EL SÁBADO, LA LEY,
Y EL EVANGELIO

Rolaant McKenzie

Traducido de Gospel Outreach

3. Para entender la ley y los pactos

A menudo, algunos cristianos sabadistas se refieren a la ley como la ley ceremonial, excluyendo los Diez Mandamientos. Sostienen que esta ley ha sido cumplida y abolida en la cruz, pero no los Diez Mandamientos, los cuales son definidos como la ley moral. Pero la ley en realidad parece ser los Diez Mandamientos, incluyendo lo que ellos llaman la ley ceremonial. Esto parece evidente en Éxodo 19-31 y Juan 1:17, donde se dice que la ley fue dada por Dios por medio de Moisés como un pacto entre Dios mismo y el pueblo de Israel, y no se hicieron tales distinciones. Los Diez Mandamientos parecen ser una introducción y un resumen del resto de la ley, de modo muy parecido a como la constitución de los Estados Unidos de América es la introducción y el resumen de todas las leyes de los Estados Unidos, pero es parte de ellas. Es también similar a un resumen que precede a la totalidad de una tesis, pero que todavía es parte de la tesis.  Las siguientes son un par de buenas preguntas que se deben hacer. ¿Hay en los Diez Mandamientos aspectos ceremoniales así como morales? Parece que la respuesta es que sí. ¿Hay asspectos morales dentro de lo que los cristianos sabadistas llaman la ley ceremonial?  Nuevamente la respuesta parece ser que sí. Cuando examinamos los Diez Mandamientos y el resto del pacto mosaico, no hay una clara línea divisoria entre lo
ceremonial y lo moral. A menudo, los cristianos sabadistas citan el cuarto mandamiento del Decálogo como base para la observancia del sábado, pero selectivamente utilizan lo que está en lo que ellos llaman la ley ceremonial (todo después de los Diez Mandamientos) para establecer cómo debe ser observado. Muchos cristianos sabadistas a menudo basan su observancia del sábado, desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol el sábado, en Levítico 23:32. Echemos un vistazo más de cerca a Levítico 23.

  Levítico 23:26-32

Este pasaje se refiere al Día de Expiación. ¿Es ceremonial o moral? ¿Observa el Día de Expiación la mayoría de los cristianos sabadistas? ¿No consideran este día como ceremonial? ¿Es consistente insistir en la observancia del sábado haciendo uso selectivo de aspectos ceremoniales de la ley para establecer cómo debe ser guardado el sábado? Pues, después de todo, como se señaló más atrás en Éxodo 31:15, la violación del sábado era considerada un delito capital. ¿Cuántos cristianos sabadistas creen que esta parte de la ley debe hacer cumplir? Además, en los Diez Mandamientos no hay ninguna invitación a reunirse para tener culto en sábado, sólo se llama a trabajar seis días y descansar uno. Nuevamente, uno tendría que mirar fuera del Decálogo para establecer que los cristianos deben congregarse para tener culto en sábado. Si lo que se describe como ley ceremonial puede usarse para definir la ley moral, ¿cómo se puede poner límites a un método de definición como éste?  No hay una clara distinción entre lo que se llama la ley moral y lo que se llama la ley ceremonial; sin embargo, hay aspectos morales, ceremoniales, y hasta civiles en la totalidad de la ley. Así, pues, términos como ley moral y ley ceremonial, como son definidos por muchos cristianos sabadistas, son distinciones artificiales que no tienen verdadera validez en un cuidadoso examen de las Escrituras.

Otra razón que se aduce a favor de una observancia obligatoria del sábado es que, puesto que Dios santificó el séptimo día antes de dar los Diez Mandamientos, es necesario que nosotros también santifiquemos este día si queremos hacer la voluntad de Dios. Pero es interesante observar que no hay ningún registro en ninguna parte de la Escritura de nadie que haya guardado el sábado antes de Éxodo 16, donde se dio a los israelitas como mandamiento. No hay ninguna evidencia bíblica que muestre que Abraham, Isaac, Jacob, ni cualquiera de los otros patriarcas guardara el sábado. Job, que los eruditos bíblicos reconocen generalmente como el libro más antiguo de la Biblia, no hace ninguna mención de que Job guardase el sábado. Los ocho primeros versículos de este libro describen la irreprochabilidad y la rectitud de Job delante de Dios, pero no se hace ninguna mención de la observancia del sábado como parte de la razón de que Dios le considerase una persona tan justa. Se pensaría que, si la observancia del sábado era algo tan importante, se habría mencionado. Otro punto que hay que recordar es que Moisés escribió el relato de la creación, que se encuentra en Génesis, en la época del Éxodo, cuando la ley fue recibida de parte de Dios. Éxodo 20:11 muestra que el día de sábado, dado por primera vez como mandamiento a los israelitas cuatro capítulos antes, fue santificado porque Dios reposó el séptimo día de su obra de la creación. En otras palabras, el sábado
parece haber sido santificado en Sinaí, no en la creación. Fue dado a los israelitas para darles a conocer el Dios verdadero que creó todas las cosas, y separarlos de más de cuatro siglos de culto idólatra de los dioses de Egipto (Josué 24:14). Más tarde, en Deuteronomio 5:12-15, una vez que los israelitas se habían familiarizado con el Dios verdadero, el sábado fue declarado santo porque Dios libró a los israelitas con "mano fuerte y brazo extendido" de la esclavitud en Egipto. Así, pues, el sábado puede considerarse una conmemoración de la liberación de los israelitas de la esclavitud en Egipto. Apuntaba adelante, al día de reposo que recibirían una vez que llegaran a la tierra prometida de Canaán, y mucho más adelante en la historia, al tiempo en que el Mesías, Cristo Jesús, vendría para traer el verdadero reposo para toda la humanidad por medio de su vida, su muerte, y su resurrección. En todo caso, el sábado fue dado como señal entre Dios e Israel, no a la iglesia cristiana, que vendría miles de años más tarde, y que estaría compuesta por gentiles y judíos.

Un estudio adicional de pasajes bíblicos relacionados, como los que siguen, ilustra que la ley es una sola entidad grande que consiste de preceptos morales, ceremoniales, civiles, judiciales, y proféticos. Estos preceptos se cumplieron completamente en la vida, el ministerio, la muerte, y la resurrección de Cristo Jesús (Lucas 24:44).

Mateo 5:21 y Éxodo 20:13

  Mateo 5:27 y Éxodo 20:14

Mateo 5:31 y Deuteronomio 24:1

Juan 8:17 y Deuteronomio 19:15

Juan 10:34 y Salmos 82:6

Juan 12:34 y Salmos 72:17

Juan 15:25 y Salmos 35:19

Juan 19:7 y Levítico 24:16

Considere estos pasajes en Éxodo 34 y Deuteronomio 4 y 5.

Éxodo 34:27-35

Deuteronomio 4:9-14

Deuteronomio 5:1-5


Deuteronomio 5:6-21 continúa recitando el Decálogo, que, por supuesto, incluye la señal del pacto: el sábado (Deuteronomio 5:12-15). Estas leyes eran para el pueblo de Israel solamente. Las leyes eran válidas solamente por un período de tiempo definido. La ley vino 430 años después del pacto hecho con Abraham, y habrían de continuar en vigor hasta que Cristo viniese. Este pacto estaba subordinado al que se había hecho con Abraham. Una mirada a Gálatas 3 ilustra este punto, que será examinado más tarde.

Los pactos que Dios hizo con la gente por lo general tenían tres partes comunes. Primera, contenían una promesa; segunda, había una condición; y por último, había una señal o señales. Echemos un vistazo a los pactos importantes que Dios hizo con la gente en el Antiguo Testamento.

Pacto con Noé
 
Promesa
La tierra no sería destruida por agua nunca más 
 (Génesis 9:9-17)
.
Condición
En este caso, ninguna, pues Dios dijo que no lo haría nuevamente (Génesis 9:15).
Señal
El arco iris (Génesis 9:14-15). Nótese que Noé dio garcias a Dios ofreciendo  holocausto después de salir del arca con su  familia y todas las criaturas que estaban con ellos (Génesis 8:20).


Pacto con Abraham

Promesa
Dios haría a Abraham padre de muchas naciones  (Génesis 15:1-5; 17:5) y sus descendientes heredarían toda la tierra de Canaán (Gén. 17:8).
Condición
Creer (Génesis 15:6).
Señales
Circuncisión (Génesis 17:10-14). Se continuaría ofreciendo corderos como holocausto (Génesis 22:1-13).


Pacto mosaico (o pacto antiguo)

Promesa
Libertad para los israelitas de su esclavitud en Egipto para que heredasen la tierra prometida a ellos, como descendientes de Abraham (Éxodo 3:8; 3:17; 13:5); también, serían el pueblo especial de Dios (Éxodo 19:5).
Condición
Obedecer todas las leyes que Dios les daría por medio de Moisés (Éxodo 19:5).
Señales
Los días de reposo, incluyendo el sábado semanal (Éxodo 31:12-18). La práctica de ofrecer holocaustos continuaría y sería más sistemática (Éxodo-Deuteronomio).


Nuevo Pacto (o el evangelio de Cristo Jesús)

Promesa
Salvación de nuestros pecados (Mateo 1:20-21), el sello del Espíritu Santo (2 Corintios 1:21-22); Efesios 1:13-14; y vida eterna con Dios (Marcos 16:16; Juan 3:16-17).
Condición
Fe en Cristo Jesús y amor al prójimo como Cristo nos ama a nosotros (Juan 3:18, 13:34; 1 Juan 3:21-24).
Señales
Bautismo (Hechos 19:3-4; Romanos 6:4; Colosenses 2:11-12; 1 Pedro 3:18-22), vivir de acuerdo con el Espíritu Santo (Gálatas 5:22-25; Efesios 4:30), y la Cena del Señor (Mateo 26:26-28; Marcos 14:22-24; Lucas 22:19-20; 1 Corintios 11:25). La práctica de hacer ofrendas encendidas y holocaustos cesó porque Cristo se convirtió en el sacrificio para salvarnos del pecado de una vez para siempre (Hebreos 9:26; 10:8-18).

Entre los pueblos del antiguo Cercano Oriente, era costumbre que, cuando un señor hacía un pacto o contrato con aquellos a los que había conquistado, se guardaba una copia del contrato escrito en el santuario del gobernante y otra en el santuario del gobernado. Era característica típica de tales pactos que el sello, o la señal, se ponía en o cerca del centro del documento del tratado. Esto es similar a los contratos actuales. Si uno adquiere un préstamo en un banco o hace algún tipo de transacción financiera con otra persona, es común que las partes involucradas reciban una copia del acuerdo, que estipula los beneficios, las obligaciones, y las consecuencias si se viola el contrato. Estos contratos o acuerdos entran en vigor una vez que las firmas apropiadas están en su lugar. Pero, en el caso del pacto entre Dios e Israel, ambas copias (las dos tablas) fueron puestas en un santuario, pues Dios era tanto la parte gobernante como el Israel de Dios. Y la firma de este contrato era la observancia del mandamiento sabático, que se colocó cerca del centro de las tablas del pacto. (5)

Los Diez Mandamientos son la primera parte de lo que se conoce como el Libro de la Ley, o el Libro del Pacto, o el Libro de de la Ley de Moisés. Éstos fueron pronunciados por Dios desde el monte Sinaí para los israelitas que estaban abajo. El pueblo se asustó mucho y no quería tener nada que ver con esto, así que le pidieron a Moisés que escuchara lo que Dios tenía que decir y que regresara
con las palabras de Dios hasta donde ellos estaban. (Éxodo 20:18-19). Por favor, recordemos que, cuando los Diez Mandamientos se escribieron en tablas de piedra, éstas fueron puestas en el arca del pacto, donde no se podían ver. No debía tocarse el arca (2 Samuel 6:7; 1 Crónicas 13:10). Los israelitas no habrían tenido ningún acceso a las palabras de Dios si no hubiese habido una copia completa de las leyes fuera del arca. Todas las 613 leyes, incluyendo los Diez Mandamientos. Dios le dijo a Moisés que escribiera todas sus palabras [las de Dios] y las pusiera en un libro, porque estas palabras eran un pacto entre Dios a Israel. Estas palabras de Dios incluían los Diez Mandamientos y todas las otras leyes dadas en la Torah (Génesis-Deuteronomio). Así, pues, no sólo los Diez Mandamientos escritos en piedra y guardados en el arca, sino también los mismos Diez Mandamientos, junto con toda la información relacionada con ellos (es decir, las otras 603 leyes, o sea el resto de la ley) componían el Libro de la Ley que fue puesto al lado del arca (Deuteronomio 31:26). Los primeros diez no fueron guardados separados del resto. Dios le dijo a Moisés que todas sus palabras (morales, ceremoniales, civiles, etc.) debían ser dadas a Israel como mandamientos, como un pacto entre Dios e Israel.

Esto también es similar al caso de la constitución de los Estados Unidos. El documento original se guarda en una caja de vidrio en Washington, D. C., donde la gente de todo el país o de otras partes del mundo pueden ir a verlo, aunque no todo el mundo puede viajar a Washington, D. C. para verlo. Pero las palabras escritas en este documento están disponibles para todos porque prácticamente cualquier persona puede obtener una copia de la constitución. No es necesario que una persona viaje a Washington, D. C. para saber lo que dice la constitución. Y ella es parte de las leyes de los Estados Unidos, lo mismo que los Diez Mandamientos eran parte de la ley mosaica. La diferencia principal en esta analogía es que el documento original todavía puede verse, mientras que las tablas de piedra y el arca del pacto han desaparecido.

Este Libro de la Ley sería muy importante para Israel, especialmente cuando el arca del pacto no estaba con ellos, o cuando había desaparecido completamente. Los israelitas todavía necesitaban oir las palabras de Dios, y la única manera en que podían hacerlo era que alguien les leyera el Libro. Echemos un vistazo a Nehemías 8.

Nehemías 8

A partir de este pasaje, es evidente que la palabra del Señor no había sido guardada desde los días de Josué porque el pueblo no había escuchado la palabra.

El Libro de la Ley también se menciona en los siguientes pasajes. Nótese que las expresiones libro del pacto, libro de la ley, libro de la ley de Moisés, libro de la ley de Dios, y libro de la ley de Jehová se usan indistintamente para referirse a la misma cosa.

Éxodo 24:7
"Después tomó el libro del pacto y lo leyó ante el pueblo, y ellos respondieron: 'Haremos todo lo que el Señor ha dicho, y le obedeceremos'".

Deuteronomio 28:58-61

Deuteronomio 29:21
"El Señor lo apartará de todas las tribus de Israel, para su desgracia, conforme a todas las maldiciones del pacto escritas en este libro de la ley".

Deuteronomio 9-10

Deuteronomio 31:24-26

Josué 1:8
"Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que ne él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito".

Josué 8:30-34

Josué 23:6-8

Josué 24:25-26


2 Reyes 14:6
"Sin embargo, según lo que ordenó el Señor, no mató a los hijos de los asesinos, pues está escrito en el libro de la ley de Moisés: A los padres no se les dará muerte por la culpa de sus hijos, ni a los hijos se les dará muerte por la culpa de sus padres, sino que cada uno morirá por su propio pecado".

2 Reyes 22:8-11
2 Reyes 23:2
"Acompañado de toda la gente de Judá, de los habitantes de Jerusalén, de los sacerdotes, de los profetas y, en fin, de la nación entera, desde el más pequeño hasta el más grande, el rey subió al templo del Señor. Y en presencia d ellos leyó todo lo que está escrito en el libro del pacto que fue hallado en el templo del Señor".

2 Reyes 23:21
"Después el rey dio esta orden al pueblo: Celebren la pascua del Señor su Dios, según está escrito en este libro del pacto".

2 Crónicas 17:9
"Llevaron consigo el libro de la ley del Señor para instruir a los habitantes de Judá. Así que recorrieron todas las ciudades de Judá, enseñando al pueblo".

2 Crónicas 34:14-15

2 Crónicas 34:30
"Acompañado de todos los habitantes de Judá y Jerusalén, de los sacerdotes, de los levitas y, en fin, de la nación entera, desde el más grande hasta el más pequeño, el rey subió al templo del Señor, y en presencia de ellos, leyó todo lo que dice el libro del pacto que fue hallado en el templo del Señor".

Nehemías 9:3
"Durante tres horas leyeron el libro de la ley del Señor su Dios, y en las tres horas siguientes le confesaron sus pecados y los adoraron".

Gálatas 3:10
"Todos los que viven por las obras que demanda la ley están bajo maldición, porque está escrito: MALDITO SEA QUIEN NO PRACTIQUE FIELMENTE TODO LO QUE ESTÁ ESCRITO EN EL LIBRO DE LA LEY".