FOLLETO DE ESCUELA SABÁTICA

PARA EL PRIMER TRIMESTRE DE 2009

TITULADO "EL DON DE PROFECÍA"

LECCIÓN 6


 Un punto de vista alterno por Dirk Anderson (2009)



En esta lección, finalmente estamos llegando al verdadero punto de desacuerdo en relación con Ellen White, que es: ¿Pasó ella las pruebas bíblicas de un profeta? Muchas personas, tanto dentro como fuera de la Iglesia ASD, están dispuestas a aceptar a la Sra. White como una buena señora, una escritora inspiradora, una cristiana correcta, una dirigente de la iglesia, o una persuasiva vocera a favor de la temperancia. La pregunta alrededor de la cual gira todo este asunto es ésta: ¿Fue realmente una profetisa?

Manifestaciones físicas

Como primera evidencia de la condición de profeta de Ellen White, Pfandl señala nuevamente los fenómenos físicos asociados con algunas de las primeras visiones de ella:

A menudo, sus visiones ocurrían en presencia de otras personas, que observaban ciertos fenómenos físicos - no respiraba, tenía fuerza sobrenatural (nadie podía moverle las extremidades), y no era consciente de dónde estaba. Tanto los Adventistas como los no Adventistas han testificado del carácter sobrenatural de sus visiones. En la sesión de la Conferencia General de 1893, J. N. Loughborough dijo: "He visto a la hermana White en visión como cincuenta veces. ...  Ella ha sido examinada por hábiles doctores cuando está en visión, y tenemos los testimonios de ellos, que declaran que los fenómenos de sus visiones están más allá de su capacidad de comprensión". - General Conference Daily Bulletin, Enero 29, 1893.

Al leer esto, uno podría creer que todos los que presenciaron sus visiones quedaron impresionados por su carácter sobrenatural e incomprensible. Desafortunadamente, Pfandl nuevamente está contando sólo la mitad de la historia. Hay muchos relatos de testigos presenciales que dicen lo contrario. Consideremos éste, de un "amado hermano", publicado nada menos que por James White:

Creo que lo que ella y usted consideran como visiones del Señor son sólo ensueños religiosos, en los cuales la imagnación de ella corre sin control sobre temas en los cuales ella está profundamente interesada. Mientras ella está absorta en estos ensueños, está desconectada de todo lo que está a su alrededor. (1)

O qué les parece la opinión inicial de Joseph Bates acerca de las visiones:

... por largo tiempo, no estuve dispuesto a creer que fuera otra cosa que el producto de un estado de debilitamiento prolongado de su cuerpo. (2)

Y el ministro Adventista Isaac Wellcome:

Estas visiones no eran sino los ecos de la predicación del pastor [Joseph] Turner y otros, y nosotros las consideramos como el producto de la sobreexcitada imaginación de su mente, no de los hechos. (3)

Y la esposa de un pastor, Lucinda Burdick:

... después de un corto tiempo, sus visiones comenzaron a entrar en conflicto las unas con las otras. Otros y yo, que la observamos en visión, comprobamos que ella podía entrar en visión cuando quería (ella misma lo confesó), pero que James White podía controlarlas, y sacarla de ellas cuando le parecía bien. (4)

Hasta Ellen White reconocía que muchos testigos dudaban de sus visiones:

Si yo tenía una visión en una reunión, muchos dirían que fue excitación y que alguien me había hipnotizado.(5)

Estas citas de testigos ilustran el hecho de que había un considerable debate entre los Adventistas en cuanto a si sus visiones eran realmente sobrenaturales o no. Aun así, las manifestaciones físicas no son una prueba bíblica de un profeta. Más de un mago ha podido invocar manifestaciones físicas de un tipo o de otro.

¿Los escritos prueban que ella es profeta?

Después de comentar las manifestaciones físicas, Pfandl hace varias preguntas, aparentemente en un esfuerzo por hacernos creer en la condición de profeta de Ellen White basándose en la calidad de sus escritos:

¿Cuál ha sido su experiencia con los escritos de Ellen White? ¿De qué maneras han impactado su vida espiritual? Haga a un lado cualesquiera ideas que pueda haber tenido acerca de sus obras publicadas, y sólo lea algunos de ellos. ¿Qué pueden decirle sobre la autora?

El hecho es que los libros de Ellen White que la gente encuentra más inspiradores son los que fueron compuestos por otros. Fannie Bolton, la asistente de la Sra. White, escribió el manuscrito de El Camino a Cristo, y la Sra. White lo tomó y lo publicó bajo su propio nombre. Como comentamos en la lección anterior, Marian Davis, una escritora profesional, fue contratada por la Sra. White, y compuso Desire of Ages [El Deseado de Todas las Gentes], usando los escritos de por lo menos 23 autores, incluyendo obras de ficción.

Hasta el White Estate reconoce que la mayor parte de Great Controversy fue tomado de otros autores. Hay muy pocos ecritos de Ellen White que realmente podrían ser considerados originales suyos:

Ronald Graybill, Director Asociado, Ellen G. White Estate:

Estos préstamos ocurrieron, no sólo en las secciones históricas de The Great Controversy, sino también en sus secciones proféticas. Aparecen durante toda la serie Conflicto de los Siglos y en los Testimonies for the Church, así como en otros libros de Ellen White. Ocurren en cartas y en testimonios específicos a individuos. Aparecen en dscripciones del contenido de visiones específicas de la Sra. White. En este punto, sería imprudente afirmar que no hay ningún libro en particular escrito por la Sra. White ni ninguna clase de escrito de su pluma que no se encuentren préstamos literarios. (6)

Warren Johns, del Ellen G. White Estate:

La evidencia de préstamos literarios puede demostrarse en casi todos los nueve tomos de (1) los Testimonies for the Church, (2) en sus artículos de Review and Herald y Signs of the Times, y en (3) todos los libros publicados durante toda su vida. La única excepción puede ser Early Writings [Primeros Escritos]. En este momento, no sé de ningún préstamo literario de importancia en esa obra, pero no sería de sorprenderse que saliera a la luz. (7)

¿Prueban sus escritos que ella era inspirada? ¿Qué sucedería si a usted se le diera permiso para copiar cualquier material que quisiera de los principales autores cristianos y los pusiera en un libro? ¿Y qué sucedería si usted tuviera un personal compuesto por competentes escritores y editores para que le ayudaran en este esfuerzo? ¿Cree usted que podría componer un libro inspirador? ¡Por supuesto que podría! ¡En este sentido, los inspiradores libros de la Sra. White no demuestran que ella es más profeta que usted!

Acuerdo con la Biblia

En la lección del lunes, llegamos a la primera prueba verdadera de un  profeta. Pfandl explica que los escritos de un profeta deben armonizar con los de otros escritores inspirados y, para crédito de la Sra. White, la mayoría de sus escritos están en armonía con los principios bíblicos. Sin embargo, hay un significativo número de casos en que ella contradice la Escritura. Estas contradicciones fueron señaladas en una lección anterior y, si usted no tuvo la oportunidad de revisarlas, por favor vaya a la lección #3 y siga los enlaces para explorar los muchos casos en que los escritos de la Sra. White contradicen la Biblia. Después de examinar todas las contradicciones, uno podría preguntarse legítimamente si la Sra. White estaba realmente en completa armonía con la Escritura y si ella realmente pasó esta prueba de un profeta.

Profecías cumplidas

En la lección del martes, somos introducidos a una segunda prueba de un profeta, a saber, que, si hace alguna predicción, ésta debe cumplirse. Es interesante que, en vez de señalar cualquiera de las profecías cumplidas de la Sra. White, Pfandl se pasa la sección entera tratando de explicar una fallida predicción que la Sra. White hizo en 1856. En aquella tristememente famosa predicción, la Sra. White dice que un ángel le dijo que algunos de los que asistieron a la conferencia en la cual ella estaba hablando estarían "vivos" y "serían trasladados a la venida de Jesús". (8)

Después de que la predicción falló, y que todos los que asistieron a la conferencia fallecieron, los oficiales ejecutivos ASD decidieron que ésta era una "profecía condicional", muy parecida a la que se le había dado a Jonás. Sin embargo, a diferencia de Jonás, a quien se le dio un mensaje llamando al arrepentimiento, estableciendo así una condición que los ninivitas aparentemente entendieron (porque en seguida se arrepintieron en cilicio y cenizas), el mensaje de Ellen White no tenía ninguna condición mencionada, ni implícita ni explícitamente. En realidad, sólo se convirtió en "condicional" después de que todos los presentes hubieron fallecido.

Esto significa que Dios, que lo sabe todo, que durante mil millones de años ha sabido que Jesús no regresaría a la tierra en el siglo diecinueve, ni siquiera en el siglo veinte, todavía envió a su ángel para decirle a Ellen White una mentira flagrante -- que Jesús regresaría durante la existencia de los que asistían a la conferencia -- aunque sabía perfectamente que era una absoluta falsedad. Dios no dijo: "Volveré en el siglo diecinueve SI ustedes convierten al mundo entero al Adventismo". Dios no dijo: "Regresaré SI ustedes los Adventistas dan suficiente dinero de diezmos y trabajan realmente duro". No. No hay absolutamente ninguna condición, ni implícita ni explícita, en la declaración de Ellen White.

Años más tarde, cuando fue obvio que había cometido un error, en vez de culparse a sí misma, como correctamente debió haberlo hecho, apuntó su dedo al pueblo Adventista y les echó la culpa de su fallida predicción, diciendo que ellos eran los culpables de que Jesús no hubiese venido.

Jesús venido en carne

En la lección del miércoles, Pfandl describe una "prueba" que Ellen White pasó, a saber, que ella creía que Jesucristo vino a esta tierra en carne. La verdad es que, si ésta es realmente una "prueba" de un profeta, es una prueba de menor importancia para los que vivimos hoy en día. Esta prueba tenía más relevancia en los primeros siglos, cuando la herejía gnóstica era más prominente. Los gnósticos enseñaban que Cristo no había venido realmente en carne humana. Hoy, las enseñanzas gnósticas son virtualmente desconocidas, casi todos los cristianos creen que Jesús vino en carne.

La verdad es que casi todos los profetas del último milenio han profesado que Jesús vino en carne. Hasta Mahoma, el profeta del Islam, enseñó que Jesús vino en carne.
Joseph Smith, el líder mormón, y Mary Eddy Baker, de la Ciencia Cristiana, enseñaron que Jesús vino en carne. Hasta algunos gurús de la Nueva Era creen que Jesús vino en carne. Virtualmente todos los otros profetas "cristianos", desde David Koresh hasta Emanuel Swedenborg, creían que Jesús vino en carne. Por consiguiente, esta "prueba", aunque era importante en el siglo primero, no es tan significativa al juzgar a los profetas modernos de la actualidad.

Los frutos de su vida

La lección del jueves comenta los frutos de la vida de Ellen White. Hay un reconocimiento sincero de que los profetas tienen "fallas de carácter" y debe dejarse en claro que tener una falla de carácter no impide que una persona sea profeta. Las fallas de carácter no son parte de las pruebas bíblicas de un profeta. Obviamente, uno cuestionaría la legitimidad de cualquier profeta que viva en pecado abierto y en rebelión contra la palabra de Dios, pero la Sra. White hizo esfuerzos, por lo menos en público, para tener un alto estándar de carácter cristiano.

Comentar los frutos de un profeta es quizás la más subjetiva de las pruebas bíblicas. Puede que una persona perciba un fruto como "bueno", mientras otra no. Puede que a una persona le encanten las manzanas agrias, mientras que otra prefiera las manzanas dulces. Si ambas toman una manzana del mismo árbol, puede que a una le guste mientras que la otra la detesta. Hay una gran controversia en relación con los frutos del ministerio de la Sra. White.

Buenos frutos: En el lado positivo, muchas personas han asegurado que han sido bendecidas por los libros publicados bajo el nombre de Ellen White. Hay muchas e inspiradoras afirmaciones (aunque algunas de esas afirmaciones inspiradoras fueron escritas en realidad por otras personas). Muchas personas han encontrado inspiradores libros como el Deseado de Todas las Gentes. Algunos Adventistas aseguran que fueron salvados por la lectura de los escritos de la Sra. White. Algunos Adventistas afirman que los testimonios de Ellen White les ayudaron a vencer el pecado, llevar una vida mejor, mejorar su fe, o ser una mejor persona. Millones de libros de Ellen White se han publicado y distribuido en el mundo entero. No hay duda de que los escritos de Ellen White han tocado incontables millares de vidas de manera positiva. Éstos son buenos frutos y son dignos de aplauso.

Frutos mixtos: La Sra. White fue una fuerza guiadora para la Iglesia Adventista del Séptimo Día durante sus años de formación. Los que se oponen a Ellen White señalan el hecho de que Ellen White hizo descarriarse a la iglesia en relación con varias doctrinas clave. En los primeros años de su ministerio, ella puso su sello de aprobación en algunas doctrinas muy cuestionables, como la del juicio investigador y la de la puerta cerrada. Los proponentes de Ellen White señalan que ella introdujo la reforma pro-salud en la iglesia, lo cual aparentemente ha beneficiado a algunos miembros de iglesia, aunque no hay consenso completo sobre este punto. La Sra. White ayudó a la iglesia a alejarse de un punto de vista arriano de Cristo y hacia una posición más ortodoxa y trinitaria de la Deidad. Cuando A. T. Jones y E. J. Waggoner comenzaron a predicar el "mensaje de 1888" de justicia por la fe, la Sra. White, para su crédito, respaldó plenamente la proclamación del mensaje.

Malos frutos: Hay cierto número de declaraciones, en particular en los Testimonies, en que la Sra. White revela una naturaleza áspera, criticona, legalista, juzgadora. Esto es especialmente cierto de sus oponentes, a los que con frecuencia presentaba como bajo la influencia de agentes satánicos. Desafortunadamente, algunos Adventistas han asegurado que ellos adquirieron el mismo espíritu críticón, juzgador y legalista después de leer sus escritos. Algunos dicen que sus escritos han impedido que la iglesia progrese hacia nuevas verdades. Dicen que sus escritos han encerrado a la iglesia en interpretaciones proféticas que ya no tienen sentido en el mundo de hoy. Algunos comentan que su multitud de reglas y disposiciones quitan gran parte de la alegría y el gozo de vivir, convirtiéndo la vida en un tedio legalista. Algunos dicen que su énfasis en la perfección de carácter resulta en que los miembros de iglesia se sientan incapaces y cargados de culpa.

No hay duda de que el ministerio de la Sra. White ha producido algunos buenos frutos. Ni siquiera el más feroz de los críticos puede negar esto. También, hay pocas dudas de que su ministerio ha producido algunos malos frutos. Ni siquiera el seguidor más leal puede negar esto. Algunos dicen que lo bueno pesa más que lo malo. Otros dicen que hay más malo que bueno. Con toda justicia hacia Ellen White, no puedo decir que ella falló en la prueba. Sin embargo, a causa de los frutos negativos de su ministerio mencionados arriba, yo dudaría en decir que ella pasó esta prueba completamente. Es mejor dejarla para que la decida el lector. Cada persona tndrá que usar su propio juicio, que Dios le dio, así como su propia experiencia personal, como guías para decidir por sí misma si los frutos de la Sra. White han sido buenos o malos.

NOTAS

1. James White, A Word to the Little Flock, p. 22.

2. Ibid.

3. Isaac Wellcome, History of the Second Advent Message (Yarmouth, Maine: Advent Christian Publication Society, 1874); Jacob Brinkerhoff, The Seventh-day Adventists and Mrs. White´s Visions (Marion, Iowa: Advent and Sabbath Advocate, 1884, 4-6).

4. Lucinda Burdick, citada en Miles Grant, An Examination of Mrs. Ellen White´s Visions, Boston: Published by the Advent Christian Publication Society, 1877).

5. Ellen White, Early Writings, p. 21.

6. Dr. Ronald Graybill, "Ellen White´s Work - An Update", tomado de una transcripción editada y anotada de una grabación en cinta de las presentaciones hechas en los servicios de culto matutino en la Conferencia General de los Adventistas del Séptimo Día, Nov. 15-19, 1981. El énfasis es nuestro.

7. Warren Johns, Ellen G. White Estate, Ellen G. White, Literary Dependence, and Science, p. 2.

8. Ellen G. White, Testimonies for the Church, vol. 1, pp. 131, 132.

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