SEÑALES EN LOS CIELOS
Robert K. Sanders
Traducido de Truth
or
Fables
La lluvia de leónidas
que tuvo lugar el 17 de noviembre de 1998 no fue un fenómeno
sobrenatural, sino un suceso regular que ocurre cada 33 años,
de acuerdo con los astrónomos. Cuando se restan 33 años, cinco
veces desde 1998, o 165 años, se obtiene la fecha de 1833.
Ellen G. White afirmó
que la caída de las estrellas el 13 de noviembre de 1833 había
sido el cumplimiento de la profecía bíblica de Mateo 24:29 y
Apocalipsis 6:12,13. Ellen creía que éste fue un suceso
sobrenatural causado por Dios y una señal de que estaba a
punto de regresar a la tierra. La evidencia demostrará que
ella estaba errada. Porque Ellen es la profeta adventista, la
iglesia todavía enseña esta doctrina antibíblica en el libro El
Gran Conflicto, escrito por ella, y lo promociona como
libro misionero. Lo que Ellen vio en 1833 fue la lluvia de
leónidas que se observó también el 17 y el 18 de noviembre de
1998.
Periódico Journal
and Courier
Viernes, 13 de
noviembre de 1998, pág. 1
"... La versión de 1998, y
posiblemente la de 1999, podría enviar cientos o miles de
meteoros por hora al pasar la Tierra a través de la cola del
cometa Tempel-Tuttle.
El cometa orbita el
sol y crea una "tormenta" de meteoros cada 32 o 33 años. La más reciente ocurrió en 1966,
cuando observadores en los estados centrales y occidentales de
los Estados Unidos contaron miles de meteoros en un lapso de
20 minutos. La caída de "estrellas" real se calculó en 150,000
por hora.
Otras grandes tormentas de leónidas ocurrieron
en 1799 y 1833. Se llaman leónidas porque los meteoros
parecen originarse en las estrellas de la constelación del
León". Journal and Courier.
Relato de dos
auto-proclamados profetas de la lluvia de leónidas de 1833
Joseph
Smith
El profeta mormón da esta versión de
los mormones que huyeron y se exiliaron de sus
hogares en Missouri: "En la noche del 13 de
noviembre de 1833, resonó un clamor de asombro por
todo el campamento: '¡En el nombre de Dios, miren a
los cielos! ¡Las estrellas están cayendo del cielo!'
Temblorosa, la gente salió arrastrándose desde
dentro de sus refugios de corteza de árbol y miraron
hacia arriba a través de los espacios entre los
delgados árboles. Cientos de brillantes meteoros
cruzaban veloces el firmamento, dejando detrás
largas estelas de luz. Fue una de las más grandes
lluvias meteóricas del siglo, y por todos los
Estados Unidos la gente la miraba, asombrada y
asustada. Pero en ninguna otra parte que no fuera
con estos parias, saludaron los hombres este
espectáculo con tanto arrobamiento: '¡Alabado sea
Dios, es una señal del fin del mundo!"
No Man Knows My
History, p. 138, por Fawn M. Brodie.
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Estos dos profetas, Smith y White, aseguraron haber recibido
revelaciones de Dios. ¿Por qué no corrigió Dios el error de
ellos en la interpretación de la lluvia de meteoros del 13 de
noviembre de 1833? A los seguidores de Smith y de White no les
fue mejor teniéndolos a ellos de profetas que a los cristianos
que no reconocían ningún profeta. Todos estaban errados al
creer que ésta era una señal del fin del mundo.
Ellen
G.
White
En 1833,
dos años después de que Miller comenzó a presentar en
público las evidencias de la pronta venida de Cristo,
la última de las señales prometidas por el Salvador
para anunciar su segunda venida apareció en los
cielos. Dijo Jesús: "Las estrellas caerán del cielo".
Mateo 24:29. Y Juan en Apocalipsis declaró, al
contemplar en visión las escenas que anunciarían el
día de Dios: "Las estrellas del cielo cayeron a la
tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es
sacudida por un fuerte viento". Apocalipsis 6:13. Esta profecía
recibió un sorprendente e impresionante
cumplimiento en la gran lluvia de meteoros del 13
de noviembre de 1833. Ésa fue la más extensa y maravillosa
exhibición de la caída de estrellas que jamás se
haya registrado; "¡por horas, el firmamento entero,
por todos los Estados Unidos, parecían estar en
furiosa conmoción! Ningún fenómeno celeste ocurrió
jamás en este país, desde que fue colonizado, que
haya sido contemplado con tan intensa admiración por
una clase de personas en la comunidad, o con tanto
terror y alarma por otra". El Gran Conflicto,
pág. 333.
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Han pasado 165 años desde la caída de las estrellas en 1833
hasta ahora, noviembre de 1998. ¿Cómo describe la Biblia la
caída de las estrellas, y qué sucesos tienen lugar en relación
con este lado del suceso mundial? ¿Dice la Biblia que podemos
esperar que pasen muchos años entre una y otra señal, y que
todo esto tendrá lugar un gran número de años antes de la
segunda venida de Cristo? Si esta era una señal de la venida
de Cristo en 1833, ¿de qué le serviría a la gente que la
presenció en 1833, puesto que todos están muertos? La Biblia
enseña que todas las señales han de ocurrir delante de los que
están vivos para presenciarlas, justo antes de que Jesús
venga. Los que están vivos antes de que Jesús venga
presenciarán la caída de las estrellas, y la profecía se
cumplirá. ¡No se cumplió hace 165 años, en 1833, puesto que
toda esa gente está muerta!
La
Biblia
dice:
- (Apocalipsis
6:12): "Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro
como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre".
- (Apocalipsis
6:13): "y
las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la
higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte
viento".
- (Apocalipsis
6:14): "Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se
enrolla, y todo monte y toda isla se
removió de su lugar".
- (Apocalipis
6:15): "Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes,
los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes".
Versículos 16 y 17: "Y decían a los montes y a las peñas:
'Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquél que
está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero, porque
el gran día de su ira ha llegado, ¿y quién podrá sostenerse
en pie?"
¿Hubo un terremoto poco
antes de la caída de las estrellas en 1833, que hizo que las
montañas y las islas se movieran de su lugar? La respuesta es
NO.
Sin embargo, Ellen dice que sí: "Estas señales fueron
presenciadas antes del inicio del siglo diecinueve. En
cumplimiento de esta profecía, hubo en el año de 1755 el más
terrible terremoto que jamás se haya registrado. Aunque se
conoce comúnmente como el terremoto de Lisboa, se extendió a
la mayor parte de Europa, Africa, y América". Great
Controversy, p. 304. ¿Se compara el terremoto de Lisboa de
noviembre 1 de 1755 con el que se describe en Apocalipsis 6,
en el cual las montañas y las islas se mueven de sus lugares y
los reyes de la tierra se esconden en cuevas y detrás de
rocas? ¡No! Ellen estaba errada.
¿Hubo un día oscuro poco antes del
gigantesco terremoto y de la caída de las estrellas? No.
Es importante notar que Apocalisis 6 usa la palabra "y"
para conectar el día oscuro "y" la caída de las estrellas. No
hay ninguna referencia a espacios de muchos años entre cada
una de estas señales. Todas las cuatro señales constituyen un
sólo y gran suceso que tiene lugar de una sola vez en el fin
del mundo.
Ellen G. White dice
que sí: "Veinticinco años después (del terremoto de Lisboa)
apareció la siguiente señal que se menciona en la profecía --
el oscurecimiento del sol y de la luna". Great
Controversy, p. 306. "Mayo 19, 1780 aparece en la
historia como 'el día oscuro'. Desde el tiempo de Moisés, no
se ha registrado jamás ningún período de oscuridad de igual
densidad, extensión, y duración". Great Controversy, p.
308.
¿Qué dicen los Adventistas
ahora acerca del día oscuro?
"En una serie de tres
artículos (mayo 22, mayo 29, y junio 5, 1980) que aparecieron
en el Adventist Review, Merton Springle demostró
concluyentemente que el día oscuro del 19 de mayo de 1780 fue
causado por el humo de enormes incendios que ardían en los
estados de la Nueva Inglaterra, en combinación con un oscuro
frente de tormenta que pasaba por el área. Además, si uno
ubica la extensión de la oscuridad en un globo terráqueo, se
ve claramente que el área cubierta era virtualmente una
porción infinitesimal de la superficie de la tierra, y
ciertamente no era el evento cósmico descrito en Apocalipsis
6". Spectrum, tomo 12, número 4, p. 7.
Nota: Ellen
erró al comparar este día oscuro con el del tiempo de Moisés.
En el tiempo de Moisés, el día oscuro fue un suceso
sobrenatural. El día oscuro de 1780 fue un suceso natural
causado por un incendio forestal y una tormenta.
"En el Collegiate
Quarterly de abril-junio de 1980, páginas 71-72, el
mismo autor (Merton Springle) ha señalado que esta lluvia de
meteoros de noviembre de 1833 no fue en manera alguna un
suceso singular. De hecho, es un suceso que ocurre con
regularidad, y cuyos registros datan ya del año 902 D. C.
En el pasado, mucho
se ha hablado acerca de que la lluvia de meteoros de 1833 fue
la mayor que se hubiera registrado. Por ejemplo, LeRoy Froom
tiene un gráfico que compara algunas lluvias de meteoros
recientes. En el gráfico, lista las leónidas de 1833 a razón
de 60,000 meteoros por hora, mientras que como la siguiente
mayor él lista las giacobínidas de 1933 a razón de sólo 15,000
meteoros por hora. A pesar de que las técnicas precisas para
contar meteoros en caída sólo se desarrollaron recientemente,
y se ha hecho considerable progreso desde 1833, las
descripciones de los primeros registros le recuerdan a uno los
relatos populares de la lluvia de meteoros de 1833 que se
encuentran en la literatura adventista.
Por ejemplo, en
relación con la lluvia de leónidas del año 902 D. C., los
anales árabes dicen que "un número infinito de estrellas fue
visto durante la noche, esparciéndose como la lluvia, a
derecha y a izquierda". Luego, cuando se observa el mismo
sistema en el año de 1202 D. C., se registra que los meteoros
"volaban el uno contra el otro, como una nube de langostas que
se dispersa". Así, no hay razón inherente para suponer que la
lluvia de 1833 debe haber sido mayor que cualquier cosa que se
hubiera visto jamás. Sin embargo, hay evidencia aún más
precisa y positiva de que la lluvia de 1833 ha sido superada.
Los informes científicos de la lluvia de leónidas de 1966
mencionan ratas de hasta 150,000 por hora, es decir, dos y
media veces la de la lluvia de 1833, de acuerdo con las cifras
de Froom. En suma, tanto la lluvia de meteoros de 1833 como el
Día Oscuro de 1780 tienen causas naturales, no sobrenaturales,
como comúnmente se cree". Spectrum, tomo 12, número 4,
p. 7.
Las fechas apocalípticas de
Ellen G. White:
El terremoto de Lisboa --
Noviembre 1, 1755.
El día oscuro -- Mayo de 1780.
La caída de las estrellas --
Noviembre 13, 1833.
Conclusión
- El terremoto de Lisboa no era el terremoto de
Apocalipsis 6, que será un suceso mundial, con los
reyes de la tierra escondiéndose entre las rocas, y
las montañas y las islas moviéndose de sus lugares.
- El día oscuro fue una ocurrencia normal de un
incendio forestal combinado con un frente de tormenta en una
pequeña sección del noreste de los Estados Unidos. El día
oscuro de Apocalipsis 6 es un suceso global presenciado por
el mundo y no por unos pocos en los Estados Unidos, todos
los cuales murieron hace mucho tiempo.
- La caída de las estrellas en 1833 fue un suceso
normal que ocurre cada 33 años, el primero de los cuales fue
registrado en el año 902 D. C.
- Estos sucesos ocurren juntos y no separados por un
gran número de años, como enseñan los adventistas. Además,
los que estén vivos presenciarán estos sucesos, no aquéllos
que murieron hace más de 200 años y que vieron el terremoto
de Lisboa.
- Ellen erró acerca de
todos los sucesos de Apocalipsis 6.