MI RENUNCIA AL ADVENTISMO
DEL SÉPTIMO DÍA

Dudley Marvin Canright, 1914

Capítulo 5

MIS OBJECIONES AL SISTEMA
ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA

Traducido de The Interactive Bible


1.  Nació de un error. El Adventismo se originó en las fechas fijadas por Miller, 1843 y 1844, que todos sabemos eran erróneas.

2.  Esa obra produjo gran fanatismo, y hundió en el desastre a miles de almas.

3.  Ese movimiento ha dado lugar a numerosos errores, que ellos mismos admiten.

4.  El Adventismo del Séptimo Día es un sistema de papado - el poder de una sola persona. Desde el principio, el pastor White tomó esta posición, y moldeó el sistema entero para ajustarlo a él. Quería gobernar y dictar lo que se habría de hacer en el campo, y así lo hizo. Quería hacerle las cosas difíciles a cualquiera que se atreviera a iniciar cualquier cosa que él no hubiese decidido. Era cabeza y presidente de todo. De la misma manera, ahora unos pocos manejan todo. Su palabra es ley. Es contrario al Evangelio, y ha resultado en la degradación mental de la gran masa del pueblo. Unos pocos piensan por todos.

5.  La sola palabra de la Sra. White, una mujer sin educación, es aceptada como la voz de Dios para ellos, y les dicta todo. "Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él". Isa. 3: 12.

6.  Desde el principio, el pastor y la Sra. White criticaban públicamente las faltas, reales o imaginarias, de cualquier y cada persona, incluyendo ministros, redactores, y todos los demás, y las exponían delante de la congregación entera. Si alguno objetaba, era "rebelde". Todo esto se publicaba impreso luego en sus "Testimonios" como si fuera inspirado, y se hacía circular para que todos lo leyeran. Esto se ha convertido en el hábito de criticar y descubrir faltas ajenas, lo cual es reprensible en grado sumo. Cualquiera podría haber previsto lo que resultaría de esto. La Sra. White misma dice ahora: "Ha habido un buscar la paja en el ojo ajeno. Y cuando no había verdaderas dificultades en la iglesia, se han fabricado las pruebas". Testimonies, Vol. 1, pág. 144.  "El amor al prójimo ha desaparecido, y prevalece un espíritu de crítica y acusación. Se ha considerado una virtud buscar diligentemente todo lo que parece erróneo los unos en los otros, y hacerlo aparecer tan completamente malo como si realmente lo hubiese sido". Pág. 164. La Sra. White misma ha puesto el ejemplo, y es mayormente seguida por otros, hasta que todos se han convertido en una denominación de criticones.

7.  Es una doctrina fundamental para ellos que todas las demás iglesias son apóstatas y corruptas. Esta es la razón de que vigilen ansiosamente, buscando todas las posibles cosas malas que pueden encontrar contra ellas. Esta es una pobre ocupación, y engendra en ellos un espíritu duro y poco amable.

8.  Vigilan constantemente, buscando toda la evidencia que pueden reunir, para mostrar que el mundo está empeorando rápidamente. Esto también tiene un mal efecto sobre ellos mismos, y tiende a convertirlos en agrios y pesimistas.

9.  Sus ministros son meros conferencistas, yendo de lugar en lugar, permaneciendo sólo unas pocas semanas cada vez, y repitiendo los mismos viejos sermones una y otra vez. Como resultado, se vuelven estrechos de criterio, empequeñecidos, y secos. Su predicación es casi toda doctrinal y argumentativa. Esto los convierte en duros y combativos, en vez de tiernos y caritativos.

10.  Sus iglesias son muy pequeñas en número de miembros, generalmente entre quince y cuarenta. No tienen pastores, y rara vez hay predicadores. Sus reuniones tienen lugar los sábados, cuando otros están trabajando, y por eso nadie asiste, excepto ellos mismos. Así que sus reuniones son pequeñas, aburridas, y cansonas, especialmente para los jóvenes y los niños. Como nunca se relacionan con otras iglesias, pronto caen en una rutina y se vuelven muy secos. La gran masa de ellos son incultos, y sus dirigentes locales son granjeros o mecánicos. El decoro que se ve en otras iglesias generalmente falta en la de ellos. Sus niños son ruidosos, y a menudo los miembros también. Esto no es bueno.

11.  Su teoría los obliga a ser estrechos de criterio y poco amables. No pueden trabajar en absoluto con otros cristianos en nada. Ésta es otra mala característica de ese sistema. Condenan a todos los obreros cristianos que no los siguen a ellos. Veamos cómo reprendió Jesús ese espíritu estrecho y fanático. "Juan le respondió diciendo: 'Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía'. Pero Jesús dijo: 'No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es'". Marcos 9: 38-40.

12.  En una comunidad, no tienen influencia en absoluto sobre los irreligiosos. Ni uno de ellos asiste a sus reuniones; ni un solo niño fuera de sus propias familias asiste a sus escuelas sabáticas. Otras iglesias, por medio de sus reuniones públicas, sus sermones, y escuelas dominicales, tienen una poderosa influencia para bien sobre los inconversos.

13.  Su obra consiste mayormente de conseguir adeptos. Verdaderamente, "rodean mar y tierra para hacer un prosélito". Trabajan tan duro para sacar a un buen cristiano de otra iglesia como para convertir a un pecador. Derriban más de lo que construyen.

14.  A todos los que rechazan su "mensaje" los dan por perdidos. Sus misiones, de las cuales tanto se jactan, son el espanto de todos los otros misioneros, pues trabajan tan duro para proselitizar a miembros de otras iglesias como para convertir a toscos paganos o pecadores. Así, el pastor Haskell dice de su "misión" en Londres: "Trece han manifestado aceptar el sábado.... Éstos vienen principalmente de la Iglesia de Inglaterra". Review, Abril 10, 1888. Sí, sus conversos vienen siempre "principalmente" de otras iglesias. Me enfermé de esa clase de trabajo.

15.  Con sus argumentos, confunden las mentes de muchos, que ya no saben qué creer. Los predisponen contra otras iglesias, de manera que se aíslan de todos y se pierden por entero. Los Adventistas han hecho gran parte de este trabajo, y su influencia en este campo es terrible.

16.  Muchos de sus hijos crecen sin guardar ni el sábado ni el domingo, y sin asistir a ninguna iglesia, y por esto se vuelven irreligiosos.

17.  Los quebrantadores del domingo que cazan, pescan, hacen deporte o trabajan ese día, son estimulados en ello por los argumentos y los ejemplos de los Adventistas. Esto ciertamente es malo. Una comunidad en que viven sabadistas no tiene en absoluto ningún día de descanso.

18.  El poder de Dios no está presente en la obra Adventista como debiera, si es que ella es Su obra especial. Durante mi prolongada experiencia con ellos, me impresionó el hecho de que, por regla general, la obra era en extremo seca y sin poder. Esto me descorazonó grandemente. Vi que esto era así con todos los ministros, desde el más grande hasta el más pequeño. Su anuario para 1888 muestra que ¡en promedio no le correspondía ni siquiera un converso a cada ministro!

19.  En campos donde han permanecido más tiempo y son más conocidos, han tenido el menor éxito. Tan pronto la gente entiende lo que realmente es, no logran hacer nada.

20.  Los apóstoles, los reformadores, y otros a quienes Dios envió, han construído grandes sociedades y ejercido una gran influencia para el bien de la sociedad. Los Adventistas no influyen en la sociedad para bien. Esta característica de la obra a menudo me preocupa. Nótese que las sectas heréticas y fanáticas generalmente se retiran de la comunidad, y construyen una sociedad exclusiva para ellos solos. Ejemplos, los Cuáqueros, los Mormones, la Comunidad Oneida, los seguidores de la Sra. Southcott, etc. Los Adventistas del Séptimo Día se convierten en una pequeña y exclusiva comunidad en el lugar en que se encuentran. Andan solos, y no participan casi en nada que interese a los demás. Consideremos mi propio pueblo como ejemplo. Han tenido una iglesia aquí por treinta años, y su número ha sido entre cincuenta y setenta y cinco. No participan en, ni les interesa, ninguna actividad social, literaria, moral, sanitaria, de temperancia, o religiosa fuera de las suyas propias. Nunca se les considera colaboradores en ninguna de tales obras nobles y necesarias. Nunca asisten a ninguna reunión de oración, ningún esfuerzo de reavivamiento, ninguna Escuela Sabática, excepto la suya propia. La Asociación Cristiana de Jóvenes, que es completamente no sectaria, está haciendo una noble obra para salvar a los jóvenes del lugar. Ni un solo Adventista asiste o participa en ella. Por el contrario, la tienda Adventista está abierta al comercio, y así se convierte en un refugio para los holgazanes y los quebrantadores del domingo. De cualquier modo que se le mire, su influencia perjudica los mejores intereses de la religión y la buena sociedad.

¡Cuán diferente era la situación con los seguidores de los verdaderos reformadores, Lutero, Wesley, Calvin, etc. Permanecieron al lado del pueblo, trabajaron para él, y en general, mejoraron la sociedad.

En el momento en que una persona se convierte por completo en Adventista del Séptimo Día, se vuelve inútil para cualquier otra cosa en la sociedad. Ésta es su historia en todas partes, como lo testifican todos los que los conocen. Convertir a hombres a su doctrina es la pasión absorbente en sus vidas, y no les deja ni tiempo ni medios para nada más.

21.  Vi que la gran carga de los Adventistas consistía de teorías meramente especulativas, sobre las cuales no pueden SABER positivamente que están en lo cierto después de todo. Tales son sus teorías acerca del sueño de los muertos, la destrucción de los impíos, el santuario en el cielo, el tiempo en que vendrá Jesús, su interpretación de la imagen de la bestia de Apoc. 13: 11-18, la marca de la bestia, etc. ¿SABEN ellos que están en lo correcto acerca de estas cosas? No. Creen que lo están, pero otras personas igualmente honestas, piadosas, e inteligentes piensan de manera diferente. Llegué a pensar que era tonto pasarme la vida en lo que, después de todo, yo no sabía si era realmente así. Pero nosotros sí sabemos que es correcto evangelizar a los paganos y a los viciosos de nuestras ciudades, salvar a los borrachos y a los caídos, predicar a Cristo y convertir a los pecadores, y trabajar por todo lo que mejore las condiciones de los hombres y la sociedad AHORA. Pero, para los Adventistas, estas cosas son secundarias o descuidadas por completo, mientras constantemente adelantan sus teorías favoritas primero y hablan de ellas la mayor parte del tiempo.

22.  Todo lo que en su sistema ha sido una bendición para ellos también es sostenido por todas las iglesias evangélicas, como la fe en Dios, la fe en Jesús y la Biblia, un corazón puro, una vida santa, la autonegación, etc. Nada bueno les ha sobrevenido ni a ellos ni al mundo por medio de las doctrinas que les son peculiares a los Adventistas, como el TIEMPO del advenimiento, la condición de los muertos, el sábado, las visiones, etc.

23.  Habiéndose decepcionado tantas veces y por tanto tiempo, abrigando en general un punto de vista tan deprimente de las cosas, como grupo son un pueblo muy descorazonado e infeliz.

24.  Es "un evangelio diferente", Gál. 1: 6, que los apóstoles nunca predicaron. Por mucho tiempo me impresionó el hecho de que nosotros los Adventistas predicáramos de una manera tan diferente de la de los apóstoles. Por ejemplo, siempre estábamos predicando y escribiendo acerca del sábado, mientras que Pablo, en todas sus catorce epístolas, no menciona el sábado sino UNA SOLA VEZ, Col. 2: 16, ¡y eso sólo para condenarlo! "En el Nuevo Testamento encontramos 'predicar el evangelio' cincuenta veces; 'predicar a Cristo', veintitrés veces; 'predicar la palabra', diecisiete veces; 'predicar el reino', ocho veces; 'predicar la ley', o 'el sábado', ¡ni una sola vez!" Warner.

25.  Son antipatriotas. Ni uno solo de ellos, ya fuera hombre o mujer, en el campo o en los hospitales, movió un dedo para ayudar a sofocar la rebelión o abolir la esclavitud. Permanecieron en sus casas y criticaron a los demás. Véase de la Sra. White Testimonies, Vol. 1, págs. 253-268. Si un hombre de ellos hubiese ido a la guerra, habría sido expulsado de la iglesia, porque la Sra. White prohibía ir a la guerra. Oigámosla: "Se me mostró que el pueblo de Dios, que son su especial tesoro, no puede participar en esta terrible guerra, pues ella se opone a todos y cada uno de sus principios de fe". Testimonies, Vol. 1, pág. 361. Sostienen que nuestra nación es "la bestia" de Apocalipsis 13: 11-18, que pronto se convertirá en una tiranía. La Sra. White dice: "La nación estará de parte del gran líder rebelde", el diablo. Testimonio No. 31, pág. 132. Así piensan todos.

26.  Sus falsas ideas acerca del domingo les lleva a unirse a los infieles, ateos, judíos, cantineros, e irreligiosos en general en la oposición a cualquier restricción de la violación del domingo. Es una de las anomalías de esta época ver a una iglesia cristiana unirse a los peores elementos de la sociedad y a los enemigos de Cristo para oponerse a los mejores intereses de la sociedad y la sacrificada obra de los más devotos e inteligentes de la tierra. De todos modos, ¿para qué sirve una religión que hace a una persona inútil para cualquier empresa útil en la sociedad? ¿Qué significa "amar al prójimo"?

Los Adventistas y las profecías

Los Adventistas aseguran tener gran luz por encima de todos los demás acerca de las profecías. Sus ancianas y sus niños creen confiadamente que saben más acerca de las profecías que todos los comentaristas y eruditos del mundo. ¡Pueden decir exactamente qué significa cada cuerno, ala, cabeza, cola, trompeta, copa, bestia o ángel en todas las profecías! ¿Alguna posibilidad de error? ¡Ni la más ligera! Y, sin embargo, probablemente ningún pueblo cometió jamás tantos errores en el mismo período de tiempo como los que han cometido los Adventistas.

Considérese cuán poco conocimiento crítico posee realmente el pueblo común acerca de fechas históricas y hechos exactos. La gran masa de inteligentes hombres de negocios, granjeros, mecánicos, madres y amas de casa serían pobres jueces en tales asuntos. La mayoría de ellos no sabe nada acerca de estas cosas. No podrían refutar inteligentemente ninguna afirmación que hiciera ningún conferencista sobre tales puntos. Estos predicadores Adventistas se ponen delante de este auditorio noche tras noche por seis u ocho semanas, haciendo y a menudo repitiendo sus positivas afirmaciones, hasta que sus engañados oyentes creen que son los más maravillosos historiadores, ¡y aceptan sus afirmaciones como verdades indubitables! Lo mismo sucede con sus lectores bíblicos, que van de casa en casa para exponer las cosas profundas de Dios. Los conozco bien, he enseñado a muchos de ellos, y he estado en sus escuelas de adiestramiento. Muchos de ellos no podrían obtener un certificado de tercer grado, ni han leído jamás un libro de historia. Simplemente aprenden de memoria, como loros, una lección que repiten con soltura al asombrado granjero o la madre inculta. Sáqueselos de este camino, y se quedan mudos. Son como aquéllos a los cuales reprendía Pablo: "Queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman". 1 Tim. 1: 7. Esto les viene exactamente. (Véase el Apéndice B y el Apéndice C).


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