Los Testigos de Jehová también sostienen esta teoría de la
"apostasía". Para los TJ, el Concilio de Nicea en el año 325
AD fue el medio para introducir en el cristianismo la
"herejía" de que Jesús era igual al Padre (Mankind´s, pp.
261-277).
Algunos teólogos liberales también creen que, antes de
Nicea, los cristianos no profesaban la plena deidad de
Jesucristo (Don Cupitt en Goulder, pp. 31-40).
Pero, ¿son correctas estas afirmaciones? Entre el tiempo
de los apóstoles y el Concilio de Nicea, ¿qué consideraba
la Iglesia que era la naturaleza de Jesucristo? El siglo
que siguió inmediatamente a los apóstoles es el más
importante del período apostólico. ¿Dijeron los líderes
cristianos del siglo segundo AD que Jesús es Dios? Para
responder a esta controvertida pregunta, es mejor dejar
que los Padres de la Iglesia hablen por sí mismos. El
resto de este artículo consistirá de citas pertinentes de
siete padres de la iglesia, junto con información
histórica a la que hemos añadido cortos comentarios
explicativos.
1. IGNACIO (murió
en 117 AD)
Ignacio es el primer Padre de la Iglesia al que
escucharemos. Ignacio era discípulo del apóstol Juan y
obispo de Antioquia (Moyer, p. 203). En el año 117 AD, fue
conducido " ... desde Antioquia a Roma, habiendo sido
condenado a muerte y esperando ser arrojado a las bestias
salvajes en el anfiteatro a su llegada".
Durante el camino, escribió siete epístolas. Seis de las
cartas fueron dirigidas a varias iglesias, y la séptima a
Policarpo, obispo de Esmirna (Lightfoot, p. 97). Los que
siguen son cortos extractos de cuatro de estas cartas.
(Nota: Estas epístolas han sido divididas en capítulos y
versículos, de manera similar a la de la Biblia. Estas
referencias están entre paréntesis).
A
los efesios: Ignacio inicia su primera epístola
diciéndole a la iglesia de Éfeso que ella está " ... unida y
elegida en una verdadera pasión, por voluntad del Padre y de
Jesucristo nuestro DIOS" (introducción). La alaba por "...
tener vuestros corazones encendidos en LA SANGRE DE DIOS"
(1:1, compárese con Hechos 20:28).
Después viene un pasaje muy interesante: "Sólo hay un
médico, de carne y de espíritu, creado e increado, DIOS EN
EL HOMBRE, vida verdadera en la muerte, hijo de María e Hijo
de Dios, pasible y luego impasible, Jesucristo nuestro
Señor" (7:2).
Algunas notas sobre este importante versículo:
1. "La antítesis de carne y espíritu tiene el
propósito de expresar la naturaleza humana y divina,
respectivamente" (Lightfoot, citado en Stevenson, p. 13).
2. "Creado e increado" (griego -- gennetos kai agennetos)
también puede traducirse como "originado y no originado" o
"creado e increado" (Stevenson, p. 13).
3. Pasible significa "capaz de sufrir"; impasible
significa "no sujeto a sufrimiento o dolor" (American, pp.
907, 504).
En un párrafo comentando a Jesús, Ignacio exhorta: "Por
tanto, hagamos todas las cosas como sabiendo que Él habita
en nosotros, con el fin de que podamos ser sus templos y Él
mismo pueda estar en nosotros como DIOS" (15:3).
Luego se discute la concepción de Jesús: "Pues nuestro DIOS,
Jesús el Cristo, fue
concebido en el vientre de María, de acuerdo con
una dispensación, de la simiente de David, pero también del
Espíritu Santo" (18:2).
Cerca del fin de la carta, Ignacio explica el efecto del
nacimiento y la muerte de Jesús. "Desde ese tiempo en
adelante, toda hechicería y todo maleficio fueron disueltos,
la ignorancia de la maldad se desvaneció, el antiguo reino
fue derribado, cuando DIOS apareció en semejanza de hombre
para novedad de vida eterna" (19:3).
A
los romanos: Ignacio comienza esta carta: " ... a
la iglesia que es amada e iluminada por medio de la voluntad
de Aquél que, por su voluntad, creó todas las cosas que
existen, por la fe y el amor hacia Jesucristo nuestro DIOS
... abundantes saludos en Jesucristo nuestro DIOS en
impecabilidad" (introducción).
En la epístola, escribe: "Permítanme ser un imitador de la
pasión de mi DIOS" (6:3). Nota: Pasión significa "los
sufrimientos de Cristo en el período que siguió a la última
cena, incluyendo la crucifixión" (American, p. 907).
Recuérdese: Ignacio estaba en camino a Roma para ser
ejecutado.
A
los esmirnenses: Ignacio comienza esta epístola
exclamando: "Doy gloria a Jesucristo, el DIOS que os
concedió a vosotros tal sabiduría" (1:1).
A
Policarpo: Ignacio le dice a Policarpo: "Espera a
Aquél que está por encima de todo tiempo, el Eterno, el
Invisible, que se volvió visible por nosotros, el
Impalpable, el Impasible, que sufrió por nosotros, que
soportó de todas las maneras por nosotros" (3:2). Nota:
Impalpable significa: "No perceptible al tacto: intangible.
Que no se percibe ni se capta fácilmente con la mente"
(American, p. 644). Todas las citas de Ignacio proceden de
Lightfoot, pp. 137-162).
2. POLICARPO (69-155
AD)
Policarpo era otro discípulo del apóstol Juan (Moyer,
p. 331). Después de que Ignacio fue ejecutado, Policarpo
reunió las siete epístolas de aquél y las envió a la iglesia
de Filipos a solicitud de sus miembros. Además, Policarpo
añadió una de las suyas propias (Lightfoot, p. 165).
En su epístola, Policarpo les dice a los filipenses que
ellos pueden "obtener gran provecho" de la lectura de las
cartas de Ignacio (13:2). Así que tenemos un segundo
discípulo del apóstol Juan que apoya y promociona las
enseñanzas del discípulo citado previamente.
Cerca del fin de su corta epístola, Policarpo ora: "... que
Él (Dios Padre) os conceda parte y porción entre sus santos,
y a nosotros con vosotros, y a todos lo que están bajo el
cielo, que crean en nuestro Señor y DIOS Jesucristo y en su
Padre que le levantó de entre los muertos (12:2: Lightfoot,
p. 181).
Alrededor del 155 AD, "... Policarpo fue ejecutado en la
hoguera, como mártir heroico, por su fe" (Moyer, p. 331).
Así, pues, tanto Policarpo como Ignacio fueron ejecutados
por su fe cristiana. Ambos eran discípulos del apóstol Juan
y ambos llamaban Dios a Jesús.
3.
JUSTINO MÁRTIR (100 - 166 AD)
Como lo indica su nombre, Justino fue ejecutado por su
fe cristiana. Mientras estaba en Roma. "... por el año 166,
él y otros seis cristianos fueron arrestados, azotados y
decapitados (Moyer, p. 220). "Después de su muerte, vino a
ser conocido como Justino el Mártir o simplemente Justino
Mártir" (Dods, p. 70). Justino defendía la fe cristiana por
encima de y contra el paganismo. Su principal obra se conoce
ahora como La Primera Apología de Justino Mártir [The First Apology of Justin
Martyr]. En este libro, se refiere a Jesús como el
Logos (o el Verbo, véase Juan 1:1).
En La Apología,
dice que la Iglesia proclama: "... las enseñanzas del Logos,
porque es divino". En alusión al Logos, escribe: "Es sólo
razonable que le adoremos ..." (Dods, p. 98).
Justino creía que fue el Logos quien habló a Moisés desde la
zarza ardiente, diciendo: "Yo soy el que soy, el DIOS de
Abraham, el DIOS de Isaac, el DIOS de Jacob, y el DIOS de
vuestros padres" (Dods, p. 105; véase Éxodo 3:6, 14).
Justino declara además: "... el Padre del universo tiene un
Hijo, el cual -- puesto que es el primogénito Logo de Dios
-- es verdadera deidad (Dods, p. 106). En otra parte, en su
libro Dialogue with
Trypho [Diálogo con Trifón], Justino proclama:
"Pues Cristo es Rey, y sacerdote, y DIOS y Señor ..."
(Cetnar, p. 61).
4. MELITÓN (murió 190
AD)
"Melitón, obispo de Sardis, estuvo activo durante el
reinado de Marco Aurelio" (161-180 AD; Fremantle, p. 396).
En su "Homilía sobre la Pasión", Melitón exclama: "... él
resucitó de entre los muertos como DIOS, siendo por
naturaleza DIOS Y HOMBRE ... Este es Jesucristo, a quien
pertenece la gloria de los tiempos. Amén" (Fremantle, p.
396).
Eusebio, historiador de la iglesia del siglo cuarto, enumera
varios libros que fueron escritos por Melitón. Uno de ellos
se titulaba GOD in Bodily
Form [DIOS en forma humana] (Eusebius, p. 186).
5. IRENEO (120-203 AD)
Ireneo era alumno de Policarpo; y recordemos que
Policarpo era discípulo del apóstol Juan (Moyer, p. 204). En
su libro Against False
Gnosis [Contra la falsa gnosis], Ireneo afirma que
la Iglesia cree "... en un Cristo Jesús, nuestro Señor, el
Hijo de Dios, encarnó para nuestra salvación ... que ante
Cristo Jesús, nuestro Señor y DIOS y Salvador y Rey, toda
rodilla debe doblarse ... (Fremantle, p. 338).
En una de sus cartas, Ireneo escribió: "Así que DIOS SE HIZO
HOMBRE y el Señor mismo nos salvó, dando la señal de la
Virgen ..." (Eusebius, p. 212).
6. TERTULIANO (160-220
AD)
Tertuliano "... era un prolífico escritor, ardiente
predicador y fuerte defensor de la fe" (Moyer, p. 396). Su
principal obra fue The
Apology [La Apología]. "... La Apología de
Tertuliano es uno de los mejores ejemplos de una temprana
defensa cristiana" (Bush, p. 85).
En los días de Tertuliano, los cristianos eran acusados de
ser "... adoradores de un mero ser humano". Tertuliano
respondió: "Por tanto, debemos hacer una observación o dos
acerca de la divinidad de Cristo".
Continúa: "Él es el Hijo de Dios y es llamado DIOS por la
unidad de substancia con Dios. Pues Dios, también, es un
espíritu. ... Así, pues, Cristo es espíritu de espíritu y
DIOS DE DIOS ... En su nacimiento, DIOS Y HOMBRE unidos".
Más adelante en el libro, afirma: "Ciertamente, Cristo tiene
derecho a revelar la deidad, que de hecho era su propia
posesión esencial" (Bush, pp. 91-95).
En otro libro, Against
Praxes [Contra las prácticas], Tertuliano declara:
"Éste fue enviado por el Padre hacia dentro de la virgen, y
nació de ella, HOMBRE Y DIOS, Hijo del Hombre e Hijo de
Dios, y fue llamado Jesucristo" (Fremantle, p. 345).
7. El Pequeño
Laberinto (c. 200 AD)
Alrededor de principios del siglo segundo, un hombre
conocido como Artemón y sus seguidores comenzaron a negar la
deidad de Jesucristo. En respuesta, la obra El Pequeño Laberinto
fue escrita por un autor ahora desconocido. En la
introducción a una extensa cita del Laberinto, Eusebio
explica su propósito: "... existe una discusión pertinente
al período histórico bajo discusión. La afirmación de la
herejía en cuestión, que el Salvador era meramente humano,
está expuesta en este libro como un reciente invento ..."
(Eusebio, p. 235).
El pasaje que Eusebio luego cita dice así (en parte): Esta
sugerencia podría quizás ser creíble si, en primer lugar, la
Sagrada Escritura no hubiese presentado un cuadro bien
diferente; y también hay obras publicadas antes del tiempo
de Víctor (obispo de Roma (189-199), escritas para defender
la verdad tanto contra la crítica pagana como contra las
herejías actuales -- quiero decir por Justino, Milcíades,
Taciano, Clemente, y muchos más. En cada una de ellas, se
menciona a Cristo como DIOS. Pues, ¿quién no conoce los
libros de Ireneo, Melitón, y el resto, los cuales libros
proclaman que Cristo es DIOS Y HOMBRE, y todos los salmos e
himnos escritos desde el principio por fieles hermanos, que
cantan de Cristo como el Verbo de Dios y se dirigen a él
como DIOS? (Eusebio, pp. 235ss).
En resumen, las siguientes frases (tomadas de citas
anteriores) son tomadas en respuesta a la pregunta
presentada como título de este artículo:
¿QUIÉN
DIJO QUE CRISTO ES DIOS?
Ignacio: "Pues nuestro DIOS Jesucristo fue
concebido en el vientre".
Policarpo:
"Creer en nuestro Señor y DIOS Jesucristo".
Justino
Mártir: "Pues Cristo es nuestro Rey, sacerdote,
DIOS y Señor".
Melitón:
"(Jesús) resucitó de entre los muertos como DIOS".
Ireneo:
"Así, DIOS se hizo hombre y el Señor mismo nos salvó".
Tertuliano:
"En su nacimiento, DIOS Y HOMBRE unidos".
El Pequeño Laberinto: "Canten de
Cristo como el verbo de Dios y diríjanse a él como DIOS".
"Buscad, pues, y ved si la divinidad de Cristo es
cierta. Si fuese de tal naturaleza que la aceptación de ella
transforma a un hombre y lo hace verdaderamente bueno, queda
implícito el deber de renunciar, como falso, a lo que se opone
a ella". (Tertuliano).