Evidencias
en los manuscritos primitivos, así como inconsistencias internas, indican que
los manuscritos bíblicos de los primeros cristianos fueron
modificados. En realidad, el Testamento de la Iglesia conserva
una amplia gama de conflictivas doctrinas y conflictivos puntos
de vista ideológicos, y las diferencias entre los evangelios son
pronunciadas. La evidencia indica que el propósito de las
revisiones era un intento de armonizar los relatos evangélicos y
disminuir los conflictos entre doctrinas que se hallan en las
páginas del Testamento de la Iglesia, o para subrayar las
"similitudes" entre los relatos evangélicos y desenfatizar las
marcadas diferencias al "compartir" parábolas entre manuscritos.
Algunas de las decenas de millares de lecturas variantes de
copias de los manuscritos de la iglesia son resultado del
trabajo de copistas que no estaban particularmente preocupados
por la precisión, y a menudo parafraseaban o cometían pequeños
errores (antes de que se inventara la imprenta, los manuscritos
eran copiados a mano). Otras variantes se deben a pobreza de la
traducción. Pero todavía queda un buen número de revisiones y
variantes que fueron incluidas deliberadamente en los
manuscritos, ya fuera para armonizar las inconsistentes
posiciones doctrinales de evangelios y cartas, ya para armonizar
los documentos de la iglesia con los desarrollos que tuvieron
lugar en la teología cristiana durante los primeros siglos de la
existencia de la iglesia.
No todas las revisiones de los manuscritos de la iglesia pueden
atribuirse simplemente a error del copista. Un ejemplo perfecto
y bueno se halla en la línea inicial del evangelio de Marcos.
Dice así: "Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios".
La frase "hijo de Dios" no se halla en los manuscritos más
antiguos. Es difícil imaginar a un escriba quedando tan agotado
después de copiar la mera primera línea del evangelio de Marcos
que tuvo lugar un error inadvertido, un tristemente famoso
patinazo de la pluma del copista, y fue omitida la frase "hijo
de Dios". Además, la frase "hijo de Dios" es tan central a la
teología cristiana que es imposible imaginar que haya sido
omitida en los manuscritos más antiguos. En este caso, es obvio
que la frase fue añadida más tarde por la iglesia para armonizar
el evangelio de Marcos con desarrollos posteriores de la
cristología, así como para poner la terminología en el evangelio
de Marcos en "armonía" con la empleada en otras narraciones
evangélicas. (Marcos fue fuertemente influido por la imaginería
apocalíptica del libro de Daniel, como lo indica su explícita
referencia al evangelio de Daniel en su "miniapocalipsis".
Durante todo el evangelio, Marcos usa el término de Daniel "el
hijo del hombre" para referirse a Joshua. La frase "hijo de
Dios" fue una armonización posterior introducida por la
iglesia).
En su forma más antigua, el evangelio de Marcos termina con el
descubrimiento de la tumba vacía en el capítulo dieciséis. El resto de la conclusión fue añadido más tarde por
la iglesia. Varias terminaciones variantes del
evangelio de Marcos se hallan en diferentes manuscritos
antiguos, y la versión corriente es simplemente la que
finalmente encontró aceptación. Nuevamente, es imposible
imaginar a los escribas primitivos cansándose y simplemente
decidiendo saltarse el final del evangelio de Marcos, o
imaginarse a un escriba cansado, proclive al error, y olvidando
"accidentalmente" copiar el final del evangelio de Marcos. El
hecho de que se sepa que existen terminaciones variantes
propuestas del evangelio demuestra que la iglesia primitiva no
estaba satisfecha con el súbito final de Marcos, y decidió
añadir referencias a Joshua, que aparecerían aquí y allá, para
fortalecer la alusión a la resurrección, que se hallaba en el
manuscrito original.
Sólo podemos ver la cola del proceso de modificar y revisar los
manuscritos de la iglesia, y la mejor evidencia que tenemos
proviene del siglo cuarto, cuando, finalmente, se detuvo el
trabajo en los manuscritos, se volvieron "canónicos" y pronto se
volvieron "infalibles, divinos, e inerrantes", imposibilitando
todo trabajo adicional (desde este momento en adelante, toda
obra de "armonizar" el material con las necesidades de las
doctrinas de la iglesia quedaría limitada a los esfuerzos de los
traductores. Los originales se endurecieron en piedra, y ya no
estuvieron sujetos a ninguna extensa modificación ni revisión
después de este tiempo).
Un buen ejemplo de modificar y revisar los manuscritos en el
siglo cuarto para alinearlos con los dogmas de la iglesia es la
adición del famoso pasaje a la carta de Juan, que apoya el
concepto de los siglos tercero y cuarto acerca de "la Santa
Trinidad". (Antes de este tiempo, en la convención doctrinal de
Niza en el siglo tercero, la iglesia tenía lo que podría
llamarse un dogma de "los sagrados dos" (el "espíritu santo"
sólo alcanzó la categoría plena de deidad en una formulación de
la trinidad más o menos un siglo más tarde). La frase añadida al
evangelio de Juan para proporcionar "evidencia" manuscrita de la
trinidad dice: "Tres son los que dan testimonio en el cielo: el
Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo". Una formulación trinitaria
similar se halla añadida al final del evangelio de Mateo.
"Bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo". Cuando se considera que se sabe que la iglesia modificó
la carta de Juan para añadir una referencia al dogma de la
trinidad, y cuando se consideran los largos siglos y las
convenciones y los acalorados debates en que la iglesia se
enzarzó antes de desarrollar finalmente la doctrina de la
trinidad y adoptarla formalmente en el siglo cuarto, se puede
entender cómo la adición de tal terminología trinitaria al final
del evangelio de Mateo es otro ejemplo de revisión. (Si estas
fuertes aseveraciones en apoyo de la trinidad fueran realmente
originales, esto lo lleva a uno a preguntarse por qué le tomó
tanto tiempo a la iglesia decidir el problema. El hecho de que
es bien sabido que la iglesia revisó la carta de Juan para
proporcionar evidencia bíblica en apoyo de la doctrina de la
trinidad también indica que el evangelio de Mateo fue revisado
de manera similar. La doctrina
de la Trinidad es añadida a la escritura, y luego la
escritura es citada en apoyo del dogma de la trinidad).
Hay numerosos ejemplos del siglo cuarto acerca de revisiones y
adiciones a los manuscritos evangélicos calculados para
armonizar mejor los relatos. Si un pasaje o una frase se hallaba
en un relato evangélico pero no en otro, entonces, súbitamente,
en el siglo cuarto, la frase adicional aparecía en los
manuscritos. Muchos ejemplos de tales armonizaciones consisten
de la adición de algunas palabras aquí y allá, una frase aquí y
allá. Otras adiciones eran más significativas, como la adición
al evangelio de Mateo de la parábola deísta de Lucas, en que se
compara la capacidad de una persona para discernir el estado del
tiempo futuro, basándose en las señales del cielo, con la
capacidad de esa persona para discernir las "señales de los
tiempos". Esta parábola no se hallaba originalmente en el
evangelio de Mateo. Además, en su forma original en el evangelio
de Lucas, la parábola se empleaba como argumento a favor del
deísmo ("así que, ¿por qué no deciden ustedes mismos lo que es
correcto?". Este individualismo ideológico no tiene cabida en la
idelogía de "amo-esclavo" en el evangelio de Mateo, y la
concluyente afirmación deísta no fue trasladada al relato de
Mateo, sino que se halla sólo en Lucas. La porción de la
parábola que fue armonizada en el evangelio de Mateo es como
sigue:
"Mas
él, respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen
tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy
habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado.
¡Hipócritas!, que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas
las señales de los tiempos no podéis!" (Mateo 16:2).
El misterioso capítulo
16 de Romanos
Hay evidencia de que hay decenas de millares de variantes en los
manuscritos del Nuevo Testamento, incluyendo muchos ajustes de
menor cuantía (armonizaciones), calculadas para armonizar las
narraciones evangélicas (a menudo con la adición de un par de
palabras halladas en una versión pero no en otra). Hay también
adiciones más importantes, como la terminación añadida al
evangelio de Marcos, o la introducción de la formulación de la
Trinidad en las escrituras (en este caso para introducir armonía
entre la escritura y los dogmas eclesiásticos en evolución).
Como en el caso del evangelio de Marcos, se ha añadido una
terminación al libro de Romanos que, junto con las
clarificaciiones y expansiones incluidas en el resto del
manuscrito, indican que el libro de Romanos fue modifcado.
En los manuscritos más antiguos del libro de Romanos, el
capítulo 16 no está incluido. En los manuscritos que siguieron,
el capítulo 16 está incluido, pero como capítulo 15, con el
capítulo 15 después y convirtiéndose en el capítulo 16. En su
forma final, como el manuscrito ha llegado hasta nosotros en la
actualidad, el capítulo 16 se halla al final del libro de
Romanos.
Parece que el capítulo 16 de Romanos era un fragmento y que se
decidió conservarlo añadiéndolo al manuscrito de Romanos. Era
obvio que el fragmento tendría que ser añadido al final del
manuscrito porque está en forma de una conclusión lógica. Los
últimos versículos dicen:
"{La gracia de nuestro Señor
Jesucristo sea con todos vosotros. Amén}. Y al que
puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de
Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha
mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que se ha
manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas,
según el mandamiento del Dios eterno se ha dado a conocer a
todas las gentes para que obedezcan a la fe, al único y sabio
Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén".
(Romanos 16 versículo 24-27).
Nótese que el versículo 24 (en paréntesis) es otro ejemplo de un
versículo que no se halla en versiones anteriores del
manuscrito, un ejemplo de un versículo añadido a un capítulo,
siendo él mismo una interpolación posterior. Las razones para
mover el capítulo 16 pueden entenderse cuando comprendemos que
el final del capítulo 15 es también una conclusión lógica del
libro. El libro podría terminar lógicamente en el capítulo 15 o
el capítulo 16, y obviamente había diferencias de opinión en
cuanto a dónde insertar el capítulo 16 del manuscrito. El
capítulo 15 termina como sigue:
"Pero
os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor
del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, para que
sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la
ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta;
para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y
que sea recreado juntamente con vosotros. Y el Dios de paz sea
con todos vosotros. Amén". (Romanos 15:30).
Finalmente, el fragmento quedó como el final del libro de
Romanos y ahora forma parte del capítulo 16. Este capítulo
preserva alguna valiosa información sobre la primera parte de la
historia de la iglesia. En forma, consiste de una larga lista de
'saludos', y es la identidad de los que envían los saludos lo
que resulta interesante. (Más tarde, el capítulo 16 de Romanos
sería tan problemático para los teólogos de la iglesia que
Jerónimo se vería forzado a traducir erróneamente porciones de
él al preparar su Vulgata Latina).
Parecería que, en la iglesia primitiva, las mujeres ocupaban
altos puestos, hasta los más altos. Por ejemplo, la serie
inicial de saludos dice como sigue:
"Os
recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa
de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor, como es
digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que
necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí
mismo. Saludad a Priscilla y a Aquila, mis colaboradores en
Cristo Jesús, que expusieron su vida por mí; a los cuales no
sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los
gentiles. Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a
Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para
Cristo. Saludad a María, la cual ha trabajado mucho entre
vosotros. Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis
compañeros de prisiones, los cuales son muy estimados entre
los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo.
Saludad a Amplias, amado mío en el Señor" (Romanos 16:1-8).
Dignos de notarse aquí son todos los nombres de mujeres que eran
"colaboradoras" de Pablo en el evangelio, que estaban encargadas
de administrar iglesias desde sus hogares. Hay que tomar nota
especialmente de la mujer llamada "Junias", que es llamada "muy
estimada entre los apóstoles" y a la cual se le demuestra
deferencia porque había sido "cristiana antes de mí". Es también
interesante notar que, aparentemente, la iglesia primitiva tenía
una definición diferente del término "apóstol" que el que es
común hoy día (usado típicamente para referirse a los "doce", a
los cuales se les asignó un oficio especial, el de apóstoles).
Tanto Junias como Andrónico eran dignos "apóstoles", y esto nos
lleva a preguntarnos exactamente cómo definían las iglesias
primitivas el significado del término "apóstol". (Es bien
sabido, por la carta a los Corintios, que el oficio de apóstol
se mencionaba como el más elevado de la iglesia, aun por encima
del de "profeta" o de los "que hacían milagros", estando éstos
últimos en la parte más baja de la lista, por extraño que
parezca. Así que podemos ver que las mujeres ocupaban las
posiciones más elevadas designadas en la iglesia primitiva).
Para cuando Jerónimo tradujo la Vulgata Latina oficial, los días
en que la iglesia modificaba escritos habían terminado, y el
canon entraba en una nueva fase (la de ser fijado en piedra).
Además, había muchos manuscritos en circulación, de manera que
Jerónimo no podía simplemente ajustar los manuscritos
originales. Por tanto, se vio obligado a anular pasajes en la
traducción, y las mujeres mencionadas se convirtieron en
hombres. Las razones para sus anulaciones se vuelven obvias
cuando consideramos algunas de las otras tradiciones que también
se han preservado en el Testamento de la Iglesia. Los conflictos
que la introducción de este fragmento en el libro de Romanos
trajo al Testamento de la Iglesia hacen su preservación
particularmente interesante, por cuanto registra un fragmento de
tradición totalmente separado con respecto a la posición de las
mujeres en la iglesia primitiva. Esto también podría explicar
por qué no se halla en algunos manuscritos anteriores (fue
quitado porque elevaba las mujeres aun hasta posiciones
apostólicas. Sin embargo, esta teoría no explicaría el
movimiento del fragmento entre los capítulos 15 y 16 en varios
de los siguientes manuscritos de Romanos. No parece haber sido
original, sino más bien un fragmento posterior que fue
preservado añadiéndolo al manuscrito de Romanos, una explicación
que a mí me parece más lógica).
El capítulo 10 de Romanos nos proporciona valiosa información
sobre la posición de las mujeres por lo menos en una secta de la
iglesia primitiva. Por lo general, parece estar de acuerdo con
la posición de igualdad bosquejada en el siguiente pasaje tomado
de la carta de Pablo a los Gálatas:
"Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de
Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay
esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, porque todos vosotros
sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo,
ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la
promesa" (Gálatas 3:27-29).
Gálatas y Romanos comparten terminología, construcción
lingüística, y otras características del griego, que separan a
estos libros de las otras cartas en el Testamento de la Iglesia,
y también se halla que comparten la doctrina de la igualdad. Sin
embargo, en las epístolas se hallan otras tradiciones
conflictivas, y fueron estas tradiciones las que le causaron
tantos problemas a Jerónimo. De acuerdo con estas tradiciones, a
las mujeres se les prohibía, no sólo ser apóstoles, sino que
siquiera hablaran en la iglesia, lo cual era considerado
completamente inapropiado. Debían guardar silencio, y si querían
hablar, o si tenían una pregunta acerca de algo que habían oído
en la iglesia, debían preguntar a sus esposos cuando llegaran a
sus casas. También debían permanecer en casa, hacer oficios
domésticos, y obtener la "salvación" teniendo hijos, y debían
llevar velo en todo momento (pues se consideraba escandaloso que
la mujer no llevara velo). La mayoría de estas duramente
opresivas tradiciones ha caído por la borda, y no se observan ni
siquiera en las más conservadoras de las denominaciones
fundamentalistas (con excepción de la doctrina de que las
mujeres deben pernanecer en casa y hacer labores domésticas).
Pero cada uno de estos dogmas estaba en boga en la época de
Jerónimo (de aquí la necesidad de anular el problemático
capítulo 16 de Romanos, no fuera a ser que algunas mujeres
comenzaran a tener "ideas" basándose solamente en "la autoridad
de la escritura misma", rehusaran escuchar a los "padres de la
iglesia" y comenzaran a hacer preguntas difíciles acerca de sus
papeles asignados en la sociedad, en vez de someterse mansamente
a "la palabra de Dios". Que Jerónimo tuviera realmente el valor
de traducir erróneamente estos pasajes no es sorprendente cuando
se considera que, antes de ese tiempo, la iglesia realmente se
había atrevido a manipular los manuscritos mismos. En
comparación, pasar a la tarea de traducir erróneamente los
manuscritos era una cosa de poca monta. La iglesia ha empleado
cualesquiera técnicas tenía disponibles en ese momento, y la
traducción errónea todavía está de moda, como muy bien lo
demuestra la moderna traducción NVI. El espíritu de Jerónimo
sigue vivo, y el mismo impulso que condujo a la manipulación de
los documentos originales (dogmatismo) todavía está presente en
la iglesia, como lo demuestra su disposición a traducir pasajes
erróneamente, voluntariamente, y hasta a traducirlos exactamente en el sentido opuesto
al del significado original hasta esta misma época).
NOTA: Mi contribución sobre la NVI
estará disponible dentro de poco. Esta página está en progreso;
la versión original estará disponible en el futuro cercano. A
propósito, parav un perfecto ejemplo de un versículo de la NVI
traducido en sentido OPUESTO al original, véase Jeremías
capítulo 7, desde el versículo 20 en adelante. Compare entre sí
algunas traducciones. Si aceptamos lo que Jeremías dice, la
doctrina cristiana de la expiación "por el sacrificio levítico
de Cristo" quedaría completamente destruida, y por eso los
traductores, reconociendo esto, anularon el versículo.