LA SOYA: ALGO DEMASIADO BUENO
PARA SER CIERTO
PARTE 1 DE 2
Brandon Finucan y
Charlotte Gerson
Traducido de Optimal
Wellness
Center
Aunque ya en 1966 había considerables
investigaciones sobre las substancias perjudiciales en el frijol
soya, hoy día tendríamos grandes dificultades para encontrar
artículos que afirmen que la soya es cualquier cosa menos un
alimento milagroso. Al hacerse la soya más y más popular a
través de la industria y la propaganda, nos sentimos impulsados
nuevamente a alzar nuestras preocupadas voces.
La industria de la soya en
los Estados Unidos
En 1924, la producción de frijol soya en
los Estados Unidos era sólo de 1.8 millones de acres cosechados,
pero, para 1954, el número de acres cosechados había aumentado a
18.9 millones. En la actualidad, en los Estados Unidos la
producción de frijol soya es la tercera mayor (en 1998 se
cosecharon 72 millones de acres), proporcionando más de 50 por
ciento de la demanda mundial de frijol soya.
La mayor parte de esta producción se
utiliza como alimento para animales y para la fabricación de
aceite de soya que ha de ser usado como aceite vegetal,
margarina, y manteca. De los usos tradicionales de la soya como
alimento, sólo la salsa de soya goza de amplio consumo en la
dieta de los norteamericanos. El tofú, que representa el 90 por
ciento del uso del frijol soya en Asia, se ha vuelto más popular
en los Estados Unidos, pero la soya todavía no está ni cerca de
ser un componente medible de la dieta del norteamericano
promedio. ¿O sí?
Durante más de 20 años, la industria de la
soya se ha concentrado en encontrar usos alternos y nuevos
mercados para el frijol soya y los subproductos de soya. En el
supermercado local, ahora la soya puede encontrarse disfrazada
de cualquier cosa, desde queso, leche, hamburguesas y "hot
dogs", hasta conos, yogurt, aceite vegetal, fórmula para
lactantes, y harina (para mencionar sólo algunos productos).
Éstos son a menudo comercializados como bajos en grasa y libres
de productos animales, o como sustitutos de la carne, de alto
contenido proteínico, para vegetarianos. Pero la soya no siempre
se menciona en la tapa de la caja. En la actualidad, un
alarmante 60% de los alimentos en las estanterías de los
supermercados en los Estados Unidos contienen derivados de soya
(es decir, harina de soya, proteína vegetal texturizada, aceite
de frijol soya hidrogenado, aislado de proteína de soya). Cuando
uno examina la lista de los ingredientes, y mira realmente el
contenido de la "dieta promedio norteamericana", desde
bocadillos y comida rápida hasta comidas congeladas
pre-empacadas, la soya juega un papel principal.
¿Dónde se equivoca el frijol
soya?
Aquí en el Instituto Gerson, pensamos que
los aspectos positivos del frijol soya son eclipsados por su
potencial para hacer daño. En realidad, el frijol soya contiene
gran número de sustancias peligrosas. Uno entre ellos es el
ácido fítico, llamado también fitatos. Este ácido orgánico está
presente en el salvado o la cáscara de todas las semillas y
legumbres, pero ninguno tiene el alto contenido de fitatos que
tiene el frijol soya. Estos ácidos bloquean la absorción de
minerales esenciales, como el calcio, el magnesio, el hierro, y
especialmente el zinc. Además del problema del alto contenido de
fitatos, el frijol soya es muy resistente a las técnicas de
reducción, como el cocimiento prolongado a fuego lento.
El frijol soya también contiene potentes
inhibidores enzimáticos. Estos inhibidores bloquean la absorción
de la tripsina y otras enzimas que el cuerpo necesita para la
digestión de las proteínas. El cocimiento normal no desactiva
estos "antinutrientes" perjudiciales, que pueden causar serios
malestares gástricos y una reducida digestión de las proteínas,
y puede conducir a deficiencias crónicas en la absorción de los
aminoácidos.
Aparte de éstos, el frijol soya también
contiene hemaglutinina, una sustancia que favorece los coágulos
y hace que los hematíes se arracimen. Estos hematíes arracimados
no pueden absorber correctamente el oxígeno para su distribución
a los tejidos del cuerpo, ni mantener el corazón en buena salud.
Tanto la hemaglutinina como los inhibidores de la tripsina son
substancias "depresoras del crecimiento". Aunque la acción de
fermentar los frijoles soya sí desactiva tanto los inhibidores
de la tripsina como la hemaglutinina, la precipitación y el
cocimiento no lo hacen. Aunque el nivel de estos inhibidores
enzimáticos se reduce dentro de los productos de soya
precipitados como el tofú, no son eliminados por completo.
Sólo después de un largo período de
fermentación (como en la formación de miso o tempeh) se reducen
los niveles de fitatos y "antinutrientes", haciendo que su valor
nutritivo quede disponible para el sistema digestivo humano. Los
altos niveles de substancias perjudiciales que quedan en los
productos de soya precipitados dejan su valor nutritivo a un
nivel cuestionable en el mejor de los casos, y por lo menos, en
un nivel potencialmente perjudicial.
¿Y los estudios?
En años recientes, se han llevado a cabo
varios estudios relacionados con el efecto del frijol soya en la
salud humana. Los resultados de estos estudios, mayormente
patrocinados por varios grupos de la industria de la soya, por
supuesto que estaban abrumadoramente a favor de la soya. Las
principales afirmaciones acerca de los beneficios saludables de
la soya se basan puramente en la ciencia errónea. Aunque los
principales argumentos en favor de que los pacientes de cáncer
usen soya se enfocan en estadísticas que muestran bajas tasas de
cáncer de mama, colon, y próstata entre los asiáticos, algunos
hechos obvios han sido ignorados por completo. Aunque los
estudios se ufanan de que las mujeres asiáticas tienen menos
casos de cáncer del seno que las mujeres norteamericanas, la
propaganda deja de señalar que estas mujeres asiáticas ingieren
una dieta que es dramáticamente diferente de la de sus
contrapartes norteamericanas.
La dieta normal asiática consiste de
productos más naturales, carne mucho menos grasa, mayor cantidad
de vegetales, y más pescado. Sus dietas son también más bajas en
substancias químicas y toxinas, pues comen muchos menos
alimentos procesados (enlatados, envasados en tarros, en
salmuera, congelados). Es probable que estos estudios hayan sido
influídos por el hecho de que la tasa de cáncer aumenta entre
los asiáticos que se mudan a los Estados Unidos y adoptan dietas
americanizadas. Por supuesto, este cambio de dieta va de la mano
con un cambio dramático en el estilo de vida. Pasando por alto
los notables cambios en la dieta y el estilo de vida, suponer
sólo que los reducidos niveles de soya de estas dietas asiáticas
americanizadas son un factor principal en las más altas tasas de
cáncer revela un juicio deficiente y, como se dijo más arriba,
una ciencia errónea. Los cambios en la dieta y el estilo de vida
deben ser tomados en cuenta para llegar a la conclusión
correcta.
Un artículo que se ha difundido
ampliamente, escrito por Jane E. Aller, autora de artículos
científicos para AP, y titulado: "Los científicos sugieren más
soya en la dieta", cita a numerosos oradores que, durante un
simposio, discutieron las probables ventajas de la soya bajo el
título "Impacto de la proteína de soya en la salud". Sin
embargo, el artículo afirma que el simposio, que costó $50,000,
"¡fue patrocinado por Protein Technologies International, de St.
Louis, una subsidiaria de DuPont que fabrica proteína de soya!"
Durante el mismo simposio, Thomas Clarkson, profesor de medicina
comparativa de la Universidad de Wake Forest, dice: "La actual
terapia de reemplazo de hormonas ha sido un fracaso triste desde
el punto de vista de la salud pública", no porque se sabe que
Premarina causa cáncer en el útero u otros órganos femeninos,
sino "porque sólo el 20 por ciento de las mujeres que podrían
beneficiarse de ella están recibiéndola".
Otros argumentos populares en apoyo de la
soya afirman que los productos fermentados, como el tempeh o el
natto, contienen altos niveles de vitamina B-12. Sin embargo,
estos argumentos de apoyo dejan de mencionar que la B-12 de la
soya es un análogo B-12 inactivo, que no se utiliza como
vitamina en el cuerpo humano. Algunos investigadores especulan
que este análogo puede servir en realidad para impedir que el
cuerpo absorba la B-12. También se ha descubrierto que las
reacciones alérgicas al frijol soya son mucho más comunes que a
todas las otras legumbres. Hasta la Academia Americana de
Pediatría admite que la exposición a la soya a temprana edad por
medio de fórmulas infantiles comerciales puede ser una de las
causas principales de la alergia a la soya entre niños de mayor
edad y adultos.
En su libro clásico, "Una Terapia Contra el
Cáncer - Resultados de 50 Casos" (p. 237), la Dra... Gerson puso
"Soya y los productos de soya" en la lista de alimentos
"PROHIBIDOS" para los pacientes de la terapia Gerson. En ese
tiempo, sus mayores preocupaciones eran dos items: el alto
contenido de aceite de la soya y los productos de soya, y la
tasa más bien alta de las reacciones alérgicas a la soya. El
frijol soya puede añadir hasta 9 gramos de grasa por porción,
añadiendo típicamente un promedio de 5 gramos de grasa por
porción cuando es parte de la dieta de un norteamericano
promedio.
El proceso de extracción
Los procesos que hacen "comestible" al
frijol soya son también los procesos que lo vuelven "no
comestible". Al fermentar el frijol soya, el proceso implica que
los frijoles se hacen puré y se saturan de una solución
alcalina. La mezcla hecha puré se calienta luego aproximadamente
a 115ºC (239ºF) en una olla a presión. Este proceso de
calentamiento y saturación destruye la mayoría de los
antinutrientes, pero no todos. Al mismo tiempo, tiene el grave
inconveniente de desnaturalizar las proteínas de los frijoles,
de manera que se hace muy difícil digerirlos, y su efectividad
se reduce grandemente.
Desafortunadamente, la solución alcalina
también produce un carcinógeno, la lisinealina, mientras reduce
el contenido de cistina en el frijol soya, ya bajo de por sí. La
cistina juega un papel esencial en la destoxificación del
hígado, permitiendo que nuestros cuerpos filtren y eliminen las
toxinas. Sin las cantidades adecuadas de cistina, las proteínas
complejas del frijol soya se vuelven inútiles, a menos que la
dieta sea fortificada con carne rica en cistina, huevos, o
productos animales - lo cual no es una opción para los pacientes
de Gerson.
En abono del frijol soya, hay que decir que
éste sí contiene grandes cantidades de ácidos grasos omega-3
beneficiosos, pero éstos son particularmente susceptibles de
volverse rancios cuando son sometidos a altas presiones y
temperaturas. Desafortunadamente, se necesitan alta presión y
alta temperatura para extraer el aceite del frijol soya.
Antes de que los frijoles soya sea enviados
a su mesa, pasan por un riguroso proceso para despojarlos de su
aceite. Primero, se aplican hexano y otros solventes para ayudar
a separar el aceite de los frijoles, dejando vestigios de estas
toxinas en el producto comercial. Por definición, hexano es
"cualquiera de cinco hidrocarbonos incoloros, volátiles,
líquidos (C6H14) de la serie de las
parafinas", y no puede ser beneficioso en lo más mínimo para la
dieta de nadie. Después de que se extrae el aceite, las hojuelas
desgrasadas se usan para formar los tres productos proteínicos
básicos. Con excepción de la harina de soya que conserva todas
las grasas, todos los productos de soya contienen vestigios de
solventes carcinógenos.
Experiencias personales
La siguiente carta se recibió en noviembre
de 1998: "He usado leche de soya durante 12 años sin ningún
problema. Hace como 9 meses, comencé a tener palpitaciones del
corazón. Pensé que había llegado a la menopausia, pero no era
así. Añadí a mi dieta más potasio, así como magnesio y vitamina
E. Pero no hubo ningún cambio. Ya estaba tomando café
descafeinado, pero ahora también eliminé toda el azúcar de mi
dieta. Perdí 25 libras y me sentía magníficamente bien, excepto
por las palpitaciones. Probé con espino y ajo, pero nada me
ayudaba. Hace poco, caí en cama con bronquitis aguda y sólo
podía beber agua porque hasta la leche de soya me provocaba
horrendos ataques de tos. Me di cuenta de que, después de
algunos días, las palpitaciones del corazón habían cesado. No le
di mayor importancia porque nunca se me ocurrió que la soya
fuera el culpable. Tan pronto comencé a tomarla nuevamente, el
corazón se me volvió loco. La suspendí durante una semana, y
luego cambié de marca. A los 30 minutos de beber sólo 4 onzas
[de leche de soya], mi corazón estaba desbocado. He notado que
se necesitan de 24 a 36 horas para que mi corazón se estabilice.
Me pregunté si vuestra investigación había producido algo como
esto en relación con la soya. Sé que no está dentro de la
definición de alergia, pero algo definidamente está sucediendo.
Llamé al fabricante de la leche de soya, pero no me ayudaron
para nada. Me siento muy molesto porque sólo bebo leche de soya
y agua. También uso la leche de soya para hacer batidos de
proteína (con qué otra cosa sino con proteína de soya)".
En el número de noviembre/diciembre de 1996
de nuestro Boletín Gerson Sobre Curación, describimos otro caso:
una señora embarazada que parecía muy enferma y sufría de gran
retraso mental. Ella también describió a su hijo de cinco años
de edad, que sufría de muchas alergias e infecciones - ambos
estaban usando una considerable cannntidad de soya en su dieta.
Les recomendé que dejaran de usar todos los productos de soya.
En ese momento, sólo yo me acababa de encontrar con esa
situación. Sin embargo, un año más tarde, llegué a la misma área
para dictar una conferencia, y la señora me invitó a comer.
Había eliminado de su dieta todos los productos de soya: su piel
era ahora rosada, sus mejillas estaban rellenas, sus ojos, que
antes estaban hundidos, ahora eran normales, las ojeras habían
desaparecido, y la salud de su pequeño hijo, que ahora tenía
seis años, había mejorado mucho.
Sólo la semana pasada, nos llamó la
atención otra historia interesante. Una paciente del Hospital
Gerson Certificado de la ciudad de México nos habló de su hijo,
ahora de 25 años, que sufría de una total ausencia de cabello
(alopecia), con excepción de las cejas y las pestañas. Ella
añadió que esto comenzó cuando sólo tenía tres años. Puesto que
la madre me preguntó acerca de esta situación, pensé en el
problema por un momento. Luego, mirando a ambos padres, que
tienen cabello normal, pensé que el problema del muchacho
probablemente no era genético. Así que le pregunté a la madre si
usaba mucha soya. Ella dijo que no. Pero luego, después de
pensar en la pregunta por un momento, dijo que, cuando el
muchacho tenía como un año, tenía muchas alergias, ¡así que ella
lo alimentaba regularmente con leche de soya! Le expliqué la
capacidad de la soya para bloquear las enzimas y los nutrientes,
y la probabilidad de que la leche de soya fuese la causa de que
la alopecia hubiese comenzado a los tres años. Como acabábamos
de presenciar el caso de un paciente cuyo cabello había
vuelto a crecer sobre su cráneo desnudo después de ser calvo
como por 20 años, cautamente le sugerí que un completo cambio de
dieta, acompañado por una intensa desintoxicación, podría
corregir el problema.
COMENTARIO: Este es un
excelente resumen de algunas de las principales razones de por
qué la soya no es el alimento saludable que usted cree que es.
Hay literalmente miles de millones de dólares de influencia en
la industria de aceite comestible, que están promocionando el
uso de la soya en círculos de medicina natural para que de
este modo su uso pueda ser promocionado entre el público
médico en general. Hasta pueden engañar a doctores en
medicina natural que son conocedores. Yo soy un columnista
mensual en la publicación Townsend Letters, y otro columnista,
el Dr. Hudson, que fue declarado por votación médico
naturópata del año, publicó un artículo este mes alabando los
valores de la soya. No hay que decir que rápidamente escribí
una carta a Townsend solicitándoles que publicaran el otro
lado de la historia de la soya. Mientras tanto, usted puede
evitarse y evitarle a su familia algunos problemas potenciales
limitando todo uso de la soya a productos fermentados
solamente, como el tempeh o el miso.
La
Alimentación
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