EL ESCÁNDALO DE
JOSHUA BEN ADAM


PARTE 6

Robert D. Brinsmead, VERDICT, Octubre de 1998

Traducido de Worldview 21


Ningún hogar (excepto ...)

"Las zorras tienen guaridas y las aves de los cielos tienen nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza" (Luc. 9:58).

Esta no es una lúgubre declaración de un hombre que lamenta su pobreza. Lejos de ello. Como otros dichos del "hijo del hombre", éste también procede de un hombre que es consciente de que ser humano le hace hijo de Dios, heredero y señor de todas las cosas.

"¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y le hijo del hombre para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloia y honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies" (Salmos 8:4-6).

En su relato de la creación, el Antiguo Testamento distingue claramente entre el reino animal y el reino humano.

"Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: ... señoread ... sobre toda cosa viviente" (Génesis 1:26-30).

En nuestro capítulo anterior, vimos cómo el orden humano de libertad, amor e igualdad no es natural. Este pasaje de la creación, citado arriba, muestra que el orden humano está por encima del orden natural. Ser es un reflejo de la imagen y semejanza de Dios. Es sobrenatural.

Nuestra declaración inicial de Joshua ben Adam recuerda estos pasajes de la creación. También establece una distinción entre el reino animal y el reino humano, entre las zorras y las aves por una parte, y el hijo del hombre, por la otra.

Los animales y las aves cavan agujeros y hacen nidos en un territorio bien definido. Son extremadamente territoriales en sus hábitos. Son prisioneros de cierto espacio. Los biólogos han demostrado que este "territorio base" es más básico al reino animal hasta que el instinto sexual.

Si las zorras hallan su hogar y sus agujeros seguros en el suelo, y las aves hallan su hogar y su seguridad en construir nidos, ¿dónde está el hogar del vice-regente del Señor, y dónde está la seguridad de aquél que es hecho a imagen y semejanza de Dios?

Joshua ben Adam declara que el hijo del hombre no tiene dónde recostar su cabeza. Probablemente, hizo esta enigmática afirmación con una gran sonrisa en el rostro, así como tenía una gran sonrisa en el rostro cuando contaba enigmáticos relatos para imitar la sabiduría convencional. La declaración nos dice mucho más que el simple hecho de que era una persona itinerante que se movía de un lugar a otro. Nos dice que, el que acepta el llamado de ser humano como Dios tenía el propósito de que fuese, es un espíritu itinerante, una persona que es libre y está en un viaje.

El autor desconocido de Hebreos insta a los cristianos hebreos a ser itinerantes como Joshua ben Adam. Así como éste fue crucificado "fuera de la puerta", ellos también deben dejar la seguridad de la ciudad e ir "fuera de la puerta" del judaísmo. (Cap. 13:12, 13). El escritor también usó modelos del Antiguo Testamento para esta itinerante comunidad de fe. Abraham es presentado como el primer gran itinerante. Dejó la seguridad de la ciudad llamada Ur. "Abraham obedeció el llamado a salir ... y dejó su casa ... viviendo en tiendas". Entonces los israelitas "salieron de Egipto" y se volvieron itinerantes en el desierto. Un gran número de personas respetables "vagaron" como itinerantes a causa de su fe. (Véase Hebreos 11).

Obviamente, el hecho de que Joshua no tuviese hogar físico y se moviese de un lugar a otro es una vida parabólica que apunta a la realidad más profunda de ser un espíritu itinerante que es libre y está de viaje. Mucho más importantes que las casas que construimos para protegernos de los elementos son las estructuras religiosas/filosóficas/de visión mundial que construimos para nuestra seguridad. Junto con éstas, construimos institucioones, culturas y civilizaciones. Son una expresión de nuestra visión mundial y de nuestro sistema de valores. Como lo expresa Paul Tillich brillantemente:

"La religión como preocupación última es el significado - dar substancia de la cultura, y cultura es la totalidad de las formas en que se expresa la preocupación básica de la religión. Para abreviar: la religión es la substancia de la cultura, la cultura es la forma de la religión". (Theology of Culture, p. 42).

Cuando la humanidad construye estas estructuras en las cuales puede hallar seguridad y permanencia, los humanos no llegan a alcanzar su tremenda libertad como co-creadores con Dios en el viaje de un universo en desarrollo. En comparación con el destino de Dios para ellos, sus insignificantes estructuras son como cuevas cavadas por animales o frágiles nidos construidos por aves. Sus estructuras les aprisionan en un territorio limitado.

Les detienen desarrollando y moviéndose hacia adelante en su viaje a través de la historia. La sociedad humana dentro de estas estructuras reflejan el orden vertical del reino animal, con estructuras jerárquicas de poder que tienen sus órdenes de picoteo de dominio y sumisión. Se convierten en jaulas de esclavitud y opresión humanas; son barreras contra el progreso y el desarrollo humano.

Las estructuras restrictivas no son hogar para Ben Adam

Joshua ben Adam no halló hogar en ninguna secta. No encajó con los esenios, los fariseos, los zelotes, los sacerdotes, ni los rabinos. Tampoco encajó con ninguna escuela de pensamiento, ya fuese la escuela del gran rabino Hillel, Filón el filósofo, o la escuela de los cínicos, que tenía muchos seguidores en esos días.

Puede que haya tenido algunas cosas en común con algunos de esos grupos, pero, como sugería el nombre de ben Adam, se identificaba con toda la humanidad sin importar raza, religión o género. No estaba de acuerdo con ninguna justicia tribal. Su visión era demasiado trascendente para cualquier secta. Las estructuras sectarias hacían a la gente tan xenofóbica como las criaturas que cavan agujeros o construyen nidos. Eran esencialmente antihumanas - no eran hogar para el humano a imagen y semejanza de Dios.

Joshua ben Adam no halló hogar en ningún grupo exclusivo. Si su pequeño grupo de apoyo hubiera podido, habría creado su propio grupo exclusivo. En una ocasión, hallaron a un hombre que ministraba a la gente en nombre de ben Adam. "Como no es de los nuestros, tratamos de impedírselo", dijo Juan. Pero Joshua replicó: "No se lo impidáis, porque el que no es contra nosotros, por nosotros es". (Luc. 9:49, 50).

Joshua reconocía que ningún grupo podía tener el monopolio del espíritu humano sobrenatural más de lo que ellos podían limitar la obra del espíritu de Dios a su pequeña madriguera o a su pequeño nido. Los amigos de Joshua pensaban que sólo un grupo de personas podía trabajar en nombre de ben Adam, mientras que todo el que responde al Espíritu de Dios y actúa de una manera humana es un ben Adam por derecho propio.

Joshua ben Adam no halló hogar en ninguna organización - ni en las viejas ni en las nuevas. Nada podría estar más lejos de la verdad que la proposición de que Joshua reemplazó el judaísmo con el cristianismo. Otros construyeron una organización llamada cristianismo, pero el itinerante ben Adam no tuvo nada que ver con eso. La naturaleza misma de una organización es extraña a su espíritu itinerante.

A menudo, para consternación de sus amigos cercanos, éstos descubrían que él no quería permanecer en un lugar el tiempo suficiente como para consolidar un interés. Ellos habrían tomado medidas para organizar el movimiento. Pero él siempre seguía adelante. En una ocasión, sus tres amigos más cercanos tuvieron una reveladora experiencia con Joshua en el costado de una montaña. Ellos querían construir algunas cabañas o alguna clase de monumento para captar la gloria del momento. Pero ben Adam, el incorregible itinerante, no quiso saber nada de eso.

Dado su confirmado espíritu itinerante, hay que dudar de que tomase algunas medidas para organizar la iglesia ordenando a doce apóstoles. Eso juega con la tradición del Antiguo Testamento de las doce tribus, la cual sugiere que la organización de la iglesia cristiana como el nuevo Israel comenzó con Joshua ben Adam. Nosotros sugerimos que aquí hubo un caso en que la segunda o tercera generación retroproyectó su propia interpretación de la iglesia sobre las palabras y acciones de Joshua ben Adam. Ciertamente, el relato de Mateo de que a Pedro se le asignó el papel de apóstol principal está completamente fuera del carácter completamente igualitario de ben Adam (véase Mateo 16). La idea entera de que ben Adam inició una nueva jerarquía gobernada por la silla de San Pedro es una monstruosa distorsión de todo el carácter y las enseñanzas del gran itinerante.

Joshua ben Adam no halló hogar en ninguna tradición escrita

El primer paso en la formación de una organización es poner algo por escrito. El judaísmo fue fundado sobre un código escrito y un texto sagrado a los cuales el sacerdote Edras les dio forma final en el siglo quinto a. C. Pero Joshua ben Adam no escribió nada, ni dio instrucciones a sus testigos presenciales, los apóstoles, para que escribiesen nada. Asombrosamente, nadie intentó registrar su vida ni sus enseñanzas sino hasta la segunda o tercera generaciones. El Nuevo Testamento no contiene ningún relato de testigos presenciales acerca de Joshua ben Adam. Por lo general, los eruditos bíblicos concuerdan en que los evangelios fueron escritos entre los años 70 d. C. y 100 d. C.

La única explicación para la renuencia de ben Adam a trazar un diagrama para su nuevo reino se halla en su carácter itinerante. Veía demasiado claramente que el frío texto, expuesto como un cadáver, era un pobre vehículo para su espíritu. Además, el texto, con demasiada facilidad, se convierte en ley que impide cualquier crecimiento o desarrollo. Apaga el espíritu itinerante que es libre y está viajando.

Las enseñanzas de Joshua contienen algunos aforismos inolvidables (agudezas de una sola línea) y parábolas. No son prescriptivas y no son un nuevo código de leyes. Conllevan un nuevo espíritu, una nueva actitud y una nueva visión mundial, que proporcionan una brújula para nuestro viaje, antes que un mapa para el camino.

Joshua hablaba en la tradición y el espíritu de los profetas del Antiguo Testamento. El mensaje de ellos no era prescriptivo tampoco. Antes que contener un código legal, los profetas criticaban el ayuno, las festividades y los ritos sacrificiales. La suya era una nueva visión para la humanidad, que trascendía la piedad ritual de la justicia tribal. Hablaban de una hermandad universal de justicia, misericordia y amor. Los profetas transmitían la mayor parte de sus enseñanzas por medio de la poesía. La poesía era el mejor medio para transmitir el espíritu de la palabra de Dios, pero nunca tuvo el propósito de ser interpretada de acuerdo con un estricto literalismo.

Los profetas eran poderosos hombres del espíritu. Dieron un enorme salto adelante en términos de conciencia humana, un cambio de paradigma en el modo de pensar humano, que trascendía el legalismo, el ritualismo y el estrecho tribalismo. Como todos los grandes líderes carismáticos, lanzaron un movimiento en la historia, pero no una organización religiosa. No enseñaban a la gente cómo ser religiosos, sino cómo ser humanos.

Los sacerdotes de Israel eran los hombres de la organización religiosa. Esdras, que representaba la tradición sacerdotal, trazó el código legal en su forma final y se convirtió en el padre del judaísmo.

El código de pureza, las leyes sobre las festividades y las leyes sacrificiales recibieron su forma final en tiempos de Esdras. Este complejo código legal apagó el espíritu profético, convirtió el movimiento de los profetas en una organización conocida como judaísmo y destruyó efectivamente el espíritu itinerante de Israel.

Ser profeta del Antiguo Testamento era un verdadero riesgo ocupacional. Por lo general, eran perseguidos y muertos por los sacerdotes de la organización. Joshua ben Adam permanecía en la tradición de los profetas tanto en mensaje como en espíritu. Como los profetas, él también criticaba la tradición sacerdotal o legal, así que no es de sorprenderse que recibiera el mismo tratamiento que los profetas.

Nada representa más erróneamente las enseñanzas de  Joshua ben Adam que convertir el Nuevo Testamento en un nuevo código legal o en un diseño para una nueva organización. Fue el espíritu libre de Joshua el que motivó a Pablo a declarar: "Si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley [el código escrito, la letra de la Escritura, etc.]". (Gálatas 4:22; 3:24-25; Romanos 6:7, Efesios 1:15).

Joshua dice que el ser humano debe continuar siendo señor de todas las leyes religiosas, no ser esclavizadas ni deshumanizadas por ellas. (Marcos 2:27, 28). Nunca dijo nada que apoyara en lo más minimo la idea de que los seres humanos deberían usar la escritura como un rígido libro de reglamentos.

Joshua ben Adam no sólo era él mismo un espíritu itinerante, sino que, al no escribir un código para reemplazar la Torá judía, y al resistir todo movimiento para crear una nueva organización religiosa, indicó que quería que la iglesia continuara siendo una comunidad itinerante - un movimiento en viaje y abierto al futuro. Su reino de libertad, amor e igualdad humanos no puede hallar su hogar en ninguna secta, ningún grupo exclusivo ni organización. No es posible que ningún código escrito ni credo ortodoxo sea el estatuto de su reino.

El cuadro grande de la libertad y el progreso humanos

Todos sabemos que la iglesia cristiana perdió rápidamente su carácter itinerante. No permaneció como un movimiento de un pueblo libre en un viaje a través de la historia. Sería difícil hallar una institución tan temerosa de la libertad humana y tan hostil hacia ella como la iglesia. La tolerancia religiosa básica ni siquiera era considerada una opción por parte ni de los católicos ni de los protestantes sino hasta que les fue impuesta por los sucesos de la historia moderna durante el reinado de la reina Victoria y los comienzos de la nación americana. Y en términos generales, la iglesia era una organización dispuesta a resistir la mayoría de las clases de progreso humano, ya fuese en derechos democráticos, la ciencia, o una diversidad de ideas. En resumen, sería difícil pensar en una institución más extraña al espíritu itinerante de Joshua ben Adam que la Iglesia Cristiana.

Para apreciar lo que está involucrado en la recuperación del espíritu itinerante de ben Adam de ser libre e ir en un viaje, necesitamos reconsiderar el problema a la luz del gran cuadro cósmico. El gran cuadro nos presenta una emocionante penetración de lo que significa ser humano.

Nuestro universo ha estado evolucionando durante un largo período de tiempo. Con telescopios que ahora están disponibles, podemos mirar, no sólo a través de 12 mil millones de años luz de espacio, sino 12 mil millones de años luz hacia atrás para ver la explosión de las supernovas y el desarrollo de agujeros negros más grandes que un millón de soles. Podemos contar 400 mil millones de galaxias, pero la creación todavía no ha terminado porque vemos evidencia de un universo en expansión.

Cada átomo de este vasto universo de materia es como un universo de espacio interior, con neutrones y electrones en constante movimiento a velocidades que desafían la imaginación. Ahora los científicos especulan sobre superseries. Estas partículas subatómicas son tan pequeñas que miles de millones de ellas podrían bailar sobre la cabeza de un alfiler. Dice Freeman Dyson: "Hemos aprendido que la materia es una cosa extraña". (Infinite in all Directions, p. 18).

Luego, la vida apareció por primera vez en este planeta hace 3-4 mil millones de años. Fue como si todas las potencias del cosmos hubiesen conspirado por  varios miles de millones de años para crear una asombrosa serie de condiciones que eran exactamente las correctas para la aparición de la materia viva.

La base de toda la vida, ya sea de plantas o de animales, es la microscópica célula viviente. Aunque sabemos acerca de su núcleo, sus genes y cromosomas, y su ADN, su vida interior y su función son todavía un misterio que está más allá de la capacidad de copia de la ciencia. Estas células se organizan en colonias de miles de millones de células para crear una criatura viviente cuyos atributos son aun más asombrosos. Sin pensamiento ni planificación consciente, una colmena de abejas establece una compleja organización con una tremenda capacidad de comunicación y navegación. La mariposa monarca ejecuta hazañas de vuelo y navegación que son nada menos que asombrosas. Actuando al azar, espontáneamente, sin la libertad que acompaña la inteligencia consciente, la naturaleza logra establecer un equilibrio general y una armonía simbiótica, a pesar de conflictos y conductas depredatorias.

Pero hay una maravilla que excede a todas las otras maravillas creadas. Dice Dyson: "El hecho más pasmoso en el universo es la mente, totalmente misteriosa". La mente "se ha establecido como una fuerza en movimiento en nuestro pequeño rincón del universo. Aquí, en este pequeño planeta, la mente se ha infiltrado en la materia y ha tomado el control" (ibid., p. 118).

En la mente humana, o espíritu, este orden evolutivo creado se ha vuelto consciente de sí mismo. "Somos los ojos del universo; el más despierto pedacito de cosmos conocido por nosotros", dice Teilhard de Charden.

La persona humana tiene conocimiento de sí misma, conciencia de sí misma, y autodeterminación. Ninguna ciencia ha podido, ni podrá, explicar jamás el misterio de la conciencia humana. Aunque el cuerpo y el cerebro humano están compuestos de la misma materia ("material misterioso") que compone las estrellas, la tierra y las células de toda materia viviente, la mente humana también está también por encima y es diferente del orden creado.

La mente humana puede visualizar y pensar en cosas del pasado remoto o del lejanísimo futuro. No sólo puede trascender el tiempo, sino también el espacio. Su imaginación e inteligencia escudriñadora puede visitar grandes galaxias, supernovas, y agujeros negros cuyo tamaño abarca millones de años luz. La mente puede también entrar al mundo del espacio interior para "ver" supercadenas que son más pequeñas que el núcleo de un átomo, en la misma proporción en que un átomo es más pequeño que un mundo entero. La mente puede fisionar el átomo y liberar su enorme energía. Puede estudiar huracanes y tornados y trabajar para controlarlos. La mente ha inventado, no sólo un modo de volar por el espacio más alto y más velozmente que las aves, sino que ahora puede hacerlo a través del espacio mismo. La tecnología de la comunicación y las computadoras, que son sólo una extensión de la mente humana, es asombrosa.

La verdadera maravilla no es hasta dónde se ha hundido la raza humana, sino hasta dónde ha progresado en el muy corto tiempo que ha transcurrido desde el nacimiento de la conciencia humana. Porque, si representáramos la historia del universo con un reloj de doce meses, entonces la persona humana consciente ha llegado en los últimos cinco minutos antes de la medianoche del 31 de diciembre. Debemos repetir aquí lo que hallamos en nuestro capítulo anterior ("Ningún Dios Arriba"): El orden humano es diferente y está por encima del orden natural. Necesitamos decir esto decisivamente en nuestra época, cuando la visión mundial de las antiguas sectas paganas que rendían culto a la naturaleza está siendo resucitada por las modernas sectas que rinden culto al ambiente. El culto a la naturaleza se ha convertido nuevamente en una religión popular. ¿Quién no ha oído esta clase de sabiduría convencional: "La madre naturaleza sabe qué es lo mejor". "Si es natural, debe ser bueno". "La naturaleza hace lo mejor que puede". "La naturaleza es sabia". "Debemos obedecer a la madre naturaleza". "No se puede mejorar la naturaleza". No se debe permitir que la belleza y la sabiduría que la naturaleza ha adquirido en su desarrollo de 3-4 miles de millones de años nos ciegue para que no veamos sus deficiencias. He aquí una lista parcial:
En algunos círculos se ha puesto de moda hablar del Homo sapiens como un desastre implacable para el ambiente. Puede que las nuevas sectas que rinden culto a la naturaleza amen los árboles y los animales, pero revelen una verdadera antipatía hacia la especie humana. Lo que a menudo es objeto de la crítica especial de estas personas es la posición del Antiguo Testamento de que los seres humanos son diferentes de y están por encima del orden natural.

Además de exagerar el perjudicial impacto humano en la tierra (que es minúsculo en comparación con las fuerzas destructoras de la naturaleza) e ignorar los frutos positivos del progreso humano, los cultores de la naturaleza no pueden apreciar cuánto necesita la naturaleza el beneficio de la inteligencia humana.

La naturaleza necesita la inteligencia humana. Por medio del desarrollo espontáneo y al azar, la naturaleza ha llegado a un estado en que necesita la modificación, la corrección y la dirección humana hacia el futuro.

La inteligencia humana comenzó a modificar el ambiente por medio del fuego y el calor. En unos pocos millares de años, esa tecnología ha avanzado un largo trecho. El cultivo de las plantas y la domesticación de animales ha aumentad grandemente la provisión de alimentos naturales. La inteligencia humana ha eliminado muchas enfermedades. La psicología y la psiquiatría son ciencias relativamente nuevas, pero han hecho grandes avances para entender y aliviar las enfermedades mentales. La expectativa promedio de la vida humana se ha extendido y la calidad de vida ha mejorado con mejores estándares de vida, mejor educación, mejores comunicaciones, y tecnologías de transporte e información.

En años recientes, hemos visto alentadores progresos en tecnologías que mejoran el ambiente al disminuir el impacto humano sobre él, en la reforestación y la preservación de especies amenazadas y el mejoramiento de otras.  No subestimemos lo que el desarrollo del arroz milagroso hizo por la raza humana.

Ciertamente, se han cometido errores en el cumplimiento del mandato de señorear sobre la naturaleza. Pero necesitamos recordar cuánto se ha progresado en un período histórico muy corto. ¡La especie humana apenas se ha puesto las botas!

Lo asombroso acerca de la mente humana no es su ignorancia ni su debilidad, sino su conocimiento y su poder. En esto tenemos mucho que temer y mucho que esperar, porque el humano conocimiento y poder puede ser abusado y usado. Permanece el hecho tremendo de que la mente humana tiene una capacidad y un potencial que, en palabras de Freeman Dyson, es "son infinitos en todas direcciones". Por supuesto, ¡la humanidad está por encima de la naturaleza! Está por encima de agujeros negros y por encima de las estrellas. Es la imagen y semejanza de Dios, teniendo un destino "un poco menor que Dios". (Salmos 8:3-6).

Hay dos atributos humanos que claramente distinguen al reino humano del resto del reino biológico. Éstos son la libertad y el progreso.

La libertad es simplemente la condición indispensable de ser humano. La naturaleza no es gratis. Sólo puede actuar en la medida en que se actúa sobre ella porque no tiene conciencia inteligente. No hacemos a un perro moralmente responsable por robar carne de una carnicería. Nos hacemos responsables de nuestras acciones porque somos libres. Juzgamos que los nazis que fueron ahorcados en Nuremberg eran libres para no obedecer órdenes inhumanas. Si hubiesen sido obligados a hacer lo que hicieron por factores que estaban más allá de su control, no habrían sido culpables de actos inhumanos. Puede que tengamos una naturaleza biológica que nos predispone a la codicia, a la irresponsabilidad sexual, hasta a la conducta depredatoria, pero, a causa de que tenemos una mente humana, somos libres para no obedecer a nuestros instintos biológicos. Somos libres hasta para no hacer cosas impredecibles. Es esta libertad la que nos hace personalmente responsables de nuestras acciones.

Es también esta libertad lo que hace posibles las cualidades morales de valor, fortaleza, bondad y amor. Sin libertad, no podríamos tampoco ser responsables ni para bien ni para mal. Seríamos simplemente animales con un gran cerebro que obedecen ciegamente órdenes superiores, ya sean órdenes de sus propios genes u órdenes de un animal más dominante en la jerarquía de autoridad.

Esta libertad humana es también la libertad para aprender, desarrollarnos y progresar. Es absolutamente evidente que, desde el nacimiento de la conciencia humana, la raza humana ha estado en un viaje en términos tanto del desarrollo del conocimiento como de la conciencia humana.

Mientras que los animales continúan viviendo exactamente como lo hacían hace miles de años, la especie humana actual, con computadoras, satélites, y tecnología de comunicaciones, vive de manera mucho más diferente que el hombre primitivo. Ha habido un desarrollo paralelo de la conciencia humana.

Este espíritu itinerante, el espíritu de ser libre y de estar en un viaje, no es natural. Está por encima de lo natural. Es la imagen y semejanza de Dios, porque Dios es también libre y está en un viaje. Su creación no ha concluido todavía. Él ha creado a la humanidad a su imagen y semejanza para que participe con él en la creación en curso y en este viaje hacia un futuro abierto y, por lo tanto, humano. Tiene que ser abierto precisamente porque Dios y su socio son libres. Es un viaje de descubrimiento, con posibilidades que son "infinitas en todas direciones".

Hay un agradable relato en el Antiguo Testamento, en que Dios consulta con Abraham acerca de lo que se debía hacer con Sodoma. El relato transmite la idea de que Dios está en el viaje de la historia con la humanidad. El evangelio de Juan llama al espíritu divino el paracleto. Paracleto significa el que viene para estar al lado de nosotros. Lejos de ser alguien que nos grita dándonos órdenes desde arriba, éste camina a nuestro nivel. Según Juan, este Espíritu nos dice: "No os llamo siervos, sino amigos". (Juan 14:26; 15:26).

Cuando consideramos que esta libertad para estar en un viaje con Dios es nuestro llamado y nuestro destino, ¿por qué deberíamos tratar de hallar nuestro hogar, nuestra seguridad, nuestro lugar de reposo, en un sistema religioso restrictivo, una prisión sectaria, un credo que causa estulticia, o en cualquier ideología o "ísmo". Todas estas cosas deben parecerse a las insignificantes cuevas y los nidos del reino animal al cual podemos descender fácilmente cuando perdemos la visión de ser libres y que estamos en un viaje con Dios.

¿Es Dios un católico que habla latín? ¿Es un protestante - un anglosajón de raza blanca? ¿Es Dios cristiano? ¿Es Dios judío? ¿Es Dios musulmán? ¿Es varón? ¡Por supuesto que no es ninguna de estas cosas! ¿Puede ser puesto en una caja sectaria? ¿Puede ser atado por un credo religioso? Mientras la iglesia salmodiaba sus credos y resistía la ciencia y el progreso humano, Dios manifestaba su libertad saliéndose de todas las estructuras religiosas para inspirar a los hombres libres a iniciar una era de iluminación, de ciencia, y de progreso humano. ¿Dios soslayando a los teístas y trabajando en y por medio de los ateos? Debe haber tenido un gran sentido del humor.

En cuanto a que el espíritu humano fue hecho a imagen y semejanza de Dios, ¿no es claro como el agua que también trasciende nacionalidad, raza, religión, género, cultura y época? El espíritu humano no es ni judío ni gentil, ni africano ni caucásico, ni negro ni blanco, ni varón ni hembra, ni viejo ni joven. Lo que dota al espíritu humano de dignidad, superioridad e igualdad no es su identidad racial, identidad sexual, identidad cultural, y ciertamente no es su identidad religiosa, sino simple y solamente esto - su identidad humana.

Dios no puede ser encerrado en una estructura religiosa. El espíritu humano no puede ser confinado a una secta. El reino de Dios no puede ser contenido en un credo ni identificarse con ninguna organización. No hay ninguna "Teoría de Todo", que pueda contener el espíritu humano, que es libre y está en un viaje con Dios hacia un futuro abierto. Cualquier credo será anticuado antes de que se haya secado la tinta. El ser humano está por encima del socialismo, el capitalismo, o cualquier otro ísmo. En el mejor de los casos, todos los sistemas precedentes y todas las instituciones precedentes sólo podrían ser lo que el fuego es para las necesidades humanas - un buen siervo, pero un mal amo. Su lugar correcto es bajo los pies de la gente. (Salmos 8:6).

Ningún hogar lo bastante grande, excepto Dios

No es maravilla que Joshua pudiera decir: "Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el hijo del hombre no tiene dónde recostar su cabeza". No hay ningún hogar digno del espíritu humano, excepto en aquél que es "nuestro refugio de generación en generación" (Salmos 90:1). Nada lo dice mejor que esto: "Dios es amor; el que vive en amor vive en Dios, y Dios en él". (Juan 4:16).

No hay ningún hogar digno del espíritu humano, excepto en aquél que es "nuestro refugio de generación en generación" (Salmos 90:1).


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