EL SÁBADO, LA LEY,
Y EL EVANGELIO
Rolaant McKenzie
Traducido de Gospel
Outreach
6. El nuevo pacto
Como se mencionó antes, este pacto se hizo con
Israel al pie del monte Sinaí, unos 430 años después del pacto
que se hizo con Abraham. Pero Jeremías, a mediados del siglo
VII A. C., profetizó un nuevo pacto, que sería
diferente del pacto mosaico. Esto se encuentra en Jeremías 31.
Jeremías 31:31-24
Aquí se está profetizando el ministerio del
Espíritu Santo, y Él puede poner la palabra de Dios dentro
del creyente de modo que se pueda vivir una vida agradable
a Dios. Este nuevo pacto puede encontrarse en Hebreos 8 y
Gálatas 3.
Hebreos 8
Gálatas 3
El nuevo pacto tiene principios
generales, más bien que leyes detalladas. Hebreos 8:9
dice que el nuevo pacto no es como el antiguo. En el pacto
antiguo, todo estaba detallado minuciosamente, como un
padre detalla las reglas para sus niños pequeños que, a
su nivel de madurez, no pueden entender los principios
generales que subyacen las reglas. Sin embargo, el nuevo
pacto es presentado como el que se le da a hijos que
saben lo que su Padre está haciendo. En el pacto
antiguo, la provisión para el perdón y la gracia estaba
presente, pero el centro de atención estaba en la ley.
Por contraste, mientras el nuevo pacto tiene leyes, su
centro de atención está en Jesús y la gracia que él nos
ofrece como resultado de su vida, muerte, y
resurrección. (6)
El nuevo pacto incluye todas las leyes morales del pacto
antiguo, pero no en la forma del pacto antiguo. En vez
de tomos de leyes detalladas, el nuevo pacto presenta
unos pocos principios básicos que caen bajo el único y
principal mandamiento moral de "ámense los unos a los
otros, como yo los he amado" (Juan 13:34). Bajo el nuevo
pacto, también tenemos deberes civiles. Estos principios
incluirían cómo debe relacionarse el
cristiano con la sociedad y las autoridades
gobernantes, e incluiría interpretaciones y aplicaciones
de principios del nuevo pacto al tiempo y la cultura
específicos. Y, por supuesto, bajo el nuevo pacto
también tenemos el evangelio, que trata de la vida, la
muerte, y la resurrección de Cristo, y cómo participamos
en esa obra consumada.
En el pacto antiguo, sólo los principales dirigentes
eran llenos del Espíritu Santo y tenían un conocimiento
personal de Dios. Sin embargo, en el nuevo pacto, todos conocerían a
Dios y serían instruidos por Él. El pacto antiguo estaba
limitado a los hijos
de Israel y los que quisieran unirse al Señor por
medio de la circuncisión y la observancia del sábado
(señales del pacto antiguo), de esta manera viniendo a
estar bajo la ley del pacto antiguo. Y si nos
refiriéramos a una concordancia bíblica, como Strong´s Exhaustive
Concordance of the Bible, encontraríamos que la
mayoría de los textos bíblicos en el Antiguo Testamento
relativos al sábado después del libro de Deuteronomio
tratan de que el pueblo de Israel descuidaba o profanaba
el sábado, porque era la señal del pacto mosaico o
antiguo. Y cada vez que el pueblo de Israel descuidaba
observar esta señal del pacto, se enfrentaba al juicio
de Dios. Por contraste, el nuevo pacto es buenas nuevas
para todo el mundo. Judíos y no judíos por igual. Todos
pueden ingresar a la comunidad del nuevo pacto al creer
en Jesús, demostrando esta fe al ser bautizado (y ser
sellado por el Espíritu Santo) y observar la Cena del
Señor (señales del nuevo pacto). Cuando alguien se
convierte en cristiano, esa persona ya no está más bajo
la ley del viejo pacto. (7)