La manera en que el debate sobre la creación se lleva a cabo
parece ser un caso en que ciertas personas creen que, si pueden
'destruir la teoría de la evolución', entonces se demostrará que
la historia bíblica de la creación es correcta por defecto. Así
también, es posible creer en la creación, sin ser lo que se
conoce como creacionista bíblico. De hecho, ser un creacionista
bíblico que cree en la creación como se describe literalmente en
el libro de Génesis de la Biblia conduce a una mala ciencia,
pues siempre es mala ciencia iniciar una investigación después
de llegar a una conclusión anticipada. Para comenzar, es
particularmente mala ciencia basar la ciencia en un antiguo
manuscrito defectuoso pre-científico. (Basándose en una
genealogía conflictiva en un libro contradictorio como
evidencia, uno declara que el mundo 'tiene 6,000 años de edad' y
luego comienza a buscar evidencia que apoye la verdad, siendo la
verdad anticipada en este caso. La ciencia creacionista bíblica
no está basada en la Biblia, sino más bien en creencias
religiosas tradicionales, que de por sí no están basadas en la
Biblia en muchos casos sino que aparecen de la nada o consisten
de una apropiación o nulificación selectiva de las Escrituras,
que es la única manera en que uno puede construir doctrina a
partir de las contradicciones en la Biblia).
Antes de buscar evidencia que apoye el relato bíblico de la
creación (con el argumento de que Moisés lo escuchó de Dios),
uno debería verificar primero el material fuente. Hay dos
historias de la creación, y se contradicen.
La primera versión de la creación (la versión sacerdotal con sus
ecos de tradición religiosa sabática) se halla en el capítulo
uno de Génesis y es seguido por el mito populista en el capítulo
dos. El orden de la creación en el capítulo 1 es:
En el primer día,
son creados el firmamento, la tierra, y la luz.
En el segundo día,
es creada el agua, tanto un océano en la tierra como un
segundo 'océano' en el firmamento.
En el tercer día
se crean las plantas.
En el cuarto día,
se crean el sol, la luna, y las estrellas para ayudar en la
navegación y para establecer un calendario.
En el quinto día,
se crean las criaturas de los océanos, y las aves.
En el sexto día,
se crean los animales y las criaturas 'que se arrastran'.
Habiendo hecho esto, se crean los seres humanos (macho y
hembra). No se hace distinción entre la creación del hombre y
la de la mujer. Aparentemente, son creados al mismo tiempo.
Esto encuentra eco en otro fragmento de esta tradición tejida
al comienzo del capítulo cinco, que imita el lenguaje usado en
el capítulo uno (fueron 'creados a imagen de Dios; macho y
hembra los creó).
En esta versión, es interesante notar que los días, con
tardes y mañanas, fueron creados antes de que el sol
existiese. Así también, hay rastros de una tradición
politeísta en que el término usado, Elohim, es plural, y
significa dioses. Elohim se traduce generalmente como
'Dios' en la Biblia, aunque una traducción literal sería
'dioses' (plural), pero, por razones teológicas, hay sólo unas
pocas veces en la Biblia en que Elohim es traducido como plural
(sólo cuando el término es usado en un contexto que no se
refiere a Dios, teniendo el término diferentes significados,
dependiendo del contexto en que es usado).
En la segunda tradición, que se halla en el capítulo dos de
Génesis, se hace referencia a Dios como a 'Yahvé', traducido
generalmente como YAHWEH. Esto es similar a la división que se
halla entre los dos relatos del arca de Noé y el diluvio, en
cada una de cuyas divisiones separadas hay, no sólo diferencias
en detalles, sino que también se usan nombres diferentes para
Dios, lo cual corresponde nítidamente a las diferencias en
detalle. Así, pues, tanto la historia de la creación como la
historia del arca de Noé y el diluvio son excelentes ejemplos
del uso de la técnica de la crítica en la fuente y la crítica de
la redacción en la Biblia. En la versión Yahvé de la creación,
ésta no se describe como una secuencia de días. El orden de la
creación es por sí misma evidentemente diferente. Primero, Yahvé
crea la tierra y los cielos. Luego, Yahvé crea a Adán, que vive
en una tierra desierta, 'porque Yahvé aún no había hecho llover
sobre la tierra'. Se nos dice que, hasta este momento, la
humedad se filtraba desde debajo del suelo para irrigar la
tierra. También se nos dice específicamente que Yahvé todavía no
había creado ninguna planta, pues no había nadie que cultivase
la tierra. Para rectificar esto, Yahvé creó a Adán, y luego
emprendió la tarea de crear las primeras plantas. Después de
decidir que el hombre estaba solo, Yahvé creó todos los animales
uno por uno, y los trajo a Adán para que les pusiese nombre,
pero se halló que ninguno de estos animales era apto para
compañero de Adán. Por consiguiente, Yahvé hizo dormir a Adán,
llevó a cabo lo que parecería una operación quirúrgica, quitó
una costilla, y creó a Eva.
Los conflictos entre esta versión de sucesos y la anterior son
obvios. En el capítulo uno de Génesis, los seres humanos fueron
creados al último, y en el capítulo dos, los seres humanos
fueron creados inmediatamente después de la formación de una
tierra desierta. Los seres humanos existieron antes de que
existiesen las plantas, los animales, y la lluvia, todo lo cual
se describe como anteriores en el capítulo uno de Génesis.
El asunto debería quedar abundantemente claro al contrastar los
siguientes pasajes.
"Produjo, pues, la
tierra hierba verde, hierba que da semilla según su
naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él,
según su género ... Y fue la tarde y la mañana el día tercero
... Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen
sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos ... Y
fue la tarde y la mañana el día quinto ... Y dijo Dios:
Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza ... Y fue la
tarde y la mañana el día sexto". (Génesis 1:12,
20, 23, 26, 31).
Así, pues, en la tradición sacerdotal, el orden fue las plantas
(tercer día), las aves (quinto día), y en el sexto día los
animales (primero) seguidos por la humanidad. En la tradición
alterna, usted notará que se dice que las plantas, la lluvia y
los animales siguen a la creación de Adán.
"Estos son los
orígenes de los cielos y la tierra ... y toda planta del campo
antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes
que naciese, porque Jehová Dios aun no había hecho llover
sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra
... Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la
tierra ... Y Jehová Dios plantó un huerto al oriente de
Edén, y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios
hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y
bueno para comer". (Génesis 2, 4, 5, 7, 8, 9).
Se sigue que, si las aves y las plantas fueron creadas antes que
Adán, entonces éste no podría haber existido antes que las aves,
las plantas y la lluvia, sino que simplemente es imposible
armonizar el relato de los eventos que aparecen en la segunda
tradición. En la mitología, se puede tener estas
inconsistencias, pero éstas no tienen lugar en la historia ni en
la ciencia.
"Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le
haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra
toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a
Adán para que viese cómo las habría de llamar; y todo lo que
Adán llamó a los animales vivientes, ése es su nombre". (Génesis 2:18,
19).
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