Si
Moisés escribió la Biblia, y el libro procedió de Dios, que le
dijo a Moisés que escribiera la Torá para nosotros, entonces hay
que explicar por qué hay conflictos y contradicciones en los
relatos históricos de los manuscritos. Estos conflictos pueden hallarse hasta
en un solo relato, como el del arca de Noé y el diluvio en
Génesis. Las historias discrepan en detalles, y el conflicto en
los detalles corresponde a los dos nombres diferentes usados
para referirse a Dios en cada versión. Yahweh en una, Elohim en
la otra. Esta no es ninguna coincidencia, sino que indica que
las historias fueron compuestas a partir de dos historias
separadas, escritas por autores desconocidos y diferentes, y que
fueron luego cortadas en trozos y editados juntos en Génesis. Es
un hecho poco conocido que las historias famosas de la Biblia,
que creemos que conocemos, son en realidad sólo una versión de
lo ocurrido. (Véase la historia de la recepción de los Diez
Mandamientos, que demuestra que, en realidad, había dos
versiones, no sólo la versión con la cual todos estamos
familiarizados, e indica que no fue Moisés el único que escribió
la Biblia. O considérense las múltiples versiones del relato de
David y Goliat, ambas famosas, y ambas una selección descriptiva
de un suceso que, en las páginas de la Biblia, demuestra que
están relacionados en formas variadas y contradictorias).
Otro ejemplo de la misma clase de cosa es la historia del arca
de Noé. Esta historia es bastante interesante. Si se considera
tanto la historia de David y Goliat como la del becerro de oro,
se observará que dos tradiciones contradictorias fueron
compuestas y entretejidas juntas en un intento por preparar una
sola historia a partir de múltiples y contradictorias
tradiciones. El esfuerzo falla, y este hecho es de por sí
interesante. (Aparentemente, no se pudo dejar nada por fuera, lo
cual habría sido más sencillo, sino que luego se tuvo que hacer
un intento por sumergir las contradicciones obvias, lo cual
demuestra, al examinárselo, que fue un ejercicio en futilidad.
¿Por qué tomarse el trabajo de hacer una tan extraña
redacción?).
El relato del diluvio
consiste de dos tradiciones separadas cortadas en trozos y luego
entrelazadas, dejando intactos los pasajes inconsistentes. En
una versión, a Dios se lo llama Elohim, que por lo general se
traduce como Dios en la Biblia, pero que en realidad es plural,
y significa dioses. En la otra versión, a Dios se lo llama
Yahweh, que por lo general se traduce como Jehová. Cada uno de
estos dos diferentes nombres de Dios corresponde a los
diferentes detalles de las dos versiones contradictorias del
relato del diluvio. Sepárense los nombres de Dios, y se
separarán los dos relatos del diluvio, emergiendo cada uno de
ellos con sus detalles separados e intactos, haciendo del relato
del arca de Noé y el diluvio uno de los más famosos ejemplos de
la práctica de crítica en la fuente y crítica en la redacción en
la Biblia. En una versión, aquélla con la cual estamos más
familiarizados, llovió durante 'cuarenta días y cuarenta
noches'. Pero otra versión también está presente, y sin embargo,
es ignorada.
"Y fue el diluvio
cuarenta días sobre la tierra" (Génesis 7:17).
"Y prevalecieron
las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días. Y se acordó
Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias
que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento
sobre la tierra, y disminuyeron las aguas". (Génesis 7:24).
Conflictos similares se hallan en el relato de los animales que
entran al arca. En una versión, se nos dice específicamente que
todos los animales, 'limpios' e 'inmundos' entraron al arca de
dos en dos, y en una variante (sacerdotal) del relato, los
animales 'limpios' entraron de siete en siete. La razón de la
variante es que, al salir del arca, Noé debía ser presentado
ofreciendo sacrificios animales, indicando así que la doctrina
del sacrificio sacerdotal tenía una historia ilustre. De manera
similar, en la versión sacerdotal, se dice que el diluvio duró
"cuarenta días y cuarenta noches", pues parece que "cuarenta"
era considerado un número ilustre. (La expedición de Moisés a la
cumbre del monte Sinaí duró "cuarenta días y cuarenta noches".
En el relato evangélico, Jesús ayunó durante "cuarenta días y
cuarenta noches", y "después tuvo hambre", que es otra historia
diferente.
"De los animales
limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las
aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra, de dos en dos
entraron con Noé en el arca, como mandó Dios a Noé. ... Y los
que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como lo
había mandado Dios. ... Y prevalecieron las aguas sobre la
tierra ciento
cincuenta días". (Génesis 7:8, 9, 16, 24).
"De todo animal limpio
tomarás siete
parejas, macho y su hembra; mas de los animales que
no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. También de las
aves
de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar
viva la especie sobre la faz de la tierra. Porque pasados aun
siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y
cuarenta noches". (Génesis 7:2-4).