Hacia un comienzo favorable:
La
década de 1950 (1)
Alrededor del comienzo mismo del período
contemporáneo, algunos líderes adventistas influyentes tuvieron
nuevamente la impresión de que no todo estaba bien en el
movimiento "remanente" que había sido llamado por Dios a
adelantar la Reforma detenida en el siglo dieciséis. El "fuerte
pregón" no se había dado. El Señor no había venido. A este
respecto, el tiempo al que nos referimos era semejante al de
antes de 1888, cuando Ellen G. White llamaba la atención al
estado laodicense del movimiento.
Ernest D. Dick hace un diagnóstico interesante del problema en
la publicación Aflame for God
[Ardiendo for Dios]. (2) Escribe así sobre el tema "El corazón
de nuestro mensaje". (3) Dice Dick: "La justificación por la fe
[es] el corazón del mensaje [adventista]", y señala que éste era
el problema básico en la Reforma protestante y en la Sesión de
la Conferencia General de 1888. (4) Sin embargo, desde
1844-1888, dice Dick, la Iglesia Adventista no había
experimentado la predicación cristocéntrica y, por consiguiente,
había caído presa del legalismo y una baja tonalidad espiritual.
(5) Dick cita a la Sra. White, quien dijo: "La doctrina de la
justificación por la fe ha sido perdida de vista por muchos que
han profesado creer en el mensaje del tercer ángel". (6) Pero,
¡¿y qué del tiempo hasta 1950? Dick dice: "Todavía no hemos captado
ese importante mensaje de la conferencia de 1888 como Dios
quería que lo hiciéramos. ...". (7) La iglesia todavía estaba en
el estado laodicense.
Roy A. Anderson insistía en que la respuesta al dilema estaba en
la "predicación cristocéntrica", y aducía mucho apoyo de los
escritos de la Sra. White para mostrar que Jesús debía ser el
centro de toda doctrina - un hecho al cual, como Dick señalaba,
la mucha predicación y enseñanza adventista tradicional no había
hecho honor hasta el punto en que debía haberlo hecho. Los
ministros del evangelio debían estar "ardiendo por Dios". Este
énfasis recibió expresión en las conferencias de estudio
Adventistas del Séptimo Día tanto en los Estados Unidos y
Australia. Se creía que esta predicación cristocéntrica era de
lo que la iglesia carecía. Reviviría a la iglesia de la
"situación pobre y desnuda" en que permanecía mayormente.
Robert J. Wieland regresó de su misión en África y se encontró
con el énfasis en la predicación cristocéntrica con su fervor y
entusiasmo concomitantes. Pero no quedó impresionado. Por lo que
a él concernía, la iglesia estaba en confusión - una confusión
que se expresaba en que no podía distinguir la diferencia entre
predicar a Cristo y predicar el anticristo. Para Wieland, este
énfasis no era mejor que el camino de los "babilonios" (es
decir, las denominaciones protestantes evangélicas). (8)
Mr.Wieland expresó esto en una carta a la Conferencia General de
la iglesia. Naturalmente, los líderes quedaron asombrados por la
sugerencia.
Wieland dio seguimiento a su carta con una monografía preparada
en compañía de D. K. Short. 1888
Re-Examined fue presentada a los oficiales de la
Conferencia General como un manuscrito privado. Sin embargo, el
hecho es que el documento se filtró a la membresía en general y
causó no poca conmoción. El material era explosivo. Los autores
habían tenido acceso a hechos concernientes a 1888 que no habían
llegado a oídos de los adventistas antes de ese tiempo. Como se
indica en el Apéndice A de A
Warning and Its Reception [Una advertencia y cómo fue
recibida], este manuscrito produjo respuestas formales de la
Conferencia General a la iglesia. Aquí, en 1888 Re-Examined, estaba la
afirmación de que el problema con la iglesia era su rechazo del
mensaje del Señor en 1888. Había sido llamada a una confesión
colectiva por su culpa.
Aunque el motivo de "predicación cristocéntrica" podría haber
sido poco más que un cliché para muchos, parece que L. E. Froom
y R. A. Anderson se sintieron constreñidos a dar alguna
sustancia al asunto. El Dr. Froom, siendo historiador, se
convenció de que el movimiento adventista antes de 1888 había
carecido de verdadera catolicidad. Consideraba a 1888 como un
intento de hacer que la iglesia quedara establecida en lo que él
llamaba las "verdades eternas" (la Trinidad, la deidad de
Cristo, la humanidad de Cristo, y la expiación). Froom veía a
1888 como un avance en que purgaba el anti-trinitarismo y
el arrianismo. Pero también veía que la oposición del
conservatismo adventista había impedido una restauración de todas las "verdades
eternas". Froom pensaba que era tiempo de que el adventismo se
moviera hacia adelante por una confesión abierta de la
naturaleza humana sin pecado de Cristo y la expiación consumada.
Es importante hacer notar que el énfasis de Froom en lo
concerniente a 1888 era la catolicidad
y no la justificación por la fe. Así, pues, el primer suceso de
gran importancia en el período contemporáneo fue un enfoque
sobre la catolicidad.
En este momento del renovado fermento con respecto a la cuestión
entera de 1888, dos eruditos evangélicos se abrieron camino
hasta los líderes adventistas para explicar su forma de pensar
acerca de la verdadera posición del adventismo. (¿Era una secta
o una iglesia evangélica?) Donald Grey Barnhouse y Walter Martin
fueron recibidos cálidamente en las oficinas centrales de la
Conferencia.
Las principales preocupaciones de Barnhouse y Martin eran: (1)
la naturaleza humana de Cristo, (2) la expiación, (3) el
concepto de "Babilonia", y (4) la idea del "remanente". Depués
de la discusión, Barnhouse y Martin se sorprendieron y quedaron
algo sorprendidos por las respuestas que recbieron sobre estos
aspectos de teología. Froom y Anderson negaron que el adventismo
hubiese enseñado fundamentalmente la naturaleza pecaminosa de
Cristo o que la expiación no se hubiese completado en la cruz.
Froom dijo que tales desviaciones pertenecían a lo que él llamó
la "frontera lunática" de la iglesia. (9) Uno sólo tiene que
tomar nota de las muchas afirmaciones de la Sra. White
concernientes a la naturaleza sin pecado de Cristo y su
expiación en la cruz. Así, pues, Barnhouse y Martin quedaron
satisfechos de que el movimiento Adventista del Séptimo Día
debía ser reconocido como una denominación evangélica, a pesar
de sus rasgos heterodoxos (por ejemplo, la no inmortalidad del
alma).
Ésta fue una reunión histórica del adventismo. No había habido
una reunión como ésta desde el inicio del movimiento. Los
líderes de la iglesia (en realidad, los autores eran
aparentemente L. E. Froom, R. A. Anderson, y W. E. Read)
publicaron el volumen histórico, Seventh-day Adventists Answer Questions on Doctrine
[Los adventistas del séptimo día responden preguntas sobre
doctrina].(10) Walter Martin publicó un libro llamado The Truth About Seventh-day
Adventism [La verdad sobre el adventismo del séptimo
día].
Esta histórica reunión y la publicación de Questions on Doctrine causó
variadas reacciones entre los adventistas. Algunos vieron con
agrado lo que había sucedido, y consideraron que, por fin, se
había vindicado el movimiento como una legítima denominación
evangélica, mientras que otros (por ejemplo, M. L. Andreasen) lo
vieron como que "enviaba al movimiento río abajo" (11) En Witnessing a Metamorphosis
[Presenciando una metamorfosis], A. L. Hudson veía a la Iglesia
Adventista experimentando una metamorfosis de una posición de
secta a una evangélica reconocida, y obviamente no estaba feliz
con la nueva fraternidad.
Un examen de Christianity
Today más o menos por ese tiempo mostrará que los
adventistas no eran los únicos que estaban divididos en relación
con la posición del adventismo y la importancia de la reunión de
Barnhouse y Martin con los líderes de la Conferencia General.
(13)
Questions on Doctrine
era un giro notable en la dirección de la Reforma sobre lo que
Froom llamó las "verdades eternas". (14) Tuvo lugar un progreso
definido en relación con los temas de la encarnación y la expiación.
A este respecto, el libro adelantó un importante aspecto del
reavivamiento de 1888. (15) Este hecho da a la era contemporánea
una clara superioridad por encima de los dos períodos anteriores
que hemos examinado.
Sin embargo, la importancia de Questions on Doctrine es menor cuando cuando
nos preguntamos si hay o no hay progreso por encima de los
períodos anteriores acerca de la articulación adventista de la
justificación por la fe. No hay ningún avance significativo en
el volumen sobre soteriología
(la doctrina de la salvación) ni en particular de la gracia.
(16) El libro subordina la justificación a la santificación y
abraza lo que Niebuhr llamó "el punto de vista agustino de la
gracia".
...
Que
uno es justificado, no por obediencia a la ley, sino por la
gracia que es en Cristo Jesús. Al aceptar a Cristo, el hombre
es reconciliado con Dios, justificado por su sangre para los pecados del pasado.
y salvo del poder del pecado por la vida que vive en nosotros. (17)
La sección que se acaba de citar es seguida por esta
afirmación:
Así,
pues,
el evangelio se convierte en "poder de Dios para salvación.
... Esta experiencia tiene lugar por la divina agencia del
Espíritu Santo. ... El honor y el mérito de esta maravillosa transformación
pertenecen sólo a Cristo. (18)
Puesto que el Dr. Froom era uno de los autores de Questions on Doctrine, no
es sorprendente hallarlo hablando de la "justificación inicial"
en su Movement of Destiny
posteriormente. (19)
Sin duda fue a causa de la convicción del Dr. Froom que toda la
cuestión de la relación de los adventistas con las "verdades
eternas" tenía que ser puesta en su lugar. Con su acostumbrada
meticulosidad, documentó la gran falta en esta área en el
período antes de 1888, (20) obviamente creyendo que la
rectificación en Questions on
Doctrine finalmente haría honor al mensaje de 1888 en
el adventismo. De aquí que en LeRoy Edwin Froom tengamos un
regreso al énfasis católico
de 1888. Pero, mientras que este regreso no debe subestimarse en
cuanto a su importancia para el movimiento adventista, parece
que el Dr. Froom no se dio cuenta de que es posible ser
"católico" y todavía ser "católico romano" en la propia
soteriología.
Questions on Doctrine
aclaró la posición de los adventistas como cristianos a los ojos
de muchos que hasta ese momento habían tenido ciertas dudas.
Pero, en términos de cualquier progreso verdadero acerca de la
teología del evangelio de la Reforma, su importancia era
limitada. Mientras que la "catolización" del movimiento dejó
claro que eran cristianos que pertenecían a la digna línea de la
Reforma y no a la tradición católica romana, Questions on Doctrine hizo
poco para justificar la afirmación adventista de ser especiales
herederos de los reformadores. Sin embargo, el Dr. Froom
aparentemente no se dio cuenta de esto.
La inadecuación soteriológica de Questions on Doctrine concerniente a la
justificación por la fe se refleja en otra parte del período.
Con todas las buenas intenciones de Aflame for God, no hace nada por realzar el
adventismo como un gran exponente de la justificación por fe.
Contiene muchas palabras acerca de la necesidad de predicar el
mensaje, pero rara vez halla uno un pasaje que siquiera trate de
bosquejar lo que es ese mensaje. La contribución de Ernest Dick
sobre "el corazón de nuestro mensaje", (21) mencioonada al
principio de este capítulo, ilustra el punto. Dick dice que el
mensaje del movimiento adventista es ... justificación por la
fe; ... santificación por fe; ... grlorificación por la fe; ...
todo ello junto...; es justificación por la fe"! (22)
La posición de que la justificación como sólo para los pecados
del pasado fue indicado claramente, por ejemplo, por el Comité
Ejecutivo de la División Australasiática de los Adventistas del
Séptimo Día en 1959. Leemos:
A
menudo, se habla de la experiencia de la justificación como
justicia imputada. La justificación o justicia imputada trata
sólo del pasado. La
santificación o justicia impartida trata sólo del presente y
el futuro. La justificación es el método de Dios para tratar
con la pasada vida de pecado de un hombre. (23)
De la misma manera, en Through
Crisis to Victory [A la victoria por medio de la
crisis], A. V. Olson muestra que no entiende la
doctrina paulina o reformadora cuando cita la posición de G. I.
Butler - una posición obviamente en desacuerdo con la Reforma -
para probar que él creía en la justificación por la fe. (24)
Olson también cita los comentarios de J. H. Waggoner sobre
Romanos 3:21 para mostrar que él realmente también creía en la
justificación. Aquí Waggoner dice que la justificación de Dios
significa sus propios atributos, la revelación de su voluntad,
"y tercero, ... la justificación de los santos, cuyos caracteres
son hechos conformables a su voluntad. En este último sentido,
se usa en 2 Cor. 5:21: 'para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en él' ... ". (25) Estas antiguas afirmaciones
adventistas, citadas por Olson en sentido de aprobación, son
inímicas a la posición del verdadero protestantismo, pero son
una expresión bastante buena del romanismo clásico.
En su libro Drama of the Ages,
W. H. Branson revela su creencia de que la aceptación en el
juicio final se basa en la observación de la ley por el creyente
...
Pero,
puesto
que la ley existe, sirve como testigo de la justicia de los
que, por medio del poder del Cristo interior, cumplen con sus
demandas. ...
Es
decir,
cuando un hombre quebranta siquiera el más pequeño de los
mandamientos y enseña a los demás que no es necesario que
guarden la ley moral, Dios y los santos ángeles en el cielo
cuentan a ese hombre como el menor entre los habitantes de la
tierra. Ha sido establecido en el pecado. Pero, cuando un
hombre los guarda - todos ellos - y enseña a los demás la
importancia de esta obligación, la hueste celestial lo
considera con aprobación. Es llamado "grande" en el reino de
los cielos. Ésta será la base de las decisiones en el juicio
final.
"El
fin
de todo el discurso oído es éste: Teme a Dios y guarda sus
mandamientos, porque esto es el todo del hombre". Eclesiastés
12:13. El cristiano que, por fe en Cristo Jesús, ha guardado
fielmente los requisitos de la ley será absuelto; no hay
ninguna condenación, porque la ley no encuentra falta en él".
(26)
En la importante conferencia bíblica convocada por la iglesia en
1952, (27) el Dr. Edward Heppenstall presentó un trabajo llamado
"Los pactos y la ley" (28). En este documento, Heppenstall ve la
justificación por la fe como justificación y santificación, pero
principalmente ésta última:
El
otro
método para producir armonía entre el hombre y la ley es
cambiar la naturaleza pecaminosa del hombre, de manera que
esté de acuerdo nuevamente con la ley divina. Hay sólo un
método por medio del cual puede hacerse esto. Es el método de
la gracia gratuita, o justificación por la fe.
Por
consiguiente, si dependemos del poder de Dios, el método es
por gracia. (29)
Para el Dr. Heppenstall, "el evangelio obra la santidad en el
hombre". Es lo que Dios hace en el alma. (30) Heppenstall ve el
contraste entre la letra
y el espíritu como un
contraste entre la "justificación por las obras" y la
"justificación por la fe". (31)
El Dr. Froom, con toda su estatura (dentro y fuera del
adventismo), concuerda con la tradicional enseñanza adventista
cuando dice que la aceptación en el juicio se basa, por lo menos
en parte, en la obediencia interior del creyente (efectuada, por
supuesto, por Cristo):
4. La perfecta obediencia y
justicia de Cristo. - Una obediencia meticulosa e
intensiva a la ley moral nunca producirá en nosotros la
requerida justificación, sin la cual nadie puede sostenerse en
presencia de un Dios santo. Es sólo la perfecta obediencia y
la inmaculada justicia de Cristo - como Dios y como hombre -
tanto imputada como impartida a nosotros, que satisfará las
demandas de la sagrada ley y los requisitos de un Dios santo.
(32)
A pesar de que, en la década de 1950, Questions on Doctrine se volvió hacia el
verdadero catolicismo de los reformadores, la comunidad
adventista no corrigió el hecho de que, en los años anteriores
de su historia, no hizo buena su afirmación de ser la heredera
especial del evangelio de la Reforma. Esto queda indicado además
por la presencia del perfeccionismo en la década de 1950.
El perfeccionismo ha de encontrarse en más de un colaborador a Our Firm Foundation
[Nuestro firme fundamento]. (33) W. H. Branson comenta la
justicia imputada e impartida. (34) En cuanto a
la primera, parece ser bastante protestante. Pero, cuando pasa a
comentar la segunda, muestra que está en desacuerdo con el
pensamiento de la Reforma. Siguiendo la dirección fundamental
del movimiento desde 1888 en adelante, Branson ve las demandas
de la ley como satisfechas por el Cristo interior:
¿Y
cuál
ha de ser el resultado de la presencia interior de Cristo en
el corazón y la vida del ser humano? Ha de obrar en nosotros,
haciendo la voluntad de Dios por medio de nosotros. "Es Dios
quien obra en vosotros". Fil. 2:13. Al vivir y obrar Cristo en
nosotros, seremos "llenos con toda la plenitud de Dios". Efe.
3:19. (35)
En nuestra breve evaluación teológica de los dos períodos
anteriores, mencionamos que la relación entre el Cristo interior
y el creyente es siempre (sospechosamente) ambigua. He aquí un
clásico ejemplo de Branson:
Él
puede
obrar "con extrema abundancia". Nosotros no podemos hacer
nada, pero él es poderoso para salvar. Su omnipotencia está
unida a nuestra humanidad, y nuestro éxito al producir
justicia está de acuerdo con "el poder que obra en nosotros".
Puesto que ese poder está ahora en Cristo, nuestras vidas
reflejarán sus virtudes y la belleza de que es capaz. (36)
¿Significa esto que tenemos un Cristo que puede pecar o un
creyente que no puede pecar? (37) Branson es explícito:
La
perfección,
pues, es posible para nosotros. El Dios que demostró su poder
al traer a Jesús de los muertos también puede hacernos
perfectos - perfectos en toda buena obra para hacer su
voluntad. ¿Cómo se logra esto? Es por Cristo obrando en
nosotros. Él hace en nosotros y por medio de nosotros las
cosas que son agradables a la vista de Dios.
Así,
recibimos
su justicia. Todavía no ocurre por nuestras buenas obras sino
a causa de lo que Él hace por nosotros y por medio de
nosotros. (38)
Una transformación
Esta
experiencia
produce una completa transformación de la vida. Nos hacemos
partícipes de la divina naturaleza, y las virtudes de Cristo
toman el lugar de las obras de la carne. (39)
Más adelante en la misma obra, Branson explica su lógica:
"Mientras Cristo permanezca en completo control, no se comete
pecado, pues Él no es pecador". (40).
En la misma obra Our Firm
Foundation, (41)
J. H. Jemison desarrolla, de una manera de lo más explícita, el
concepto de M. L. Andreasen de que la generación final será
análoga al Salvador en su carácter sin pecado. (42)
Aunque no entraremos en una exposición de la posición de Edward
Heppenstall en su colaboración para Our Firm Foundation sobre "Los pactos y la
ley", (43) es
importante observar que parece estar en armonía con el
perfeccionismo de Branson y Jemison. Llamamos la atención a esto
porque el Dr. Heppenstall surge con una posición
anti-perfeccionista en la década siguiente.
Es interesante notar otro defensor más del perfeccionismo en la
década de 1950 - el Comité de Defensa de la Literatura de la
Conferencia General. (44) (Decimos "interesante" porque más
tarde el comité invirtió su posición y publicó material anti-perfeccionista contra
el "despertar" en la década de 1960). Con aprobación, el comité
reproduce párrafos "que aparecen en una carta recibida
recientemente del pastor A. W. Spalding, uno de nuestros
hermanos de mayor edad, más experimentados y más altamente
honrados. ...". Un párrafo dice:
Es
claro
que esta experiencia [la de la perfección] no nos ha ocurrido
como pueblo, y ¿quién puede afirmar que la ha visto en sí
mismo o en cualquier otro individuo? Ciertamente, este estado
de perfección no tendrá lugar mientras continuemos mirando
hacia nosotros o hacia otros; ocurre sólo a aquél cuyos ojos
están fijos en Cristo, que olvida el yo, que se vacía
completamente del yo, y que está lleno de Cristo. "Cristo en
vosotros la esperanza de gloria". (45)
La
agitación Brinsmead: La búsqueda de un camino para sostenerse
en el juicio venidero
En muchos respectos, la lucha espiritual de Robert D. Brinsmead
y los que lo apoyan fue el microcosmos de la lucha macrocósmica
Adventista del Séptimo Día en la actualidad. Por consiguiente,
una investigación de la "agitación Brisnmead" proporcionará un
trasfondo importante para lo que se ha dicho concerniente a los
dos períodos anteriores y lo que ha de decirse sobre la teología
adventista del evangelio en la era moderna.
Primero, tenemos que mirar algunas características singulares de
la escatología adventista. Como muchos pre-milenistas
evangélicos, los adventistas creen que la gran tribulación
precederá a la segunda venida visible de Cristo. Llaman a esto
el "tiempo de angustia" - un tiempo tan terrible, quizás más
terrible que la venidera tribulación esperada por otros
evangélicas. Los adventistas creen que esto comienza al final
del tiempo de prueba humano, o el fin del tiempo de gracia,
cuando no habrá intercesor en el santuario celestial - ni
siquiera para los santos. Mientras que muchos premilenistas
creen que el pueblo de Dios será arrebatado fuera de este mundo
antes de la tribulación, los adventistas creen que los santos
tendrán que vivir durante ese tiempo terrible. En vez de un
rapto antes de la tribulación, habrá un juicio especial
pre-advenimiento de todo el profeso pueblo de Dios, y en ese
"juicio investigador", se pondrá una "marca" o un "sello" de
protección sobre los fieles.
Así como otros pre-milenistas esperan en cualquier momento el
rapto secreto de los santos fuera del mundo, los adventistas
esperan un juicio final, que ha de tener lugar en el cielo en
cualquier momento, para sellar a los justos para el tiempo de
angustia. Los adventistas sienten que su comisión especial es
proclamar por todas partes que esta "hora del juicio de Dios ha
llegado" (Apoc. 14:7). La predicación de la venida literal de
Cristo en poder y gloria ellos la ven como su gran obra para
preparar al pueblo para que se sostenga en este juicio y en la
tribulación venidera, cuando Cristo ya no presente su sangre a
favor de los pecadores.
Como lo reconoce francamente Norval Pease, el énfasis
soteriológico adventista recae en la santificación y la justicia
impartida, más bien que en la justificación y la justicia
imputada. (46) Nuestra investigación de la literatura adventista
de los dos períodos anteriores ha confirmado que lo que Pease
dice es verdad. Como hemos notado, ha habido una muy fuerte
corriente de perfeccionismo que recorre el movimiento. Se ha
creído generalmente que, si uno fuese a pasar por el tiempo de
angustia, tendría que haber sido sellado - y sólo los que
alcanzaran un estado de perfección moral y espiritual serían
sellados. (47) Es verdad que los adventistas han hablado de la
salvación por gracia y por medio de la justicia de Cristo, pero
por lo general esto ha significado tener la gracia interior de Cristo
para guardar la ley lo bastante bien como para enfrentarse el
escrutinio del juicio, y tener la justicia interior de Cristo (es decir, la
santificación). La justificación ha sido vista como sólo el paso
inicial dado por un cristiano novato. La justificación meramente
lo hace a uno candidato para el "sello", pero este logro supremo
depende de ser santificado lo suficiente como para ser hallado
digno en el terrible tribunal de Dios.
Como ejemplo de este énfasis, sólo tenemos que recordar la
enseñanza de Branson citada cerca del fin de la sección anterior
de este capítulo. Branson es más bien típico de los adventistas
que han enseñado que Cristo en ellos podría guardar la ley tan
perfectamente como la guardó hace dos mil años, si los creyentes
sólo "se lo permitieran". La doctrina del pecado original ha
brillado por su ausencia, especialmente puesto que se ha hecho
una apelación simplista al poder de Cristo para hacer "todas las
cosas".
Fue en 1955 cuando Robert Brinsmead, un joven granjero
australiano, decidió ir a Avondale College a estudiar
teología en serio. Tomó muy en serio todo lo que se hablaba en
su iglesia acerca de prepararse para el juicio, el tiempo de
angustia, y la venida del Señor. Para él, la cuestión de "cómo
sostenerse en el juicio" era un problema ardiente. (48)
Brinsmead estaba preocupado por el conocimiento del pecado
original en una forma muy parecida a como lo había estado el Dr.
Lutero en el siglo dieciséis. En su obra A Review of the Awakening Message
[Un examen del mensaje del despertar], hizo estos reveladores
comentarios:
En
la
década de 1950, llegué a la firme convicción de que este punto
de vista general de alcanzar la perfección era imposible e
inútil, ya sea que uno mire ciertas declaraciones de la
inspiración, la historia, o la experiencia. A causa de esta
doctrina, que todavía se enseñaba cuando asistí a la
universidad en 1955, muy pocas personas a las que les pregunté
tenían alguna esperanza optimista de poder salir aprobadas del
escrutinio del juicio de los vivos que pronto vendría. No es
exagerado decir que la mayoría vivía en verdadero temor y
terror del juicio, no teniendo manera de saber cómo
prepararse, excepto "trabajando más duro, con la ayuda de
Dios" y esperar que el tal juicio no llegara tan pronto. (49)
Brinsmead no pudo encontrar mucho solaz en el optimismo y las
respuestas simplistas de aquéllos a los que se acercó en busca
de consejo. Sin embargo, en ese momento, carecía de la necesaria
competencia para articular el problema del pecado original.
Hablaba de las "cicatrices del pecado" y el "registro del
pecado" y, más tarde, añadiendo una pizca de terminología
freudiana, habló del "pecado subconsciente".
Como ya se ha indicado, Brinsmead no pudo hallar mucha ayuda
dentro de la teología adventista sobre el tema del pecado
original. Nuestra investigación de la teología del adventismo ha
revelado que, aparte de algunas referencias ocasionales en los
libros de la Sra. White, (50) el tema del pecado original ha
estado ausente casi por completo. Por consiguiente, Brinsmead se
volvió a los reformadores en busca de orientación.
Parece que Brisnmead fue el primero dentro del adventismo en
desarrollar y establecer la doctrina del pecado original en
forma sistemática. (51) Por sus escritos, es claro que el
problema antropológico se perfilaba como de gran tamaño en su
modo de pensar. Sin duda, este problema antropológico fue
acentuado por la enseñanza adventista sobre el juicio inminente,
la tribulación, y la venida de Cristo.
La respuesta de Brinsmead al problema del pecado original se
llegó a conocer como el "mensaje del despertar" - una agitación
dentro de la iglesia que perturbó al adventismo durante la
década de 1960. Cuando examinamos la respuesta de Brinsmead,
resulta ser una curiosa combinación de protestanismo reformista
y una interpretación adventista del juicio pre-advenimiento. El
elemento de protestantismo reformista era la doctrina de la justificación, mientras que
el elemento adventista era la idea de que Dios perfeccionaría la
generación final de los santos antes de que Jesús venga. Las
obras de Brinsmead muestran un monumental esfuerzo para
armonizar estas dos corrientes de pensamiento, para resolver la
imposible tensión entre el punto de vista de la Reforma sobre la
justicia por la fe y el
perfeccionismo
adventista. (52) Su teología no era un círculo con un solo punto
focal, sino una elipse con dos puntos focales - la justificación
al estilo protestante y una segunda experiencia de perfección,
al estilo Wesley-Adventista.
La conciencia del pecado original hizo que Brinsmead rechazara
la idea entera de alcanzar un estado de perfección para estar
listo para el juicio. Aquí hubo un claro rompimiento con la
posición general sobre la santificación que hemos encontrado
hasta ahora en nuestra investigación. Para Brinsmead, ninguna
cantidad de gracia interior ni "justicia impartida" lo haría
apto a uno para sostenerse en el juicio. Sólo Cristo tenía
suficiente justicia para salir aprobado en el juicio final y,
según Brinsmead, Cristo comparece en el juicio como el
Representante del creyente. Brinsmead lo decía de esta manera:
La
idea
de ir a juicio necesitado de misericordia o, más
específicamente, que los hombres arrepentidos pero pecadores
pudieran entrar, intrépida y gozosamente, por fe en la
justicia de un sustituto, era nueva para muchos. Más que eso,
era la noticia más dulce y gozosa que muchos habían oído
jamás. Ni el tiempo ni las circunstancias, ni las limitaciones
de erróneas conclusiones, pueden borrar el recuerdo de las
almas que sollozan de puro gozo por la simple revelación de
que Cristo es nuestra justicia en el juicio, que este juicio
es para nosotros, que la puerta está abierta, y que, mirando a
Cristo, podemos decir: "Todo está preparado: Venid a las
bodas". (53)
Brinsmead continúa dando a entender, con palabras que recuerdan
a Niebuhr, que este descubrimiento era un camino muy nuevo
dentro del adventismo, un camino que parecía negar el poder de
Dios para hacer justo
al creyente.
Por
consiguiente,
rechazamos completamente cualquier perfeccionismo aquí y
ahora. Claramente nos dábamos cuenta de que era imposible
dentro de la vida de prueba del creyente, excepto en Cristo
Jesús (véase Testimonies,
tomo 4, p. 367). A muchos les parecía que estábamos negando el
poder del evangelio para hacernos perfectos ahora, y en las
palabras de un crítico, algunos hablaron despreciativamente de
nuestra vana esperanza de ir al juicio "asidos de los faldones
de la justicia personal de Cristo" (54
En lugar de contemplar el juicio inminente sólo con temor y
terror, Brinsmead enseñaba que el juicio debía ser esperado con
gran gozo y alegría. Los creyentes deberían decir con Lutero:
"¡Oh feliz día del juicio!". Las siguientes estrofas de un himno
escrito por Brinsmead y que se encuentra en el himnario del
despertar, "Despertad y cantad", resumía el pensamiento de
Brinsmead:
Jesús
comparece por mí en el juicio
El
Cordero sangrante, desgarrado,
Presentando ahora por mí sus
méritos
Allí delante del trono del
Padre.
Jesús
comparece por mí en el juicio.
Nada tengo para pasar la
prueba,
Pero en él está toda la
perfección,
Él es toda mi justicia. (55)
El otro elemento en la teología de Brinsmead era el
perfeccionismo. Se recordará que los adherentes al despertar
rechazaron la perfección aquí y ahora. Sin embargo, en esta
oportunidad, Brinsmead estaba demasiado sumergido en el concepto
de Andreasen de la generación final para negar que los que viven
en el "tiempo de angustia" serían completamente sin pecado. En
las palabras del propio Brinsmead:
Pero,
al
mismo tiempo, no rechazamos ni podíamos rechazar la idea
adventista hereditaria de ser sin pecado para vivir sin la
mediación de Cristo después del fin del tiempo de prueba. Por
lo que concernía a nosotros, esa parte todavía era "adventismo
fundamental". Llegamos a la conclusión de que esta experiencia
final e "inalcanzable" sería un don de la graciosa
misericordia de nuestro Juez, es decir, efectuada en el pueblo
de Dios por la "expiación final" y la lluvia tardía. (56)
Como se indica aquí, la peculiar contribución de Brinsmead fue
considerar que el pecado original de los de la última generación
les fue borrado en el juicio pre-advenimiento. En otras
palabras, lo que el protestantismo veía teniendo lugar en el
juicio que precede al advenimiento, Brinsmead lo veía teniendo
lugar en el juicioque precede al advenimiento en la escatología
adventista. A pesar de lo que dijo sobre la total suficiencia de
la justicia de Cristo, todavía sostenía que, después del juicio
pre-advenimiento y pre-tribulación, el perfeccionismo sería una
realidad. A diferencia de Wesley, que dejó su "segunda
bendición" colgando en un místico "ninguna parte" o "alguna
vez", Brinsmead enlazó la perfección con un inminente evento
escatológico.
En toda la teología de Brinsmead antes de 1970, los dos
elementos de la justificación
y la perfección están
presentes. (57) ¡Son ciertamente extraños compañeros de cama!
Dentro del contexto de la Reforma, la primera demanda la
exclusión de la segunda, y la segunda es inímica a la primera
porque no tiene lugar para el simul
justus et peccator (justo y pecador al mismo tiempo) de
la Reforma. Antes de 1970, Brinsmead intentó juntar el
"protestantismo histórico" y lo que él consideraba el
"adventismo histórico". En sus publicaciones, alguna excelente
reproducción de la teología reformada es viciada por un
inconsistente perfeccionismo escatológico.
A pesar de la oposición de los líderes de la iglesia a la
teología de Brinsmead, parece que él hizo una última
contribución dentro del adventismo. (58) Surgió un pequeño grupo
de eruditos adventistas que reconocieron el problema del pecado
original y dijeron que permanecería hasta la venida de Cristo.
(59) Estos eruditos se opusieron al nuevo enfoque de Brinsmead al perfeccionismo
mientras se oponían al perfeccionismo tradicional de hombres como W. H. Branson.
Sin embargo, a pesar de la contribución de Brinsmead, la
agitación se volvió tensa y algo beligerante. En todo el mundo,
los que mostraron alguna simpatía hacia el mensaje del Despertar
fueron relevados de sus cargos y/o borrados de la membresía de
la iglesia.
La situación era algo similar a 1888. Los que rechazaron a E. J.
Waggoner y A. T. Jones rechazaron un énfasis que puede haber
ayudado muy bien a las futuras generaciones a hacer bueno su
reclamo de ser los herederos especiales del evangelio de la
Reforma. Lo mismo sucedió con Brinsmead. Causó un fuerte impacto
en la teología de la Reforma - el impacto de la todo suficiencia
del hacer y el morir de Cristo como el Representante del hombre
- un impacto que Waggoner y Jones habían causado. Sin embargo,
Brinsmead tuvo que salir de la Iglesia Adventista, y este hecho
ha causado que una mirada objetiva a su énfasis de la Reforma
sea más difícil para los que han permanecido leales a su
denominación.
Brinsmead
completa el peregrinaje hacia Lutero y Calvino
En 1970, Brinsmead se embarcó en una intensa investigación de la
teología de los refomadores. No sólo leyó a los reformadores,
sino que llevó a cabo un estudio de la teología católica romana
también. Por primera vez, vino a entender la verdadera
diferencia entre la Reforma y la Iglesia Católica Romana. Le
sorprendió descubrir que los católicos romanos no enseñan una
doctrina desnuda de salvación por méritos humanos.
Las "Conferencias sobre Gálatas", de Lutero, le enseñaron a
Brinsmead el significado reformado de la justificación por la fe
en el sentido de que es la justificación sola. Antes de este punto,
había pensado que la justificación por la fe significaba
justicia imputada e impartida. De aquí que su
perfección escatológica fuera el fin (si bien por gracia) de un
proceso gradual de santificación. Pero ahora aprendió de los
reformadores el concepto de la justificación por la fe. Vio que la
justicia por la fe y la condición sin pecado del creyente eran
mutuamente excluyentes.
Antes de esto, ninguno de los críticos de Brinsmead (ni siquiera
Heppenstall, Ford, ni LaRondelle) había podido hacer estremecer
su perfeccionismo escatológico, porque ellos también
consideraban la justificación por fe en el sentido de que es
tanto justificación como santificación. Pero ahora Brinsmead se
enfrentó a una grave decisión. Había alcanzado a ver que el
principio sola fide
(por fe solamente) de la Reforma se oponía al perfeccionismo óntico en el
proceso histórico, aunque fuese un perfeccionismo de última
generación. Uno de los dos elementos debía desaparecer.
Brinsmead renunció a su perfeccionismo y conservó el sola fide de los
reformadores.
Un estudio de la teología de Brinsmead después de este punto
crítico revela un apasionado antagonismo hacia el gratia infusa (gracia
infundida) medieval y todas la formas de perfeccionismo. Un
intento de reconciliación con los líderes de la Iglesia
Adventista en 1971 aparentemente abortó, y Brinsmead volvió su
atención a editar la revista Present
Truth, donde ha expresado su descubrimiento de la
teología de la Reforma durante los seis años más recientes. Es
el Brinsmead de Present Truth
que ahora entra en diálogo teológico con la Iglesia
Adventista - un diálogo concerniente a lo que es más
verdadero en el propósito del movimiento en el mundo.
La teología del Adventismo del Séptimo Día en las décadas de
1960 y 1970 - especialmente (aunque no exclusivamente) en Review and Herald - ha sido
una teología en diálogo con Brinsmead sin la iglesia y con los que lo apoyan dentro
de la iglesia. Es a este diálogo al que ahora tenemos que
volvernos.
1. Este título,
"Hacia un comienzo favorable", ha sido tomado de Aflame for God, los
discursos y las mesas redondas de la pre-sesión del concilio de
la Asociación Ministerial de los Adventistas del Séptimo Día en
1950. En 1950, en San Francisco, Calif., millares de líderes y
ministros adventistas de todo el mundo se reunieron para la
Sesión Cuatrienal de la Conferencia General de la iglesia. La
Asociación Ministerial condujo una pre-sesión que discutió el
tema "La predicación cristocéntrica".
2. Véase el no. 1
arriba.
3. Aflame for God, pp. 81-5.
4. Ibid., p. 82.
5. Ibid., p. 85.
6. Ibid.
7. Ibid., p. 86. Énfasis
añadido.
8. Este comentario de
Wieland (y sus escritos subsiguientes) refleja un sentimiento -
compartido por no pocos adventistas - de sospecha hacia el
moderno protestantismo evangélico. Dando por descontado que gran
parte del moderno protestantismo merece ser criticado, Wieland
tiende sin embargo a considerar sospechosos a todos los protestantes.
9. Los hechos históricos
no apoyan la coartada de Froom. Antes de la década de 1950, casi
todos los autores adventistas enseñaban la naturaleza pecaminosa
de Cristo y su obra inconclusa de expiación.
10. De aquí en adelante,
Questions on Doctrine.
11. Por ejemplo,
M. L. Andreasen en su documento Cartas a las iglesias se oponía a Questions on Doctrine
acerca de la encarnación y la expiación. Cf. Roy Allan
Anderson, "Human, Not Carnal", The Ministry, Sept. 1956, pp. 14-15. Cf.
también Francis D. Nichol,
Answers to Objections, para la doctrina de la expiación
desde 1888 hasta la década de 1950.
12. Esta obra es una
compilación de artículos por Donald Grey Barnhouse y Walter
Martin que aparecen en la revista Eternity y artículos por E. Schuyler English y
Walter Martin que aparecen en la revista Our Hope. También hay
una grabación de una conversación entre Barnhouse y A. L. Hudson
"concerniente a la relación entre los editores de la revista
Eternity y la Conferencia General de los Adventistas del Séptimo
Día" (pt. 3). Se dice que Barnhouse y Martin le aseguraron a
Hudson que habían recibido aprobación escrita de la exactitud de
sus artículos antes de
que fuesen publicados. La importancia de esta cita consiste en
el hecho de que hay considerable desacuerdo entre los
adventistas en relación con hasta dónde es oficial Questions on Doctrine.
Algunos asumen la posición de que es tan oficial como cualquier
publicación que haya salido de la Conferencia General de la
iglesia, mientras que otros piensan que meramente representa las
opiniones de unos pocos líderes adventistas de mente muy
católica. Esta diferencia de opinión continúa aun hasta la
actualidad y es responsable en no pequeña medida por la fase más
reciente de la crisis dentro del adventismo concerniente a la
naturaleza y el significado de la justicia por la fe. En una
fase posterior, tendremos ocasión de señalar la relación precisa
entre Questions on Doctrine
y el conflicto actual.
13. Christianity Today hizo una
cobertura bastante completa de la publicación Questions on Doctrine y
temas relacionados, dando tanto a los evangélicos como a los
adventistasla oportunidad de expresar sus opiniones. Véase de
John H. Gerstner, "Current Religious Thought", Christianity Today, 3 marzo
1958, p. 39; Harold Lindsell, "What of Seventh-day Adventism?"
pt 1, ibid., 31 marzo 1958, pp. 6-5 (En ese momento, Lindsell
era decano de la facultad del Fuller Theological Seminary,
Pasadena, Calif.); O. J. Ritz. "The Problem of Prejudice",
ibid., 31 marzo 1958, pp. Sf.; Lindsell, "What of Seventh-day
Adventism", pt. 2, ibid., 14 abril de 1958, pp. 13f.; Herbert S.
Bird, "Another Look at Adventism", ibid., 28 abril 1958, p. 14;
"Adventists and Others", en "Eutychus and His Kin", ibid., 12
mayo de 1958, p. 23; "Adventist Avalanche" en "Eutychus and His
Kin", ibid., 26 mayo 1958, p. 16; Frank H.Yost, "A Seventh-day
Adventist Speaks Back", ibid., 21 julio 1958, pp. 15-18; "First
Day of the Week", en "Eutychus and His Kin", ibid., 212 julio
1958, pp. 25-6; Herbert S. Bird, "Reply to an Adventist", ibid.,
18 agosto 1958, pp. 24-5; Frank A. Lawrence, "Exhaustive
Research", revisión de libro de Walter Martin, The Truth About Seventh-day
Adventism, ibid., 4 julio 1960, p. 36; Walter Martin, "Questions on Doctrine: A Cleft in
Sevenh-day Adventism?" editorial, obid., 19 diciembre
1960, p. 24; Francis D. Nichol, "On the Fringe" (escrito por
Nichol, editor de Review and
Herald, concerniente al libro de Martin), y de Walter
Martin, replica a Nichol, ibid., 30 enero 1961, p. 16; Francis
D. Nichol, "Reminder to Rejoinder", ibid., 13 marzo 1961, pp.
19-20; "Adventist Literature", ibid., 26 marzo 1961, p. 38;
Walter Martrin, "Years Too Late", revisión de libro de Herbert
S. Bird, Theology of
Seventh-day Adventism, ibid., 2 marzo 1962 (el punto de
Martin es que Bird no investigó la literatura adventista
contemporánea. De lo contrario, se habría dado cuenta de que los
Adventistas habían suprimido las aberraciones cristológicas de
que Bird los había acusado); Harold Lindsell, "The Best
Four-in-One", revisión de libro de Hoekema, Four Major Cults, ibid., 31
Enero 1964 (Lindsell critica un libro que, por lo demás, es
excelente porque no toma ninguna nota de los "hermanos
Brinsmead" y la agitación del Despertar, que será tratado más
adelante en este libro); A. J. Escobar (un adventista),
"Eschatology - Great Divider", ibid., 27 Marzo 1964, p. 21.
14. Véase especialmente
"Questions About Christ" y "Questions on Christ and His Ministry
in the Sanctuary", Questions
on Doctrine", pp. 33-86, 339-445. Véanse también lo
apéndices, pp. 641-92, para las citas de Ellen G. White sobre
temas en controversia entre evangélicos y adventistas.
15. La naturaleza humana
de Cristo y la naturaleza de la expiación fueran las cuestiones
que quedaron sin dilucidar en 1888.
16. La diferencia entre
Questions on Doctrine y
la Reforma acerca de la gracia
puede verse en la siguiente cita de debajo el encabezamiento
"Bible Definition ... of Grace". "Esta es la gracia de Dios en
su peculiar sentido del Nuevo Testamento. Es el ilimitado, todo
incluyente, y transformador amor de Dios hacia los pecadores y
las pecadoras; y las buenas nuevas de su gracia, como está
revelada en Jesucristo, es 'poder de Dios para salvación' (Rom.
1:16). No es meramente la
misericordia de Dios y su disposición para perdonar, sino que
es poder activo, energizante, que transforma para salvar.
Es así como este poder puede llenar a una persona (Juan 1:14),
puede ser dado (Rom. 12:3, 6), es todo suficiente (2 Cor. 12:9;
compárese con Rom. 5:20), reina (Rom. 5:21), enseña (Tito 2:11,
12), afirma el corazón (Heb. 13:9). En algunos casos, 'la gracia
parece ser casi equivalente al 'evangelio' (Col. 1:6) y a la
obra de Dios generalmente (Hechos 11:23; 1 Pedro 5:12)" (Questions on Doctrine, pp.
137-8). Énfasis añadido.
17. "Fundamental Beliefs
of Seventh-day Adventists", Questions
on Doctrine, p. 13. Énfasis añadidos.
18. Ibid. Énfasis
añadido.
19. Froom, Movement of Destiny, p.
650.
20. Véase ibid., pp.
148-87. Pero véase pp. 526, 530 para el respaldo de Froom para
el libro Glad Tidings y
los otros libros de E. J. Waggoner.
21. Aflame for God, pp. 81-5.
22. Ibid., p. 84.
23. Comité Ejecutivo de
la División Australasiática, Righteousness by Faith, pp. 7-8.
Énfasis añadido.
24. Olson, Through Crisis to Victory,
pp.45-7.
25. La sección que Olson
cita es de Review and Herald,
23 Sept. 1884, pp. 616-17.
26. Branson, Drama of the Ages, p. 308.
27. Informado en Our Firm Foundation.
28. Edward Heppenstall,
"The Covenants and the Law", en Our Firm Foundation,1:435-92. Véase pp. 464,
484, 489.
29. Ibid., p. 464. Este
es el punto de vista agustiniano de la gracia, no el verdadero
punto de vista protestante.
30. "La ley y el
evangelio se vuelven inseparables como la luz y el calor en el
sol. Dios exige obediencia bajo la ley. Dios obra obediencia por
medio del evangelio. La ley de Dios exige santidad en los
hombres. El evangelio obra santidad en los hombres. Mientras la
ley permanezca escrita meramente en piedra, los hombres
encontrarán los mandamientos difíciles de ser obedecidos.
Mientras el corazón sea de piedra, los mandamientos parecerán de
piedra" (ibid., p. 484).
31. "En tercer lugar, el
hecho de que el Espíritu Santo escriba la ley de Dios en la
mente y en el corazón proclama en términos inconfundibles que
esta experiencia viene sólo por medios sobrenaturales y nunca
por medios naturalistas. El problema entre la letra y el
espíritu, entre la justificación por obras y la justificación
por la fe es éste: ¿El hombre se salva a sí mismo o lo salva
Dios? La unión entre la ley y el evangelio en la vida es algo
que Dios hace para el hombre, y que es imposible que el hombre
haga por sí mismo" (ibid). "El mandamiento del sábado, más que
cualquiera de los otros, significa la unidad de la ley y el
evangelio. Significa el reposo de la obra completada de Dios en
el alma, el reposo de la justificación por la fe. Es al séptimo
día sábado al que se apela durante toda la historia de Israel
como la prueba de la obra del Espíritu durante el pacto
sempiterno" (p. 489).
32. Froom, Movement of Destiny, p.
670.
33. Our Firm Foundation es un
informe de la conferencia bíblica de los Adventistas del Séptimo
Día celebrada en Sept. 1-13, 1952, en la Iglesia Adventista del
Séptimo Día de Sligo, Takoma Park, Md.
34. W. H. Branson, "The
Lord Our Righteousness", en Our
Firm Foundation, 2:573-618.
35. Ibid., p. 594.
36. Ibid. Énfasis en el
original.
37. ¡No para suscitar la
pregunta adicional de si tenemos o no una unión hipostática
aquí!
38. Branson, "The Lord
Our Righteousness", en Our
Firm Foundation, 2:595.
39. Ibid. Énfasis
añadido.
40. Ibid., p. 597.
Branson, como todos los perfeccionistas (es decir, los que creen
en la perfección aquí y ahora) no parece darse cuenta del dilema
que plantea esa posición. Si Cristo está en completo control y el
creyente peca, entonces ese pecado hay que atribuírselo a
Cristo; de lo contrario, el completo control que se dice que
Cristo ejerce debe ser justificado. Esta es una de las
debilidades básicas del perfeccionismo adventista antes de 1950
y del perfeccionismo evangélico "movimiento de santidad", del
cual se ha nutrido el adventismo en gran medida. Esta misma
debilidad es evidente hasta en Froom. Véase de LeRoy Edwin
Froom, The Coming of the
Comforter, pp. 14, 150. Véase también ídem, Movement of Destiny, pp.
320-22, donde Froom reconoce su deuda con el movimiento de
santidad.
41. J. H. Jemison, "The
Companions of the Lamb", en Our
Firm Foundation, 2:403-24.
42. "... una experiencia
comparable con la del Salvador. ... Su vida [fue] sin pecado"
(ibid., p. 412).
43. Véase el no. 28
arriba.
44. Véase la respuesta
del Defense Literature Committee [Comité para la defensa de la
literatura] a Robert J. Wieland y Donald K. Short, 4 Dic. 1951,
en Hudson, A Warning and Its Reception, p. 248-51.
45. Ibid., p. 249. Cf.
"... porque no hemos recibido la plenitud de Cristo, por
consiguiente no hemos completado la obra ni ido a la gloria" (p.
250). Cf. también p. 251.
46. Pease, By Faith Alone, p. 207.
47. Las publicaciones
oficiales y no oficiales adventistas que abogan por esto, tanto
pasadas como presentes, forman legión. Por ejemplo, Gordon
Collier, LeRoy Edwin Froom, W. H. Branson, y M. L. Andreasen.
48. Recordando sus días
de universidad, Brinsmead dijo: "Recuerdo una ilustración de la
universidad para demostrar la diferencia entre justicia imputada
y justicia impartida. El conferencista ponía un vaso sobre el
pupitre en frente de la clase. Entonces decía: 'Somos como este
vaso, pero necesitamos una cobertura'. Sacaba del bolsillo un
pañuelo limpio y blanco y cubría el vaso, diciendo que esa era
la justificación, la justicia imputada de Jesucristo. Entonces
decía: 'Mientras permanecemos bajo la cubierta de la justicia
imputada de Cristo, Él comienza a llenarnos con su justicia (justicia
impartida) para la santificación, para que crezcamos
más y más como Cristo Jesús'. ... Este querido anciano levantaba
el pañuelo y echaba un vistazo al vaso, explicando: 'Al
acercarnos al fin del tiempo, al fin del tiempo de prueba, Dios
nos echa un vistazo'. Demostraba esto levantando el pañuelo (la
justicia imputada) y mirando dentro del vaso. Pero Dios diría:
'Ah, no. Todavía no están listos. No pueden vivir sin la
justicia imputada en esta coyuntura; todavía no tienen
suficiente justicia impartida, no la suficiente ... déjelo así
un poco más'. Así que Dios da a su pueblo un poco más de tiempo.
Finalmente ... quitaba la cubierta, y Dios diría: 'Allí están.
Exactamente como mi Hijo'. Ahora bien, lo extraño de esta
ilustración era que el vaso estaba tan desnudo al final como al
comiuenzo de la demostración. En realidad, él estaba
demostrando algo que no se había propuesto probar, y esto es que
si tomamos el mejor santo que jamás haya vivido en la tierra y
le quitamos la cubierta de Dios de ... los méritos de Cristo
Jesús ... ¿cómo queda?
Como un laodicense - desnudo (Apoc. 3:17). Ahora bien, tenemos
alguna dificultad con esta idea porque estábamos convencidos de
que la hora del juicio de Dios había venido ... en el Lugar
Santísimo estaba la santa ley de Dios, ... más alto de lo que
puede alcanzar el más alto pensamiento humano ...". (Robert D.
Brinsmead, "All Things Are Ready" [Todo está preparado], informe
sobre un sermón, Dic. 1976).
49. Robert D. Brinsmead,
A Review of the Awakening
Message, pt. 1, p. 4.
50. Véase de Ellen G.
White, Review and Herald,
16 Abril 1901; 19 Agosto 1890; 29 Nov. 1887: ídem Child Guidance, p. 475;
ídem Testimonies,
2:710; 3:343; 4:496, 587; ídem, My Life Today, p. 261; ídem, Great Controversy, p. 505.
51. Véase de Robert D.
Brinsmead, Sanctuary
Institute Syllabus IV: Original Sin, pp. 5-47. La
enseñanza de Brinsmead en esta sección de la publicación es tan
fuerte sobre el pecado original como cualquiera que se encuentre
en cualquier autor, incluyendo Lutero y Calvino.
52. Véase el pograma de
estudios citado en el no. 51 arriba.
53. Brinsmead, Review of the Awakening Message,
pt. 1, p. 4.
54. Ibid.
55. Robert McCurdy,Jr.,
"Jesus Stands for Me in Judgment", en Awake and Sing! p. 4. Cf. Robert D. Brinsmead,
The Open Door, pp. 4-5:
ídem, Tidings of Great Joy,
pp. 15-16. Nótese lo siguiente: "¡Cuántos se están esforzando
por entrar a las bodas viviendo a la altura de todos los modelos
de la ley! Se le está robando la gloria a Cristo. Hay sólo un
hombre que puede soportar el juicio - el hombre Cristo Jesús"
(ídem, Tidings of Great Joy,
p. 16).
56. Brinsmead, Review of the Awakening Message,
pt. 1, p. 4.
57. A principios de la
década de 1960, Brinsmead sí confundía la justificación con la
regeneración en el punto de la conversión del pecador. Pero su
concepto reformado del pecado original le hizo articular una
clara enseñanza de cómo un creyente es aceptado en el juicio.
Enseñaba que esto es sólo por la justicia intercedida para él en
presencia de Dios. Este era el aspecto vital y válido de la
contribución de Brinsmead.
58. La teología de
Brinsmead era considerada una amenaza para la "integridad
denominacional". Algunos atacaban a Brinsmead porque, según
ellos, estaba limitando el poder de Dios para santificar a su
pueblo ónticamente.
59. Estos eruditos eran
el Dr. Edward Heppenstall, el Dr. Desmond Ford, y el Dr. Hans K.
LaRondelle. Ya hemos hecho referencia a la disertación doctoral
de LaRondelle sobre el perfeccionismo bajo el erudito reformado
G. C. Berkouwer, en Amsterdad (véase el cap. 1, n. 16).
60. Sin duda, A. L.
Hudson estab en lo correcto cuando dijo que "la desagradable
controversia fue causada por la naturaleza pecaminosa de los que
defendían la cuestión y la naturaleza pecaminosa de los que se
resistían la cuestión". En 1969, Brinsmead escribió: "Sería
extremadamente ingenuo y nada realista imaginar que nuestros
descubrimientos fueron informados con perfecto tacto.
Desafortunadamente, los dirigentes de la iglesia no miraron
nuestras actividades con el mínimo de benigna indulgencia. La
oposición fue tan rápida y entusiasta como la agitación del
mensaje del Despertar" (Robert D. Brinsmead, The Timing of Revelation 15 and
the Perfecting of the Saints: An Answer to Dr. Desmond Ford
and Pastor L. C. Naden, p. 34.
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