DESARROLLO HISTÓRICO DE LA TRINIDAD:
UN ANÁLISIS

Por Mohd Elfie Nieshaem Juferi

Traducido de Internet



En una ocasión, T. S. Elliot fue citado diciendo:

El cristianismo está siempre adaptándose a algo que pueda ser creído.1

Y fiel a esto, el cristianismo se ha apartado del concepto de la unicidad de Dios como está enfatizado en el "Shema", o
theimurti, el credo judío de la fe hebrea.

Shema Yisra'el, YHWH Eloheinu, YHWH echad

o sea,


Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. (Deuteronomio 6:4)


y ha adoptado una doctrina vaga y misteriosa que fue formulada durante el siglo cuarto. Esta doctrina, que sigue siendo causa de controversia dentro y fuera de la religión cristiana, se conoce como la doctrina de la Trinidad.

La Trinidad se ha convertido en la doctrina central de casi todas las sectas cristianas de la actualidad. Es básicamente la moderna doctrina cristiana acerca de Dios en la mayoría de las iglesias. Dicho de manera sencilla, la doctrina cristiana de la Trinidad dice que Dios es la unión de tres personas divinas - el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo - en un ser divino. Según los cristianos, todas las tres personas son Dios. Sin embargo, dicen creer en un solo Dios y no en tres. Según los cristianos, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tienen algunas funciones similares y algunas funciones diferentes. Por ejemplo, el cristiano cree que los tres participaron en la creación del mundo, pero que también tienen algunas funciones que les son peculiares a ellos mismos y que ellos "disfrutan" de la compañía los unos de los otros. Por ejemplo, el Padre envía, y no es enviado. El Padre es el ejecutor de justicia, y el Hijo es el liberador de la humanidad contra esta injusticia. De acuerdo con los cristianos, estos tres son "co-iguales" y están de completo acuerdo. Ninguno de ellos es mayor que el otro.

Si ese concepto, puesto en términos básicos, suena confuso, el lenguaje florido en el texto mismo de la doctrina se vuelve aun más misterioso para el lector.

... adoramos a un Dios en la Trinidad, y a la Trinidad en unidad ... porque hay una persona del Padre, otra del Hijo, y otra del Espíritu Santo es sólo una ... no son tres dioses, sino un solo Dios ... todas las tres personas son co-eternas y co-iguales ... por lo tanto, el que se va a salvar debe pensar en la Trinidad...2

Éste es el principal y trágico ejemplo de la mente natural del hombre, que especula acerca de las cosas divinas en vez de contentarse con aceptar humildemente el testimonio de la Biblia. Millones de cristianos creen en la "Santa Trinidad" por fe solamente. Por medio de esta fórmula, han convertido a Jesús en "el Hijo de Dios" y hasta en Dios mismo. Pongamos esto en forma diferente: ¿Una persona, Dios el Padre + una persona, Dios el Hijo + una persona, el Espíritu Santo = una persona, Dios el qué?

¿Es esto castellano o galimatías? Se dice que Atanasio, el obispo que formuló esta doctrina, confesó que, mientras más escribía sobre el tema, menos capaz se sentía de expresar claramente sus pensamientos con relación a ello. ¿Quién inventó la Trinidad? ¿Cómo se inició una doctrina tan confusa?

¿Trinidad en la Biblia?

Las referencias bíblicas a una Trinidad de seres divinos son vagas en el mejor de los casos. En Mateo 28:19, encontramos a Jesús (P) diciéndoles a sus discípulos que vayan y prediquen a todas las naciones. Aunque la "gran comisión" sí menciona a las tres personas que más tarde se convertirían en la Trinidad, la frase "bautizándolos en el nombre del Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo" es bien claramente una adición al texto bíblico; es decir, no son las palabras de Jesús (P), como puede verse por dos factores:

Notamos que no sólo es que la Biblia no menciona la Trinidad, sino que tampoco explica ni defiende una doctrina así. En realidad, a menudo la contradice, algunas veces en las palabras del propio Jesús. Por ejemplo, en Juan 14:28, se dice que Jesús (P) dijo:

El Padre mayor es que yo

Aquí vemos a Jesús (P) citado diciendo que él no es el Ser Supremo. Este versículo es una contradicción explícita de los hallazgos del Credo de Nicea y la moderna teología cristiana. De la lectura de este versículo, tenemos que concluir que Dios es Supremo; no hay nadie mayor que Dios. Sin embargo, Jesús no es Supremo; hay Alguien superior a él.

Por ejemplo, es asombroso que Pablo pueda escribir cientos de versículos para explicar la importancia (o la falta de ella) de las leyes dietéticas o de la circuncisión y no pronuncie ni una palabra en defensa de la Trinidad. La verdad es que los modernos eruditos han admitido que los cristianos originales, como los ebionitas, los esenios y los adopcionistas no conocían ninguna Trinidad y no adoraban a Cristo Jesús (P). En realidad, estos grupos cristianos existieron antes de cualesquiera documentos actuales del Nuevo Testamento, y también existieron antes de la Iglesia Católica Romana. Usaban textos como el Evangelio a los Hebreos, el Evangelio de los Nazarenos, y el Evangelio de los Ebionitas. Por consiguiente, puede verse que el concepto de una Trinidad de seres divinos no fue una idea presentada por Jesús (P) ni ningún otro profeta de Dios. Esta doctrina, a la que ahora se han suscrito los cristianos de todo el mundo, es enteramente de origen humano.

La doctrina toma forma

La Enciclopedia Británica proporciona una pieza crítica de información en relación con el origen de la Trinidad.

Ni la palabra Trinidad, ni la doctrina explícita como tal, aparecen en el Nuevo Testamento; ni tenían Jesús y sus seguidores el propósito de contradecir el Shema del Antiguo Testamento: 'Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es' (Deut. 6:4). La doctrina se desarrolló gradualmente en el curso de varios siglos y como resultado de muchas controversias ... 3

Aunque Pablo de Tarso, el hombre que con todo derecho podría ser considerado el verdadero fundador del cristianismo, sí formuló algunas de sus doctrinas, la de la Trinidad no era una de ellas. Sin embargo, sí echó los cimientos de ella al decir que Jesús era un "hijo divino". Después de todo, un Hijo necesita un Padre, y ¿qué de un vehículo para las revelaciones de Dios para el hombre? En esencia, Pablo nombró los principales jugadores, pero fue la iglesia la que posteriormente armó el asunto.

La evolución de la doctrina de la Trinidad puede verse en el hecho de que los "primeros trinitarios" nos dicen que los primeros cristianos estaban horrorizados por las ideas trinitarias; en realidad, hasta los mismos "padres cristianos" demostraron una notable ignorancia de la Trinidad.

Tertuliano, abogado y presbítero de la iglesia de Cartago en el siglo tercero, fue el primero en usar la palabra "Trinidad" cuando presentó la teoría de que el Hijo y el Espíritu participan en el ser de Dios, pero que todos son de un solo ser de sustancia con el Padre. A fines del siglo segundo, se lamentó en Adversus Praxeas (Contra Praxeas).

La mayoría de los creyentes (es decir, cristianos), que en todas partes constituyen mayoría, se estremece de horror en la dispensación de los tres (es decir, la trinidad). No comprenden que, aunque hay un solo Dios, ¡hay que entenderlo dentro de su propia economía!

Pero lo realmente asombroso es que el mismo Tertuliano tenía una interpretación "impropia"  o incompleta de la Trinidad, pues también escribió: "Hubo un tiempo en que el Hijo no existía". O, en otras palabras, ¡hubo un tiempo en que Jesús no existía! Nuevamente, todo esto apunta al hecho del desarrollo gradual de la doctrina; ¡la Trinidad nunca fue parte del evangelio de Jesucristo!

El teólogo oriental Juan de Damasco (más o menos 675-749 d. C.), al defender la iconolatría, admitía el hecho de que ni la Trinidad ni la homoousion (identificar a Jesús como Dios), ni las dos naturalezas de Cristo pueden hallarse en las Escrituras. Juan de Damasco luego continuó: "Pero sabemos que estas doctrinas son verdaderas". Después de admitir que los íconos, la Trinidad, y la encarnación son innovaciones, Juan de Damasco pasó a instar a sus lectores a aferrarse a ellas "como tradiciones venerables entregadas a nosotros por los padres". De esta manera, hace por lo menos 14 siglos, reconoció que la doctrina de la encarnación no es una doctrina divinamente revelada, entregada a nosotros por Jesús, sino una idea humana transmitida a nosotros "por los padres". Theodoro Estudita (aproximadamente 795-826) adoptó este argumento también.

Eusebio, un erudito del siglo cuarto, en su legendario libro sobre la historia del cristianismo, observa que los cristianos de principios del siglo primero que vivían en y alrededor de Jerusalén no adoraban a Cristo.

Todavía en el siglo cuarto, hallamos que la mayoría de los cristianos, particularmente los que vivían en oriente, adoraban al Padre solamente. Este hecho es reconocido por el padre trinitario Jerónimo, que se lamentaba de que, a mediados del siglo cuarto, "el mundo entero gemía y se maravillaba al descubrir que era arriano" (Arrio era el cristiano que, en el Concilio de Nicea, representaba a los cristianos unitarios contra las falsas enseñanzas de Atanasio, padre de la Trinidad, como lo llaman los católicos).

Ahora, examinemos lo que algunos de los padres cristianos tenían que decir sobre el "Espíritu Santo":

Al estudiar estas afirmaciones, podemos notar, no sólo la divergencia entre ellas, sino el hecho de que no sostenían ninguna creencia en el "Espíritu Santo" de los modernos trinitarios.

Se traza una doctrina formal

Cuando la controversia sobre la cuestión de la Trinidad explotó en 318 E.C. entre dos hombres de la iglesia de Alejandría - Arrio, el diácono, y Alejandro, el obispo - en relación con la base metafísica de la sustancia que condujo a los conceptos que no tienen fundamento en el Nuevo Testamento - como la cuestión de la igualdad de esencia (homoousia) o la similitud de esencia (homolousia) de las personas divinas de la Trinidad - el emperador Constantino intervino en la contienda. Aunque el dogma cristiano era un completo misterio para él, se daba cuenta de que una iglesia unificada necesariamente significaba un reino fuerte. Cuando las negociaciones no lograron zanjar la disputa, Constantino convocó el primer concilio ecuménico en la historia de la iglesia para resolver el asunto de una vez por todas.

Por lo que concernía a Constantino, las cosas iban de mal en peor. Se vio obligado a intervenir y dirigió una carta tanto a Alejandro como a Arrio, diciendo que la pasión que lo consumía era la unidad en las opiniones religiosas, pues era la mejor garantía de paz en el país. Luego continuó:

Pero, ¡Ah! Gloriosa y divina Providencia, qué herida ha sido infligida no sólo a mis oídos sino a mi corazón, cuando oí decir que existen divisiones entre vosotros, aun más graves que las de África; de manera que vosotros, por cuyo medio yo esperaba llevar sanamiento a otros, necesitáis un remedio peor que el de ellos. Sin embargo, después de investigar cuidadosamente el origen de estas discusiones, hallo que la causa es bastante insignificante y enteramente desproporcionada a tal disputa ... Deduzco que la tal controversia se originó como sigue: Cuando tú, Alejandro, preguntaste a cada uno de los presbíteros lo que pensaba de cierto pasaje en las Escrituras o, más bien, lo que pensaba de cierto aspecto de una tonta cuestión y tú, Arrio, sin la debida consideración, hiciste proposiciones que jamás han debido ser concebidas en absoluto, o si fueron concebidas han debido ser sepultadas en silencio, surgieron disensiones entre vosotros, la comunión fue prohibida, y la mayoría de las personas, divididas en dos bandos, ya no preservaron la unidad de un cuerpo común.

Luego, el emperador les exhorta a que ambos olviden y perdonen la imprudente pregunta y la respuesta desconsiderada:

El tema nunca debió haber sido traído a colación, pero siempre hay maldades para que las hagan manos ociosas y mentes ociosas para que las piensen. Las diferencias entre vosotros no han surgido de ninguna doctrina cardinal trazada en las Escrituras, ni se ha introducido ninguna nueva doctrina. Los dos sostienen uno y el mismo punto de vista. Por consiguiente, un acuerdo era fácilmente posible.

El emperador pasó a citar el ejemplo de los filósofos paganos que concuerdan o discrepan sobre detalles aunque sostengan los mismos principios generales. Luego preguntó: ¿Es correcto que los hermanos se comporten el uno con el otro como enemigos a causa de  meras diferencias triviales y verbales? En su opinión, tal conducta era:

vulgar, infantil y petulante, que les viene mal a sacerdotes de Dios y hombres de sentido común ... Es la astucia y la tentación del diablo. Acabemos con esto. No podemos pensar igual acerca de todos los temas, pero por lo menos podemos estar unidos acerca de los grandes puntos esenciales. Con respecto a la divina providencia, que haya una sola fe y una sola interpretación, una sola opinión en relación con Dios.

La carta luego concluye diciendo:

Devuélvanme, pues, mis días tranquilos y mis noches despreocupadas para que yo pueda conservar mi gozo, la alegría de una vida pacífica. De lo contrario, tendré que gemir y deshacerme enteramente en lágrimas y sin consuelo mental hasta que muera. Mientras el pueblo de Dios, mis consiervos, son así desgarrados en una controversia ilegal y perniciosa, ¿cómo puedo tener paz mental?

Podemos ver que la carta demuestra la ignorancia del emperador, no sólo del cristianismo, sino también de cualquier religión en general, puesto que supone que el que un hombre adore a Dios como le place o de la manera en que Dios indica es lo mismo para él. Es absurdo decir que la controversia entre Alejandro y Arrio era meramente una querella verbal o un punto insignificante y no esencial. Considerar la diferencia entre los dos como "trivial" muestra claramente que Constantino no entendía de qué estaba hablando. Esta carta sólo muestra que a Constantino no le preocupaba la naturaleza de la realidad sino su propia paz mental.

La carta que antecede no logró su objetivo, y la disputa entre Arrio y Alejandro empeoró. Finalmente, Constantino convocó una reunión de todos los obispos cristianos para zanjar la cuestión de una vez por todas. Decía que su posición como pagano era una gran ventaja puesto que, en virtud de que no pertenecía a ninguna secta, podía ser un juez imparcial. Seis semanas después de que los 300 obispos se reunieron por primera vez en Nicea en el año 325 E.C., se fraguó la doctrina de la Trinidad. Ahora el Dios de los cristianos era visto  como teniendo tres esencias, o naturalezas, en la forma del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La ironía es que la deidad de Cristo fue ratificada por encima de las objeciones de la mayoría de los obispos cristianos que se habían reunido allí desde todas partes del mundo. De los más de 1000 eruditos cristianos presentes, menos de 400 aceptaron el Credo de Nicea, y aun éstos estaban divididos entre ellos en tres grupos.

La doctrina de la Trinidad en el Concilio de Nicea

Acerca del Concilio de Nicea, 325 D. C., donde la doctrina de la Trinidad se formuló oficialmente por primera vez, el bien conocido historiador trinitario Mosheim, luterano, admite (Century 4, Part 2, Chapter 3, Sección 1):

... las discusiones concernientes a las tres personas de la Deidad. entre las que aprobaron las decisiones del Concilio de Nicea.

Hay tan poca claridad y discriminación en estas discusiones, que parecen dividir al único Dios en tres dioses.

Además, aquellas ociosas ficciones, que una consideración por las opiniones prevalentes de ese tiempo habían inducido a la mayoría de los teólogos a abrazar, aun antes del tiempo de Constantino, ahora quedaban confirmadas, aumentadas, y adornadas de varias maneras.

De aquí que veamos por todas partes rastros evidentes de una excesiva veneración de los santos en el cielo, de una creencia en un fuego para purificar las almas cuando salen del cuerpo, de una parcialidad hacia el celibato sacerdotal, de adoración de imágenes y reliquias, y de muchas otras opiniones que, en el transcurso del tiempo, casi desterraron la verdadera religión, o por lo menos la oscurecieron y la corrompieron en gran medida.

La piedad genuina fue gradualmente reemplazada por una larga ristra de observaciones supersticiosas, que se derivaban en parte de una absurda disposición a adoptar ritos profanos.

A los templos, al agua consagrada con ciertas formas, y a semejanzas de hombres santos se les atribuían los mismos privilegios que se le habían atribuido a los templos, estatuas e ilustraciones paganos antes del advenimiento de Cristo.

Esta es la ilustración de un trinitario de las condiciones en la Iglesia Católica durante el tiempo en que la doctrina de la Trinidad estaba siendo formulada e impuesta. En el mismo capítulo, Sección 5, dice Mosheim:

Los doctores que se distinguían por su erudición explicaban las sagradas doctrinas a la manera de Orígenes (véanse las notas más abajo sobre Orígenes), en el cual fijaron sus ojos, de acuerdo con los principios de aquella filosofía que habían aprendido en la escuela en su juventud, a saber, la filosofía de Platón corregida por Orígenes.

Los que deseen mirar plenamente este tema pueden examinar a Gregorio Nacianceno entre los griegos y a Agustín entre los latinos, que en los siglos siguientes fueron considerados como los únicos modelos dignos de ser imitados y pueden ser tenidos, después de Orígenes, por padres y sostenedores de la teología filosófica o escolástica. Ambos eran admiradores de Platón.

Así, pues, se acepta unánimemente que la doctrina de la Trinidad es el producto de la Conferencia de Nicea (325 d. C.). Huw Parri Owen, un ex-profesor de doctrina cristiana en King´s College, Universidad de Londres, reconoce el hecho de que

... la iglesia primitiva formuló la doctrina de la encarnación. Aquí los dos principales hitos son el concilio de Nicea en 325 y el concilio de Calcedonia en 451. A través de los siglos, la cristología ha sido determinada, directa o indirectamente, por las fórmulas que produjeron estos dos concilios ... Después de Nicea, pues, no hubo ninguna duda en los círculos ortodoxos de que Cristo era divino. [5]

La Enciclopedia Pictórica Zondervan de la Biblia, en el artículo "Deidad de Cristo", indica el mismo hecho.

La expresión más clara y más completa de la deidad de Cristo se halla en el Credo de Nicea, que fue presentado originalmente en el Concilio de Nicea, 325. En el Libro Inglés de la Oración Común, la traducción aparece como sigue: '... Un Señor Jesucristo, el unigénito Hijo de Dios, Luz de Luz, el mismo Dios del mismo Dios, engendrado, no hecho'. [6]

La Enciclopedia Británica, bajo el encabezamiento "Trinidad", declara:

... en la doctrina cristiana, la unidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo como tres personas en una Deidad. Ni la palabra Trinidad ni la doctrina explícita aparecen en el Nuevo Testamento, ni tenían Jesús y sus seguidores el propósito de contradecir el Shema del Antiguo Testamento. La doctrina se desarrolló gradualmente a lo largo de varios siglos y a través de muchas controversias ... El Concilio de Nicea en 325 d. C. declaró la fórmula crucial de la doctrina en su confesión de que el Hijo es 'de la misma substancia [homoousios] que el Padre', aunque decía muy poco del Espíritu Santo. Durante el siguiente medio siglo, Atanasio defendió y refinó la fórmula de Nicea y, para fines del siglo cuarto, bajo la dirección de Basilio de Cesárea, Gregorio de Nissa y Gregorio de Naciancio (los padres de Capadocia), la doctrina de la Trinidad tomó sustancialmente la fórmula que se ha mantenido desde entonces. [7]

La Enciclopedia Collier, versión en CD-ROM, dice:

En los siglos segundo y tercero, los cristianos dedicaron mucho cerebro a estas cuestiones y discreparon ampliamente en sus respuestas. En la palabra griega Logos, que era muy corriente en la filosofía contemporánea y que se traduce más o menos como "palabra", encontraron un término que parecía ser usable y buscaron darle un contenido que fuese consistente con lo que ellos creían que era Cristo. Pero, ¿cómo se relacionaba el Logos con el Padre? Una escuela de pensamiento vino a ser conocida como arrianismo, por el nombre de su principal exponente, Arrio (256-336), un sacerdote de la iglesia de Alejandría. El arrianismo sostenía que el Padre había creado al Hijo, que había habido un tiempo en que el Hijo no había existido, y que éste estaba subordinado al Padre. Tan aguda se volvió la controversia que Constantino temió que la división en la iglesia comprometiera la incómoda unidad del imperio que él había logrado. Para resolver el problema, convocó a un concilio de la iglesia en el año 325 en Nicea, no lejos de Constantinopla. Fue el primero de lo que la iglesia cristiana ha considerado como "concilios ecuménicos" , es decir, que representan la iglesia entera. Después de un tormentoso debate, el concilio condenó el arrianismo. El credo que en la actualidad se llama de Nicea incorpora los hallazgos del concilio. Acerca del problema principal, declara: "Creo en un Señor Jesucristo, el unigénito Hijo de Dios, engendrado de su Padre antes de todos los mundos, Dios de Dios, Luz de Luz, mismo Dios del mismo Dios, engendrado, no hecho, ser de una sustancia con el Padre". El credo fue refinado más tarde, pero sin hacer violencia al significado original. El griego, en el cual se redactó primero, empleaba términos a los cuales se les da un significado distintivo. Un término, homoousion, traducido como "la misma sustancia", era central. Significaba que Cristo era realmente Dios, "mismo Dios del mismo Dios", de acuerdo con la traducción inglesa, y no estaba subordinado al Padre. Sin embargo, el arrianismo continuó siendo influyente durante varios siglos; fue respaldado por algunos emperadores posteriores y fue la forma de cristianismo a la cual se convirtieron varios pueblos germanos. [8]

La Enciclopedia Interactiva Compton reconoce que:

El primero de los grandes concilios de la iglesia fue convocado en Nicea (la moderna Isnik, en Turquía) por el emperador Constantino I, que trataba de resolver una herejía, llamada arrianismo. Esta doctrina, que fue originada por Arrio de Alejandría, estaba dividiendo al cristianismo y amenazaba con dividir al imperio. Decía que Cristo Jesús no era divino, sino un ser creado. El concilio condenó a Arrio y sus enseñanzas y declaró la completa igualdad entre Dios el Padre y el Hijo. Su decreto de que el Padre y el Hijo estaban compuestos "de una substancia" se convirtió en parte del Credo de Nicea, una declaración de fe que unió y continúa uniendo a todas las principales divisiones del cristianismo. El concilio trató otros temas también, incluyendo el método para consagrar obispos. [9]

La Nueva Enciclopedia Católica también reconoce que la doctrina de la Trinidad no existe en el Nuevo Testamento y que fue formulada tres siglos después de Jesús [P].

Existe el reconocimiento por parte de los exégetas y teólogos bíblicos, incluyendo a un número, que crece constantemente, de católicos romanos, que uno no debe hablar de trinitarismo en el Nuevo Testamento sin una seria capacidad. Hay también el reconocimiento estrechamente paralelo de parte de los historiadores del dogma y los teólogos sistemáticos de que, cuando uno habla de un trinitarismo no capacitado, se ha movido del período de los orígenes cristianos hasta, digamos, el último cuadrante del siglo cuarto. Fue sólo entonces que lo que podría llamarse el dogma trinitario definitivo 'un Dios en tres personas' fue asimilado completamente en la vida y el pensamiento cristiano ... Fue el producto de tres siglos de desarrollo doctrinal. [10]

Leyendo todo lo anterior, uno tiene que preguntarse por qué fue que Jesús (P) mismo, en sus enseñanzas, no expresó la doctrina de la Trinidad "tan completa y claramente" como lo hizo el concilio de Nicea 300 años después de su partida.

La iglesia afima su posición

Sin embargo, a pesar de las grandes esperanzas de parte de Constantino, la cuestión estaba lejos de haber sido dirimida. Arrio y el nuevo obispo de Alejandría, un hombre llamado Atanasio, comenzaron a argumentar sobre el asunto aun mientras el Credo de Nicea estaba siendo firmado; el "arrianismo" se convirtió en "slogan" desde ese tiempo en adelante para cualquiera que no se adhiriera a la doctrina de la Trinidad.

No fue sino hasta 451 E. C., en el Concilio de Calcedonia, cuando, con la aprobación del Papa, el credo de Nicea/Constantinopla se estableció como autoridad. Ya no se toleró más el debate sobre el tema; hablar contra la Trinidad se consideraba ahora blasfemia, y la severa sentencia así ganada iba desde la mutilación hasta la muerte. Ahora cristianos se volvían contra cristianos, mutilando y masacrando a millares por una diferencia de opinión. En 628 E. C., el emperador Teodosio II decretó una ley para erradicar a los arrianos.

La iglesia también pasó a desarrollar la doctrina de "fe ciega". Esto ocurrió porque los que desarrollaron la doctrina de la "Trinidad" no pudieron definirla en manera alguna que no pudiera ser refutada por los impertérritos cristianos unitarios por medio de la Biblia. Al principio, trataron de defender la "Trinidad" por medio de la lógica y la Biblia. Esto continuó por largo tiempo hasta que la iglesia trinitaria dejó de tratar de demostrar sus afirmaciones por medio de la Biblia. Así que exigieron fe ciega en sus doctrinas. Cualquiera que no las creyera ciegamente y se atreviera a cuestionarlas, sería considerado hereje y sería torturado o muerto.

Continúa el debate

Sin embargo, los castigos brutales y hasta la muerte no detuvieron la controversia sobre la doctrina de la Trinidad, y dicha controversia continúa aun en la actualidad. Los cristianos unitarios fueron luego perseguidos violentamente; sus libros fueron quemados; y para el año 600 E. C., básicamente habían dejado de existir (aunque los unitarios resurgirían en el siglo quince con la revuelta contra la Iglesia Católica que ahora se conoce como la Reforma). Cuando se les pide que expliquen esta doctrina fundamental de su fe, la mayoría de los cristianos no pueden ofrecer nada más que esto: "La creo porque se me dijo que la creyera". Para otros cristianos, se explica como un "misterio", pero la Biblia dice en I Corintios 14:33:

... Dios no es Dios de confusión.

Para evitar este dilema, muchos cristianos recurren al "doble discurso" de George Orwell. Él lo explica así:

Doble discurso significa la capacidad de sostener dos creencias contradictorias simultáneamente y aceptar ambas. La parte intelectual sabe que está haciendo trucos con la realidad, pero al poner en práctica el doble discurso también se satisface a sí mismo de que la realidad no está siendo violada. [11]

William Lutz, profesor en el Departamento de Inglés de la Universidad Rutgers, tiene una definición más clara de cómo se pone en práctica esta actitud.

Una tercera clase de doble discurso es la jerga o el burocratismo. Básicamente, este doble discurso es una cuestión de acumular palabras unas sobre otras, de apabullar al oyente con palabras, mientras más grandes las palabras y mientras más larga la oración, mejor. ... La cuarta clase de doble discurso es lenguaje inflado, calculado para hacer parecer lo ordinario como extraordinario; lo de todos los días como impresionante; ... lo simple como complejo. [12]

Los clérigos cristianos han alabado con entusiasmo la Trinidad por siglos. Han empleado un impresionante lenguaje de doble discurso y lo han usado para defender este concepto ficticio. Leamos la glorificación de E. J. Fortman:

Si realmente creemos que 'la base de la realidad no es la composición nuclear de la materia sino la Trinidad'; no la división de lo infinitamente pequeño sino la distinción en el corazón de lo infinitamente grande, no podemos sino dedicar todos los recursos de nuestra lógica, todas las energías de nuestra mente, todo el fuego de nuestro corazón al estudio amoroso del Padre, el Verbo y su Espíritu. [13]

Fortman trata de ocultar la clara contradicción entre la Trinidad y la unicidad usando el doble discurso y lenguaje inflado, comenzando por un gran "si" condicional. Esta es una de las estrategias de defensa comunes de los sacerdotes cuando se encuentran con un problema difícil relacionado con sus enseñanzas. Son incapaces de explicar la Trinidad sin el uso del doble discurso.

Como comenta otro autor:

El doble discurso descansa en la suposición cristiana básica de que Cristo es Dios. Es alrededor de esta suposición que la controversia de las dos naturalezas de Jesús ha hecho furor. En un momento, Jesús es humano; en el siguiente, es divino. Primero, es Jesús, luego, es el Cristo. Es sólo mediante el ejercicio del doble discurso que una persona puede sostener simultáneamente estas dos creencias contradictorias. Es sólo mediante el doble discurso que puede sostenerse la creencia en la doctrina de la Trinidad. [14]

La denominación unitaria del cristianismo ha mantenido vivas las enseñanzas de Arrio al decir que Dios es uno; ellos no creen en la Trinidad. Como resultado, los cristianos de corriente principal les aborrecen, y el Concilio Nacional de Iglesias ha rehusado admitirles. En el unitarismo, se mantiene viva la esperanza de que, algún día, los cristianos regresarán a lo que predicaba Jesús (P): "... Adorarás al Señor tu Dios, y a Él solo servirás". [15]

La doctrina fundamental de la Trinidad no tiene ningún sentido, a menos que se acepten también las doctrinas de la encarnación y la expiación. De aquí que Jesús de Nazaret fuese Dios encarnado caminando en la tierra, diferente de Dios Padre morando en el cielo y escuchando nuestras oraciones. De este modo, fue necesario pensar en Dios por lo menos como dos en uno, que
existieron en el cielo y la tierra, por lo menos durante un tiempo, como entidades diferentes.

El Islam y la Trinidad

La doctrina fundamental de la Trinidad no tiene ningún sentido, a menos que se acepten también las doctrinas de la encarnación y la expiación. Anselmo, en su Cur Deus Homo, demostró que el concepto de expiación exigía que Cristo tuviera que ser Dios, puesto que sólo un sacrificio infinito podía expiar la maldad ilimitada de la humanidad que era, en las palabras de Agustín, una massa damnata - una masa condenada a causa del pecado original de Adán. De aquí que Jesús de Nazaret fuese Dios encarnado caminando en la tierra, diferente de Dios Padre que moraba en el cielo y escuchando nuestras oraciones. Por esta razón, era necesario pensar en Dios como por lo menos dos en uno, que existieron en la tierra por lo menos durante un tiempo, como entidades diferentes. En el cristianismo primitivo, el Logos que era el espíritu de Cristo y que se creía era activo como una presencia idvina en la vida humana, con el tiempo fue hipostatizado como una tercera persona, y de este modo nació la Trinidad. No hay duda de que a este proceso le dieron forma las creencias triádicas que flotaban en el aire del Cercano Oriente de aquel tiempo, muchas de las cuales incluían la creencia en una figura de expiación divina.

Si bien es posible que el cristianismo tenga problemas para definir la esencia de Dios, no sucede así con el Islam.

Blasfeman los que dicen: 'Dios es Cristo el hijo de María'. Pero Cristo dijo: 'Oh, hijos de Israel: Adoren a Dios, mi Dios y vuestro Dios'.[16]

Blasfeman los que dicen que Dios es uno de tres en la Trinidad; porque no hay otro dios que Dios. Si no desisten de su palabra (de blasfemar) una severa pena caerá ciertamente entre ellos. [17].

Suzanne Haneef expresa el asunto bastante suscintamente cuando dice:

Pero Dios no es como un pastel o una manzana que puede ser dividido en tres partes que forman un todo; si Dios es tres personas o posee tres partes, ciertamente no es el solo, único, e indivisible Ser que es Dios y en el cual el cristianismo profesa creer. [18]

Mirando el asunto desde otro ángulo, la Trinidad designa a Dios como consistente de tres entidades separadas - el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Si Dios es el Padre y también el Hijo, entonces sería el Padre de sí mismo porque es su propio Hijo. Esto no es exactamente lógico. El cristianismo afirma ser una religión monoteísta. Sin embargo, el monoteísmo tiene como su creencia fundamental la de que Dios es uno; la doctrina cristiana de la Trinidad - Dios como tres en uno - es considerada por el Islam como una forma sutil de politeísmo. El concepto del Espíritu Santo como Filioque (una doble procesión) fue añadido a la doctrina original mucho más tarde. Tal como fue enseñado por los teólogos griegos y defendido por Agustín, simplemente hace del Espíritu Santo un mensajero de las comunicaciones o cosas que proceden del Padre, y es recibido por un individuo por medio de Jesucristo. Uno podría argüir que, puesto que el Espíritu Santo emana de Dios el Padre, es también Dios. En realidad, esto sólo sería posible si hubiese una "emanación total" (una transferencia del 100%). Si ése fuese el caso, entonces la Fuente Primaria o se ha aniquilado a sí misma o ha producido una copia exacta de sí misma. Dios el Padre existe todavía y los cristianos con sus creencias trinitarias todavía afirman que Dios es uno. Por esto, podemos ver que los cristianos no reverencian sólo a un Dios, sino a tres.

Sin embargo, esta es una acusación que los cristianos no toman a la ligera. A su vez, ellos acusan a los musulmanes de ni siquiera saber qué es la Trinidad, señalando que el Qu'ran lo pone como Alá el Padre, Jesús el Hijo, y María su madre. Aunque la veneración de María ha sido un invento de la Iglesia Católica desde el 431 E. C., cuando el concilio de Éfeso le dio a ella el título de "Madre de Dios", un examen más minucioso del versículo del Qu'ran citado más a menudo por los cristianos en apoyo de su acusación muestra que la designación de María por el Qu'ran como "miembro" de la Trinidad simplemente no es verdad. Aunque el Qu'ran sí condena tanto el trinitarismo (Qu'ran 4:17) como la adoración de Jesús y de su madre María (Qu'ran 5:11), en ninguna parte identifica los reales tres componentes de la Trinidad cristiana. La posición del Qu'ran es que quién o quiénes componen esta doctrina no es importante. Lo que es importante es que la idea misma de la Trinidad es una afrenta al concepto de un solo Dios. Ésta es una de las razones de por qué algunos teólogos cristianos ven la doctrina islámica como "el reavivamiento de la antigua fe judeo-cristiana". En otras palabras, el surgimiento del monoteísmo.

Históricamente, el Islam ha sido más escéptico de la teología filosófica como camino a Dios que el cristianismo, y de hecho, la unicidad divina ha sido afirmada por los musulmanes basándose en dos fuentes suprarracionales: la revelación del Qu'ran y la experiencia unitiva de los místicos y los santos. Que Dios es ultimadamente uno e indivisible es la conclusión de todo el misticismo superior, y el Islam, como religión de la unicidad divina por excelencia, ha ligado la fe con la experiencia mística muy estrechamente. Hasan Keimi, un místico bosnio del siglo dieciocho, expresó esto en un poema que aun hoy es declamado y amado por la gente de Sarajevo:

"O buscador de la verdad, son los ojos de tu corazón los que debes abrir.
Conoce la Divina Unicidad hoy, por el camino del amor por Él.
Si objetas: 'Estoy esperando que mi mente capte su naturaleza',
conoce la
Divina Unicidad hoy, por el camino del amor por Él.

"Si deseas contemplar el rostro de Dios,
ríndete a Él, e invoca sus nombres,
cuando tu alma esté clara, una luz del verdadero gozo brillará.
Conoce la Divina Unicidad hoy, por el camino del amor por Él".

La Trinidad en el antiguo culto pagano

Ahora estudiemos la "Trinidad" y sus raíces en el antiguo culto pagano. La "Trinidad" del cristianismo, como está definida en el credo de Nicea, es una amalgama de tres entidades diferentes en una sola entidad, y al mismo tiempo permanecen las tres entidades diferentes. Se nos dice que hablemos de los tres dioses como de uno solo, y nunca de tres dioses, lo cual sería considerado herejía (Isaías 43:10). Son considerados como co-eternos, co-sustanciales, y co-iguales. Sin embargo, sólo el primero era auto-existente. Los otros procedían del primero. La doctrina filosófica neo-platónica tiene sus raíces, no en la inspiración de Dios, sino en el antiguo paganismo. La mayoría de las antiguas religiones fueron construidas sobre alguna especie de triple distinción. Las deidades eran siempre trinidades de alguna clase o consistían de sucesivas emanaciones en grupos de tres.

En India, encontramos la doctrina de la divina trinidad llamada "Trimurti" (del sánscrito: "tres formas" que consiste de una tríada de Brahma, Vishnu, y Siva. A los adoradores se les dice que las adoren como a una deidad. Los eruditos consideran que Trimurti es un intento de reconciliar diferentes enfoques monoteístas entre sí y con la doctrina filosófica de la realidad última (Brahman). Es una unidad inseparable, aunque en forma de tres. Tales conceptos no representaban ningún problema para la lógica de un adorador hindú pues ya se usaban en la adoración de dioses con cuerpo de hombre y cabeza de elefante (Ganesh) o dioses con rostro de mono (Hanuman) o dioses con seis brazos, y así sucesivamente. Recuérdese que el hinduismo clásico data por lo menos del 500 B.C., con raíces que se extienden ya en 2000 B. C.

Los brahmas también tienen su trinidad. En su trinidad, Vajrapani, Manjusri, y Avalokitesvara forman una unión divina de tres dioses en un dios, "Buda". En el hinduísmo Mahayana, también existe el concepto de trikaya (sánscrito: "tres cuerpos"), el concepto de tres cuerpos, o modos de ser, de Buda: el dharmakaya (cuerpo de la esencia), el modo no manifiesto, y el supremo estado del conocimiento absoluto, el sambhogakaya (cuerpo del deleite), el modo celestial; y el nirmanakaya (cuerpo de la transformación), el modo terrenal, el Buda como apareció en la tierra o se manifestó en una bodhisattva terrenal, un rey terrenal, una pintura o un objeto natural, como un loto. Los ciudadanos de China y Japón también adoran a Buda, pero lo conocen como "Fo". Cuando le adoran, dicen: "Fo es un dios pero tiene tres formas".

Sir William Jones dice:

Nativos muy respetables me han asegurado que uno o dos misioneros han sido lo bastante absurdos en su celo por convertir a los gentiles como para declarar que los hindúes ahora ya eran casi cristianos porque su Brahma, Vishnu, y Mahesa (Siva) no eran otros que la Trinidad cristiana. [19]

Los antiguos egipcios también adoraban a una trinidad. Se supone que su símbolo de un ala, un globo, y una serpiente representaban los diferentes atributos de su dios. Había también la tríada de Osiris, Isis y Horus. En Babilonia, había una Trinidad de Ishtar, Sin y  Shamash; en Arabia, Al-Lat, Al-Uzza y Manat.

Los griegos también tenían sus trinidades. Cuando hacían sacrificios a sus dioses, rociaban agua bendita sobre el altar tres veces, luego rociaban tres veces al pueblo también. Luego, tomaban incienso con tres dedos y salpicaban el altar tres veces porque el oráculo había dicho que todas las cosas sagradas debían serlo en tríos. Recuérdese que la filosofía de este pueblo (los griegos) es lo que fue principalmente responsable de la definición ded la naturaleza "trinitaria" cristiana de Dios. Esto se hizo por medio de los escritos del filósofo griego Platón relativos a su "Logos" ("palabra"). Además, recuérdese que los evangelios de la Biblia fueron llamados los "evangelios griegos" por una razón: fueron escritos en su idioma y basados en su filosofía.

T. W. Doane dice:   

La obras de Platón fueron estudiadas extensamente por los padres de la iglesia, uno de los cuales reconoce alegremente en el gran maestro al ayo que, en la plenitud del tiempo, estaba destinado a educar a los paganos para Cristo, como Moisés educó a los judíos. El celebrado pasaje: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios" es un fragmento de algún tratado pagano sobre la filosofía platónica, evidentemente escrito por Ireneo. Es citado por Amelio, un filósofo pagano, como estrictamente aplicable al Logos, o Mercurio, el Verbo, aparentemente como un testimonio honorable presentado a la deidad pagana por un bárbaro. Vemos, pues, que el título "Verbo" o "Logos", aplicado a Jesús, es otra amalgama con el cristianismo. No recibió su forma cristiana autorizada sino hasta mediados del siglo segundo después de Cristo. Los antiguos romanos paganos adoraban a una Trinidad. Se dice que un oráculo declaró que existía 'primero Dios, luego el Verbo y con ellos el Espíritu'. Aquí vemos claramente enumerados a Dios, el Logos, y el Espíritu Santo en la antigua Roma, donde el templo más celebrado de esta capital - el de Júpiter Capitolino - estaba dedicado a tres deidades, las cuales tres deidades eran honradas con un culto en conjunto. [20]

Las trinidades no estaban limitadas sólo a estos tres grupos, sino que los persas, los asirios, los fenicios, los escandinavos, los druidas, los habitantes de Siberia, los antiguos mexicanos, los peruanos, y muchos otros, todos adoraban deidades paganas "trinitarias" (entre una gran multitud de otros dioses) mucho antes de que el Concilio de Nicea reconociera oficialmente, en 325 E. C., que ésta era la "verdadera" naturaleza de Dios.

Conclusiones

Podemos ver que la doctrina de la Trinidad es un concepto enteramente humano; no hay en absoluto ninguna aprobación por parte de Dios sobre la cuestión simplemente porque toda la idea de una Trinidad de seres divinos no tiene cabida en el monoteísmo. El hecho es que una persona inteligente e instruida, que no esté familiarizada con estas cosas (que no tenga ningún conocimiento ni a favor ni en contra de la Trinidad) no puede llegar al conocimiento de la Trinidad con sólo leer la Biblia. Una persona no puede leer la Biblia y luego escribir nada como el credo de Nicea. Los cristianos sólo pueden llegar a la Trinidad por medio de la "eisegesis" (en contraste con lo que podríamos llamar "exégesis"). Los cristianos leen cosas en la Biblia que simplemente no están allí. Tienen una mentalidad de teología primero, en lugar de una mentalidad de Escritura primero. Los cristianos están tan decididos a hallar la Trinidad en la Biblia que leen un versículo como el de Isaías: "Santo, santo, santo es el Dios Todopoderoso al que yo alabo" y luego llegan a la conclusión de que, puesto que la palabra "santo" se menciona tres veces, ¡eso tiene que significar que hay una Trinidad! 

En el Qu'ran, la revelación final de Dios para la humanidad, hallamos la posición de Dios claramente expresada en varios pasajes elocuentes:

"... vuestro Dios es un solo Dios: quienquiera que espere encontrarse con el Señor, que haga justicia, y en la adoración de su Señor (Qu'ran 18:110).

"... no tomes, con Dios, otro objeto de culto, no sea que seas lanzado al infierno, culpable y rechazado". (Qu'ran 17:39).

" ... Yo soy tu Señor y Acariciador; por lo tanto, sírveme a mí (y no a ningún otro)" (Qu'ran 21:92).

¡Y sólo Dios sabe que es así! 

[5] Christian Theism, T&T, Clark, Edinburg, 1984, p. 38-39.

[6] "Deity of Christ", Zondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible, Vol. 2, Second ed., 1977, p. 88.

[7] "Trinity", Encyclopaedia Britannica, Vol. 11, p. 928.

[8] Collier´s Encyclopedia CD-ROM.

[9] Compton´s Encyclopedia CD-ROM.

[10] The New Catholic Encyclopedia, Volume XIV, p. 295.

[11] Como lo citó Muhammad Ata' Ur-Rahim, Op. Cit., p. 198.

[12] William Lutz, Doublespeak, Harper Perennial, New York, 1990, p. 5.

[13] J. Fortman, The Christian Trinity in History, St. Bede´s Publication, 1982, Introduction page.

[14] Muhammad ad Ata' Ur-Rahim, Op., Cit., p. 198.

[15] Lucas 4:8.

[16] Sura' Al-Maaidah (5):72.

[17] Sura' Al-Maaidah (5):73.

[18] Suzanne Haneef, What Everyone Should Know About Islam and Muslims, Library of Islam, 1985, pp. 183-184.

[19] T. W. Doane, Bible Myths and Their Parallels in Other Religions, p. 370.

[20] Ibid., pp. 375-376.

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