Introducción
Si usted ya ha leído los
dos capítulos anteriores sobre 2 Crónicas 31 y Nehemías,
estará mucho mejor preparado para el estudio sobre Malaquías.
Este capítulo dará evidencia de la Palabra de Dios de que los
textos sobre el diezmo en Malaquías 3:8-10 han sido
incorrectamente interpretados y aplicados por la mayoría de
las iglesias cristianas. Este capítulo demostrará que los que
son culpables de robar a Dios en Malaquías 3:8 son los
sacerdotes ministradores y no el pueblo. En consecuencia, los
malditos en Malaquías 3:9 son los sacerdotes que son
maldecidos por quebrantar el Antiguo Testamento. Cuando se
compara con Números 18:21-24 y Nehemías 10:37b, la
interpretación usual de "traed todos los diezmos al alfolí" ha
sido convertida en una terrible mentira que, por respeto a la
verdad de Dios y para el bien de la iglesia de Cristo, debe
detenerse inmediatamente.
Aunque el libro de
Malaquías sólo tiene cuatro (4) cortos capítulos, muchos no lo
han leído nunca completamente de una sola vez. Para beneficio
de la claridad, ruego a usted que lea cuidadosamente y con
oración todos los cuatro capítulos después de leer este
párrafo. Mientras lee, hágase estas preguntas: "¿A quién está
hablando Dios en esta sección? ¿Cuándo comenzó Dios a hablar a
este grupo de personas? ¿Ha cambiado el grupo de personas a
las cuales Dios se dirigió? Si es así, ¿qué evidencia hay de
que Él ha cambiado de hablar a un grupo para dirigirse a
otro?" - Por favor, deténgase y lea Malaquías
ahora.
Este autor cree que
Malaquías debería ser dividido en sólo tres secciones: La
primera sección, 1:1 al 1:5, es la introducción. Dios quería
que todo Israel, todo Jacob, escuchara este mensaje porque
todos estaban involucrados, directa o indirectamente, en las
causas y las consecuencias del mensaje. La segunda sección,
1:6 a 1:14, es la queja principal de Dios contra los
sacerdotes arrogantes y deshonestos. Esta sección es crucial
para entender el resto del libro porque proporciona la base
fundamental para todos los otros problemas en el libro. La
tercera sección, 2:1 a 4:6, es el mensaje específico de Dios
para los sacerdotes. Aunque el resto de Israel está afectado
indirectamente por las acciones de los sacerdotes, Dios no
cambia su mensaje después de que comienza en 2:1. Este
capítulo intentará revelar de modo convincente las razones
para este procedimiento. Si es correcto, entonces esta
interpretación es devastadora para la lógica usual presentada
a favor del diezmo en la mayoría de las iglesias cristianas.
Es especialmente importante descubrir el verdadero significado
de Malaquías 3:8-10.
Mal.
1:1 Carga de la palabra de Dios para Israel por medio de
Malaquías.
La primera parte de Malaquías se dirige directamente a
"Israel" (1:1), a "Judá en Israel" (2:11), y a los
"sacerdotes" de Israel (1:6; 2:1). Desde Éxodo hasta el
Calvario, el diezmo fue ordenado a la nación especial de Dios,
Israel, y SÓLO a la Israel (Lev. 27:34; Núm. 18:23-24; Deut.
12:5-6, 11; Heb. 7:5). Ni siquiera a los diezmos de los
prosélitos (no israelitas convertidos) se les permitía entrar
al templo.
¡IMPORTANTE! EN 1:6, DIOS COMIENZA A
HABLAR ESPECIALMENTE A LOS SACERDOTES, LOS MINISTROS, NO AL
PUEBLO. ¡SIGA EL RASTRO DE LA PALABRA "VOSOTROS" PARA
DETERMINAR SI DIOS DEJA DE HABLAR ESPECÍFICAMENTE A LOS
SACERDOTES, Y CUÁNDO!
Pecados de los sacerdotes,
1:6-14.
Mal. 1:6 El hijo honra al padre, y
el siervo a su señor. Si, pues, soy yo el padre, ¿dónde está
mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor?, dice Jehová
de los ejércitos a vosotros, OH SACERDOTES, que menospreciáis
mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?
Mal. 1:7 En que ofrecéis sobre mi
altar pan inmundo. Y dijísteis: ¿En qué te hemos deshonrado?
En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.
Mal. 1:8 Y cuando ofrecéis el
animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Preséntalo,
pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás
acepto?, dice Jehová de los ejércitos.
Mal. 1:9 Ahora, pues, orad por el
favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero, ¿cómo
podéis agradarle, si hacéis estas cosas?, dice Jehová de los
ejércitos.
Mal. 1:10 ¿Quién también hay de
vosotros que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde?
Yo no tengo complacencia en vosotros, dice Jehová de los
ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda.
Mal. 1:12 Y vosotros lo habéis
profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando
decís que su alimento es despreciable.
Mal. 1:13 Habéis además dicho: ¡Oh,
qué fastidio es esto!, y me despreciáis, dice Jehová de los
ejércitos; y trajísteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y
presentásteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano?, dice
Jehová.
Mal. 1:14 MALDITO el que engaña, el
que, teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a
Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los
ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.
(1:6) Según 1:6 y 2:1,
Malaquías se dirige de lo más específicamente a los ministros
deshonestos, es decir, ¡a sacerdotes del Antiguo
Testamento! Estos dos versículos, 1:6 y 2:1, son las CLAVES
para entender el libro entero de Malaquías. En realidad, estos
dos versículos dicen lo OPUESTO de lo que a la mayoría de
nosotros nos han dicho toda la vida. Al estudiar el resto de
Malaquías, no olvide el contexto de estos dos versículos. Dios
reprende específicamente a sus ministros, los
sacerdotes, no al pueblo.
El primer "vosotros"
en Malaquías 1:6 se refiere a los sacerdotes. Ellos son
culpables de deshonrar a Dios y de despreciar su nombre.
(1:7-8) Dios reprende a
los ministros por darle lo que nadie más quiere. Al
hacerlo, los ministros son culpables de despreciar "la mesa de
Jehová". Nótese que Dios no dice que ellos no "tenían" la
ofrenda adecuada para presentársela a Él. No hay ninguna razón
para concluir que los ministros se veían obligados a dar
alimento contaminado porque no tenían nada más que dar.
(1:9) Dios sólo critica a
los SACERDOTES (no al pueblo) por traer OFRENDAS inaceptables.
Dios dice que ni siquiera su gobernante aceptaría estas
ofrendas de animales cojos o enfermos para su mesa. Esto es
porque el gobernante sabía que estos ministros tenían
abundancia de animales buenos y saludables para sacrificar de
las ofrendas de los primogénitos y de su parte de los animales
diezmados. ¿Por qué es cierto esto? Porque Nehemías
había ordenado al pueblo traer estas ofrendas, y era tal la
abundancia que se habían necesitado almacenes (véase Neh.
10:35-38; 12:44, 47; 13:4, 5, 12, 13).
(1:10) En Malaquías, Dios
está extremadamente airado contra los sacerdotes. Les dice que
le gustaría que cesaran todo culto hipócrita. No se agradaba
de los sacerdotes, y no estaba dispuesto a aceptar de ellos
ninguna ofrenda que no significase nada.
(1:12) Los sacerdotes son
culpables de profanar el nombre de Dios. Sus repugnantes
sacrificios revelaban su completo y pecaminoso desprecio a
Dios.
(1:13) Este texto es muy
interesante. KJV dice "lo descuartizado"; NIV, "lesionado";
NAS, NKJV y TLB prefieren "robado" o "hurtado"; y RSV dice
"tomado por la fuerza". Si era robado, entonces esto significa
que, de alguna manera, los sacerdotes habían tomado "más" que
su parte legal. Puesto que las primicias, los primogénitos, y
las ofrendas iban a dar directamente a sus manos, los
sacerdotes no podrían haber robado estos artículos (Neh.
10:35-37b). Sin embargo, los sacerdotes habían tomado la
porción de los levitas del diezmo en el alfolí (Neh.
13:10-11).
(1:14) ¡Los que sólo leen
la maldición de Malaquías 3:9 no se dan cuenta de que la
palabra maldición se
había usado anteriormente cuatro (4) veces en Malaquías para
maldecir a los sacerdotes! Es muy evidente que esta primera
maldición de Malaquías 1:14 se dirige a los sacerdotes, los
ministros, del Antiguo Testamento. El sacerdote "TIENE"
animales aceptables para el sacrificio, recibidos de los
diezmos y las ofrendas. ¡Dios no los excusaba porque el pueblo
no había entregado sus diezmos adecuadamente! Aunque los
sacerdotes no tenían que diezmar, se esperaba que PROMETIERAN
HACER ofrendas voluntarias de los diezmos y las ofrendas que
recibían. ¡Su pecado consistía en prometer darle a Dios lo
mejor y luego darle lo peor!
Castigo
de los sacerdotes, 2:1 a 4:6.
Mal. 2:1 Ahora, pues, OH
SACERDOTES, para vosotros es este mandamiento.
Mal. 2:2 Si no oyéreis, y si no
decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de
los ejércitos, enviaré MALDICIÓN sobre vosotros, y MALDECIRÉ
vuestras bendiciones; y aun las he MALDECIDO, porque no os
habéis decidido de corazón.
Mal. 2:3 He aquí, yo os dañaré la
sementera [sacerdotal], y os echaré al rostro el ESTIÉRCOL, el
ESTIÉRCOL de vuestros animales sacrificados, y seréis
arrojados juntamente con él.
(2:1) A causa de esta
vital relación con el resto de Malaquías, ¡este versículo se
convierte en la clave más importante para su significado! Por
segunda vez, ¡Dios claramente deja bien claro que se dirige
específicamente a los sacerdotes! Puesto que no hay ningún
texto correspondiente en ninguna otra parte del libro de
Malaquías en el sentido de que Dios haya cambiado su auditorio
primario, entonces la conclusión es que Dios no cambió este
auditorio durante el resto del libro. El capítulo dos continúa
la condenación de los SACERDOTES. Después de describir algunos
de sus pecados desde 1:6 hasta 1:14, Dios ahora describe su
castigo.
(2:2) ¿Cuántos
predicadores pasan por alto este texto cuando predican sobre
la maldición de 3:9? ¿Podría ser porque esta segunda, tercera,
y cuarta ocurrencia de MALDICIÓN en Malaquías (como la
primera) se dirigen nuevamente a los ministros mismos? Nada
podría ser más claro que este texto.
(2:3) "¡Dios arrojará
estiércol, desperdicios, menudo, excremento a sus rostros
sacerdotales!" Este versículo muestra el alcance de la ira de
Dios contra los sacerdotes. Dios definidamente no siente pena
por ellos porque no tengan diezmos y ofrendas de primogénitos
para sacrificar.
Los
sacerdotes han roto su pacto especial con Leví, 24:10.
Mal. 2:4 Y sabréis que yo OS envié
este mandamiento, para que fuese mi PACTO CON LEVÍ, ha dicho
Jehová de los ejércitos.
Mal. 2:5 Mi PACTO con él fue de
vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera;
y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado.
Mal. 2:6 La ley de verdad estuvo en
su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en
justicia anduvo [el sacerdote levita] conmigo, y a muchos hizo
apartar de la iniquidad.
Mal. 2:7 Porque los labios del
SACERDOTE han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo
buscará la ley; porque MENSAJERO es de Jehová de los
ejércitos.
Mal. 2:8 Mas vosotros [sacerdotes]
os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos
en la ley; habéis corrompido el PACTO [sacerdotal] de Leví,
dice Jehová de los ejércitos.
Mal. 2:9 Por tanto, yo también os
he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros
no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de
personas.
Mal. 2:10 ¿No tenemos todos un
mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues,
nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el
PACTO de nuestros padres?
(2:4-7) ¡No debemos
olvidar estos versículos cuando leamos el capítulo 3,
versículo 7, que es el contexto inmediato de los textos que
hablan del diezmo de 3:8-10!). Si bien es cierto que el pacto
entero de Dios con todo Israel INCLUÍA su pacto específico con
los sacerdotes de la tribu de Leví, ¡EL ÚNICO PACTO ESPECÍFICO
que se menciona en el libro de Malaquías es el pacto de Dios
con los SACERDOTES! Estos versículos sobre el pacto de Dios con Leví
nos recuerda que, cuando la nación de Israel pecó, Dios hizo
responsables en primer grado a los sacerdotes por no llevar
vidas justas delante de los israelitas y por no enseñar
correctamente la palabra de Dios, como lo habían hecho cuando
la nación era joven.
(2:8) El SACERDOTE debía
ser el MENSAJERO de Dios para su pueblo. En hebreo, el nombre
de MALAQUÍAS significa MI MENSAJERO. La palabra (Strong´s
4397) ocurre más de 200 veces en el Antiguo Testamento y muy a
menudo se ha traducido como "ángel".
(2:9) Los SACERDOTES
merecen y atraen el desprecio de Dios en este versículo. Han
decidido entre ellos qué partes de la ley observarán y
enseñarán. (¿Suena conocida esta parcialidad?).
(2:10) Nótese que el
pronombre cambia de "vosotros" a "nosotros". El Señor ha
cesado de hablar temporalmente en el versículo 9 y ahora habla
Malaquías. Puesto que el nombre de Malaquías significa mi mensajero, es muy
probable que él mismo sea sacerdote. Esto significa que el
"nosotros" indica "nosotros los sacerdotes".
Sin embargo, si Malaquías
(como profeta) está hablando en nombre de todo Israel,
entonces "nosotros" significa la nación entera. Es razonable
pensar que este texto pertenece bien a 2:1-9 o bien a 2:11-12.
Sin embargo, puesto que hasta ahora la palabra pacto se ha usado en 2:5
y 2:8 para referirse limitadamente al pacto de Dios
específicamente con los sacerdotes, entonces no hay ninguna
razón interna para creer que Malaquías ha cambiado bruscamente
al pacto general con todo Israel.
En 2:10,el mensaje de
Malaquías a los sacerdotes es: "Puesto que nosotros (los
sacerdotes y el resto de Judá) tenemos un solo Padre y un solo
Creador, por lo tanto, cuando nosotros (los sacerdotes)
pecamos al violar nuestro pacto especial con Leví, actuamos
traidoramente con todos en la nación porque nuestro pacto es
parte del pacto de ellos". Esto nos trae a los pecados de
Judá.
Judá e
Israel han profanado el nombre de Dios, 2:11-12.
Mal. 2:11 Prevaricó Judá, y en
Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá
ha profanado el santuario de Jehová que él [Judá] amó, y se
casó con hija de dios extraño.
Mal. 2:12 Jehová cortará de las
tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela y al
que responde, y al que ofrece ofrenda a Jehová de los
ejércitos.
(2:11) Sobre 2:11 o 2:12,
la mayoría de los comentaristas dice que Dios había cambiado
de hablar sólo a los sacerdotes a hablar a todo Judá. Las
razones que se dan para el cambio incluyen la mención de Judá
y la condena por parte de Dios del divorcio que todo Judá
había cometido. Véase Esdras 9-10 y Nehemías 13.
Puesto que ninguna de
estas conclusiones, ni la mía, es infalible, decidí discrepar
y presentar mis razones. Primera,
los versículos 11 y 12 están en "tercera persona", es decir,
Dios todavía está hablando a los sacerdotes, pero está
hablando ACERCA de Judá y todo Israel. Los pecados que los
sacerdotes han cometido también han sido cometidos por el
resto de la nación. Dios responsabiliza a los sacerdotes, los
líderes espirituales, por el bienestar espiritual de la nación
entera. Esto se ve claro en los versículos 4-9. En Esdras 10,
los sacerdotes son purificados antes de que lo sea el resto de
la nación. Segunda,
aunque es evidente que Dios cambió su auditorio de la nación a
los sacerdotes en 1:6 y 2:1, no hay una correspondiente
declaración que incluya a "vosotros", como "Y ahora, oh Judá,
esto es para vosotros", para indicar que su audiencia ha
vuelto a ser la original.
(2:12) A menos que los
sacerdotes y el resto de Judá abandonen a sus esposas paganas
y regresen a sus esposas israelitas, debían ser "cortados", se
les debía rehusar el acceso al ritual del culto en el templo,
y debían ser considerados como no israelitas.
Dios
continúa hablando a los sacerdotes.
Mal. 2:13 Y esta otra vez haréis
cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor;
así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto
de vuestra mano.
Mal. 2:14 Mas diréis: ¿Por qué?
Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu
juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu
compañera, y la mujer de tu pacto.
Mal. 2:15 ¿No hizo él uno [marido y
mujer] [¿estuvo el espíritu en esta unión?], habiendo en él
abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una
descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y
no seáis desleales para con la mujer de vuestra
juventud. [Nota: Aquí hay dificultades en la
traducción].
Mal. 2:16 Porque Jehová Dios de
Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de
iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos,
pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.
(2:13) La segunda persona,
"vosotros", se reanuda con Dios hablando directamente a los
sacerdotes. Primero, desde los versículos 10-12, los
sacerdotes eran culpables de traición al distinguirse por
divorciarse de sus esposas y no reprender el pecado. Ahora
"nuevamente", "segundo", en 2:13 Dios reprende la hipocresía
de los sacerdotes de continuar ofreciendo sacrificios mientras
vivían en abierta rebeldía.
Este texto tiene una
fuerte relevancia para los sacerdotes porque ellos eran los
únicos que literalmente lloraban sobre el altar. El pueblo de
Judá e Israel no tenía acceso directo al altar y no podían
literalmente "cubrir el altar de Jehová con lágrimas". Según
Nehemías, a Dios le desagradaban mucho más los sacerdotes que
el resto del pueblo por sus matrimonios con los paganos (Neh.
13:23-30).
(2:14-16) Dios defiende a
las esposas israelitas.