Vida de Ellen G. White - Capítulo 5 - ¿Dónde Está Ahora Su Profeta?

Desde el principio de su historia, los Adventistas del Séptimo Día han afirmado que ellos son la iglesia remanente de Apoc. 12:17, porque tienen un profeta entre ellos, a saber, la Sra. E. G. White. Siempre han insistido en que ellos tienen el "espíritu de profecía". (Apoc. 19:10). Cuando los que se oponen a sus puntos de vista han argumentado que nosotros tenemos el "espíritu de profecía" en los escritos de los profetas como están registrados en las Sagradas Escrituras, lo han negado, y, de la manera más dogmática, han argumentado que para tener el espíritu de profecía debe haber un profeta vivo en la iglesia. Pero ahora su profeta está muerto. ¿Dónde está ahora su "espíritu de profecía"? De acuerdo con el argumento por mucho tiempo usado, ahora no tienen ningún espíritu de profecía, y por lo tanto, no pueden ser la iglesia remanente de Apoc. 12:17. La muerte de la Sra. White mató su argumento.

Si ahora dicen que tienen el espíritu de profecía en los escritos de ella, admiten lo que siempre han negado; a saber, que los escritos de los profetas contienen el espíritu de profecía. Si tienen el espíritu de profecía en los escritos que su profeta dejó, entonces nosotros siempre hemos tenido el espíritu de profecía en los escritos dejados por los profetas de la Biblia. Todos los que tienen la Biblia, y creen en ella, tienen el espíritu de profecía contenido en sus escritos. Por lo tanto, por propia admisión, queda demostrado que el argumento de los Adventistas del Séptimo Día de que ellos son el único cuerpo de cristianos que tienen el espíritu de profecía es falso. Su anterior teoría del espíritu de profecía los obligaría a producir inmediatamente otro profeta vivo, o abandonar su argumento en defensa del "espíritu de profecía" representado en la Sra. White. Esto destruiría su teoría entera sobre este tema.

Por setenta años, han afirmado ser la iglesia remanente de Apoc. 12:17 porque tenían un profeta vivo en la iglesia. Pero ahora su profeta está muerto, y ya no tienen ninguno para prolongar el "espíritu de profecía". Ahora están en la misma situación que las otras iglesias, y de acuerdo con su propio argumento, ahora no pueden ser la iglesia remanente. En relación con el texto "Donde no hay visión, el pueblo perece", su clásico argumento ha sido que, para que el pueblo pueda ser guiado con seguridad y con certeza, para que no perezca, tiene que haber visiones, y estas son las visiones de un profeta viviente. Ahora la única persona en la cual centraban todas las visiones verdaderas o apropiadas, está muerta. Y ahora para ellos, ¿dónde están las visiones sin las cuales el pueblo perece?

El autor está en deuda con el pastor A. T. Jones, antiguo editor del periódico de la iglesia, Review and Herald, por la línea de argumento lógico presentada aquí. Él rechazó el estrecho punto de vista de ellos sobre este tema, y fue echado a un lado sin someterlo a juicio y sin escucharlo.

Hasta el mismo final, constantemente apelaron a la Sra. White para que resolviera los nuevos temas de controversia que continuaban surgiendo entre ellos. Hasta el mismo final de la vida de ella, todas las disputas doctrinales que dividían las simpatías y lealtades de sus dirigentes fueron referidas a ella. Al pasar el tiempo, ¿quién resolverá ahora los nuevos temas de disputa que constantemente surgen en su obra? Tendrán que ser resueltos por sus hombres no inspirados y falibles, lo mismo que en otras iglesias. De aquí que estén tan sujetos a error como las otras iglesias.