MI RENUNCIA AL ADVENTISMO
DEL SÉPTIMO DÍA
Dudley Marvin Canright,
1914
Capítulo 7
EL SANTUARIO
Traducido de The
Interactive Bible
Los Adventistas del Séptimo Día hacen girar
todo alrededor de su interpretación del santuario. Es vital para
ellos. Si se equivocan en esto, toda su teoría se viene abajo.
Por lo tanto, el lector debería estudiar este tema
cuidadosamente. Ellos hablan de él constantemente, y afirman que
son los únicos en toda la cristiandad que tienen la luz sobre
este tema. Le dedicaré sólo unas pocas páginas, justo lo
suficiente para mostrar la falacia de su sistema.
Basaron sus cálculos de 1844 en Daniel 8:
14: "Hasta dos mil y trescientos días, y el santuario será
purificado". El santuario era la tierra. Habría de ser
purificada por medio del fuego a la segunda venida. Los 2300
días terminaron en 1844. En consecuencia, Cristo debía regresar
ese año. Lo probaron todo por medio de la Biblia, así que no
podía haber error, decían. Pero Cristo no vino. ¿Ahora qué? El
fanatismo tarda en desaparecer, a los hombres positivos no les
gusta ceder. Así que ahora descubren que el santuario no
significa la tierra para nada, como ellos decían, sino un
edificio de verdad en el cielo, exactamente como el tabernáculo
que Moisés construyó. Éste era una carpa con dos
compartimientos, el Lugar Santo, que contenía la mesa, el
candelabro, y el altar de oro; el Lugar Santísimo, que contenía
el arca, en la cual estaban las tablas de piedra, y sobre la
cual estaban el propiciatorio y los querubines. Véase Heb. 9:
17. Los sacerdotes ministraban en el primer compartimiento cada
día del año, pero sólo el sumo sacerdote entraba al Lugar
Santísimo, y eso sólo el último día del año. Lev. 16. Ese día
purificaba el santuario de los pecados confesados allí durante
el año. Todo esto era un tipo de un edificio semejante en el
cielo, donde Cristo ministra. Heb. 8: 1-5; 9: 1-9, 24. En 1844,
abandonó el Lugar Santo y entró al Lugar Santísimo para
purificar el santuario celestial, el cual, realmente, es el
juicio. Esto explica su desencanto. Jesús entró al Lugar
Santísimo del santuario celestial para comenzar el juicio en
1844, en vez de venir a la tierra, como al principio esperaban y
predicaban. Para probar todo esto, presentan largos argumentos
deductivos, que están abiertos a objeciones por todos lados.
1.
¿SABEN los Adventistas que están en lo correcto acerca de esta
cuestión? No.
2. Si este tema es tan claro y tan
importante como ellos dicen, es extraño que nadie jamás lo
encontrara antes.
3. Después de haberme familiarizado
completamente con su punto de vista acerca de este tema, y
conociendo todos sus argumentos, me siento seguro de que están
errados.
1. Dios envió a los Adventistas con
un solemne mensaje a la tierra, del cual dependía el destino de
la iglesia y del mundo. Lo primero que hicieron fue escoger el
año equivocado, 1843 en vez de 1844. Luego, cuando corrigieron
eso, en vez de anunciar el verdadero evento que habría de tener
lugar, el cambio de la obra de Cristo en el santuario celestial,
dijeron que Jesús habría de venir a la tierra, levantar a los
muertos, y quemar el mundo, ¡cuando nada de esto habría de
ocurrir!
2. Ni uno de cada cincuenta
Adventistas originales descubrió nunca el verdadero error que
habían cometido. Ni un solo dirigente Adventista, como Miller,
Himes, Litch, etc., aceptó jamás esta explicación del santuario.
Apenas un puñado de la gran masa de los Adventistas de 1844
averiguó la verdad acerca del santuario, y éstos eran hombres de
no poca monta en la obra de Miller.
3. Miller mismo se opuso al
movimiento de los Adventistas del Séptimo Día, rechazando las
ideas del santuario, el sábado, y el mensaje del tercer ángel.
¡En qué desesperado enredo se encontraba esa obra Adventista! No
es de extrañar que la gente la rechazara. ¿Qué habría ocurrido
si Moisés se hubiera opuesto a Josué, y Juan el Bautista se
hubiese opuesto a Jesús? ¡Miller fue enviado a hacer una obra,
no la entendió, y luego se opuso a los que finalmente la
entendieron bien!
4. En vez de recibir la "luz" sobre
la cuestión del santuario de la visión de la Sra. White, o del
cielo, la recibieron de O. R. L. Crosier. Pero éste pronto
renunció a ella considerándola errónea, y se ha opuesto al
Adventismo del Séptimo Día durante muchos años. Le va mal a una
teoría cuando sus mismos autores renuncian a ella.
5. Al principio, los Adventistas del
Séptimo Día adoptaron la doctrina del santuario para probar que
la puerta de la misericordia se cerró en 1844, una teoría que la
Sra. White y todos ellos sostenían en ese tiempo. He aquí mi
prueba sobre este punto: Ann Arbor, Mich., Dic. 1, 1887. Pastor
D. M. Canright: "Guardé el séptimo día por casi un año, como en
1848. En 1846, expliqué la idea del santuario en un artículo en
un número doble extra del Day Star, de Cincinnati, Ohio.
El propósito de ese artículo era apoyar la teoría de que la
puerta de la misericordia se había cerrado, una teoría que yo y
casi todos los Adventistas que habíamos adoptado los puntos de
vista de William Miller sostuvimos desde 1844 hasta 1848. Sí, YO
SÉ que Ellen G. Harmon - ahora la Sra. White - sostenía la
doctrina de la puerta cerrada en ese tiempo". Atentamente, O. R.
L. Crosier.
Ahora escuchemos a la Sra. White: Topsham,
Maine, Abril 21, 1847. "... El Señor me mostró en visión hace
más de un año que el Hermano Crosier tenía la verdadera luz
acerca de la purificación del santuario, etc., y que era Su
voluntad que el Hno. Crosier pusiera por escrito el punto de
vista que nos dio en el Day Star (extra) de Feb. 7,
1846. Me siento plenamente autorizada por el Señor para
recomendar ese número extra a cada uno de los santos...". E. G.
White, "Una Palabra a la Manada Pequeña", págs. 11, 12.
Aquí tiene Ud. el origen y el objeto de esa
teoría del santuario. Tengo delante de mis ojos "The Present
Truth" [La Verdad Presente], Vol. I, No. 6, de Diciembre
1849, por James White. "La Puerta Cerrada Explicada" es el
artículo principal, en el cual se arguye, a partir del tipo en
Lev. 16: 17, que, cuando el sumo sacerdote entraba al Lugar
Santísimo, no podía haber más perdón por el pecado. "En este día
de expiación, él es sumo sacerdote SÓLO PARA AQUÉLLOS cuyos
nombres están inscritos en el pectoral del juicio", pág. 44. No
más salvación para los pecadores, es lo que se quería probar con
su teoría del santuario. El libro entero está lleno de esta
idea.
6. Su argumento a partir del tipo
sobre este punto era correcto. en el tipo, ningún pecado podía
ser confesado y trasladado al santuario después de que el sumo
sacerdote entraba al Lugar Santísimo. Lev. 4: 1-7; 16: 17, 23,
24. Así que, si esto era un tipo de la entrada de Cristo al
Lugar Santísimo en el cielo en 1844, entonces la puerta de la
misericordia efectivamente se cerró allí, y todos los pecadores
están perdidos.
7. Absolutamente ninguna obra había
de hacerse en el día de expiación, o en el día en que el
santuario era purificado. Lev. 23: 27-32. La ley era muy
estricta. Si el argumento Adventista acerca del santuario es
correcto y el día de expiación comenzó en 1844, entonces ellos
no deberían haber trabajado ni un solo día desde entonces. Por
esto, después de 1844, muchos Adventistas sostenían que era
pecado trabajar; pero el tiempo y el hambre los obligó a
trabajar nuevamente.
8. Finalmente, viéndose obligados a
abandonar la posición de que la puerta de la misericordia fue
enteramente cerrada a los pecadores en 1844, entonces enseñaron
que SÓLO podían salvarse AQUÉLLOS que SABÍAN del cambio que
Cristo había hecho en el santuario celestial en 1844. Así decía
el pastor Smith en "Respuesta a las Objeciones a las Visiones",
págs. 24-26: "Es necesario un conocimiento de la posición y la
obra de Cristo para disfrutar de los beneficios de la
mediación... Una idea general de su obra era entonces (antes de
1844) suficiente para capacitar a los hombres para acercarse a
Dios por medio de él.... Pero cuando él cambió su posición (en
1844) al Lugar Santísimo... ese conocimiento de su obra, que
hasta ese momento había sido suficiente, ya no lo era más...
¿Quién puede encontrar la salvación ahora? Los que van al
Salvador donde él está y por fe lo contemplan en el Lugar
Santísimo....Esta es la puerta que ahora está abierta para
salvación. Pero nadie puede entender este cambio sin un
conocimiento definido del tema del santuario y la relación entre
tipo y antitipo. Ahora pueden buscar al Salvador como hasta
ahora lo han buscado, sin ninguna otra idea de su posición y su
ministerio aparte de la que tenían mientras él estaba en el
primer compartimiento; pero, ¿les servirá? No lo pueden hallar
allí. ¡Esa puerta está cerrada!" Y la Sra. White dice así: "No
tienen conocimiento del cambio efectuado en el cielo, o del
camino al Lugar Santísimo, y no pueden beneficiarse de la
intercesión de Jesús allí.... Ofrecen sus inútiles plegarias al
compartimiento que Jesús ha abandonado". Spiritual Gifts,
Vol. 1, págs. 171, 172. ¡Qué doctrina tan abominable! Nadie
puede salvarse a menos que sepa el cambio que Cristo hizo en el
cielo en 1844. Pero nadie, excepto los Adventistas del Séptimo
Día, tiene la más ligera idea de ese cambio. Piense en esto,
lector.
9. Pero ahora han abandonado este
concepto del santuario, y sostienen que todos los que
honestamente busquen a Dios pueden salvarse sin nada de esta
"luz" acerca del santuario. Así, ya han sostenido cuatro
diferentes posiciones acerca de la cuestión del santuario: 1.
Era la tierra. 2. La puerta de la misericordia se cerró para los
pecadores en 1844. 3. Esta puerta estaba abierta sólo para
aquéllos que estaban enterados del cambio efectuado por Cristo
en 1844. 4. Ahora está abierta para todos. ¿Qué sostendrán
después?
Después de investigar concienzudamente el
tema entero del santuario, estoy seguro de que están en un gran
error sobre este punto.
1. El trono de Dios estuvo siempre en
el Lugar Santísimo del santuario, entre los querubines, sobre el
arca, y nunca, ni una sola vez, en el Lugar Santo. Para la
prueba de este punto, véase Lev. 16: 2; Núm. 7: 89; I Sam. 4: 4;
II Reyes 19: 15. Smith arguye que el trono de Dios estuvo
algunas veces en el Lugar Santo, y se refiere a Éx. 33: 9. Pero
aquí el Señor aparecía FUERA del tabernáculo, y no en el Lugar
Santo en absoluto. Así que este texto le falló a Smith.
2. Cuando Jesús ascendió al cielo,
hace mil ochocientos años, fue directamente a la diestra de Dios
y se sentó en su trono. Heb. 8: 1. Por esta razón, debe haber
entrado al Lugar Santísimo entonces, en vez de en 1844.
3. "Del velo adentro" es dentro del
Lugar Santísimo. "Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y
meterás allí, del velo adentro, el arca del testimonio; y aquel
velo os hará separación entre el lugar santo y el lugar
santísimo". Éx. 26:33. También Lev. 16: 2, 12, 13.
Nadie puede dejar de ver que "del velo
adentro" es dentro del Lugar Santísimo, donde estaba el arca.
Este es justamente el lugar donde Jesús entró hace mil
ochocientos años. Prueba: "La cual ESPERANZA tenemos como segura
y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,
donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo
sacerdote según el orden de Melquisedec." Heb. 6: 19, 20. Así
como el sumo sacerdote entraba "del velo adentro" así también
Jesús, nuestro sumo sacerdote, entró "del velo adentro", en el
Lugar Santísimo, a la diestra de Dios, y se sentó en su trono.
Nada podría decirse más claramente. Esto derriba la teoría
Adventista entera de 1844. Para mayor prueba, véase Éx. 27: 21,
30: 6; 40:22-26; Lev. 4: 6-17; 16: 15; 24: 3; Núm. 18: 7; Mat.
27: 51.
4. "Delante del trono", Apoc. 8: 3.
El pastor Smith asegura que "el trono de Dios estaba en el
primer compartimiento del santuario," porque se dice que las
siete lámparas y el altar de oro estaban "delante del trono",
Apoc. 4: 5; 8: 3. Es una causa desesperada la que echa mano de
una prueba como esa. El mismo argumento probaría que el arca y
el trono de Dios estuvieron siempre en el primer compartimiento
del santuario terrenal, lo cual sabemos que es falso. Como había
un solo velo que dividía el Lugar Santo del Lugar Santísimo,
donde estaba el trono de Dios, se decía que las cosas en el
Lugar Santo estaban "delante del Señor", pues estaban muy cerca
del trono, que estaba situado justamente detrás de la cortina.
Prueba: Éx. 27: 20, 21; 30: 6-8; 40: 23-25; Lev. 4: 6, 15, 18.
Aún completamente fuera del tabernáculo, donde las bestias eran
muertas, era "delante del Señor", como lo muestra Lev. 4: 15.
Abraham anduvo "delante del Señor", Gén. 24: 40, y sin embargo,
estaba en la tierra, y el Señor estaba en el cielo.
5. No puede encontrarse ni un solo texto en
toda la Biblia que diga que el arca, los querubines, y el trono
estaban en el Lugar Santo del santuario terrenal, el tipo; y sin
embargo, en el antitipo, ellos ponen el trono de Dios en el
Lugar Santo, no en ninguna ocasión especial, sino todo el tiempo
durante 1800 años, ¡exactamente lo contrario del tipo!
6. Los Adventistas siempre suponen, y dicen
que "el templo de Dios es el Lugar Santísimo". Santuario,
pág. 234, por Uriah Smith. Pero esto es falso. El Lugar
Santísimo, o el oráculo, era UN COMPARTIMIENTO EN EL TEMPLO,
pero no era el templo mismo. En realidad, las Escrituras
distinguen cuidadosamente entre el templo y el oráculo o Lugar
Santísimo. Véase I Reyes 6: 5, 16, 17, 19, 23; 7: 50. El templo
era la casa, el edificio entero. I Reyes 7: 50; II Reyes 11: 13;
I Sam. 3: 3; Mat. 21: 12; Lucas 1: 9; Apoc. 11: 19.
7. ¿Cuándo se abrió el templo en el
cielo, Apoc. 11: 19? Los Adventistas usan este texto para probar
que el Lugar Santísimo en el santuario celestial no se abrió
sino hasta 1844. Pero esto les falla: 1) Porque, como hemos
probado más arriba, el templo no es el Lugar Santísimo, sino el
edificio entero. 2) Porque el templo celestial se abrió cuando
Cristo inició su ministerio allí, hace 1800 años. Heb. 8: 1, 2;
9: 8-12. 3) Porque el versículo 19 de Apoc. 11 pertenece
correctamente con Apoc. 12, e inicia esa nueva línea de
profecía, en vez de cerrar la línea en el Cap. 11. La versión
siríaca lo divide así. Clarke, Barnes, Scott, y cada uno de los
comentaristas que he consultado, conectan este versículo con el
Capítulo 12 como la introducción. Dice Scott: "Vers. 19 - Este
versículo introduce un nuevo tema, y debería haber sido colocado
al comienzo del siguiente capítulo". Ciertamente, porque, ¿
cuándo se abrió el templo en el cielo? Cuando Jesús entró allí
para iniciar su ministerio, por supuesto. Heb. 9: 8-12. Así
fracasa el principal sostén de la teoría Adventista del
santuario.
Hasta ahora, he argumentado, según sus
propias bases, que hay un edificio real en el cielo, tal como
había un santuario en la tierra. Pero todo eso es extremadamente
custionable.
1. Así como a los niños se les
enseñan lecciones morales mediante lecciones objetivas, Dios les
enseñó a los judíos verdades espirituales por medio de lecciones
objetivas de los tipos de adoración. Por esta razón, no se sigue
que en la adoración cristiana debe haber las cosas materiales
que se usan en el cielo. Más bien, la presunción es contra esto.
2. Todo el servicio del templo era
para el sacerdocio aarónico; pero Cristo no es sacerdote según
el orden de Aarón, sino según el orden de Melquisedec, Heb. 7:
11. Melquisedec no tenía templo ni servicio del templo, así que
Cristo no debería tener ninguno. Desde Adán hasta Moisés, no
hubo templo ni servicio sacerdotal en el cielo. Smith admite
esto: "No había lugares santos abiertos, y ninguna obra
sacerdotal se estableció en el cielo". Santuario, pág.
238. Exactamente, porque eso era bajo el sacerdocio de
Melquisedec, tal como ahora. Si no se necesitó templo allí
durante 4000 años, no se necesita ninguno allí ahora.
3. Pablo afirma directamente que los
tipos de la ley "NO eran la imagen misma de las cosas" que
representan, Heb. 10: 1. Pero los Adventistas construyen su
argumento en la suposición de que eran imágenes exactas de las
cosas en el cielo, ignorando así la afirmación de Pablo.
4. Pablo dice que Cristo es ministro
de un tabernáculo más amplio y más perfecto, Heb. 9: 11. Así que
debe ser diferente del terrenal.
5. Pablo dice que es un tabernáculo "no
hecho de manos", Heb. 9: 11. Esto muestra que no es un edificio
material.
6. Pablo dice que la carne de Jesús
es el velo. Heb. 10: 20. Esto muestra que el templo era sólo
figurado.
7. Difícilmente uno de los tipos tuvo
un antitipo exactamente como él. Así, los corderos y los bueyes
eran el tipo del cual Jesús era el antitipo. Pero él era HOMBRE
y ellos eran BESTIAS. Los cuerpos de aquellas bestias eran
QUEMADOS, Heb. 13: 11, 12, pero Cristo, el antitipo, no fue
quemado. Ellas eran muertas a la puerta del santuario, Lev. 17:
3, 4, pero Jesús no fue muerto a la puerta del santuario. La
sangre de las bestias era llevada dentro del templo y puesta
sobre el altar, Lev. 4: 6, 7, pero la sangre de Cristo fue
vertida en el suelo. Los sacerdotes levíticos hacían ofrendas
diarias, pero Cristo fue ofrecido una vez para siempre, Heb. 9:
25, 26, 28; 10: 10, 12, 14. El pastor Smith dice. "El hecho de
que Moisés hizo dos compartimientos semejantes a los del templo
celestial es una DEMOSTRACIÓN de que éste último tenía dos
compartimientos también". Nuevamente: "Los sacerdotes aquí en la
tierra, en ambos compartimientos, servían en el templo a
semejanza del servicio en el cielo". Ahora, Jesús es el único
sacerdote en el cielo, y debe llevar a cabo este "'servicio
semejante'". Los sacerdotes terrenales ofrecían cada día el
sacrificio de la mañana y el de la tarde, rociando la sangre de
las víctimas recién sacrificadas en el atrio exterior. Así, por
más de mil ochocientos años, Jesús, de acuerdo con el Sr. Smith,
debe haber ofrecido sus propia sangre recién derramada en el
compartimiento exterior del santuario celestial dos veces cada
día; eso es más de 1.300.000 veces desde la ascensión hasta
1844. Este es el resultado lógico de la 'demostración' del Sr.
Smith. En Heb. 7: 27, el apóstol dice: "Esto lo hizo una vez
para siempre, ofreciéndose a sí mismo". De esta manera, la
'demostración' contradice de plano las Escrituras". G. W.
Morton. La ley que regulaba el servicio de los sacerdotes y el
templo fue cambiada, Heb. 7: 12. Entonces, ciertamente no se
está llevando a cabo en el cielo ahora. ¡Los Adventistas quieren
que la ley levítica entera del santuario sea transferida al
cielo y ejecutada allí! Esto es lo absurdo de su sistema. En
Heb. 7: 11-28, Pablo hace notar varios puntos de diferencia
entre los tipos y los antitipos. La mesa del Señor estaba en el
templo en tiempos de los judíos, Mal.1: 7, pero ahora la mesa
del Señor está en la iglesia. I Cor. 10: 21; 11: 20. Las siete
lámparas en el templo celestial "son los siete espíritus de
Dios", Apoc. 4: 4. Entonces no son lámparas literales. Así que
es más que probable que ninguna de las cosas mencionadas como
que están alli sea literal. En un lugar se dice que los santos
en el cielo están "vestidos de vestiduras blancas", Apoc. 7: 9,
pero en otro lugar se explica esto como la justicia de los
santos, Apoc. 10: 8.
En Apoc. 8: 3 se dice que las oraciones de
todos los santos se ofrecen en el altar de oro. Es de lo más
evidente que esto no ha ser tomado literalmente, sino sólo como
referencia a la manera judía de adorar. Col. 2: 16, 17, dice que
las carnes, las bebidas, los días de fiesta, las lunas nuevas, y
los días de sábado eran una sombra de Cristo. Razonando como
razonan los Adventistas acerca del santuario terrenal, Heb. 8:
5, esperaríamos encontrar algo en el evangelio exactamente como
estos tipos, carnes, bebidas, días de fiesta anuales, días de
fiesta mensuales, etc. Pero, ¿dónde están? En el evangelio no
hay nada en absoluto como estos tipos.
Pablo dice directamente que el lugar al
cual Jesús entró era "el cielo mismo, para presentarse ahora por
nosotros ante Dios", Heb. 9: 24. La simple verdad de todo esto
es que la época de los tipos, las lecciones objetivas, las
formas exactas, las ceremonias establecidas, los lugares
consagrados, y los vasos sagrados - todo esto terminó en la
cruz, Col. 2: 17. La respuesta de Jesús a la mujer junto al pozo
viene exactamente al punto. Ella dijo: "Nuestros padres adoraron
en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar
donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora
viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al
Padre. ... Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque
también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es
Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es
necesario que adoren", Juan 4: 20-24. Bajo el evangelio, un
lugar no es más santo que otro. Con los lugares santos,
desaparecieron todos los vasos sagrados, los sacrificios, el
incienso, las tablas de piedra, y todo. Pedro dice todo esto en
una palabra: "Vosotros también, como piedras vivas, sed
edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer
sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de
Jesucristo". I Pedro 2: 5. Con el mismo significado, Efe. 2:
20-22; I Cor. 6: 19. Ahora estamos bajo un nuevo pacto; Heb. 8:
6-13, un sumo sacerdote de un nuevo orden, Heb. 7: 11, venimos a
Dios de una nueva manera, Heb. 10: 20, por nuevas ordenanzas,
Mar. 15: 15-16; I Cor. 11:23-26, por un templo diferente,
y un mejor sacrificio. Por esto, no hay necesidad de un templo
en el cielo como el antiguo templo judío.
La idea de los Adventistas del santuario en
el cielo es un absurdo. En Early Writings, págs. 114,
115, la Sra. White fue llevada al cielo y se le mostró todo. Vio
el edificio exactamente como el que había en la tierra. En él
estaban el candelero, la mesa con los panes de la proposición,
el altar, las cortinas, el arca; y "en el arca, las tablas de
piedra que contenían los Diez Mandamientos". Ahora, piense: ¿Qué
necesidad hay de un candelero literal en la inmediata presencia
de Dios, cuya gloria está por encima de la del sol? "Y no tienen
necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el
Señor los iluminará". Apoc. 22: 5. ¿Y qué necesidad hay allí de
una mesa literal para los panes de la proposición? ¿Comen el pan
los ángeles o el Señor? ¡Verdaderas tablas de piedra en el
cielo! ¡Y el Señor sentado sobre el arca encima de las tablas!
¡Qué ideas tan pueriles! Oigamos a Pablo vetar esa idea: "No en
tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón". II Cor.
3: 3. Luego, pensemos en lo absurdo de tener al Dios
Todopoderoso y a todos los "millares de millares" de ángeles
alrededor de su trono, morando en un edificio literal con
cortinas, lámparas, mesas, paredes, etc. Tendría que ser más
amplio que un estado entero. Que los Adventistas lean esto: "Si
bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano". Hechos 7:
48.
"Pero, ¿no dice Pablo que el templo judío
era una sombra, una figura, un modelo de cosas celestiales",
Heb. 8 y 9? Sí; y dice también que las ofrendas y días santos
del antiguo pacto eran sombras de Cristo, Col. 2: 16, 17. Pero,
¿dónde están nuestros días de fiesta, nuestras lunas nuevas,
nuestras carnes, etc. bajo el evangelio? En ninguna parte, en un
sentido espiritual. Así pues, Pablo dice que el templo terrenal
era sólo FIGURA de un "tabernáculo no hecho de manos". Heb. 9:
9-11. ¿Cómo podría él decir más claramente que las cosas
celestiales no son literales? ¿Ministró Cristo en un templo
literal en el cielo desde Adán hasta la cruz, durante cuatro mil
años? No. ¿Tenía Melquisedec un templo? No. Gén. 14: 18-20. Como
Cristo es sacerdote según su propio orden, no necesita ningún
templo literal. De acuerdo con los Adventistas, el Lugar
Santísimo del santuario celestial estuvo enteramente vacío y
desocupado desde la ascensión de Jesús hasta 1844. ¡Ni siquiera
Cristo entró en él ni una sola vez! Finalmente, todo su
argumento sobre el santuario depende de poder probar que las
setenta semanas de Dan. 9 son parte de los dos mil trescientos
días de Dan. 8: 14. Pero, ¿dice la Biblia que lo son? No; ni
tampoco pueden probarlo los Adventistas. Lo mejor que pueden
hacer es hacer parecer plausible que lo son.
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