Nuestra edición de mayo del British
Columbia Christian News (BCCN) publicó un artículo
titulado "Hacia un cristianismo vegetariano". El relato se
basaba en una tienda de alimentos vegetarianos atendida por un
adventista en la parte baja de tierra firme de Columbia
Británica, Canadá.
Esta tienda de alimentos para la salud también anuncia clases
de cocina y otras formas de adiestramiento relacionadas
con la salud. El relato citaba la filosofía de que el
vegetarianismo era el plan original de Dios para la humanidad,
y que esta clase de dieta es mejor para el cuerpo porque el
cuerpo es el templo de Dios.
Sin embargo, en alguna parte del artículo, el orden de las
palabras fue cambiado de "cristianos vegetarianos" a
"vegetarianos cristianos". Como resultado de esto, llegó al
editor un gran número de cartas que objetaban la conexión
entre ser vegetariano con ser cristiano, y la implicación del
artículo de que un cristiano debería ser vegetariano.
En el boletín de BCCN correspondiente al mes de julio, un
adventista respondió para refutar a los que habían escrito las
cartas publicadas en junio, y alababa el "vegetarianismo
cristiano" como bíblico:
"Siento mucho que la mayor
parte de las respuestas a 'Hacia un cristianismo
vegetariano' (mayo) abundasen en opiniones y se quedasen
cortos en respaldo bíblico. Esto es consistente con la débil
teología que han tenido los evangélicos concerniente a los
animales.
"En Génesis 1:29, 30, el
sexto día de la creación, Dios dio a los hombres y a los
animales sólo plantas para comer. En Génesis 9:2-3,
inmediatamente después del diluvio y la probable destrucción
de un paraíso terrenal, Dios dio permiso al hombre para que
comiese animales. Esto es una concesión, no el plan original
de Dios.
"En Romanos 8:19-22, Pablo
dice que toda la creación - no sólo la humanidad - ha estado
sufriendo los efectos del pecado. Esto incluiría el
sufrimiento de los animales causado por los carnívoros -
animales y seres humanos.
"Llego a la conclusión de
que el vegetarianismo es noble - pero no moralmente
necesario". K. A.
La carta de "K. A." era antibíblica, ilógica, y un poco
ofensiva. En Génesis 9, el hecho de que Dios diese carne para
que el hombre comiese no era una "concesión", porque el texto
no es optativo. Dice "todo lo que se mueve y vive os será para
mantenimiento", pero no SI ustedes desean.
Clasificar a los seres humanos (que por lo general comen de
todo) con los animales carnívoros es ilógico y denigrante. La
mayoría de los seres humanos es humanitaria en la manera en
que matan animales para comerlos. Los carnívoros posiblemente
comiencen a despedazar las víctimas y a devorarlas cuando
todavía están vivas.
Aunque Génesis habla de los animales en Edén como herbívoros,
los registros fósiles de los que fueron destruidos por el
diluvio en otras partes muestran que eran carnívoros, como los
tigres dientes de sable o los dinosaurios Rex. Gran parte de
la vida marina en la cadena alimenticia era carnívora, pues
comían otras criaturas marinas más pequeñas. Dios, hablando de
los animales terrestres ('epi
tes ges [en la tierra] en griego) le dijo a Noé que
los animales post-diluvianos le temerían, indicando que todos
los animales más voraces de antes del diluvio habían perecido.
Pero es peor dar a entender que una persona que coma carne
vive por debajo del plan original de Dios y que los
vegetarianos son nobles, porque Jesús, que era Dios
personificado, comió carne, mantequilla y huevos, etc., hasta
después de la resurrección (Lucas 24:41-43).
Un cristiano es alguien que sigue la vida y las enseñanzas de
Jesús, como en el Nuevo Testamento. Practicaba y enseñaba a
comer de todo, como en Marcos 7:14-19, donde dice que "nada de
lo que entra al hombre puede contaminarle ... purificando así
todos los alimentos"; o Lucas 16:23; "mataron al becerro gordo
... comámoslo y alegrémonos"; o en Juan 21:9-13, donde se dice
que se preparó pescado para sus discípulos.
En Marcos 7, Jesús da por terminadas las distinciones entre lo
que es limpio y lo que es inmundo, respaldando el pacto de
Dios con Noé de Génesis 9. Los apóstoles también lo
respaldaron en el concilio de Jerusalén de Hechos 15. Para
confirmar que estas distinciones habían terminado, en Hechos
10 el Espíritu Santo le dice a Pedro tres veces: "No llames
inmundo a lo que Dios ha santificado". Por eso, Pablo dice en
Romanos 14: "Sé y estoy persuadido por el Señor Jesús de que
nada es inmundo en sí mismo ... porque el reino de Dios no es
ni comida ni bebida, sino amor, gozo, y paz en el Espíritu
Santo", y en 1 Timoteo 4 dice: "... toda criatura de Dios es
buena y nada debe rehusarse ... porque ha sido
santificada por la palabra de Dios y la oración".
Cuando Jehová visitó a Abraham en Génesis 18, comió la
ternera, el queso y la leche que Abraham preparó, de la misma
manera en que Jesús comió pescado hervido después de la
resurrección. Si comer carne estuviera por debajo del plan
original de Dios, Él también se habría equivocado. Pero Isaías
25:6-8 dice que, cuando Dios ponga fin a la muerte para
siempre (después del juicio ante el Gran Trono blanco) dará un
banquete en que habrá carnes y vinos escogidos.
En Romanos 14:1-2, Pablo dice que el que es débil en la fe es
el que sólo come legumbres, y que el comer carne no nos exalta
delante de Dios. Ya sea que comamos carne o que nos
abstengamos de ella, esto no nos hace mejores. Viendo a todos
estos pasajes argumentar contra el vegetarianismo, que los
adventistas promocionan tan vigorosamente hoy día, deberíamos
reexaminar su entrada en esta filosofía como fue introducida
por Ellen G. White, notando cómo su consejo se opone a las
Escrituras, casi en cada paso del camino.
En el foro de los adventistas en San Diego el 14 de febrero de
1982, el Dr. Walter Rea dijo que James White había escrito
varios "artículos maravillosos" a favor de comer carne de
puerco. En 1855, Ellen escribió: "El Señor me mostró ... que
el uso de la carne de cerdo no era ninguna prueba ... si su
esposo desea usar carne de cerdo, usted debería sentirse
perfectamente bien al usarla" (Afirmación sobre la inspiración, Garver, p.
28). Y en 1858, dijo: "Vi que su posición sobre la carne de
cerdo no les hará daño si se guardan su posición para ustedes
solos ... Si Dios requiere que la gente se abstenga de la
carne de cerdo, les persuadirá de ello" (1 Testimonios
204-209).
Pero, para 1868 diría: "Comer carne de cerdo ha producido
escrófula, lepra y humores cancerosos ... todavía causa el
sufrimiento más intenso a la raza humana". Y "Dios nunca tuvo
el propósito de que la carne de cerdo fuese comida bajo
ninguna circunstancia ... no es sólo la salud física la que es
perjudicada por comer carne de cerdo. La mente es afectada"
(CDF [Consejos sobre la dieta y la alimentación] 393; SM
[Mensajes Selectos] II, 417-418). Durante dos años, ella había
estado usando sus visiones para promocionar el vegetarianismo.
"Pero, desde que el Señor me presentó en junio de 1863 el tema
del consumo de carne en relación con la salud, dejé de comer
carne" (CDF 482). Aquí tenemos que Ellen ha hecho que Dios se
contradiga en un lapso de diez años, y comienza a hablar
repetidamente en sentido contrario a la palabra de Dios.
"La luz ... sobre la reforma pro salud es para nuestra
salvación y ... el mundo" (CDF 461) contradice "No hay
salvación en ningún otro ... ningún otro nombre ... por el
cual podemos ser salvos" (Hechos 4:12).
"Los que han recibido instrucción tocante a los males del uso
de la carne como alimento. ... Dios demanda que el apetito sea
purificado" (CDF 36) niega "algunos se apartarán de la fe ...
mandando abstenerse de alimentos que Dios creó para que con
acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los
que han conocido la verdad" (1 Tim. 4:1-3).
Pablo subrayó: "Si nosotros o un ángel ... predicásemos
cualquier otro evangelio ... sea anatema" (Gál. 1:6-9). El
evangelio de Ellen era: "El evangelio de la salud ha de estar
... ligado al ministerio de la Palabra ... la reforma de la
salud ha de ser parte del último gran esfuerzo para proclamar
el mensaje del evangelio" (CDF 75).
Pablo dice nuevamente: "Todo lo que Dios creó es bueno, y nada
es de desecharse" (1 Tim. 4:4), y Dios dice: "Podrás matar y
comer carne ... según la bendición que Jehová tu Dios te haya
dado" (Deut. 12:15). Pero Ellen contradice a Dios al decir
"Dios no dispuso que la carne de alimentos muertos fuera parte
de la dieta del hombre ..." (CDF 410) y "¿Vivirán los seres
humanos de la carne de animales muertos? La respuesta de la
luz que Dios nos ha dado es NO, decididamente No..." (CDF
388).
Mientras que Jesús dice "Yo soy la luz del mundo" (Juan 8:12)
y "Yo he venido a dar luz al mundo" (12:46), y Juan añade: "Si
andamos en la luz como él está en la luz, tenemos comunión los
unos con los otros (1 Juan 1:5-7), ¡Ellen cambió la luz, de
Jesús al vegetarianismo! "Dios ha permitido la luz de la
reforma pro salud ... para que al andar en la luz podamos
escapar ...". "Hace más de cuarenta años, el Señor nos dio luz
especial sobre la reforma pro salud, pero, ¿cómo andamos en la
luz?" (CDF 22, 404).
La "luz" de ella eliminó el uso de la mantequilla, los huevos,
el queso, etc. como objetable, completamente inadecuados como
alimentos. "La mantequilla y la carne estimulan ... los
nervios sensibles del cerebro han sido embotados ... de modo
que las cosas eternas no se pueden discernir" (CDF 235+6).
Pero Jesús llamó al pescado y a los huevos "buenas dádivas"
(Luc. 11:11-13). Jesús comió mantequilla y miel "hasta que
supo desechar lo malo y escoger lo bueno" (Isa. 7:14-15), como
hizo Jehová en la tienda de Abraham en Génesis 18 (arriba).
Mi respuesta a la carta de "KA" en la BC Christian News
estableció la conclusión de que promocionar le vegetarianismo
como cristiano es antibíblico, y conduce a juzgar a otros,
como "KA" por mofarse de los evangélicos a causa de su "débil
teología". La expresión de Ellen White: "¿Pero cómo andamos en
la luz?" (más arriba) también suena a esto. En Col. 2:216,
Pablo escribe: Que nadie os juzgue ni en comida ni en bebida
..." y en Romanos 14 pregunta: "¿Quién eres tú para juzgar a
otro?". Pero, para Ellen White, juzgar a otros en relación con
su evangelio de la reforma pro salud es casi no negociable:
'... es mi dieta tal ... que yo pueda hacer el mayor bien? Si
no podemos responder ... afirmativamente, estamos condenados
delante de Dios" (CDF 20). "Ustedes ponen en la mesa
mantequilla, huevos y carne, y sus hijos participan de ellos
... ¿Hasta qué altura llegan las oraciones de ustedes?" (Ibid. 366).
Estos ásperos juicios contra los demás son un abierto desafío
a la declaración de Pablo: "Ahora, pues, NINGUNA condenación
hay para los que están en Cristo Jesús ..." (Rom. 8:1) y la
afirmación de que Jesús comería mantequilla y miel para que
supiera rechazar lo malo y elegir lo bueno (Isa. 7:14-15) y
sus oraciones llegaron al cielo, pues mientras agonizaba por
nosotros en Getsemaní, Dios respondió, enviándole un ángel
para que le ministrase.
La Sra. White era inflexible: "Nadie debería ser consagrado
como maestro de la gente mientras sus propias enseñanzas y su
propio ejemplo contradicen el testimonio que Dios ha dado a
sus siervos con relación a la dieta ... Este descuido con la
reforma pro salud le inhabilita para ser mensajero del Señor"
(6T 378). Una condena abarcante como esta inhabilita a nuestro
propio Salvador para ser mensajero del Señor, aunque Dios dijo
de él "He aquí mi mensajero, a quien he escogido". Puesto que
Jesús es Dios, resulta que o conocía y requería la reforma pro
salud como Ellen aseguraba que se le había mostrado, y por
eso, no era APTO para ser nuestro Salvador, o de lo contrario,
no requería el "otro evangelio" que Pablo llama "anatema"
(Gál. 1:6-10).
El mensaje de Ellen era contrario a la Biblia - especialmente
el Nuevo Testamento y Jesús - nuestra base para la fe y la
práctica cristiana. Pablo dice: "Dios, habiendo hablado muchas
veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los
profetas, en estos postreros tiempos nos ha hablado por el
Hijo" (Heb. 1:1-2), y Dios había dicho: "Éste es mi HIjo
amado. A él oíd". Para neutralizar a estos testigos contra su
mensaje, Ellen dijo: "En tiempos antiguos, Dios habló por la
boca de los profetas y apóstoles. En estos días, habla por el
testimonio de su Espíritu" (4T, 148), refiriéndose a sus
escritos. Ella elimina cualquier pasada revelación procedente
de Jesús, y declara que sus escritos están por ncima de Él y
del NT.
El hecho de que Ellen enlaza su mensaje sobre la salud con el
evangelio (CDF 75) constituyó una de las "marcas distintivas
ASD que nos han hecho lo que somos", las cuales, dice ella,
"han de ser preservadas como era el propósito de Dios. ... por
el testimonio de su Espíritu Santo" (Ms 44, 1905). Ella pone
sus escritos por encima del escrutinio bíblico al decir:
"Cuando el poder de Dios da testimonio de lo que es verdad,
esa verdad ha de permanecer para siempre ... y aunque las
Escrituras son la palabra de Dios y han de ser respetadas, la
aplicación de ellas es un gran error si tal aplicación mueve
una sola columna del fundamento que Dios ha sostenido durante
estos cincuenta años" (White Truth "Pilares de nuestra fe" (SM
3, 31-32).
Pero ella tampoco vivió siempre a la altura de su mensaje pro
salud, ni siquiera mientras aseguraba que lo hacía, como en
1863 más arriba. En 1894, escribió: "Desde la reunión de
campamento en Brighton (Enero de 1894), he desterrado
absolutamente la carne de mi mesa" (CDF 88). Esto ocurría 30
años después de su afirmación anterior, pero en su declaración
ella reconoce que había estado comiendo carne hasta 1894.
Nuevamente ese año dijo: "Pero, cuando el egoísmo de quitar la
vida de los animales para complacer un apetito pervertido m
fue presentado por una mujer católica, arrodillada a mis pies,
sentí vergüenza y desazón ... Y dije: 'Ya no visitaré más al
carnicero. No pondré más carne de cadáveres en mi mesa´"
(Spalding-Magan ms sin publicar; (Test p.38).
Sus palabras confirman la observación anterior de que había
estado comprando carne en la carnicería para su uso.
Todavía 13 años más tarde, escribe: "Le dije a Sara: 'toma
pollos de mi lugar y prepárales algo de caldo´" (CDF 466).
Pero al año siguiente, escribía: "Algunos han informado que yo
no he vivido a la altura de los principios de la reforma pro
salud como he propuesto con mi pluma. Pero, puedo decir que,
hasta donde sé, no me he apartado de estos principios" (Ibid,
492). ¿Se había olvidado de 1913, 1894, y del hecho de que
había escrito a la esposa de Willie, Mary, dici´ndole: 'Mary,
si puedes conseguirme una caja de arenques frescos, por favor,
hazlo ... Si puedes conseguir algunas latas de buenas ostras,
consíguelas" (Mayo 31, 1882, carta 16).
En el Sermón del Monte, dijo Jesús: "No juzguéis, para que no
seáis juzgados, porque con el mismo juicio con que juzgáis
seréis juzgados". Ciertamente, el juicio de Ellen contra los
no vegetarianos se convertirá en acusación contra ella. Ella
misma afirmó que sus testimonios eran o de Dios o de Satanás.
En 1 Tim. 4:1-3, Pablo no deja ninguna duda de lo que es: "El
Espíritu dice expresamente que, en los últimos días, algunos
se apartarán - griego apostesontai
- apostatarán) de la fe, escuchando a espíritus engañadores y
a doctrinas de demonios, mandando ... abstenerse de alimentos
que Dios ha hecho para que sean recibidos con acción de
gracias por los que creen y conocen la verdad. Porque todo lo
que Dios ha creado es bueno, y nada debe ser rechazado, porque
está santificado por la palabra de Dios y por la oración".
Aquí, el consejo a los gálatas es de lo más apropiado:
"Aférrate, pues, a la libertad con que Dios se ha libertado, y
no seas atrapado nuevamente en el yugo de esclavitud".
¿Significa esto que es incorrecto ser vegetariano?
¡Ciertamente que no! ¿Es el vegetarianismo contrario al
cristianismo? No, en absoluto. Sólo significa que es un error
garrafal enlazar el vegetarianismo con el cristianismo, de
modo que si uno no es vegetariano, es juzgado por otros como
si no fuese la clase de persona que Dios quiere, y que los que
enseñan el vegetarianismo como cristianos son apóstatas,
enseñando contrariamente al evangelio.
Quizás las mejores palabras acerca de todo este asunto fueron
pronunciadas por cierta hermana Cherryl, que también escribió
al BBC Christian News
en respuesta a la carta de "KA". "Teniendo en cuenta la
amonestación de Tito 3:9 sobre evitar vanas disputas, debe
decirse que ni la persona que sólo come vegetales ni la que
come de todo es más noble ni moralmente superior a la otra ...
Y Dios ha provisto un Cordero sacrificial para que no caigamos
en la esclavitud del fariseísmo ni del legalismo".
¿No querríamos todos pronunciar un caluroso "AMÉN" a estas
observaciones?