edades y en cada lugar. A través de todas las edades y en cada momento. El universo ha usado todos y cada uno de los artefactos para poner esta verdad delante de ustedes. En canciones y en relatos, en poesía y danzas, en palabras y en movimiento - en películas que ustedes llaman de movimiento, y en colecciones de palabras, que ustedes llaman libros.

Ha sido gritada desde las más altas montañas. Ha sido escuchada en los lugares más bajos. El eco de esta verdad ha sido escuchada por los corredores de la experiencia humana. El amor es la respuesta. Pero ustedes no han escuchado.

Ahora llegas en este libro, preguntándole a Dios nuevamente lo que Dios te ha contado en incontables ocasiones de incontables maneras. Pero yo te lo diré nuevamente - aquí - en el contexto de este libro. ¿Quieres escuchar ahora? ¿Estás verdaderamente dispuesto a escuchar?

¿Qué crees tú que te trajo a este material? ¿Cómo es que lo estás sosteniendo en tus manos? ¿Crees que no sé lo que estoy haciendo?

No hay coincidencias en el universo.

He escuchado el clamor de tu corazón. He visto el escudriñamiento de tu alma. Sé cuán profundamente has deseado la verdad. Con dolor y gozo, has clamado pidiéndola. Me has suplicado interminablemente que me muestre ante ti, que me explique ante ti, que me revele ante ti.

Lo estoy haciendo aquí, en términos tan sencillos, que no es posible que me malentiendas. En lenguaje tan simple, que no puedes confundirte. En vocabulario tan común, que no puedes perderte en la palabrería.

Así que, adelante y ahora. Pregúntame cualquier cosa. Cualquier cosa. Yo podría idear traerte la respuesta. Usaré el universo entero para hacer esto. Así que, debes estar en guardia. Este libro está lejos de ser mi única herramienta. Puedes hacer una pregunta, y luego hacer a un lado el libro. Pero vigila. Escucha las palabras de la siguiente canción que oigas; presta atención a la información en el siguiente artículo que leas, el guión de la siguiente película que veas; el comentario casual de la siguiente persona con que te encuentres; o el susurro del siguiente río, el siguiente océano, la siguiente brisa que acaricie tu oído - todos estos dispositivos son míos; todas estas avenidas están abiertas para mí. Te hablaré si tú estás dispuesto a escuchar. Vendré a ti si estás dispuesto a invitarme. Te mostraré, pues, que yo siempre he estado allí. Siempre.

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