EL SÁBADO, LA LEY
Y EL EVANGELIO
Rolaant McKenzie
Traducido de Gospel
Outreach
21. Ideas finales
A la luz de las Escrituras,
el sábado era una señal de un pacto antiguo que ya no está en
vigencia. Era una sombra de cosas que habrían de venir. Era un
símbolo que apuntaba a Cristo y al reposo que Él procuraba
restaurar para la humanidad que se había perdido en Edén. El
día ya no es importante, sino nuestra relación con Cristo. La
persona que acepta a Cristo entra en el reposo sabático de Él.
Jesús hace este maravilloso llamado a nosotros los que
necesitamos reposo:
Mateo 11:28-30
Y este reposo puede ser experimentado todos los días en Jesús.
Ahora Él es nuestro reposo sabático. Esto no significa que uno
no pueda guardar el sábado si uno desea hacerlo, pero debe
saber que esta observancia ya no es obligatoria ni necesaria
para la salvación, pues hemos sido liberados del pacto antiguo
por la obra de Cristo en nombre nuestro y hemos entrado en un
pacto mayor y más glorioso. Un pacto que no depende de la
observación de días, rituales, u otros símbolos del pacto
antiguo, sino de la fe en Jesucristo y el amor al prójimo.
También debe saberse que el hecho de que una persona decida
tener culto el séptimo día de la semana no significa que esa
persona es legalista, de la misma manera que el hecho de que
una persona elija otro día de la semana para tener culto no
significa que esa persona está errada al hacerlo. Ambas
personas están dentro del marco de Romanos 14:5, donde a los
cristianos también se les insta a no juzgarse los unos a los
otros basándose en qué día o días escojan para reunirse a
adorar a Dios.
Bajo el nuevo pacto puesto en vigor por la sangre de Cristo
(Lucas 22:20), ya no hay ningún día santo o sagrado que deba
observarse como en el pacto antiguo. Después de todo, si el
pacto antiguo estaba destinado a perecer (2 Corintios 3:11;
Gálatas 4:30; Hebreos 8:13), también lo estaban las señales
del pacto antiguo (Gálatas 4:10-11; Romanos 14:4-5; Colosenses
2:16-17). Si alguien emigra de Inglaterra a los Estados Unidos
y se convierte en ciudadano, esa persona ya no viviría más
bajo las leyes de Inglaterra, aunque muchas de las leyes
serían las mismas (es decir, leyes relativas al asesinato, el
fraude, los derechos de propiedad, el matrimonio, etc.). Esa
persona viviría bajo las leyes de los Estados Unidos.
Por lo general, una bandera actúa como símbolo de un país en
particular. Una persona que emigra de Inglaterra a los Estados
Unidos ya no viviría bajo la bandera de Inglaterra, sino bajo
las barras y las estrellas de los Estados Unidos. Esa persona
ya no viviría bajo el gobierno del monarca, el primer
ministro, y el parlamento de Inglaterra, sino bajo el gobierno
de del presidente y el Congreso de los Estados Unidos. Lo
mismo ocurre con una persona que se convierte en cristiano.
Tal persona ya no está obligada a guardar los Diez
Mandamientos de la ley del pacto antiguo y su señal, o
bandera, el sábado (Éxodo 31:12-18), sino que está obligada a
guardar la ley de Cristo, que es el evangelio, junto con sus
señales, su bandera compuesta del bautismo, ser sellado, y
vivir según el Espíritu Santo, y participar en la Cena del
Señor (Hechos 19:3-4; Romanos 6:4; Colosenses 2:11-12; 1 Pedro
3:18-22; Gálatas 5:22-25; Efesios 4:30; Mateo 26:26-28; Marcos
14:22-24; Lucas 22:19-20; 1 Corintios 11:25).
Aunque el nuevo pacto abarca claramente todas las leyes
morales del pacto antiguo, presenta estas leyes de manera
diferente (principios generales, más bien que detalles
específicos), tiene un énfasis diferente (gracia [hecha] más
bien que ley [hacer]), y tiene una bandera diferente (la cena
del Señor en lugar del sábado). ¿Significa esto que el Antiguo
Testamento ya no es de valor para el estudio cristiano de la
Biblia? ¡Por supuesto que no! El Antiguo Testamento es una
mina de oro de verdad. Pero lo que debe hacerse cuando se
estudia la Biblia es interpretar todas las afirmaciones del
pacto antiguo a la luz del nuevo pacto. Muchos han tropezado
en su interpretación de la Escritura al tratar de hacer las
señales del pacto intrínsecamente morales. Estas señales no
son morales en sí mismas y tienen valor religioso sólo si son
celebradas en relación con el pacto del cual son señales. No
hay ningún valor religioso en ser sumergido en agua, a menos
que se haga como bautismo cristiano. No hay ningún valor
religioso en comer pan o beber vino (o jugo de uva), a menos
que se haga en memoria de la muerte de Cristo. No había ningún
significado religioso en la circuncisión, a menos que se
hiciera como señal de la comunidad del pacto con los "hijos de
Israel". De la misma manera, no tiene ninguna importancia
religiosa reposar en domingo, a menos que se haga como señal
del pacto entre Dios y los hijos de Israel. (18)
A los cristianos también se les anima a reunirse regularmente
para edificar la fe y la esperanza los unos de los otros.
Recibir enseñanza pastoral es un ingrediente clave para el
crecimiento espiritual. Pero este crecimiento es alimentado
mejor y llevado a la madurez por cristianos que no dejan de
reunirse. Este pasaje en Hebreos 10 lo dice mejor:
Hebreos 10:23-25
Como cristianos que viven bajo el nuevo pacto, somos libres de
elegir cuaquier día de la semana para reunirnos para alabar a
Dios y animarnos unos a otros en la fe, puesto que el centro
de atención ya no es en el día, sino en Cristo, al cual apunta
el sábado.
Que el Señor le bendiga al considerar las palabras de este
estudio. Por favor, estudie las Escrituras con oración, como
hacían los cristianos de Berea en los días de Pablo, para ver
si lo que se dijo en este estudio es verdad (Hechos 17:10-11).
Y nunca deje de hacerlo. Permita que el Espíritu Santo le guíe
a la verdad en su palabra, porque Dios ha prometido darnos
sabiduría si sólo se la pedimos.
Mateo
7:7-8
"Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se
les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca,
encuentra; y al que llama, se le abre".
Santiago
1:5
"Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y
él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin
menospreciar a nadie".
Juan
16:13
"Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a
toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino
que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por
venir".