¿DEBE LA IGLESIA CRISTIANA
ENSEÑAR EL DIEZMO?

CONCLUSIONES DE UN TEÓLOGO
SOBRE UNA DOCTRINA TABÚ

Russell Earl Kelly, Ph. D.


Capítulo 13a
Comentario sobre Malaquías 1 y 2
Maldiciendo a los sacerdotes por robar

Introducción

Si usted ya ha leído los dos capítulos anteriores sobre 2 Crónicas 31 y Nehemías, estará mucho mejor preparado para el estudio sobre Malaquías. Este capítulo dará evidencia de la Palabra de Dios de que los textos sobre el diezmo en Malaquías 3:8-10 han sido incorrectamente interpretados y aplicados por la mayoría de las iglesias cristianas. Este capítulo demostrará que los que son culpables de robar a Dios en Malaquías 3:8 son los sacerdotes ministradores y no el pueblo. En consecuencia, los malditos en Malaquías 3:9 son los sacerdotes que son maldecidos por quebrantar el Antiguo Testamento. Cuando se compara con Números 18:21-24 y Nehemías 10:37b, la interpretación usual de "traed todos los diezmos al alfolí" ha sido convertida en una terrible mentira que, por respeto a la verdad de Dios y para el bien de la iglesia de Cristo, debe detenerse inmediatamente.

Aunque el libro de Malaquías sólo tiene cuatro (4) cortos capítulos, muchos no lo han leído nunca completamente de una sola vez. Para beneficio de la claridad, ruego a usted que lea cuidadosamente y con oración todos los cuatro capítulos después de leer este párrafo. Mientras lee, hágase estas preguntas: "¿A quién está hablando Dios en esta sección? ¿Cuándo comenzó Dios a hablar a este grupo de personas? ¿Ha cambiado el grupo de personas a las cuales Dios se dirigió? Si es así, ¿qué evidencia hay de que Él ha cambiado de hablar a un grupo para dirigirse a otro?" - Por favor, deténgase  y lea Malaquías ahora. 

Este autor cree que Malaquías debería ser dividido en sólo tres secciones: La primera sección, 1:1 al 1:5, es la introducción. Dios quería que todo Israel, todo Jacob, escuchara este mensaje porque todos estaban involucrados, directa o indirectamente, en las causas y las consecuencias del mensaje. La segunda sección, 1:6 a 1:14, es la queja principal de Dios contra los sacerdotes arrogantes y deshonestos. Esta sección es crucial para entender el resto del libro porque proporciona la base fundamental para todos los otros problemas en el libro. La tercera sección, 2:1 a 4:6, es el mensaje específico de Dios para los sacerdotes. Aunque el resto de Israel está afectado indirectamente por las acciones de los sacerdotes, Dios no cambia su mensaje después de que comienza en 2:1. Este capítulo intentará revelar de modo convincente las razones para este procedimiento. Si es correcto, entonces esta interpretación es devastadora para la lógica usual presentada a favor del diezmo en la mayoría de las iglesias cristianas. Es especialmente importante descubrir el verdadero significado de Malaquías 3:8-10.

Mal. 1:1 Carga de la palabra de Dios para Israel por medio de Malaquías.

La primera parte de Malaquías se dirige directamente a "Israel" (1:1), a "Judá en Israel" (2:11), y a los "sacerdotes" de Israel (1:6; 2:1). Desde Éxodo hasta el Calvario, el diezmo fue ordenado a la nación especial de Dios, Israel, y SÓLO a la Israel (Lev. 27:34; Núm. 18:23-24; Deut. 12:5-6, 11; Heb. 7:5).  Ni siquiera a los diezmos de los prosélitos (no israelitas convertidos) se les permitía entrar al templo.


¡IMPORTANTE! EN 1:6, DIOS COMIENZA A HABLAR ESPECIALMENTE A LOS SACERDOTES, LOS MINISTROS, NO AL PUEBLO. ¡SIGA EL RASTRO DE LA PALABRA "VOSOTROS" PARA DETERMINAR SI DIOS DEJA DE HABLAR ESPECÍFICAMENTE A LOS SACERDOTES, Y CUÁNDO!

Pecados de los sacerdotes, 1:6-14.

Mal. 1:6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo el padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor?, dice Jehová de los ejércitos a vosotros, OH SACERDOTES, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?
Mal. 1:7 En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijísteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.
Mal. 1:8 Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto?, dice Jehová de los ejércitos.
Mal. 1:9 Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero, ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas?, dice Jehová de los ejércitos.
Mal. 1:10 ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no tengo complacencia en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda.
Mal. 1:12 Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando decís que su alimento es despreciable.
Mal. 1:13 Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto!, y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajísteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentásteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano?, dice Jehová.
Mal. 1:14 MALDITO el que engaña, el que, teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.

(1:6) Según 1:6 y 2:1, Malaquías se dirige de lo más específicamente a los ministros deshonestos, es decir, ¡a sacerdotes del Antiguo Testamento! Estos dos versículos, 1:6 y 2:1, son las CLAVES para entender el libro entero de Malaquías. En realidad, estos dos versículos dicen lo OPUESTO de lo que a la mayoría de nosotros nos han dicho toda la vida. Al estudiar el resto de Malaquías, no olvide el contexto de estos dos versículos. Dios reprende específicamente a sus ministros, los sacerdotes, no al pueblo. El primer "vosotros" en Malaquías 1:6 se refiere a los sacerdotes. Ellos son culpables de deshonrar a Dios y de despreciar su nombre.

(1:7-8) Dios reprende a los ministros  por darle lo que nadie más quiere. Al hacerlo, los ministros son culpables de despreciar "la mesa de Jehová". Nótese que Dios no dice que ellos no "tenían" la ofrenda adecuada para presentársela a Él. No hay ninguna razón para concluir que los ministros se veían obligados a dar alimento contaminado porque no tenían nada más que dar.

(1:9) Dios sólo critica a los SACERDOTES (no al pueblo) por traer OFRENDAS inaceptables. Dios dice que ni siquiera su gobernante aceptaría estas ofrendas de animales cojos o enfermos para su mesa. Esto es porque el gobernante sabía que estos ministros tenían abundancia de animales buenos y saludables para sacrificar de las ofrendas de los primogénitos y de su parte de los animales diezmados.  ¿Por qué es cierto esto? Porque Nehemías había ordenado al pueblo traer estas ofrendas, y era tal la abundancia que se habían necesitado almacenes (véase Neh. 10:35-38; 12:44, 47; 13:4, 5, 12, 13).

(1:10) En Malaquías, Dios está extremadamente airado contra los sacerdotes. Les dice que le gustaría que cesaran todo culto hipócrita. No se agradaba de los sacerdotes, y no estaba dispuesto a aceptar de ellos ninguna ofrenda que no significase nada.

(1:12) Los sacerdotes son culpables de profanar el nombre de Dios. Sus repugnantes sacrificios revelaban su completo y pecaminoso desprecio a Dios.

(1:13) Este texto es muy interesante. KJV dice "lo descuartizado"; NIV, "lesionado"; NAS, NKJV y TLB prefieren "robado" o "hurtado"; y RSV dice "tomado por la fuerza". Si era robado, entonces esto significa que, de alguna manera, los sacerdotes habían tomado "más" que su parte legal. Puesto que las primicias, los primogénitos, y las ofrendas iban a dar directamente a sus manos, los sacerdotes no podrían haber robado estos artículos (Neh. 10:35-37b). Sin embargo, los sacerdotes habían tomado la porción de los levitas del diezmo en el alfolí (Neh. 13:10-11).

(1:14) ¡Los que sólo leen la maldición de Malaquías 3:9 no se dan cuenta de que la palabra maldición se había usado anteriormente cuatro (4) veces en Malaquías para maldecir a los sacerdotes! Es muy evidente que esta primera maldición de Malaquías 1:14 se dirige a los sacerdotes, los ministros, del Antiguo Testamento. El sacerdote "TIENE" animales aceptables para el sacrificio, recibidos de los diezmos y las ofrendas. ¡Dios no los excusaba porque el pueblo no había entregado sus diezmos adecuadamente! Aunque los sacerdotes no tenían que diezmar, se esperaba que PROMETIERAN HACER ofrendas voluntarias de los diezmos y las ofrendas que recibían. ¡Su pecado consistía en prometer darle a Dios lo mejor y luego darle lo peor!

Castigo de los sacerdotes, 2:1 a 4:6.

Mal. 2:1 Ahora, pues, OH SACERDOTES, para vosotros es este mandamiento.
Mal. 2:2 Si no oyéreis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré MALDICIÓN sobre vosotros, y MALDECIRÉ vuestras bendiciones; y aun las he MALDECIDO, porque no os habéis decidido de corazón.
Mal. 2:3 He aquí, yo os dañaré la sementera [sacerdotal], y os echaré al rostro el ESTIÉRCOL, el ESTIÉRCOL de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados juntamente con él.

(2:1) A causa de esta vital relación con el resto de Malaquías, ¡este versículo se convierte en la clave más importante para su significado! Por segunda vez, ¡Dios claramente deja bien claro que se dirige específicamente a los sacerdotes! Puesto que no hay ningún texto correspondiente en ninguna otra parte del libro de Malaquías en el sentido de que Dios haya cambiado su auditorio primario, entonces la conclusión es que Dios no cambió este auditorio durante el resto del libro. El capítulo dos continúa la condenación de los SACERDOTES. Después de describir algunos de sus pecados desde 1:6 hasta 1:14, Dios ahora describe su castigo.

(2:2) ¿Cuántos predicadores pasan por alto este texto cuando predican sobre la maldición de 3:9? ¿Podría ser porque esta segunda, tercera, y cuarta ocurrencia de MALDICIÓN en Malaquías (como la primera) se dirigen nuevamente a los ministros mismos? Nada podría ser más claro que este texto.

(2:3) "¡Dios arrojará estiércol, desperdicios, menudo, excremento a sus rostros sacerdotales!" Este versículo muestra el alcance de la ira de Dios contra los sacerdotes. Dios definidamente no siente pena por ellos porque no tengan diezmos y ofrendas de primogénitos para sacrificar.

Los sacerdotes han roto su pacto especial con Leví, 24:10.

Mal. 2:4 Y sabréis que yo OS envié este mandamiento, para que fuese mi PACTO CON LEVÍ, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Mal. 2:5 Mi PACTO con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado.
Mal. 2:6 La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo [el sacerdote levita] conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad.
Mal. 2:7 Porque los labios del SACERDOTE han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque MENSAJERO es de Jehová de los ejércitos.
Mal. 2:8 Mas vosotros [sacerdotes] os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el PACTO [sacerdotal] de Leví, dice Jehová de los ejércitos.
Mal. 2:9 Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas.
Mal. 2:10 ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el PACTO de nuestros padres?

(2:4-7) ¡No debemos olvidar estos versículos cuando leamos el capítulo 3, versículo 7, que es el contexto inmediato de los textos que hablan del diezmo de 3:8-10!). Si bien es cierto que el pacto entero de Dios con todo Israel INCLUÍA su pacto específico con los sacerdotes de la tribu de Leví, ¡EL ÚNICO PACTO ESPECÍFICO que se menciona en el libro de Malaquías es el pacto de Dios con los SACERDOTES! Estos versículos sobre el pacto de Dios con Leví nos recuerda que, cuando la nación de Israel pecó, Dios hizo responsables en primer grado a los sacerdotes por no llevar vidas justas delante de los israelitas y por no enseñar correctamente la palabra de Dios, como lo habían hecho cuando la nación era joven.

(2:8) El SACERDOTE debía ser el MENSAJERO de Dios para su pueblo. En hebreo, el nombre de MALAQUÍAS significa MI MENSAJERO. La palabra (Strong´s 4397) ocurre más de 200 veces en el Antiguo Testamento y muy a menudo se ha traducido como "ángel".

(2:9) Los SACERDOTES merecen y atraen el desprecio de Dios en este versículo. Han decidido entre ellos qué partes de la ley observarán y enseñarán. (¿Suena conocida esta parcialidad?).

(2:10) Nótese que el pronombre cambia de "vosotros" a "nosotros". El Señor ha cesado de hablar temporalmente en el versículo 9 y ahora habla Malaquías. Puesto que el nombre de Malaquías significa mi mensajero, es muy probable que él mismo sea sacerdote. Esto significa que el "nosotros" indica "nosotros los sacerdotes".

Sin embargo, si Malaquías (como profeta) está hablando en nombre de todo Israel, entonces "nosotros" significa la nación entera. Es razonable pensar que este texto pertenece bien a 2:1-9 o bien a 2:11-12. Sin embargo, puesto que hasta ahora la palabra pacto se ha usado en 2:5 y 2:8 para referirse limitadamente al pacto de Dios específicamente con los sacerdotes, entonces no hay ninguna razón interna para creer que Malaquías ha cambiado bruscamente al pacto general con todo Israel.

En 2:10,el mensaje de Malaquías a los sacerdotes es: "Puesto que nosotros (los sacerdotes y el resto de Judá) tenemos un solo Padre y un solo Creador, por lo tanto, cuando nosotros (los sacerdotes) pecamos al violar nuestro pacto especial con Leví, actuamos traidoramente con todos en la nación porque nuestro pacto es parte del pacto de ellos". Esto nos trae a los pecados de Judá.

Judá e Israel han profanado el nombre de Dios, 2:11-12.


Mal. 2:11 Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado el santuario de Jehová que él [Judá] amó, y se casó con hija de dios extraño.
Mal. 2:12 Jehová cortará de las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela y al que responde, y al que ofrece ofrenda a Jehová de los ejércitos.

(2:11) Sobre 2:11 o 2:12, la mayoría de los comentaristas dice que Dios había cambiado de hablar sólo a los sacerdotes a hablar a todo Judá. Las razones que se dan para el cambio incluyen la mención de Judá y la condena por parte de Dios del divorcio que todo Judá había cometido. Véase Esdras 9-10 y Nehemías 13.

Puesto que ninguna de estas conclusiones, ni la mía, es infalible, decidí discrepar y presentar mis razones. Primera, los versículos 11 y 12 están en "tercera persona", es decir, Dios todavía está hablando a los sacerdotes, pero está hablando ACERCA de Judá y todo Israel. Los pecados que los sacerdotes han cometido también han sido cometidos por el resto de la nación. Dios responsabiliza a los sacerdotes, los líderes espirituales, por el bienestar espiritual de la nación entera. Esto se ve claro en los versículos 4-9. En Esdras 10, los sacerdotes son purificados antes de que lo sea el resto de la nación. Segunda, aunque es evidente que Dios cambió su auditorio de la nación a los sacerdotes en 1:6 y 2:1, no hay una correspondiente declaración que incluya a "vosotros", como "Y ahora, oh Judá, esto es para vosotros", para indicar que su audiencia ha vuelto a ser la original.

(2:12) A menos que los sacerdotes y el resto de Judá abandonen a sus esposas paganas y regresen a sus esposas israelitas, debían ser "cortados", se les debía rehusar el acceso al ritual del culto en el templo, y debían ser considerados como no israelitas.

Dios continúa hablando a los sacerdotes.


Mal. 2:13 Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano.
Mal. 2:14 Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.
Mal. 2:15 ¿No hizo él uno [marido y mujer] [¿estuvo el espíritu en esta unión?], habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud.  [Nota: Aquí hay dificultades en la traducción].
Mal. 2:16 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.

(2:13) La segunda persona, "vosotros", se reanuda con Dios hablando directamente a los sacerdotes. Primero, desde los versículos 10-12, los sacerdotes eran culpables de traición al distinguirse por divorciarse de sus esposas y no reprender el pecado. Ahora "nuevamente", "segundo", en 2:13 Dios reprende la hipocresía de los sacerdotes de continuar ofreciendo sacrificios mientras vivían en abierta rebeldía.

Este texto tiene una fuerte relevancia para los sacerdotes porque ellos eran los únicos que literalmente lloraban sobre el altar. El pueblo de Judá e Israel no tenía acceso directo al altar y no podían literalmente "cubrir el altar de Jehová con lágrimas". Según Nehemías, a Dios le desagradaban mucho más los sacerdotes que el resto del pueblo por sus matrimonios con los paganos (Neh. 13:23-30).

(2:14-16) Dios defiende a las esposas israelitas.