EL ESCÁNDALO DE
LA JUSTICIA DE DIOS
PARTE 1

Robert D. Brinsmead

1983

Traducido de VERDICT

Introducción

La superioridad lingüística,
la importancia y el significado
de la palabra "justicia".

Resolución de una aparente
anomalía en la justicia de Dios.

Notas y referencias


Introducción

"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos", dijo Jehová. "Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos". -- Isa. 55:8, 9.

Quizás nada ilustra mejor este pasaje de las Escrituras que el concepto bíblico de justicia.

La justicia de Dios es tan contraria a la idea que el hombre tiene de la justicia que, con frecuencia, la justicia de Dios toma al hombre por sorpresa. La justicia de Dios es tan asombrosa que, a menudo, deja hasta a su propio pueblo profundamente avergonzado y ofendido. Lutero reconocía que, al principio, no lograba entender el evangelio de Pablo porque no entendía lo que el apóstol quería decir cuando decía que el evangelio revelaba la justicia de Dios (Rom. 1:17).

El concepto que el reformador tenía de la justicia de Dios estaba tan influido por el pensamiento latino u occidental que no conseguía entender por qué la justicia de Dios le hacía cantar y gritar de gozo. La Reforma nació cuando Lutero comenzó a entender el lado sorprendentemente bondadoso de la justicia de Dios. (1) Durante los cuatrocientos años siguientes, el protestantismo hizo poco para desarrollar el concepto novedoso que Lutero tenía de la justicia de Dios.

La teología protestante tradicional estaba controlada más por los puntos de vista occidentales sobre la justicia que por la justicia que Dios ha revelado en el evangelio de su Hijo. Antes que permitir que la justicia de Dios redefina radicalmente la manera en que entendemos la justicia, por lo general hemos deformado la Biblia con nuestras propias ideas.

En esta investigación del significado de justicia, no nos ocupamos de aspectos teológicos secundarios en disputa. Apuntamos al corazón de los sistemas teológicos del cristianismo occidental. Cuestiones tales como el carácter de Dios, el significado de la expiación, y la naturaleza de la ética cristiana giran alrededor del concepto bíblico de justicia.

La superioridad lingüística, la importancia y el significado de la palabra "justicia".

El idioma inglés tiene un grupo de palabras, cuyos equivalentes en español incluyen: recto, rectitud, a derecho, y otro grupo, que incluye: justo, justificación, y justificar. El primer grupo se deriva del anglosajón [righteous, righteousness], mientras el segundo se deriva del latín. La palabra rectitud se reserva generalmente para hablar de la iglesia y de Dios. Se usa la palabra justicia cuando se discuten temas de debate concretos sociales y políticos en la tierra. (2)

Estas diferencias lingüísticas tienden a oscurecer el hecho de que la Biblia no usa una palabra para rectitud y otra para justicia. Ni tampoco lo hace la mayoría de los idiomas hoy día. (3) El Antiguo Testamento (AT) tiene una palabra, sadaq, tanto para rectitud como para justicia. El griego del Nuevo Testamento (NT) también tiene una palabra, dikaiosune. De esta manera, "justicia es rectitud y rectitud es justicia". (4)

Por lo general, la Versión Católica Romana Douay de la Biblia traduce la palabra sadaq en el AT y la palabra dikaiosune en el NT como "justicia", mientras la versión protestante King James por lo general las traduce como "rectitud" [righteousness].

La palabra justicia jamás aparece en la versión King James del NT, mientras que la palabra rectitud rara vez se encuentra en la Versión Douay.

Los diccionarios bíblicos católicos por lo general prefieren discutir sadaq y dikaiosune bajo el encabezamiento de "justicia", mientras que los diccionarios protestantes prefieren "rectitud".

Por las siguientes razones, sugerimos que la palabra justicia es preferible a la palabra rectitud cuando se traduce del hebreo y del griego:

  1. Rectitud se ha vuelto demasiado "eclesiástica" y del otro mundo. Justicia es una palabra que la gente común entiende y usa en su existencia terrenal concreta. La Biblia habla en el lenguaje de la gente común, más bien que en el vocabulario esotérico del erudito.
  1. La rectitud tiende a transmitir una piedad celestial que carece del robusto llamado terrenal a una ética social concreta que se halla en los profetas del Antiguo Testamento.
  1. Cuando la palabra justicia reemplaza a rectitud, los textos familiares a menudo tienen más impacto. Algunos se vuelven bastante alarmantes. Por ejemplo, la apelación del salmista a favor del perdón basándose en la justicia de Dios (Sal. 51:4) parece contradecir nuestra asociación de la justicia de Dios con el dar a una persona lo que se merece. La palabra justicia tiende a ser más aterradora que rectitud, pero el terror es necesario a menudo para traer vida a la Biblia.
  1. Cuando usamos la palabra justicia más bien que rectitud, no estamos tan propensos a pasar por alto el hecho obvio de que las palabras bíblicas justificar y justificación son simplemente variantes gramaticales de la palabra justicia. Como ha dicho A. E. McCrath: "El concepto de justificación está inextricablemente unido al de justicia, tanto lingüística como teológicamente".
  1. En el idioma hebreo, por ejemplo, justificar es simplemente la forma verbal de la palabra sadaq (justicia), es decir, significa hacer justicia o hacer que se haga justicia a o para un propósito. La importancia de la justicia (sadaq) es discutiblemente la mayor en el Antiguo Testamento que describe el carácter y la actividad de Dios (véase 2 Crón. 12:6; Neh. 9:8; Sal. 7:9; 103:17; 111:3; Jer. 9:24; Dan. 9:14; Sof. 3:5; Zac. 8:8). Es también la sola palabra más apropiada que distingue al pueblo de Dios del resto de la humanidad. No hay absolutamente ningún concepto en el Antiguo Testamento con un significado tan central para todas las relaciones de la vida humana como el de [sadaq-justicia].
  1. La rectitud [justicia] .. es para los hebreos el carácter fundamental de Dios.
  1. La justicia es el corazón de la teología bíblica. Es central al mensaje de la Biblia. Por lo tanto, nuestra interpretación de la justicia de Dios afectará nuestro punto de vista sobre la expiación, las últimas cosas, la iglesia, y la naturaleza de la existencia cristiana. Si cambiamos radicalmente nuestro concepto de la justicia - y ése es el propósito de este ensayo - tenemos que cambiar radicalmente nuestro concepto de la expiación, la iglesia, y la vida cristiana. El significado básico de la justicia: Aunque el concepto bíblico de justicia tiene muchas facetas, nos proponemos aislar el significado básico de la palabra sadaq en el Antiguo Testamento. La mayoría de los eruditos hoy día advierte contra la idea de inyectar la idea occidental de justicia en la palabra sadaq en el Antiguo Testamento. La igualdad entre la interpretación hebrea y la interpretación occidental de la justicia está implícita con frecuencia en las obras teológicas: sin embargo, esta suposición es completamente insostenible, y debe ser rechazada.
  1. La rectitud [justicia], como se entiende en el Antiguo Testamento, es un concepto enteramente hebraico, extraño a la mente occidental, y en desacuerdo con la interpretación común del término.
  1. Un lector del siglo XX que encuentre la palabra rectitud [justicia] en textos semíticos siempre debe tener cuidado de ajustar su pensamiento y no poner este término en las categorías a las que nuestra palabra justicia nos ha acostumbrado.
  1. Parece haber un consenso entre los eruditos del Antiguo Testamento de que sadaq tiene dos significados básicos (que son dos aspectos de una idea): 1. Sadaq tiene que ver con relaciones. La mayoría de los eruditos ahora siguen a von Rad, que dice que sadaq "es cien por ciento un término que denota relación";
  1. es decir, lealtad a una relación. Así, E. R. Achtemeier dice: En el Antiguo Testamento, la rectitud [justicia] es el cumplimiento de las demandas de una relación, ya esa esa relación con los seres humanos o con Dios. Cada ser humano es puesto en una multitud de relaciones: el rey con el pueblo, el juez con los querellantes; los sacerdotes con los adoradores; el hombre común con la familia; el miembro de la tribu con la comunidad; la comunidad con los extranjeros residentes y los pobres, y todos con Dios. Y cada una de estas relaciones trae consigo demandas específicas, cuyo cumplimiento constituye la rectitud. Puede que las demandas difieran de una relación a otra: la rectitud en una relación puede ser no rectitud en otra. Además, no hay ninguna norma de rectitud fuera de la relación misma. Cuando Dios o el hombre cumple las condiciones impuestas sobre él por una relación, Dios o el hombre es, en términos del AT, recto.
  1. Cuando una parte cumple las demandas de una relación, esa parte se conforma a lo que debe ser. Entonces existe un estado de sadaq (justicia). Por esto, sadaq "concierne al 'correcto orden de las cosas' -- es decir, el correcto ordenamiento del mundo de acuerdo con la divina intención".
  1. Por esta razón, algunos eruditos dicen que la justicia es conformidad con el orden creado de las cosas. Cuando hasta los pesos y las medidas son fieles a lo que deben ser, se dicen que son sadaq, es decir, justos (Lev. 19:36; Eze. 45:10). Cuando los sacrificios son lo que deben ser, también se dice que son sadaq (Sal. 4:5; 51:19). La justicia en los poderosos actos de Dios. La revelación especial de Dios no tiene lugar en la naturaleza -- sus obras creadas -- ni en proposiciones abstractas sobre sí mismo, ni en difusas experiencias místicas de lo divino.
Por lo que concierne a la Biblia, la revelación especial de Dios tiene lugar en la historia. La historia es el material de la revelación. Dios es revelado por medio de sus poderosos actos en la historia. El Antiguo Testamento es un registro de los poderosos actos de Dios. El suceso más dominante en la historia de Israel fue el Éxodo. Por lo que concernía a Israel, Dios era "quienquiera que fuese" que sacó a Israel de Egipto.

El poderoso acto del Éxodo demostró quién era Dios, cómo era en el pasado, cómo es en el presente y cómo será en el futuro. En el Antiguo Testamento, el verdadero culto a Dios -- es decir, dar a Dios su mérito -- consiste en recitar o enumerar los poderosos actos de Dios, especialmente relatar lo que Dios hizo en el Éxodo. Así:

¡Aclamen alegres a Dios, habitantes de toda la tierra! Canten salmos a su glorioso nombre, ¡ríndanle gloriosas alabanzas! Díganle a Dios: "¡Cuán imponentes son tus obras! Es tan grande tu poder que tus enemigos mismos se rinden ante ti. Toda la tierra se postra en tu presencia, y se cantan salmos; cantan salmos a tu nombre". Selah ¡Vengan y vean las proezas de Dios, sus obras portentosas en nuestro favor! Convirtió el mar en tierra seca, y el pueblo cruzó el río a pie. ¡Regocijémonos en él! Sal. 66:1-6 (NVI).

La palabra bíblica que más adecuadamente y con mayor frecuencia resume los poderosos actos de Dios es la palabra sadaq (justicia). En estos actos, la justicia de Dios se hace pública para que todo el mundo la vea.

Todo el día proclamará mi boca tu justicia y tu salvación, aunque es algo que no alcanzo a descifrar. Soberano Señor, relataré tus obras poderosas, y haré memoria de tu justicia, de tu justicia solamente. Tú, oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y aun hoy anuncio todos tus prodigios". Sal. 71:15-17.

Grande es el Señor, y digno de toda alabanza: su grandeza nadie la podrá medir. Una generación recomendará tus obras a otra; hablarán de tus poderosos actos. Contarán del glorioso esplendor de tu majestad, y meditaré sobre tus maravillosas obras. Contarán del poder de tus impresionantes obras, y proclamaré tus grandes obras, y celebrarán tu abundante bondad y cantarán con gozo de tu rectitud [sadaq-justicia]. Sal. 145:37; véase también Jueces 5:11; 1 Sam. 12:7; Sal. 19:24; 48:10; 71: Isa. 51:5-12; 56:1; Miqueas 6:4, 5.

Al examinar estos y muchos otros pasajes que testifican de la justicia de Dios en sus poderosos actos, un hecho sobresale por su notable repetitividad:

La justicia de Dios está asociada a sus actos de salvación y liberación, y a sus obras de misericordia y perdón. Justicia = Salvación.

En tu [sadaq-justicia], líbrame. Sal. 31:1.

Todo el día proclamará mi boca tu justicia [sadaq] y tu salvación. Sal. 71:15.

Mi justicia [sadaq] no está lejana; ... mi salvación ya no tarda. Sal. 46:13.

Ya se acerca mi justicia [sadaq], mi salvación está en camino; ¡mi brazo juzgará a las naciones! Isa. 51:5.

Porque él me vistió con ropas y me cubrió con el manto de la justicia [sadaq]. Isa. 61:10.

En 1 Samuel 12:7-12, la justicia de Dios claramente significa sus obras de salvación en la liberación de Israel (véase también Jueces 5:11). Justicia = misericordia y perdón. Ten misericordia de mí, oh Dios ... borra mis transgresiones ... Líbrame de derramar sangre, Oh Dios, el Dios que me salva, y mi lengua cantará de tu justicia [sadaq]. Sal. 51:1, 14.

Justicia = liberación del oprimido. Quizás la justicia de Dios es más prominente en los pasajes de la Escritura que hablan de la liberación de los oprimidos. Por ejemplo:

El Señor reina para siempre; ha establecido su trono para juicio. Juzgará al mundo en rectitud; gobernará a los pueblos con justicia. El Señor es refugio para el oprimido, fortaleza en tiempo de angustia. Sal. 9: 7, 9.

El Señor es rey eterno; los paganos serán borrados de su tierra.  Tú, Señor, escuchas la petición de los indefensos, les infundes aliento y atiendes su clamor. Tú defiendes al huérfano y al oprimido, para que el hombre, hecho de tierra, no siga ya sembrando el terror. Sal. 10:16-18.

Tú libras de los poderosos a los pobres; a los pobres y necesitados libras de aquellos que los explotan. Sal. 35:10.

El Señor hace sadaq [justicia] y mishpat [juicio] a los oprimidos. Sal. 103:6. Él defiende la causa del oprimido y alimenta al hambriento, libera a los prisioneros, da vista a los ciegos, sostiene a los agobiados,  ama a los justos.

El Señor protege al extranjero y sostiene al huérfano y a la viuda, pero frustra los planes de los impíos. Sal. 146:9.

El Antiguo Testamento nunca se cansa de recitar la obra de Dios al librar a los esclavos hebreos oprimidos en Egipto. Este acontecimiento marcó para siempre a la justicia de Dios como la que ejecuta la liberación de todos los oprimidos. (Sal. 103:6).

Si podemos anticipar el Nuevo Testamento aquí, indicaríamos simplemente que la resurrección es el acontecimiento preeminente que prueba que la justicia de Dios obra la liberación de todos los oprimidos. Jesús fue el hombre más oprimido que jamás vivió. La opresión de todo hijo y toda hija de Adán se resumió en él. Pero la justicia de Dios le levantó de los muertos en el éxodo real de la historia humana. (Lucas 9:31).

Resolviendo una aparente anomalía en la justicia de Dios

En el pensamiento occidental, es difícil ver que las obras de salvación a favor de los pecadores puedan llamarse un ejercicio de la justicia de Dios. Podemos entender en seguida que la abrumadora bondad hacia los que no la merecen pueda llamarse "misericordia", pero llamarla "justicia" parece muy extraño. La consistencia del pensamiento bíblico, sin embargo, queda clara si relacionamos los actos salvadores de Dios con el significado básico de sadaq.

Fundamentalmente, justicia significa fidelidad a una relación, o lealtad a lo que Dios quiere que seamos. Cuando la justicia se aplica a Dios, significa, por lo tanto:
  1. Dios es fiel a la promesa de su pacto. El pacto de Dios no es un contrato condicional concertado bilateralmente entre dos partes. Es un compromiso o promesa unilateral de parte de Dios para actuar a favor de su socio escogido en el pacto, con abrumadora bondad y generosidad.
Desde el principio, Dios ha tenido un propósito de gracia hacia la humanidad (2 Tim. 1:9). Ha tenido el compromiso de cumplir su propósito de gracia a cualquier costo para sí mismo. Por eso, cuando Dios ejerce su misericordia salvadora hacia el pecador, simplemente está cumpliendo su promesa del pacto.

Justicia es Dios llevando a cabo fielmente lo que el amor divino ha prometido hacer. Él es fiel en todo lo que hace.

El Señor ama la justicia [sadaq]. Sal. 33:4, 5].

¿Acaso su falta de fe [de Israel] anula la fidelidad de Dios? ... Nuestra injusticia pone de relieve la justicia de Dios. (Rom. 3:3-5).

No digamos que la palabra de Dios ha fracasado. (Rom. 9:6).

En éstos y muchos otros pasajes, la fidelidad de Dios a la promesa de su pacto equivale a su justicia. Por lo tanto, tanto en el Antiguo Testamento como en Pablo, el significado primario de la justicia divina es la misericordiosa fidelidad  de Dios a sus promesas de salvación escatológica para su pueblo a pesar de los pecados de su pueblo. La justicia de Dios significó su fidelidad a sus promesas de pacto.
  1. Justicia es el ordenamiento de las cosas de acuerdo con el propósito divino. Parte de este "correcto orden de cosas" es violado por la existencia misma de los pobres y necesitados, y especialmente de los oprimidos: por lo tanto, si sadaq [la justicia] debe ser establecida, Dios tiene que librar a estos desafortunados de su situación. Por esta razón, la justicia de Dios viene a estar asociada con los actos de liberación de Dios.
La justicia de Dios está hasta inclinada a favor de los pobres y los oprimidos. Esto no implica ninguna injusta parcialidad. La justicia quiere enseñarnos que los que han sufrido especialmente de privaciones deben recibir especial atención.

A la madre de una familia numerosa se le preguntó una vez a cuál de sus hijos amaba más. Ella contestó: "Al que está enfermo, hasta que esté bien; al que está lejos, hasta que esté en casa; al que está descontento, hasta que se reconcilie". Así sucede con la justicia de Dios.
  1. Otra manera de mostrar que la justicia de Dios equivale a su gracia salvadora es mostrar que la justicia de Dios es Dios siendo fiel a sí mismo. Desde el principio, Dios se prometió a sí mismo ser abrumadoramente bondadoso hacia los que no lo merecen. Él sería así porque su amor lo requiere así, dondequiera que la miseria y la necesidad humanas existan, aunque sean autoinfligidas.
Dios está irrevocablemente comprometido con los desgraciados. Como dijo Pablo: "Él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse a sí mismo". (2 Tim. 2:13). Por lo tanto, la justicia de Dios puede definirse como Dios actuando por amor a su nombre, que es una manera bíblica de decir que Dios continúa siendo Dios. John Piper cita pasajes como Salmos 143:1,2; Isaías 43:25; 44:23; 46:13; 48:9-11 y Daniel 9:y y 13-19 para mostrar que la justicia de Dios es su absoluta fidelidad para actuar siempre por amor a su propio nombre y para preservar y mostrar su propia gloria". (18).

Contrastando el concepto de justicia de Dios con el concepto occidental de justicia. Ahora estamos preparados para contrastar el concepto bíblico de justicia con el concepto occidental o latino de justicia. Esto demostrará la verdad de la afirmación de E. R. Achtemeier de que la idea bíblica de justicia es "extraña a la mente occidental y está en desacuerdo con la interpretación común del término". (19).
  1. No es justicia distributiva. El concepto latino de justicia se llamaba justicia distributiva. Esto significaba dar a cada uno exactamente lo que merece o amerita. Esto se convirtió en la idea normal de justicia en occidente. Influyó en el modo en que la iglesia occidental leía la Biblia e interpretaba muchas de las grandes doctrinas de la fe cristiana.
La justicia de los poderosos actos de Dios, sin embargo, no se basa en los méritos ni en los desmerecimientos de la gente. Si eso fuera cierto, los actos de Dios no podrían llamarse actos de justicia. La justicia de Dios se basa en el hecho de que Él es fiel a lo que ha prometido en su pacto de gracia. Si Dios ha de ser justo, tiene que ser fiel a su compromiso de ayudar y salvar a las personas desgraciadas que no lo merecen.

Esta idea bíblica de justicia, que fue presentada por primera vez en el Antiguo Testamento, es hermosa y poderosa en su total simplicidad. Sin embargo, la teología occidental insiste en que la justicia debe relacionarse de alguna manera con lo que el hombre merece (justicia distributiva).

Para preservar esta supuesta justicia de Dios, la teología occidental ha tenido que recurrir a la manipulación legal en un acto de expiación en el que Dios está obligado a respetar el principio de justicia distributiva.

O,
peor aún, Dios se convierte en un Shylock celestial tan apasionadamente comprometido con el principio de justicia distributiva que tiene que tener su libra de carne (a esto se le llama satisfacer la justicia de Dios) antes de que pueda perdonar.
  1. No es justicia en tensión con misericordia. En la teología occidental, justicia es lo opuesto a misericordia. La clásica teoría latina de la expiación - generalmente considerada como ortodoxa en la iglesia occidental - se basa en una supuesta tensión entre justicia y misericordia. Se dice que esta tensión entre justicia y misericordia fue superada por Cristo, que reconcilió las prerrogativas de ambas por medio de su muerte en la cruz.
Pero no es difícil demostrar, por medio del Antiguo Testamento, que sadaq a menudo significa misericordia. Por ejemplo, A. E. McGrath muestra que los traductores de la Septuaginta (20) se veían obligados, con frecuencia, a usar la palabra griega eleemosune (misericordia) para traducir la palabra hebrea sadaq. (21). Cuando la Biblia fue traducida al latín, esto se convirtió en misericordia. A causa de que se perdió la fuerza del hebreo original, había una tendencia a poner justicia y misericordia opuestas la una a la otra. McGrath dice: Es claro que un considerable error de interpretación del texto del Antiguo Testamento podría resultar en este punto, quizás causando el establecimiento de una tensión entre la misericordia de Dios y la iustitia [justicia], en que esta tensión no está justificada por el texto mismo. (22). A la luz de esta evidencia, necesitamos reconsiderar las ideas tradicionales acerca de que la cruz "satisface la justicia de Dios". El gran énfasis del Nuevo Testamento es en el cumplimiento de su antigua promesa relativa a la misericordia y la salvación. Aquí no hay ninguna tensión entre justicia y misericordia. Dios satisfizo la justicia al hacer por la humanidad pobre, perdida, y pecadora todo lo que había planeado desde el principio.
  1. No es principalmente una justicia punitiva. La justicia distributiva (es decir, dar a cada uno lo que le corresponde), y que es lo opuesto a misericordia, inevitablemente es igualada al acto de Dios de castigar a los hombres por sus pecados. Si se les extiende el perdón, es sólo porque el castigo recayó sobre la víctima substitutiva del Calvario.
A lo que recayó sobre Cristo se le llama "justicia" (según la interpretación tradicional de Romanos 3:25, 26), mientras al perdón concedido al creyente se le llama "misericordia". Esta clásica teoría latina de la expiación refuerza la idea de que la justicia de Dios es principalmente punitiva. ¡No es de maravillarse que Lutero tembló cuando leyó en Pablo que la justicia de Dios se revela en el evangelio!

Más tarde, Lutero llegó a ver en el Antiguo Testamento evidencia de que la justicia de Dios es principalmente salvadora y liberadora. McGrath dice que "la palabra [sadaq] no soporta el sentido de 'castigo' o 'condena'. (23).

E. R. Achtemeier dice: "La rectitud de Yahvé no es nunca solamente un acto de condena o castigo. No hay ningún versículo en el Antiguo Testamento en que la rectitud de Yahvé sea equivalente a su venganza contra el pecador, y ni siquiera Isaías 5:16 o 10:22 deben entenderse de esta manera".

A causa de que su rectitud es el hecho de que restaura el derecho a aquel a quien se le ha quitado, incluye
al mismo tiempo el castigo del malhechor; pero el castigo es parte integral de la restauración. Sólo porque Yahvé salva, condena. Su rectitud es, primero que todo, salvadora. Él es un "Dios justo y Salvador". (24)

Mientras algunos eruditos arguyen (basándose en textos como 1 Reyes 8:32; 2 Crón. 12:6; Isaías 5:13-17; 10:22; Lamentaciones 1:8 y Daniel 9:13-19) que la sadaq de Dios puede equivaler algunas veces a la venganza de Dios contra el pecador, todavía es verdad que la sadaq de Dios por lo general tiene el significado positivo de liberación, auxilio, y salvación.

Pero la liberación del oprimido implica la destrucción del opresor. Como declara Stendahl: Cuando cae el castigo de Dios, es misericordia para los perjudicados y condenación para los que han perjudicado o han perpetuado y se han aprovechado del perjuicio ajeno. (25).
  1. No es una justicia principalmente asociada con la oscuridad y la perdición. La justicia distributiva - la justicia que es lo opuesto a misericordia, la justicia que tiene que ver principalmente con el castigo de los pecadores - inevitablemente hace alusión a oscuridad y perdición. Los fieles pueden cantar de la misericordia, pero hasta los ángeles se supone que tiemblan con la idea de justicia. En la tradición de la iglesia occidental, la justicia y el juicio tienen principalmente connotaciones de oscuridad y perdición. En la Biblia, sin embargo, la justicia de Dios es algo acerca de lo cual hay que cantar y gritar.
El pueblo del Antiguo Testamento a menudo se regocija en cantos de gozo no contenido al experimentar o anticipar la manifestación de la justicia de Dios (Jueces 5:11; Sal. 96:10-13; 97:6-12; 98; 99). El Antiguo Testamento asocia la justicia especialmente con el venidero reino de Dios.

En la Biblia, el reino de Dios y la justicia de Dios son
términos virtualmente sinónimos (Mat. 6:33). Si el Antiguo Testamento anticipa el reino de Dios - el reino de justicia - con cantos, ¿qué diremos del Nuevo Testamento, en que por todas partes se anuncia la presencia real de ese reino en la persona del Mesías? ¿No es la entronización de este reino de justicia celebrada con gran gozo (Lucas 2:10-14), y comiendo y bebiendo? Cuando Jesús dice continuamente que el "reino de Dios es semejante a ...", podemos decir en su lugar que "la justicia de Dios es semejante a ...".

Si leemos sus parábolas y enseñanzas de esta manera, quedaremos fuertemente impresionados de que la justicia de Dios es ciertamente una abrumadora sorpresa que trastorna por completo nuestros conceptos humanos de justicia.


Notas y referencias

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas son de la Nueva Versión Internacional.
  1. Véase de Martín Lutero: "Preface to the Complete Edition of Luther´s Latin Writings: Wittenberg, 1545 Career of the Reformer: IV ed. Lewis W. Spitz, Luther´s Works, American ed. 54 vols. (St. Louis: Concordia Publishing House; Philadelphia: Mulenberg Press 1955-1975) 34:336-37.
  1. Véase de Sidney Rooy: "Righteousness, and Justice." Evangelical Review of Theology 6.no. 2 (Oct. 1982): 260-65.
  1. El idioma inglés distingue entre "'justicia'" y 'rectitud'. En el mundo, uno habla de justicia, y en la iglesia uno habla de rectitud. Pero el hebreo, el griego, y el latín no ofrecen esa distinción". (Krister Stendahl. Juicio y Misericordia en Alexander J. Mckelway y E. David Willis, eds. The Context of Contemporary Theology: Essays in Honor of Paul Lebman [Atlanta: John Knox Press, 1974], p. 149.
  1. Rooy, "Righteousness and Justice", p. 265.
  1. A. E. McGrath, Justice and Justification: Semantic and Juristic Aspects of the Christian Doctrine of Justification. Scottish Journal of Theology 35, no. 5 (1982): 404-5.
  1. Gerhard von Rad, Old Testament Theology vol I. The Theology of Israel´s Historical Traditions, tr. D. M. G. Stalker (Edinburgh: Oliver & Boyd, 1962), p. 70.
  1. Alan Richardson. An Introduction to the Theology of the New Testament (New York: Harper & Row, Publishers. 1958). p. 79.
  1. McGrath, "Justice and Justification", p. 405.
  1. E. R. Achtemeier, "Righteousness in the OT", George Arthur Buttrick, ed., The Interpreter´s Dictionary of the Bible (Nashville: Abingdon Press, 1962), 4:80.
  1. H. Cazelles, quoted in Lester J. Kuyper, "Righteousness and Salvation". Scottish Journal of Theology 30. No. 3 (1977):233.
  1. Von Rad, Israel´s Historical Traditions, p. 371.
  1. Achtemeier, "Righteousness in the OT", p. 80. Véase también a George Eldon Ladd, que define sadaq como "fidelidad a una relación". (George Eldon Ladd, A Theology of the New Testament [Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1974] p. 440.
  1. McGrath, "Justice and Justification", p. 407.
  1. A. E. McGrath dice: "La justicia es esencialmente un concepto teológico, que refleja la rectitud del orden creado" (ibid, p. 415). Graeme Goldsworthy declara: "El orden de la creación es el paradigma de la rectitud, no como idea estática o abstracta, sino como una estructura relacional dinámica de la realidad determinada por el Creador soberano". (Graeme Goldsworthy, "The Old Testament and Christian Existence". Verdict 3, no. 1 [Mar. 1980]: 3).
  1. Art. "Justice of God", New Catholic Encyclopedia (Palatine, 111: Publishers Guide, 1966), 8:74.
  1. Art. "Justice of Men", New Catholic Encyclopedia, 8:75.
  1. McGrath, "Justice and justification", p. 407.
  1. Véase John Piper, "The Demonstration of the Righteousness of God in Romans 3:25, 26", Journal for the Study of the New Testament, Issue 7 (Apr. 1980): 2-32. Parece desafortunado que Piper se sintiera compelido a argüir que la justicia de Dios significa fidelidad a su nombre y no fidelidad a su pacto. Las dos definiciones no son mutuamente excluyentes, sino necesariamente complementarias, es decir, dos aspectos de una gran realidad. Por lo tanto, Piper tiene razón en lo que afirma, pero se equivoca en lo que niega.
  1. Achtemeier, "Righteousness in the OT", p. 80.
  1. La famosa versión griega del Antiguo Testamento (c. 200 A. C.) se llamó la Septuaginta o LXX porque la tradición sugiere que fue la obra de setenta traductores judíos.
  1. Véase Sal. 24:5; 33:5; 35:24; 103:6; Isa. 56:1; Dan. 9:24.
McGrath, "Justice and Justification", p. 412. McGrath presenta la siguiente tabla para demostrar que que los traductores de la Septuaginta emplearon dos términos principales para traducir sadaq: dikaiosune y eleemosune, dependiendo la elección del aparente significado de sadaq en el pasaje bajo consideración (p. 410).
  1. Ibid., p. 411.
  1. Achtemeier, "Righteousness in the OT", p. 83.
  1. Stendahl, "Judgment and Mercy", p. 150.

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