ENSEÑAR EL DIEZMO?
Russell Earl Kelly, Ph. D.
Capítulo 5
Levítico
27:30-34
"Es
dedicado a Jehová"
27:30 Y el DIEZMO DE LA TIERRA, así de la simiente de la
tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová.
27:31 Y si alguno quisiere
rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio
por ello.
27:32 Y todo DIEZMO DE VACAS o de ovejas, de todo lo que
pasa por debajo de la vara, el diezmo será
consagrado a Jehová.
27:33 NO mirará si es bueno o malo,
NI lo cambiará; y si lo cambiare, tanto él como el que se lo
dio en cambio serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados.
27:34 Estos son los mandamientos
que ordenó Jehová a Moisés para los hijos de Israel, en el
monte de Sinaí.
La frase clave:
"Consagrado a Jehová" aparece en los versículos 30 y 32. Los
que creen que los cristianos del nuevo pacto deben continuar
obedeciendo su propia definición del diezmo (muy modificada)
emplean esta frase como su argumento más poderoso en favor de
la naturaleza eterna del diezmo.
Por ejemplo, Eklund
escribe: "La razón más básica para diezmar es el hecho de que
la Escritura enseña claramente que el diezmo es del Señor.
[Cita Levítico 27:30, 32). Dios es el dueño de todo en los
cielos y en la tierra (véase Sal. 24:1). Pero el diezmo le
pertenece a él en un sentido distintivo. Dios le permite al
hombre usar nueve décimos, pero el diezmo es sagrado y no debe
ser gastado. El diezmo es 'consagrado
al
Señor', apartado, para ser usado sólo por Dios" (31).
La Encyclopedia
of Southern Baptists, Vol. II, diezmo, es fundamental
para Eklund. Después de decir que el diezmo es "básico en un
buen número de tradiciones", la Enciclopedia luego ignora
todas las otras leyes y costumbres paganas de estas otras
tradiciones (como la de los cananeos) y dice: "La primera
observancia del diezmo, viniendo como vino antes de que la ley
se diera formalmente (es decir, en Génesis 14) ... es
evidencia del hecho de que entregar el diezmo es parte de la
naturaleza moral básica de los hombres que legítimamente
adoran a Dios".
El principio básico de que
el diezmo "no es una ley moral eterna" es presentado por
William Kaiser. "La ley que se basa, no en la naturaleza de
Dios, sino en sus dichos particulares en una ocasión especial
se llama ley positiva
... El mandamiento sobre el sábado es el único de los Diez
Mandamientos que está mezclado con aspectos tanto morales como
positivos. Es moral en que dice que Dios es dueño de todo el
tiempo y que, por lo tanto, tiene derecho a recibir una
porción de nuestro tiempo para rendirle culto a él. Pero es positivo, o ceremonial, en que
especifica el séptimo día como ese tiempo" (32). Como el
sábado, hay un aspecto moral
en dar porque Dios es el dueño de toda la creación, y hay
también un aspecto positivo,
o ceremonial, en dar
en que el diez, el veinte, o el veintitrés por ciento exacto
fue especificado en la ley para Israel.
Un tercer enfoque por el
teólogo católico romano Tomás
de Aquino (aunque rechazado por los protestantes) es
sólo una variación de la declaración de Kaiser. Tanto Kaiser
como Aquino concluyen que el "diez por ciento" de la ordenanza
del diezmo no era una ley moral y no era parte de los eternos
principios de Dios. Aquino arguye que el diezmo era parcialmente moral porque
la razón natural le dice al hombre que dé, y parcialmente judicial
porque la institución divina de la iglesia tenía autoridad
para decretar el porcentaje exacto que se debe dar" (Summa
Theologica, Vol. 3, The Second Part of the Second
Part).
El
contexto de los versículos 30-34.
Por muchas razones
bíblicas, este autor discrepa con la afirmación de Eklund. No
es posible interpretar las frases "pertenece al Señor" y
"consagrado a Jehová" en el sentido de que "es un principio
moral eterno que existía antes de la ley formal". ¿Por qué?
Porque estas frases son muy comunes en el libro de Levítico y
se aplican a muchas otras ordenanzas que casi todas las
iglesias concluyen que terminaron en el Calvario cuando Jesús
dijo: "Consumado es". En el contexto de los versículos 30-32,
el diezmo es "santo al Señor", (1) porque viene de la tierra
santa de Canaán prometida a Israel, (2) porque se dio a los
levitas santificados a cambio de su herencia de la tierra, y
(3) porque los sacerdotes levitas habían reemplazado el
sacerdocio de los creyentes con un sacerdocio cúltico bajo las
ordenanzas temporales del Antiguo Testamento. En consecuencia,
se suponía que los que recibían los diezmos no poseían tierra.
¡Pero las iglesias cristianas que enseñan el diezmo no apelan
actualmente a ninguna de estas razones para declarar santo al
diezmo!
El Wycliffe
Bible Commentary (publicado por los Bautistas del
Sur) coloca al diezmo en la misma categoría que la ordenanza
para animales cuando dice: "Los diezmos pertenecían al Señor y
estaban sujetos a las mismas
reglas de redención que los animales limpios que habían sido
dedicados (vv. 9-10)" (33).
Los defensores del diezmo a
menudo se refieren a Salmos 24:1 en apoyo del diezmo, como si
el pasaje estuviera conectado directamente con él. "De Jehová es la tierra y su
plenitud; el mundo, y los que en él habitan". Sin
embargo, David no relaciona el diezmo con Salmo 24:1. ¡En
realidad, la palabra "diezmo" nunca aparece en ningún escrito atribuido al
rey David! Aunque es verdad que Dios es el creador que creó y
es el dueño de todo; también es verdad que los diezmos de
Levítico 27 no podían ser recibidos de los prosélitos, los no
israelitas, los animales impuros, las tierras contaminadas
dentro de Israel, ni de las tierras contaminadas fuera de
Israel. ¡El diezmo era sólo israelita del Antiguo Testamento!
Simplemente, no hay ningún principio eterno universal
declarado, ni implícito, en el contexto inmediato mismo.
Cualquier afirmación seria
de que el diezmo debe ser obedecido porque es parte
de la eterna ley de Dios, que refleja su carácter eterno,
ciertamente debe demostrarse que es correcta por medio de algo
diferente de la metodología de texto de prueba, o por medio
del argumento de "porque yo lo digo". Los sinceros
sostenedores del diezmo en el nuevo pacto deberían desear
entrar en extensas discusiones y defender su posición con
sólidos razonamientos. Sin embargo, rara vez harán algún
intento por apoyar su posición sin usar la metodología de
textos de prueba. Considérese lo siguiente:
Uno: Cuando se usan
correctos principios de interpretación para explicar este
pasaje, el texto literal mismo limita el alcance del diezmo a
"todo el diezmo de la tierra" (versículo 30) y "el diezmo de
las vacas" (versículo 32). Esto se discutió completamente en
el capítulo uno bajo la definición y las limitaciones del
diezmo. El diezmo de la ley mosaica nunca fue más allá de los
productos de la tierra de Israel para incluir el producto de
las ganancias de cualquiera de las muchas otras ocupaciones en
Israel. Los diezmos siempre eran en alimentos, nunca en
dinero.
Dos: La mayoría de
los llamados diezmadores hoy día sólo lo aplican a su ingreso
bruto. Reemplazan la definición literal con su propia
definición artificial. El Diccionario
de Webster pesa más que la Biblia.
Tres: Los diezmadores
contemporáneos hacen énfasis en LO MEJOR, mientras que los
versículos 32 y 33 específicamente prohiben esto concerniente
a los rebaños. Dios exigía que cada décimo animal, fuera o no
el mejor, fuera entregado a los levitas como la totalidad del
diezmo. Sin embargo, sí ordenó a los levitas entregar lo mejor
de su "diezmo del diezmo" a los sacerdotes (Núm. 18:29-30).
Cuatro: En el
versículo 34, el contexto limita el diezmo a la nación de
Israel bajo la ley mosaica. Vale la pena notar que, aunque hay
muchos textos, como Salmos 24:1, que declaran que Dios es
propietario de toda la tierra, ni Dios ni los israelitas
usaron jamás este principio de propiedad del mundo como
autorización para recoger diezmos santos de territorios
paganos o de no israelitas.
Cinco: Originalmente,
los diezmos podían proceder de cualquier parte del territorio
de Israel usado por los israelitas. Sin embargo, Alfred
Edersheim dice que, más tarde, este requisito se estrechó mucho más, en
lugar de expandirse.
[Los predicadores expandieron la definición; los judíos
limitaron el significado]. Después del regreso del exilio, la
tierra fue subdividida en tres diferentes zonas de santidad.
El segundo y el tercer diezmo no podían llegar al templo
procedentes de territorios más allá del Jordán. Aunque el
territorio israelita que había sido capturado por el rey David
[O.K.], partes de Egipto [no bíblico], y parte de Babilonia
[no bíblico] podían usarse para diezmos menores por levitas
locales, la mayoría de las otras tierras se consideraba
contaminada e incapaz de producir diezmos santos aceptables
para el templo de Jerusalén (34).
El
contexto de los versículos precedentes, 28 y 29.
27:28 Pero no se venderá ni se
rescatará ninguna cosa consagrada, que alguno hubiere dedicado
[hecho voto] a Jehová; de todo lo que tuviere, de hombres y de
animales, y de las tierras de su posesión, todo lo consagrado
[de lo cual se ha hecho voto para destrucción NAS] será cosa santísima para Jehová.
27:29 Ninguna persona separada como
anatema podrá ser rescatada; indefectiblemente, ha de ser
muerta.
El punto es: En los
versículos inmediatamente precedentes a los versículos que
tratan de los diezmos, 30-34, es muy claro que la frase "es
cosa santísima para Jehová" no significa que "es un principio
moral eterno". En el versículo 28, "todo lo consagrado a Jehová es cosa SANTÍSIMA"
eleva esta santidad a un nivel aun más alto que el del
diezmo, que es sólo santo para Jehová! Las
personas como Acán, que estaban bajo una interdicción oficial
para ser ejecutadas por sus pecados, son llamadas "santísimas
para Jehová" (35). "Santísimo para Jehová" significaba
que el criminal condenado estaba bajo donación para Dios,
absoluta e irredimible (36). Albert Barnes dice que algunos
hasta interpretan esta interdicción "santísima" como una
"maldición" (37). Una persona hasta podía ponerse a sí misma
bajo un juramento como éste al prometer no dejar de llevar a
cabo un propósito específico; sin embargo, puede que esto sólo
signifique una devoción de toda la vida (38). Aunque Israel no
hacía sacrificios humanos, su gobierno sí tenía autoridad para
aplicar la pena de muerte. (Véase Josué 6:17; 7:13-26; Deut.
25:19; 1 Sam. 15:3).
Nuevamente, el punto es
que, si el diezmo, al que sólo se le llama "santo" para
Jehová, refleja un principio moral eterno, entonces ¿cómo
explicamos el "santísimo" para Jehová de los versículos
anteriores? Naturalmente, es extremadamente raro (si es que
ocurre) que los sermones sobre la "santidad" del diezmo
expliquen el carácter de "santísimo" de los versículos
anteriores del contexto de su capítulo.
El
contexto del capítulo 27.
Además del diezmo, el
capítulo también contiene otras cosas que son "santas para
Jehová". Levítico 27:9 llama a todas las ofrendas consagradas
[por voto] "santas para Jehová"; 27:14 describe las cosas
santificadas como "santas para Jehová"; 27:21 describe los
campos dedicados por voto como "santos para Jehová, como un
campo consagrado; cuya posesión será del sacerdote". ¡Estas
cosas eran "santas" porque
ellas, como el diezmo, pertenecían al sacerdote levítico bajo
la ley mosaica! No
eran santas a causa de alguna cualidad eterna inherente.
Todo el capítulo 27 es una
"ordenanza" o un "estatuto" de cosas "dedicadas" [por voto],
cuya base se deriva de la ordenanza misma, que es Números 18.
Por cuanto el sacerdocio levítico reemplazó el sacerdocio de
los creyentes, por cuanto el primero recibía diezmos a cambio
de la herencia de la tierra, todas las cosas dedicadas,
incluyendo el diezmo, les pertenecían y eran, por tanto,
"santas para Jehová".
La enciclopedia judía, Encyclopedia Judaica,
hasta afirma que este diezmo era voluntario. Y, aunque el
diezmo de Levítico 27:32-33 ocurre en el capítulo que trata de
las donaciones sagradas voluntarias
de varias clases, los primogénitos en los versículos 26-27 son
una excepción de la regla (39).
El
contexto del libro de Levítico "sed santos porque yo soy
santo".
El libro de Levítico es
claramente el libro más ceremonial, religioso, y cúltico de la ley
mosaica. Con la palabra cúltico,
quiero decir "específica y exclusivamente concerniente al
Israel nacional bajo el Antiguo Testamento". "Santidad" y
"santísimo" son los temas principales de cada uno de los
capítulos. En relación con las ordenanzas sobre alimentos
impuros, Dios dijo: "Porque yo soy Jehová vuestro Dios;
vosotros por tanto os santificaréis y seréis santos, porque yo soy
santo; así que no contaminéis vuestras personas con
ningún animal que se arrastre sobre la tierra" (11:44).
"Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios"
(19:2). En relación con todas sus ordenanzas, o todos sus
estatutos, Dios dijo: "Santificaos, pues, y sed santos, porque
yo Jehová soy vuestro Dios. Y guardad mis estatutos, y ponedlos por
obra. Yo Jehová que os santifico" (20:7-8). Por lo tanto, algo
básico de cada una de las ordenanzas de la ley mosaica,
incluyendo el diezmo, es el principio de que "Dios es santo".
Puesto que Dios es santo, la
cosas que él describe como santas bajo la ley son santas en
el contexto de esa ley. Sin embargo, está claro que
esto no significa que todo bajo la ley es un "principio moral
eterno" que debe observarse más allá de la terminación del
Antiguo Testamento (Heb. 8:6).
Repetimos: Las frases
"pertenece a Jehová" y "santo a Jehová" son comunes en
Levítico. Las cosas "santas" en Levítico incluyen todos los
festivales religiosos y días santos (11 veces en el capítulo
23), el santuario (4:6), la mitra del sumo sacerdote (8:9),
Dios y su pueblo (11:4; 19:2), la túnica de lino del sumo
sacerdote (16:4), la ofrenda de paz (19:8), el fruto del
cuarto año de un nuevo árbol (19:4), el nombre de Dios (20:3),
los sacerdotes (21:6) y, por último, el diezmo (27:30, 32). Las
cosas "muy santas" para Dios en Levítico incluyen la porción
de grano del sacerdote y las ofrendas por el pecado (Lev. 2:3;
6:17), el sacrificio por la culpa (7:1), el aposento interior
del santuario (16:2), y las personas bajo interdicción para
ser ejecutadas (27:28-29) - ¡cosas que son aún más santas que el diezmo!
Finalmente, la división
más común de la ley (para fines de estudio) la divide en
mandamientos, juicios, y ordenanzas. El libro de Levítico es
casi enteramente una colección de "ordenanzas" o "estatutos"
para la vida religiosa de Israel. Levítico instruye a los
sacerdotes con relación a ofrendas, consagración, expiación,
festividades religiosas, leyes alimentarias, leyes sobre
rescate, cosas dedicadas, y finalmente, diezmos. ¡Uno "no ha entendido bien" si
retiene el concepto del diezmo mientras rechaza casi todas
las otras ordenanzas meramente como Antiguo Testamento!
¡Eso es simplemente usar pobres principios de interpretación!
Repetimos: Números 18
(especialmente los versículos 20 y 21), no Levítico 27, ni
Malaquías 3, es el capítulo fundacional que da las razones
para el diezmo. El
diezmo bíblico NO era un principio moral eterno que alcanza
hasta la eternidad con Dios. ¡El verdadero diezmo bíblico
COMENZÓ como un mandamiento para el Israel nacional en Números
18! El "principio" que el diezmo enseña es una ordenanza
religiosa de la ley mosaica. Nuevamente, el diezmo era a
cambio de la herencia de la tierra y el pago por el servicio
de los ayudantes levitas y el sacerdocio aarónico. El diezmo
era la "ordenanza" del Antiguo Testamento que ordenaba a los
israelitas devolver a Dios una porción de lo que él reclamaba
de la especial tierra prometida de Canaán. Aunque, en cierto
sentido, Dios efectivamente es dueño de toda la tierra, sólo
exigía un diezmo de la misma tierra especial de Canaán que él
había escogido y bendecido específicamente.
El diezmo no sólo era una
"parte" importante de la ley del Antiguo Testamento, sino que
era la parte básica
que permitía a todo el resto funcionar bajo su sacerdocio.
Claramente, la ordenanza del diezmo estableció y fundó el sacerdocio levítico
(Heb. 7:9-11). Esto, a su vez, permitía los servicios rituales
y religiosos diarios de la nación. Por lo tanto, es imposible
separar el diezmo de su contexto en Levítico.
_______________
31. Ibid., 67.
32. Kaiser, 187-188.
33. Wycliffe Comm., s.v. "Lev. 27".
34. Alfred Edersheim, Sketches of Jewish Social Life,
Updated Edition (Peabody: Hendrickson Publishers,
1994), 3-19.
35. Wycliffe Comm., s.v. "Lev. 27:28".
36. Adam Clarke, Adam Clarke´s Commentary,
CD-ROM (Seattle: Biblesoft, 1996), s.v. "Lev. 27:30-34".
37. Barnes, s.v. "Lev. 27:28-29".
38. Jamieson, s.v. "Lev. 27:28-29".
39. Cecil Roth, ed.,
Encyclopedia Judaica (New
York: MacMillan, 1972), s.v. "tithe".
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