2. Luego surgió
lo que sólo puede describirse como el fruto de la agitación
religiosa. Algunos de los teólogos <>
más sobresalientes de la
iglesia comenzaron a expresar serias dudas acerca de la
cuestión entera de la perfección. El primero en defender
abiertamente la idea de ninguna
perfección en el creyente hasta la segunda venida de
Cristo fue el Dr. Edward Heppenstall. Veía la
perfección del creyente como hostil a la salvación por la
gracia solamente. El enfoque de Heppenstall - ninguna
perfección sino hasta la segunda venida - no sólo se oponía
al perfeccionismo de del mensje de Brinsmead, sino que era
contrario a la enseñanza adventista tradicional sobre la
perfección. Por consiguiente, es sorprendente que la
enseñanza de Heppenstall no fuese objetada (por lo menos en
público) por los líderes de la iglesia. Puede ser que el
conflicto con Brinsmead fuese tan intenso que la desviación
radical del adventismo tradicional por el Dr. Heppenstall
pudo pasar sin ser objetada. El Dr. Desmond Ford y el pastor
L. C. Naden estaban entre otros que adoptaron el nuevo
enfoque acerca de la perfección contra la enseñanza de
Brinsmead. Esta era la etapa
dos del conflicto con el Despertar - una etapa
marcada positivos progresos si los medimos con el evangelio
de la Reforma. En esta etapa del conflicto, hubo un serio
reconocimiento del pecado original y un no incierto repudio
del perfeccionismo. Estos dos aspectos de la década de 1960
constituyen un avance
soteriológico del Adventismo del Séptimo Día hacia
el cumplimiento de su meta declarada - a saber,
adelantar la Reforma del siglo dieciséis que estaba
detenida.
3. En la década de
1960, hubo evidencia de un verdadero esfuerzo por "hacer
bueno" al propósito adventista de llevar el evangelio a un
mundo moribundo y un protestantismo apóstata. Es difícil
decir hasta qué punto el conflict con el Despertar influyó
en este intento deliberado de presentar el evangelio, vacío
de legalismo y elementos no protestantes. Muy posiblemente,
se creía sinceramente que el mejor antídoto contra el
brinsmeadismo era la presentación directa del evangelio,
especialmente puesto que el conflicto debe haberles parecido
a muchos como poco más que teólogos peleándose acerca de
irrelevantes abstracciones teológicas. Pero, cualesquiera
que hayan sido las razones, la década fue estimulante en vista de
algunas de las enseñanzas sobre el evangelio que había
entre los adventistas.
4. A pesar de los
tres puntos anteriores, la década de 1960 fue también un
tiempo de confusión.
Mientras luchaba por ser protestante, la iglesia también
evidenciaba en su enseñanza otras corrientes
irreconciliables. Por ejemplo, en los artículos de Review and Herald del
período coexistían - se supone que felizmente - un obvio
intento de seguir la herencia de la salvación por gracia de
los protestantes y claras expresiones de la teología
tridentina. Lo que es más, en la defensa, por parte de la
iglesia, de su enseñanza contra el Despertar de Brinsmead,
de la única fuente brotaban materiales que eran mutuamente
excluyentes. Hay tres posibilidades abiertas al intérprete
de este fenómeno: (1) Puede ser que la naturaleza
conflictiva del material no se percibió. (2) Quizás la
naturaleza conflictiva del material no se percibió, pero se
pensó que este era un precio justo que había que pagar por
la remoción de la amenaza del Despertar. (3) Puede ser que
el material conflictivo era una admisión tácita de los
líderes de la iglesia de que dentro de la iglesia
"remanente" existían legítimamente puntos de vista bien
diferentes concernientes al núcleo de su confesión.
Cualquiera que dé la casualidad que sea la correcta
interpretación, es secundaria a nuestra meta de observar
este rasgo contradictorio de la teología adventista en la
última década.
Antes de que procedamos con un examen más de cerca de este
período, es necesario que relacionemos algunas de sus
características con las de la década anterior. Los avances soteriológicos de la
década de 1960 (el reconocimiento del pecado original y la
renuncia al perfeccionismo en esta vida) aumentan y llevan
adelante los avances cristológicos
de Questions on Doctrine. Pero la década de 1960 es también
un avance sobre Questions on Doctrine, que decididamente
tenía un sabor perfeccionista. En la década de 1960, el
perfeccionismo es repudiado y la cristología de Questions on
Doctrine es llevada a algunas importantes implicaciones
soteriológicas.
El
aspecto negativo de la década de 1960
Como hemos señalado, la Iglesia Adventista del Séptimo Día
estaba en conflicto con la enseñanza de Brinsmead en la
década de 1960, y ese conflicto puede dividirse en en dos
etapas. En la primera parte de la década, hubo oposición
contra Brinsmead porque éste pospuso la experiencia de
alcanzar la perfección moral hasta el juicio. Pero, en la
etapa posterior del conflicto, hubo oposición contra
Brinsmead porque deseaba mantener, además de su adhesión a
la Reforma, lo que él creía que era un adventismo
tradicional, histórico acerca de la cuestión de la
perfección de la generación final. Vamos a examinar la
primera etapa del conflicto bajo el encabezamiento "El
aspecto negativo de la década de 1960".
Brinsmead sostenía que la depravación pecaminosa permanece
en el regenerado hasta el juicio. Pero esta afirmación fue
rechazada basándose en que negaba el poder del evangelio y
el poder purificador del Espíritu Santo para erradicar el
pecado del creyente ahora.
Brinsmead era considerado antinómico
y, por consiguiente, una peligrosa influencia sobre
los miembros de la comunidad remanente. En las palabras del
pastor L. C. Naden, la facción de Brinsmead
... pasó por alto el poder transformador del
evangelio ministrado por el Espíritu Santo que nos hace
nuevas criaturas en Él y nos prepara para el juicio. Su
enseñanza niega que es posible que un hombre obtenga la
victoria completa sobre el pecado antes de comparecer en
el juicio...
Gracias a Dios que el proceso de perfeccionamiento es
completado antes de que entremos al juicio; de lo
contrario, estaríamos en una situación desesperada y sin
esperanza. (3)
El Comité para la Defensa de la Literatura de la Conferencia
General acusó al Despertar de negar el poder actual y la
provisión del evangelio:
Advertimos a nuestro querido pueblo que no se deje
adormecer por la peligrosa doctrina. Podemos esperar que
ocurra antes del escrutinio del Juez de toda la tierra en
el juicio investigador, que seamos hallados faltos, y
luego esperar que Cristo purifique el templo del alma por
medio de un milagro para que podamos ser contados como
dignos de la vida eterna. (4)
Brinsmead se quejó de haber sido gravemente malinterpretado.
(5) Afirmó que el problema no era si uno necesita o no convertirse antes del
juicio sino si uno continúa o no siendo pecador hasta el
juicio. Pero el Comité para la Defensa de la Literatura,
todavía en1967, consideraba que la enseñanza del Despertar "posponía la obra que debe
hacerse hoy". (6)
Parece que la enseñanza de Brinsmead llevó la doctrina del
pecado original a la línea del frente en la teología
adventista por primera vez. Ciertamente, W. H. Branson dio
poca evidencia de ser consciente de esto en Our Firm Foundation. M.
L. Andreasen afirmó inequívocamente que los Adventistas del
Séptimo Día no creen en el pecado original. (7)
Brinsmead tenía un principio fundamental de la teología de
la Reforma en la doctrina del pecado original. Sin embargo,
en esta etapa particular de su pensamiento, no podía
identificarse plenamente con Lutero y Calvino porque creía
que la solución del pecado original tenía que estar en
armonía con su doctrina adventista tradicional de la
generación final.
A pesar de que el discernimiento del pecado original estaba
viciado por la doctrina del perfeccionismo, el mensaje de
Brinsmead llegó como buenas nuevas para muchos. Como sucedía
con la era antes de 1950, el adventismo veía la
justificación como sólo para los pecados pasados, y pensaba
que la futura salvación se basaba en la renovación interior
y el desarrollo del carácter, si bien por el poder del
Cristo interior. Pero ahora Brinsmead estaba predicando la
todo suficiencia de la justicia de Cristo hasta el juicio y
luego, mediante un acto completamente gratuito, Dios
perfeccionaría la generación final. Con este mensaje (con su
obvia afinidad con el evangelio de la Reforma), el franco
reconocimiento de la continuada presencia del pecado, y los
necesarios "dones carismáticos", no es de extrañarse que la
agitación Brinsmead hiciera un impacto considerable en el
período que se está comentando.
Cuando examinamos la principal publicación anti-Brinsmead de
la década por parte del Comité para la defensa de la
literatura (The History
and Teaching of Robert Brinsmead), es claro que el
verdadero desafío doctrinal presentado por el Despertar
apenas fue tratado. Hay una abrumadora concentración en la
supuesta debilidad personal del "retoño de líder" (8) y el
peligro que él y su "peligrosa doctrina" (9) representaban
para la iglesia. Mientras que la intensa preocupación y la
extravancia de lenguaje que a menudo lo acompañan son
comprensibles, tal enfoque sin duda no ayudaba la causa de
la Iglesia Adventista hasta el punto que lo podría haber
hecho una deliberada concentración en los problemas
teológicos. El verdadero impacto en el Despertar habría de
venir de los nuevos discernimientos de algunos teólogos
principales como el los doctores Heppenstall, Ford y
LaRondelle.
Los
avances positivos de la década de 1960
David McMahon subraya un punto, en el contexto del
adventismo en la década de 1970, que parece ser aplicable a
la segunda etapa del conflicto entre los líderes de la
iglesia y la agitación Brinsmead en la década de 1960:
Demasiado a menudo, la controversia teológica ha sido
considerada como contraria a los reavivamientos y la
prosperidad de la iglesia de Dios. Pero la verdad es que,
a menudo, cuando el debate y la argumentación están en su
más alto nivel, cuando el Espíritu de Dios desciende con
poder entre los miembros de su pueblo. (10)
El fermento y la agitación dentro del adventismo no eran por
completo negativos. Por primera vez en la historia del
movimiento apareció un claro desafío contra todo el concepto
de alcanzar la perfección en esta vida. En diciembre de 1963
(11), el Dr. Edward Heppenstall publicó un artículo titulado
"Is Perfection Possible?" [¿Es posible la perfección?] (12).
El tono reformador de su enfoque es obvio:
Es fatal creer que sólo si pudiéramos rendirnos
completamente a Cristo quedaría erradicada la naturaleza
pecaminosa. La ley del pecado y de la muerte continúa
teniendo vigencia en nosotros. ...
La doctrina básica de la fe cristiana es salvación
sólo por gracia. ...
Salvación sólo por gracia significa que la absoluta
perfección y el estado sin pecado no pueden realizarse
aquí y ahora.
Al Dr. Heppenstall le ha gustado ver la esencia del pecado
como egoísmo. Para él, la perfección sin pecado es "un
engañoso esfuerzo hacia la auto-idealización, la exaltación
del yo". (14) La perfección sin pecado "ejerce un efecto
letal en uno mismo y en la relación de uno hacia los demás".
(15) Es divisorio en relación con la iglesia y es
auto-destructor. (16)
Heppenstall veía la perfección sin pecado como contraria a
la interpretación bíblica de la gracia. En un folleto
publicado por la Asociación Ministerial de la Conferencia
General como suplemento a The
Ministry (17), escribió:
El uso bíblico de la palabra "gracia" es uno. Gracia
es el eterno y gratuito favor de Dios, manifestado hacia
el culpable e indigno. La gracia es enteramente aparte de
toda suposición de valor humano y perfección sin pecado.
La gracia pertenece donde existe la pecaminosidad humana.
Sobreabunda por encima de la indignidad humana como la han
experimentado los santos aun después de que haya terminado
el tiempo de prueba. Los pecadores son las únicas personas
con las cuales tiene que ver la gracia. Distingamos entre
la gracia como u atributo de Cristo y la gracia como
método de salvación hecha posible por el sacrificio de
Cristo.
Heppenstall afirmó inequívocamente la realidad del pecado
que permanece en el creyente hasta la segunda venida de
Cristo. (18) Brinsmead se equivocó porque defendía una
perfección que tendría lugar antes del segundo advenimiento.
Dijo Heppenstall: " ... jamás habrá un momento en la vida
cristiana en que el creyente pueda saber que finalmente ha
alcanzado la condición sin pecado". (19)
No es exagerado decir que la refutación por Heppenstall de
la doctrina de Brinsmead es un claro clímax en la teología
adventista. (20) No existe su igual ni antes del período
contemporáneo ni después de comienzo de la década de 1950.
Parece que Heppenstall pudo discernir la conclusión lógica
del énfasis reformador de Brinsmead más claramente que el
mismo Brinsmead. Durante un tiempo, Brinsmead no pudo ver
que la negación de la perfección por Heppenstall era la
conclusión lógica e inevitable de su propia negación del
perfeccionismo aquí y ahora.
No pasó mucho tiempo antes de que los teólogos adventistas
comenzaran a abrazar públicamente la posición de
Heppenstall. (21) En la segunda mitad de la década de 1960,
apareció una corriente constante de artículos en la
literatura adventista negando la posibilidad de lacanzar un
estado sin pecado antes del segundo advenimiento de Cristo.
(22) El objeto de estos artículos era refutar la doctrina de
Brinsmead del perfeccionismo en el juicio.
No debemos dejar de notar el interesante cambio de
circunstancias en este punto. En los primeros años de la
década, Brinsmead encontró oposición porque ubicó la
obtención de la perfección demasiado tarde. Fue acusado de posponer
hasta el juicio lo que necesita que se haga ahora. Luego
hubo un cambio radical, y ¡Brinsmead fue atacado por poner
la obtención de la completa perfección moral demasiado temprano! Fue
acusado de poner en el juicio lo que no tendría lugar sino
hasta después del juicio, al regreso de Cristo.
Debe notarse también el inequívoco rompimiento con la
tradición adventista. Los líderes de la iglesia - por medio
del Comité de Defensa de la Literatura y algunos teólogos
sobresalientes en las huellas de la nueva teología de
Heppenstall - ¡hicieron a un lado la enseñanza de más de
cien años de teología adventista! El apasionado
perfeccionismo de M. L. Andreasen en The Sanctuary Service y
The Book of Hebrews,
el énfasis perfeccionista de W. H. Branson, y el
perfeccionismo implícito de Questions on Doctrine - todos salieron del
adventismo en términos muy claros a causa de esta nueva
teología.
Los que sostenían el Despertar en ese momento estaban
demasiado conscientes de que este claro rompimiento con el
adventismo tradicional había tenido lugar. En respuesta a la
obra del pastor L. C. Naden The Perfecting of the Saints, Brinsmead
publicó el siguiente desafío:
Reto al pastor Naden a que presente cualquier
declaración en literatura Adventista del Séptimo Día,
escrita antes del actual mensaje del Despertar, que enseñe
que el pueblo de Dios no será moralmente perfecto y sin
pecado sino hasta que Jesús venga en las nubes del cielo.
Eso simplemente no es doctrina adventista básica. (23)
Parece que este desafío nunca fue aceptado, y esto no es
sorprendente. Que este escritor sepa, sería imposible hallar
apoyo para la posición de Heppenstall en la teología
adventista de antes de la década de 1950.
Lo que sí sorprende es cómo pudo el Dr. Heppenstall enseñar
esa doctrina (y aparentemente inducir a otros a abrazarla),
pero evitar la condedna de los líderes de la iglesia. Lo que
es todavía más sorprendente es que el Comité para la Defensa
de la Literatura oficial y la respetada Review and Herald
patrocinaran la misma enseñanza y no tuvieran que responder
en público. Una reflexión sobre la recepción de Questions on Doctrine
revelará que no disfrutó de los mismos privilegios que esta
nueva enseñanza. Ciertamente, Heppenstall y otros no
defendían un problema periférico. La doctrina del
perfeccionamiento de la generación final está cerca del
corazón de la teología adventista.
La única respuesta al fenómeno antes mencionado, a la cual
hemos podido arribar, es que la tranquila recepción del
anti-perfeccionismo de Heppenstall era un indicador del
grado hasta el cual los líderes adventistas veían el desafío
Brinsmead como indeseable. Por otra parte, los que en la
actualidad se ven a sí mismos como habiendo adoptado una
fiel posición reformista están inclinados a ver la situación
en el tiempo de la revolución Heppenstall como providencial. El avance
de Heppenstall hacia una posición reformista más plena puede
haber sido imposible si la iglesia no hubiera estado
combatiendo la enseñanza Brinsmead.
La ironía del período no debe pasar inadvertida. En el
tiempo del revolucionario anti-perfeccionismo de
Heppenstall, la "facción" de Brinsmead (como los adventistas
la designaban) era más conservadoramente adventista que la
del propio Comité para la Defensa de la Literatura de la
iglesia. Debido a que la agitación Brinsmead no deseaba
desligarse de la teología adventista histórica, resistió
vehementemente el énfasis de Heppenstall. En realidad, tan
preocupado estaba el Despertar por preservar lo que veía
como adventismo histórico que el énfasis reformista de su
plataforma tomó claramente un lugar secundario en su
enseñanza durante la segunda mitad de la década de 1960. El
Despertar se preocupó por defender el perfeccionismo
adventista en vez de especializarse en el evangelio de la
Reforma. (24) La ironía de la situación dentro del grupo de
Brinsmead era que el énfasis reformista de Heppenstall
contra el perfeccionismo, que era más fuerte, disminuyó el
énfasis del Despertar en el evangelio que con tanta fuerza
había proclamado en los primeros años de la década.
Para concluir este aspecto de la década de 1960, debemos
llamar la atención a los logros positivos que se hicieron
hacia la realización del objetivo del movimiento adventista:
(1) La realidad del pecado original quedó incrustada en la
teología adventista entre teólogos como Heppenstall y Ford.
(2) El corolario de esta posición era un claro repudio a la
posibilidad de la perfección moral en esta vida - un abrazar
el simul justus et
peccator (justo y pecador al mismo tiempo) de los
reformadores. En estas dos características tuvo lugar un
progreso hacia la teología reformista como no se había visto
en la historia de la Iglesia Adventista desde sus comienzos.
Rasgos
esperanzadores
de la década de 1960
Una lectura de la literatura Adventista del Séptimo Día
(especialmente Review and
Herald) en la década de 1960 indica que la iglesia
estaba intentando hacer honor a su llamado a ser la heredera
especial de los reformadores. Hay repetidas advertencias
contra el legalismo, así como numerosas afirmaciones en el
sentido de que el futuro de la iglesia reside en recuperar
la verdadera predicación de la justicia por la fe. Lo que
dice R. S. Watts es típico: "No hay ninguna obra en el mundo
tan grande ni tan gloriosa, ninguna obra que Dios honre
tanto, como el evangelio de la jutificación en el Señor
Jesús". (25)
El mismo Watts refleja la perspectiva de la Reforma en su
artículo sobre "El camino de Dios es la gracia". (26) A
diferencia de Questions
on Doctrine, su posición no es en la tradición
agustiniana-tridentina sino la de la Reforma. La gracia no
es un poder regenerador sino "el favor y la amorosa bondad
de parte de Dios ... enteramente inmerecidos y para los
cuales no tenemos méritos". Watts hasta hace un breve
contraste entre su punto de vista sobre la gracia y el del
catolicismo romano. Dice: "El catolicismo romano enseña que
un hombre es justificado, por lo menos en parte, por su
propia justicia, infundida e inherente, más bien que por la
justicia divina, vicaria e imputada". De manera convincente,
Watts concluye su artículo con un ataque contra todas las
obras humanas como contribuyentes a la salvación del hombre
en manera alguna.
Watts también dirigió su atención al tema de la
justificación y cayó sólidamente en la perspectiva de los
reformadores. La justificación para la vida eterna es por
medio de la justicia imputada de Cristo. La justificación no
significa "hacer justo" sino más bien "declarar justo". La
justicia por la cual alcanzamos la vida eterna es la que
Cristo hace por nosotros y no la que hace en nosotros. (27)
En la Review and Herald
de abril 21, 1960, el Dr. W. G. C. Murdoch también se apartó
de la perspeciva de la gracia de Questions on Doctrine. (28) Para Murdoch,
la gracia es la buena voluntad y la bondad de Dios en el en
evento Cristo. Murdoch no mira la obra del Cristo interior
sino a la obra de Cristo fuera
del creyente en el Calvario como el significado y
la maravilla de la gracia.
En la década de 1960, un teólogo dentro del adventismo que
demostró una firme confianza en la perspectiva de la Reforma
fue un australiano, el Dr. Desmond Ford. (29) Al examinar la
enseñanza de Ford, debe decirse que demostró una
consistencia digna de alabanza en la Reforma durante un
período de cambio. Como ya hemos notado, Ford fue explícito
en su afirmación de la doctrina del pecado original. (30)
Enseñó esto consistentemente durante toda la década de 1960
y parte de la de 1970. (31) Ford también repudió el
perfeccionismo por considerarlo contrario al evangelio. (32)
De la misma manera, sostuvo el punto de vista protestante de
la justificación forense (33) y la posición protestante
sobre la condición sin pecado de la naturaleza humana de
Cristo. (34) No sólo adoptó el aspecto evangélico de la
enseñanza de Brinsmead de la década de 1960 (es decir, que
Cristo es nuestra justicia en el cielo a la hora del
juicio), sino que lo hizo así junto con una clara
perspectiva reformista sobre el perfeccionismo. Así, pues, no estaría
lejos de la verdad decir que, ya en la década de 1960, el
Dr. Ford se anticipó a la clara corriente reformista que
habría de surgir dentro del adventismo en la década de 1970.
La década de 1960 presenció aun otras indicaciones del hecho
de que la Iglesia Adventista buscase permanecer fiel a su
creencia de que Dios la había llamado a predicar el
evangelio de la Reforma de una manera que no era posible
para otros cuerpos cristianos. Por ejemplo, fue en esta
década cuando H. K. LaRondelle fue a la Universidad Libre de
Amsterdam a estudiar para su doctorado bajo el erudito
reformado G. C. Berkower. A su debido tiempo, la disertación
doctoral de LaRondelle fue publicada bajo el título de
Perfection and Perfectionism: A Dogmatic-Ethical Study of Biblical Perfection
and Phenomenal Perfectionism [Perfección y
perfeccionismo: Un estudio dogmático-ético de la perfección
bíblica y el perfeccionismo fenomenal]. El estudio encaja
perfectamente dentro de la perspectiva de la Reforma.
Al principio de este capítulo, indicamos que la turbulenta
década de 1960 produjo un apoyo en modo alguno inequívoco
del evangelio de la Reforma. La misma fuente produjo
material mutuamente excluyente. Hemos reservado otras
características prometedoras
de la producción teológica del período hasta este punto para
proporcionar un contraste con elementos contrarios a la
perspectiva reformista.
Mientras que el Comité para la Defensa de la Literatura de
la Conferencia General estaba feliz (?) de publicar la
revolucionaria teología de Heppenstall sobre el
perfeccionismo, también publicó material que era
diametralmente opuesto a su posición. El mismo comité que
hizo pública la negativa explícita de la perfección en esta
vida por parte de Heppenstall también publicó en 1967 (unos
cuatro años después
de la exposición pública de Heppenstall sobre la
perfección), Basic
Brinsmead Belief. Escrita por alan Starkey, esta
publicación afirmaba:
... decir que el corrupto principio del pecado, la
fuente del mal, la naturaleza humana, permanece en la vida
del subconsciente del creyente hasta la expiación final
retrasa la obra que debe hacerse hoy. Una mujer se
horrorizó cuando yo insistí en que los pecados deben ser
"borrados" de la vida hoy. Ella creía que esta era la obra
de la expiación final. (35)
De la misma manera, en Review
and Herald tenemos tanto defensa como negación del
perfeccionismo. (36) Hay artículos que afirman la naturaleza
forense protestante de la justificación (37), y hay otros
que incluyen la obra interior de la regeneración en el
artículo de la justificación. (38) H. L. Rudy es uno de los
más explícitos ejemplos de esto último. La justificación "es
la venida del Espíritu de Cristo en el corazón de los que
creen que los cambios en su situación de 'hijos de la ira' a
'hijos de Dios'". (39) Pero, para Kenneth H. Wood, la
justificación es tener la justicia de Cristo acreditada a
nuestra cuenta, una transacción legal llevada a cabo por
Dios. (40)
Hay que decir que, en la década de 1960, la producción
teológica del adventismo acerca del evangelio baja a favor
de la perspectiva católico-romana hasta un grado mayor que
la de la Reforma. (41) Hasta los autores más protestantes,
como R. S. Watts, tienen la tendencia a relegar la
justificación al perdón de los pecados pasados sólo y verla sólo como
poseedora de una importancia inicial. Lo mismo que con el adventismo de
antes de 1950, esto da como resultado una tendencia a
subordinar la justificación a la santificación. F.
E.Brainard lo expresa como sigue:
Este acto de justificación es enteramente obra de
Dios. ... El hombre recién convertido, habiendo sido
limpiado de culpa, está preparado para dar el siguiente
paso hacia el cielo y la vida eterna. (42)
¡E. E. Wheeler puede hablar de depender demasiado de la
justicia imputada de Cristo y de no tratar de esforzarse
para que más y más justicia pueda impartirse de modo que
necesitemos menos y menos justicia imputada para cubrir los
pecados pasados! (43) La subordinación de la justificación a
la santificación es expresada nuevamente por F. G. Clifford,
que dice que, si necesitamos tener que entender lo que
Cristo ha hecho por
nosotros, hay una necesidad todavía mayor de permitirle
hacer su efectiva obra en
nosotros. (44)
Es obvio que, aunque hay algunos aspectos prometedores en la
articulación, por parte del adventismo, del evangelio de la
Reforma en la década de 1960, los verdaderos logros de la
década han de encontrarse en la afirmación del pecado
original y el repudio de la perfección en esta vida. Este
significativo avance aparece en la teología de hombres como
Edward Heppenstall, Desmond Ford, y H. K. LaRondelle.
Al
final de la década
Resumamos la década bajo discusión. Mirada desde un ángulo,
la década de 1960 perpetúa el adventismo de antes de la
década de 1950. Hasta un grado mayor o menor, la teología
adventista del evangelio siempre ha tenido dos elementos
fundamentalmente conflictivos - el de Trento y el de los
reformadores. Esta situación no cambia en la década de 1960.
Las dos corrientes de pensamiento todavía están presentes.
Sin embargo, a pesar de esta unidad con el adventismo de
antes de 1950, hay también distinción. La década de 1960 fue
de un definido avance en el área de la soteriología. De pie
sobre los hombros del avance cristológico de la década de
1950, surgió una fuerte doctrina del pecado original y una
negación de la perfección en el proceso de salvación. Estos
aspectos eran nuevos en la teología adventista.
No es sólo que en la década de 1950 surgió un concepto más
claro de lo que significaba el evangelio de la Reforma, sino
que el mensaje protestante - sin duda debido a un conflicto
doctrinal - fue llevado al frente más clara y
contundentemente que antes en la historia del adventismo.
Fue un período en que el evangelio de la Reforma ganaba
terreno en la conciencia adventista.
Finalmente, la década de 1960 fue una época en que se vio más claramente que nunca antes
que el adventismo
carecía de unidad en el área central de la teología. Para
ilustrar esto, nos referimos nuevamente a la oposición de la
iglesia a la enseñanza de Brinsmead. Hubo oposición al
Despertar (1) sobre la base de una fuerte creencia en la
perfección aquí y ahora. Pero también hubo oposición (2)
sobre la base de una fuerte negación de la perfección en
esta vida. ¿Cuál era la posición "oficial" de la
denominación sobre este problema? La única respuesta puede
ser que el adventismo oficial adoptó ambas posiciones.
El hecho de que el adventismo oficial buscaba adoptar
oficialmente ambas posiciones arroja una luz interesante
sobre la situación en la década de 1960. El hecho es que tanto el adventismo
oficial como Brinsmead contenían elementos conflictivos en
sus sistemas. Brinsmead buscaba efectuar una síntesis
entre la justificación por la fe sola de la Reforma y la
creencia adventista tradicional en la perfección. El
adventismo oficial sostenía, por una parte, una perfección
aquí y ahora basada en la tradicional dependencia adventista
en la perspectiva de Trento y, por la otra, una negación
radical de la perfección con sus raíces en la teología de la
Reforma y el avance cristológico de Questions on Doctrine.
La década de 1960 se cierra con un conflicto entre el
adventismo oficial y el grupo de Brinsmead. Pero también hay
un conflicto en las respectivas posiciones. En la siguuiente
década, queda por ver cómo se resuelven estos
conflictos y cómo le va al evangelio de los reformadores en
esa resolución.
1. Una muestra del
material producido en el conflicto con la enseñanza
Brinsmead es como sigue: Robert D. Brinsmead, A Doctrinal Analysis of "The
History and Teaching of Robert Brinsmead"; ídem, Timing of Revelation 15;
Francis E. Bush, How a
Pastor Meets the Brinsmead Issue; Errors of the Brinsmead
Teachings; Paul H. Freeman, ed., Evaluation of Brinsmead
Doctrine; Edward Heppenstall, "Some Theological
Considerations of Perfection"; A. M. Karolyi, Errors of the Brinsmead
Teachings; L. C. Naden, What Do the Brinsmead Faction Really Believe?;
Lauri Onjukka, The
Sanctuary and Perfection; E. N. Sargeant, Brinsmead; John A.
Slade, Lessons from a
Detour; A Survey of My Experience in the Brinsmead
Movement; Defense Literature Committee of the
General Conference, Perfection;
ídem, Some Current Errors
in Brinsmead Teachings; ídem, The History and Teaching of
Robert Brinsmead.
2. "Negativo" no
tiene el propósito de dar a entender un valor de juicio. Es
una declaración de la naturaleza del resultado, medido
contra el evangelio de la Reforma, que los adventistas
afirman haber heredado más que cualesquiera otros
cristianos.
3. Naden, Brinsmead Faction, pp.
1, 4. Véase también Timing
of Revelation 18, pp. 34-6.
4. Defense
Literature Committee, History
and Teaching, p. 37.
5. Brinsmead, Doctrinal Analysis, p.
32.
6. Alan Starkey, Basic Brinsmead Belief,
p. 9. Énfasis añadido. Cf. "Primero, decir que el corrupto
principio del pecado, la fuente del mal, la naturaleza
pecaminosa, permanece en la vida subconsciente del creyente
después de su conversión, es negar la verdadera naturaleza de la experiencia
del renacimiento" (p. 5).
7. "La ley de la
herencia se aplica a las pasiones y no a las
contaminaciones. Si la contaminación es hereditaria,
entonces Cristo habría estado contaminado cuando vino a este
mundo y, por consiguiente, no podría ser 'esa cosa santa'.
Lucas 1:35. Hasta los hijos de un esposo incrédulo son
llamados santos, una declaración que debería ser un consuelo
para las esposas de tales esposos. 1 Corintios 7:14. Sin embargo, como adventistas,
no creemos en el pecado original" (Andreasen,
Letters to the Churches, p. 56). Énfasis añadido.
8. Defense
Literature Committee, History
and Teaching, p. 1. Cf. Brinsmead, Doctrinal
Analysis, p. 1, en que Brinsmead cita unos 30 ataques contra
él mismoy el Despertar, redactados emotivamente.
9. Defense
Literature Committee, History
and Teaching, p. 37.
10. David McMahon,
"Introduction" a la obra Robert
D. Brinsmead, An Answer to "Conflicting Concepts of
Righteousness by Faith in the Seventh-day Adventist Church",
p. vii.
11. El Dr.
Heppenstall era en ese entonces Director del Departamento de
Teología de la Universidad Andrews.
12. Edward
Heppenstall, "Is Perfection Possible?" Signs of the Times,
Dic. 1963.
13. Freeman, Evaluation of Brinsmead
Doctrine, p. 6.
14. Ibid.
15. Ibid., p. 7.
16. Ibid., pp. 8-9.
17. El suplemento
contenía los siguientes ensayos: Erwin R. Gane, "Christ and
Human Perfection"; Edward Heppenstall, Some Theological
Considerations of Perfection", Robert W. Olson, "Outline
Studies on Christian Perfection and Original Sin". La
sección delDr. Heppenstall está en las páginas 14-24.
18. "La vieja
criatura o el viejo hombre permanece con nosotros hasta el
día de nuestra muerte o el día de la venida de Cristo; pero,
mientras miremos a Cristo el autor y consumador de nuestra
fe,el pecado y el yo no pueden prevalecer. ... El cristiano
cree que todavía permanece en el hombre regenerado una
fuente de mal, que el pecado siempre existe en los santos
hasta que sean despojados de sus cuerpos mortales. ... Este
pecado original permanece en los cristianos y en los no
cristianos hasta que mueran o sean trasladados" (Edward
Heppenstall, "Definition of Righteousness", en
lecciones en la Universidad Andrews, pp. 18-20. "Aquí
encontramos [1 Juan 1:8-10) la más solemne advertencia
contra la doctrina de la perfección sin pecado en esta vida.
... El cristiano sabe que todavía queda en él una fuente del
mal, una naturaleza depravada" ídem, "Is Perfection
Possible?".
19. Freeman, Evaluation of Brinsmead
Doctrine, p. 8.
20. Nuevamente, es
necesario recordar que estamos hablando del grado hasta el
cual la teología adventista se aproxima a su declarada
herencia reformista.
21. Teólogos como el
Dr. Desmond Ford, el Profesor Hans K. LaRondelle, los
pastores Taylor G. Bunch, Ralph S. Watts. L. C. Naden, Harry
W. Lowe, Norval E. Pease, y el Dr. Raymond Cottrell.
22. Véase de Raymond
F. Cottrell, Perfection
in Christ. (Esta declaración de Cottrrell no es en
modo alguno la más fuerte en el nuevo enfoque adventista);
Harry W. Lowe, Redeeming Grace, esp. pp. 117-47 (Lowe es más
claro que Cottrell en la refutación de la perfección.); E.
W. Vick, Let Me Assure
You; L. C. Naden, The Perfecting of the Saints; ídem, In Quest of Holiness;
Defense Literature Committee, Perfection. (Esto da un uso bíblico de la
palabra perfección y recomienda la obra de Benjamin B.
Warfield Perfectionism).
Véase también: "Webster define perfección como ser 'sin
culpa' y 'sin defecto', con caracteres 'completamente
formados', 'completamente desarrollados', 'que satisfacen
las más altas expectativas', y habiendo alcanzado 'plena
madurez'. Se dice que el perfeccionismo, desde un punto de
vista teológico, es 'la doctrina de que un estado de
libertad delpecado es alcanzable, o que ha sido alcanzado,
en la vida terrenal. ... Debemos recordar que sólo cuando
Jesús venga podemos ser hechos perfectos" (Taylor GH. Bunch,
"When Can We Claim Sinless Perfection?" [¿Cuándo podemos
decir que somos perfectos?] The Ministry, Dic. 1965). "Jamás
alcanzaremos la perfección sin pecado en esta vida" (Ralph
S. Watts, "God´s Crash Program for the Church", Review and Herald, 19
Mayo 1966). "El creyente consagrado tiene el pecado en él pero no sobre él, del mismo
modo que Cristo tenía pecado sobre él pero no pecado en Él ..., toda alma
convertida todavía tiene que combatir su antigua naturaleza.
... Nuestra antigua naturaleza será finalmente destruida en
la glorificación cuando regrese nuestro Señor. Entonces no
tendremos pecado ni en nosotros ni sobre nosotros" (Desmond
Ford, Signs of the Times,
edición australiana, 1 Agosto 1967).
23. Brinsmead, Timing of Revelation 15,
p. 37.
24. Casi toda la
literatura del Despetar revela este hecho. Son ejemplos la
respuesta de Robert D. Brinsmead a L. C. Naden en íbid., y
la defensa del Dr. Jack Zwemer de la enseñanza del Despertar
en la obra de Freeman Evaluation
of Brinsmed Doctrine, pp. 15-24.
25. Ralph S. Watts,
"The Message That Brings the Latter Rain", Review and Herald, 20
Oct. 1960, p. 10.
26. Ralph S. Watts,
"God´s Way Is Grace", Review
and Herald, 30 May, 1963, pp. 2-3.
27. Ralph S. Watts,
"The Faith That Saves", Review
and Herald, 4 June 1963, pp. 1, 4.
28. W. G. C.
Murdoch, "The Only Way to Salvation", Review and Salvation,
21 Apr., 1960, pp. 6, 7.
29. Desmond Ford era
Director del Departamento de Teología en Avondale College,
New South Wales, Australia.
30. Véase el no. 22
arriba.
31. Durante muchos
años, el Dr. Ford ha escrito una sección de la edición
australiana de Signs of
the Times titulada "Bible Answers" [Respuestas
bíblicas]. Un examen de esta sección con el correr de los
años corroborará lo que se dice en el texto de este libro
concerniente a Ford. Para los puntos de vista de Ford sobre
el pecado original, la depravación, y la condición sin
pecado, véase de Desmond Ford, "Perfect Love", Signs of the Times,
edición australiana, Marzo de 1964; 1 Ago. 1967; ídem, "What
About Romans 6?", íbid., Junio 1971; ídem, "Some Children
Like Saints", íbid., Junio 1971; ídem, "The Case of the
Baptist", ibid., Junio 1971; ídem, "Are They Born with
Sin?", Aug. 1971.
32. Para la
perspectiva anti-perfeccionista de Ford y ciertamente para
otras claras declaraciones sobre su posición consciente en
la tradición de la Reforma durante la década de 1960, veáse
de Desmond Ford, Unlocking
God´s Treasury, esp. pp. 15-18.
33. Véase P.
10, "Can a man repent of himself?" ["¿Puede el hombre
arrepentirse de sí mismo?]"; P. 11, "How only can
righteousness be obtained" ["¿Cuál es la única manera en que
puede obtenerse la justificación?"], íbid. p. 15. Véase
también "Righteousness by Faith"["Justificación por la fe"],
(p. 17). Ya en julio de 1959, en respuesta a la pregunta:
"What is meant by justification?" ["¿Qué quiere decir
justificación?"], Ford expresó inequívocamente la posición
protestante en cuanto a la justificación: "La palabra
'justificación' tiene un significado forense, ... tiene
asociaciones legales y está conectada vitalmente con
los problemas de la ley. Una definición sería 'declarar a
una persona como justa ante la ley'. ... Así, pues, cuando
el pecador, personal y agradecidamente, acepta el pago que
Cristo efectuó por los pecados en el Calvario, entonces Dios
acepta el sacrificio de Cristo por esos pecados. ... La
divina absolución imputa la inocencia a causa de la
aceptación por el pecador de Aquél que es el único que tiene
perfecta justicia. ...". (Desmond Ford, Signs of the Times,
edición australiana, julio 1959). Cf. ídem, Grace or Works?
ibid., Ene. 1960.
34. Cuando lleguemos
a la década de 1970, tendremos ocasión de examinar mejor
este aspecto de la enseñanza de Desmond Ford. Para una
muestra de la década de 1960, véase de Desmond Ford
"Christ´s Death", Signs
of the Times, edición australiana, sept. 1968;
ídem, "Did Christ Have Sinful Thoughts?", ibid., Mar. 1969.
35. Starkey, Basic Brinsmead Belief,
p. 9. Énfasis añadido. Cf. n. 6 arriba.
36. Véase C. J.
Ritchie, "Sanctification-Imparted Righteousness", Review and Herald, 1
Junio 1961; L. C. Naden, "Christian Perfection - How Do We
Attain It?", Ibid., Sept. 1964.
37. E. g., B. A.
Scherr, "The Gospel in Romans", Review and Herald, 7 Ene. 1960, pp. 9-10.
38. E. g., Watts,
"God´s Way is Grace", pp. 2-3.
39. H. L. Rudy,
"Adopted into the Heavenly Family", Review and Herald, 14
Abr., 1960, p. 9-10. Cf. la posición contraria en "The Faith
That Saves", ibid., 6 Jun. 1963, pp. 1, 4-5.
40. Kenneth H. Wood,
"The Goal Is Perfection", Review
and Herald, 30 Nov. 1967, p. 3.
41. Para la
explícita teología tridentina del evangelio además de las
citas de arriba, véase de C. J. Ritchie, "Justified through
Imputed Righteousness", Review
and Herald, 27 Abr. 1961; L. B. Reynolds, "The
Mystery Finished", ibid., 28 Mayo 1964, pp. 4-6; E. W.
Marter, "The Meaning of the Law in Galatians", ibid., 7 Dic.
1964, pp. 2-3.
42. E. E. Brainard,
"Three Steps to Heaven", Review
and Herald, 11 Feb. 1960, pp. 6-7.
43. E. E. Wheeler,
"Paul - Preacher of Perfection", Review and Herald, 6 Ago. 1964, p. 3.
44. F. G. Clifford,
"God´s Righteousness May Be Ours", Review and Herald, 11 Oct. 1962, pp. 9-11.
Arriba