LA OTRA CARA DEL ADVENTISMO

 Domingo Fernández

Transcrito de Infoworld


Si preguntamos a miembros de diferentes denominaciones evangélicas cuál es la diferencia entre su iglesia y los adventistas nos dirán: Los adventistas guardan el sábado y nosotros guardamos el domingo. Esto es verdad, pero no es toda la verdad; existen otras discrepancias de grueso calibre, como vamos a ver.

1. SON HIJOS DE UN ERROR.

El fundador del adventismo fue Guillermo Miller, que nació en el año 1782 y murió en 1849. Miller fusionó dos pasajes: Daniel 8:14 y 9:24. De lo que dicen estos pasajes sacó la conclusión de que la segunda venida de Cristo tendría lugar el 21 de marzo de 1844.

Convencido de que había descubierto la clave de la interpretación de lo que él llamaba "la matemática de Dios", Miller se lanzó, en 1831, a exponer su teoría, la que recibió un gran impulso al tener lugar, el 13 de noviembre de 1833, una lluvia de aerolitos. Desde entonces los adventistas ven en aquel fenómeno el cumplimiento de Mateo 24:29. La expectación crecía por minutos. Los partidarios de Miller veían cumplimientos proféticos en cada trueno, relámpago, tempestad o cataclismo.

Cuando se acercaba la fecha, los discípulos del nuevo profeta dejaron de sembrar la tierra; no enviaban sus hijos al colegio; renunciaban a los empleos, y muchos se despidieron llorando de sus seres amados a los que no esperaban volver a ver. Llegó el 21 de marzo, y Jesús no vino. Al ver frustradas sus ilusiones, el asombro, la turbación y el desconcierto fueron indescriptibles. Los jefes de la organización se escondieron avergonzados. Al fin Miller se presentó a los que quedaban de sus seguidores, y dijo: "Nunca nos avergonzaremos de confesar nuestros errores".

Los discípulos de Miller continuaron estudiando las profecías. Y un tal Hiram Edson dijo que un ser invisible se apoderaba de él y le decía: "El santuario mencionado en Daniel 8:24 está en el cielo".

Ellen G. White, que tomó el lugar de Miller, dice que éste cometió dos errores de consideración: Primero, con respecto a la fecha. Y segundo, con respecto al lugar. Dice la señora White que los 2,300 días no se cumplieron el 21 de marzo, sino el 22 de octubre (1844). Y que la profecía de Daniel no se refiere a una venida de Cristo al mundo, sino a su entrada en el lugar Santísimo del Santuario del cielo.

Nunca se ha podido determinar si el ser invisible que se apoderaba de Hiram Edson obedecía orientaciones de Dios o del diablo. Pero teniendo en cuenta que ese método suele usarlo el diablo y no Dios, podemos afirmar que el ser en cuestión no dijo la verdad.

¿De dónde infieren los adventistas que en el cielo hay un santuario? Es posible que lo infieran de algunos pasajes del libro de Apocalipsis, en los que se mencionan el templo y el arca del pacto. Hay que tener presente que las figuras del Apocalipsis tienen carácter simbólico. El templo y el arca son emblemas distintivos del pueblo israelita: el pueblo del pacto. No creemos que el arca del pacto haya sido trasladada al cielo, ni que haya allí un templo semejante al de Jerusalén. Nosotros concebimos el cielo como un santuario.

Suponiendo que hubiese un santuario en el cielo, ¿de dónde sacan los adventistas que tal santuario tuvo necesidad de ser purificado? ¿Quién podría haber profanado el santuario de Dios en el cielo? La profecía de Daniel 8:14 se refiere al templo de Jerusalén, que fue profanado por Antíoco Epífanes cuando dispuso que sobre su altar se sacrificase una puerca. El lugar Santísimo del templo de Jerusalén simbolizaba el cielo, la presencia de Dios. ¿De dónde sacan los adventistas que Jesús no entró en el lugar Santísimo del cielo, en la presencia de Dios, hasta el año 1844 ? Las Sagradas Escrituras nos dice, en Marcos 16:19, y Hebreos 9:24, que Jesús entró en le presencia de Dios el mismo día que ascendió al cielo. Los adventistas son hijos del error de interpretación que cometió Guillermo Miller, y la falsa revelación que dice haber recibido Hiram Edson.

2. PADRES E HIJOS.

Los adventistas son primos hermanos de los testigos de Jehová. Charles T. Russell, fundador de los testigos de Jehová, se consideraba discípulo de Guillermo Miller. El primer grupo organizado por Russell conservaba el nombre de "adventistas". Ambas organizaciones tiene varias cosas en común. Han señalado fechas para la venida de Cristo. Muestran idéntica irresponsabilidad en la interpretación de las Sagradas Escrituras. Piensan que sus respectivas organizaciones están cumpliendo las profecías de Apocalipsis, Daniel, y otros libros. Si diéramos crédito a sus pretensiones, habría que pensar que las profecías se escribieron para que ellos fuesen los ejecutores de su cumplimiento.

3. EL JUICIO DE DIOS.

Los Adventistas enseñan que el juicio de Dios comenzó en 1844. Copiamos de un libro adventista lo siguiente.

"En 1844 Cristo entró en el lugar Santísimo del Santuario Celestial… Aunque no hay pecado en el cielo, se debe realizar una obra de juicio acerca de los registro del pecado. Este juicio en el cielo que empezó en 1844, es un juicio investigador…En este juicio se juzgará primero el cuerno pequeño (la bestia) y las fuerzas que están detrás de él".

Si este juicio existiera en realidad tendríamos que admitir que en la escena el juicio habría un solo personaje: EL JUEZ. Y tendríamos que admitirlo porque, hasta el día de hoy, los adventistas sitúan a todos los muertos en el sepulcro. Y si están en el sepulcro no podrían hacer acto de presencia en ese juicio.

Dicen que el primero en ser juzgado fue el cuerno pequeño. Esto implicaría que lo juzgaron antes de nacer. Y que el juicio comenzó por los impíos. La Biblia enseña que el juicio de los impíos tendrá lugar después del Milenio, al final del tiempo y de la multiplicación de la raza, y que los acusados estarán presente delante del Juez. Apocalipsis 20:11al 15. Afirmar que el juicio comenzó en 1844 constituye un error garrafal como el cometido por Miller.

4. LA BESTIA ESCARLATA.

Los adventistas enseñan que la bestia mencionada en Apocalipsis 13:1 al 8, representa al Papa. Y que la segunda bestia (Apocalipsis 13:11 al 14), llamada el falso profeta (Apocalipsis 19:20), representa a los Estados Unidos. Los testigos de Jehová dicen que el falso profeta representa a los Estados Unidos e Inglaterra.

Las Sagradas Escrituras presentan a la bestia y al falso profeta como símbolo de dos hombres (Apocalipsis 19:20), no de una dinastía o de una nación. El personaje simbolizado por la bestia roja ha de ejercer hegemonía mundial (Apocalipsis 13:7) en la esfera política o civil. El papado ha ejercido poder sobre los reyes de Europa, pero no en función de autoridad civil sino religiosa. El Papa no puede ser el anticristo, porque se considera representante de Cristo. El anticristo será la cabeza de un poder político de ideología atea que tendrá su centro de actividad o gobierno en la tierra de Magog (Ezeq. 38:2), y no en Roma.

5. LA GRAN TRIBULACIÓN.

Los adventistas enseñan que la gran tribulación ya pasó. Dicen:

"El período de la tribulación, que menciona Mateo, se extendió desde el año 538 hasta 1798, período conocido con el nombre de Edad Media, cuando la iglesia estaba unida a los gobiernos y la política. Durante ese tiempo hubo mucha persecución".

Una recta interpretación de la Biblia sitúa la gran tribulación en el futuro, después del arrebatamiento de la iglesia e inmediatamente antes de la venida de Cristo en poder y gloria (Mateo 24:29 al 30)

6. EL ALMA.

La enseñanza adventista acerca del alma es igual que la de testigos de Jehová Dicen que el ser humano, como organismo físico, es un alma. Pero niegan que el ser humano tenga un alma de naturaleza espiritual con capacidad para mantener la noción de ser aparte del cuerpo. Dicen:

"En ninguna parte de la Biblia se usa ese término (alma) para indicar una entidad o personalidad que pueda vivir una existencia inmortal fuera del cuerpo".


Los siguientes pasajes de la Sagrada Escritura demuestran que tenemos un alma que sobrevive a la muerte del cuerpo:
  1. Dios ha creado al hombre a Su semejanza. Esta semejanza no pude ser física porque Dios no tiene cuerpo físico (Juan 4:24). El hombre es semejante a Dios porque el creador le ha dotado de una naturaleza espiritual (el alma), además de la naturaleza física.

  1. En Eclesiastés 12:7 dice que el polvo vuelve a la tierra…, y el espíritu vuelve a Dios que lo dio.
  1. En Mateo 10:28 dice el Señor: "No temáis a los que matan el cuerpo, más al alma no pueden matar". Los que tienen poder y medios para matar el cuerpo no pueden matar el alma. El alma no deja de ser , aunque muera el cuerpo. Y esto quiere decir que el alma sobrevive a la muerte del cuerpo.

  1. Los saduceos no creían en la existencia del alma o espíritu (Hechos 23:8). Para ellos Abraham, Isaac y Jacob estaban muertos en la sepultura. Jesucristo les dijo que estaban equivocados, porque la Sagrada Escritura enseña que Abraham, Isaac y Jacob están vivos. (Mateo 22:23 al 32).

  1. Pablo nos enseña, en II Corintios 5:6 al 8, que mientras estamos en el cuerpo permanecemos ausentes del Señor; pero cuando nos ausentamos del cuerpo vamos a la presencia del Señor. Podemos ausentarnos del cuerpo porque los atributos propios de la personalidad humana son inherentes al alma o espíritu, y no al cuerpo.

  1. Pablo nos dice, en II Corintios 12:2 al 7, que, en cierta ocasión fue arrebatado al cielo. Pero podía determinar si fue en el cuerpo o fuera del cuerpo. La cuestión es que pudo haber sido "fuera del cuerpo". Y esto demuestra que tenemos alma.

  1. En Filipenses 1:23, el Apóstol nos enseña que, cuando el cristiano parte del cuerpo y deja esta vida, va a "estar con Cristo", en donde Cristo está, en el cielo. Los que niegan la existencia del alma no están inspirados por Dios.

7. EL INFIERNO.

Las enseñanzas de los adventistas con respecto al infierno son idénticas a los testigos de Jehová. Dicen que la palabra infierno significa sepulcro. Niegan la existencia de un lugar de confinamiento eterno preparado para los demonios y los impíos (Mateo 25:41). Enseñan que al final, los que han muerto en sus pecados, serán resucitados para ser quemados como se quema un montón de leña; y que se habrá acabado, para ellos, la noción de su existencia. Pero esto no armoniza con lo que enseñan las Sagradas Escrituras.

La palabra infierno no significa sepulcro. Infierno se traduce de las palabras seol (en hebreo) y hades (en griego). Ambas tienen el mismo significado: "el receptáculo de los espíritus de los muertos" más allá de esta vida.

  1. La palabra Seol aparece siempre en singular. No hay muchos Seoles, hay uno sólo.
  1. La palabra Seol se menciona con relación con las almas de lo que han partido de esta vida, y no en relación con el cuerpo.

  1. La palabra hebrea para designar el sepulcro o sepultura es Queber.

  1. No hay un solo ejemplo bíblico de un alma que haya bajado al Queber o de un cadáver que fuese al Seol. Las Sagradas Escrituras nos enseña que las almas en el Seol están conscientes (Lucas 16:22 al 26). El alma de Jesús fue al Hades mientras su cuerpo estuvo en el Queber (sepulcro). Véase Hechos 2:31, y I Pedro 3:18 al 20.

Jesucristo nos enseña, en Mateo 25:46, que al final, los que mueran sin arrepentimiento y perdón, "irán al castigo eterno". Y los que mueren arrepentidos y perdonados, irán "a la vida eterna". Los adventistas dicen creer en la vida eterna, pero no en el castigo eterno. Si la vida eterna es una existencia sin fin, entonces el castigo eterno también será una existencia sin fin. El Señor empleó la misma palabra para ambos aspectos.

En Marcos 9:43 al 48 encontramos una impresionante referencia al infierno o lugar donde serán confinados todos los que ofenden a Dios y desprecian los beneficios del sacrificio redentor de Jesucristo. En relación con el infierno, dice el Señor que allí el "fuego nunca se apaga, no puede ser apagado". Y Allí, "el gusano de ellos no muere". Nosotros admitimos que estas expresiones tiene carácter o sentido simbólico. El gusano que no muere es símbolo de la conciencia que nunca dejará de ser. Y el fuego puede que sea símbolo del tormento que producirá el remordimiento que ha de embargar a los que han desechado la salvación que el Señor les ofrece en esta vida.

En Apocalipsis 19:20 dice que la bestia y el falso profeta serán lanzados VIVOS dentro de un lago de fuego. Esto será antes del Milenio. La Escritura declara que después del Milenio, la bestia y el falso profeta todavía estarán en el lago de fuego. Y agrega: Allí "serán atormentados de día y de noche por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 20:10). Esta expresión indica continuidad sin fin, eterna. Las enseñanzas de la palabra de Dios con respecto al sufrimiento eterno no armoniza con lo que enseñan los adventistas.

8. EL MILENIO.

Los adventistas pretenden ser los únicos que poseen el don, la facultad o el secreto de interpretar las profecías bíblicas. Los adventistas han inventado su propio milenio, que no se parece al Milenio de que nos habla la Biblia. La teoría adventista sobre el Milenio puede resumirse en los siguientes aspectos:
  1. Jesucristo vendrá a este mundo.
  1. Resucitará a los muertos justos y transformará a los justos que estén vivos y los llevará al cielo.

  1. Dará muerte a todos los impíos o inconversos.

  1. Dejará la tierra desolada y vacía, sin un ser humano.

  1. Condenará a Satanás y sus ángeles caídos a permanecer en este mundo desolado durante mil años.

  1. Los justos llevados al cielo reinarán allí con Cristo durante mil años.

El Milenio de los adventistas contempla el reinado de los santos en el cielo, y el de Satán en este mundo desolado y vacío. Los que no tenemos el don adventista de interpretación entendemos el asunto del Milenio de otra manera:
  1. Creemos que Cristo bajará del cielo en función de REY DE REYES.
  1. Dará muerte al anticristo y a sus aliados (II Tes. 2:8; Ap. 19:19, 20; Ezeq. 39:1 al 20).

  1. Prenderá a Satanás y sus huestes demoníacas y los encerrará en el "pozo del abismo" (Ap.9:2, y 20:1 al 3). Este "pozo del abismo" es otro nombre del infierno.

  1. Aquel día se cumplirán los siguientes pasajes proféticos: (Daniel 2:34 al 44, y 7:26,27; Ap. 11:15). Entre la destrucción de los reinos de este mundo (en los días del anticristo) y la instauración del reino de Cristo en la tierra no van a transcurrir mil años ni mil minutos, serán acontecimientos simultáneos. Esto es lo que enseñan los pasajes que se refieren a tal acontecimiento.

  1. Los siguientes pasajes nos enseñan que Cristo ha de reinar en este mundo sobre las naciones que sobrevivan a la muerte del anticristo y sus huestes (Zac. 14:16 al 21). Dice en Lucas 1:31 al 33 que "Dios le dará el trono de David…,y reinará sobre la casa de Jacob para siempre". El trono de David y la casa de Jacob están en este mundo y no en el cielo. Y en Jer, 23:5 afirma que Dios "levantará a David renuevo justo… y reinará sobre la tierra". En Zac. 14:9 dice que el Señor "será rey sobre la tierra". Y en Ap. 5:10, dice que "reinaremos sobre la tierra", no en el cielo.

Los siguientes pasajes se refieren al estado social que ha de imperar en este mundo durante el Milenio: Isa. 2:2 al 4; 9:6,7; 11:1 al 10; Miq. 4:1 al 4; Hab. 2:14; Ap. 2:26, 27. Este mundo va a disfrutar de mil años de paz, orden y bienestar bajo el gobierno del Hijo de Dios.

Los adventistas emplean un sistema que impresiona y confunde a los que no tienen un buen dominio de todo lo que enseña la Biblia. Por ejemplo, citan Jer. 4:27, donde dice que "toda la tierra será desolada". Y, seguidamente lanzan un torrente de citas, mal aplicadas, para dar la impresión de que en todos los libros de la Biblia se enseña que la tierra va a quedar desolada y vacía. El pasaje de Jeremías se refiere a la invasión de los caldeos, que tuvo lugar alrededor de seiscientos años antes de Cristo. No hay un solo pasaje en la Biblia que enseñe positivamente, que este mundo va a quedar un día sin un solo ser humano. Jesús dijo a sus contemporáneos que su casa (ciudad o país) iba a quedar "desierta" (Mateo 23:38). Este pasaje se refiere a lo que sucedió el año setenta de la era actual, cuando el general Tito destruyó a Jerusalén, y se llevó cautivos a los sobrevivientes de aquella horrorosa matanza. Si un adventista le cita un cumulo de pasajes en apoyo de una tesis, no se deje confundir: analice los pasajes uno por uno.

9. LA LEY Y LA GRACIA.

La conciencia de los adventistas no se ha liberado del pacto de la ley. Ellos ponen como condición para salvarse que tenemos que creer en Cristo y guardar la ley. Como sucede con todo el que no enseña la verdad, resulta difícil de entender la posición adventista sobre este aspecto. Dicen que el aspecto ritual de la ley fue abolido; pero ellos no comen carne de los animales declarados inmundos por la ley, a pesar de que Dios, bajo el pacto de la gracia, ha declarado limpios todos los animales (Hechos 10:9 al 15; 11:5 al 10; I Corintios 10:25).

En Lucas 16:16 nos dice el Señor que "la ley y los profetas eran hasta Juan". En Romanos 6:14 dice que no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. En Romanos 10:4 dice que el fin de la ley es Cristo. En Gálatas 3:17 al 25 enseña que el propósito de la ley es hacernos sentir la necesidad de un salvador. La ley nos conduce a Cristo; pero cuando llegamos a Cristo ya no estamos bajo la ley (Gálatas 3:24, 25). Y en Gálatas 3:10 afirma que todos los que se sitúan en la esfera de la ley, están bajo maldición. Y en Gálatas 5:4 dice lo siguiente:

"Quedáis separados de Cristo, vosotros que quisierais ser justificados en virtud de la ley; habéis caído del sistema de la gracia". (V.M.)

La ley y la gracia son sistemas incompatibles. No se pueden unir (Romanos 11:6). Lo uno excluye lo otro.

10. EL DIA DE REPOSO.

Los adventistas enseñan que la bestia simboliza al Papa; que el Papa implantó el domingo como día de reposo. Y que el domingo es la señal de la bestia. La explicación que dan los adventistas con respecto a la implantación del domingo resulta vaga, sinuosa, y, a veces, contradictoria. Les hemos oído decir que el domingo lo implantó el emperador Constantino el año 321 de la era actual. Otros dicen que el domingo lo impuso el Papa. Y tenemos una serie de lecciones apologéticas que cuentan con la aprobación oficial de la organización adventista en la que se reconoce que los cristianos observaban el domingo mucho antes de Constantino y del papado.

En la página 61 de las mencionadas lecciones dice:


"La transición de la observancia del sábado a la observancia del domingo fue un proceso gradual, que empezó poco antes del año 150 D.C. y siguió por casi tres siglos".

  
Y en la página 66 expresa lo siguiente:


"En el año 155 D:C: Justino Mártir escribió: en el día llamado domingo todos los que viven en las ciudades o en el campo se reúnen en un lugar, y leen las memorias de los apóstoles o los escritos de los profetas". Y agrega. "La primera ley civil que ordena guardar el domingo, fue expedida en 321 D.C. por el emperador Constantino…Por supuesto, Constantino conocía el día cristiano de reposo, y es posible que con este paso quería ganar el apoyo de la minoría cristiana, que en ese tiempo había crecido en dimensión".

El párrafo anterior constituye una contribución extraordinaria al esclarecimiento de la verdad. Los adventistas reconocen, oficialmente, que cuando Constantino aceptó el cristianismo como su religión el año 312, y el año 321 promulgó un decreto estableciendo el domingo como el día de descanso para todo el imperio. Constantino impuso el domingo a los paganos, no a los cristianos. Los adventistas reconocen este aspecto. Por lo tanto, cuando escuche a un adventista afirmar que el domingo fue impuesto por Constantino o por el Papa, piense una de estas dos cosas: que ese adventista ignora la verdad o que miente deliberadamente.

La realidad es que los cristianos guardamos el domingo desde el día de la resurrección de Cristo. Las iglesias que fundaron los apóstoles tenían sus cultos regulares el primer día de la semana, domingo (Hechos 20:7; I Corintios 16:2; Ap. 1:10). El día del Señor, en Apocalipsis 1:10 es el domingo. La versión católica de Torres Amat traduce "domingo". Y los comentaristas dicen que la palabra del griego de la que se traduce el día del Señor, tiene una connotación que indica que es el domingo. Se conservan escritos de fines del siglo primero, y de ahí en adelante, se afirman que los cristianos observan el domingo como día de reposo en conmemoración de la resurrección de Cristo.

11. HÁBILES PESCADORES.

Tenemos que reconocer que los adventistas actúan como hábiles pescadores. Tienen un programa de radio en el que tratan temas de actualidad y de interés general. No suelen tocar aspectos que choquen con lo que enseñan y creen otras denominaciones. La mayoría de los oyentes ni siquiera saben que el programa es adventista. El que escucha el programa se forma un buen concepto de la organización que lo sostiene. En términos generales, diríamos que el ropaje del programa es como la carnada del pescador, que tiene el deliberado propósito de ocultar el anzuelo que lleva dentro. El fin que persigue es atraer oyentes a la esfera del adventismo. La cara del programa es atractiva. Para conocer la otra cara del adventismo hay que ir a un templo adventista, donde exponen lo que creen, sin disfraz.

12. SU GRAN PROFETISA.

Leímos un libro de 261 páginas titulado: Ellen G. White, Profeta del Destino, escrito por René Noorbergen. Todo lo que vamos a exponer en relación con Ellen White lo tomamos de este libro.

Ellen White se unió al movimiento de Guillermo Miller en 1844. Al eclipsarse la figura de Miller como resultado del fracaso de su predicción, Ellen White tomó el lugar de Miller. De allí en adelante la nueva profetisa fue para el adventismo lo que fue Moisés para el pueblo israelita: profetisa, mediadora, legisladora, gobernadora, y orientadora. Si diésemos crédito a sus declaraciones tendríamos que admitir que fue más grande que Moisés.

Hay una gran similitud entre las pretensiones de Ellen White y las de José Smith, creador y legislador de los mormones. Smith dice que hablaba frecuentemente con Dios, con Jesucristo, con ángeles, apóstoles y profetas.

El presidente de los Estados Unidos tiene un consejero que le orienta en las cuestiones internacionales. Ellen White dice que tenía un ángel que le acompañó constantemente por espacio de setenta años, subiéndola y bajándola, llevándola y trayéndola. Dice ella:

"El ángel mensajero permanece junto a mí para instruirme en las visiones de la noche, en la misma forma como permanece a mi lado durante las visiones del día". (pág. 95).

Ellen White dice haber tenido su primera revelación profética a los 17 años. Desde entonces, en el transcurso de 70 años, dice su biógrafo que tuvo "más de dos mil visiones y sueños proféticos" (pág. 11). Pretende haber recibido revelaciones directas acerca de los grandes acontecimientos históricos y proféticos. En solamente 18 páginas de biografía aparecen 66 veces las palabras "visión" y "visiones". A veces era "llevada ante la presencia del Ser Supremo" (pág. 148). Otras veces recibía sus revelaciones "en estado de trance" (pág. 83).

Hablando de una de sus frecuentes visitas al cielo, dijo:


"Vi un trono, y sobre él se sentaban el Padre y el Hijo…No pude contemplar la persona del Padre, pies le cubría una nube de luz. Pregunté a Jesús si su Padre tenía forma como él. Dijo que la tenía" (pág. 219).

Atribuye la causa de la caída de Satanás a los celos. Dice que ante la presencia de Dios, Cristo ocupaba el primer lugar, y que a Satanás se le concedió el segundo lugar, por lo que "Satanás sintió celos de Jesús" (pág. 141). Al darse cuenta de las consecuencias de su rebelión, "pidió una entrevista con Cristo" y le dijo que estaba arrepentido, y que deseaba que intercediese por él. Al contestar Dios el Padre que no había perdón para Satanás, "Cristo lloró" (pág. 150).

Hablando de una de sus frecuentes visitas al cielo, dice Ellen White:


"Se me mostró a Satanás tal como había sido antes: un ángel excelso y feliz. Después me fue mostrado tal como es ahora. Todavía tiene una regia figura…Sus ojos, astutos y sagaces, denotan profunda penetración. Su cuerpo es grande, pero sus carnes le colgaban fláccidas en la cara y las manos. Cuando lo vi, tenía apoyada la barbilla en la mano izquierda" pág. 156).

Ellen White nos dice que en el cielo hay un templo idéntico al que edificó Salomón en Jerusalén. En una de sus visitas le permitieron entrar al Lugar Santísimo, donde vio el arca y "las tablas de piedra con los Diez Mandamientos". Lo que más le llamó la atención fue "ver que el cuarto mandamiento estaba rodeado de una aureola de gloria y brillaba en él una luz mucho más viva que la de los otros nueve" (pág. 223).

Ellen White fue invitada a presenciar un concilio en el que Satanás y sus ángeles planearon su estrategia contra Dios y la humanidad (pág. 150). Y después presenció otro concilio en el que Dios y sus ángeles planearon la estrategia para defender a la humanidad (pág. 151).

Breve análisis de los párrafos anteriores:

  1. Para Ellen White el subir al cielo y bajar a la tierra era como para nosotros el pasar del comedor a la sala. Esto no ha sucedido jamás con ningún otro ser humano. No hay nada en las Sagradas Escrituras que nos brinde fundamento para dar crédito a tal pretensión. No creemos que haya veracidad en esas pretendidas visitas al cielo.

  1. Ellen White nos dice que fue conducida, en varias ocasiones, a la presencia del Ser Supremo. Tal pretensión entraña falta de respeto a Dios, a sus enseñanzas, y a la verdad.

  1. Creemos que Jesús ascendió al cielo en cuerpo y alma. Ellen White dice que, en una de sus visitas al cielo, preguntó a Jesús si su Padre tenía forma como él. Y afirma que Jesús le contestó que sí. Si Ellen White hiciera caso a lo que enseñan las Sagradas Escrituras, no formularía la pregunta que hizo (Juan 4:24). Y Jesús no le pudo haber dicho que el Padre tiene un cuerpo como él lo tiene desde su encarnación.

  1. Ellen White dice que Jesús lloró al saber que su Padre no perdonaría a Satanás. Quisiéramos preguntarle si ella creía en la divinidad de Cristo. El Hijo y el Padre siempre han pensado lo mismo. Y no puede haber conflicto de sentimiento entre ellos.

  1. Ellen White describe a Satanás como un ser dotado de un cuerpo semejante al de los seres humanos. El apóstol Pablo nos presenta a Satán como un ser de naturaleza espiritual (Efesios 2:2). Y a los ángeles caídos como "huestes espirituales" (Efesios 6:12). Las revelaciones que dice haber recibido Ellen White no concuerdan con las que Dios concedió a los Apóstoles y a los Profetas.

  1. Ellen White nos dice que en el cielo hay un templo idéntico al que hubo en Jerusalén: con altares, divisiones y utensilios. Quizá sea por esto que los adventistas pretenden mantener vigente el pacto de la Ley. El templo de Jerusalén era un símbolo del cielo. Sus altares simbolizaban la cruz. Sus utensilios a Cristo. Aquel templo perdió su razón de ser desde el día que Cristo murió en la cruz (Mateo 27:51). Bajo la actual dispensación de la gracia, el templo de Dios somos todos los redimidos por la sangre de Cristo (I Corintios 3:17; Efesios 2:20 al 22; I Pedro 2:4, 5). Si a Ellen White le han hecho creer que el templo de Jerusalén está en el cielo, la han engañado miserablemente. Aquel fue el templo de un pacto que ha caducado (Hebreos 8:13)

  1. Ellen White dice que vio, en el cielo, el arca del pacto y las tablas de la ley con los Diez Mandamientos. Y afirma que el cuarto mandamiento estaba circundado por una aureola de luz y gloria. Cristo nos dice que el mandamiento más grande y destacado es el primero (Mateo 22:35 al 38). Pero a Ellen White le han enseñado otra cosa. El ángel instructor de esta profetisa debía ser adventista o demoníaco. Tengamos presente que Ellen White caía frecuentemente en trance, y que en tal estado recibió sus revelaciones.

  1. Ellen White leía la Biblia, pero su biógrafo, Noorbergen, confiesa que "ella dependía de sus propias visiones" (pág. 14). Dice haber recibido más de dos mil visiones y sueños proféticos (pág. 11). De acuerdo con las Sagradas Escrituras, al evangelio no se le puede agregar nada (Gálatas 1:6 al 8). Y a la profecía tampoco se le puede añadir (Apocalipsis 22: 18, 19). Si el mismo Señor nos advierte que no esperemos nuevas revelaciones porque con el libro de Apocalipsis se ha completado y cerrado el ciclo de las revelaciones de Dios a la humanidad, ¿de dónde proceden esas dos mil revelaciones que Ellen White dice haber recibido? Todas las revelaciones extrabíblicas atribuidas a Dios llevan el sello de su falsedad y engaño.

Hasta el presente, la denominación adventista se solidariza con todo lo que dijo y enseñó su profetisa y legisladora Ellen White.


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