¿QUIÉN DIJO QUE JESÚS ES DIOS?

(QUE HABLEN LOS PADRES DE LA IGLESIA)

Por Gary F. Zeolla


Victor Paul Wierwille (el fundador de The Way International) proclamó: "Cuando mi vida haya terminado, creo que mi mayor contribución habrá demostrado ser el conocimiento y la enseñanza de que Jesucristo no es Dios" (Williams, p. 50).

Wierwille creía que la Iglesia adoptó la idea de que Jesús era Dios y otras "herejías" como resultado de influencias paganas que se filtraron en el cristianismo durante los cuatro primeros siglos (Williams, p. 66). Estaba convencido de que Dios le había llamado directamente a hacer regresar a la iglesia de esta "apostasía" en que había caído (Tucker, p. 226).

Los Testigos de Jehová también sostienen esta teoría de la "apostasía". Para los TJ, el Concilio de Nicea en el año 325 AD fue el medio para introducir en el cristianismo la "herejía" de que Jesús era igual al Padre (Mankind´s, pp. 261-277).

Algunos teólogos liberales también creen que, antes de Nicea, los cristianos no profesaban la plena deidad de Jesucristo (Don Cupitt en Goulder, pp. 31-40).

Pero, ¿son correctas estas afirmaciones? Entre el tiempo de los apóstoles y el Concilio de Nicea, ¿qué consideraba la Iglesia que era la naturaleza de Jesucristo? El siglo que siguió inmediatamente a los apóstoles es el más importante del período apostólico. ¿Dijeron los líderes cristianos del siglo segundo AD que Jesús es Dios? Para responder a esta controvertida pregunta, es mejor dejar que los Padres de la Iglesia hablen por sí mismos. El resto de este artículo consistirá de citas pertinentes de siete padres de la iglesia, junto con información histórica a la que hemos añadido cortos comentarios explicativos.

1. IGNACIO (murió en 117 AD)

Ignacio es el primer Padre de la Iglesia al que escucharemos. Ignacio era discípulo del apóstol Juan y obispo de Antioquia (Moyer, p. 203). En el año 117 AD, fue conducido " ... desde Antioquia a Roma, habiendo sido condenado a muerte y esperando ser arrojado a las bestias salvajes en el anfiteatro a su llegada".

Durante el camino, escribió siete epístolas. Seis de las cartas fueron dirigidas a varias iglesias, y la séptima a Policarpo, obispo de Esmirna (Lightfoot, p. 97). Los que siguen son cortos extractos de cuatro de estas cartas. (Nota: Estas epístolas han sido divididas en capítulos y versículos, de manera similar a la de la Biblia. Estas referencias están entre paréntesis).

A los efesios: Ignacio inicia su primera epístola diciéndole a la iglesia de Éfeso que ella está " ... unida y elegida en una verdadera pasión, por voluntad del Padre y de Jesucristo nuestro DIOS" (introducción). La alaba por "... tener vuestros corazones encendidos en LA SANGRE DE DIOS" (1:1, compárese con Hechos 20:28).

Después viene un pasaje muy interesante: "Sólo hay un médico, de carne y de espíritu, creado e increado, DIOS EN EL HOMBRE, vida verdadera en la muerte, hijo de María e Hijo de Dios, pasible y luego impasible, Jesucristo nuestro Señor" (7:2).

Algunas notas sobre este importante versículo:
1.  "La antítesis de carne y espíritu tiene el propósito de expresar la naturaleza humana y divina, respectivamente" (Lightfoot, citado en Stevenson, p. 13).
2.  "Creado e increado" (griego -- gennetos kai agennetos) también puede traducirse como "originado y no originado" o "creado e increado" (Stevenson, p. 13).
3.  Pasible significa "capaz de sufrir"; impasible significa "no sujeto a sufrimiento o dolor" (American, pp. 907, 504).

En un párrafo comentando a Jesús, Ignacio exhorta: "Por tanto, hagamos todas las cosas como sabiendo que Él habita en nosotros, con el fin de que podamos ser sus templos y Él mismo pueda estar en nosotros como DIOS" (15:3).

Luego se discute la concepción de Jesús: "Pues nuestro DIOS, Jesús el Cristo, fue concebido en el vientre de María, de acuerdo con una dispensación, de la simiente de David, pero también del Espíritu Santo" (18:2).

Cerca del fin de la carta, Ignacio explica el efecto del nacimiento y la muerte de Jesús. "Desde ese tiempo en adelante, toda hechicería y todo maleficio fueron disueltos, la ignorancia de la maldad se desvaneció, el antiguo reino fue derribado, cuando DIOS apareció en semejanza de hombre para novedad de vida eterna" (19:3).

A los romanos: Ignacio comienza esta carta: " ... a la iglesia que es amada e iluminada por medio de la voluntad de Aquél que, por su voluntad, creó todas las cosas que existen, por la fe y el amor hacia Jesucristo nuestro DIOS ... abundantes saludos en Jesucristo nuestro DIOS en impecabilidad" (introducción).

En la epístola, escribe: "Permítanme ser un imitador de la pasión de mi DIOS" (6:3). Nota: Pasión significa "los sufrimientos de Cristo en el período que siguió a la última cena, incluyendo la crucifixión" (American, p. 907). Recuérdese: Ignacio estaba en camino a Roma para ser ejecutado.

A los esmirnenses: Ignacio comienza esta epístola exclamando: "Doy gloria a Jesucristo, el DIOS que os concedió a vosotros tal sabiduría" (1:1).

A Policarpo: Ignacio le dice a Policarpo: "Espera a Aquél que está por encima de todo tiempo, el Eterno, el Invisible, que se volvió visible por nosotros, el Impalpable, el Impasible, que sufrió por nosotros, que soportó de todas las maneras por nosotros" (3:2). Nota: Impalpable significa: "No perceptible al tacto: intangible. Que no se percibe ni se capta fácilmente con la mente" (American, p. 644). Todas las citas de Ignacio proceden de Lightfoot, pp. 137-162).

2.  POLICARPO (69-155 AD)

Policarpo era otro discípulo del apóstol Juan (Moyer, p. 331). Después de que Ignacio fue ejecutado, Policarpo reunió las siete epístolas de aquél y las envió a la iglesia de Filipos a solicitud de sus miembros. Además, Policarpo añadió una de las suyas propias (Lightfoot, p. 165).

En su epístola, Policarpo les dice a los filipenses que ellos pueden "obtener gran provecho" de la lectura de las cartas de Ignacio (13:2). Así que tenemos un segundo discípulo del apóstol Juan que apoya y promociona las enseñanzas del discípulo citado previamente.

Cerca del fin de su corta epístola, Policarpo ora: "... que Él (Dios Padre) os conceda parte y porción entre sus santos, y a nosotros con vosotros, y a todos lo que están bajo el cielo, que crean en nuestro Señor y DIOS Jesucristo y en su Padre que le levantó de entre los muertos (12:2: Lightfoot, p. 181).

Alrededor del 155 AD, "... Policarpo fue ejecutado en la hoguera, como mártir heroico, por su fe" (Moyer, p. 331). Así, pues, tanto Policarpo como Ignacio fueron ejecutados por su fe cristiana. Ambos eran discípulos del apóstol Juan y ambos llamaban Dios a Jesús.

3.  JUSTINO MÁRTIR (100 - 166 AD)

Como lo indica su nombre, Justino fue ejecutado por su fe cristiana. Mientras estaba en Roma. "... por el año 166, él y otros seis cristianos fueron arrestados, azotados y decapitados (Moyer, p. 220). "Después de su muerte, vino a ser conocido como Justino el Mártir o simplemente Justino Mártir" (Dods, p. 70). Justino defendía la fe cristiana por encima de y contra el paganismo. Su principal obra se conoce ahora como La Primera Apología de Justino Mártir [The First Apology of Justin Martyr]. En este libro, se refiere a Jesús como el Logos (o el Verbo, véase Juan 1:1).

En La Apología, dice que la Iglesia proclama: "... las enseñanzas del Logos, porque es divino". En alusión al Logos, escribe: "Es sólo razonable que le adoremos ..." (Dods, p. 98).

Justino creía que fue el Logos quien habló a Moisés desde la zarza ardiente, diciendo: "Yo soy el que soy, el DIOS de Abraham, el DIOS de Isaac, el DIOS de Jacob, y el DIOS de vuestros padres" (Dods, p. 105; véase Éxodo 3:6, 14).

Justino declara además: "... el Padre del universo tiene un Hijo, el cual -- puesto que es el primogénito Logo de Dios -- es verdadera deidad (Dods, p. 106). En otra parte, en su libro Dialogue with Trypho [Diálogo con Trifón], Justino proclama: "Pues Cristo es Rey, y sacerdote, y DIOS y Señor ..." (Cetnar, p. 61).

4.  MELITÓN (murió 190 AD)

"Melitón, obispo de Sardis, estuvo activo durante el reinado de Marco Aurelio" (161-180 AD; Fremantle, p. 396). En su "Homilía sobre la Pasión", Melitón exclama: "... él resucitó de entre los muertos como DIOS, siendo por naturaleza DIOS Y HOMBRE ... Este es Jesucristo, a quien pertenece la gloria de los tiempos. Amén" (Fremantle, p. 396).

Eusebio, historiador de la iglesia del siglo cuarto, enumera varios libros que fueron escritos por Melitón. Uno de ellos se titulaba GOD in Bodily Form [DIOS en forma humana] (Eusebius, p. 186).

5.  IRENEO (120-203 AD)

Ireneo era alumno de Policarpo; y recordemos que Policarpo era discípulo del apóstol Juan (Moyer, p. 204). En su libro Against False Gnosis [Contra la falsa gnosis], Ireneo afirma que la Iglesia cree "... en un Cristo Jesús, nuestro Señor, el Hijo de Dios, encarnó para nuestra salvación ... que ante Cristo Jesús, nuestro Señor y DIOS y Salvador y Rey, toda rodilla debe doblarse ... (Fremantle, p. 338).

En una de sus cartas, Ireneo escribió: "Así que DIOS SE HIZO HOMBRE y el Señor mismo nos salvó, dando la señal de la Virgen ..." (Eusebius, p. 212).

6.  TERTULIANO (160-220 AD)

Tertuliano "... era un prolífico escritor, ardiente predicador y fuerte defensor de la fe" (Moyer, p. 396). Su principal obra fue The Apology [La Apología]. "... La Apología de Tertuliano es uno de los mejores ejemplos de una temprana defensa cristiana" (Bush, p. 85).

En los días de Tertuliano, los cristianos eran acusados de ser "... adoradores de un mero ser humano". Tertuliano respondió: "Por tanto, debemos hacer una observación o dos acerca de la divinidad de Cristo".

Continúa: "Él es el Hijo de Dios y es llamado DIOS por la unidad de substancia con Dios. Pues Dios, también, es un espíritu. ... Así, pues, Cristo es espíritu de espíritu y DIOS DE DIOS ... En su nacimiento, DIOS Y HOMBRE unidos". Más adelante en el libro, afirma: "Ciertamente, Cristo tiene derecho a revelar la deidad, que de hecho era su propia posesión esencial" (Bush, pp. 91-95).

En otro libro, Against Praxes [Contra las prácticas], Tertuliano declara: "Éste fue enviado por el Padre hacia dentro de la virgen, y nació de ella, HOMBRE Y DIOS, Hijo del Hombre e Hijo de Dios, y fue llamado Jesucristo" (Fremantle, p. 345).

7.  El Pequeño Laberinto (c. 200 AD)

Alrededor de principios del siglo segundo, un hombre conocido como Artemón y sus seguidores comenzaron a negar la deidad de Jesucristo. En respuesta, la obra El Pequeño Laberinto fue escrita por un autor ahora desconocido. En la introducción a una extensa cita del Laberinto, Eusebio explica su propósito: "... existe una discusión pertinente al período histórico bajo discusión. La afirmación de la herejía en cuestión, que el Salvador era meramente humano, está expuesta en este libro como un reciente invento ..." (Eusebio, p. 235).

El pasaje que Eusebio luego cita dice así (en parte): Esta sugerencia podría quizás ser creíble si, en primer lugar, la Sagrada Escritura no hubiese presentado un cuadro bien diferente; y también hay obras publicadas antes del tiempo de Víctor (obispo de Roma (189-199), escritas para defender la verdad tanto contra la crítica pagana como contra las herejías actuales -- quiero decir por Justino, Milcíades, Taciano, Clemente, y muchos más. En cada una de ellas, se menciona a Cristo como DIOS. Pues, ¿quién no conoce los libros de Ireneo, Melitón, y el resto, los cuales libros proclaman que Cristo es DIOS Y HOMBRE, y todos los salmos e himnos escritos desde el principio por fieles hermanos, que cantan de Cristo como el Verbo de Dios y se dirigen a él como DIOS? (Eusebio, pp. 235ss).

En resumen, las siguientes frases (tomadas de citas anteriores) son tomadas en respuesta a la pregunta presentada como título de este artículo:

¿QUIÉN DIJO QUE CRISTO ES DIOS?

Ignacio: "Pues nuestro DIOS Jesucristo fue concebido en el vientre".

Policarpo: "Creer en nuestro Señor y DIOS Jesucristo".

Justino Mártir: "Pues Cristo es nuestro Rey, sacerdote, DIOS y Señor".

Melitón: "(Jesús) resucitó de entre los muertos como DIOS".

Ireneo: "Así, DIOS se hizo hombre y el Señor mismo nos salvó".

Tertuliano: "En su nacimiento, DIOS Y HOMBRE unidos".

El Pequeño Laberinto: "Canten de Cristo como el verbo de Dios y diríjanse a él como DIOS".

"Buscad, pues, y ved si la divinidad de Cristo es cierta. Si fuese de tal naturaleza que la aceptación de ella transforma a un hombre y lo hace verdaderamente bueno, queda implícito el deber de renunciar, como falso, a lo que se opone a ella". (Tertuliano).




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