Ellen G. White
LA MENTIRA WHITE
Título del libro en
inglés:
The
White Lie
Walter T. Rea
Capítulo 3
Digan que no es así
Cómo llegó Ellen White
a ser conocida como profetisa
El éxito y la genialidad de cualquier
movimiento religioso es decirles a los miembros lo que quieren
oír y asegurarse de que no oigan lo que uno no quiere que oigan.
Nada proporciona tantas oportunidades en este campo como la
imprenta. Gutenberg no tenía ni la más remota idea de qué
puertas estaba abriendo cuando inventó la imprenta. Desde la
Edad Media, cuando la verdad fue encadenada a una pared de la
biblioteca para que nadie pudiera sacarla de la bóveda (ni
siquiera con una tarjeta de retiro de libros), la humanidad ha
tenido que recibir y aceptar lo que los padres de la iglesia le
han entregado. Por supuesto, eso era un poco mejor que cuando
los padres imponían el conocimiento con una cerbatana o el mango
de una hacha, pero todavía era una forma de control.
El arte de imprimir habría de desarrollarse
hasta el punto de que el objeto no era controlar el cuerpo con
las armas sino controlar la mente con la letra impresa. Los
librepensadores siempre se han metido en problemas. En el tiempo
de Moisés, si cualquiera encendía fuego por su propia cuenta
para gozar de una caliente taza de té de hierbas en sábado, era
apedreado [stoned], y no en el moderno sentido de la palabra,
tampoco. [En inglés, to be stoned también
significa estar borracho - N. del T.]. Si, en los días de
Nehemías, alguien vagaba por ahí en el mercado de trueques de
objetos de segunda mano en sábado, corría el riesgo de que le
arrancaran la barba o que le desbaratasen la peluca. Aún en
tiempos del Nuevo Testamento, si Ananías se guardaba unos pocos
siclos del diezmo para pagar el alquiler, el teólogo local le
decía que se cayera muerto - y se caía.
Así llegó la imprenta. La prensa era mucho
mejor en su enfoque; ninguna porquería que limpiar, ningún
cadáver que sepultar. Sólo había que seguir las reglas gemelas:
Decirle a la gente lo que uno quiere que oiga; no dejarle oír lo
que uno no quiere que oiga. La primera regla no es demasiado
difícil, pero la segunda todavía requiere alguna forma de
control. Si la gente no sabe leer, no se le puede alcanzar por
medio de la lectura; si sabe leer, podría ser alcanzada por
lecturas erróneas. La manera en que las iglesias resuelven este
problema es endosándoselo a Dios. Esa es también una idea
antigua. A menudo, se le ha dado crédito a Dios por cosas que no
ha hecho; y desde el principio de los tiempos, el diablo ha sido
exonerado de cosas que sí hizo. (Léase sobre Adán y la manzana
en el relato de la creación en Génesis).
Los Adventistas no fueron los primeros en
construir un sistema, pero tuvieron más éxito que algunos otros.
El mercado con el que comenzaron era pequeño y disperso, pero
con la ayuda de Ellen, habría de crecer y consolidarse. James
White era una especie de maestro, y conocía el poder de la
prensa - especialmente el poder de la prensa controlada, y
cuánto mejor era dejar que Dios la controlara. Sólo había que
convencer a los lectores de que Dios estaba escribiendo lo que
ellos estaban leyendo (dándole así autoridad) y de que Dios no
estaba en lo que se les decía que no leyeran. No era una
mala idea para un grupo de principiantes. Funcionó, y ha estado
funcionando, desde entonces - hasta tiempos recientes, cuando
algunas personas tuvieron el valor de bajarse del tren e ir a la
parte de atrás para ver qué era lo que hacía moverse a la cosa.
2
Esto en cuanto al sistema. Ahora, ¿cómo
construírlo? ¿Quién habría de escribir en nombre de Dios?
Ciertamente James no. Su incursión en la escritura habría de
incluir sólo cuatro libros, todos ellos copiados en su mayor
prte de los de alguna otra persona. Ellen, que sólo tenía una
educación de tercer grado, no había escrito nada notable
todavía. No era una combinación muy comerciable en una época en
que la educación estaba comenzando a hacerse popular. En otra
ocasión y en otro lugar, quizás. Pero, gradualmente, vino el
experimento que lo hacía funcionar todo, la expresión máxima del
genio. ¿Por qué no robárselo todo, en el nombre de Dios?
Después de todo, se había hecho antes, o al
menos así lo plantearían los modernos defensores de la fe
Adventista como ciento treinta años más tarde. Se llegó a decir
que Lucas había copiado de Marcos, y que Pablo había estado
birlando material de los griegos sin siquiera decírselos. Juan
el Revelador había robado a los antiguos paganos material para
sus ideas, y Judas había hecho otro tanto con algunas de las
primeras obras pseudoepígrafas. Hasta se dice que Moisés, en vez
de recibir los Diez Mandamientos de Dios, los tomó de Hamurabi,
un antiguo legislador, o hasta de otros antes de su tiempo. 3
En los tiempos de Ellen, era natural. Antes
de su tiempo, había existido Emanuel Swedenborg, que había
tenido visiones para el rey y la familia real alrededor de 1740.
Fundó una iglesia y vio muchas cosas que los demás no vieron,
algunas de las cuales sucedieron. Como Ellen, la dirigente de
los Shakers en los Estados Unidos, Ann Lee, no tenía educación,
pero escribió "testimonios" a los miembros. También, como la
Sra. White, requería "una clase especial de vestido", y "se
oponía a la guerra y al uso de la carne de puerco." En 1792,
Joanna Southcott, una empleada doméstica, hija de padres pobres
y con poca educación, se anunció como profetisa y dijo que en
sus trances se le había dicho que Cristo habría de venir muy en
breve. 4
Joseph
Smith, el afamado dirigente mormón, acababa de fallecer en 1844.
Ése fue un gran desengaño, tanto para él
como para sus seguidores, porque le dispararon y lo mataron. Su
viaje fue corto. Nació en 1805 y murió en 1844, el año en que la
Sra. White comenzó a tener revelaciones. Era pobre y
desconocido, hasta que comenzó a tener "visiones" y
"revelaciones" y a ver y hablar con ángeles. Enseñó la Segunda
Venida, y sus seguidores habrían de convertirse en los Santos de
los Últimos Días (las otras iglesias eran los paganos o los
gentiles). Como los Adventistas, los Santos de los Últimos Días
re-escribieron la Biblia a través de su profeta, y Smith tuvo
nuevas revelaciones, aunque algunas investigaciones recientes
parecen confirmar que el material fue robado. 5
La lista no termina. Mary Baker Eddy, la
famosa dirigente de la Ciencia Cristiana, también existió
durante la mayor parte de la vida de Ellen. Aunque ellas
diferían en su modo de pensar, los discípulos de ambas creían
que su profeta era inspirada por Dios y que sus escritos
deberían ser usados para interpretar la Biblia. El notable
Charles T. Russell, del Watchtower y los Testigos de
Jehová, también vivió durante el tiempo de Ellen. Sus seguidores
creen que ellos son la única iglesia verdadera y que todas las
demás son "Babilonia". Los Adventistas se adhieren a esta última
parte, pero se consideran a sí mismos como la única verdadera
iglesia. 6
Ellen habría de comenzar a tomar material
ajeno lentamente. A comienzos de la década de 1840, dos hombres
que se habían impresionado con el movimiento Millerista eran
Hazen Foss y William E. Foy. Se suponía que, en septiembre de
1844, Foss había recibido una visión de que el pueblo del
advenimiento, con sus pruebas y persecuciones, estaba en camino
hacia la Ciudad de Dios. Se le dijo que, si rehusaba transmitir
el mensaje a otros, le sería dado al más débil de los hijos de
Dios. Foy también había estado en contacto con el futuro, y
había estado informando acerca ello por escrito y en reuniones
públicas desde algún momento en enero de 1842. Ellen había oído
hablar a Foss en el Beethoven Hall en la ciudad natal de ella,
Portland, Maine, cuando era niña. Puesto que estaba emparentada
con Foy por su matrimonio, no hay razón para creer que ella no
podía haber leído u oído hablar de las visiones de él, así como
de las de Foy.
Ahora el marco era perfecto tanto para
Ellen como para Dios. Los dos hombres rehusaron promocionar las
visiones, y a uno de ellos se le había dicho que Dios se las
daría al más débil de los débiles. ¿Y quién era más débil que
Ellen? A comienzos de 1842, sin tener siquiera quince años de
edad, tenía muchos problemas emocionales y físicos, según cuenta
ella misma. En 1844, todavía tenía problemas. Su confusión
emocional y física se agravó por el desengaño causado por el
impulso de Miller hacia la eternidad. Con algunas dudas a causa
de su edad y su falta de experiencia, ella tomó la antorcha de
las manos caídas de Foy y de Foss y se lanzó en su primera
visión. 8 Fue casi una copia al carbón de las visiones que Foy y
Foss reconocían que Dios les había dado, y era tan fiel al
original que garantizaba el éxito futuro de uno de los casos más
notables de "préstamos" literarios que el mundo jamás haya
visto.
Definición de plagio y
plagiario:
Una
edición del diccionario de Webster define a un plagiario como
sigue:
El que roba los escritos ajenos y los
hace pasar como propios... Apropiación o imitación del
lenguaje, las ideas, y los pensamientos de otro autor, y su
representación como si fueran la propia obra original de
uno... El acto de robar obras literarias ajenas o introducir
pasajes de escritos ajenos y hacerlos pasar como propios;
ladrón literario.
Por áspera que parezca, la definición
caracterizaría a Ellen a la edad de diecisiete años como una
ladrona, y continuaría definiéndola por el resto de su vida, con
enorme ayuda y estímulo de otros. Parece un juicio muy severo.
Muchos de los actuales apólogos de Ellen White han tratado de
desembarazarla de esta situación proponiendo que quizás Dios
tiene un modelo diferente para los profetas. 9 Otros parecen
quedar satisfechos con el pensamiento de que "todo el mundo lo
hacía". Parece habérseles escapado que con esa clase de lógica,
el cielo sería el límite en la conducta humana.
Otros quieren creer que "ella no sabía". Pero ciertamente muchos
a su alrededor, a través de los años, sí sabían y estaban
preocupados. Uriah Smith, uno de los primeros editores, y por
mucho tiempo editor, del Review, sabía. En 1864,
apareció lo siguiente, sin firma, en la página editorial:
Plagio
Esta es una
palabra usada para significar "robo literario", o tomar las
producciones ajenas y hacerlas pasar como propias.
En el World´s
Crisis de agosto 23, 1864, encontramos un trozo de poesía
debidamente titulado "For the World´s Crisis". y firmado
"Luthera B. Weaver". Cuál no sería nuestra sorpresa cuando
encontramos en este trozo nuestro familiar himno,
"Long upon the mountain weary
Have the scattered flock been torn".
Esta pieza fue escrita por Annie R. Smith,
y se publicó primero en el Review, tomo ii, no. 8, de
dic. 9, 1851, y ha estado en nuestro himnario desde que salió la
primera edición. Pero, lo peor de todo es que la pieza había
sido mutilada, habiendo sido suprimida la segunda y más
significativa estrofa, a saber,
"Now the light of truth they´re seeking, In its onward
track pursue;
All the Ten Commandments keeping. They are holy,
just and true.
On the words of life they´re feeding,
Precious to their taste so sweet,
All their Master´s precepts heeding, Bowing humbly
at its feet."
Pero quizás esto habría revelado claramente
su origen, pues apenas hay alguna clase de gente en la
actualidad, excepto los Adventistas del Séptimo Día, que tenga
algo que decir acerca de todos los Diez Mandamientos de Dios,
etc. Estamos perfectamente dispuestos a que trozos del Review o de cualquiera de
nuestros libros sean publicados hasta cualquier punto, pero todo
lo que pedimos es que se nos haga simple justicia, ¡dándonos el
debido crédito! 10
La honestidad editorial de Smith tuvo un efecto duradero
en el periódico. En 1922, cuando Francis M. Wilcox era editor,
el Review publicó dos breves artículos sobre el tema
del robo. Uno de ellos, sin firma, apareció en una página
editorial bajo el título "Are You a Plagiarist? If So, Please Do
Not Write for the Review".
[¿Es Ud. plagiario? Si es así, no escriba para el Review]. El otro artículo
corto, titulado "Spiritual Plagiarism" [Plagio Espiritual], por
J. B. Gallion, era aún más específico:
Plagio es el acto, por parte de un
autor u varios autores, de usar las producciones de otra
persona sin darle crédito. Por ejemplo, si usted escribiera un
artículo en el cual insertara "The Psalm of Life" [El Salmo de
la Vida], o cualquier parte de él, y permitiera que pasara
bajo su nombre como una producción suya, sin darle crédito al
poeta Longfellow, usted sería culpable del delito de plagio.
"Bueno", diría usted, "todo el mundo sabe que Longfellow
escribió 'The Psalm of Life'". Muchos lo saben, es verdad,
pero muchos no. Los que son ignorantes de ese hecho podrían
ser engañados fácilmente; pero, sea que lo sepan o no, eso no
disminuye la culpa de usted. Ha tomado lo que no es suyo, y
por lo tanto es culpable de robo literario. ¡Quizás no haya
sino unos pocos que caigan bajo la acusación de plagio en el
mundo! 12
En armonía con la política "honesta y
abierta" del Review, que parece haber estimulado a los
lectores a practicar la honestidad a través de los años, hubo
también quienes trataron de hacer que Ellen practicara esa misma
política. Un artículo en el Review en Junio de 1980
decía que una vez que a Ellen se le dijo cuán erróneo era hacer
lo que estaba haciendo, ella dijo que, de ahí en adelante,
debería dársele crédito a quienquiera que hubiera que dárselo.
Un lector escribió al Review pidiendo la fecha de esa
notable conversación y reconocimiento. Esta es la respuesta que
el resto del público lector nunca tuvo oportunidad de ver:
Usted solicita la fecha en que Ellen
White dio instrucciones para que los autores de material
citado fueran incluídos en pies de página en sus escritos. La
fecha de esto fue alrededor de 1909. Usted también pregunta en
cuáles obras posteriores se incluyeron estas instrucciones. El
único libro al que se aplicaban estas instrucciones era The
Great Controversy, que fue luego re-publicado con estos
pies de página en 1911? 13
Allí lo tiene usted. En 1909, la fecha dada
más arriba, Ellen tenía ochenta y dos años de edad, y le
faltaban seis años para llegar a la tumba. En más de setenta
años de robar ideas, palabras, y frases, ni una sola vez hizo
ninguna confesión específica. Los publicadores hcieron sólo una
declaración vaga y general en relación con una revisión de The
Great Controversy - y eso sólo después de que el libro
mismo se había convertido en causa de controversia.
Cuando están muy cerca de ser descubiertos, la defensa final de
los profetas y videntes es decir que Dios les hizo hacerlo, que
ellos ven y dicen cosas que otros han dicho, y que ellos pueden
verlas y decirlas exactamente en las mismas palabras que otros
porque Dios se las dio a ellos primero. Ellos simplemente no se
lo hicieron saber a ninguna persona hasta que fueron
descubiertos.
Robert W. Olson, el actual jefe del White
Estate, asume esta posición en un trabajo de septiembre 12,
1978, titulado "Wylie´s Language Used to Describe What She Had
Already Seen Herself May 15, 1887". [El lenguaje que Wylie usó
para describir lo que ella misma ya había visto el 15 de mayo de
1887]. El documento compara el diario que Ellen escribió en
Suiza en 1887, con una cita del libro de James A. Wylie The
History of Protestantism, 1876. Dice así: 14
Ellen G.
White
|
James A.
Wylie
|
Zurich
está agradablemente situada en las riberas del Lago
Zurich. Ésta es una noble extensión de agua, rodeada
por orillas que se inclinan hacia arriba, cubiertas
por viñedos y bosques de pino, en medio de los cuales
destellan aldeas y blancas villas entre árboles y
colinas cultivadas que le dan variedad y belleza al
paisaje, mientras en el horizonte distante se ven los
glaciares combinándose con las nubes doradas. A la
derecha, la región está cercada por las escarpadas
murallas de los Alpes Blancos, pero las montañas
retroceden de la orilla y, permitiendo que la luz
caiga libremente sobre el seno del lago y sobre la
amplia curva de sus encantadoras y fértiles riberas,
dan al paisaje una belleza que no podría igualar ni la
pluma ni el pincel del artista. El vecino lago de Zug
tiene un marcado contraste con el de Zurich. Sus
plácidas aguas y soñolientas riberas parecen estar
perpetuamente envueltas en las sombras. [ms. 29-1887]. |
Zurich está
agradablemente situada sobre las riberas del lago de
ese nombre. Ésta ES una noble expansión de agua,
rodeada por orillas que se inclinan suavemente hacia
arriba, cubiertas aquí por viñedos y allá por
bosques de pino, de entre los cuales aldeas y
blancas villas destellan y animan el escenario,
mientras en el horizonte distante se ven los
glaciares combinándose
con las nubes doradas. A la derecha, la región está
cercada por las escarpadas murallas de los Alpes
Blancos, pero las montañas retroceden de la orilla,
y permitiendo que la luz caiga libremente sobre el
seno del lago y sobre la amplia curva de sus
encantadoras y fértiles riberas, dan una frescura y
una espaciosidad a la escena que se ve desde la
ciudad, que contrasta
notablemente con el
vecino Lago de Zug, en el que las plácidas aguas y
la soñolienta orilla parecen
estar perpetuamente envueltas en las sombras de las
grandes montañas.
|
La idea de que Ellen vio todo primero de
parte de Dios en las palabras de quienquiera que estuviera
copiando no era nueva para Olson. En 1889, en Healdsburg,
California, algunos de los defensores de White debatían con los
miembros del grupo ministerial local. Después de mostrar
numerosas comparaciones de escritores que Ellen había usado para
su material, los ministros de Healdsburg dijeron:
El pastor Healey quiere hacerle creer
al Comité que ella no es una mujer que lee. Y también les
pidió que creyeran que los hechos históricos y hasta las citas
se le dan a ella en visión sin depender de las fuentes
ordinarias de información. Obsérvese que Wylie da el debido
crédito cuando cita la bula papal y que la Sra. White no lo
hace. Ciertamente, es digno de notarse, por decir lo menos,
que Wylie, un escritor no inspirado, fuera más honesto en este
particular que la Sra. White, que afirma que todos los hechos
históricos y hasta las citas se le dieron en visión.
Probablemente, un caso de visión defectuosa. 15
He aquí a ministros, presumiblemente
creyentes en la inspiración y las visiones, que no estaban
dispuestos a aceptar la idea de que Dios había pasado por alto a
los medios humanos para alcanzar a la gente a través de Ellen.
Lo que la mayor parte de la gente hace, cuando las cosas en su
así llamado fervor religioso se ponen tan enredadas como lo
están Ellen y sus escritos, es culpar a Dios. Adán lo hizo
cuando el diablo engañó a Eva. El Adventist White Estate intentó
esto cuando se le ocurrió la idea de que Cristo mismo estaba
plagiando un poquito cuando nos dio la regla de oro en Mateo
7:12. Supuestamente, la obtuvo realmente del rabino Hillel, que
había tenido la idea una generación antes. 16 Por supuesto,
puede ser técnicamente correcto que Dios robe, por cuanto se
supone que todo es suyo en primer lugar, pero parece una mala
lección para el resto de nosotros.
Hay dos razones de por qué Ellen copió
material ajeno, se nos dice en el documento de 1979 del White
Estate. La primera razón es que ella no sabía escribir muy bien.
Esto es más bien nuevo en los Adventistas, por cuanto por más de
un siglo han estado citando sus palabras, frases, y párrafos
palabra por palabra en sus batallas escritas y verbales -
siempre declarando cuán hermosa es su manera de escribir. La segunda
razón es que Dios dejó fuera del canon mucho material que era
necesario para hacer inteligente todo el asunto. 17 Con mucha
ayuda de su plana mayor, sin embargo, las visiones de Ellen
fueron desarrolladas y, para el siglo veinte, se había añadido
mucho más al canon de lo que hasta Dios mismo sabía. Siempre se
afirmó que ella nunca añadió nada extra al Canon. Pero cuando la
gente del White Estate sumó todas las palabras que ella
escribió, ¡resultó un estimado de 25,000,000 palabras! Los que
se especializan en tales cosas dicen que, aún siendo liberales
con los puntos y otras marcas de puntuación, ¡ésos son muchos
cánones!
En el mismo artículo de 1979 del White
Estate se nos dice que Ellen probablemente era a menudo
inconsciente de lo que hacía. 18 En ese caso, debe haber estado
inconsciente gran parte del tiempo, porque los miembros del
Comité de Glendale que se reunieron en Enero de 1980 para
examinar la acusación de que ella había copiado de muchos más
autores a su alrededor de lo que otros se hubiesen enterado, o
por lo menos admitido, en efecto dijeron que la cantidad
¡era más de lo que ellos habían sospechado, y que era alarmante!
19 El último grupo que había andado cerca de ver y de decir lo
mismo fue la Conferencia Bíblica de 1919. Fue sacada del asunto
por su esfuerzo, y su perjudicial informe "se perdió" hasta años
recientes, cuando alguien en la bóveda tropezó con el acta de
las reuniones. (Spectrum, con todo y su status
independiente, publicó esta acta en 1979 sin seguir la
formalidad de un permiso). 20
El Comité de Glendale de enero de 1980 - al
que también hicieron desaparecer tan rápidamente como fue
posible - sostuvo muchas discusiones de alto nivel en cuanto a
cuál sería la palabra correcta que debía usarse - "tomar
prestado", "plagiar", o "parafrasear". Nunca se sugirió ni se le
mencionó a nadie (ni siquiera en el cuarto de baño de los
hombres durante los recesos) la posibilidad que Ellen podría
haber robado el material. 21 Pero si la definición de un
diccionario de tomar prestado es aceptable
("tomar u obtener algo con la promesa de devolverlo o devolver
su equivalente"), entonces ni ella ni sus ayudantes creyeron
jamás que estaban "pidiendo prestado" nada.
No sólo se ha negado que ella jamás tomara
nada (hasta que comenzó a acumularse evidencia más reciente de
que sí lo hizo), sino que siempre se ha dicho que Dios lo hacía.
En 1867, Ellen dijo:
Aunque yo dependo del Espíritu del Señor tanto
para escribir mis visiones como para recibirlas, las
palabras que empleo para describir lo que he visto son mías.
22
En
1876, habría de decir:
En tiempos antiguos, Dios habló a los hombres por
boca de los profetas y de los apóstoles. En estos tiempos,
les habla por medio de los Testimonios de su
Espíritu. 23
Poniéndose a sí misma y poniendo
a sus escritos a un nivel más y más elevado, dijo en 1882:
Si ustedes disminuyen la confianza del pueblo de
Dios en los testimonios que Él les ha enviado, se están
rebelando contra Dios tan ciertamente como lo hicieron Coré,
Datán, y Abiram. 24
Con el correr del tiempo, estas
afirmaciones crecieron, hasta que ella fue capaz de excederse
a sí misma (1882):
Cuando
fui a Colorado, sentí tal responsabilidad por ustedes que,
en mi debilidad, escribí muchas páginas para que fuesen
leídas en la reunión al aire libre [camp meeting]. Débil y
temblorosa, me levanté a las tres de la mañana para
escribirles. Dios estaba hablando a través de la arcilla.
Ustedes podrán decir que esta comunicación era sólo una
carta. Sí, era una carta, pero inspirada por el Espíritu de
Dios, para poner delante de sus mentes las cosas que
me habían sido mostradas. En estas cartas que les
escribo, en los testimonios que transmito, les presento lo
que el Señor me ha presentado a mí. Yo no escribo ni un
artículo en el periódico expresando sólo mis propias ideas.
Ellas son lo que Dios ha abierto delante de mí en visión -
preciosos rayos de luz que brillan desde el trono. 25
Luego continuó preguntando:
¿Qué
voz reconocerían ustedes como la voz de Dios? ¿Qué poder
tiene el Señor en reserva para corregir los errores de
ustedes y mostrarles el rumbo que llevan? ... Si rehusan
creer hasta que toda sombra de incertidumbre y toda
posibilidad de duda haya sido disipada, nunca creerán. La
duda que exige perfecto conocimiento nunca se rendirá a la
fe. La fe descansa en la evidencia, no en la demostración.
El Señor requiere que obedezcamos la voz del deber, aun
cuando haya otras voces por todas partes a nuestro alrededor
instándonos a seguir un rumbo diferente. Distinguir la voz
que habla de parte de Dios requiere una seria atención de
parte nuestra. 26
Un
problema aquí es que Daniel March había escrito años antes en su
libro Night Scenes in the Bible:
No
debemos diferir nuestra obediencia hasta que toda sombra de
incertidumbre y toda posibilidad de error hayan sido
disipadas. La duda que exige perfecto conocimiento
nunca se rendirá a la fe, porque la fe descansa en las
probabilidades, no en la demostración.... Debemos obedecer
la voz del deber aun cuando haya muchas otras voces clamando
contra ella, y se requiere una seria atención para
distinguir la que habla en nombre de Dios. 27
Los
"Se me ha mostrado" se hicieron hábito, pues la
expresión habría de aflorar una y otra vez.
Se
me mostró que un área que es la causa del deplorable estado
de cosas es que los padres no se sienten obligados a criar a
sus hijos de conformidad con las leyes físicas. Las madres
aman a sus hijos con un amor idólatra y consienten el
apetito de ellos, a pesar de que saben que perjudicarán su
salud y que por lo tanto traerán sobre ellos enfermedades e
infelicidad.... Han pecado contra el cielo y contra sus
hijos, y Dios les pedirá cuenta. Los administradores y
maestros. 28
Si uno no es dado a
sentirse culpable, y quiere gastar un poco de tiempo mirando a
su alrededor a las obras de los demás, puede que encuentre lo
mismo, sin el "Me fue mostrado", en las obras de un escritor
anterior que Ellen hubiera leído o admirado:
Los
padres también están bajo la obligación de enseñar y obligar
a sus hijos a conformarse a las leyes físicas por amor de sí
mismos.... Cuán extraño e inexplicable es que las madres
amen a sus hijos tan tiernamente que les permitan lo que
tienen ocasión de saber que puede dañar sus constituciones y
perjudicar su salud de por vida. Muchos niños son traídos al
mundo por estas madres a causa de esta cruel bondad. Los
administradores y maestros de escuela. 29
Tales prácticas
pueden ser una de las razones de que el White Estate hiciera
la interesante declaración en su grabación de 1980 de que
algunas de sus afirmaciones Se me mostró eran a
sabiendas. 30 Ahora hay una palabra para usted.
Puede significar que una razón para que la mayoría, si no
todas, de las afirmaciones "Se me mostró" en los primeros
escritos de Ellen tuviera que ser cambiada era que las
ayudantes de Ellen eran conocedoras del problema.
En relación con las
"ayudantes", William S. Sadler habría de escribir más tarde
que las investigaciones mostraron que la mayoría de los
místicos y magos de los tiempos modernos habían tomado la
"precaución de rodearse de asistentes adiestrados y dignos de
confianza". 31 Más tarde conoceremos a algunos de los
confiables asociados de Ellen.
Lo que Sadler no
sabía acerca de estos asistentes, sin embargo, es que ellos
hasta ayudaron a Ellen a "tomar prestadas" sus visiones. En
una de las notables ilustraciones del engaño en los
"préstamos", Ellen habría de escribir un artículo en el Review
and Herald de abril 4, 1899, que más tarde aparecería en
sus Testimonios para la Iglesia. Decía:
En
la reunión al aire libre de Queensland en 1898, se me dieron
instrucciones para nuestros obreros bíblicos. En las
visiones de la noche, los ministros y obreros parecían estar
en una reunión en que se estaban dando lecciones bíblicas.
Dijimos: "Hoy tenemos al Gran Maestro con nosotros," y
escuchamos Sus palabras con interés. Él dijo: "Hay una gran
... ". 32
Lo increíble acerca
del artículo es que el grueso del material fue tomado del
libro The Great Teacher [El Gran Maestro],escrito por
John Harris en 1836. En consecuencia, ella parece estar
esencialmente poniendo las palabras de John Harris en boca de
Dios como si fuera su propia visión. Pero realmente no es así.
Las palabras que ella copió fueron escritas en realidad en la
introducción al libro de Harris por Herman Humphrey, quien,
como presidente del Amhurst College, escribió la introducción
para su amigo Harris. 33
Los modernos
Adventistas tuvieron la oportunidad de echar un vistazo a este
fiasco en el periódico denominacional, Review and Herald,
pero en ninguna parte del periódico se admitió que Harris
también había sido enormemente útil a Ellen cuando escribió Desire
of Ages [El Deseado de Todas las Gentes], Acts of
the Apostles [Hechos de los Apóstoles], Fundamentals
of Christian Education [Fundamentos de la
Educación Cristiana], Counsels to Teachers [Consejos a
los Maestros], así como otras obras suyas. 34 Ninguna
pretendida actitud por parte del Review podría
explicar satisfactoriamente cómo Harris y su Great Teacher
se convirtieron en Dios, el Gran Maestro, a través de Ellen
White. Y esta transición tuvo lugar más de una vez bajo la
pluma de Ellen. 35
Referencias y notas
1. Levítico 24; Nehemías 13; Hechos 5.
2. Donald R. McAdams, "Shifting Views of
Inspiration: Ellen G. White Studies in the 1970s" [Puntos de
vista cambiantes sobre la inspiración: Estudios sobre
Ellen G. White en la década de 1970], Spectrum 10, no. 4
(marzo de 1980): 27-41.
3. Robert W. Olson, "Ellen G. White´s Use
of Uninspired Sources" [El uso de fuentes no inspiradas por
parte de Ellen G. White], fotocopiado (Washington: Ellen G.
White Estate, 9 noviembre de 1979), pp. 18-18. Charlas
posteriores y fotocopias, que los miembros del White Estate
hicieron circular, ampliaron más el tema de los préstamos
bíblicos.
4. Dudley M. Canright, Life of Mrs. E.
G. White: Seventh-day Adventist Prophet; Her False Claims
Refuted [Vida de la Sra. Ellen G. White: Profeta de los
Adventistas del Séptimo Día; sus falsas afirmaciones refutadas]
(Cincinnati: Standard Publishing Company, 1919), pp. 18-31.
5. Wayne Cowdrey, Donald R. Scales, Howard
A. Davis, Who Really Wrote the Book of Mormon? [¿Quién
escribió realmente el libro de Mormón?], (Santa Ana, CA: Vision
House, 1977). Este libro da una dirección en la que hay también
disponibles grabaciones en cinta sobre el tema.
6. Canright, Life of Mrs. E. G. White
[Vida de la Sra. E. G. White], pp. 25-31.
7. Francis D. Nichol, ea., Seventh-day
Adventist Encyclopedia [Enciclopedia Adventista],
Commentary Reference Series, 10 tomos. (Washington: Review and
Herald Publishing Association, 1976), tomo 10, p. 474.
8. E GW, Life Sketches of Ellen G.
White [Bosquejos de la Vida de Ellen G. White] (Mountain
View; Pacific Press Publishing Association, 1915), pp. 26-31.
EGW, Christian Experience and Teachings [Experiencia y
enseñanzas cristianas], (Mountain View: PPPA, 1522), pp. 57-61.
Jack W. Provonsha, "Was Ellen White a Fraud?" [¿Fue
Ellen White un fraude?], fotocopiado (Universidad de Loma Linda,
División de Religión, 1980).
10. [Uriah Smith, ed.]
"Plagiarism"[Plagio], Review,
24 (6 septiembre 1864): 120.
11. Francis M. Wilcox, ed., "Are You a
Plagiarist?"[¿Es Ud. Un Plagiario?], Review 99 (23 de
marzo de 1922): 32.
12. J. B. Gallion, "Spiritual Plagiarism"
[Plagio espiritual], Review 99 (23 de marzo de 1922):
21.
13. Carta del Review a [seud.] (29
de julio de 1980).
14. Robert W. Olson, "Wylie´s
Language Used to Describe What She Had Already Seen Herself" [El
lenguaje de Wylie usado para describir lo que ya ella misma
había visto]. Ms. #655 autorizado para su publicación,
fotocopiado (Washington: EGW Estate (12 septiembre 1978). Esta
autorización del White Estate cita el Ms. 291887 de EGW
("Diary-Labors in Switzerland-8") escrito en Basilea desde l1 de
enero al 15 de mayo de 1887; y James A. Wylie´s The History
of Protestantism, tomo 1, 1876, pp. 435-436.
15. [Healdsburg] Pastors´ Union, "Is Mrs.
E. G. White a Plagiarist?" ["¿Es la Sra. E. G. White una
plagiaria?"] Healdsburg [California] Enterprise, 20 marzo
de 1889, p. 1.
16. Olson, "EGW´s Use of Uninspired
Sources" [Uso de fuentes no inspiradas por parte de EGW], pp.
16-19.
17. Ibid., pp. 7-9.
18. Ibid., p. 12.
19. Glendale Committee, "Ellen G. White
and Her Sources" [Ellen G. White y sus fuentes], cintas, 28-29.
20. [Conferencia Bíblica], "The Bible
Conference of 1919" [La Conferencia Bíblica de 1919], Spectrum
10, no. 1.
21. Cintas del Glendale Committee (1980).
22. EGW, Selected Messages [Mensajes
Selectos],
3 libros. (Wasington: RHPA, 1958-58-80), libro 1, p.
23. EGW, Testimonies for the Church [Testimonios
para
la Iglesia], tomo 4, pp. 147-48. Testimony 27 (1876).
24. EGW, Íd., tomo 5, p. 66. Testimony 31
(1882).
25. EGW, Selected Messages, libro
1, p. 27.
26. Ibid.
27. Daniel March, Night Scenes in the
Bible [Escenas nocturnas en la Biblia] (Philadelphia:
Zeigler, McCurdy & Co., 1923), p. 88.
28. EGW, Testimonies, tomo 3, p.
141. Testimony 22 (1872).
29. Larkin B. Coles, Philosophy of
Health: Natural Principles of Health and Cure [Filosofía
de la salud: Principios naturales de salud y curación] (Boston:
William D. Ticknor & Co., 1849, 1851, 1853), pp. 144-145.
30. Autorización del White Estate para
publicación, en la sesión de la Conferencia General de 1980, en
Dallas, Texas. Entrevista de Robert Spangler con Robert Olson y
Ron Craybill.
31. William S. Sadler, The Truth About
Spiritualism [La verdad sobre el espiritismo]. (Chicago:
A. C. McClurg & Co., 1923). p 88.
32. John Hams, The Great Teacher
(Amherst: T. S. & C. Adams, 1836: Boston: Gould and Lincoln,
1870) pp. 14-18: Véase tambien EGW, Testimonies for the
Church, tomo 6, pp. 58-60.
33. Ibid.
34. Véase Apéndice, también Review and
Herald, abril 2, 1981, "Did Mrs. White 'Borrow' in
Reporting a Vision?"[¿'Tomaba prestado' la Sra. White al
informar sobre una visión?] p. 7.
35. Véase EGW, Testimonies to
Ministers (Mountain View, Pacific Press Association,
1923), p. 193; John Harris, The Great Teacher, p. 58.