Romanos 3:19-31
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Este pasaje indica que todos han pecado y
continúan destituidos de la gloria de Dios. Por
medio de la ley es el conocimiento del pecado y la
necesidad de ir a Cristo. Como se dice en el
versículo 31, la ley es establecida para ayudarnos
a reconocer nuestra necesidad de la ley de fe. Sin
ella, no podemos ver nuestra pecaminosidad, ni
reconocer nuestra necesidad de la gracia ofrecida
en Cristo Jesús (como se mostró más atrás en
Gálatas 3:24-25). Pablo muestra aquí que Dios es
el Dios de los judíos y los gentiles por igual, y
que ambos son salvos de acuerdo con la ley de fe,
no de acuerdo con las obras de la ley. La justicia
viene sólo por medio de la fe en Cristo y su obra
a favor nuestro, así que nadie puede vanagloriarse
de sus obras. En el siguiente capítulo, Pablo
continúa explicando a los judíos en Roma cómo se
les puede garantizar la salvación a los gentiles
sin que hayan recibido la ley del pacto antiguo.