EL SABADISMO RE-EXAMINADO

Robert D. Brinsmead

Capítulo 4
Gálatas 4:10,11

Traducido de Gospel Outreach


Guardáis los días, los meses, los tiempos, y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros. Gálatas 4:10,11.

El libro de Gálatas es posiblemente la primera epístola que Pablo escribió. Una fecha plausible es aproximadamente el año 49 d. C. - justo antes de la conferencia de Jerusalén registrada en Hechos 15. Esto significaría que el libro fue escrito en Antioquia justo antes de que Pablo asistiera a la conferencia. Los cristianos de Jerusalén habían llegado a Antioquia arguyendo que, a menos que los creyentes gentiles se circuncidaran y vivieran en sujeción a la ley como los cristianos judíos, no podrían salvarse (Hechos 15:1). Algunos de estos cristianos judaizantes también habían ido a Galacia y persuadido a los conversos de Pablo de que debían circuncidarse y observar "los días, los meses, los tiempos, y los años" (Gálatas 4:10, cf. 5:2-3).

Pablo, que ya se ha involucrado en la controversia sobre la "ley" en Antioquia, se indigna cuando recibe el informe de que los agitadores cristianos judíos se habían infiltrado en las iglesias de Galacia. Su carta a los gálatas es su más vehemente defensa de su apostolado y de su evangelio. Se la ha llamado la Carta Magna de la libertad cristiana.

En el capítulo uno, Pablo defiende su apostolado. Declara que no había sido comisionado para que predicara por los apóstoles de Jerusalén, sino por Cristo mismo. Obviamente, los infiltrados habían atribuído superioridad a la iglesia de Jerusalén y a sus apóstoles. Sin duda argumentaban que, puesto que todos los apóstoles se habían circuncidado y observaban el calendario sagrado judío, ¿por qué no deberían los cristianos gálatas seguir su ejemplo?

En el capítulo 2, Pablo les dice a los gálatas que, cuando los cristianos judíos exigieron que su colaborador, Tito, se circuncidara, éste rehusó ceder a sus exigencias. En esto tenía el apoyo de los apóstoles de Jerusalén (Gálatas 2:2-5) . El incidente de Tito prueba que los infiltrados no estaban diciendo la verdad. Los apóstoles no habían decretado que los gentiles debían circuncidarse. Pablo procede luego a relatar el incidente de Antioquia, en el cual Pedro había sido lo bastante osado para hacer a un lado la ley y participar en camaradería con los gentiles en la misma mesa. Pero cuando estos hermanos de Jerusalén, más conservadores, y que venían "de parte de Santiago", llegaron a Antioquia, Pedro rompió su camaradería con los hermanos gentiles. Su ejemplo influyó para que otros judíos cristianos, incluyendo a Bernabé, hicieran lo mismo (Gálatas 2:11-13).

Pablo relata cuán molesto se sintió por esta hipocresía, y cómo reprendió a Pedro en su propia cara por una actitud que negaba el evangelio (Gálatas 2:14). En este contexto de confrontación con Pedro, Pablo luego se lanza a discutir el tema de la justificación por la fe aparte de las obras de la ley. Su punto es esencialmente que la ley no puede justificar a nadie delante de Dios, sino que sólo puede maldecir y condenar. Si cualquiera confía en la observancia de la ley para ser absuelto en el día del juicio, niega el evangelio y anula la muerte de Cristo (Gálatas 2:16-21). En este punto, hay dos cosas importantes que notar en el argumento de Pablo:

Pablo cambia su argumento, alejándose de la circuncisión en particular, y tratando la ley en general. Todas las partes en la disputa de la circuncisión entendían bien que la circuncisión era meramente una señal o símbolo de sujeción a la ley (Romanos 2:25; Gálatas 5:3). El verdadero punto en debate era si los creyentes gentiles debían o no someterse al yugo de la ley judía.

La palabra ley (nomos), que se usa repetidamente en Gálatas 2-4, es la contraparte griega de la palabra del Antiguo Testamento, Torah. No se refiere exclusivamente a la ley ceremonial, ni exclusivamente a la ley moral. Significa toda la ley o sistema legal que se le dio a Israel por medio de la administración mosaica (véase Gálatas 3:10-13, 17, 19, 24-25; 4:21-22, donde es manifiestamente imposible restringir el término "ley" a ceremonias o a preceptos éticos).

Hoy día podemos distinguir entre ley ceremonial y ley moral, y esta distinción puede ser teológicamente válida. Pero no debemos suponer que los hombres de los tiempos bíblicos usaban nuestras modernas formas de pensamiento. Para el judío, había 613 mandamientos en la Torah, y todos eran considerados deberes morales puesto que habían sido ordenados por Dios. En ninguna parte nos da Pablo una fórmula o una lista para informarnos cuáles leyes del Antiguo Testamento son morales, y cuáles son ceremoniales. (2) Gálatas 2-4 se ocupa del cuerpo de ley entero personificado en el sistema legal judío.

Hay dos razones de por qué es vital entender que Pablo abarca la ley como un todo:

Es esencial para su argumento sobre la justificación por la obra de Cristo solamente. Si suponemos que Pablo meramente tiene en mente la ley ritual, podríamos llegar a la conclusión de que, aunque la observancia de la ley ritual no juega ningún papel en nuestra aceptación por Dios en el día del juicio, la observación de la ley moral sí lo juega. (3) Pero no ganamos nada si huímos del oso del ritualismo sólo para encontrarnos con el león del moralismo.La salvación por un carácter bueno puede ser una forma más sutil de legalismo que la salvación por el ritualismo. Al usar la palabra ley para incluir a toda la ley, Pablo excluye todo legalismo.

El uso totalizado de la palabra ley es vital en el enfoque entero que Pablo hace de la ética cristiana. Aparentemente, los infiltrados de Jerusalén creían que podían ser selectivos con la ley. Pero Pablo era un teólogo demasiado lógico y demasiado bueno para permitir esto. Hasta su adiestramiento rabínico le había enseñado que la violación de una parte de la ley era una violación de toda la ley. (4) Sabía que la ley pronuncia una maldición sobre los que dejan de observarla en su totalidad:

"Todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, porque escrito está: Maldito todo aquél que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas" (Gálatas 3:10). Puesto que la circuncisión es una señal de haber aceptado el yugo de la ley, Pablo enfatiza su punto con lógica implacable: "Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley" (Gálatas 5:3). Si hay que guardar la ley, hay que guardarla en su totalidad -- todo o nada. El otro lado del argumento es igualmente válido. Si cualquier parte de la ley queda abolida, toda ella queda abolida -- nuevamente todo o nada. (5)
Sin duda, los infiltrados de Jerusalén habían insistido en la reverencia por la ley basándose en su gran antigüedad. ¿No fue dada en Sinaí al nacimiento de la nación hebrea? Sin embargo, Pablo enfrenta este argumento mostrando que su evangelio puede reclamar para sí aún mayor antigüedad. "El evangelio", dice, fue "anunciado...a Abraham de antemano", 430 años antes de que se diera la ley (Gálatas 3:8,17). Además, la herencia estaba basada en una promesa de gracia, más bien que en una recompensa por guardar la ley (Gálatas 3:16-18; cf. Romanos 4:13-16).

Naturalmente, surge la pregunta: ¿Por qué era necesaria la ley en absoluto si el pacto, si el pacto de la promesa era completo 430 años antes de que comenzara la dispensación de la ley? Pablo responde que la ley fue una medida temporal y de urgencia y hasta que viniera la edad mesiánica:

Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las  transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.

¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Mas la escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo. - Gálatas 3:19-25.

Aún como rabino, Pablo había aprendido que la era de la ley habría de ser sucedida por la era del Mesías. (6)
Si los "días del Mesías" han comenzado, los días de la Torah han llegado a su fin. Por otra parte, si la Ley, la Torah,  todavía conservara su validez, entonces se proclamaría que el Mesías no había llegado. (7)
En Gálatas 3:24, Pablo compara la ley al griego paidagogos, que se traduce de varias maneras, como "ayo", "tutor", "custodio", "guardián". No todos estos términos reflejan  con exactitud el significado de paidagogos. En un excelente ensayo sobre "La Ley como Paidagogos", J. M. MacGroman dice:
El término representa una combinación de dos palabras griegas: pais, que significa "muchacho", y agogos, que significa "conductor". Así, paidagogos significa literalmente "el que conduce a un muchacho". Designaba al hombre, generalmente un esclavo de la casa, al cual el padre, en la sociedad grecorromana, confiaba la crianza de su hijo. Acompañaba al muchacho dondequiera que éste iba, ocupándose de sus necesidades, y era su guía y su protección. Ejercía constante supervisión sobre él desde la niñez hasta la madurez, y tenía autoridad para administrar disciplina según fuera necesario. Llevaba el muchacho al maestro (didaskalos), pero él mismo no era el maestro. A. W. F. Blunt indicaba que el paidagogos generalmente era representado en jarrones y objetos semejantes con una vara en la mano. En una situación escolar, esto garantizaba que el muchacho tuviera la mente puesta en el aprendizaje. La tarea del paidagogos era asegurarse de que el muchacho pasara los años entre la niñez y la adultez de tal manera que estuviera listo para ocupar su lugar en la sociedad como persona madura y responsable. (8)
MacGorman continúa mostrando esto en uno de los diálogos de Sócrates:
El paidagogos era el esclavo a quien el hombre pudiente había encargado su hijo. Habría de continuar con esta responsabilidad hasta que el hijo alcanzara el nivel deseado de madurez y sabiduría. No era el maestro, sino que más bien llevaba al muchacho a su maestro (didaskaloi). Sin embargo, esta tarea no debería ser exagerada hasta oscurecer el hecho de que ejercía una supervisión general del muchacho.

No hay ninguna palabra en español que traduzca paidagogos adecuadamente, porque en nuestra cultura nadie lleva a cabo esta función. Las alternativas son, o transliterar la palabra con una breve explicación marginal, o conformarse con algún término funcionalmente descriptivo que será sólo una aproximación. Si se elige este último curso de acción, debería dársele preferencia a los términos que tengan que ver con custodia (por ejemplo, "custodio", "guardián", "asistente"), más bien que términos educativos (por ejemplo, "maestro, "tutor", "instructor", o hasta "pedagogo").

No sólo parece esto más en consonancia con el papel del paidagogos en la antigua sociedad grecorromana, sino que también es apoyado por el contexto inmediato en Gálatas. Pablo escribió en Gálatas 3:23: "Pero antes que viniera esta fe, estábamos detenidos por la ley, confinados para la fe que habría de ser revelada" (traducción del autor). El verbo traducido como "estábamos detenidos" (phroureo) se usó en Filipenses 4:7 con el significado de "mantener bajo guarda" en un sentido protector. Pero aquí significa "detener" en el sentido de retener bajo arresto. Esto queda confirmado por el siguiente participio, "estando encerrados" (sugkleio menoi), que en el Nuevo Testamento ocurre sólo en un sentido restringido. Así, Pablo enseñaba que, antes de que viniera Cristo, ellos estaban encerrados bajo la custodia de la ley. Fue en relación con esto que él introdujo la analogía del paidagogos para representar la función de la ley (Gálatas 3:24-25).

Encontramos apoyo adicional para esta interpretación en Gálatas 4:1-7, donde Pablo comparó la ley con los guardianes y los fideicomisarios designados para la custodia de un menor de edad. Aunque destinado a recibir la herencia plena en el momento edstablecido por el padre, el hijo no se diferenciaba en nada de un esclavo durante los años de su minoría de edad. Nuevamente en la aplicación analogía a la historia de la redención, la venida de Cristo marcaba el fin de la guarda de la ley: "Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos" (Gálatas 4:4-5). Bertram añade: "La calidad de hijos al lado del Padre es bien diferente de la dependencia hasta del mejor pedadogo".

¿Y qué decir de la ley en la actualidad? Ha cumplido su propósito noblemente. Los que han sido justificados por fe en Cristo, los que han entrado en posesión de la herencia plena como hijos, ya no tienen necesidad de la custodia restrictiva de la ley. El intento de los judaizantes de extender el ejercicio del paidagogos más allá de la venida de Cristo había de perder de vista la condición provisional y la función preparatoria de la ley. Habría de anular la gracia de Dios y hacer que la muerte de Cristo en la cruz quedara sin significado alguno. (Gálatas 2:21) (10)

Mientras Gálatas 3:24 asemeja la naturaleza temporal de la ley a la de un paidagogo, Gálatas 4:1-7 la compara con la de los guardianes y fideicomisarios de un niño pequeño:
Pero también digo: Entretanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.
De la misma manera que nosotros debemos gobernar y disciplinar a nuestros niños pequeños por medio de toda clase de reglas y reglamentos ("Acostarse no más tarde de las nueve", "No salir del patio a menos que nos digas a dónde vas", "Comerte todos tus vegetales antes del postre", etc.) la joven nación hebrea, designada como el hijito de Dios (Oseas 11:1-4), tenía que ser gobernada y disciplinada por medio de toda clase de reglas y reglamentos arbitrarios establecidos por Moisés. Pablo dice que esta sujeción a la ley era una especie de "esclavitud bajo los principios básicos del mundo" (Gálatas 4:3). La palabra traducida como "rudimentos" viene de la palabra griega stoicheia, que significa "rudimentos". Evidentemente, la Nueva Versión Internacional [en inglés] interpreta esta expresión como reglamentos elementales, reglas rudimentarias, el ABC, o  materias de kindergarten. (11) La ley mosaica obligaba al judío con reglamentos sobre alimentos  y bebidas, días santos, días de fiesta, lugares de culto, la siembra y la cosecha, solicitud de préstamos, y devolución de préstamos. Lutero hasta dice que Moisés "llega tan lejos que algunas de las recetas han de ser consideradas como tontas e inútiles". (12) Quizás este comentario es demasiado áspero, pero la estimación de Pablo de las restricciones de la ley no es mucho mejor. En Gálatas 4:9, se atreve a llamarlos "débiles y pobres stoicheia" [rudimentos].

Por supuesto, todo esto era una bofetada para los infiltrados cristianos judíos y sus chocheantes oyentes. Sin duda, los falsos maestros presentaban su "evangelio" de sujeción a la ley como la enseñanza avanzada para los que querían continuar hacia la perfección (Gálatas 3:3). Pero Pablo se burla de esto diciendo que es regresar a la clase de los bebés. Él ya les había llevado a la avanzada enseñanza del evangelio, que les llamaba a la libertad y a la responsabilidad de de ser hijos crecidos, pero ahora querían regresar a los reglamentos adecuados para infantes. Luego Pablo hace una asombrosa afirmación, que ha dejado perplejos a algunos comentaristas y lanzado a otros fuera del correcto camino exegético. "¿Cómo es que", pregunta el apóstol a sus conversos, "os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis  volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos, y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros" (Gálatas 4:9-11). Antes de su conversión, los gálatas no eran judíos, sino paganos. Por lo tanto, algunos comentaristas han llegado a la conclusión de que Pablo los acusa, no de aceptar los reglamentos mosaicos, sino de volver a sus prácticas paganas. Pero esto es inconsistente tanto con el contexto de Gálatas 4 como con el alcance entero de la epístola. Los falsos maestros eran cristianos judíos que insistían que los gálatas deberían sujetarse a las instituciones judías antes que a las paganas.La sugerencia de que Gálatas 4:10 se refiere a los días especiales de las festividades paganas ha sido generalmente desacreditada, y con razón, entre los eruditos bíblicos. Por ejemplo:

Por cuanto el argumento de Pablo está dirigido enteramente contra el judaísmo, se supone que los días se refieren a los días sábado, los meses a los días de la luna nueva, los tiempos a los días de fiesta judíos, y los años al año sabático y al jubileo. (13)

Los términos usados (en Gálatas 4:10) se refieren a las leyes mosaicas. (14)

No hay razón para discrepar con el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento cuando dice que los "días" de Gálatas 4:10 "son, en primer lugar, sábados, aunque incluyen otros días también, por ejemplo, el Día de Expiación. (15)

Hay una razón final y obligante para creer que Gálatas 4:10 se está refiriendo a las leyes sabáticas judías. Gálatas 4:10 y su contexto son similares a Colosenses 2:16 y a su contexto. Ambas epístolas tratan del problema de los intrusos cristianos-judíos. En ambos pasajes, Pablo se burla de la sumisión a los "stoicheia del mundo" (Gálatas 4:3; Col. 2:20). Y en ambos pasajes él habla de la observancia de los días, los meses, y los años.

Gálatas 4:3,10 Stoicheia del mundo ... días, y meses, y tiempos, y años especiales.

Colosenses 2:16,20 ... un festival religioso [anual], una celebración de la luna nueva [mensual] o un día de sábado [semanal] ... stoicheia de este mundo.

Pero, ¿cómo puede Pablo acusar a los gálatas de regresar a la esclavitud pagana, cuando ellos no tenían la intención de regresar a la observancia de festivales paganos, sino avanzar a la observancia de las leyes mosaicas dadas por Dios? Pablo discierne la identidad entre la esclavitud de los judíos a los reglamentos mosaicos (Gálatas 4:3) y la esclavitud de los gentiles a los reglamentos paganos. Tanto judíos como paganos estaban en esclavitud bajo los stoicheia de este mundo, y ambos necesitaban ser redimidos de esta "débil y pobre" servidumbre.

Pero nuevamente se interpone la pregunta: ¿Cómo puede decir Pablo que la observancia de los reglamentos judíos dados por Dios es equivalente a la observancia de los reglamentos paganos? En  los siguientes comentarios, trataremos de recapturar la fuerza del pensamiento de Pablo.

El hombre pagano era incurablemente supersticioso porque era incurablemente religioso. La suya era una religión de tabúes sobre comidas y bebidas, sobre días y lugares - todos ellos elementos carnales, externos, y pueriles (stoicheia) de este mundo. Tenía sus sacrificios, sus ritos supersticiosos, sus altares santos, sus días de buena y de mala suerte, sus augurios, sus aflicciones corporales, y sus recetas inútiles para el mejoramiento moral o la manipulación de los dioses. Dios sabía que  el judío no era mejor. En su inmadurez pecaminosa, estaba también incurablemente entregado a ritos externos, altares visibles, ejercicios corporales, tabúes sobre los alimentos, y días de los acuales se había decidido que eran buenos o malos por el movimiento arbitrario de los cuerpos planetarios. Así que Dios tomó a los judíos donde estaban y les dio reglamentos que eran una concesión a la etapa infantil de su desarrollo. Puesto que ellos debían tener stoicheia visibles, carnales, y externos de este mundo, Dios les dio rituales, sacerdotes espléndidamente ataviados, altares, un templo, incienso, sacrificios, reglamentos sobre las comidas y las bebidas, así como un detallado calendario sagrado. Pero Dios quiso consagrar estas cosas para que se convirtieran en ordenanzas para recordar sus poderosas acciones y para que fueran sombra de su salvación venidera en Cristo. Sólo eran "débiles y pobres stoicheia", "reglamentos externos aplicables sólo hasta cuando llegara el nuevo orden" (Hebreos 9:10), o, como decía Pedro, "un yugo que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido llevar" (Hechos 15:10). La ley de Dios, administrada por Moisés, era una medida temporal y de urgencia, un paidagogos, stoicheia de este mundo, para preparar a un pueblo para la nueva era del evangelio.

¿Qué son estos "débiles y pobres rudimentos" a los cuales se sujetaban los cristianos gálatas? Pablo menciona algunos de ellos en Gálatas 4:10: "Guardáis los días, los meses, los tiempos, y los años". En Gálatas 5, el apóstol hace sonar la campana de la libertad: "Cristo nos hizo libres ... No estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud", apela a los gálatas (Gálatas 5:1). Este yugo es la sujeción a la ley, de la cual sujeción es señal la circuncisión (Gálatas 5: 1,3; comp. con Hechos 15:10). Luego el apóstol hace esta gran declaración, que expresa toda la suma y la substancia del deber cristiano: "Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor" (Gálatas 5:6).

La fe y el amor lo son todo - son el todo del hombre. Este tema es reiterado por doquier en las espístolas de Pablo (Efesios 1:15; Colosenses 1:4,5; 1 Tesalonicenses 1:3; 3:6; 2 Tesalonicenses 1:3; 1 Timoteo 1:14; 2 Timoteo 1:13). Esta es la verdadera ley tras de la ley. Es la ley eterna tras la ley de Moisés. Quienquiera que entienda a Moisés sabe que el verdadero propósito de la ley es hacer que prevalezcan la fe y el amor. Lutero es lo bastante osado como para decir que todas las leyes deberían ser quebrantadas si entran en conflicto con las exigencias de la fe y el amor - y hasta da ejemplos del Antiguo Testamento para mostrar que algunas veces "reyes, sacerdotes, y dirigentes populares a menudo transgreden atrevidamente las leyes, exigidos por la fe y el amor" (16).

A veces, esta ley eterna detrás de la ley temporal puede vislumbrarse en la enseñanza de los profetas. A menudo se burlan del externalismo de la religión de Israel y llaman a una religión verdaderamente espiritual, del corazón. Pero lo que sólo se sugiere en los profetas irrumpe con transparente claridad en la nueva era del evangelio. Fe en la obra de Dios en favor nuestro en Cristo, y amor por nuestro prójimo, es todo lo que Dios jamás requirió. Esto es lo que Él estaba tratando de inculcar hasta en el sistema legal dado a los judíos. Los pecados del Nuevo Testamento son de dos clases -- pecados contra la fe (Romanos 14:23) y pecados contra el amor (Santiago 4:17).

El apóstol Pablo también nos dice que los mandamientos de Dios consisten en la fe en Cristo Jesús y el amor de los unos para con los otros. Cuando Jesús instituyó  la cena del nuevo pacto con sus discípulos, les explicó lo que se esperaba de ellos. Así como Moisés escribió lo que se requería del pueblo en un libro antes de sellarlo con sangre, así también Jesús bosquejó lo que se requería de su pueblo antes de sellar el nuevo pacto con su sangre. (17) La participación en el cuerpo y la sangre de Cristo exige esencialmente dos cosas: "Creéis en Dios; creed también en mí... Amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Juan 14:1; 15:12). Y en su epístola, Juan dice: "Este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado" (1 Juan 3:23). Juan advierte a la iglesia que el espíritu del anticristo es negar a Cristo y aborrecer al hermano (1 Juan 2) -- es decir, pecar contra la fe y el amor.

Luego, en Gálatas 5, Pablo procede a expresar su gran paradoja cristiana acerca de la libertad de la fe y la servidumbre del amor: "Porque vosotros, hermanos, a libertad fuísteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros" (Gálatas 5:13). A los gálatas se los anima a concentrarse en el amor, porque evidentemente la preocupación de ellos por los reglamentos externos les había alejado de lo que hemos llamado la verdadera ley detrás de la ley. Por eso, Pablo dice:

Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.

Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiéreis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. -- Gálatas 5:14-23.

Luego, en el capítulo 6, el apóstol usa la palabra "ley" de una manera completamente nueva. A través de toda la epístola, "ley" se ha usado principalmente en un sentido negativo. Pablo reprende a los gálatas por querer estar bajo la "carga" de ella. Ahora señala a los gálatas la dirección de una carga mejor: "Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo" (Gálatas 6:2). La antigua ley es un yugo imposible de llevar (Hechos 15:10; Gálatas 5:1), pero  la nueva ley de Cristo es un yugo fácil y ligera su carga (Mateo 11:30).

A primera vista (y en realidad al nivel en el que Pablo tiene que dirigirse a los tontos gálatas) hay un gran contraste entre la ley de Moisés y la ley de Cristo. Sin embargo, esto es sólo a causa del velo que está puesto sobre el corazón cuando se lee a Moisés (2 Corintios 3:15). Los profetas sabían que el verdadero espíritu y el verdadero propósito de Moisés eran justicia, misericordia, y fe. La dispensación del evangelio, con su nuevo mandamiento (1 Juan 2:7), realmente no es el repudio de la dispensación legal, sino su cumplimiento (Mateo 5:17; Romanos 3:31, 8:4; Gálatas 5:14).

Resumen

El sabadista no encontrará ningún apoyo en el libro de Gálatas. Ni puede derivar ningún consuelo del supuesto argumento del silencio. Como hemos visto, Gálatas no guarda silencio acerca de imponer la observancia obligatoria de los días (cualquier día) sobre la conciencia de la gente. Las leyes sabáticas son parte del sistema legal judío, que Pablo designa simplemente como "la ley". (18) La circuncisión es la señal de haber tomado el yugo de la ley - toda la ley. No puede haber selectividad con este corpus  llamado "la ley". O la administración mosaica es obligatoria por entero, o ninguna parte de ella es obligatoria. Pablo es claro sobre cuál opción él toma. La era de la ley ha sido reemplazada por la era del Mesías. La dispensación de la ley era una medida de urgencia, temporal y preparatoria. La sujeción a ella era una forma de esclavitud necesaria para el joven pueblo de Dios, pero contraria a la voluntad de Dios para los hijos maduros y completamente crecidos mediante la llegada del evangelio. La observancia de los días, los meses, y los años del calendario judío (o, si viniera al caso, de cualquier calendario), como si ésto fuera de alguna manera necesario para la justificación en el día del juicio, es una negación del evangelio y una forma de esclavitud bajo "los débiles y pobres rudimentos".

La fe y el amor son todo lo que Dios requiere. Por supuesto, el Nuevo Testamento da instrucciones concretas sobre el significado de la fe y el amor a la luz de la muerte y la resurrección de Cristo, pero en ninguna parte indica que la fe y el amor significan adhesión a la letra de las leyes sabáticas del Antiguo Testamento.


Notas:

(1) Este es esencialmente el significado de "justificación" -- en Pablo. Es una palabra escatológica que se relaciona con el veredicto de absolución el día del juicio (Romanos 2:13). Los creyentes tienen esta absolución futura en la actualidad por medio de la fe (Mateo 12:36,37; Juan 5:24).

(2) Es difícil analizar la ley de Moisés en la suposición de que debemos distinguir cuáles leyes son ceremoniales y cuáles son morales. Tal procedimiento conduce a interminables argumentos sobre leyes alimentarias, leyes sabáticas, leyes sobre los diezmos, etc. Pablo advirtió a Tito contra "necias controversias ... y contenciones  y discusiones acerca de la ley" (Tito 3:9).

(3) Debemos recordar que la justificación no es meramente una cuestión de iniciación cristiana, sino el veredicto de aceptación en el día del juicio.

(4) Véase de F. F. Bruce, Paul: Apostle of the Heart Set Free, p. 51.

(5) "Uno no podría escoger a voluntad entre las ordenanzas de la ley: era todo o nada. La ley pronunciaba una maldición explícita sobre cualquiera que dejara de cumplirla en su totalidad. (Ibid., p. 181).

(6) Véase ibid., pp. 70, 181, 190.

(7) L. Baeck. "The Faith of Paul", Journal of  Jewish Studies 3 (1952): citado en ibid., p. 70.

(8) J. W. MacGorman, "The Law as Paidagogos: A Study of Pauline Analogy", in Huber L. Drumwright y Curtis Vaughan, eds., "New Testament Studies", p. 106.

(9) Ibid., p. 108.

(10) Ibid., p. 110.

(11) Stoicheia puede que se refiera simplemente a elementos como comidas, lugares, tiempos (el calendario y el movimiento de los planetas), etc.

(12) Martin Luther, "Prefaces to the Old Testament", Luther´s Works, 35:239.

(13) Herman N. Ridderbos, The Epistle of Paul to the Churches of Galatia, p. 162. Véanse también sus comentarios en la nota 6.

(14) R. C. H. Lenski. The Interpretation of St. Paul´s Epistles to the Colossians, to the Thessalonians, to Timothy, to Titus, and to Philemon, p. 213.

(15) Eduard Lohse, art. "The Sabbath in the New Testament", in Gerhard Friedrich, ed., Theological Dictionary of the New Testament, 7:30, nota 232.

(16) Luther. "Prefaces to the Old Testament", p. 240.

(17) Gran parte del discurso final de Cristo a sus discípulos, registrado en Juan 13-16, está tomado de los capítulos finales de Deuteronomio. Las palabras de Jesús recuerdan la renovación del pacto que hizo Moisés con el pueblo antes de morir. Juan 13-16 es, por lo tanto, relativo al pacto. Aquí se presentan los términos del nuevo pacto.

(18) No aparece ninguna ley sabática antes del tiempo del Éxodo y la entrega del pacto a Israel.


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