No. 10
Pedro de Felipe del Rey
LOS PROFETAS DE LOS
ÚLTIMOS DÍAS
I. El período de los últimos días (o último tiempo) de este mundo:
1. Según los apóstoles, los últimos días empezaron con la primera venida de Jesús (Heb. 1: 2; 9: 26; 1 Ped. 1: 20; 1 Juan 2: 18; Hech. 2: 15 -17), cuando él apareció predicando (Mar. 1: 14, 15; Juan 12: 49, 50).
2. Por tanto, el período de los últimos días abarca todo el tiempo del Nuevo Testamento, llamado también "tiempos de las gentes" o "de los gentiles" (Luc. 21: 20-24).
3. Durante la época del Antiguo Testamento, el mensaje de Dios fue dirigido a los judíos. (Rom. 3: 1, 2).
4. Durante el período de los últimos días, el mensaje de Dios va dirigido a todos los gentiles, pues ésta es la época reservada para ellos, la cual termina con la segunda venida de Jesús (Mat. 24: 14; Luc. 21: 24-27).
II. Los profetas de este período:
1. Dios prometió que habría profetas en este período de los últimos días (Joel 2: 28, 29), el cual termina, también según este profeta, con el día del fin (Joel 2: 30, 31).
2. El apóstol Pedro aseguró que la profecía de Joel 2; 28, 29 se acababa de cumplir ante sus ojos, y ese cumplimiento correspondía a los últimos días (Hech. 2: 15-18). Pero en absoluto dijo el apóstol Pedro que esa profecía tendría dos cumplimientos relacionados con la lluvia temprana y tardía; porque Joel 2: 19-27 no se refiere a la lluvia temprana y tardía en sentido profético, sino literal (como en Deut. 11: 13-15, mediante la cual Dios promete abundancia de cosecha entre el regreso de la cautividad de Babilonia y la aparición del Mesías; mientras que, a partir de Joel 2: 28, Dios se refiere a los tiempos del N. T., como asegura el apóstol Pedro (Hech. 2: 16, 17).
3. Además, como prueba del cumplimiento de Joel 2; 28, 29, vemos que había, entre los primeros cristianos, profetas y profetisas. (Hech. 11: 27, 13: 1; 21: 9, 10).
4. Pero Jesús aseguró que, antes de su segunda venida, también habría "muchos falsos profetas" que engañarían a muchos (Mat. 24: 11); según el contexto, este engaño gira en torno a su segunda venida (Mat. 24: 3-14).
5. Ya han han aparecido muchos profetas hablando sobre la segunda venida de Jesús; pero cuyas profecías han resultado falsas. No obstante, sus seguidores aún se jactan de tener tales profetas y profetisas entre ellos (Testigos de Jehová, Mormones, Adventistas, etc.).
III. Cómo nos libra Dios de los falsos profetas:
1. Para que no haya duda de lo que Dios nos ha dicho relativo al período del Nuevo Testamento, él no nos ha transmitido ninguna doctrina (en el N. T.) por medio de ningún profeta ni profetisa de los que vivían con los apóstoles.
2. Cuando Dios quiso dejarnos por escrito en profecía lo relativo al devenir de la iglesia hasta más allá de la segunda venida de Jesús, tampoco se sirvió de ninguno de aquellos profetas o profetisas, sino que lo hizo por medio de un apóstol (Apoc. 1: 11), y aseguró que no se debía añadir más a esa revelación (Apoc. 22: 18).
Conclusión:
1. El que sigue sólo a la Biblia está a salvo de todos los falsos profetas que debían aparecer antes de la segunda venida de Jesús, y tiene la suficiente instrucción para ser salvo (2 Tim. 3: 15).
2. El que sigue sólo la Biblia tiene la clave para desenmascarar a los falsos profetas por sus frutos, que son sus falsas profecías que han producido (Mat. 7: 15-17; Deut. 18: 21, 22). (Ver, en relación con esto, los Estudios Bíblicos Bereanos 6 y 8).
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