E. S. Ballenger escribió tres folletos: "El mensaje del primer ángel", "El mensaje del segundo ángel", y "El mensaje del tercer ángel". Los números de las páginas y los capítulos de estos folletos son los mismos que los de los folletos originales. Estos libros son muy raros y realmente vale la pena leerlos para entender el Adventismo y sus falsas enseñanzas. Robert K. Sanders.
   
Ellen G. White
Ellen G. White
EL MENSAJE DEL PRIMER ÁNGEL
o
EL JUICIO INVESTIGADOR

E. S. Ballenger
Traducido de Truth or Fables


Capítulo 1 - ¿Qué es el mensaje del primer ángel?

La batalla de Armagedón representa el último de una serie de juicios que terminan con la segunda venida de Cristo al comienzo de los mil años, o el milenio.

Esta serie de juicios es anunciada por un solemne pero gozoso mensaje registrado en Apocalipsis 14: 6,7.

"Y vi otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía las buenas nuevas eternas para proclamarlas a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, y lengua, y pueblo; y dijo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio es venida; y adorad a aquél que hizo el cielo y la tierra, y el mar, y las fuentes de las aguas". American Standard Version.

La versión común que dice: "Teniendo el evangelio eterno para predicarlo", no está en armonía con el original. El texto no hace referencia al evangelio de la salvación del pecado por medio de la muerte de Cristo. Estas buenas nuevas del ángel son algo muy diferente.

La palabra "evangelio", que aparece en nuestra versión común, ocurre setenta y siete veces en el Nuevo Testamento, pero éste [2] es el único caso en que aparece sin el artículo definido "el" o alguna otra modificación definida, como "mi evangelio", "nuestro evangelio", o "evangelio de Dios". Aquí la palabra griega "euaggelion" aparece sola y es fielmente traducida en la versión citada más arriba.

Si el término "buenas nuevas eternas", o evangelio, no se refiere a la salvación del pecado, ¿a qué se refiere?

Téngase presente que la palabra griega traducida como "evangelio" significa buenas nuevas, o buenas noticias. Hay muchas clases de buenas nuevas, pero no todas las buenas nuevas son el evangelio de la salvación del pecado. David dijo que Ahimaas "es hombre de bien, y viene con buenas nuevas" (2 Sam. 18:27), pero no traía el evangelio de la salvación del pecado. Los leprosos que entraron al campamento abandonado del ejército sirio dijeron: "Hoy es día de buena nueva" (2 Reyes 7:9), pero no era la buena nueva de la salvación del pecado. No. Era la salvación de morirse de hambre.

Si un padre de familia en cualquier hogar cristiano existente le dijera a un niño: "Tráeme el libro", el niño, sin preguntar, le traería la Biblia. Sin el artículo definido "el", un niño podría traer cualquier libro, obedeciendo así la solicitud del padre. Los Adventistas del Séptimo Día tienen una frase que es más común a su modo de hablar que "el evangelio" lo es al Nuevo Testamento. "La verdad" es proverbial entre ellos en la letra impresa, desde el púlpito, y en las bancas de la iglesia. Significa "el mensaje del tercer ángel". Si [3] un desconocido testificara en una de sus reuniones sociales y usara la expresión: "Amo verdad", ¿lo considerarían un fiel Adventista del Séptimo Día? Pero si dijera: "Amo la verdad", en seguida sería clasificado como uno de ellos.

Si un hombre declarara que ama y obedece "la verdad" pero no guardara el séptimo día sábado, en seguida lo acusarían de decir falso testimonio. Pero si dijera "verdad", lo considerarían un buen candidato. La omisión del artículo definido "el" en la expresión "la verdad" es muy significativo para cada Adventista y correctamente de acuerdo con su credo. No es menos significativo cuando es omitido delante de "evangelio" en el mensaje del primer ángel.

El ángel dice exactamente cuáles son sus buenas nuevas. Refiérase al pasaje bíblico citado y será claro para el lector cuidadoso cuáles son las buenas nuevas del mensaje. No. No es "Temed a Dios y dadle gloria", porque ésa no es una buena nueva, sino una exhortación en vista de las buenas nuevas. No. No es "adorad al que hizo el cielo y la tierra", porque ésa también es una exhortación. Las buenas nuevas están expresadas en siete palabras de buenas nuevas eternas, "la hora de su juicio es venida".

Esta buena nueva no es salvación de los pecados de un mundo impío, sino de sus pecadores. Que el anuncio "la hora de su juicio es venida" es, en efecto, buena nueva [4], se muestra abundantemente en el mismo libro de Apocalipsis. Nótese lo siguiente:

"Y cuando hubo abierto el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?". Apoc. 6: 9, 10.

Este fuerte clamor de la sangre de los mártires por un juicio punitivo es contestado con la afirmación de que "los que moran en la tierra" matarán a los hermanos de los mártires por "un poco de tiempo", todavía futuro, y luego el clamor por un juicio será contestado.

Cuando llegue la hora de que esta sangrienta obra de matar a los santos termine para siempre en la destrucción de los que han bebido su sangre, el anuncio de que esta hora de juicio ha venido, ¿no será en verdad buena nueva para los santos, tanto en el cielo como en la tierra? Y ésta es la buena nueva del mensaje del primer ángel.

Nótese que las almas bajo el altar no están rogándole al Señor que inicie una investigación para ver si es necesaria una expiación en el propiciatorio para silenciar las demandas de una ley quebrantada por su muerte como transgresores de esa ley. Están clamando a Dios en alta voz pidiéndole que "juzgue ... a los que moran en la tierra", los que [5] los habían matado "a causa de la palabra de Dios y el testimonio que tenían".

Notemos ahora los pasajes que registran la respuesta de Dios al clamor de los mártires pidiendo juicio contra sus perseguidores, y el gozo y el regocijo que siguen.

"Y el tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre. Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre, pues lo merecen. También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos". Apoc. 16:4-7.

"Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: "Ven acá, y te mostraré la sentencia [el juicio] contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas". Apoc. 17: 1.

Este juicio prometido se describe en el capítulo 18.

Hablando a las naciones a las cuales Babilonia ha hecho beber hasta embriagarse con el vino de su fornicación, dice Dios:

"Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto [6]; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto, y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es el Señor, que la juzga." ...

"¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte, porque en una hora vino tu juicio". Apoc. 18:6-10.

"Regocijaos sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles, y profetas; porque Dios ha juzgado vuestro juicio sobre ella". Apoc. 18:20, Versión Revisada, en inglés.

"Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación, y honra, y gloria, y poder son del Señor Dios nuestro, porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos". Apoc. 19:1-3.

La palabra "juicio" o "juicios" en Apoc. 18:10 y 19:2 ciertamente significa el castigo de Dios sobre los impíos, y no una investigación. ¿Con qué autoridad puede cualquier persona afirmar que "juicio" en el mensaje del primer ángel significa algo más, cuando todas son traducidas de la misma palabra griega?

A estas alturas, el lector debe estar profundamente [7] impresionado con la verdad de que el anuncio de que la hora del juicio de Dios ha venido es ciertamente "buenas nuevas eternas", y es buena nueva porque anuncia los juicios destructivos de Dios sobre los perseguidores de sus santos y por lo tanto su eterna liberación. Pero el griterío no ha hecho sino comenzar.

"Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en  tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran multitud, y como el estruendo de muchas aguas, como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!". Apoc. 19:4-6.

¿Quién ha estado reinando? "La mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra". Apoc. 17:18.

Nótese que todo este tremendo regocijo en el cielo y en la tierra, de los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes, y los santos, grandes y pequeños, es por el hecho de que la hora del juicio de Dios ha venido y de que, por sus juicios punitivos, ha librado a sus santos de aquéllos que los perseguían.

Por lo tanto, el mensaje del primer ángel es claramente las buenas nuevas eternas de Dios, cuando anuncia que "la hora de su juicio ha venido".

El primer ángel pronunciará su mensaje cuando Babilonia comience a declarar: "Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto"; cuando "todos los que moran en la tierra adorarán" a la bestia "diciendo: '¿Quién como la bestia, y quién podrá hacer guerra contra ella'?"; cuando todo el mundo, excepto el fiel "remanente", "esté intoxicado con admiración por la gloria de la bestia y la mujer sentada sobre ella, y sea declarado alta traición declarar que Dios está a punto de destruir la combinación impía. Se necesitarán hombres de una fe y un valor más que comunes para anunciar el mensaje del primer ángel, y se necesitará un poder más que humano para evitar que estos mensajeros sean borrados de la faz de la tierra. Pero Dios tendrá fieles servidores que proclamarán su mensaje cuando llegue la hora, y Él los cuidará.

Capítulo 2 - El juicio investigador en la historia del Adventismo

El mensaje del primer ángel, o "mensaje de juicio", como es llamado en el lenguaje común Adventista, fue dado por William Miller y sus seguidores antes del 22 de octubre de 1844. Ellos dieron la correcta interpretación de este mensaje. La idea de que una obra de purificación habría de tener lugar en el cielo nunca les pasó por la mente. Enseñaron que el juicio del primer mensaje era la destrucción de los impíos. [9]

Después del gran chasco del 22 de octubre de 1844, vivieron esperando el regreso del Señor casi todos los días. Al continuar esperando, se hundieron más y más en la perplejidad. Se multiplicaron las explicaciones de su desengaño. Al aparecer nuevas teorías, los Adventistas se dividieron en muchas facciones. Había dos  sobresalientes diferencias de interpretación, que resultaron en la división de los creyentes Adventistas en dos bandos muy hostiles entre sí. Estas dos enseñanzas se relacionaban con el cierre del tiempo de oportunidad y la terminación de los 2,300 días. El séptimo día sábado llegó un poquito más tarde, lo que ensanchó la brecha entre las dos facciones.

A comienzos de 1845, un grupo comenzó a enseñar que habían cometido un error en sus cálculos y que, por lo tanto, los 2,300 días no habían terminado en 1844. Reajustaron sus cifras y continuaron fijando fechas para la terminación de los períodos proféticos y la venida del Señor. Por un tiempo, también ellos enseñaron la "puerta cerrada", pero, en abril de 1845 se reunieron en una conferencia en Albany, N. Y., y repudiaron la "puerta cerrada", y salieron a trabajar en la conversión de pecadores. Este grupo se volvió contra el séptimo día sábado, y por lo tanto, se llamaron los Adventistas del Primer Día.

El otro grupo, dirigido por James White y su esposa, Joseph Bates, y otros, continuaron firmemente en favor de la terminación de los 2,300 días en 1844, la "puerta cerrada," y más tarde, el sábado. Por supuesto, éstos se llamaron Adventistas del Séptimo Día. Ningún Adventista bien informado y honesto negará estas sobresalientes diferencias, que distinguían a los dos grupos.

Ambas facciones continuaron fijando fechas para el regreso del Señor: Una, reajustando la fecha para la terminación de los 2,300 días; el otro, especulando sobre lo que estaba sucediendo en el cielo.

Los seguidores de los White nunca cambiaron su enseñanza de que los 2,300 días habían terminado el 22 de octubre de 1844. Habiendo fijado esta fecha, su única explicación giraba en torno al suceso que tuvo lugar en 1844. Ambos grupos estaban bendecidos con fértiles imaginaciones, y las usaron bien. Uno frenéticamente  cambiaba las fechas para el comienzo y el fin de los períodos proféticos, mientras que el otro mantenía el ritmo presentando escenas celestiales, y de esta manera, cambiando las fechas para la venida del Señor.

Al comienzo de su desengaño, los Adventistas del Séptimo Día enseñaban que Cristo fue a la presencia del Padre para recibir el reino y que, por lo tanto, regresaría a la tierra después de su coronación. Esta enseñanza tuvo una corta vida. Luego enseñaron que Cristo había entrado al Lugar Santísimo para hacer expiación. Más tarde, que debían ser sellados con el sábado. La última y más permanente teoría, y la que todavía enseñan, se conoce como el Juicio Investigador.

Como lo enseña la denominación, el juicio investigador, es un invento, [11] no un descubrimiento. Es el resultado de una serie de muy graves desengaños.

El Juicio Investigador definido

Dejaremos que James White y la Sra. E. G. White definan lo que quieren decir con Juicio Investigador.

"El juicio investigador tiene lugar antes del segundo advenimiento y la resurrección de los justos, para saber quiénes son dignos de la primera resurrección". James White, Life Incidents, p. 323.

"Esta obra de examinar el carácter, de decidir quiénes están preparados para el reino de Dios, es la del juicio investigador, la obra final en el santuario en el cielo". E. G. White, Great Controversy, p. 428.

Para abreviar, usaremos las iniciales J. I. para indicar juicio investigador.

Con estas claras afirmaciones delante de ellos, Review and Herald, en la edición del 29 de octubre de 1931, afirmó que el J. I. no es para informarle a Dios, porque Él sabe, "por cuanto Él es infinito; pero los hombres y los ángeles no saben porque tanto los hombres como los ángeles son finitos. La razón de un juicio es, pues, para que los seres finitos puedan, no sólo creer que Dios es justo, sino para que conozcamos tanto la perfección de su justicia como la profundidad de su misericordia".

Con esta afirmación, la publicación denominacional se opone de plano a su propia profetisa en dos puntos. Primero, la Sra. White y toda la literatura denominacional enseñan que el propósito del J. I. es el de infomar a Dios. Segundo, la Sra. White repetidamente dice que los ángeles saben. En Testimonios, tomo 1, p. 544, ella dice: "Los ángeles celestiales están familiarizados con nuestras palabras y acciones, y hasta los pensamientos y las intenciones del corazón". Véase también el tomo 2, pp. 181, 442 de Great Controversy, p. 486.

El Review and Herald enseña que los muertos permanecen inconscientes hasta la resurrección. Por lo tanto, ningún J. I. puede informarles a los muertos sino hasta después de la venida de Cristo, cuando vuelven a la vida. Además, la denominación, incluyendo a la Sra. White, enseña que el J. I. termina antes de la resurrección, para que Dios "pueda saber quiénes son dignos de la primera resurrección". Si el J. I. termina antes de la primera resurrección, entonces los pobres hombres finitos nunca tendrán el privilegio de conocer ni "la perfección de su justicia" ni "la profundidad de su misericordia".

Entonces, cuán inconsistente es enseñar que un J. I. comenzó en 1844, si Dios y los ángeles conocen "cada pecado secreto" y "los pensamientos e intenciones del corazón" y que los muertos permanecen inconscientes hasta que el J. I. haya terminado.

El juicio investigador en progreso durante más de 100 años

"El Juicio está ocurriendo ahora en el santuario en el cielo. Esta obra ha estado en progreso por cuarenta años. Pronto -- nadie sabe cuándo -- pasará a examinar los casos de los vivos". La Sra. E. G. White, Spirit of Prophecy, tomo 4, p. 315. Publicado [13] en 1884. Si en 1884 había estado en progreso durante cuarenta años, ahora lo habría estado por más de 100 años.

James White se opuso resueltamente al juicio investigador

La teoría del J. I. es contraria, no solamente a las Escrituras, sino también a las enseñanzas de los pioneros, incluyendo la Sra. White. El Capitán Bates enseñó el J. I. no muchos años después del desengaño, pero James White combatió la teoría de Bates vigorosamente. Después de citar Mateo 25:31-33, dice:

"Este pasaje evidentemente apunta a los sucesos más importantes del día del Juicio. Ese día durará 1,000 años -- 2 Pedro 3:7, 8. El suceso que introducirá el día del Juicio será la venida del Hijo del Hombre, para levantar a los santos que duermen, y transformar a aquéllos que estén vivos en ese momento...

"No es necesario que la sentencia final se pronuncie antes de la primera resurrección, como algunos han enseñado, porque los nombres de los santos están escritos en el cielo, y Jesús y los ángeles ciertamente sabrán a quiénes resucitar y reunir en la Nueva Jerusalén". James White en A Word to the Little Flock, p. 24.

Esto se publicó en mayo de 1847, y sin embargo, el hermano Bates continuó enseñando esta teoría del J. I. Para enfrentarse a esta herejía del Capt. Bates, la Sra. White tuvo una visión el 5 de enero de 1849, confirmando la posición de su esposo sobre el juicio. En esta visión, ella dice: [14]

El J. I. es contrario a las "visiones"

"Vi que la ira de las naciones, la ira de Dios, y el tiempo de juzgar a los muertos, eran separados y distintos, cada uno siguiendo al otro". Early Writings, p. 36.

Estas citas muestran que James White y su esposa no creían que el J. I. comenzaría antes de la primera resurrección.

La Sra. White definió la ira de Dios como las siete últimas plagas. (Véase Early Writings, p. 64). Por lo tanto, podemos  sustituir "la ira de Dios" por las "siete últimas plagas" en la cita que antecede.

Entonces, se leería así: "Vi que la ira de las naciones, las siete últimas plagas, y el tiempo de juzgar a los muertos, eran separados y distintos, cada uno siguiendo al otro".

Esto ocurrió en enero 5, 1849. Por lo tanto, las siete últimas plagas deben haber ocurrido antes de esta fecha, de lo contrario el J. I. no habría comenzado.

El J. I. no tiene fundamento en la Palabra de Dios

Pero tenemos evidencia más positiva de parte de James White contra el J. I. En el Advent Review de septiembre de 1850, James White dice: "Algunos han argumentado que el día del juicio ocurrió antes de la segunda venida. Esta posición ciertamente no tiene fundamento en la palabra de Dios....

"Daniel, 'en visiones de la noche', vio que el 'juicio fue dado a los Santos del Altísimo', pero no a santos mortales -- no 'hasta que vino el Anciano de días', y el 'cuerno pequeño' dejó de prevalecer, lo cual no será sino hasta que sea destruído por el resplandor de la venida de Cristo.

"'Te encargo delante de Dios, y del Señor Jesucristo que juzgará a vivos y muertos en [no antes de] la manifestación de su venida y de su reino'". -- 2 Tim. 4:1.

"El hecho de que el ángel del advenimiento [Apoc. 14: 7] 'diga a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio es venida', no prueba que el día del juicio vino en 1840, ni en 1844, ni que ocurrirá antes del segundo advenimiento".

No podría haber lenguaje más fuerte para mostrar que los White no creyeron en un juicio investigador hasta finales de 1850, seis años después del chasco. Nótense algunas de las fuertes expresiones en este artículo: "que el día del juicio ocurrió antes de la segunda venida ... ciertamente no tiene fundamento en la palabra de Dios". Nótese que, además, él afirma de lo más positivamente que el mensaje del primer ángel "no prueba que el día del juicio ocurrió en 1840, ni en 1844, ni que ocurrirá antes de la segunda venida".

Daniel 7:9, 10, 13, 14.

Es también digno de notarse que el pastor White usa Daniel 7:9-11 para probar que el juicio no podía comenzar antes ded la segunda venida de Cristo. Por ochenta y ocho años, la denominación ha estado usando [16] este pasaje para probar que el J. I. comenzó en 1844; mientras el Hermano White lo usa con igual fuerza para probar que el jucio no podía comenzar antes de la primera resurrección.

Aproximadamente desde 1857 y hasta hace unos pocos años, la denominación había estado unida en la enseñanza de que Daniel 7:9, 10, 13 anunciaba el comienzo del J. I. De las muchas pruebas en apoyo de este hecho, citaremos sólo una: Después de citar el pasaje que entecede, la Sra. White dice: "Así fue presentada a la visión del profeta la apertura del juicio investigador". Spirit of Prophecy, Tomo 4, p. 307.

Algunos estudiantes bíblicos de la denominación han reconocido la superficialidad de esta aplicación y han tratado de corregir el error garrafal.

En el Sabbath School Quarterly [folleto de Escuela Sabática] para el tercer trimestre de 1927, página 30, se encuentra una lección sobre el J. I. Reproducimos dos preguntas de este estudio:

"Pregunta 17. ¿Quiénes han de ser juzgados después de que los santos han sido llevados al cielo con Jesús? 1 Cor. 6:2,3; 2 Pedro 2:9 [énfasis nuestro].

"Pregunta 18. ¿Cómo se describe esta escena de juicio? Apoc. 20:4; Dan. 7:9, 10".

Esta es la verdadera interpretación de Daniel 7:9, 10, y concuerda con la posición de James White en 1850.

La lección de Escuela Sabática enseña que Dan. 7:9-14 describe una escena de juicio "después de que los santos han sido llevados con Jesús [17] al cielo".

¿Han sido los santos llevados al cielo ya? Entonces, la escena de juicio en 7:9-14 está todavía en el futuro. A pesar de los honestos esfuerzos de los escritores de las lecciones de Escuela Sabática para corregir este antiguo error, la denominación continúa enseñando esta antigua metedura de pata.

El J. I. se basa en un error más palpable que la errónea aplicación de Dan. 7:9-14 -- esto es, el significado del término "dentro del velo". Esto será considerado en el siguiente capítulo.

El J. I. no fue apoyado en los diez años siguientes a 1844

Como se enseña hoy, el juicio investigador no fue introducido en la literatura denominacional, aparte de los folletos publicados privadamente por el Capt. Bates, sino por lo menos diez años después del chasco. En la primavera de 1854, el Anciano Loughborough sugirió la idea del J. I. en una carta privada. La idea pareció impresionar favorablemente a Uriah Smith, editor asistente de la Review and Herald, como lo indican sus comentarios publicados sobre la carta del Anciano Loughborough. La idea permaneció latente como por tres años antes de que recibiera cualquier consideración de parte de la Review and Herald. Smith y Loughborough no estuvieron entre los pioneros hasta 1852, pues ambos eran demasiado jóvenes para tener alguna participación en el movimiento de 1844. Evidentemente, no estaban familiarizados con la posición tomada por James White y respaldada por la Sra. White en visión en relación con este tema antes de conectarse con la obra. [18]

James White y su esposa dan marcha atrás

La fuerte posición tomada por James White y su esposa contra el J. I. estaba demasiado fresca en sus mentes, y demasiado fresca en las mentes de sus seguidores, para que reversaran sus posiciones tan pronto. Por lo tanto, el Anciano White esperó como tres años antes de respaldar la sugerencia.

En el Review and Herald de enero 29, 1857, James White dio marcha atrás y respaldó la enseñanza de un J. I. Por cierto número de años después del chasco de 1851, batallaron sin ningún mensaje definido en relación con el advenimiento. Sentían muy vivamente la ausencia de algo que marcara la terminación de los 2300 días. Hasta ahora, cada una de las explicaciones había demostrado ser un sombrío fracaso. Los Adventistas del Primer Día estaban enseñando que los 2300 días no terminaron en 1844. Esto era combatido con máxima firmeza por los Adventistas del Séptimo Día. La gente exigía una explicación de lo que tuvo lugar en 1844 si los 2300 días terminaron en ese año. Pero los Adventistas del Séptimo Día no tenían ni una sola respuesta. Tenían que encontrar algo que marcara la terminación de este largo período, o capitular delante de sus más encarnizados enemigos, los Adventistas del Primer Día. El J. I. ofrecía la única vía de escape. Por lo tanto, James White cerró los ojos a su antigua posición, y con entusiasmo apoyó el J. I. que unos pocos años antes había combatido tan firmemente.

Después de que James White dio marcha atrás [19] y comenzó a enseñar el J. I., la Sra. White tuvo otra visión, en la cual se le mostró que el J. I. comenzó en 1844. Su esposo dio marcha atrás en 1857, y la Sra. White lo secundó en una visión en 1858. Spiritual Gifts, tomo 1, p. 198.

Moviendo el trono de Dios para ajustarlo a la creencia

Para reforzar su falsa enseñanza sobre el J. I., movieron a Dios del Lugar Santísimo en el Santuario al Lugar Santo, o primer compartimiento. Dondequiera que la Biblia habla de la posición de Dios, siempre lo presenta como en el Lugar Santísimo. James White y Uriah Smith enseñaron que Dios trasladó su trono al primer compartimiento a la ascensión de Cristo y permaneció allí hasta 1844. Biblical Institute, p. 80. Este libro se usó como texto en el Battle Creek College.

El pastor S. N. Haskell da una cálida descripción de este movimiento. "Octubre 1903 es el quincuagésimo noveno aniversario de uno de los mayores sucesos que jamás hayan ocurrido. El derrocamiento o el establecimiento de tronos terrenales no son nada en comparación con él.

"Antes de 1844, el glorioso trono del Creador del universo había estado en el primer compartimiento del santuario celestial ...

"En 1844, el trono fue colocado en el lugar santísimo". Bible Training School, oct. 1903, p. 68.

"Hace cincuenta y nueve años comenzó el Juicio Investigador. Cristo se levantó, y el trono de Dios fue trasladado del compartimiento exterior en el santuario celestial al [20] lugar santísimo. Fue escoltado por más de 100,000,000 de ángeles. Fue la más grandiosa escena que el cielo haya presenciado jamás. El Padre se levantó de su trono en el compartimiento exterior, y en un carruaje de fuego entró al Lugar Santísimo y se sentó. Entonces Jesús se levantó, y en un carruaje de nubes, que tenía ruedas como fuego llameante, fue llevado al lugar santísimo, donde estaba sentado el Padre." Id., p. 73.

Es un hecho notorio que ninguna de las posiciones sostenidas por la denominación le fue revelada en visiones de la Sra. White. En cada uno de los casos, cuando a ella se le mostraba cualquier punto de doctrina, era siempre después de que alguno de los pioneros había descubierto algún punto de la verdad, o lo que ellos suponían que era la verdad, después de lo cual ella tenía una visión y veía simplemente lo que sus compañeros de trabajo habían estado enseñando antes de su visión. Cualquiera fuera lo que los pioneros enseñaban, fuera verdad o error, si el esposo de ella lo apoyaba, ella, sin excepción alguna, lo sostenía en visión.

Este hecho es admitido por James White. En el Review and Herald  de oct. 16, 1855, dice: "Debería ser oído y entendido que todos estos puntos de vista sostenidos por el cuerpo de observadores del sábado fueron tomados de las Escrituras antes de que la Sra. White tuviera ninguna visión en relación con ellos". [21]

Capítulo 3 - "Del velo adentro"

El J. I. se sostiene o cae a causa del significado del término "del velo adentro". Por más de 88 años, la denominación ha enseñado que "del velo adentro" quiere decir en el lugar santo, o primer compartimiento del templo celestial. Las pruebas de esto forman legión, pero, a causa del limitado espacio, presentaremos sólo un testimonio, pero uno que ningún Adventista del Séptimo Día se atreverá a disputar. Citamos de Great Controversy, p. 420.

"El ministerio sacerdotal durante todo el año en el primer compartimiento del santuario, 'del velo adentro,' que formaba la puerta y separaba el lugar santo del atrio exterior, representa la obra del ministerio que Cristo inició a su ascensión".

Pero, si puede demostrarse por medio de las Escrituras que la expresión "del velo dentro" se aplica al compartimiento santísimo del santuario, entonces Cristo entró al lugar santísimo a su ascensión, y el argumento de que Él esperó hasta el 22 de octubre de 1844 antes de entrar al lugar santísimo del santuario celestial se cae por su base.

"Del velo adentro" es una expresión bíblica. Por lo tanto, debemos ir a la Biblia para ver lo que significa. Mi hermano Adventista del Séptimo Día, ¿está Ud. dispuesto a poner a prueba su interpretación por medio de este patrón y atenerse a la evidencia?

La frase "del velo adentro" sólo se encuentra [22] una vez en el Nuevo Testamento, pero aparece cinco veces en el Antiguo. Siendo un término prestado de los tiempos del servicio en el tabernáculo, por necesidad tenemos que ir al Antiguo Testamento en busca de una explicación de su significado. Para comodidad del lector, reproducimos cada uno de los ejemplos de su uso en el Antiguo Testamento en el orden en que aparecen.

Éx. 26:33. "Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo adentro, el arca del testimonio; y aquel velo os hará separación entre el lugar santo y el lugar santísimo".

Lev. 16:2. "Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio".

Lev. 16:12. "Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo".

Lev. 16:15. "Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio".

Núm. 18:7. "Mas tú y tus hijos guardaréis vuestro sacerdocio [23] en todo lo relacionado con el altar, y del velo adentro".

Aquí tenemos cinco versículos en lo cuales ocurre la expresión "del velo adentro". No hay otros ejemplos en el Antiguo Testamento. En todos los casos, sin ninguna excepción, el término se refiere al lugar santísimo. Desafiamos a cualquiera a que niegue este hecho.

Fuera del velo

Si del velo adentro se refiere al segundo compartimiento, entonces fuera del velo debe aplicarse al primer compartimiento, en el cual estaban el candelabro, el altar del incienso, y la mesa con los panes de la proposición. La expresión se encuentra cuatro veces en la Biblia. Las reproducimos todas. Éx. 26:35. "Y pondrás la mesa fuera del velo, y el candelero enfrente de la mesa al lado sur del tabernáculo; y pondrás la mesa al lado norte".

Éx. 27:20,21. "Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas. En el tabernáculo de reunión, afuera del velo, que está delante del testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos".

Éx. 40:22. "Puso la mesa en el tabernáculo de reunión, al lado norte de la cortina, fuera del velo".

Lev. 24:3. "Fuera del velo del testimonio, en el tabernáculo de reunión, las dispondrá Aarón [las lámparas] desde la tarde hasta la mañana delante de Jehová; es estatuto perpetuo por vuestras generaciones".

Tan ciertamente como el término "dentro del velo" se refiere al lugar santísimo, el término "fuera del velo" se refiere al lugar santo. No hay excepciones.

Delante del velo

Tanto "delante del velo" como "fuera del velo" se refieren siempre al primer compartimiento. No se usa sino cuatro veces, como sigue:

Éx. 30:6. "Y lo pondrás [el altar de incienso] delante del velo que está junto al arca del testimonio".

Éx. 40:26. "Puso también el altar de oro en el tabernáculo de reunión, delante del velo".

Lev. 4:6. "Y mojará el sacerdote su dedo en la sangre, y rociará de aquella sangre siete veces delante de Jehová, delante del velo del santuario". El versículo 17 es un duplicado del seis.

La palabra "velo", aplicada al tabernáculo, se encuentra 22 veces en el Antiguo Testamento, y en cada caso se aplica a la cortina entre el primer y segundo compartimientos. Es verdad que la puerta del tabernáculo era una cortina, pero los escritores del Antiguo Testamento nunca la llaman velo, mucho menos "el velo". Se lo llama "la colgadura de la puerta", "la puerta del tabernáculo", y "delante de la puerta del tabernáculo" siempre se refiere al atrio, frente al tabernáculo.  

El velo en el Nuevo Testamento

La palabra "velo", [25] referida al templo, se encuentra seis veces en el Nuevo Testamento. En Mat. 27:51, Mar. 15:38, y Luc. 23:45, encontramos el relato de la rasgadura del velo a la muerte de Cristo. Que el velo en estos tres evangelios se refiere a la cortina entre el primer y segundo compartimientos, ningún Adventista leal se atrevería a negarlo, porque la Sra. White dice:

"En el instante en que Cristo murió, había sacerdotes ministrando en el templo, delante del velo que separaba el lugar santo del lugar santísimo. De repente, sintieron que la tierra tembló bajo sus pies, y el velo del templo, una fuerte y suntuosa colgadura que se renovaba cada año, fue rasgada en dos de arriba abajo por la misma mano sin sangre que escribió las palabras de condenación sobre las paredes del palacio de Belzazar. El lugar santísimo, al que pies humanos consagrados entraban sólo una vez al año, quedó expuesto a la mirada del común de las personas". Spirit of Prophecy, tomo 3, pp. 166, 167. Véase también Desire of Ages, pp. 165, 756.

Estas citas muestran que la Sra. White enseñaba que, cuando el Nuevo Testamento usa el término "el velo", sin describirlo específicamente, significa la cortina entre los dos compartimientos. Y que no trate nadie de soslayar la fuerza de este hecho afirmando que el templo en el tiempo de Cristo no tenía sino una cortina, porque la Sra. White, por lo menos en dos ocasiones, hablando de la cortina que se rasgó en el tiempo de Cristo, la llama "el velo de adentro". Véase El Deseado de Todas las Gentes, pp. 165, [26] 765. Si era "el velo de adentro," entonces no puede haber sido el velo exterior.

Los otros tres usos del velo en el Nuevo Testamento se encuentran en la epístola a los Hebreos. Hebreos: 9:3. "Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo". Todos están de acuerdo en que esto se refiere al lugar santísimo. El hecho de que Hebreos lo llame "el segundo velo" no tiene importancia alguna. Es sólo para mostrar que había una cortina en la puerta, lo cual nadie niega.

Heb. 10:20. "Por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne". (El versículo 19 muestra que esto se aplica al "lugar santísimo").

Ahora llegamos al clímax de la controversia. ¿Qué significa "dentro del velo" en Heb. 6:19, 20? Dice "que penetra hasta dentro del velo; donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec".

En cada lugar en la Biblia entera en que se usa la frase "dentro del velo", se refiere sin excepción al lugar santo. Dondequiera que la palabra "velo" se encuentra en la Biblia entera en relación con los servicios de sacrificios, significa también, sin excepción, la cortina entre el primer y segundo compartimientos, a menos que sea éste en Heb. 6:19. La misma Sra. White define "el velo", sin describirlo específicamente, como la cortina que divide [27]  los dos compartimientos.

Con toda esta colección de evidencias, ¿qué autoridad tiene alguien para enseñar que "dentro del velo" en Hebreos 6:19 se refiere al primer compartimiento? En todo el mundo religioso, no hay una sola herejía tan desesperadamente ausente de fundamento bíblico como la que enseña que "dentro del velo" quiere decir en el primer compartimiento. Si los Adventistas del Séptimo Día tienen derecho a enseñar que "dentro del velo" significa en el primer compartimiento, entonces el que aboga por el domingo tiene igual o mayor derecho a enseñar que "sábado" en el Nuevo Testamento significa el primer día de la semana. Y, mi hermano, ellos pueden empujarlo a Ud. a un rincón muy incómodo, a menos que se corrija este sobresaliente error garrafal.

¿Qué significa?

Si "dentro del velo" significa en el lugar santísimo del santuario celestial, entonces Cristo estaba en el lugar santísimo cuando Pablo escribió la carta a los Hebreos. Si Cristo estaba en el lugar santísimo en los días de Pablo, entonces Él no pasó del lugar santo al lugar santísimo en 1844.

La idea de que Cristo esperó hasta 1844 para entrar a la presencia del Padre no sólo es un producto de la imaginación, puro y sin adulteración, sin la más leve sombra de apoyo en la Biblia entera, sino que es contraria a la enseñanza unificada de las Escrituras. Dondequiera que se menciona la posición de Cristo en el santuario celestial, siempre aparece en el santísimo. Marcos dice: "Fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. Marcos 16:19. Pedro lo ubica "a la diestra de Dios". Hechos 2:33; 1 Pedro 3:22. Esteban lo vio "a la diestra de Dios". Hechos 7:55. Pablo reconoce no menos de siete veces que Cristo está "a la diestra de Dios". Véanse Rom. 8:34; Efes. 1:20; Col. 3:1; Heb. 1:3; 8:1; 10:12; 12:2.

Ningún estudiante bíblico de este lado de Juan, aparte de los Adventistas del Séptimo Día, pensó jamás en retener a Cristo en el primer compartimiento del santuario celestial ni un sólo día después de su ascensión. Todos los apóstoles, reformadores, y maestros bíblicos han reconocido que Él está "a la diestra de Dios", en la misma presencia del Padre, y hacia alli han dirigido sus oraciones. La Sra. White ciertamente dijo la verdad cuando escribió que Satanás contestaba todas las oraciones dirigidas al primer compartimiento del santuario celestial. (Ver Early Writings, p. 261), porque ningún cristiano bien informado pensó jamás en dirigir sus oraciones a ningún otro lugar que no sea la mismísima presencia de Dios, que ha estado siempre en el lugar santísimo. Acusar a cualquiera que haya orado alguna vez de dirigir sus oraciones al primer compartimiento es un insulto a su inteligencia; y el que cualquier persona enseñe que Cristo permaneció en el primer compartimiento hasta 1844 y que luego se trasladó al segundo compartimiento es una desgracia para su inteligencia. [29]

Capítulo 4: Uso de los libros en el juicio

"El libro de la vida"

El "libro de la vida" juega un papel importante en el estudio del juicio investigador. Esta expresión se encuentra ocho veces en el Nuevo Testamento; siete de ellas están en el libro de Apocalipsis.

Dios promete al "que venciere" que Él "no borrará su nombre del libro de la vida" (Apoc. 3:5), pero advierte que "quitará su parte del libro de la vida" a cualquiera que quite algo de las palabras del libro de esta profecía". Apoc. 22:19.

"Todos los moradores d ela tierra se maravillarán" (17:8) y "adorarán" a la bestia, "cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida" (13:8), y "todos los que no se hallaron inscritos en el libro de la vida fueron echados en el lago de fuego" (20:15). "Los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero" tendrán el privilegio de entrar en la ciudad. (2:27). El libro de la vida se abre cuando los muertos son juzgados. (20:12).

El mensaje del tercer ángel es una advertencia contra "los que adoran a la bestia y a su imagen". Esta advertencia se da antes de que termine el tiempo de oportunidad. La entrega de este mensaje completa la división del mundo en dos clases: aquéllos cuyos nombres stán escritos en el libro de la vida, y los que adoran a la bestia [30] y a su imagen. El libro de la vida determina quiénes han de ser salvos, sin ninguna investigación.

¿Cuándo son registrados los nombres en el libro de la vida?

Cuando los discípulos regresaron de su viaje misionero, se regocijaron de que los demonios les estaban sujetos en el nombre de Cristo. Jesús les dijo: "No os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos". Lucas 10:20. ¿Cuándo habrían de regocijarse? ¿Cuándo serían sus nombres escritos en los cielos? Seguramente tenían el privilegio de regocijarse en ese momento, porque en ese tiempo sus nombres estaban registrados en el libro de la vida.

Pablo escribió a los filipenses: "Ayuden  a estas mujeres que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida". Fil. 4:3.  ¿Cuándo fueron sus nombres escritos en el libro de la vida? Evidentemente, antes de que el apóstol Pablo escribiera esa carta. Si permanecieron fieles hasta la muerte, entonces sus nombres todavía están allí. Entonces, ¿está Dios obligado a examinar cada obra de sus vidas para decidir si estas personas "son dignas de tomar parte en la primera resurrección?"

Daniel dice: "En aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro". 12:1.

Si el nombre de cada uno que ha creído es escrito en el libro de la vida cuando cree, y el libro de la vida determina quién se salvará, entonces ¿cuál es el propósito de que Dios tome tiempo para examinar el registro de cada nombre, y determinar quién será salvo?

"Los libros se abrieron"

La Palabra de Dios enseña claramente que habrá un juicio, y que se usarán libros en ese juicio. Este hecho aparece claro tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos. En Apoc. 11:18, Juan nos describe este juicio con los sucesos relacionados. "Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra".

Este juicio se describe nuevamente en Apocalipsis 20:12: "Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras". Daniel traza otra imagen de la misma escena. Véase Dan. 7: 9,10.

Nótese que son los muertos, y los muertos solamente, los que han de ser juzgados cuando se abran los libros. James White enseñó la verdad cuando escribió que este juicio no comenzó sino hasta después de la resurrección. Este juicio no comienza sino hasta que el cielo declare: "El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto". Apoc. 22:11,12. Este decreto sale antes del regreso del Maestro y ciertamente falla cada caso en cuanto a la salvación. Por lo tanto, cuando los libros se abran, no será para decidir quiénes habrán de ser salvos.

¿Con qué propósito se llevan los libros?

Si los libros no se llevan con el propósito de determinar quiénes han de ser salvos, entonces, ¿para qué son? Ciertamente Dios no necesita un juego de libros como guía para tomar decisiones, porque, como dijo el pastor White, "los nombres de los santos están escritos en el cielo, y Jesús y los ángeles ciertamente saben a quiénes habrán de levantar y reunir en la Nueva Jerusalén".

"Hemos llegado a ser espectáculos para el mundo, los ángeles, y los hombres". 1 Cor. 4:9. Las inteligencias en el cielo, no sólo comprenden nuestras acciones, sino que pueden leer los pensamientos y los motivos que dan lugar a nuestras acciones. No así el hombre, que no puede ver detrás de las acciones, ni puede ver los esfuerzos del Espíritu de Dios con los hombres pecadores. Muchos hombres y mujeres aparecen a nuestros ojos como muy santos, mientras de corazón son de lo más corruptos. Si, cuando lleguemos al cielo, algunos de nuestros seres queridos o amigos, que nos parecían honestos cristianos [33], no están allí, nos sentiremos perplejos y preguntaremos por qué. Si no tuviéramos manera de enterarnos de los hechos, tendríamos razón en preguntarnos si Dios fue justo al excluirlos. El propósito de los libros es el de instruir a los redimidos; y cuando hayamos examinado sus registros, y hayamos visto cómo Dios hizo todos los esfuerzos posibles por salvarlos y ellos rechazaron todos Sus esfuerzos, entonces nos sentiremos satisfechos con la justicia de Dios y cantaremos al unísono: "Justo eres tú, oh Jehová, y rectos tus juicios". Sal. 119:137.

Los santos han de tomar parte en el juicio. (Véase 1 Cor. 6:3). Este hecho nos obliga a una de dos conclusiones: O la gente a quienes Pablo les escribía se fueron al cielo antes de 1844, o el Juicio Investigador no comienza sino hasta después de la resurrección.

Oigo a alguien citar Romanos 14:10: "Todos compareceremos ante el tribunal de Cristo," y a partir de allí argumentar que tanto los justos como los impíos deben ser juzgados. Si un juzgado tuviera sólo la función de investigar o sopesar evidencia, tal aplicación se justificaría; pero un juzgado es tanto un lugar donde se dicta sentencia como un lugar donde se investiga. Debemos comparecer delante de Cristo para que recibamos nuestra sentencia.

Los justos reciben sus coronas y los impíos sus sentencias de muerte. Si Ud. objeta esta explicación porque los dos sucesos están separados por mil años, entonces explique Juan 5:28,29. "Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación". Aquí las dos resurrecciones, que están separadas por mil años, son descritas como teniendo lugar en una hora. Vale la pena notar que la palabra "condenación" en este texto fue traducida de la misma palabra griega que se traduce como "juicio" en el mensaje del primer ángel.

Capítulo 5 -
El juicio investigador desnaturaliza el Evangelio

El que cree en el juicio investigador como lo enseña la denominación no puede tener un concepto del evangelio, mucho menos disfrutar de sus bendiciones. Los dos son tan opuestos entre sí como el pecado y la justicia.

El evangelio es la buena nueva de la salvación del pecado por medio de la fe en los méritos redentores de Cristo. Todo el que conoce y acepta el evangelio tiene la certeza de que es "acepto en el Amado;" sabe que tiene la salvación. ¿Cómo puede alguien disfrutar de la buena nueva, si tiene que esperar hasta que Dios examine los libros para ver si la persona es digna de la salvación? Si Dios no sabe quiénes han de ser salvos sino hasta que Él examine los libros, entonces ciertamente ninguno de Sus hijos puede saberlo sino hasta que el J. I. haga su informe.

Esta es una de las razones -- si no la razón -- de que la denominación nunca supiera nada acerca de la "justificación por la fe por cuarenta y cinco años, y luego cuando les fue presentada en la Conferencia de Minneapolis en 1888, no la aceptaron". (Para leer acerca de que fue rechazada, véase Christ Our Justice [Cristo Nuestra Justicia], p. 86, y Testimonies to Ministers, pp. 79, 80, 97, 401). Los que rechazaron la "justificación por la fe" ejercitaron su buen juicio mientras creían y enseñaban el J. I.

Lector, pídale a sus dirigentes que armonicen su teoría del J. I. con los siguientes textos:

"El que tiene al Hijo tiene la vida; y el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida". 1 Juan 5:12.

"De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna". Juan 6: 47.

"El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehusa creer en el Hijo de Dios no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él". Juan 3: 36.

"El que en él cree no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios". Juan 3:18.

"De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado [36] de muerte a vida". Juan 5:24, American Standard Version.

Los dos versículos de la American Standard Version son fieles al original griego. La palabra "condenación" en Juan 5:24 fue traducida de la misma palabra griega que se tradujo "juicio" en el mensaje del primer ángel.

"El que cree en el Hijo tiene vida eterna," y "no vendrá a condenación";  mientras "el que no cree en el Hijo no tiene la vida," y "ya ha sido condenado". Esta es una condición presente, cuando uno "cree," y no algo que uno anhela después del juicio investigador.

Si los creyentes ya tienen "vida eterna", y los incrédulos "ya han sido condenados", Dios seguramente lo sabe. Entonces, ¿cuál es el propósito de que Dios se pase más de 100 años examinando los libros "para determinar quiénes están preparados para el reino de Dios," como enseña la denominación?

El J. I. le roba a uno el gozo del evangelio, y empequeñece a Dios, reduciéndolo a un mero hombre, y un hombre de segunda categoría además, porque todo negocio bien administrado lleva las cuentas de sus servidores o patrocinadores estrictamente al día.

Hablando del J. I., la Sra. White dice: "Al abrirse los libros de registro en el juicio, las vidas de los que han creído en Jesús pasan en revista delante de Dios. Comenzando por los que primero vivieron en la tierra, nuestro [37] Abogado presenta los casos de cada generación sucesiva, y cierra con los vivos. Cada nombre es mencionado, cada caso investigado minuciosamente". Gran Conflicto, p. 493. De acuerdo con esto, los nombres de todas las personas dignas, desde Abel hasta Juan, tendrán que ser examinados en el J. I., que comenzó en 1844.

De acuerdo con Pablo, Abel no sabía nada del J. I. o bien tenía el "testimonio" equivocado. Escuchemos el testimonio de Pablo: "Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo". Heb. 11:4. De hecho, lo mismo se dice de la lista entera que se menciona en este capítulo once. "Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe ... Versículo 39. ¿Qué era falso testimonio? "Dios no lo quiera". Cuán ridículo es enseñar que los nombres de Abel, Abraham, José, Moisés, los dos Juanes, Pedro, Pablo, Timoteo, y todos los otros a quienes Dios usó con poder, tienen que ser examinados en el J. I. para determinar si están "preparados para el reino de Dios". Es aún más ridículo pensar que Dios tuvo que esperar hasta Oct. 22 de 1844 para saber si Abraham, Moisés, y Pablo estaban "preparados para el reino".

Si los escritores bíblicos se hubieran enterado del J. I., ciertamente habrían puesto un codicilo a algunas afirmaciones. Pablo debería haber dicho:

"Todo el que invocare el nombre del Señor será salvo" si [38] no se cae en el J. I. Rom. 10:13.

"He peleado la buena batalla, ha acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia", si no la pierdo en el J. I. 2 Tim. 4: 7,8.

Y Juan debería haber dicho:

"Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor", si pasan el J. I. Apoc. 14: 13.

"Vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios, y por el testimonio que tenían ... Y se les dieron vestiduras blancas" después de 1844, si pasan el J. I. Apoc. 6: 9,11.

Sin duda algunos de nuestros críticos nos acusarán de ser sacrílegos; pero, si aplicar un dogma es sacrilegio, qué diremos del dogma que requiere una aplicación tal? De ninguna otra manera puede hacerse que estos y otros textos se ajusten al dogma del J. I.

Si el J. I. es un hecho, entonces los cristianos a través de las edades han estado engañados al regocijarse en las promesas de Dios. ¿De qué le sirven las siguientes promesas a alguien que cree en el J. I.?

"Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones". Sal. 103:12.

"Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí". Isa. 44: 22.

"Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar". Isa. 55: 7. El propósito es que esta promesa se aplique mientras el penitente puede pensar, y no está restringida al período después de 1844.

"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad". 1 Juan 1:9. ¿Cuándo? Con toda seguridad, cuando uno confiesa, no durante el J. I. Si un pecador es perdonado y limpiado cuando confiesa, ¿deben Dios y él esperar hasta que su caso sea decidido en el J. I. antes de poder regocijarse por haber sido perdonado y limpiado?

¿Cuándo hay "gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente", cuando se arrepiente o después de que pasa la prueba del J. I.?

Capítulo 6 - Conclusión - 

Construyendo sobre una traducción defectuosa

Los Adventistas del Séptimo Día han sido confirmados en su error por un estudio superficial de Hechos 3:19: "Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; cuando vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio". Sobre esta desafortunada traducción, han fortalecido su creencia de que los pecados de los justos no son borrados sino hasta justo antes de la venida del Señor, o durante el J. I. Si hubiesen consultado cualquier traducción fiable, [40] habrían descubierto su error. La Revised Version y la American Standard Version vierten este pasaje así: Arrepentíos, por lo tanto, y volveos, para que vuestros pecados puedan ser borrados, para que vengan tiempos de refrigerio de la presencia del Señor". Con esto concuerdan no menos de una docena de otras traducciones que hemos consultado; de hecho, la traducción católica es la única que concuerda con la Authorized Version.

"Los tiempos de refrigerio de la presencia del Señor" es una inmediata y frecuente bendición para cada cristiano, y no un suceso futuro asociado solamente con la venida del Señor. El que nunca ha experimentado un "tiempo de refrigerio del Señor" y lo está postponiendo hasta que venga el Maestro, sabe poco del gozo de la vida cristiana.

En Gospel Workers, p. 302, la Sra. White dice:

"Hemos de ser establecidos en la fe, a la luz de la verdad que se nos ha dado en nuestras primeras experiencias ... Escudriñamos las Escrituras con mucha oración, y el Espíritu Santo trajo la verdad a nuestras mentes ... El poder de Dios vino sobre mí, y pude definir claramente lo que es verdad y lo que es error.

"Al ser establecidos así los puntos de nuestra fe, nuestros pies fueron colocados sobre un sólido fundamento. Aceptamos la verdad punto por punto, bajo la demostración del Espíritu Santo. Fui arrebatada en visión, y se me dieron explicaciones". [41]

Aquí tenemos un cuadro de los pioneros, incluyendo a la Sra. White, que pasaban, como ella dice, noches enteras en oración y estudio de la Palabra, y entonces el Espíritu Santo trajo la verdad a sus mentes, y la Sra. White fue arrebatada en visión y fue capacitada para "definir claramente lo que es verdad y lo que es error". El Sr. y la  Sra. White, y otros, estudiaron las Escrituras con mucha oración, y, como ellos afirman, el Espíritu Santo les reveló que el J. I. "ciertamente es sin fundamento en la palabra de Dios"; y que los que enseñaban que este juicio comenzó en 1840 o 1844 estaban equivocados; que el Espíritu Santo les reveló lo que le fue revelado a Daniel (7:9-11) que el juicio no podía comenzar sino hasta que los santos fuesen hechos inmortales, y viniera el "Anciano de Días", y el "cuerno pequeño" dejase de prevalecer, lo cual no será hasta que sea destruído por el resplandor de la venida ded Cristo"; que el Señor le reveló a Pablo que "el Señor Jesucristo juzgará a los vivos y  a los muertos cuando apareciere (no antes)", y que por lo tanto el mensaje del primer ángel "no prueba que el día del juicio vino en 1840 o 1844, ni que ocurrirá antes de la segunda venida".

Así, pues, fue establecido en "los primeros días del mensaje" por "los pioneros" bajo "el poder del Espíritu Santo", y fue confirmado por la Sra. White en visión, así como por Pablo y Daniel, que el J. I. "es ciertamente sin fundamento en la palabra de Dios", y que el mensaje del primer ángel no enseña que el J. I. ocurrirá "antes del segundo advenimiento" porque tal juicio es innecesario, puesto que Jesús y los ángeles ciertamente sabrán a quién habrán de resucitar y reunir en la Nueva Jerusalén, sin un juicio investigador.

Así, se ve claro, a partir de sus propias enseñanzas, que estamos sobre el "firme fundamento" establecido por "los pioneros" en los "primeros días del mensaje" y que estamos "contendiendo ardientemente por la fe que una vez fue entregada a 'los pioneros', mientras que los White y sus seguidores, desde 1858, son los "herejes," que se han apartado del seguro fundamento establecido por los pioneros y su profeta. Es contra ellos, no contra "la Reunión de los Llamados Herejes,"contra quienes se debería proclamar una advertencia de que no están sólidamente asentados en la fe.

De acuerdo con sus enseñanzas actuales, el único suceso que marcó la terminación del gran período profético de los 2,300 días fue el anuncio del paso de Cristo del primer al segundo compartimiento en el santuario celestial para comenzar la purificación del santuario celestial y un J. I. De acuerdo con sus enseñanzas, éste es el período profético más importante enla Biblia entera. Este sucso entronizó "el más grande y más importante movimiento religioso que el mundo haya presenciado jamás". [43]

Sin embargo, la gran piedra angular de éste, el mayor movimiento en la historia del mundo, no fue creído ni enseñado por la denominación durante doce años después de la terminación de este gran período. Este gran movimiento había pasado a la historia por doce años, antes de que la organización respaldara la invención del J. I.

De acuerdo con la posición actual de ellos, el gran despertar religioso que Dios instituyó bajo el liderazgo de William Miller, el movimiento que Dios había bendecido y dirigido tan maravillosamente, que marcó el comienzo del "mayor movimiento religioso que este mundo jamás hubiese presenciado", nunca siquiera avistó el gran suceso que marcó la terminación de los 2,300 días hasta años después de que el movimiento había pasado a la historia como un gran engaño. No sólo no fue dado al mundo, sino que fue firmemente combatido por los pioneros por lo menos por seis años después de 1844; y no fue enseñado por la organización por 12 años después de que el gran suceso había pasado a la historia. ¿Puede algo ser más inconsistente? ¿Podía Dios ser puesto en una posición más ridícula que la de registrar en Su Palabra el período profético más largo y más importante en la Biblia entera, y luego iniciar un gran movimiento mundial para proclamar la terminación de ese período sin revelarles a sus mensajeros, que estaban anunciando el mensaje al mundo, el suceso que Dios tenía el propósito de que marcara la terminación de éste, el "mayor y más importante" período, por 12 años [44] después de que el período terminó? Entonces, cuando por fin se decidieron por un suceso que marcara la terminación de este período, doce años después del fracaso del gran despertar, fue "sin fundamento en la Palabra de Dios". Era, no sólo sin fundamento en la Palabra de Dios, sino directamente contrario al espíritu del evangelio. No se debe perder de vista el hecho de que, de acuerdo con su propia actual enseñanza, el único suceso que marca la terminación de los 2,300 días es el J. I. Hay que recordar también que James White usó todos los textos bíblicos, que ahora se usan para sustentar el J. I., para mostrar que ningún juicio comenzó en 1840 o 1844.

La invención anti-bíblica del J. I. ha llevado a muchos hombres inteligentes a las meteduras de pata más inexcusables. De hecho, su posición acerca del mensaje del primer ángel ha producido una abundante cosecha de posiciones insostenibles. Principal entre éstas es su posición sobre la expiación, que los conduce a enseñar que: El día de expiación comenzó en 1844.

"La intercesión de Cristo a favor del hombre en el santuario celestial es tan esencial al plan de salvación como su muerte en la cruz". Great Controversy, p. 489.

Cristo no hizo la expiación cuando derramó su sangre en la cruz. Que este hecho quede fijado en la mente para siempre". Uriah Smith, Looking Unto Jesus, p. 237.

"De hecho, nuestros pecados son transferidos al santuario celestial por la sangre de Cristo," contaminando así el santuario". Spirit of Prophecy, tomo 4, p. 266.

Esta misma "sangre borra los pecados de su pueblo del santuario celestial," purificando así el santuario". Do., p. 267. Sp. of P., tomo 4, p. 266.

Satanás lleva los pecados de los redimidos. Do. p. 267, El Gran Conflicto, p. 422.

Esta lista podría continuar a discreción, pero nuestro limitado espacio no lo permite.

Hemos mostrado que ningún tipo de juicio comenzó en 1844; que ningún tipo de mensaje angélico se dio durante el movimiento de Miller. Por lo tanto, el mensaje del primer ángel nunca se ha dado, y, en consecuencia, no hay nada que marque la terminación de ningún período profético en 1844. Si el mensaje del primer ángel no ha sido dado, ¿qué acerca del segundo y el tercero?

Nadie puede obtener una correcta interpretación del comienzo de la historia de la denominación sin leer los primeros tres documentos publicados conjuntamente por los pioneros. Estos documentos representan las enseñanzas y actividades de los dirigentes Adventistas durante por lo menos los primeros siete años después del gran chasco. Nunca han sido honestamente presentados al laicato, ni correctamente reproducidos en sus publicaciones o los libros anunciados comúnmente. Contienen hechos negados por muchos de sus dirigentes y groseramente desfigurados por su primer historiador. Estos documentos son:

A Word to the Little Flock [Una palabra a la manada pequeña]: Un folleto de 24 páginas, publicado por James White en 1847. Contiene la primera visión de la Sra. White completa, e incluye porciones que fueron dejadas fuera de todas las primeras ediciones de Early Writings [Primeros Escritos].

The Present Truth [La verdad presente]: Una serie de once números de una publicación periódica de 8 páginas, editados por James White desde julio de 1849 hasta noviembre de 1850. También contiene algunas visiones de la Sra. White, que nunca han sido republicadas completas en ninguno de sus libros.

The Advent Review [La Revista Adventista]: Publicado por James White y otros cuatro pioneros, en 1850. Contiene 48 páginas, y en su mayor parte está dedicado a acusar a los Adventistas del Primer Día de apartarse de la verdad porque rehusaron creer que "la puerta de la misericordia" se había cerrado para todo el mundo el 22 de octubre de 1844, y estaban trabajando por la salvación de los pecadores.


NOTA: (Por Robert K. Sanders). De acuerdo con la enseñanza anti-bíblica de Ellen G. White, el juicio investigador ha estado teniendo lugar por 155 años, hasta el año de 1999.  ¿Cree Ud. realmente que Dios necesita 155 años o más para juzgar al mundo y determinar quiénes serán salvos y quiénes se perderán? ¿Notó Ud. que los santos enumerados en Hebreos 11 fueron juzgados dignos de entrar en la ciudad construída no con mano antes del juicio investigador de Ellen G. White? Efe. 1:4 da a entender claramente que Dios conoce a los salvados antes de la creación del mundo. "Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. En amor".