PACTOS ANTIGUOS Y

PACTOS NUEVOS

John Mann

Tomado del foro de debates
alt.religion.christian.adventist


Rick ha publicado un estudio preparado por el famoso teólogo de los adventistas del séptimo día, el Dr. Samuele Bacchiocchi. En su artículo, Rick dice que, en su estudio, Bacchiocchi refuta la teoría de las dos leyes. En realidad, Bacchiocchi argumenta contra "los autores dispensacionalistas y del nuevo pacto" y su posición sobre si la ley debe ser dividida en dos o no es bastante dudosa. Por ejemplo, él titula una sección "En ninguna parte sugiere la Biblia dos juegos de leyes". Más adelante escribe:

"Un examen del uso del término 'ley' en Mateo nos lleva a la conclusión de que la 'ley' a la que se refiere Jesús es la totalidad de la ley del antiguo pacto, que incluía los Diez Mandamientos. Esta conclusión, per se, es exacta porque Jesús sostuvo los principios morales del Antiguo Testamento en general. Por ejemplo, la 'regla de oro' en Mateo 7:12 es presentada como "la ley y los profetas" en esencia. En Mateo 22:40, los dos grandes mandamientos se consideran la base de la cual "dependen toda la ley y los profetas"'.

Yo estoy de acuerdo con gran parte del argumento de Bacciocchi, como lo indicaré más adelante en este artículo. Sin embargo, aunque Bacchiocchi arguye contra el dispensacionalismo, más bien que en favor de la teoría de las dos leyes, él supone que los Diez Mandamientos pueden ser tratados separadamente del resto de la ley, una posición que yo considero no bíblica. Por lo tanto, señalaré en qué punto creo yo que sus argumentos pueden ser realzados mediante la eliminación de este error.

Bacchiocchi: "Los que atacan a los Adventistas del Séptimo Día llamándolos  'teóricos de las dos leyes' adolecen de una  malinterpretación básica del evangelio. Antes que atacar a otros por sus creencias, harían bien en concentrarse en el hermoso evangelio de Cristo y aprender más de Él, orando para que su Espíritu les ayude a entender la verdad".

Mann: Yo no creo que todos los Adventistas del Séptimo Día son teóricos de "las dos leyes", pero creo que este es un punto de vista muy difundido. Aunque he sido Adventista por casi 40 años, nunca supe que la teoría de las dos leyes fuese una "creencia" adventista. No la he visto incluída en ninguna lista de las creencias fundamentales del Adventismo. Creo en la segunda venida, el séptimo día sábado, el estado de los muertos, el santuario en el cielo, etc., etc. Estas son las que yo llamaría creencias adventistas. La teoría de las dos leyes es sólo eso, una "teoría" para entender la ley.

Por lo tanto, debería ser posible discutir esta teoría por sus propios méritos, más bien que iniciar un debate acerca de este hablar de que "harían bien en concentrarse en el hermoso evangelio de Cristo y aprender más de Él", lenguaje que implica que cualquiera que discrepe con Rick sobre cualquier cosa debe estar experimentando una especie de noche oscura en su alma.

Bacchiocchi: "Su error básico se origina en una teoría del 'doble pacto'. Ven el nuevo pacto como claramente diferente del antiguo. Pero lo que no logran entender es que el nuevo pacto es realmente el más antiguo de todos; fue dado a Adán y Eva en el Edén. El nuevo pacto es nuevo en su situación, no en su contenido. Es un pacto interno basado en la promesa de Dios, que reemplaza un pacto externo basado en promesas de hombres".

Mann:: Todo esto es un poco confuso. Un pacto es un acuerdo, y, en la Biblia, Dios a menudo hace un pacto o acuerdo con alguien -- Noé, Abraham, Moisés, Israel, etc. Para averiguar acerca del pacto de Dios con Noé, lea Génesis 9; para averiguar acerca del pacto de Dios con Abraham, lea Génesis 15-17, etc. Decir que todos son uno sólo y que el nuevo es realmente el antiguo es confuso.

Bacchiocchi: "El siguiente estudio sobre el antiguo y el nuevo pacto se concentra particularmente en el sábado porque este es uno de los principios más malentendidos contenidos en ambos pactos. El sábado es también la doctrina clave atacada por quienes acusan a los Adventistas del Séptimo Día de ser teóricos de las dos leyes".

Mann: Como dije antes, yo no creo que todos los Adventistas del Séptimo Día sostengan la teoría de las Dos Leyes, ni creo que uno no pueda ser adventista si no se adhiere a esta doctrina. Yo no tengo problemas con el séptimo día sábado, y no creo que rechazar la teoría de las Dos Leyes haga ninguna diferencia en la controversia acerca del sábado.

Bacchiocchi: "Este estudio ha sido adaptado de los escritos del Dr. Samuele Bacchiocchi.

"El antiguo y el nuevo pacto.

"Los renovados intentos de negar la continuidad y el valor del sábado para los cristianos de hoy día se originan mayormente en una patente desfiguración de la relación entre el antiguo y el nuevo pacto. Los autores dispensacionalistas y del nuevo pacto arguyen que hay una discontinuidad radical entre estos dos pactos, a menudo también conocidos como la Ley y el Evangelio. Se supone que el Antiguo Pacto se caracterizaba por la estricta obediencia a la ley, de la cual el sábado era el principal precepto. Por contraste, el nuevo pacto se supone que se manifiesta en la aceptación por fe de la provisión de la gracia, de la cual el domingo es, para muchos, un memorial adecuado. Dicho de una manera sencilla, a la cruz se la ve como la línea de demarcación entre el antiguo y el nuevo pacto, entre la ley y la gracia, entre el sábado y el domingo.

"La primera parte de este ensayo se centra en la supuesta distinción entre la ley como la base del antiguo pacto y el amor como la base del nuevo pacto. La segunda parte examina el uso del libro de Hebreos para apoyar la afirmación de la abrogación de la ley en general y el sábado en particular con la llegada de Cristo.

"Este estudio es de lo más importante porque examina, no una opinión aislada, sino el prevaleciente y errado concepto por parte del mundo cristiano en general en cuanto a la relación entre el sábado y los pactos. Sin titubear, la mayoría de los cristianos observadores del domingo consideran la observancia del sábado como una reliquia del antiguo pacto y a los sabadistas como "judaizantes" que todavía viven bajo la ley mosaica. Así, hay urgente necesidad de desenmascarar las falacias de esta popular teología del nuevo pacto. Deseamos examinar los argumentos principales de la teología del nuevo pacto tal como la presentan los dispensacionalistas y los defensores del nuevo pacto.

"Para beneficio de aquéllos menos versados en matices teológicos, es conveniente aclarar la diferencia entre la teología dispensacionalista y la del nuevo pacto. Ambas enfatizan la distinción entre el antiguo pacto mosaico supuestamente basado en la ley y el nuevo pacto cristiano, presumiblemente basado en la gracia.

"Los dispensacionalistas, sin embargo, van un paso más allá, interpretando la distinción entre el antiguo y el nuevo pacto en el sentido de que representan la existencia de una distinción fundamental y permanente entre Israel y la iglesia. 'A través de las edades -- escribe Lewis Sperry Chafer, un destacado teólogo dispensacionalista -- Dios ha perseguido dos propósitos: uno está relacionado con la Tierra y tiene que ver con habitantes y propósitos terrenales, a saber, el judaísmo; el otro está relacionado con el cielo y con habitantes y propósitos celestiales, a saber, el cristianismo.

"Dicho de manera sencilla, los dispensacionalistas interpretan el antiguo y el nuevo pacto en el sentido de que representan dos diferentes planes de salvación para dos diferentes pueblos, Israel y la iglesia, cuyos destinos serán diferentes por toda la eternidad. Lo que Dios ha unido derribando el muro de separación entre judíos y gentiles (Ef. 2:14), los dispensacionalistas están tratando de dividirlo reconstruyendo el muro de separación, no sólo para la edad presente, sino para toda la eternidad. Es difícil creer que cristianos inteligentes y responsables se atrevan a fabricar una teología tan divisionista que groseramente distorsiona la equidad y la justicia de Dios".

Mann: Mi posición es bastante diferente de la que Bacchiocchi está atacando, y los puntos que él está tratando de subrayar en relación con las posiciones de ellos son bastante válidos. He aquí tres puntos sobre los cuales yo estoy de acuerdo con Bacchiocchi:

* La ley no es abolida con Cristo sino "interiorizada" -- esta es la palabra usada por Bacchiocchi,, yo uso la palabra "espiritualizada" -- así que todavía necesitamoss ser circuncidados, pero no de la carne, sino del corazón, etc.

* El pacto antiguo no es una ruta legalista hacia la salvación. A menudo he señalado que en el Antiguo Testamento hay muchos ataques contra el punto de vista legalista de la salvación, por ejemplo, Isaías 1.

* La verdad del sábado es su significado interno, espiritual - es un símbolo de la eternidad de Dios, Su día sin tardes ni mañanas, un símbolo de su segunda venida. A menudo he usado el término "Advenimiento del Séptimo Día" para ilustrar esto.

Bacchiocchi: "UNA MIRADA AL PUNTO DE VISTA DISPENSACIONALISTA DEL NUEVO PACTO.

"Los dispensacionalistas definen el nuevo pacto en términos del contraste con el antiguo pacto. Intentan mostrar que el nuevo pacto es mejor que el antiguo, porque ya no está basado en la ley sino en el amor a Cristo. Reducen el antiguo pacto a los Diez Mandamientos y el nuevo pacto al principio del amor, para sustentar la tesis de que Cristo reemplazó tanto los Diez Mandamientos como el sábado con leyes más simples y mejores. Para efectos de este análisis, enfocaré la atención sobre el principal contraste que se establece entre el antiguo y el nuevo pacto, a saber, la ley versus el amor.

"¿Contienen dos leyes tanto el antiguo como el nuevo pacto?

"Este contraste entre el antiguo y el nuevo pacto contiene varias fallas importantes. Reduce los dos pactos a dos leyes diferentes, siendo la segunda más simple y mejor que la primera. Supone que, mientras el antiguo pacto se basaba en la obligación de obedecer innumerables leyes específicas, el nuevo pacto descansa sobre el más simple mandamiento de amor de Cristo. Dicho de manera sencilla, los principios morales de los Diez Mandamientos en el antiguo pacto son reemplazados en el nuevo pacto por un mejor y más simple principio del amor dado por Cristo.

"El intento de los dispensacionalistas de reducir el antiguo y el nuevo pacto a dos leyes, siendo la segunda más simple y mejor que la primera, está calculado para apoyar la afirmación de que los Diez Mandamientos en general y el sábado en particular eran la esencia del antiguo pacto, que terminó en la cruz. El problema con su imaginativa interpretación es que la Escritura la contradice claramente. Además, esta interpretación incrimina la consistencia moral del gobierno de Dios.

"En ninguna parte sugiere la Biblia que hay dos leyes.

"En ninguna parte sugiere la Biblia que con el nuevo pacto Dios instituyó "mejores mandamientos" que los del antiguo pacto. ¿Por qué tendría Cristo que alterar las exigencias morales que Dios había revelado en Su ley? ¿Por qué sentiría Dios la necesidad de cambiar sus santos y perfectos requisitos para nuestra conducta y actitud? Cristo no vino a cambiar los requisitos morales, sino a expiar nuestras transgresiones de esos requisitos morales. (Rom. 4:25; 5:8,9; 8:1-3).

"Es evidente que, sacrificándose como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29; 1 Cor. 5:7), Cristo cumplió todos los servicios de sacrificios y las leyes que en los tiempos del Antiguo Testamento robustecían la fe y nutrían la esperanza de la redención mesiánica que habría de venir. Pero el Nuevo Testamento, como veremos, hace una clara distinción entre las leyes sacrificiales que Cristo, mediante su venida, 'abrogó' (Heb. 7:18), 'dio por viejas' (Heb. 8:13), 'quitó' (Heb. 10:9), y la observancia del sábado, por ejemplo, que 'ha quedado para el pueblo de Dios' (Heb. 4:9)".

Mann: La diferencia entre la ley en el antiguo pacto y en el nuevo es de esta manera. La ley es una revelación. Revela la manera de ser de Dios. Es un cuadro, un juego de símbolos. Vista de esta manera, me recuerda los cuadros de personas de hace mucho tiempo, cuando los matrimonios se arreglaban (por ejemplo, el matrimonio entre Enrique VIII y Ana de Cleves), de manera que uno sabía cómo se veía la persona aunque nunca la hubiera conocido. Sin embargo, cuando la persona llega en carne y hueso, ¿acaso es necesario seguir mirando el cuadro?

Así que la ley es todavía una definición externa válida de lo que es bueno y lo que es malo, pero, para saber cómo vivir, no nos referimos a la ley, sino a Cristo, la ley viviente.

Como un pequeño aparte, he aquí una pregunta interesante. Pablo a menudo enseña a los cristianos cómo vivir una vida santa y los anima a no pecar. Piense en I Cor. 13 y Rom. 12:9-21. Pero nunca usa la ley como la razón para hacer algo, es decir, nunca dice: "Tienes que hacer esto porque la ley lo dice". Con una excepción. ¿Sabe alguien en qué parte cita Pablo la ley como la razón de que los cristianos deban hacer algo?

Bacchiocchi: "Permítaseme preguntar: ¿Por qué habría Dios de llamar primero a su pueblo a responder a Su liberación redentora de Egipto y a vivir de acuerdo con los principios morales de los Diez Mandamientos, y luego invitar a su pueblo a aceptar Su redención del pecado obedeciendo mandamientos mejores y más sencillos? ¿Descubrió Dios que los principios morales promulgados en Sinaí no eran lo suficientemente morales, y que en consecuencia debían ser mejorados y reemplazados con mandamientos más sencillos y mejores? Tal suposición es absurda porque niega la inmutabilidad del carácter moral de Dios reflejado en sus leyes morales. El Antiguo Testamento enseña que el Nuevo Pacto que Dios haría con la casa de Israel consiste, no en el reemplazo de los Diez Mandamientos con leyes más sencillas y mejores, sino en la interiorización de la ley de Dios: 'Este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón, y yo seré a ellos por Dios (Jer. 31:33)".

Mann: Este es un argumento muy bueno, pero desafortunadamente Bacchiocchi se contradice cuando se refiere a los Diez Mandamientos. Si los Diez Mandamientos se han de tratar de manera diferente que el resto de la ley - todavía como "externa" - podemos preguntar por qué Dios no dijo: "No codiciarás" y "No te enojarás" en vez de "No cometerás adulterio" o "No matarás". Bacchiocchi tiene razón cuando dice que el "cambio" en la ley entre el antiguo y el nuevo pacto es que la ley se ha hecho interna, ahora está escrita en el corazón. El Sermón del Monte de Jesús hace exactamento esto. Pero luego Bacchiocchi declara que los Diez Mandamientos son diferentes, que han de ser tratados lo mismo que bajo el Antiguo Pacto, es decir, a lo externo. Este es un ejemplo de que el uso que Bacchiocchi hace de la teoría de las dos leyes en realidad debilita su argumento básico.

El problema es que la Biblia nunca hace esto. El término "los Diez Mandamientos" ocurre sólo unas pocas veces en la Biblia, y no aparece en el Nuevo Testamento en absoluto. La Biblia simplemente los define como "las palabras del pacto". Nunca dice que son la ley moral, que son diferentes del resto de la ley, o que han de ser tratados de manera diferente. De hecho, la Biblia enumera dos grupos de Diez Mandamientos, así que ni siquiera podemos decir cuáles son los Diez Mandamientos. Ya he presentado los argumentos bíblicos para esto en un artículo anterior (básicamente, Exodo los enumera en el Capítulo 34, Deuteronomio en el Capítulo 5), así que aquí hay una cita del libro "Judaísmo" por Solomon Nigosian (Crucible, 1986):

"Dos textos relacionados con estos mandamientos [las dos tablas de piedra] están registrados en la Biblia. Uno es la familiar formulación de un código ético conocido como los Diez Mandamientos (Éxodo 20). El otro es mayormente ritual (Exodo 34). Los eruditos tienen opiniones divididas sobre cuál es el texto más anterior. La disputa es mayormente académica. La tradición posterior ha oscurecido tanto las formas originales que los términos precisos del Pacto Mosaico son irrecuperables". (p. 69).

Bacchiocchi continúa: "Este pasaje nos enseña que la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo pacto no es una diferencia entre 'ley' y 'amor.' Más bien, es la diferencia entre dejar de interiorizar la ley de Dios, lo cual resulta en desobediencia, y la acertada interiorización de la ley de Dios, lo cual resulta en obediencia. El creyente en el Nuevo Pacto que interioriza la ley de Dios por medio del poder capacitador del Espíritu Santo encontrará difícil quebrantar la ley porque, como dice Pablo, 'Cristo le ha librado de la ley del pecado y de la muerte'". (Rom. 8:2).

Mann: Así es exactamente.

Bacchiocchi: "La interiorización de la ley en el nuevo pacto.

"La interiorización de la ley de Dios en el corazón humano es el mismo nuevo pacto que Dios desea hacer con la iglesia en el Nuevo Testamento. De hecho, Hebreos aplica a la Iglesia la misma promesa hecha a Israel. (Heb. 8:10; 10:16). En el nuevo pacto, la ley no es simplificada ni reemplazada sino interiorizada por el Espíritu. El Espíritu abre las personas a la ley, capacitándolas para vivir de acuerdo con su ética superior.

"El argumento de que bajo el nuevo pacto la ley ya no se aplica al que haya muerto con Cristo no tiene sentido, por decir lo menos. Los creyentes ya no están bajo la condenación de la ley cuando experimentan la gracia perdonadora de Dios y, por el poder capacitador del Espíritu Santo, viven de acuerdo con sus preceptos. Pero esto no significa que la ley ya no se aplica a ellos. Todavía tienen que dar cuenta delante de la ley de Dios porque todos 'compareceremos ante el tribunal de Cristo' (Rom. 14:10) para dar cuenta de nosotros mismos.

"El Espíritu no opera en un vacío. La función del Espíritu no es pasar por encima de o reemplazar la ley, sino ayudar al creyente a vivir en obediencia a la ley de Dios (Gál. 5:18, 22,23). Eldon Ladd, un erudito evangélico altamente respetado, correctamente reconoce que, 'más de una vez, él [Pablo] afirma que es la nueva vida del Espíritu lo que capacita al cristiano para cumplir verdaderamente la ley' (Rom. 8:3,4; 13:10; Gál. 5:14).

"Cualquier cambio en relación con la ley, que ocurre en el nuevo pacto, no es en la ley moral misma sino en el creyente, que es estimulado e iluminado por el Espíritu 'para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu' (Rom. 8:4). La guía del Espíritu, sin respeto por la ley de Dios, puede ser peligrosa para el crecimiento del cristiano. Yo propongo que este es un problema fundamental de la teología del nuevo pacto presentada por incontables evangélicos hoy día: Es una teología que hace que cada persona sea ley para sí misma. Esto puede degenerar fácilmente en una conducta irresponsable. No me sorprende que los Estados Unidos estén a la cabeza del mundo, no sólo en el número de cristianos evangélicos -- calculados en casi 100 millones -- sino también en crímenes, violencia, asesinatos, divorcios, etc. Aflojando la obligación de observar la ley de Dios en el nuevo pacto, las personas pueden encontrar una excusa para hacer lo que les parece mejor en sus propias opiniones".

Mann: Este es exactamente el argumento que yo presento en mi artículo "El Advenimiento del Séptimo Día (2): La Ley de Cristo".

Bacchiocchi: "Un pacto no puede existir sin la ley, porque un pacto denota una interrelación ordenada que el Señor por gracia establece y mantiene con Su pueblo. La ley garantiza el orden requerido para que esta relación sea significativa. En la relación de Dios con los creyentes, la ley moral revela Su voluntad y Su carácter, la observancia de la cual hace posible mantener una relación ordenada y significativa. La ley es, no el producto del pecado, sino el producto del amor. Dios dio los Diez Mandamientos a los israelitas después de mostrarles Su amor redentor (Ex. 20:2). Por medio de la ley de Dios, la persona piadosa vino a conocer cómo reflejar el amor, la compasión, la fidelidad, y otras perfecciones de Dios".

Mann: Aquí es donde el argumento de Bacchiocchi comienza a debilitarse. Debería haber dicho que Dios dio la ley a Israel para mostrar Su amor redentor. Jesús cita las "leyes del amor" de la Torah y fuera de los Diez Mandamientos.

Bacchiocchi: No hay dicotomía entre la ley y el amor.

"Es desafortunado que muchos nunca se detengan a reflexionar en por qué el Antiguo Pacto, que estaba basado en la liberación redentora de Israel de Egipto, vino a equipararse con los Diez Mandamientos".

Mann: ¡Irónicamente, esta pregunta se les puede hacer a aquéllos que sostienen la teoría de las dos leyes!

"No parecen darse cuenta de que la obediencia a los Diez Mandamientos constituye una respuesta de amor a la gracia de Dios en ser el Liberador de Israel. Ignoran la verdad fundamental de que el Decálogo no es meramente una lista de diez leyes, sino principalmente diez principios de amor. No hay dicotomía entre la ley y el amor, porque no se puede tener el uno sin la otra.

"El Decálogo detalla cómo los seres humanos deben expresar su amor por su Señor y por su prójimo. El nuevo mandamiento de Cristo de amar a Dios y al prójimo no es otra cosa que la encarnación del espíritu de los Diez Mandamientos, que ya se encuentra en al Antiguo Testamento (Lev. 19:19; Deut. 6:5). Cristo pasó gran parte de su ministerio explicando cómo los principios de amor están encarnados en los Diez Mandamientos. Por ejemplo, explicó que el sexto mandamiento puede ser quebrantado, no solamente matando a una persona, sino también airándose e insultando al prójimo. (Mat. 5:22-23). El séptimo mandamiento puede ser violado, no solamente cometiendo adulterio, sino mirando a una mujer para codiciarla". (Mat. 5:28).

Mann: Nuevamente, el problema aquí es que Bacchiochi simplemente supone que "la ley" se refiere a los Diez Mandamientos. En la Biblia, los Diez Mandamientos, por sí mismos, no significan nada o casi nada, no se les da ningún tratamiento especial, y no se discuten en ninguna parte. La tradición cristiana (es decir, el catolicismo romano) los ha inflado para hacerlos aparecer como algo especial e importante, pero su única importancia en la Biblia reside en su relación con el pacto. No son significativos por sí mismos.

Bacchiocchi: "Cristo pasó aún más tiempo explicando cómo el principio del amor está encarnado en el Cuarto Mandamiento. Los evangelios informan de por lo menos siete episodios de curación en sábado, que fueron usados por Jesús para explicar que la esencia de la observancia del sábado es gente que amar y no reglas que obedecer. Jesús explicó que el sábado es un día "para hacer el bien" (Mat. 12:12), un día "para salvar la vida" (Mar. 3:4), un día para libertar a hombres y mujeres de los ligaduras físicas y espirituales (Luc. 13:12), un día para mostrar misericordia más bien que religiosidad (Mat. 12:7)".

Mann: Una de las cosas sorprendentes acerca de la historia del sábado es que la mayor parte de la gente hoy día considera el "sábado" equivalente a ir a la iglesia, es decir, tener culto, adorar. Sin embargo, el mandamiento no dice nada acerca de adorar en la iglesia -- es un día de *descanso.* En la historia de la iglesia, la gente descansaba y ayunaba el sábado y adoraba el domingo. Así que la "crítica" de Jesús sobre el sábado era que, como mandamiento "externo," ¿significa "descansar" estar inactivo? Literalmente, sí. "Descansar" significa, no sólo no hacer ningún trabajo, sino también no hacer nada, que incluye no hacer el bien. Jesús mostró que el significado interno del sábado es encontrar a aquél que da el Verdadero Reposo, así que podemos hacer el bien ("trabajar") en sábado.

Bacchiocchi: "Cualquier intento de divorciar la ley en el antiguo pacto del amor en el Nuevo Pacto ignora la simple verdad de que en ambos pactos el amor se manifiesta en obediencia a la ley de Dios. Cristo declaró esta verdad clara y repetidamente: "Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Juan 14:15). "El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama" (Juan 14:21). "Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor" (Juan 15:10). Los mandamientos de Cristo no son una serie de principios morales mejorados y simplificados, sino los mismos principios morales que él promulgó en el Monte Sinaí".

Mann: Por supuesto, en el evangelio de Juan, donde Jesús usa estas palabras, el término "mandamientos" se refiere a la ley interior de Jesús, mientras que la palabra "ley" se usa para referirse a la ley "externa" del antiguo pacto. Así, no es muy exacto afirmar que en estos pasajes Jesús se refería a los mandamientos del antiguo pacto.

Bacchiocchi: "Bajo ambos pactos, el Señor tiene un modelo moral para la conducta humana, a saber, la santidad y la integridad de vida. Integridad de vida significa la integración del amor a Dios y al prójimo, manifestado en aquéllos que crecen en la reflexión del carácter perfecto de Dios (Su amor, fidelidad, rectitud, justicia, perdón). Bajo ambos pactos, Dios desea que Su pueblo le ame a Él y al prójimo viviendo en armonía con los principios morales expresados en los Diez Mandamientos. Éstos sirven como guía al imitar el carácter de Dios. El Espíritu no reemplaza estos principios morales en el nuevo pacto, sino que hace la letra viva y poderosa en los corazones de los santos".

Mann: Sí, exactamente, excepto reemplazar los "Diez Mandamientos" con la "ley".

Bacchiocchi: "Jesús y la ley en el Nuevo Pacto.

"La afirmación de que Cristo reemplazó los Diez Mandamientos con el más sencillo y mejor mandamiento del amor está claramente negada por el decisivo testimonio de nuestro Señor mismo, como se ve en Mat. 5:17-19. Puesto que las demandas de la ley moral de Dios continúan siendo buenas, santas, y justas en el Nuevo Testamento, no tiene sentido suponer que Cristo vino para cancelar la responsabilidad de la humanidad de cumplirlas. Es teológicamente irrazonable suponer que la misión de Cristo era hacer moralmente aceptable el adorar ídolos, blasfemar, quebrantar el sábado, deshonrar los padres, asesinar, cometer adulterio, chismear, o envidiar. Cristo no vino a cambiar la naturaleza de las leyes de Dios haciéndolas más sencillas, mejores, u opcionales. En su lugar, vino a cumplirlas, esto es, a explicar el más pleno significado de los principios morales que Dios había revelado. Escuchemos Su propio testimonio:

"No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos sino a cumplirlos. De cierto os digo, que hasta que desaparezcan el cielo y la tierra, ni la letra más pequeña, ni el más leve trazo de la pluma, desaparecerán de la ley hasta que todo se haya cumplido. Cualquiera que quebrante uno de éstos, los mandamientos más pequeños, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será llamado el más pequeño en el reino de los cielos". (Mat. 5:17-19).

Mann: Aquí Bacchiocchi nuevamente confunde "ley" con "Diez Mandamientos". Por supuesto, Mat. 5:17-19 no menciona para nada los Diez Mandamientos, aunque la afirmación de Bacchiocchi: "La afirmación de que Cristo reemplazó los Diez Mandamientos con el más sencillo y mejor mandamiento del amor está claramente negada por el decisivo testimonio del Señor mismo en Mat. 5:17-19" implica que Jesús se refiere a ellos. En realidad, esta porción de la Escritura es otro buen ejemplo de que "la ley" es la Torah entera. Jesús se refiere tanto a las leyes en los Diez Mandamientos como a las leyes fuera de ellos, y no hace distinción entre las dos clases. Así que, obviamente, Mat. 5:17-19, que actúa como prefacio para el Sermón del Monte, debe referirse a la Torah entera, no sólo a los Diez Mandamientos.

"En este pronunciamiento, Cristo enseña tres importantes verdades: (1) Dos veces niega que Su venida tuviera el propósito de abrogar los mandamientos del Antiguo Testamento. (2) Toda la ley de Dios, incluyendo sus más mínimos detalles, tendrían una validez que habría de durar hasta la terminación de la edad presente. (3) Cualquiera que enseñe que aún el más pequeño de los mandamientos de Dios puede ser quebrantado, está sujeto a la condenación divina. Esta acusación debería llevar a los proponentes del Nuevo Pacto a examinar sus almas.

"No hay ningún estancamiento exegético aquí. No hay aquí ninguna sugerencia de que con la venida de Cristo la ley moral del Antiguo Testamento fue reemplazada por una ley más sencilla y mejor. Es desafortunado que algunos tratan de construir un caso en favor de reemplazar los Diez Mandamientos del antiguo pacto con una ley más simple y mejor del nuevo pacto seleccionando unos pocos textos orientados al problema (2 Cor. 3:6-11; Heb. 8:9; Gál. 3-4), más bien que comenzando por el testimonio de Cristo mismo, un testimonio que debería servir como la piedra de toque para explicar textos aparentemente contradictorios que hablan negativamente de la ley".

Mann: Por supuesto. Así es.

"Pablo rechaza la ley como método de salvación, pero la sostiene como modelo de la conducta cristiana. El cristiano no está bajo la ley como base para su justificación, pero sostiene la ley como revelación del modelo ético divino para su vida.

"El no reconocer esta distinción fundamental hace que muchos desarrollen una posición antinómica unilateral. Un estudio responsable del punto de vista de Pablo acerca de la ley debe tomar en cuenta sus afirmaciones tanto negativas como positivas acerca de la ley. Por ejemplo, en Rom. 3:28, Pablo sostiene que "una persona es justificada por fe sin las obras de la ley", pero en 1 Cor. 7:19 dice que "la circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios". ¿Cómo pueden reconciliarse estas afirmaciones aparentemente contradictorias? Los dispensacionalistas no hacen ningún intento de tratar con este problema. Prefieren el "estilo de cafetería", que consiste en seleccionar los textos que mejor apoyan su punto de vista de la terminación de la ley. Un método así difícilmente refleja una erudición bíblica responsable.

Mann: Sí, es perfectamente cierto.

"Jesús, el cumplimiento de la ley.

"La conclusión a la que llegan muchos es que este pasaje (Mat. 5:17-19) no sostiene la continuada naturaleza de los Diez Mandamientos. Llegan a esta conclusión por la imaginativa pero mal fundada interpretación de los términos claves, "ley" y "cumplir". Un examen del uso del término "ley" en Mateo les lleva a la conclusión de que la "ley" a la que se refiere Jesús es la totalidad de la ley del Antiguo Pacto, que incluía los Diez Mandamientos. Esta conclusión, por sí misma, es exacta, porque Jesús sostuvo los principios morales del Antiguo Testamento en general. Por ejemplo, la 'regla de oro' en Mat. 7:12 se presenta como en esencia "la ley y los profetas". En Mat. 22:40, los dos grandes mandamientos se ven como la base de la cual "dependen toda la ley y los profetas".

"El problema en que muchos se meten es que usan el amplio significado de la ley para argumentar que Cristo abrogó, no sólo los Diez Mandamientos, sino todo el Antiguo Testamento. Lo hacen interpretando estrechamente el verbo "cumplir". Llegan a la conclusión de que la palabra "cumplir" en Mat. 5:17-19 se refiere, no a la continuada naturaleza de la ley y los profetas, sino al cumplimiento de las profecías relativas a la vida y la muerte del Mesías".

Mann: ¡Bacchiocchi está tan cerca de la verdad en este punto que es hasta doloroso! Admite que "la ley" se refiere a la totalidad de la ley del Antiguo Pacto, pero no lleva esta lógica adelante a su conclusión. Simplemente insiste que esto no significa que la ley ha sido abolida, y luego nunca se acerca a esta línea de pensamiento nuevamente.

Todo el argumento de Bacchiocchi puede mantenerse sin necesidad de referirse a los Diez Mandamientos. Lo que Bacchiocchi está diciendo es que la ley en el Antiguo Pacto se "interioriza" en el Nuevo Pacto, pero luego comienza a insistir que no es lo mismo para los Diez Mandamientos porque todavía son tanto externos como internos. El problema es que la ley era parte del Antiguo Pacto. Si Ud. quiere guardar la ley tal como aparece en el Antiguo Pacto, tiene que aceptar el paquete entero. Ud. no puede escoger ciertas porciones y dejar otras.

Bacchiocchi: "La continuidad de la ley.

"Hay varios problemas serios con esta conclusión, que se derivan mayormente de una renuencia a examinar de cerca el texto en su contexto inmediato. El contexto inmediato indica claramente que el cumplimiento de la ley y los profetas tendrá lugar finalmente, no a la muerte de Cristo, sino al final de la edad presente: 'De cierto os digo, que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasarán de la ley, hasta que todo se haya cumplido". (Mat. 5:18). Puesto que, a la muerte de Cristo, ni el cielo ni la tierra desaparecieron, es evidente que, de acuerdo con Jesús, la función de la ley continuará hasta el fin de la edad actual.

"La afirmación de que las seis antítesis 'Oísteis que fue dicho ... pero yo os digo...' indican que Jesús se proponía eliminar completamente la naturaleza obligatoria del viejo pacto, es absurda, por decir lo menos. ¿Por qué? Porque en cada caso Cristo no relevó a sus seguidores de la obligación de observar los seis mandamientos mencionados, sino que requirió una observación más radical de cada uno de ellos. Este hecho es ampliamente reconocido por respetados eruditos evangélicos. Por ejemplo, Eldon Ladd escribe: 'Jesús enseñó la pura e incondicional voluntad de Dios sin ningún compromiso, que Dios pone sobre los hombres en todo momento y en todos los tiempos. La ética de Jesús encarna el modelo de rectitud que un Dios santo debe exigir de los hombres en cualquier época'. De manera parecida, John Gerstner observa: 'La afirmación de la ley moral por parte de Cristo fue completa. Antes que liberar a los discípulos de la ley, los ligó a ella mucho más firmemente. No abrogó ni un solo mandamiento sino que más bien los intensificó a todos'.

"Cristo no modificó ni reemplazó la ley, sino que reveló su divino propósito, que afecta, no sólo la conducta externa sino también los motivos internos. La ley condenaba el asesinato; Jesús condenó la ira como pecado (Mat. 5:21-26). La ley condenaba el adulterio; Jesús condenó los apetitos lujuriosos (Mat. 5:27-28). Esto no es un reemplazo de la ley, sino una clarificación e intensificación de su divina intención. La ira y la lujuria no pueden ser controladas por la ley porque la ley tiene que ver con la conducta externa, que puede ser controlada. Jesús se preocupó por mostrar que la obediencia al espíritu de los mandamientos de Dios tiene que ver con los motivos internos, así como con las acciones externas".

Mann: Esto es cierto, pero uno se puede equivocar en esta línea de argumentación. Si él no tiene cuidado, lo que Bacchiocchi está dando a entender es que todavía necesitamos estudiar el Antiguo Pacto cuidadosamente porque es en él donde Dios ha revelado cómo quiere que vivamos. Esto es mirar la fotografía en vez de la persona verdadera. No tiene caso vivir en las sombras cuando la realidad está aquí.

Bacchiocchi: "Cristo es la continuación y la realización de la ley y los profetas.

"Es correcto decir que 'cumplir' en Mateo generalmente se refiere a la realización profética de la ley y los profetas en la vida y el ministerio de Cristo. Esto implica que ciertos aspectos de la ley y los profetas, como los servicios levíticos y las profecías mesiánicas, terminaron con la vida, la muerte, y la resurrección de Cristo. Pero esta interpretación difícilmente puede aplicarse a los aspectos morales de la ley de Dios mencionados por Jesús porque el versículo 18 explícitamente afirma que la ley sería válida 'hasta que pasen el cielo y la tierra'. A la luz de la antítesis de los versículos 21-48, 'cumplir' significa especialmente 'clarificar', 'explicar' el significado más pleno de la ley y los profetas. Repetidamente en Mateo, Jesús actúa como el supremo intérprete de la ley, el que ataca la obediencia externa y algunas de las tradiciones rabínicas (halákicas). (Mat. 15:3-6); 9:13; 12:7; 23:1-39).

Mann: Nuevamente, Bacchiocchi se equivoca un poco aquí. Jesús ha dicho que ninguna parte de la ley pasaría, pero Bacchiochi ya ha preparado gran parte de ella para ser abolida, dejando sólo la parte "moral". Pero, ¿cómo decidimos cuál es la parte moral? Primero debemos tener un modelo de moralidad para identificar la parte moral. Si hemos decidido que Jesús es un ejemplo moral insuficiente (que es la razón por la cual Bacchiocchi dice que necesitamos que la ley del antiguo pacto continúe "en vigor", tanto externa como internamente), entonces el único criterio que queda es nuestro propio juicio, y esto es lo que Bacchiocchi condena como modelo moral, para comenzar.

Bacchiocchi: "En Mateo se presentan las enseñanzas de Cristo, no como el reemplazo de la ley moral de Dios, sino como la continuación y la confirmación del Antiguo Testamento. Mateo ve en Cristo, no la terminación de la ley y los profetas, sino su realización y continuación. La 'regla de oro' en Mat. 7:12 se presenta, en esencia, como 'la ley y los profetas'. En Mat. 19:16-19, Jesús le dice al joven rico que quería saber lo que tenía que hacer para tener la vida eterna: 'Guarda los mandamientos'. Luego procede a mencionarle cinco de ellos".

Mann: Lo que Jesús enfatiza en todas sus enseñanzas acerca de la ley es que la obediencia a la ley (es decir, obediencia externa) es insuficiente, que es más como dice Isaías 1. Su énfasis sobre "la regla de oro" (que, por supuesto, no es uno de los Diez Mandamientos, lo cual ciertamente arroja dudas sobre la afirmación de Bacchiocchi de que puede ser la ley moral) es que la obediencia es desde dentro. Jesús le dice al joven rico que guarde los mandamientos como preparación para mostrarle que la obediencia externa es insuficiente (luego tiene que ir y vender todo lo que tiene).

Bacchiocchi: "En Mat. 22:40, los dos grandes mandamientos se ven como la base de la cual 'depende toda la ley y los profetas.' Es importante entender que el resumen no abroga o descuenta aquéllo que resume. No tendría sentido decir que debemos obedecer la orden sumaria de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Lev. 19:19; Mat. 22:39) y al mismo tiempo que podemos ignorar o violar la segunda parte del Decálogo, que dice lo que significa amar al prójimo. No debemos olvidar que, cuando el Señor nos llamó a reconocer 'lo más importante de la ley' (Mat. 23:23), inmediatamente añadió que las cosas de menor importancia no deberían descuidarse".

Mann: ¡Nuevamente, Bacchiocchi trata de moverse, de lo que él llama la parte "abolida" de la ley, pero la que Jesús parece insistir en usar, de vuelta a la ley "moral" de Bacchiocchi, que Jesús insiste en perfeccionar!

Bacchiocchi: "Podríamos decir que, en Mateo, la ley y los profetas continúan viviendo en Cristo, que realiza, clarifica, y en algunos casos, intensifica sus enseñanzas. (Mat. 5:21-22, 27-28). La realización y continuación cristológicas de la ley del Antiguo Testamento tienen implicaciones significativas para la comprensión neotestamentaria del sábado a la luz del ministerio redentor de Cristo".

Mann: Aquí viene la parte jugosa.

Bacchiocchi: "El Nuevo Pacto en el libro a los Hebreos.

"Para defender la posición de que los Diez Mandamientos y otras leyes mosaicas eran parte del Antiguo Pacto, que terminó con la venida de Cristo, los dispensacionalistas apelan especialmente al libro de Hebreos.

"Citan Hebreos 8:13, que dice: 'Al decir nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer'. Al interpretar este texto, arguyen que lo que se envejece y está próximo a desaparecer es la ley mosaica en general y el sábado en particular".

Mann: Por supuesto, yo discrepo con los dispensacionalistas. Véase mi artículo: "La Verdad del Sábado" etc.

Bacchiocchi: "La discontinuidad en Hebreos.

"En la interpretación de Hebreos, los dispensacionalistas tienen razón al señalar la discontinuidad entre el Antiguo y el Nuevo Pacto en lo que se refiere a los servicios levíticos, que terminaron con la venida de Cristo".

Mann: Aquí es donde la teoría de las dos leyes contradice la parte de la "interiorización" en el argumento de Bacchiocchi, lo que yo llamo la "espiritualización" de la ley. La "abolición" de la ley no puede aplicarse a algunas partes de ella. Lo que es abolido es la "exteriorización" de la ley, lo que Pablo llama "la carne". Como sabemos, los servicios levíticos continuaron en en el cielo en el santuario celestial. Así que Bacchiocchi se equivoca al decir que terminaron con la venida de Cristo (estrictamente hablando, en realidad él debería decir la muerte de Cristo). La teoría de las Dos Leyes en realidad está siendo atacada en cuanto a la doctrina del Santuario, como yo he argumentado en un artículo anterior.

Bacchiocchi: "Pero se equivocan al aplicar esta discontinuidad a los principios morales de los Diez Mandamientos, specialmente el sábado. No hay duda de que Hebreos enfatiza la discontinuidad producida por la venida de Cristo, cuando dice que 'si aquel primero hubiera sido sin defecto', no habría sido necesario que Cristo viniese. Pero, a causa de que los sacerdotes, el santuario, y sus servicios eran 'simbólicos' (9:9; 8:5), no podían por sí mismos 'perfeccionar la conciencia' (9:9). Por consiguiente, era necesario que Cristo viniese 'una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.' (9:26). El efecto de la venida de Cristo se describe como 'abrogar' (7:18), 'dar por viejos' (8:13), 'abolir' (10:9) todos los servicios levíticos asociados con el santuario".

Mann: No hay justificación para suponer que este ataque sobre la carne y la "exteriorización" no se aplica a los Diez Mandamientos, lo mismo que el resto de la ley.

Bacchiocchi: "La nueva teología interpreta estas afirmaciones como que indican una abrogación radical de la ley del Antiguo Testamento en general y del sábado en particular. Esta interpretación ignora que las afirmaciones en cuestión se encuentran en los capítulos 7 al 10, que tratan de los reglamentos levíticos sacrificiales. Aunque en estos mismos capítulos el autor usa los términos 'ley' (10:1) y 'pacto' (8:7,8,13), los menciona con referencia al sacerdocio y servicios levíticos. Es en este contexto, es decir, en cuanto se relacionan al ministerio levítico, que son declarados 'abolidos' (10:9). Pero esta afirmación difícilmente puede tomarse como una declaración general en favor de la abrogación de la ley en general".

Mann: ¡Por supuesto, yo tomo una posición más radical que la Nueva Teología y Bacchiocchi. La Nueva Teología dice que toda la ley fue abolida, Bacchiocchi dice que una parte lo fue, yo arguyo que ninguna parte lo fue. (Véase Mat. 5)!

Bacchiocchi: "La referencia a 'las tablas del pacto' en Hebreos 9:4 se encuentra en el contexto de la descripción del contenido del arca del pacto, que incluía 'las tablas del pacto.' El arca era parte del mobiliario del santuario terrenal, cuyas funciones tipológicas terminaron a la muerte de Cristo en la cruz. Sin embargo, el hecho de que los servicios en el santuario terrenal terminaron en la cruz no significa que los Diez Mandamientos también terminaron simplemente porque estaban dentro del arca".

Mann: Hebreos 9:10 señala que el Santuario era un "reglamento externo" que se aplicaba hasta que viniera el tiempo del "nuevo orden". Por implicación, el Santuario es ahora por lo tanto un reglamento interno, llevado a cabo en el cielo. Como de costumbre, las observaciones de Bacchiocchi acerca de los Diez Mandamientos son un pretexto para llamar la atención.

Bacchiocchi: "Continuidad de los Diez Mandamientos en el nuevo pacto.

"Hebreos nos enseña que el santuario terrenal fue reemplazado por el santuario celestial, en el cual Cristo 'aparece en la presencia de Dios en favor nuestro' (Heb. 9:24). Cuando a Juan se le mostró una visión del templo celestial, vio dentro del Templo 'el arca del pacto' que contenía los Diez Mandamientos. (Apoc. 11:19). ¿Por qué se le mostró a Juan el arca del pacto en el templo celestial? La respuesta es sencilla. El arca del pacto representa el trono de Dios que descansa en la justicia (los Diez Mandamientos) y la justicia (el asiento de la misericordia). (sic).

"Si el argumento de que los Diez Mandamientos terminaron en la cruz porque eran parte del mobiliario del santuario fuera correcto, ¿por qué entonces se le mostró a Juan el arca del pacto conteniendo los Diez Mandamientos en el Templo celestial? ¿No sugiere la visión del arca del pacto en el santuario celestial, donde Cristo ministra en favor nuestro, que los principios de los Diez Mandamientos son todavía el fundamento del gobierno de Dios?"

Mann: El Santuario está en el cielo, pero es incorrecto insistir sobre los Diez Mandamientos de manera especial. El Apocalipsis muestra el día de la expiación en el cielo. (Apoc. 1:12-16) y a Jesús ataviado como Sumo Sacerdote el día de la expiación.Véase Lev. 16:4-5. Apoc. 8:1-5 se refiere al incienso. Véase Lev. 16:12-14; Apoc. 8:5 menciona el incensario lleno de carbones encendidos. Véase Lev. 16:12. Nótense las frecuentes alusiones al número "siete" en Apocalipsis, que reflejan el Día de la Expiación. Lev. 16:14 dice: "tomará luego de la sangre del becerro y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio siete veces". Apoc. 8:6-11:18 es el sonar de las trompetas, "entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra". (Lev. 25:9); finalmente, Apoc. 11:19 dice "y el arca de su pacto se veía en en templo", en concordancia con el día de expiación, cuando el Sumo Sacerdote entraba al Lugar Santísimo donde estaba el arca del pacto. (Lev. 16:2; 17-19).

El hecho de que los Diez Mandamientos estén en el arca del pacto no los hace diferentes del resto de la ley. El libro de la ley estaba al lado del arca, y por supuesto, todo el mobiliario (los candelabros, el altar de oro, etc.) estaban allí también. El punto es que nadie está afirmando que porque todas estas cosas están en el cielo, sus funciones originales en el antiguo pacto continúan. Bacchiocchi ya ha dicho que por el hecho de estar en el cielo, el significado del santuario se ha "interiorizado" y la ley ha sido escrita en los corazones, así que seleccionar una parte del santuario en el cielo (los Diez Mandamientos en el arca) y afirmar que, a diferencia de todos los otros artículos en el santuario, éstos retienen su función del antiguo pacto es inconsistente. Después de todo, los Diez Mandamientos ni siquiera se mencionan, sino sólo el arca del pacto, así que en realidad no hay suficiente argumento para defender de manera especial los Diez Mandamientos aquí.

Bacchiocchi: "Es desafortunado que, en su preocupación por probar la discontinuidad entre el antiguo y el nuevo Pacto, muchos igmoran la continuidad entre los dos. La continuidad se expresa de varias maneras. Hay continuidad en la revelación de que el mismo Dios 'habló en otro tiempo a nuestros padres por los profetas' y ahora 'en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo' (Heb. 1:1-2). Hay continuidad en la fidelidad y los logros de Moisés y de Cristo' (Heb. 3:2,6).

"Hay continuidad en el ministerio redentor ofrecido tipológicamente en el santuario terrenal por los sacerdotes y realísticamente en el santuario celestial por Cristo mismo. (Caps. 7,8,9,10). Hay continuidad en la fe y la esperanza, al participar los creyentes del Nuevo Testamento de la fe y las promesas de los grandes hombres del Viejo Testamento. (caps. 11-12)".

Mann: Estoy de acuerdo. El antiguo pacto no era un pacto "legalista", como muchos afirman, sino que enfatizaba la fe y la ética por sobre las prácticas religiosas. Note, sin embargo, que cuando el Viejo Testamento alaba la moralidad por encima de la religiosidad, pone el sábado del lado de la religión, no de la moralidad. En Isaías 1, Dios contrasta a aquéllos que practican la religión -- los que guardan el sábado, las fieestas, los que ofrecen sacrificios -- con aquéllos que hacen el bien, quue buscan la justicia, y alientan a los oprimidos. Esta es otra razón de por qué es incorrecto suponer que los Diez Mandamientos son la parte moral de la ley.

Bacchiocchi: "Más específicamente, hay continuidad en la observancia del sábado (sabatismos) que 'permanece' (apoleipetia) 'para el pueblo de Dios'. (Heb. 4:9). El verbo 'permanecer' (apoleipetia) literalmente significa 'quedar'. Traducido literalmente, el versículo 9 dice: 'Así que queda un reposo para el pueblo de Dios'. La permanencia del sábado está también implícita en la exhortación a 'procurar entrar en ese reposo'. (Heb. 4:11). El hecho de que uno deba hacer esfuerzos 'para entrar en ese reposo' implica que la experiencia del 'reposo' sabático también tiene una realización futura y por consiguiente no puede haber terminado con la venida de Cristo".

Mann: Ahora llegamos a la parte interesante acerca del sábado. ¿Cuál es la verdad interior acerca del sábado? ¿Cuál es el verdadero significado del sábado? ¿Es descansar un día de cada siete, o es entrar en el reposo de Dios, descansando en Cristo, entrando al reposo que Dios estableció en la creación? Hebreos comienza la discusión del reposo sabático en el Cap. 3. Dice que Dios ha declarado que Israel "nunca entrará en mi reposo" (Heb. 3:11) a causa de su incredulidad, así que inmediatamente tenemos la afirmación de que, a pesar de todos los séptimos días sábados de descanso que Israel ha guardado, todavía dice Dios que no han entrado en su reposo. Podemos ver que el verdadero reposo sabático es más que un día de descanso. El cap. 4 comienza diciendo que "la promesa de entrar en su reposo todavía permanece" (Heb. 4:1), así que Dios todavía ha prometido que su pueblo entrará en su reposo, y de hecho el autor de Hebreos dice que "los que han creído han entrado en ese reposo" (Heb. 4:3), así que nosotros entramos al reposo sabático por medio de la fe, no de las obras.

"Porque si Josué les hubiese dado el reposo, Dios no hablaría después de otro día." (Heb. 4:8). Descansando el séptimo día, dice el autor de Hebreos, Israel no entró en el reposo, así que "Dios otra vez determina un cierto día." (Heb. 4:7). Dios puso aparte un cierto día en la ley, el séptimo día (la tarde y la mañana del séptimo día), pero Israel no entró en el reposo por guardar ese día. Así que, habiendo establecido un día, ¿qué sucedió? "Dios otra vez determina un día". Así que ahora tenemos dos días establecidos por el Señor para que entremos en su reposo. El día original (la tarde y la mañana de un día) era el séptimo día de la ley. El segundo día que el Señor puso aparte fue ... ¿el domingo? No. Hebreos dice que el segundo día que Dios puso aparte fue "hoy".

"Dios otra vez determina un día: Hoy". (Heb. 4:7).

¿Así que todavía guardamos el sábado? Sí, "queda todavía un reposo para el pueblo de Dios" (Heb. 4:9). ¿Es ese descanso sabático un día de descanso exterior, un día de descanso compuesto por "tarde y mañana"? No. Es un día de descanso interior, llamado "Hoy", "porque el que ha entrrado en su reposo también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas" (Heb. 4:10). Así, este sábado verdadero, la "interiorización" del sábado, sigue el modelo del reposo de Dios en la creación. Cuando Dios reposó en la creación, "su séptimo día" no tenía tarde ni mañana, porque Dios no regresó al trabajo nuevamente el primer día. Así que el Verdadero Sábado no tiene ni tarde ni mañana, porque una vez que entramos al reposo de Dios no lo abandonamos otra vez al día siguiente.

Esta visión del sábado es por completo consistente con lo que la Biblia enseña acerca de la ley en general. Todavía guardamos las leyes relativas a animales limpios e inmundos, la circuncisión, etc., pero como leyes "interiores", leyes del corazón. Es por esto por lo que Pablo dice "porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión (Gál. 5:6), y también "y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra" (Rom. 2:29). En Gálatas, Pablo claramente está escribiendo acerca de la ley exterior, mientras que en Romanos habla de la ley interior. Así que Col. 2:16 se refiere a los sábados exteriores, mientras que Heb. 4:9 se refiere al sábado interior.

Bacchiocchi: "Es de notar que, mientras el autor de Hebreos declara el sacerdocio y los servicios levíticos 'abolidos' (Heb. 10:9), 'caducos' y 'próximos a desaparecer' (Heb. 8:13), explícitamente enseña que 'queda un reposo para el pueblo de Dios' (Heb. 4:9)".

Mann: Como hemos visto, toda la ley permanece. Lo que ha "caducado" son las prácticas externas, que se vuelven caducas una vez que se han escrito en el corazón. En efecto, Hebreos asegura que el séptimo día de tarde y mañana es caduco, porque se habla de "otro día" (Heb. 4:8), y que este otro día no es otro día externo de tarde y mañana, sino el sábado del séptimo día interior.

Bacchiocchi: "Objeciones a la observancia literal del sábado.

"Algunos rechazan la interpretación de 'sabatismos' como la observancia literal del sábado, obviamente porque no se ajusta a la discontinuidad que ellos construyen entre el antiguo y el nuevo pacto. El autor de Hebreos no tuvo que inventar una nueva palabra porque ya existía una y era usada tanto por los paganos como los cristianos como un término técnico para la observancia del sábado.

"Pueden encontrarse ejemplos en los escritos de Plutarco, Justino, Epifanio, las Constituciones Apostólicas, y el Martirio de Pedro y Pablo. El profesor A.T. Lincoln, uno de los colaboradores al simposio Desde el Sábado hasta el Día del Señor, reconoce que en cada uno de los casos que anteceden, 'el término denota la observancia o celebración del sábado. Este uso corresponde al uso en la Septuaginta del verbo cognado sabbatizo (comp. con Ex. 16:23; Lev. 23:32; 26:34 y siguientes; 2 Crón. 36:21), que también se refieren a la observancia del sábado. Así, el autor del libro a los Hebreos está diciendo que la observancia del sábado ha sido notable desde el tiempo de Josué".

Mann: Por supuesto, el término "sabatismos" se refiere al sábado literal, lo mismo que "peritome" se refería a la circuncisión literal. Sin embargo, el término se convierte en una metáfora para una más alta verdad espiritual. Esto es lo que significa tener la ley escrita en el corazón. Este es lo que significa ser sellados por el Espíritu.

Bacchiocchi: "Tres niveles de interpretación del descanso sabático en el Antiguo Testamento.

"Para ayudar al lector a entender mejor la discusión precedente acerca del reposo sabático en Hebreos 3 y 4, mencionaré brevemente cómo la noción del reposo sabático fue utilizada en el Antiguo Testamento y en la literatura judía. Allí encontramos que el reposo sabático se usó para describir, no sólo la experiencia del reposo sabático semanal, sino también la aspiración nacional a una vida pacífica en una tierra en reposo (Deut. 12:9; 25:19; Isa. 14:3), donde el rey le daría al pueblo 'reposo de todos sus enemigos' (2 Sam. 7:1; comp. 1 Reyes 8:5), y donde Dios encontraría su 'lugar de reposo' entre su pueblo y especialmente en su santuario en Sión (2 Crón. 6:41; 1 Crón. 23:25: Sal. 132:8, 13, 14; Isa. 66:1)".

Mann: El verdadero sábado es el reposo eterno de Dios. Símbolos de este reposo, "sábados", ocurren con frecuencia en la ley.

Bacchiocchi: "El reposo y la paz del sábado, que, como aspiración política, permaneció mayormente sin cumplimiento, se convirtió en el símbolo de la era mesiánica, a menudo conocida como 'el fin de los días' o 'el mundo por venir.' Por ejemplo, Theodore Friedman observa que 'dos de los tres pasajes en los cuales Isaías se refiere al sábado han sido ligados por el profeta con el fin de los días. (Isa. 56:4-7; 58:13, 14; 66:22-24). No es mera coincidencia que Isaías emplee las palabras 'delicia' (oneg) y 'honor' (kavod) en su descripción tanto del sábado como del fin del tiempo (58:13). '... y lo llamares delicia ... y lo venerares.' 66:1: 'Y te deleitarás en el brillo de su honor'). La implicación es clara. El deleite y el gozo que marcarán el fin de los tiempos está a nuestra disposición aquí y ahora por medio del sábado".

Mann: He aquí lo que yo escribí al final de mi artículo "Acerca de los sábados de tarde y mañana":

Al ofrecer cada adventista el día y la noche del sábado como sacrificio, así también colectivamente el mensaje del sábado será transformado en la más intensa experiencia visionaria de Dios. Entramos en su reposo al inundarse nuestra alma con el éxtasis espiritual del cielo. Cada cristiano experimentará "el tercer cielo" (2 Cor. 12:2), recibirá "visiones y revelaciones" (2 Cor. 12:1), será "arrebatado al paraíso" (2 Cor. 12:4). La verdadera experiencia sabática significa que nosotros nos convertimos en "una nueva creación; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas." (2 Cor. 5:17). Dios "pondrá su sello de propiedad sobre nosotros, y su Espíritu en nuestros corazones en depósito, garantizando lo que ha de venir." (2 Cor. 1:22). El entrar en esta visión y recibir su Espíritu nos dará "la sabiduría secreta de Dios, una sabiduría que ha estado escondida y que Dios destinó para nuestra gloria antes de la fundación del mundo" (1 Cor. 2:7). "Y también le daré una piedrecita blanca con un nuevo nombre escrito en ella, que sólo conocerá aquél que lo reciba" (Apoc. 2:17). El verdadero sábado es una retumbante y explosiva visión de Dios, como en Apoc. 1:13-17. Una vez que lleguemos al Advenimientro del Séptimo Día, entenderemos la verdad y el propósito de nuestro movimiento..

Bacchiocchi: "La literatura rabínica y apocalíptica posterior proporciona ejemplos más explícitos en los que el sábado se entiende como la anticipación del mundo que ha de venir. Por ejemplo, el Talmud Babilónico dice: 'Nuestros rabinos enseñaban que el hijo de David vendría a la conclusión del septenato. R. Joseph objetaba: '¡Pero han pasado tantos sábados, y él todavía no ha venido!' En la obra apocalíptica conocida como El Libro de Adán y Eva (más o menos en el siglo I de la era cristiana), el Arcángel Miguel amonesta a Set diciendo: 'Hombre de Dios, no llores a tus muertos más de seis días porque en el séptimo día hay una señal de la resurrección y del resto del tiempo por venir'.

"¿Cómo vino el sábado a ser considerado un símbolo del mundo por venir? Aparentemente, la dura experiencia del vagar en el desierto, primero, y del exilio más tarde, los estimuló a ver el sábado edénico como el paradigma de la futura era mesiánica. De hecho, la era mesiánica se caracteriza por la abundancia material (Amos 9:13-14; Joel 4:19; Isa. 30:23-25; Jer. 31:12), la justicia social (Isa. 61:1-9), la armonía entre las personas y los animales (Oseas 2:20; Isa. 65:25; 11:6), extraordinaria longevidad (Isa. 65:20; Zac. 8:4), luz refulgente (Isa. 30:26; Zac. 14:6;7, y la ausencia de muerte y dolor. (Isa. 25:8).

"Este breve examen indica que tanto en el Viejo Testamento como en la literatura judía posterior, la experiencia semanal del reposo sabático era el epítome de las aspiraciones nacionales a un lugar de descanso en la tierra de Canaán y en el santuario en Jerusalén. Esto a su vez señalaba hacia adelante, a la futura era mesíanica, que vino a ser considerada como 'completamente sabática y de reposo'".

Mann: Lo que sigue es lo que yo escribí en mi artículo "¡El sábado! Por fin, la verdad":

Ahora consideremos el significado simbólico de la ley. Sabemos que el verdadero sábado es el eterno reposo del séptimo día de Dios, sin tarde y sin mañana. Dios dice "entrar en mi reposo" - sumergirse en Su eternidad. Así, la ley eterna debe relacionarse con este profundo misterio del sábado. Obedecer la eterna ley de Dios significa morar en su eternidad. La ley describía un modo entero de vida, una coreografía de la existencia. Este vivir en Dios, experimentando el éxtasis de la visión de Dios, es la eterna ley de nuestro ser. Desde el principio, lo sagrado se ha experimentado a través de la música, la danza, la pintura, el lenguaje, y los símbolos. Sólo en la era moderna se ha separado el "arte" de la vida espiritual. En los tiempos bíblicos, vivir en la ley eterna de Dios era vivir en el corazón de Dios. Así que, simbólicamente, la ley representa el medio a través del cual experimentamos a Dios y vivimos en Él, el arte de la vida, el Christos Choros (La Danza de Cristo). La ley eterna es la coreografía de Cristo - el arte de la Danza de Cristo. En la danza de Cristo, experimentamos la visión de Dios, recibimos la visión de la montaña después de cuarenta días y cuarenta noches sin alimento ni agua, y regresamos a la tierra con una visión de Dios en nuestros corazones. Este es el poder de la ley eterna.

Bacchiocchi: "Tres niveles de interpretación del reposo sabático en Hebreos.

"En los tiempos del Antiguo Testamento, la existencia de tres niveles de interpretación del reposo sabático, como una realidad personal, nacional, y mesiánica, proporciona la base para comprender estos tres significados en Hebreos 3 y 4. Fusionando dos textos, a saber, Salmos 95:11 y Génesis 2:2, el escritor presenta trs diferentes niveles de significado del reposo sabático. En el primer nivel, el reposo sabático apunta al reposo de Dios en la creación, cuando 'sus obras fueron acabadas desde la fundación del mundo' (4:3). Este significado se establece citando Génesis 2:2".

Mann: Esto es exactamente lo que yo he venido diciendo acerca de que el sábado fue terminado en la creación - el reposo eterno de Dios sin tarde y sin mañana.

Bacchiocchi: "En el segundo nivel, el reposo sabático simboliza la promesa de entrar en la tierra de Canaán, en la cual la generación del desierto 'no pudo entrar' (4:6; comp. 3:16-19), una entrada que se realizó más tarde cuando los israelitas, con Josué a la cabeza, entraron efectivamente en la tierra del reposo. (4:8)".

Mann: Esta es el sábado de tarde y mañana que no pudo hacer que Israel entrase en el reposo de Dios.

Bacchiocchi: "En el tercer y más importante nivel, el reposo sabático prefigura el reposo de la redención que ha amanecido y está disponible para el pueblo de Dios a través de Cristo.

"¿Cómo establece el autor este último significado? Sacando una notable conclusión de Salmos 95:7, 11, que él cita varias veces (Heb. 4:3, 5, 7). En Salmos 95, Dios invita a los israelitas a entrar en su reposo, que El había negado a la rebelde generación del desierto. (versículos 7-11). El hecho de que Dios renovase 'otra vez' la promesa de su reposo mucho tiempo después de la verdadera entrada en la Canaán terrenal, a saber, en tiempos de David, diciendo 'hoy' (Heb. 4:7), es interpretado por el autor de Hebreos en dos sentidos: Primero, que el reposo sabático de Dios no se agotó cuando los israelitas, con Josué a la cabeza, encontraron un lugar de reposo en la tierra, y que todavía 'queda un reposo para el pueblo de Dios.' (Heb. 4:9). Segundo, que este reposo ha amanecido con la venida de Cristo. (4:3,7).

"La frase 'Hoy, si oyereis su voz' (4:7) es una clara referencia a Cristo. Los lectores habían oído la voz de Dios en 'los últimos días' (1:2) al hablar El a través de Cristo y haber ellos recibido la promesa del reposo sabático. A la luz del evento de la venida de Cristo, entonces, el cesar uno de sus trabajos el sábado (4:10) significa tanto una experiencia presente de redención (4:3) como la esperanza de una comunidad con Dios.' (4:11)".

Mann: Este es el significado interior de la verdad del sábado. Entrar al reposo de Dios a través de la redención.

Bacchiocchi: "Para el autor de Hebreos, como acertadamente señala Gerhard von Rad, 'el propósito entero de la creación y el propósito entero de la redención vuelven a unirse' en el cumplimiento del reposo sabático original de Dios".

Nuevamente, esto es algo que yo he estado argumentando como el significado del sábado en mis artículos - véase citas más arriba.

Bacchiocci: "La naturaleza del reposo sabático en Hebreos.

"¿Cuál es la naturaleza del reposo sabático que queda para el pueblo de Dios? (Heb. 4:9). ¿Está el escritor pensando en un tipo de observancia del sábado literal o espiritual? El versículo 10 describe la característica básica de la observancia cristiana del sábado, a saber, cesación del trabajo: 'Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.' (4:10).

"Históricamente, la mayoría de los comentaristas han interpretado la cesación del trabajo en sábado de Hebreos 4:10 de manera figurada, a saber, como 'la abstención de trabajo servil,' con lo que quieren decir actividades pecaminosas. Así, la observancia del sábado de parte de los cristianos significa, no la interrupción del trabajo diario el séptimo día, sino sino la abstención de acciones pecaminosas en todo momento. En otras palabras, en el Nuevo Pacto, la experiencia del reposo sabático ocurre, no el séptimo día, sino diariamente al experimentar los creyentes el reposo de la salvación.

"En apoyo de este punto de vista, se apela a la referencia en Hebreos a las 'obras muertas' (6:1; 9:14). Tal concepto, sin embargo, no puede aplicarse a Hebreos 4:10, donde se hace una comparación entre la cesación divina y la humana de las 'obras'. Sería absurdo pensar que Dios cesó de 'obras pecaminosas'. El punto de la analogía es simplemente que, como Dios cesó el séptimo día de su obra de la creación, así también los creyentes han de cesar de sus obras el mismo día. Esta es una afirmación simple de la naturaleza de la observancia del sábado, que esencialmente involucra la cesación de las obras".

Mann: Esto contradice el pasaje que habla de "otro día" y del significado del sábado en tiempos de Josué (el segundo significado del sábado, más arriba). Esto, además, se opone al argumento entero del pasaje, de que los sábados de tarde y mañana no han permitido que Dios entre en Su reposo.

Bacchiocchi: "El uso histórico del término 'sabatismos - reposo sabático' de Hebreos 4:9 proporciona apoyo adicional para una comprensión literal de la observancia del sábado. Hemos visto que el término es usado en la literatura tanto pagana como cristiana como un término técnico para describir la observancia literal del sábado".

Mann: Pero, como hemos visto, es tema constante de los escritores del Nuevo Testamento que el significado interior de la ley, su "interiorización", como lo llama Bacchiocchi, toma el sentido literal y lo convierte en una metáfora de significado espiritual. No hay evidencia de que, cuando se refieren a alimentos limpios e inmundos, o la circuncisión, los escritores bíblicos usan una palabra diferente para referirse a la "interiorización" de estas leyes. Usaron el mismo término literal, pero le dieron un significado espiritual.

Bacchiocchi: "El significado de la observancia del sábado en Hebreos.

"¿Está el autor de Hebreos meramente animando a sus lectores a interrumpir sus actividades seculares el sábado? Considerando la preocupación del escritor por contrarrestar la tendencia de sus lectores a adoptar costumbres litúrgicas judías como medio de obtener acceso a Dios, difícilmente habría enfatizado solamente el aspecto de la 'cesación' física de la observancia del sábado. Este aspecto da sólo una idea negativa del reposo, que solamente serviría para estimular las tendencias judaizantes existentes. Es obvio, entonces, que el autor atribuye un significado más profundo al reposo en sábado".

Mann: El autor no está en absoluto estimulando a sus lectores a interrupir sus actividades seculares el sábado. El está enseñando el significado interior de la ley hebrea. El no está sugiriendo que, porque las otras partes de la ley (Torah) que él discute tienen verdades y significados interiores, permanece su observancia externa, mucho menos lo está haciendo para el sábado.

Bacchiocchi: "Este significado más profundo puede verse en la antítesis que el autor hace entre aquéllos que no pudieron entrar en el reposo de Dios a causa de 'incredulidad' - apeitheias - 4:6, 11) -- esto es, infidelidad que resulta en desobediencia -- y aquéllos que entran en éll por 'fe' - pistei - (4:2,3), esto es, fidelidad que resulta en obediencia.

"Para el autor de Hebreos, el acto de descansar el sábado no es meramente un ritual de rutina (comp. 'sacrificio' - Mat. 12:7), sino más bien, una respuesta por fe a Dios. Tal respuesta involucra, no sólo el endurecimiento del corazón de uno (4:7), sino el ponerse uno en la disposición de 'escuchar su voz.' (4:7). Significa experimentar el reposo salvífico de Dios, no por obras, sino por fe, no por hacer algo, sino por haber sido salvado por fe.' (4:2,311). El sábado, como John Calvin correctamente lo expresa, los creyentes han de 'cesar de sus obras para permitir que Dios obre en ellos'.

"El reposo sabático que queda para el pueblo de Dios del nuevo pacto (4:9) no es un mero día de holganza, sino más bien una oportunidad, renovada cada semana, de entrar en el reposo de Dios, esto es, de librarse de los cuidados del trabajo para experimentar libremente por fe la creación y el reposo redentor de Dios".

Mann: Esto es verdad si con la palabra "día" queremos decir el "otro día", - Hoy.

Bacchiocchi: "La experiencia sabática de las bendiciones de la salvación no se ha agotado en el presente, puesto que el autor exhorta a sus lectores a 'procurar entrar en ese reposo', (4:11). Esta dimensión del futuro reposo sabático muestra que la observancia del sábado en Hebreos expresa la tensión entre el 'ya' y el 'todavía no', entre la presente experiencia de la salvación y su consumación escatológica en la Canaán celestial.

"Esta interpretación ampliada de la observancia del sábado a la luz del evento de la venida de Cristo aparentemente fue diseñada para apartar a los cristianos de una comprensión demasiado materialista de su observancia. Para lograr este propósito, el autor, por una parte, tranquiliza a sus lectores acerca de la permanencia de las bendiciones contempladas en el reposo sabático, y por otra parte, explica que la naturaleza de estas bendiciones consiste en experimentar tanto una salvación-reposo presente como una futura restauración-reposo, que Dios ofrece a aquéllos 'que han creído' (4:3).

Mann: El reposo sabático tiene bendiciones tanto hoy como en el futuro.

Bacchiocchi: "Es evidente que, para el autor de Hebreos, la observancia del sábado permanece en el nuevo pacto, no sólo como una experiencia física de la cesación del trabajo, sino también como una respuesta fiel, una respuesta a Dios, que dice: 'Sí, hoy'.

Mann: Hebreos 4:10 habla acerca del entrar en el reposo de Dios, no en un reposo físico.

Bacchiocchi: "Conclusión.

"El estudio precedente del nuevo pacto en relación con el sábado ha mostrado que hay una unidad orgánica entre el antiguo y el nuevo pacto. Ambos pactos son parte del pacto eterno (Heb. 13:20), esto es, del compromiso de Dios de salvar al pecador penitente. En ambos pactos, Dios invita a su pueblo a aceptar la provisión por gracia de la salvación viviendo de acuerdo con los principios morales que El ha revelado. Cristo vino, no a nulificar o a modificar la ley moral de Dios, sino a clarificar y a revelar su más pleno significado. Cristo pasó gran parte de su ministerio clarificando cómo el principio del amor está encarnado en los Diez Mandamientos en general, y en el sábado en particular.

"De todos los mandamientos, el sábado nos ofrece la más concreta oportunidad de mostrar nuestro amor por Dios, porque nos invita a consagrar nuestro tiempo a El. El tiempo es la esencia de nuestra vida. La manera en que usemos nuestro tiempo es una indicación de nuestras prioridades. Una razón principal de por qué el sábado ha sido atacado por muchos a través de la historia humana es porque la naturaleza humana pecaminosa está centrada en sí misma, más bien que en Dios. La mayoría de la gente quiere pasar el tiempo del sábado buscando su placer o ganancia personal, más bien que la presencia de Dios".

Mann: Esto es cierto del verdadero e interior significado del sábado.

"Los creyentes del Nuevo Pacto que dejan de trabajar en sábado permiten que Dios trabaje en ellos más completamente y más libremente. Ellos muestran de una manera tangible que Dios realmente cuenta en sus vidas. Se hacen receptivos y sensibles a la presencia, la paz, y el reposo de Dios. En una época en que la teología del nuevo pacto está engañando a muchos cristianos haciéndoles creer en el 'más simple' y 'mejor' principio del amor, el sábado nos desafía a ofrecer a Dios, no un servicio de labios, sino el servicio de todo nuestro ser, consagrando nuestro tiempo y nuestra vida a Él.

"Que Dios les bendiga,

"Rick".

Mann: Así que, ¿qué queremos decir con el sábado séptimo día? Jesús recibió conocimiento del Padre, Pablo recibió visiones del Padre. (1 Cor. 5:11). Estas visiones nos llevan de vuelta al reposo sabático original, cuando Dios habitó con el hombre. El día después del Gran Chasco, Hiram Edson recibió una visión, durante su vida la Hna. White recibió muchas visiones. Esto apunta a la lluvia tardía, cuando el Espíritu llenará al pueblo de Dios. El séptimo día no es un día como los otros seis (por ejemplo, los seis días de la creación). En vez de eso, el séptimo día es un símbolo del tiempo en que Dios y el hombre habitaron juntos, antes de la caída. En este período, el hombre y Dios existieron como uno por un tiempo fuera de la historia. El séptimo día no es un día histórico, sino un tiempo en el cual Dios habita. Juan estaba en el Espíritu en el Día del Señor. (Apoc. 1:10), un día fuera del tiempo.

Así, el Advenimiento del Séptimo Día nos señala un tiempo en que Dios se encuentra con nosotros en el séptimo día. Dios se encontró con Moisés, él se encontró con Jesús, él se encontró con Pablo, Hiram Edson, la Hna. White - en el Antiguo Testamento la palabra "mandó" se usa siempre en relación con la ley, que Dios ordenó a Israel, pero en el Nuevo Testamento Dios "mandó" a Pablo y a los apóstoles por medio de una visión. Así que nosotros vivimos en el advenimiento del Séptimo Día si nosotros también en la visión de Dios - la visión en la cual él aparece y nos habla.

Tenemos un éxtasis espiritual. Es una continuación de la visión de Dios que fue dada a Jesús, Pablo, y Juan. Fue dada a Hiram Edson y a la Hna. White, ahora nos es dada a nosotros. La recibimos como nuestra herencia, de la cual damos testimonio, verificando al Espíritu dentro de nosotros, nuestro sello, nuestra garantía, y nuestro pacto.

¡Levantad el velo de la Ley!

John


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