E. S. Ballenger escribió tres
folletos: "El mensaje del primer ángel", "El mensaje del
segundo ángel", y "El mensaje del tercer ángel". Los números
de las páginas y los capítulos de estos folletos son los
mismos que los de los folletos originales. Estos libros son
muy raros y realmente vale la pena leerlos para entender el
Adventismo y sus falsas enseñanzas. Robert K. Sanders.
Capítulo 1 - ¿Qué es el mensaje del primer ángel?
La batalla de
Armagedón representa el último de una serie de juicios
que terminan con la segunda venida de Cristo al comienzo de
los mil años, o el milenio.
Esta serie de juicios
es anunciada por un solemne pero gozoso mensaje registrado en
Apocalipsis 14: 6,7.
"Y vi otro ángel
volar por en medio del cielo, que tenía las buenas nuevas
eternas para proclamarlas a los que moran en la tierra, y
a toda nación, tribu, y lengua, y pueblo; y dijo a gran voz:
Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su
juicio es venida; y adorad a aquél que hizo el cielo y la
tierra, y el mar, y las fuentes de las aguas". American Standard Version.
La versión común que
dice: "Teniendo el evangelio eterno para predicarlo", no está
en armonía con el original. El texto no hace referencia al
evangelio de la salvación del pecado por medio de la muerte de
Cristo. Estas buenas nuevas del ángel son algo muy diferente.
La palabra
"evangelio", que aparece en nuestra versión común, ocurre
setenta y siete veces en el Nuevo Testamento, pero éste [2] es
el único caso en que aparece sin el artículo definido
"el" o alguna otra modificación definida, como "mi evangelio",
"nuestro evangelio", o "evangelio de Dios". Aquí la palabra
griega "euaggelion" aparece sola y es fielmente
traducida en la versión citada más arriba.
Si el término "buenas
nuevas eternas", o evangelio, no se refiere a la salvación del
pecado, ¿a qué se refiere?
Téngase presente que
la palabra griega traducida como "evangelio" significa buenas
nuevas, o buenas noticias. Hay muchas clases de
buenas nuevas, pero no todas las buenas nuevas son el
evangelio de la salvación del pecado. David dijo que Ahimaas
"es hombre de bien, y viene con buenas nuevas" (2 Sam. 18:27),
pero no traía el evangelio de la salvación del pecado. Los
leprosos que entraron al campamento abandonado del ejército
sirio dijeron: "Hoy es día de buena nueva" (2 Reyes 7:9), pero
no era la buena nueva de la salvación del pecado. No. Era la
salvación de morirse de hambre.
Si un padre de
familia en cualquier hogar cristiano existente le dijera a un
niño: "Tráeme el libro", el niño, sin preguntar, le traería la
Biblia. Sin el artículo definido "el", un niño podría traer
cualquier libro, obedeciendo así la solicitud del padre. Los
Adventistas del Séptimo Día tienen una frase que es más común
a su modo de hablar que "el evangelio" lo es al Nuevo
Testamento. "La verdad" es proverbial entre ellos en la letra
impresa, desde el púlpito, y en las bancas de la iglesia.
Significa "el mensaje del tercer ángel". Si [3] un desconocido
testificara en una de sus reuniones sociales y usara la
expresión: "Amo verdad", ¿lo considerarían un fiel Adventista
del Séptimo Día? Pero si dijera: "Amo la verdad", en seguida
sería clasificado como uno de ellos.
Si un hombre
declarara que ama y obedece "la verdad" pero no guardara el
séptimo día sábado, en seguida lo acusarían de decir falso
testimonio. Pero si dijera "verdad", lo considerarían un buen
candidato. La omisión del artículo definido "el" en la
expresión "la verdad" es muy significativo para cada
Adventista y correctamente de acuerdo con su credo. No es
menos significativo cuando es omitido delante de "evangelio"
en el mensaje del primer ángel.
El ángel dice
exactamente cuáles son sus buenas nuevas. Refiérase al pasaje
bíblico citado y será claro para el lector cuidadoso cuáles
son las buenas nuevas del mensaje. No. No es "Temed a Dios y
dadle gloria", porque ésa no es una buena nueva, sino una
exhortación en vista de las buenas nuevas. No. No es
"adorad al que hizo el cielo y la tierra", porque ésa también
es una exhortación. Las buenas nuevas están expresadas
en siete palabras de buenas nuevas eternas, "la hora
de su juicio es venida".
Esta buena nueva no
es salvación de los pecados de un mundo impío, sino de
sus pecadores. Que el anuncio "la hora de su
juicio es venida" es, en efecto, buena nueva [4], se
muestra abundantemente en el mismo libro de Apocalipsis.
Nótese lo siguiente:
"Y cuando hubo
abierto el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los
que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y
por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz,
diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas
y vengas nuestra sangre en los que moran en
la tierra?". Apoc. 6: 9, 10.
Este fuerte clamor de
la sangre de los mártires por un juicio punitivo es
contestado con la afirmación de que "los que moran en la
tierra" matarán a los hermanos de los mártires por "un poco de
tiempo", todavía futuro, y luego el clamor por un juicio
será contestado.
Cuando llegue la hora
de que esta sangrienta obra de matar a los santos termine para
siempre en la destrucción de los que han bebido su sangre, el
anuncio de que esta hora de juicio ha venido, ¿no
será en verdad buena nueva para los santos, tanto en el cielo
como en la tierra? Y ésta es la buena nueva del
mensaje del primer ángel.
Nótese que las almas
bajo el altar no están rogándole al Señor que inicie
una investigación para ver si es necesaria una expiación en el
propiciatorio para silenciar las demandas de una ley
quebrantada por su muerte como transgresores de esa ley. Están
clamando a Dios en alta voz pidiéndole que "juzgue ... a
los que moran en la tierra", los que [5] los habían
matado "a causa de la palabra de Dios y el testimonio que
tenían".
Notemos ahora los
pasajes que registran la respuesta de Dios al clamor
de los mártires pidiendo juicio contra sus
perseguidores, y el gozo y el regocijo que siguen.
"Y el tercer ángel
derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las
aguas, y se convirtieron en sangre. Y oí al ángel de las
aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que
eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por
cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas,
también tú les has dado a beber sangre, pues lo merecen.
También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente,
Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos
y justos". Apoc. 16:4-7.
"Vino entonces uno
de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló
conmigo, diciéndome: "Ven acá, y te mostraré la sentencia
[el juicio] contra la gran ramera, la que está sentada sobre
muchas aguas". Apoc. 17: 1.
Este juicio prometido
se describe en el capítulo 18.
Hablando a las naciones a las
cuales Babilonia ha hecho beber hasta embriagarse con el vino
de su fornicación, dice Dios:
"Dadle a ella como
ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el
cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el
doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en
deleites, tanto dadle de tormento y llanto [6];
porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no
soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día
vendrán sus plagas; muerte, llanto, y hambre, y será quemada
con fuego; porque poderoso es el Señor, que la juzga."
...
"¡Ay, ay, de la
gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte, porque en una
hora vino tu juicio". Apoc. 18:6-10.
"Regocijaos sobre
ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles, y profetas;
porque Dios ha juzgado vuestro juicio sobre ella". Apoc.
18:20, Versión Revisada, en inglés.
"Después de
esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que
decía: ¡Aleluya! Salvación, y honra, y gloria, y
poder son del Señor Dios nuestro, porque sus juicios
son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran
ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y
ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. Otra
vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos
de los siglos". Apoc. 19:1-3.
La palabra "juicio" o
"juicios" en Apoc. 18:10 y 19:2 ciertamente significa el
castigo de Dios sobre los impíos, y no una investigación. ¿Con
qué autoridad puede cualquier persona afirmar que "juicio" en
el mensaje del primer ángel significa algo más, cuando todas
son traducidas de la misma palabra griega?
A estas alturas, el
lector debe estar profundamente [7] impresionado con la
verdad de que el anuncio de que la hora del juicio de
Dios ha venido es ciertamente "buenas nuevas eternas",
y es buena nueva porque anuncia los juicios
destructivos de Dios sobre los perseguidores de sus santos y
por lo tanto su eterna liberación. Pero el griterío no ha
hecho sino comenzar.
"Y los veinticuatro
ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en
tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y
decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del trono una voz
que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos,
y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la
voz de una gran multitud, y como el estruendo de muchas
aguas, como la voz de grandes truenos, que
decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios
Todopoderoso reina!". Apoc. 19:4-6.
¿Quién ha estado
reinando? "La mujer que has visto es la gran ciudad que reina
sobre los reyes de la tierra". Apoc. 17:18.
Nótese que todo este
tremendo regocijo en el cielo y en la tierra, de los
veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes, y los
santos, grandes y pequeños, es por el hecho de que la hora
del juicio de Dios ha venido y de que, por sus juicios
punitivos, ha librado a sus santos de aquéllos que los
perseguían.
Por lo tanto, el
mensaje del primer ángel es claramente las buenas nuevas
eternas de Dios, cuando anuncia que "la hora de su
juicio ha venido".
El primer ángel pronunciará su mensaje
cuando Babilonia comience a declarar: "Yo estoy sentada como
reina, y no soy viuda, y no veré llanto"; cuando "todos los que
moran en la tierra adorarán" a la bestia "diciendo: '¿Quién como
la bestia, y quién podrá hacer guerra contra ella'?"; cuando
todo el mundo, excepto el fiel "remanente", "esté intoxicado con
admiración por la gloria de la bestia y la mujer sentada sobre
ella, y sea declarado alta traición declarar que Dios está a
punto de destruir la combinación impía. Se necesitarán hombres
de una fe y un valor más que comunes para anunciar el mensaje
del primer ángel, y se necesitará un poder más que humano para
evitar que estos mensajeros sean borrados de la faz de la
tierra. Pero Dios tendrá fieles servidores que proclamarán su
mensaje cuando llegue la hora, y Él los cuidará.
Capítulo 2 - El juicio
investigador en la historia del
Adventismo
El mensaje del primer
ángel, o "mensaje de juicio", como es llamado en el lenguaje
común Adventista, fue dado por William Miller y sus seguidores
antes del 22 de octubre de 1844. Ellos dieron la correcta
interpretación de este mensaje. La idea de que una obra de
purificación habría de tener lugar en el cielo nunca les pasó
por la mente. Enseñaron que el juicio del primer mensaje era
la destrucción de los impíos. [9]
Después del gran
chasco del 22 de octubre de 1844, vivieron esperando el
regreso del Señor casi todos los días. Al continuar esperando,
se hundieron más y más en la perplejidad. Se multiplicaron las
explicaciones de su desengaño. Al aparecer nuevas teorías, los
Adventistas se dividieron en muchas facciones. Había dos
sobresalientes diferencias de interpretación, que resultaron
en la división de los creyentes Adventistas en dos bandos muy
hostiles entre sí. Estas dos enseñanzas se relacionaban con el
cierre del tiempo de oportunidad y la terminación de los 2,300
días. El séptimo día sábado llegó un poquito más tarde, lo que
ensanchó la brecha entre las dos facciones.
A comienzos de 1845,
un grupo comenzó a enseñar que habían cometido un error en sus
cálculos y que, por lo tanto, los 2,300 días no habían
terminado en 1844. Reajustaron sus cifras y continuaron
fijando fechas para la terminación de los períodos proféticos
y la venida del Señor. Por un tiempo, también ellos enseñaron
la "puerta cerrada", pero, en abril de 1845 se reunieron en
una conferencia en Albany, N. Y., y repudiaron la "puerta
cerrada", y salieron a trabajar en la conversión de pecadores.
Este grupo se volvió contra el séptimo día sábado, y por lo
tanto, se llamaron los Adventistas del Primer Día.
El otro grupo,
dirigido por James White y su esposa, Joseph Bates, y otros,
continuaron firmemente en favor de la terminación de los 2,300
días en 1844, la "puerta cerrada," y más tarde, el sábado. Por
supuesto, éstos se llamaron Adventistas del Séptimo Día.
Ningún Adventista bien informado y honesto negará estas
sobresalientes diferencias, que distinguían a los dos grupos.
Ambas facciones
continuaron fijando fechas para el regreso del Señor: Una,
reajustando la fecha para la terminación de los 2,300 días; el
otro, especulando sobre lo que estaba sucediendo en el cielo.
Los seguidores de los
White nunca cambiaron su enseñanza de que los 2,300 días
habían terminado el 22 de octubre de 1844. Habiendo fijado
esta fecha, su única explicación giraba en torno al suceso que
tuvo lugar en 1844. Ambos grupos estaban bendecidos con
fértiles imaginaciones, y las usaron bien. Uno
frenéticamente cambiaba las fechas para el comienzo y el
fin de los períodos proféticos, mientras que el otro mantenía
el ritmo presentando escenas celestiales, y de esta manera,
cambiando las fechas para la venida del Señor.
Al comienzo de su
desengaño, los Adventistas del Séptimo Día enseñaban que
Cristo fue a la presencia del Padre para recibir el reino y
que, por lo tanto, regresaría a la tierra después de su
coronación. Esta enseñanza tuvo una corta vida. Luego
enseñaron que Cristo había entrado al Lugar Santísimo para
hacer expiación. Más tarde, que debían ser sellados con el
sábado. La última y más permanente teoría, y la que todavía
enseñan, se conoce como el Juicio Investigador.
Como lo enseña la
denominación, el juicio investigador, es un invento,
[11] no un descubrimiento. Es el resultado de una serie de muy
graves desengaños.
El Juicio Investigador definido
Dejaremos que James
White y la Sra. E. G. White definan lo que quieren decir con
Juicio Investigador.
"El
juicio investigador tiene lugar antes del segundo advenimiento
y la resurrección de los justos, para saber quiénes son dignos
de la primera resurrección". James White, Life Incidents,
p. 323.
"Esta
obra de examinar el carácter, de decidir quiénes están
preparados para el reino de Dios, es la del juicio
investigador, la obra final en el santuario en el cielo". E.
G. White, Great Controversy, p. 428.
Para abreviar, usaremos las
iniciales J. I. para indicar juicio investigador.
Con estas claras
afirmaciones delante de ellos, Review and Herald, en
la edición del 29 de octubre de 1931, afirmó que el J. I. no
es para informarle a Dios, porque Él sabe, "por cuanto Él es
infinito; pero los hombres y los ángeles no saben porque tanto
los hombres como los ángeles son finitos. La razón de un
juicio es, pues, para que los seres finitos puedan, no sólo creer
que Dios es justo, sino para que conozcamos tanto la
perfección de su justicia como la profundidad de su
misericordia".
Con esta afirmación,
la publicación denominacional se opone de plano a su propia
profetisa en dos puntos. Primero, la Sra. White y toda la
literatura denominacional enseñan que el propósito del J. I.
es el de infomar a Dios. Segundo, la Sra. White repetidamente
dice que los ángeles saben. En Testimonios,
tomo 1, p. 544, ella dice: "Los ángeles celestiales están
familiarizados con nuestras palabras y acciones, y hasta los
pensamientos y las intenciones del corazón". Véase también el
tomo 2, pp. 181, 442 de Great Controversy, p. 486.
El Review and Herald enseña
que los muertos permanecen inconscientes hasta la
resurrección. Por lo tanto, ningún J. I. puede informarles a
los muertos sino hasta después de la venida de Cristo, cuando
vuelven a la vida. Además, la denominación, incluyendo a la
Sra. White, enseña que el J. I. termina antes de la
resurrección, para que Dios "pueda saber quiénes son dignos de
la primera resurrección". Si el J. I. termina antes de la
primera resurrección, entonces los pobres hombres finitos
nunca tendrán el privilegio de conocer ni "la perfección de su
justicia" ni "la profundidad de su misericordia".
Entonces, cuán inconsistente es enseñar que
un J. I. comenzó en 1844, si Dios y los ángeles conocen "cada
pecado secreto" y "los pensamientos e intenciones del corazón" y
que los muertos permanecen inconscientes hasta que el J. I. haya
terminado.
El juicio investigador en progreso durante más de 100
años
"El Juicio está
ocurriendo ahora en el santuario en el cielo. Esta obra ha
estado en progreso por cuarenta años. Pronto -- nadie sabe
cuándo -- pasará a examinar los casos de los vivos". La Sra.
E. G. White, Spirit of Prophecy, tomo 4, p. 315.
Publicado [13] en 1884. Si en 1884 había estado en progreso
durante cuarenta años, ahora lo habría estado por más de 100
años.
James White se opuso resueltamente al juicio investigador
La teoría del J. I.
es contraria, no solamente a las Escrituras, sino también a
las enseñanzas de los pioneros, incluyendo la Sra. White. El
Capitán Bates enseñó el J. I. no muchos años después del
desengaño, pero James White combatió la teoría de Bates
vigorosamente. Después de citar Mateo 25:31-33, dice:
"Este pasaje evidentemente apunta a los sucesos más
importantes del día del Juicio. Ese día durará 1,000 años -- 2
Pedro 3:7, 8. El suceso que introducirá el día del Juicio será
la venida del Hijo del Hombre, para levantar a los santos que
duermen, y transformar a aquéllos que estén vivos en ese
momento...
"No es necesario que la sentencia final se pronuncie
antes de la primera resurrección, como algunos han enseñado,
porque los nombres de los santos están escritos en el cielo, y
Jesús y los ángeles ciertamente sabrán a quiénes resucitar y
reunir en la Nueva Jerusalén". James White en A Word to the
Little Flock, p. 24.
Esto se publicó en
mayo de 1847, y sin embargo, el hermano Bates continuó
enseñando esta teoría del J. I. Para enfrentarse a esta
herejía del Capt. Bates, la Sra. White tuvo una visión el 5 de
enero de 1849, confirmando la posición de su esposo sobre el
juicio. En esta visión, ella dice: [14]
El J. I. es contrario a las "visiones"
"Vi
que la ira de las naciones, la ira de Dios, y el tiempo de
juzgar a los muertos, eran separados y distintos, cada uno
siguiendo al otro". Early Writings, p. 36.
Estas citas muestran
que James White y su esposa no creían que el J. I. comenzaría
antes de la primera resurrección.
La Sra. White definió
la ira de Dios como las siete últimas plagas. (Véase Early
Writings, p. 64). Por lo tanto, podemos sustituir
"la ira de Dios" por las "siete últimas plagas" en la cita que
antecede.
Entonces, se leería
así: "Vi que la ira de las naciones, las siete últimas plagas,
y el tiempo de juzgar a los muertos, eran separados y
distintos, cada uno siguiendo al otro".
Esto ocurrió en enero
5, 1849. Por lo tanto, las siete últimas plagas deben haber
ocurrido antes de esta fecha, de lo contrario el J. I. no
habría comenzado.
El J. I. no tiene fundamento en la Palabra de Dios
Pero tenemos
evidencia más positiva de parte de James White contra el J. I.
En el Advent Review de septiembre de 1850, James White
dice: "Algunos han argumentado que el día del juicio ocurrió
antes de la segunda venida. Esta posición ciertamente no
tiene fundamento en la palabra de Dios....
"Daniel, 'en visiones
de la noche', vio que el 'juicio fue dado a los Santos del
Altísimo', pero no a santos mortales -- no 'hasta que vino el
Anciano de días', y el 'cuerno pequeño' dejó de prevalecer, lo
cual no será sino hasta que sea destruído por el resplandor de
la venida de Cristo.
"'Te encargo
delante de Dios, y del Señor Jesucristo que juzgará a vivos
y muertos en [no antes de] la manifestación de su venida y
de su reino'". -- 2 Tim. 4:1.
"El hecho de que el
ángel del advenimiento [Apoc. 14: 7] 'diga a gran voz: Temed a
Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio es venida',
no prueba que el día del juicio vino en 1840, ni en 1844, ni
que ocurrirá antes del segundo advenimiento".
No podría haber
lenguaje más fuerte para mostrar que los White no creyeron en
un juicio investigador hasta finales de 1850, seis años
después del chasco. Nótense algunas de las fuertes expresiones
en este artículo: "que el día del juicio ocurrió antes de
la segunda venida ... ciertamente no tiene fundamento en la
palabra de Dios". Nótese que, además, él afirma de lo
más positivamente que el mensaje del primer ángel "no
prueba que el día del juicio ocurrió en 1840, ni en 1844, ni
que ocurrirá antes de la segunda venida".
Daniel 7:9, 10, 13, 14.
Es también digno de
notarse que el pastor White usa Daniel 7:9-11 para probar que
el juicio no podía comenzar antes ded la segunda venida de
Cristo. Por ochenta y ocho años, la denominación ha estado
usando [16] este pasaje para probar que el J. I. comenzó en
1844; mientras el Hermano White lo usa
con igual fuerza para probar que el jucio no podía comenzar
antes de la primera resurrección.
Aproximadamente desde
1857 y hasta hace unos pocos años, la denominación había
estado unida en la enseñanza de que Daniel 7:9, 10, 13
anunciaba el comienzo del J. I. De las muchas pruebas en apoyo
de este hecho, citaremos sólo una: Después de citar el pasaje
que entecede, la Sra. White dice: "Así fue presentada a la
visión del profeta la apertura del juicio investigador". Spirit
of Prophecy, Tomo 4, p. 307.
Algunos estudiantes
bíblicos de la denominación han reconocido la superficialidad
de esta aplicación y han tratado de corregir el error
garrafal.
En el Sabbath
School Quarterly [folleto de Escuela Sabática] para el
tercer trimestre de 1927, página 30, se encuentra una lección
sobre el J. I. Reproducimos dos preguntas de este estudio:
"Pregunta 17. ¿Quiénes han de ser juzgados después de que
los santos han sido llevados al cielo con Jesús? 1 Cor.
6:2,3; 2 Pedro 2:9 [énfasis nuestro].
"Pregunta 18. ¿Cómo se describe
esta escena de juicio? Apoc. 20:4; Dan. 7:9, 10".
Esta es la verdadera
interpretación de Daniel 7:9, 10, y concuerda con la posición
de James White en 1850.
La lección de Escuela
Sabática enseña que Dan. 7:9-14 describe una escena de juicio
"después de que los santos han sido llevados con Jesús [17]
al cielo".
¿Han sido los santos
llevados al cielo ya? Entonces, la escena de juicio en 7:9-14
está todavía en el futuro. A pesar de los honestos esfuerzos
de los escritores de las lecciones de Escuela Sabática para
corregir este antiguo error, la denominación continúa
enseñando esta antigua metedura de pata.
El J. I. se basa en
un error más palpable que la errónea aplicación de Dan. 7:9-14
-- esto es, el significado del término "dentro del velo". Esto
será considerado en el siguiente capítulo.
El J. I. no fue apoyado en los diez años siguientes a 1844
Como se enseña hoy,
el juicio investigador no fue introducido en la literatura
denominacional, aparte de los folletos publicados privadamente
por el Capt. Bates, sino por lo menos diez años después del
chasco. En la primavera de 1854, el Anciano Loughborough
sugirió la idea del J. I. en una carta privada. La idea
pareció impresionar favorablemente a Uriah Smith, editor
asistente de la Review and
Herald, como lo indican sus comentarios publicados
sobre la carta del Anciano Loughborough. La idea permaneció
latente como por tres años antes de que recibiera cualquier
consideración de parte de la Review and Herald. Smith y
Loughborough no estuvieron entre los pioneros hasta 1852, pues
ambos eran demasiado jóvenes para tener alguna participación
en el movimiento de 1844. Evidentemente, no estaban
familiarizados con la posición tomada por James White y
respaldada por la Sra. White en visión en relación con este
tema antes de conectarse con la obra. [18]
James White y su esposa dan marcha
atrás
La fuerte posición
tomada por James White y su esposa contra el J. I. estaba
demasiado fresca en sus mentes, y demasiado fresca en las
mentes de sus seguidores, para que reversaran sus posiciones
tan pronto. Por lo tanto, el Anciano White esperó como tres
años antes de respaldar la sugerencia.
En el Review and Herald de
enero 29, 1857, James White dio marcha atrás y respaldó la
enseñanza de un J. I. Por cierto número de años después del
chasco de 1851, batallaron sin ningún mensaje definido en
relación con el advenimiento. Sentían muy vivamente la
ausencia de algo que marcara la terminación de los 2300 días.
Hasta ahora, cada una de las explicaciones había demostrado
ser un sombrío fracaso. Los Adventistas del Primer Día estaban
enseñando que los 2300 días no terminaron en 1844. Esto era
combatido con máxima firmeza por los Adventistas del Séptimo
Día. La gente exigía una explicación de lo que tuvo lugar
en 1844 si los 2300 días terminaron en ese año. Pero los
Adventistas del Séptimo Día no tenían ni una sola respuesta. Tenían
que encontrar algo que marcara la terminación de este largo
período, o capitular delante de sus más encarnizados enemigos,
los Adventistas del Primer Día. El J. I. ofrecía la única vía
de escape. Por lo tanto, James White cerró los ojos a su
antigua posición, y con entusiasmo apoyó el J. I. que unos
pocos años antes había combatido tan firmemente.
Después de que James
White dio marcha atrás [19] y comenzó a enseñar el J. I., la
Sra. White tuvo otra visión, en la cual se le mostró que el J.
I. comenzó en 1844. Su esposo dio marcha atrás en 1857, y la
Sra. White lo secundó en una visión en 1858. Spiritual
Gifts, tomo 1, p. 198.
Moviendo el trono de Dios para ajustarlo a
la creencia
Para reforzar su
falsa enseñanza sobre el J. I., movieron a Dios del Lugar
Santísimo en el Santuario al Lugar Santo, o primer
compartimiento. Dondequiera que la Biblia habla de la posición
de Dios, siempre lo presenta como en el Lugar Santísimo. James
White y Uriah Smith enseñaron que Dios trasladó su trono al
primer compartimiento a la ascensión de Cristo y permaneció
allí hasta 1844. Biblical Institute, p. 80.
Este libro se usó como texto en el Battle Creek College.
El pastor S. N.
Haskell da una cálida descripción de este movimiento. "Octubre
1903 es el quincuagésimo noveno aniversario de uno de los
mayores sucesos que jamás hayan ocurrido. El derrocamiento o
el establecimiento de tronos terrenales no son nada en
comparación con él.
"Antes
de 1844, el glorioso trono del Creador del universo había
estado en el primer compartimiento del santuario celestial ...
"En 1844, el trono fue colocado
en el lugar santísimo". Bible Training School, oct.
1903, p. 68.
"Hace cincuenta y nueve años
comenzó el Juicio Investigador. Cristo se levantó, y el trono
de Dios fue trasladado del compartimiento exterior en el
santuario celestial al [20] lugar santísimo. Fue escoltado por más de
100,000,000 de ángeles. Fue la más grandiosa escena que el
cielo haya presenciado jamás. El Padre se levantó de su trono
en el compartimiento exterior, y en un carruaje de fuego entró
al Lugar Santísimo y se sentó. Entonces Jesús se levantó, y en
un carruaje de nubes, que tenía ruedas como fuego llameante,
fue llevado al lugar santísimo, donde estaba sentado el
Padre." Id., p. 73.
Es un hecho notorio
que ninguna de las posiciones sostenidas por la denominación
le fue revelada en visiones de la Sra. White. En cada uno de
los casos, cuando a ella se le mostraba cualquier punto de
doctrina, era siempre después de que alguno de los pioneros
había descubierto algún punto de la verdad, o lo que ellos
suponían que era la verdad, después de lo cual ella tenía una
visión y veía simplemente lo que sus compañeros de trabajo
habían estado enseñando antes de su visión. Cualquiera fuera
lo que los pioneros enseñaban, fuera verdad o error, si el
esposo de ella lo apoyaba, ella, sin excepción alguna, lo
sostenía en visión.
Este hecho es
admitido por James White. En el Review and Herald
de oct. 16, 1855, dice: "Debería ser oído y entendido que
todos estos puntos de vista sostenidos por el cuerpo de
observadores del sábado fueron tomados de las Escrituras antes
de que la Sra. White tuviera ninguna visión en relación con
ellos". [21]
Capítulo 3 - "Del velo adentro"
El J. I. se sostiene o cae a
causa del significado del término "del velo adentro". Por más
de 88 años, la denominación ha enseñado que "del velo adentro"
quiere decir en el lugar santo, o primer compartimiento del
templo celestial. Las pruebas de esto forman legión, pero, a
causa del limitado espacio, presentaremos sólo un testimonio,
pero uno que ningún Adventista del Séptimo Día se atreverá a
disputar. Citamos de Great Controversy, p. 420.
"El ministerio sacerdotal durante todo el año en el
primer compartimiento del santuario, 'del velo adentro,' que
formaba la puerta y separaba el lugar santo del atrio
exterior, representa la obra del ministerio que Cristo inició
a su ascensión".
Pero, si puede
demostrarse por medio de las Escrituras que la expresión "del
velo dentro" se aplica al compartimiento santísimo del
santuario, entonces Cristo entró al lugar santísimo a su
ascensión, y el argumento de que Él esperó hasta el 22 de
octubre de 1844 antes de entrar al lugar santísimo del
santuario celestial se cae por su base.
"Del velo adentro" es
una expresión bíblica. Por lo tanto, debemos ir a la Biblia
para ver lo que significa. Mi hermano Adventista del Séptimo
Día, ¿está Ud. dispuesto a poner a prueba su interpretación
por medio de este patrón y atenerse a la evidencia?
La frase "del velo
adentro" sólo se encuentra [22] una vez en el Nuevo
Testamento, pero aparece cinco veces en el Antiguo. Siendo
un término prestado de los tiempos del servicio en el
tabernáculo, por necesidad tenemos que ir al Antiguo
Testamento en busca de una explicación de su significado.
Para comodidad del lector, reproducimos cada uno de los
ejemplos de su uso en el Antiguo Testamento en el orden en
que aparecen.
Éx. 26:33. "Y
pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del
velo adentro, el arca del testimonio; y aquel velo
os hará separación entre el lugar santo y el lugar
santísimo".
Lev. 16:2. "Y
Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en
todo tiempo entre en el santuario detrás del velo,
delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que
no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el
propiciatorio".
Lev.
16:12. "Después tomará un incensario lleno de brasas de
fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos
del perfume aromático molido, y lo llevará detrás
del velo".
Lev. 16:15. "Después
degollará el macho cabrío en expiación por el pecado
del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como
hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre
el propiciatorio y delante del propiciatorio".
Núm. 18:7. "Mas
tú y tus hijos guardaréis vuestro sacerdocio [23] en
todo lo relacionado con el altar, y del velo
adentro".
Aquí tenemos
cinco versículos en lo cuales ocurre la expresión "del
velo adentro". No hay otros ejemplos en el Antiguo
Testamento. En todos los casos, sin ninguna excepción, el
término se refiere al lugar santísimo. Desafiamos a
cualquiera a que niegue este hecho.
Si del velo
adentro se refiere al segundo compartimiento,
entonces fuera del velo debe aplicarse al primer
compartimiento, en el cual estaban el candelabro, el altar
del incienso, y la mesa con los panes de la proposición.
La expresión se encuentra cuatro veces en la Biblia. Las
reproducimos todas. Éx. 26:35. "Y pondrás la mesa fuera
del velo, y el candelero enfrente de la mesa al lado
sur del tabernáculo; y pondrás la mesa al lado norte".
Éx. 27:20,21.
"Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite
puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer
arder continuamente las lámparas. En el tabernáculo de
reunión, afuera del velo, que está delante del testimonio,
las pondrá en orden Aarón y sus hijos".
Éx. 40:22.
"Puso la mesa en el tabernáculo de reunión, al lado
norte de la cortina, fuera del velo".
Lev. 24:3. "Fuera
del velo del testimonio, en el tabernáculo de reunión,
las dispondrá Aarón [las lámparas] desde la tarde hasta
la mañana delante de Jehová; es estatuto perpetuo por
vuestras generaciones".
Tan ciertamente
como el término "dentro del velo" se refiere al lugar
santísimo, el término "fuera del velo" se refiere al lugar
santo. No hay excepciones.
Delante
del velo
Tanto "delante del
velo" como "fuera del velo" se refieren siempre al
primer compartimiento. No se usa sino cuatro veces,
como sigue:
Éx. 30:6. "Y lo pondrás [el altar de
incienso] delante del velo que está junto al
arca del testimonio".
Éx. 40:26. "Puso también el altar de oro en
el tabernáculo de reunión, delante del velo".
Lev. 4:6. "Y mojará el sacerdote su dedo en
la sangre, y rociará de aquella sangre siete veces
delante de Jehová, delante del velo del
santuario". El versículo 17 es un duplicado del seis.
La palabra
"velo", aplicada al tabernáculo, se encuentra 22 veces
en el Antiguo Testamento, y en cada caso se aplica a la
cortina entre el primer y segundo compartimientos. Es
verdad que la puerta del tabernáculo era una cortina,
pero los escritores del Antiguo Testamento nunca la
llaman velo, mucho menos "el velo". Se lo llama
"la colgadura de la puerta", "la puerta del
tabernáculo", y "delante de la puerta del tabernáculo"
siempre se refiere al atrio, frente al tabernáculo.
El
velo en el Nuevo Testamento
La palabra
"velo", [25] referida al templo, se encuentra seis veces
en el Nuevo Testamento. En Mat. 27:51, Mar. 15:38, y
Luc. 23:45, encontramos el relato de la rasgadura del
velo a la muerte de Cristo. Que el velo en estos tres
evangelios se refiere a la cortina entre el primer y
segundo compartimientos, ningún Adventista leal se
atrevería a negarlo, porque la Sra. White dice:
"En el instante en que Cristo murió, había
sacerdotes ministrando en el templo, delante del velo
que separaba el lugar santo del lugar santísimo. De
repente, sintieron que la tierra tembló bajo sus pies,
y el velo del templo, una fuerte y suntuosa colgadura
que se renovaba cada año, fue rasgada en dos de arriba
abajo por la misma mano sin sangre que escribió las
palabras de condenación sobre las paredes del palacio
de Belzazar. El lugar santísimo, al que pies humanos
consagrados entraban sólo una vez al año, quedó
expuesto a la mirada del común de las personas". Spirit
of Prophecy, tomo 3, pp. 166, 167. Véase también
Desire of Ages, pp. 165, 756.
Estas
citas muestran que la Sra. White enseñaba que, cuando el
Nuevo Testamento usa el término "el velo", sin
describirlo específicamente, significa la cortina entre
los dos compartimientos. Y que no trate nadie de
soslayar la fuerza de este hecho afirmando que el templo
en el tiempo de Cristo no tenía sino una cortina, porque
la Sra. White, por lo menos en dos ocasiones, hablando
de la cortina que se rasgó en el tiempo de Cristo, la
llama "el velo de adentro". Véase El Deseado de
Todas las Gentes, pp. 165, [26] 765. Si era "el
velo de adentro," entonces no puede haber sido el velo
exterior.
Los otros
tres usos del velo en el Nuevo Testamento se encuentran
en la epístola a los Hebreos. Hebreos: 9:3. "Tras el
segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el
Lugar Santísimo". Todos están de acuerdo en que esto se
refiere al lugar santísimo. El hecho de que Hebreos lo
llame "el segundo velo" no tiene importancia alguna. Es
sólo para mostrar que había una cortina en la puerta, lo
cual nadie niega.
Heb. 10:20. "Por el
camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del
velo, esto es, de su carne". (El versículo 19
muestra que esto se aplica al "lugar santísimo").
Ahora llegamos al
clímax de la controversia. ¿Qué significa "dentro del
velo" en Heb. 6:19, 20? Dice "que penetra hasta
dentro del velo; donde Jesús entró por nosotros
como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec".
En cada
lugar en la Biblia entera en que se usa la frase
"dentro del velo", se refiere sin excepción al lugar
santo. Dondequiera que la palabra "velo" se encuentra
en la Biblia entera en relación con los servicios de
sacrificios, significa también, sin excepción, la
cortina entre el primer y segundo compartimientos, a
menos que sea éste en Heb. 6:19. La misma Sra. White
define "el velo", sin describirlo específicamente,
como la cortina que divide [27] los dos
compartimientos.
Con toda esta colección de
evidencias, ¿qué autoridad tiene alguien para enseñar
que "dentro del velo" en Hebreos 6:19 se refiere al
primer compartimiento? En todo el mundo religioso, no
hay una sola herejía tan desesperadamente ausente de
fundamento bíblico como la que enseña que "dentro del
velo" quiere decir en el primer compartimiento. Si los
Adventistas del Séptimo Día tienen derecho a enseñar que
"dentro del velo" significa en el primer compartimiento,
entonces el que aboga por el domingo tiene igual o mayor
derecho a enseñar que "sábado" en el Nuevo Testamento
significa el primer día de la semana. Y, mi hermano,
ellos pueden empujarlo a Ud. a un rincón muy incómodo, a
menos que se corrija este sobresaliente error garrafal.
¿Qué significa?
Si "dentro del velo"
significa en el lugar santísimo del santuario celestial,
entonces Cristo estaba en el lugar santísimo cuando Pablo
escribió la carta a los Hebreos. Si Cristo estaba en el
lugar santísimo en los días de Pablo, entonces Él no
pasó del lugar santo al lugar santísimo en 1844.
La idea de
que Cristo esperó hasta 1844 para entrar a la presencia
del Padre no sólo es un producto de la imaginación, puro
y sin adulteración, sin la más leve sombra de apoyo en
la Biblia entera, sino que es contraria a la enseñanza
unificada de las Escrituras. Dondequiera que se menciona
la posición de Cristo en el santuario celestial, siempre
aparece en el santísimo. Marcos dice: "Fue recibido
arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.
Marcos 16:19. Pedro lo ubica "a la diestra de Dios".
Hechos 2:33; 1 Pedro 3:22. Esteban lo vio "a la diestra
de Dios". Hechos 7:55. Pablo reconoce no menos de siete
veces que Cristo está "a la diestra de Dios". Véanse
Rom. 8:34; Efes. 1:20; Col. 3:1; Heb. 1:3; 8:1; 10:12;
12:2.
Ningún
estudiante bíblico de este lado de Juan, aparte de los
Adventistas del Séptimo Día, pensó jamás en retener a
Cristo en el primer compartimiento del santuario
celestial ni un sólo día después de su ascensión. Todos
los apóstoles, reformadores, y maestros bíblicos han
reconocido que Él está "a la diestra de Dios", en la
misma presencia del Padre, y hacia alli han dirigido sus
oraciones. La Sra. White ciertamente dijo la verdad
cuando escribió que Satanás contestaba todas las
oraciones dirigidas al primer compartimiento del
santuario celestial. (Ver Early Writings, p.
261), porque ningún cristiano bien informado pensó jamás
en dirigir sus oraciones a ningún otro lugar que no
sea la mismísima presencia de Dios, que ha estado
siempre en el lugar santísimo. Acusar a
cualquiera que haya orado alguna vez de dirigir sus
oraciones al primer compartimiento es un insulto a su
inteligencia; y el que cualquier persona enseñe que
Cristo permaneció en el primer compartimiento hasta 1844
y que luego se trasladó al segundo compartimiento es una
desgracia para su inteligencia. [29]
Capítulo 4: Uso de los
libros en el juicio
"El libro
de la vida"
El "libro de la vida" juega un papel importante en
el estudio del juicio investigador. Esta expresión se
encuentra ocho veces en el Nuevo Testamento; siete de ellas
están en el libro de Apocalipsis.
Dios promete al "que
venciere" que Él "no borrará su nombre del libro de la vida"
(Apoc. 3:5), pero advierte que "quitará su parte del libro de
la vida" a cualquiera que quite algo de las palabras del libro
de esta profecía". Apoc. 22:19.
"Todos los moradores
d ela tierra se maravillarán" (17:8) y "adorarán" a la bestia,
"cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida"
(13:8), y "todos los que no se hallaron inscritos en el libro
de la vida fueron echados en el lago de fuego" (20:15). "Los
que están inscritos en el libro de la vida del Cordero"
tendrán el privilegio de entrar en la ciudad. (2:27). El libro
de la vida se abre cuando los muertos son juzgados. (20:12).
El mensaje del tercer
ángel es una advertencia contra "los que adoran a la bestia y
a su imagen". Esta advertencia se da antes de que termine el
tiempo de oportunidad. La entrega de este mensaje completa la
división del mundo en dos clases: aquéllos cuyos nombres stán
escritos en el libro de la vida, y los que adoran a la bestia
[30] y a su imagen. El libro de la vida determina quiénes han
de ser salvos, sin ninguna investigación.
¿Cuándo
son registrados los nombres en el libro de la
vida?
Cuando los discípulos
regresaron de su viaje misionero, se regocijaron de que los
demonios les estaban sujetos en el nombre de Cristo. Jesús les
dijo: "No os regocijéis de que los espíritus se os sujetan,
sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los
cielos". Lucas 10:20. ¿Cuándo habrían de regocijarse? ¿Cuándo
serían sus nombres escritos en los cielos? Seguramente tenían
el privilegio de regocijarse en ese momento, porque en ese
tiempo sus nombres estaban registrados en el libro de la vida.
Pablo escribió a los
filipenses: "Ayuden a estas mujeres que combatieron
juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los
demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de
la vida". Fil. 4:3. ¿Cuándo fueron sus nombres escritos
en el libro de la vida? Evidentemente, antes de que el apóstol
Pablo escribiera esa carta. Si permanecieron fieles hasta la
muerte, entonces sus nombres todavía están allí. Entonces,
¿está Dios obligado a examinar cada obra de sus vidas para
decidir si estas personas "son dignas de tomar parte en la
primera resurrección?"
Daniel dice: "En
aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen
escritos en el libro". 12:1.
Si el nombre de cada
uno que ha creído es escrito en el libro de la vida cuando
cree, y el libro de la vida determina quién se salvará,
entonces ¿cuál es el propósito de que Dios tome tiempo para
examinar el registro de cada nombre, y determinar quién será
salvo?
"Los libros se abrieron"
La Palabra de Dios enseña claramente que habrá un
juicio, y que se usarán libros en ese juicio. Este hecho
aparece claro tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamentos. En Apoc. 11:18, Juan nos describe este
juicio con los sucesos relacionados. "Y se airaron las
naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a
los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los
profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a
los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que
destruyen la tierra".
Este
juicio se describe nuevamente en Apocalipsis 20:12: "Y
vi los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y
los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el
cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los
muertos por las cosas que estaban escritas en los
libros, según sus obras". Daniel traza otra imagen de la
misma escena. Véase Dan. 7: 9,10.
Nótese que
son los muertos, y los muertos solamente, los que han de
ser juzgados cuando se abran los libros. James White
enseñó la verdad cuando escribió que este juicio no
comenzó sino hasta después de la resurrección. Este
juicio no comienza sino hasta que el cielo declare: "El
que es injusto, sea injusto todavía; y el que es
inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo,
practique la justicia todavía; y el que es santo,
santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto". Apoc.
22:11,12. Este decreto sale antes del regreso del
Maestro y ciertamente falla cada caso en cuanto a la
salvación. Por lo tanto, cuando los libros se abran, no
será para decidir quiénes habrán de ser salvos.
¿Con qué
propósito se llevan los libros?
Si los
libros no se llevan con el propósito de determinar
quiénes han de ser salvos, entonces, ¿para qué son?
Ciertamente Dios no necesita un juego de libros como
guía para tomar decisiones, porque, como dijo el pastor
White, "los nombres de los santos están escritos en el
cielo, y Jesús y los ángeles ciertamente saben a quiénes
habrán de levantar y reunir en la Nueva Jerusalén".
"Hemos
llegado a ser espectáculos para el mundo, los ángeles, y
los hombres". 1 Cor. 4:9. Las inteligencias en el cielo,
no sólo comprenden nuestras acciones, sino que pueden
leer los pensamientos y los motivos que dan lugar a
nuestras acciones. No así el hombre, que no puede ver
detrás de las acciones, ni puede ver los esfuerzos del
Espíritu de Dios con los hombres pecadores. Muchos
hombres y mujeres aparecen a nuestros ojos como muy
santos, mientras de corazón son de lo más corruptos. Si,
cuando lleguemos al cielo, algunos de nuestros seres
queridos o amigos, que nos parecían honestos cristianos
[33], no están allí, nos sentiremos perplejos y
preguntaremos por qué. Si no tuviéramos manera de
enterarnos de los hechos, tendríamos razón en
preguntarnos si Dios fue justo al excluirlos. El
propósito de los libros es el de instruir a los
redimidos; y cuando hayamos examinado sus registros, y
hayamos visto cómo Dios hizo todos los esfuerzos
posibles por salvarlos y ellos rechazaron todos Sus
esfuerzos, entonces nos sentiremos satisfechos con la
justicia de Dios y cantaremos al unísono: "Justo eres
tú, oh Jehová, y rectos tus juicios". Sal. 119:137.
Los santos
han de tomar parte en el juicio. (Véase 1 Cor. 6:3).
Este hecho nos obliga a una de dos conclusiones: O la
gente a quienes Pablo les escribía se fueron al cielo
antes de 1844, o el Juicio Investigador no comienza sino
hasta después de la resurrección.
Oigo a
alguien citar Romanos 14:10: "Todos compareceremos ante
el tribunal de Cristo," y a partir de allí argumentar
que tanto los justos como los impíos deben ser juzgados.
Si un juzgado tuviera sólo la función de investigar o
sopesar evidencia, tal aplicación se justificaría; pero
un juzgado es tanto un lugar donde se dicta sentencia
como un lugar donde se investiga. Debemos comparecer
delante de Cristo para que recibamos nuestra sentencia.
Los justos
reciben sus coronas y los impíos sus sentencias de
muerte. Si Ud. objeta esta explicación porque los dos
sucesos están separados por mil años, entonces explique
Juan 5:28,29. "Vendrá hora cuando todos los que están en
los sepulcros oirán su voz, y los que hicieron lo bueno,
saldrán a resurrección de vida, mas los que hicieron lo
malo, a resurrección de condenación". Aquí las dos
resurrecciones, que están separadas por mil años, son
descritas como teniendo lugar en una hora. Vale la pena
notar que la palabra "condenación" en este texto fue
traducida de la misma palabra griega que se traduce como
"juicio" en el mensaje del primer ángel.
Capítulo 5 - El juicio investigador desnaturaliza el Evangelio
El que cree en el juicio investigador como lo enseña
la denominación no puede tener un concepto del
evangelio, mucho menos disfrutar de sus bendiciones.
Los dos son tan opuestos entre sí como el pecado y la
justicia.
El
evangelio es la buena nueva de la salvación del pecado
por medio de la fe en los méritos redentores de
Cristo. Todo el que conoce y acepta el evangelio tiene
la certeza de que es "acepto en el Amado;" sabe que
tiene la salvación. ¿Cómo puede alguien disfrutar de
la buena nueva, si tiene que esperar hasta que Dios
examine los libros para ver si la persona es digna de
la salvación? Si Dios no sabe quiénes han de ser
salvos sino hasta que Él examine los libros, entonces
ciertamente ninguno de Sus hijos puede saberlo sino
hasta que el J. I. haga su informe.
Esta es
una de las razones -- si no la razón -- de
que la denominación nunca supiera nada acerca de la
"justificación por la fe por cuarenta y cinco años, y
luego cuando les fue presentada en la Conferencia de
Minneapolis en 1888, no la aceptaron". (Para leer
acerca de que fue rechazada, véase Christ Our
Justice [Cristo Nuestra Justicia], p. 86, y Testimonies
to Ministers, pp. 79, 80, 97, 401). Los que
rechazaron la "justificación por la fe" ejercitaron su
buen juicio mientras creían y enseñaban el J. I.
Lector,
pídale a sus dirigentes que armonicen su teoría del J.
I. con los siguientes textos:
"El que tiene al Hijo
tiene la vida; y el que no tiene al Hijo de Dios no
tiene la vida". 1 Juan 5:12.
"De cierto, de cierto os
digo: El que cree en mí, tiene vida eterna". Juan 6:
47.
"El que
cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehusa
creer en el Hijo de Dios no verá la vida, sino que la
ira de Dios está sobre él". Juan 3: 36.
"El que
en él cree no es condenado; pero el que no cree, ya ha
sido condenado, porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios". Juan 3:18.
"De
cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y
cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a
condenación, mas ha pasado [36] de muerte a vida".
Juan 5:24, American
Standard Version.
Los dos versículos de
la American Standard
Version son fieles al original griego. La
palabra "condenación" en Juan 5:24 fue traducida de la
misma palabra griega que se tradujo "juicio" en el
mensaje del primer ángel.
"El que
cree en el Hijo tiene vida eterna," y "no
vendrá a condenación"; mientras "el que no
cree en el Hijo no tiene la vida," y "ya
ha sido condenado". Esta es una condición
presente, cuando uno "cree," y no algo que uno anhela
después del juicio investigador.
Si los
creyentes ya tienen "vida eterna", y los incrédulos
"ya han sido condenados", Dios seguramente lo sabe.
Entonces, ¿cuál es el propósito de que Dios se pase
más de 100 años examinando los libros "para determinar
quiénes están preparados para el reino de Dios," como
enseña la denominación?
El J. I.
le roba a uno el gozo del evangelio, y empequeñece a
Dios, reduciéndolo a un mero hombre, y un hombre de
segunda categoría además, porque todo negocio bien
administrado lleva las cuentas de sus servidores o
patrocinadores estrictamente al día.
Hablando
del J. I., la Sra. White dice: "Al abrirse los libros de
registro en el juicio, las vidas de los que han creído
en Jesús pasan en revista delante de Dios. Comenzando
por los que primero vivieron en la tierra, nuestro [37]
Abogado presenta los casos de cada generación sucesiva,
y cierra con los vivos. Cada nombre es mencionado, cada
caso investigado minuciosamente". Gran Conflicto,
p. 493. De acuerdo con esto, los nombres de todas las
personas dignas, desde Abel hasta Juan, tendrán que ser
examinados en el J. I., que comenzó en 1844.
De
acuerdo con Pablo, Abel no sabía nada del J. I. o bien
tenía el "testimonio" equivocado. Escuchemos el testimonio de Pablo:
"Por la fe Abel ofreció a
Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual
alcanzó testimonio de que era justo". Heb. 11:4. De
hecho, lo mismo se dice de la lista entera que se
menciona en este capítulo once. "Y todos éstos, aunque
alcanzaron buen testimonio mediante la fe ...
Versículo 39. ¿Qué era falso testimonio? "Dios no lo
quiera". Cuán ridículo es enseñar que los nombres de
Abel, Abraham, José, Moisés, los dos Juanes, Pedro,
Pablo, Timoteo, y todos los otros a quienes Dios usó
con poder, tienen que ser examinados en el J. I. para
determinar si están "preparados para el reino de
Dios". Es aún más ridículo pensar que Dios tuvo que
esperar hasta Oct. 22 de 1844 para saber si Abraham,
Moisés, y Pablo estaban "preparados para el reino".
Si los
escritores bíblicos se hubieran enterado del J. I.,
ciertamente habrían puesto un codicilo a algunas
afirmaciones. Pablo debería haber dicho:
"Todo el que invocare el nombre del
Señor será salvo" si [38] no se cae en el J. I.
Rom. 10:13.
"He peleado la buena batalla, ha acabado
la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está
guardada la corona de justicia", si no la pierdo en
el J. I. 2 Tim. 4: 7,8.
Y Juan debería haber dicho:
"Bienaventurados los muertos que mueren
en el Señor", si pasan el J. I. Apoc. 14: 13.
"Vi bajo el altar las almas de los que
habían sido muertos por causa de la palabra de Dios,
y por el testimonio que tenían ... Y se les dieron
vestiduras blancas" después de 1844, si pasan el J.
I. Apoc. 6: 9,11.
Sin duda algunos de nuestros
críticos nos acusarán de ser sacrílegos; pero, si
aplicar un dogma es sacrilegio, qué diremos del dogma
que requiere una aplicación tal? De ninguna otra manera
puede hacerse que estos y otros textos se ajusten al
dogma del J. I.
Si el J. I. es un hecho,
entonces los cristianos a través de las edades han
estado engañados al regocijarse en las promesas de Dios.
¿De qué le sirven las siguientes promesas a alguien que
cree en el J. I.?
"Cuanto está
lejos el oriente del occidente, hizo alejar de
nosotros nuestras rebeliones". Sal. 103:12.
"Yo
deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla
tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí". Isa.
44: 22.
"Deje
el impío su camino, y el hombre inicuo sus
pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de
él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será
amplio en perdonar". Isa. 55: 7. El propósito es que
esta promesa se aplique mientras el penitente puede
pensar, y no está restringida al período después de
1844.
"Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad". 1 Juan 1:9. ¿Cuándo? Con toda seguridad,
cuando uno confiesa, no durante el J. I. Si un pecador
es perdonado y limpiado cuando confiesa, ¿deben Dios y
él esperar hasta que su caso sea decidido en el J. I.
antes de poder regocijarse por haber sido perdonado y
limpiado?
¿Cuándo hay "gozo
en el cielo por un pecador que se arrepiente", cuando
se arrepiente o después de que pasa la prueba del J.
I.?
Capítulo
6 - Conclusión
-
Construyendo
sobre una traducción defectuosa
Los Adventistas del Séptimo Día han
sido confirmados en su error por un estudio
superficial de Hechos 3:19: "Así que, arrepentíos y
convertíos, para que sean borrados vuestros pecados;
cuando vengan de la presencia del Señor tiempos de
refrigerio". Sobre esta desafortunada traducción,
han fortalecido su creencia de que los pecados de
los justos no son borrados sino hasta justo antes de
la venida del Señor, o durante el J. I. Si
hubiesen consultado cualquier traducción fiable, [40]
habrían descubierto su error. La Revised Version
y la American Standard Version vierten este
pasaje así: Arrepentíos, por lo tanto, y volveos, para
que vuestros pecados puedan ser borrados, para que
vengan tiempos de refrigerio de la presencia del
Señor". Con esto concuerdan no menos de una docena de
otras traducciones que hemos consultado; de hecho, la
traducción católica es la única que concuerda con la Authorized
Version.
"Los tiempos de
refrigerio de la presencia del Señor" es una inmediata
y frecuente bendición para cada cristiano, y no un
suceso futuro asociado solamente con la venida del
Señor. El que nunca ha experimentado un "tiempo de
refrigerio del Señor" y lo está postponiendo hasta que
venga el Maestro, sabe poco del gozo de la vida
cristiana.
En Gospel
Workers, p. 302, la Sra. White dice:
"Hemos
de ser establecidos en la fe, a la luz de la
verdad que se nos ha dado en nuestras primeras
experiencias ... Escudriñamos las Escrituras con
mucha oración, y el Espíritu Santo trajo la verdad a
nuestras mentes ... El poder de Dios vino sobre mí,
y pude definir claramente lo que es verdad y lo que
es error.
"Al
ser establecidos así los puntos de nuestra fe,
nuestros pies fueron colocados sobre un sólido
fundamento. Aceptamos la verdad punto por punto, bajo
la demostración del Espíritu Santo. Fui arrebatada en
visión, y se me dieron explicaciones". [41]
Aquí tenemos un
cuadro de los pioneros, incluyendo a la Sra. White,
que pasaban, como ella dice, noches enteras en
oración y estudio de la Palabra, y entonces el
Espíritu Santo trajo la verdad a sus mentes, y la
Sra. White fue arrebatada en visión y fue capacitada
para "definir claramente lo que es verdad y lo que
es error". El Sr. y
la Sra. White, y otros, estudiaron las
Escrituras con mucha oración, y, como ellos afirman,
el Espíritu Santo les reveló que el J. I.
"ciertamente es sin fundamento en la palabra de
Dios"; y que
los que enseñaban que este juicio comenzó en 1840
o 1844 estaban equivocados; que el Espíritu Santo
les reveló lo que le fue revelado a Daniel
(7:9-11) que el juicio no podía comenzar sino
hasta que los santos fuesen hechos inmortales, y
viniera el "Anciano de Días", y el "cuerno pequeño" dejase de
prevalecer, lo cual no será hasta que sea destruído
por el resplandor de la venida ded Cristo"; que el
Señor le reveló a Pablo que "el Señor Jesucristo
juzgará a los vivos y a los muertos cuando
apareciere (no antes)", y que por lo tanto el mensaje
del primer ángel "no prueba que el día del juicio
vino en 1840 o 1844, ni que ocurrirá antes de la
segunda venida".
Así, pues, fue
establecido en "los primeros días del mensaje" por
"los pioneros" bajo "el poder del Espíritu Santo",
y fue confirmado por la Sra. White en visión, así
como por Pablo y Daniel, que
el J. I. "es ciertamente sin fundamento en la
palabra de Dios", y que el mensaje del primer
ángel no enseña que el J. I. ocurrirá "antes del
segundo advenimiento" porque tal juicio es
innecesario, puesto que Jesús y los ángeles
ciertamente sabrán a quién habrán de resucitar y
reunir en la Nueva Jerusalén, sin un juicio
investigador.
Así, se ve claro, a partir de sus
propias enseñanzas, que estamos sobre el "firme
fundamento" establecido por "los pioneros" en los
"primeros días del mensaje" y que estamos
"contendiendo ardientemente por la fe que una vez
fue entregada a 'los pioneros', mientras que los
White y sus seguidores, desde 1858, son los
"herejes," que se han apartado del seguro
fundamento establecido por los pioneros y su
profeta. Es contra ellos, no contra "la Reunión de
los Llamados Herejes,"contra quienes se debería
proclamar una advertencia de que no están
sólidamente asentados en la fe.
De acuerdo con sus enseñanzas actuales,
el único suceso que marcó la terminación del gran
período profético de los 2,300 días fue el anuncio
del paso de Cristo del primer al segundo
compartimiento en el santuario celestial para
comenzar la purificación del santuario celestial y
un J. I. De acuerdo con sus enseñanzas, éste es el
período profético más importante enla Biblia
entera. Este sucso entronizó "el más grande y más
importante movimiento religioso que el mundo haya
presenciado jamás". [43]
Sin embargo, la gran piedra angular de
éste, el mayor movimiento en la historia del
mundo, no fue creído ni enseñado por la
denominación durante doce años después de la
terminación de este gran período. Este gran
movimiento había pasado a la historia por doce
años, antes de que la organización respaldara la
invención del J. I.
De acuerdo con la posición actual de
ellos, el gran despertar religioso que Dios
instituyó bajo el liderazgo de William Miller, el
movimiento que Dios había bendecido y dirigido tan
maravillosamente, que marcó el comienzo del "mayor
movimiento religioso que este mundo jamás hubiese
presenciado", nunca siquiera avistó el gran suceso
que marcó la terminación de los 2,300 días hasta
años después de que el movimiento había pasado a
la historia como un gran engaño. No sólo no fue
dado al mundo, sino que fue firmemente combatido
por los pioneros por lo menos por seis años
después de 1844; y no fue enseñado por la
organización por 12 años después de que el gran
suceso había pasado a la historia. ¿Puede algo ser
más inconsistente? ¿Podía Dios ser puesto en una
posición más ridícula que la de registrar en Su
Palabra el período profético más largo y más
importante en la Biblia entera, y luego iniciar un
gran movimiento mundial para proclamar la
terminación de ese período sin revelarles a sus
mensajeros, que estaban anunciando el mensaje al
mundo, el suceso que Dios tenía el propósito de
que marcara la terminación de éste, el "mayor y
más importante" período, por 12 años [44] después
de que el período terminó? Entonces, cuando por
fin se decidieron por un suceso que marcara la
terminación de este período, doce años después del
fracaso del gran despertar, fue "sin fundamento en
la Palabra de Dios". Era, no sólo sin fundamento
en la Palabra de Dios, sino directamente contrario
al espíritu del evangelio. No se debe perder de
vista el hecho de que, de acuerdo con su propia
actual enseñanza, el único suceso que marca la
terminación de los 2,300 días es el J. I. Hay que
recordar también que James White usó todos los
textos bíblicos, que ahora se usan para sustentar
el J. I., para mostrar que ningún juicio comenzó
en 1840 o 1844.
La
invención anti-bíblica del J. I. ha llevado a
muchos hombres inteligentes a las meteduras de
pata más inexcusables. De hecho, su posición
acerca del mensaje del primer ángel ha producido
una abundante cosecha de posiciones insostenibles.
Principal entre éstas es su posición sobre la
expiación, que los conduce a enseñar que: El día
de expiación comenzó en 1844.
"La intercesión de
Cristo a favor del hombre en el santuario
celestial es tan esencial al plan de salvación
como su muerte en la cruz". Great
Controversy, p. 489.
Cristo no hizo la expiación cuando
derramó su sangre en la cruz. Que este hecho
quede fijado en la mente para siempre".
Uriah Smith, Looking Unto Jesus, p.
237.
"De hecho,
nuestros pecados son transferidos al santuario
celestial por la sangre de Cristo," contaminando
así el santuario". Spirit of Prophecy, tomo
4, p. 266.
Esta misma "sangre
borra los pecados de su pueblo del santuario
celestial," purificando así el santuario". Do.,
p. 267. Sp. of P., tomo 4, p. 266.
Satanás lleva los
pecados de los redimidos. Do. p. 267, El
Gran Conflicto, p. 422.
Esta lista podría
continuar a discreción, pero nuestro limitado
espacio no lo permite.
Hemos mostrado que ningún tipo
de juicio comenzó en 1844; que ningún tipo de
mensaje angélico se dio durante el movimiento de
Miller. Por lo tanto, el mensaje del primer
ángel nunca se ha dado, y, en consecuencia, no
hay nada que marque la terminación de ningún
período profético en 1844. Si el
mensaje del primer ángel no ha sido dado, ¿qué
acerca del segundo y el tercero?
Nadie puede obtener una correcta
interpretación del comienzo de la historia de la
denominación sin leer los primeros tres documentos
publicados conjuntamente por los pioneros. Estos
documentos representan las enseñanzas y
actividades de los dirigentes Adventistas durante
por lo menos los primeros siete años después del
gran chasco. Nunca han sido honestamente
presentados al laicato, ni correctamente
reproducidos en sus publicaciones o los libros
anunciados comúnmente. Contienen hechos negados
por muchos de sus dirigentes y groseramente
desfigurados por su primer historiador. Estos
documentos son:
A Word to the
Little Flock [Una palabra a la
manada pequeña]: Un folleto de 24
páginas, publicado por James White en 1847.
Contiene la primera visión de la Sra. White
completa, e incluye porciones que fueron dejadas
fuera de todas las primeras ediciones de Early Writings
[Primeros Escritos].
The
Present Truth [La
verdad presente]: Una serie de once
números de una publicación periódica de 8
páginas, editados por James White desde julio de
1849 hasta noviembre de 1850. También contiene
algunas visiones de la Sra. White, que nunca han
sido republicadas completas en ninguno de sus
libros.
The Advent Review
[La Revista
Adventista]: Publicado por James White y
otros cuatro pioneros, en 1850. Contiene 48
páginas, y en su mayor parte está dedicado a
acusar a los Adventistas del Primer Día de
apartarse de la verdad porque rehusaron creer
que "la puerta de la misericordia" se había
cerrado para todo el mundo el 22 de octubre de
1844, y estaban trabajando por la salvación de
los pecadores.
NOTA:
(Por Robert K. Sanders). De
acuerdo con la enseñanza anti-bíblica de Ellen G.
White, el juicio
investigador ha estado teniendo lugar por 155 años,
hasta el año de 1999. ¿Cree Ud. realmente que
Dios necesita 155 años o más para juzgar al mundo y
determinar quiénes serán salvos y quiénes se
perderán? ¿Notó Ud. que los santos enumerados en
Hebreos 11 fueron juzgados dignos de entrar en la
ciudad construída no con mano antes del juicio
investigador de Ellen G. White? Efe. 1:4 da a
entender claramente que Dios conoce a los salvados
antes de la creación del mundo. "Según nos escogió
en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él. En
amor".